Hello there! *Waves* It's time for another translation! This one is from one of my favs authors, and I think yours too, Drotuno. Thank you so much my dear Deb for entrust your stories to me. I'm honored for it :)

So here you go girls! Enjoy it ;)

¡Hola! *Saluda con la mano* ¡Es hora de otra traducción! Esta es de una de mis autoras favoritas, y creo que de ustedes también, Drotuno. Muchas gracias mi querida Deb por confiarme tus historias. Me siento honrada :)

¡Así que, aquí tienen chicas! Disfrútenla ;)


No puede faltar el descargo de responsabilidad :P Nada es mío, los personajes pertenecen a Stephanie Meyer, y la autora de la historia es, Drotuno, yo solo traduzco.

Y como siempre le doy la bienvenida y le agradezco a mi compañera de armas, mi querida Beta Erica Castelo. Gracias por ayudarme a mejor la calidad de mis traducciones.


~ooo~MBtM~ooo~

Capítulo 1 – Tirando de tus cuerdas

Master of Puppets I'm pulling your strings (1)

Twisting your mind and smashing your dreams

Blinded by me, you can't see a thing

Just call my name, 'cause I'll hear you scream

Master, Master, where's the dreams that I've been after?

Master, Master, you promised only lies

Laughter, Laughter, all I hear or see is laughter

Laughter, Laughter, laughing at my cries.

"Master of Puppets" – Metallica

EDWARD

"¡Gracias, Seattle! ¡Buenas noches!" Grité en el micrófono, bajando mi mano para chocar las manos de fans gritando de camino hacia un costado del escenario.

"Increíble como siempre, hermanito," Emmett dijo con una sonrisa, dándome una toalla y una botella de agua. "Ven. Te llevaremos detrás del escenario." Me condujo a través de las multitudes de personas, manos de mujeres, y miembros del equipo ocupados mientras limpiaba el sudor de mi rostro y me bebía toda una botella de agua de un trago. "Malditamente tenso después de unos meses de descanso, ¿verdad?" Preguntó, manteniendo abierta la puerta de mi camerino.

"Sí," dije con voz rasposa, empujándolo al pasar por más agua.

Cuando se escuchó un golpe en la puerta, Emmett fue a atender mientras yo me dejaba caer en el sofá. Joder… las presentaciones en vivo eran la mejor parte de mi vida. Mi corazón estaba acelerado, la adrenalina seguía bombeando, y me sentía como si fuera el dueño del maldito mundo. Habían pasado meses desde que tocamos en una presentación en vivo, y pasarían unos cuantos meses más antes de que volviéramos a retomar la gira. Era fuera del escenario que la mierda era… un desastre.

"Hola, nena," Emmett canturreó, dejando entrar a su esposa a la habitación.

Ella lo besó y luego se volvió hacia mí. "Tienes una entrevista," declaró sin pausar mucho, tomando el rol de la representante de Radiant Eclipse sin problema.

"¿Ahora?"

"Aro la programó antes de hablar conmigo al respecto. Ella está afuera."

Haciendo una mueca, sacudí mi cabeza. "Aw, demonios… ¿quién es?"

"Jessica Stanley de la revista Music Mania."

Tienes que estar bromeando!"

"Me temo que no, cuñado," suspiró con cansancio. "Traté de reprogramarla, pero simplemente no funcionó."

"Mierda." Pasé una mano por mi cabello. "¿No puede hacerla Jasper?"

"Lo siento, Edward, pero necesito que hagas esto. Quieren a Masen. Quieren al líder de la banda."

La miré a los ojos cuando usó mi verdadero nombre, no mi nombre artístico. Solo aquellos que de verdad me conocían me llamaban Edward, y nunca lo usaba en público.

"Al parecer, Aro le dio la exclusividad para la primera entrevista desde que llegaste a casa. Demonios, sí, va a querer detalles de los últimos meses. Sin embargo, quiero que hables del álbum que están por terminar de grabar, sin mencionar la gira que se acerca." Rose suspiró otra vez pero me sonrió con suficiencia. "Es una fan, así que usa esa mierda. La vi allá afuera—en primera fila. Me sorprendería si sus bragas siguen intactas."

