Bite me
Annie estaba genuinamente sorprendida al enterarse que de todos los miembros de su manada fue Bertolt quien metió la pata. Usualmente era Reiner el que lo hacía, pero aún así ocurría en raras ocasiones. De todos ellos Bertolt era el más conciente, el más tranquilo que nunca actuaba por su propia cuenta. Por su gran tamaño, a diferencia de otros, hubiera sido el alfa, de no ser por ese defecto, dejandolo como un omega.
Claro que Annie lo superaba en fuerza y agilidad como a todos, y sabía usar la cabeza mejor que nadie. Es por eso que ella era la alfa, tomando las decisiones de la manada sobre qué, o cuando cazar y a dónde ir. Y ya que Bertolt fue tan lejos como para cagarla en luna llena las cosas se complicaron aún más.
Siendo hombres-lobo no necesariamente pueden transformarse con la luna llena. Pueden hacerlo cuando lo deseen y durante el tiempo que quieran. Pero en noches de luna llena, su sentido de depredadores se agudiza dandoles la necesidad de clavar sus dientes en donde sea y en quien sea. Es por eso que deben mantenerse fuera del alcance de los humanos, aislandose en las montañas, lejos de donde las personas puedan ir a acampar.
Asi que no era del todo la culpa de Bertolt.
Unos imbéciles se creyeron rebeldes y se infiltraron en las partes peligrosas de las montañas donde ninguna persona sana iría. Había luna llena y Bertolt se había separado de la manada. Annie no recordaba más allá de eso.
Cuando despertó estaba desnuda, con las manos y pies ensangrentados y adolorida junto a Reiner, quien se encontraba de la misma forma. Notó que Bertolt ya estaba despierto, lo que era raro ya que todos se despertaban al mismo tiempo, sintiendo los movimientos a su alrededor.
Estaba sentado en un tronco, con los ojos bien abirtos y sangre alrededor de su boca. Olía a humano, y eso fue suficiente para hacer que la rubia se levante del suelo a pesar de sus músculos quejantes.
-¿Qué rayos pasó?- demandó.
Sus compañeros tambien se pusieron de pie detrás de ella.
-Te ves terrible, Bert.- bromeó Ymir con una pequeña risa.
-Hueles a humano.- declaró Annie.
Todos callaron y observaron con confusión al moreno, quien comenzó a sudar.
-Yo... - se fregó la boca tratando de sacarse la sangre -Había un grupo de chicos y uno de ellos se separó por un momento y olía muy bien ¡y no pude controlarme!- lloriqueó -Lo mordí pero él reaccionó y me pateó muy fuerte y caí por un precipicio...creo que me rompí unos huesos...-
Annie caminó hasta él y le dio un golpe en la cabeza -¡Es lo mínimo que te mereces por ser tan idiota! En serio ¿Cómo pudiste?
-¡Lo siento!
-Oye no seas tan dura con él.- defendió Reiner.
-¿No quieres que sea dura con él? ¡Dejo un sobreviviente!, y peor, ¡una marca de mordida, Reiner!- exclamó.
-Tiene un punto.- comentó Galliard.
-¿Por qué no solo buscamos al chico?- dijo una voz a sus espaldas.
Todos voltearon a ver a una mujer de cabello negro sentada en el suelo.
-¿Pieck? - dijo Ymir.
-Hola - saludó con una pequeña sonrisa.
-Volviste. Luego de dos meses.- dijo Annie.
-Los extrañaba.- se encogió de hombros.
-¿Dijiste que busquemos al chico?- preguntó incrédula Annie.
-Sería la mejor solución, ahora que lo pienso.- dijo Galliard.
-Claro. Si queremos que los humanos no se enteren, debemos traerlo con nosotros antes de la próxima luna llena o las cosas se pondran feas.- concluyó Ymir.
-¿Qué dices Annie?- cuestionó Reiner.
La rubia recorrió con la mirada a cada uno, para despues suspirar -Esta bien, será lo mejor para todos.- se dirigió a Pieck. -Te escucho.
-Buscamos al chico en la escuela de los humanos, ahí se reunen todos los jóvenes, sería más fácil.
-De acuerdo. ¿Alguno de ustedes sabe cómo ejecutaremos el plan?
