EL CAMINO HACIA EL PODER


2

Amaba estudiar con Squeeze. Su tío cuidaba las criaturas del Bosque Everfree, pero no todas aparecían en los libros de ciencia, y muchas son desconocidas hasta para las propias Princesas. Pero su tío, Sacred Lion, las cuida y las protege de todo, las recibe en su casa, las alimenta, las escucha cuando hablan y las consuela si lo necesitan. Comparten con él sus obras de arte y le están infinitamente agradecidas por mantenerlas a salvo del ser más peligroso en el mundo: el poni.

"Al principio les tenía miedo".

Vaya que sí les temía. No se parecían en nada a los seres que conocía y que siempre salían a la luz del día. Estos seres salían sólo en las noches más oscuras, y sus formas eran indescifrables.

"Parecían seres de pesadilla".

Pero se dio cuenta a tiempo de la infinita dulzura de sus corazones, cuando Squeeze y Dream Moon salieron a hablar con ella.

"Son tan dulces".

Squeeze es una criatura acuática. De la cintura hacia abajo es un pulpo, y hacia arriba parece un crustáceo, y tiene cuatro tenazas, dos a cada lado de su cuerpo. Su cabeza es como la de un camarón, y en vez de bigotes tiene dos tentáculos. Normalmente usa unos lentes sobre sus ojos negros sin párpados, lo que tiene un punto cómico en su monstruosa apariencia. Al principio, Fluttershy gritó al verlo.

"Me arrepiento tanto".

Pero él la perdonó, y desde entonces no ha dejado de estar con él.

"Lo sabes todo".

—¿Ya aprendiste como resolver las ecuaciones, Fluttershy? —pregunta el ser marino. Una peculiaridad más de él, es que cuando habla, se escucha como un eco en su voz, el sonido del mar en la costa.

"Con tu explicación me quedó claro".

—Sí, Squeeze, muchas gracias —dice feliz la potra— ¿Cómo sabes tantas cosas?

"Yo soy tan tonta".

—Llevo mucho tiempo aprendiendo cosas —responde el ser marino—. Cuando hace buen tiempo, estudio botánica y zoología; cuando el tiempo no me acompaña, estudio historia; pero nada me divierte más que las matemáticas.

"Gracias a ti me irá bien en el examen".

Squeeze se tambalea hacia la cocina y llega con un plato de galletas con chispas de chocolate. Fluttershy nota que, aunque Squeeze siempre busca una galleta de esas, casi nunca las come. Normalmente solo las mira durante horas.

"¿Por qué haces eso?"

—Squeeze, em..., ¿puedo hacerte una pregunta? —susurra ella con timidez.

"No quiero insultarte, me caes muy bien".

—Claro, Fluttershy, pregúntame lo que desees —responde la criatura marina, tomando con una de sus pinzas, una galleta.

"Espero que no te enojes".

—¿Por qué siempre guardas golosinas, pero nunca..., nunca las comes?

"¡Por favor, no te enojes!"

De hecho, nota que cualquier cosa que contenga azúcar es atesorada por Squeeze. Nunca lo ha visto comer una, pero Sacred Lion había dicho una vez que el azúcar hacía actuar raro a la criatura acuática.

"¿Cómo es eso de que 'actúa raro'? nunca lo he visto así".

—La sacarosa afecta el funcionamiento de mis cerebros, provocando que liberen endorfina, dopamina y serotonina. Sus efectos, en mi organismo, es similar al que provocan en el suyo.

"N-no entendí nada. ¿Qué es la sacarosa?"

Squeeze parece darse cuenta de que ella no entiende lo que dijo, pero no parece juzgarla. En realidad, es difícil saber lo que esté pensando o sintiendo: su impasible rostro de camarón es igual siempre. Ni siquiera sabe cuándo está dormido o despierto.

"¿Él duerme? Hay tanto que no sé de mis amigos".

Le gustaría saber cuándo está feliz y cuando está triste. Cuando está dispuesto a ayudarla y cuándo ya esté aburrido y sólo quiera volver al arroyo donde vive. Incluso le gustaría saber cuándo él está enojado.

"Desearía poder conocer tus sentimientos".

Rayos, no sabe nada de él. Asume que es un macho, pero bien podría ser una hembra. Quizás odia comer las algas y la harina de pescado que recibe de alimento. Una vez le regaló un dibujo en una hoja de papel. ¡Una hoja de papel! A un ser que vive bajo el agua.

"Debe pensar que soy una idiota".

—Temo interpretar mal lo que estás pensando y sintiendo —dice Squeeze, moviendo la cabeza hacia ella para darle a entender que la mira—. Después de todo, tengo corazones y cerebros sintéticos. Apenas comprendo mis propias emociones —una de sus tenazas cae suavemente sobre la mesa, en dirección a ella, como si quisiera tomar su mano—. Pero tengo claro una cosa: nada me haría sentir peor que hacerte sufrir emocionalmente.

"Oh, Squeeze, tú nunca me harías sufrir".

Toca con su casco la tenaza del híbrido. El caparazón de su amigo adquiere diversas tonalidades de color, entre el naranja y el rojo. Otra de las cosas que no entendía sobre él.

"Hay tanto que no sé".

—Yo..., yo te puedo lastimar, Squeeze —dice ella mirando los ojos eternamente abiertos de langosta—. Yo..., em..., no sé nada de ti..., ¿Y si te regalo algo que odias?

"¿Y si digo algo que te lastima?"

—Fluttershy, acompáñame —dice la criatura, comenzando a reptar hacia la escalera, y con una extraña gracia comienza a subir las escaleras. Va hacia el ático. Ella lo sigue, confundida.

"No entiendo".

—¿Qué pasa, Squeeze? —pregunta ella, viendo cómo él abre un pequeño baúl.

"No estoy entendiendo nada".

—Temía hacerle daño, después de todo soy una criatura del agua y mis tenazas podían romper el papel —dice él sacando del baúl, una hoja de papel sellada en plástico—. Pero Sacred Lion halló la forma de que pudiera sujetarla sin romperla. La conservo en el ático para que la corriente del arroyo no me la arrebate.

"¿Qué tienes ahí?"

Squeeze le pasa la hoja plastificada, y Fluttershy se sorprende tanto que la tarde parece volverse mediodía. Lo que le muestra es el dibujo que le dio hace ya tanto tiempo, un intento de retrato de Squeeze que ella hizo con crayones rojos; aparece con sus cuatro tenazas apuntando hacia arriba, ella había querido ilustrar que saltaba de felicidad, incluso le había dibujado una infantil sonrisa. Ella corre a abrazarlo, y no puede evitar llorar un poco. Squeeze la abraza, cuidando de no herirla con sus tenazas; sus ojos sólo son perlas negras, pero por alguna razón, Fluttershy siente que él está feliz.

"¡Te quiero, Squeeze!"