Resoplando una risita, me recargué en el sofá, pero revisé para asegurarme de tener todo lo que necesitaba para esta maldita entrevista.

Frotando mi rostro, gemí pero luego le murmuré que me diera un segundo. "¿Vas a quedarte para esto?" Pregunté cuando caminó de regreso a la puerta.

"Na, por mucho que me encantaría ver su cara cuando hagas esa mierda, tengo que hacer unas cuantas llamadas, pero si estás de acuerdo, enviaré a las chicas a salvarte," dijo bromeando, lo que me hizo reír. Le echó un vistazo a su reloj. "¿Qué piensas? ¿Treinta minutos?"

Asentí. "Me parece bien." Antes de irse de la habitación, la llamé de nuevo. "¡Oye, Rose! ¿No podemos suprimir la parte personal?"

Ella arrugó su nariz, sacudiendo la cabeza. "Solo… haz lo que tú haces, Masen. Haz papilla sus neuronas, y se olvidará de todo sobre la rehabilitación y el accidente."

Frunciendo el ceño, asentí, finalmente levantándome del sofá. Entré al baño a orinar y limpiarme un poco. Rose estaba seriamente endeudada conmigo por esta mierda, pero entonces recordé que esto no lo había hecho ella.

"Cabrón," refunfuñé al pensar en Aro, nuestro productor discográfico.

Había enviado a Jessica a propósito solo para joderme, simplemente para probar que tenía todo el control sobre mí y la banda, sin mencionar todos los problemas de lo que tuvo que hacerse cargo con todo lo que había pasado. Nos había hecho grandes, nos dio nuestro primero y segundo disco, y habíamos ganado platino en cada uno, lo que hizo muy feliz a todos los involucrados… y muy ricos. Habíamos sido jóvenes y tontos, al firmar ese primer contrato. Teníamos que grabar un disco más para él y una gira más para promoverlo, y luego quería dejar Volturi Records… y ni siquiera estaba seguro si me importaba una mierda si el resto de Radiant Eclipse venían conmigo—aunque sabía que si me iba, Jasper estaría justo a mi lado. Alcancé la parte de atrás de mi camiseta, quitándome esa cosa sudorosa antes de abrir la puerta para revelar a chicas gritando. Hacer el papel de la estrella de rock cliché, el chico malo y sexy, era parte del trabajo, y odiaba gran parte de ello porque era falso, pero en realidad, mis fans eran fantásticos, y al ser accesible los hacía volver por más—más música, presentaciones, mercancía—y su entusiasmo era contagioso mientras hablaban sin parar sobre el show. Sonriendo, les permití tocarme y besarme, las dejé tomar fotos, y firmé un puñado de autógrafos en todo desde programas del concierto hasta las tetas de una chica—esa última me suplicó por la camiseta en mis manos, y dejé que se quedara con ella. Emmett las empujó, lanzando un guiño en mi dirección, antes de permitir que dos personas se acercaran.

Jessica Stanley era más joven que algunos de los periodistas con los que había hablado, y era una escritora decente, pero tenía la tendencia de centrarse en la parte personal de su sujeto, no en el lado profesional. También tenía la reputación de dormir con casi todos los que entrevistaba. Amaba a sus estrellas de rock… literalmente. Esa mierda me molestaba.

Su fotógrafo, por otro lado, era un pendejo. A Laurent le gustaba trabajar de independiente para los paparazzi cuando no estaba vendiendo sus fotos a revistas y periódicos. Ganaba más por las revistas y los sitios web de chismes. De hecho, había seguido mi trasero hasta rehabilitación. Cómo me había encontrado, no tenía una puta idea, pero Rose me aseguró que lo averiguaría.

Con una última respiración profunda, le di la espalda a la puerta, dirigiéndome a la canasta que sabía Rose siempre dejaba aquí y lancé una perezosa sonrisa en dirección a Jessica.

"Masen, es bueno verte otra vez," ronroneó, tendiendo una mano mientras yo cogía una botella de la canasta, desenroscando la tapa.

El líquido color ámbar se agitó dentro cuando prácticamente lo drené antes de tomar su mano. Besé el dorso, dándole otra sonrisa.