-Nos inscribiremos en la escuela y ya esta.- dijo una confiada Ymir. -Si vamos todos detectaríamos el olor a la marca de Bertolt con más facilidad.
-Muy bien, esta hecho.- habló Annie. -Mañana iremos a Trost a inscribirnos en la escuela.- bajó la mirada para observarse a sí misma. -Debemos conseguir ropa.
-Y dinero. Muuucho dinero.- Añadió Ymir.
-Creo que ahora tenemos que ir al río a sacarnos la suciedad y la sangre.- dijo un tímido Bertolt.
-Tiene razón. Vámonos.
Todos caminaron en dirección al río hasta que notaron algo.
-Pieck...¿Por qué usas tus cuatro extremidades para caminar?- preguntó Reiner.
-Es que pasé tanto tiempo en mi forma lobo que olvidé cómo caminar propiamente.- dijo con una pequeña sonrisa.
Se le quedaron viendo con incredibilidad hasta que Annie cedió. -Galliard: Cárgala.
El pelirojo se acercó a ella para luego subirla a su espalda.
-Gracias Porco.
-No me llames así.- protestó.
-Lo que digas, Porco.- siguió la chica.
-Voy a tirarte.- advirtió.
La chica solo volvio a reir, logrando que Annie rode los ojos. "Será un laaargo día"
Conseguir ropa era pan comido. Se infiltraron en la casa de uno de los guardabosques y se llevaron algunas prendas. Luego Reiner y Bertolt fueron al pueblo de Trost donde encontraron una tienda de ropa. Visualizaron al dueño, un hombre alto de cabello y barba cortos, rubio que llevaba unas gafas, y el paso era el siguiente: intimidarlo para conseguir lo que querían.
-¿Quieren...que les entregue emmi/em mercadería a seis jóvenes como ustedes?- dijo incrédulo.
-Sí. Y tambien su dinero por favor, si no es una molestia- dijo Bertolt amablemente.
-¿Acaso viven en el bosque?- bromeó.
-Por supuesto que sí, ¿qué esperaba?- contestó el moreno.
Reiner tenía una gotita de sudor cayendo por su sien al ver el rumbo de su supuesta "intimidación".
-Ok. Dile a tus amigos que entren.
El rubio casi cayó de espaldas al oir su respuesta.
-¡Muchas gracias señor!- dijo Bertolt y procedió a hacer lo que le dijo el hombre.
Al quedarse solos por un momento, Reiner decidio actuar. -¿Por qué decidió ayudarnos?
El hombre sonrio -No es nada ayudar de vez en cuando a unos huérfanos sin hogar.
Reiner arqueó la ceja pero no cuestionó nada más. El resto de su manada ingresó al local.
-Tomen lo que deseen, ya les traigo el dinero.
Fue al cuarto de atrás y Annie entrecerró los ojos.
-Ese hombre es sospechoso, no hay forma de que aceptara darnos todo esto sin intimidación o violencia alguna.- dijo al par que tomaba algunas sudaderas con capucha y unos pares de pantalones.
-Concuerdo contigo.- habló Ymir -Debe ser retardado.
El hombre volvió con un maletín de metal, lo abrió y dejo ver grandes cantidades de dinero.
-Esto les será suficiente para un mes.- se lo entregó a Reiner.
-¿Cual es la maldita trampa?- preguntó Annie.
-¿No puedo hacer un poco de caridad?- Todos lo miraron con seriedad y el hombre cedió. -Trabajaran para mi despues de la escuela.- admitió -Ese es su pago por adelantado.-
Los jóvenes se quejaron.
-Vamos no lo tomen así. Los ayudaré a mejorar en esta sociedad, incluso haré de representante legal para que puedan ingresar a la escuela. Les compraré sus libros, cuadernos, comida, todo lo que necesiten. Tambien tengo una casa muy grande, puedo darles hospedaje- extendió su mano -¿Qué dicen, aceptan?.
Annie se limitó a buscar aprobación de sus compañeros. Al ver que todos asentían con la cabeza, estrechó la mano del vendedor.
-Aceptamos su ayuda, señor...-
-Jaeger. Zeke Jaeger. Pueden llamarme Zeke. Bienvenidos a Marley's.-dijo sonriente.
Annie hizo una mueca hacia su manada "Esto será mas fácil de lo que pensé"