"Exquisita como siempre, señorita Stanley," canturreé contra sus dedos. "Bote al chico de la cámara, y tal vez podamos…"

Su risita fue exactamente lo que quería, y le lanzó una mirada a Laurent, quien frunció el ceño en mi dirección, pero lo ignoré, sonriendo con suficiencia cuando Jessica arrastró una uña perfectamente cuidada sobre mi pecho desnudo. Tomé otro largo trago de la botella al quedarme justo frente a ella. Quería reírme cuando sus ojos se oscurecieron mientras miraba descaradamente mi torso desnudo bajando a donde mis jeans estaban desabotonados, como si estuviera memorizando cada tatuaje, cada músculo.

Sabía que el cabrón de las rastas ya estaba tomando fotos, pero me centré en Jessica, agarrando su pase para backstage que estaba colgando de su cuello.

"¿Le gustó el show, señorita Stanley?" Pregunté, girando el pase en mis dedos, solo para dejarlo caer otra vez en su estómago.

"¡Jessica, tontito! ¿Cuántas veces tengo que decírtelo, Masen? Llámame, Jessica," dijo con una sonrisa. "Y sí, por supuesto. Fue ardiente como siempre."

Mi sonrisa torcida la hizo sonrojar, lo que encontré divertidísimo, considerando las cosas que había escuchado de ella. No era exactamente una virgen sonrojada.

"Fue el regreso perfecto para ti," ronroneó, pero alcancé a ver la mirada en sus ojos.

Resoplé una carcajada por mi nariz pero la llevé al sofá. "Jessica, trabajas para una revista de música. Hablemos de música, ¿quieres?" Me senté junto a ella, y ella se acercó. "Nuevo álbum, nueva gira… ¿no quieres la exclusiva?"

"De hecho, ella quiere saber todo sobre la rehabilitación ordenada por la corte, Masen," Laurent abrió la boca, tomando unas cuantas fotos más.

"Beber y manejar. Todos lo hemos hecho, solo que a mí me atraparon," eludí el tema pero mantuve una sonrisa en mi rostro al volverme hacia Jessica, inclinando su cabeza hacia atrás de forma que quedáramos cara a cara. "¿Qué más hay que saber?"

"B-Bueno," balbuceó, mirándome por debajo de sus pestañas mientras sus dedos seguían el tatuaje en mi bíceps. "Hay rumores por ahí de que tú no eras el conductor."

Rodé mis ojos para ocultar mi sorpresa pero suspiré dramáticamente. "Rumores," me burlé, ondeando una mano hacia Laurent. "Estás invadiendo peligrosamente el territorio de los paparazzi. Escuché que eras mejor que esa maldita basura."

Eso pareció captar su atención, de modo que cambió de dirección, afortunadamente, apegándose a la música, el nuevo álbum que actualmente estábamos grabando, y lo grande que sería la gira promocional.

Como un reloj, se escuchó un golpe en la puerta exactamente treinta minutos después que Jessica había entrado en mi camerino.

"Me temo que nuestro tiempo se acabó, señorita Stanley," le dije con tristeza, palmeando su pierna antes de levantarme para atender la puerta. Me preparé para lo que estaba por venir. Dos rubias muy altas y muy bonitas irrumpieron en la habitación y se agarraron de cada uno de mis costados. Contuve una carcajada, pero la sonrisa fue genuina cuando las acerqué a mí. "Damas," las saludé al mismo tiempo que manos y labios encontraban mi piel. Demonios, ni siquiera me importaba si Laurent conseguía unas cuantas fotos antes de que caminaran hacia la puerta. "Oye, Jessica… la próxima vez, deja al chico de la cámara. Podríamos divertirnos un poco." Palmeé el rollizo trasero en mi mano derecha, riéndome entre dientes cuando se sonrojó una vez más y abrió la puerta.

Cuando la puerta cerró con un clic detrás de ellos, una mano golpeó mi rostro, empujándome hacia el sofá.

"¿Sabes? Te gusta demasiado esa mierda," Tanya me regañó con una carcajada, cruzando los brazos sobre su abundante pecho. "Y probablemente tú eres la razón por la que prefiero el coño." Hizo un gesto hacia su novia, Kate, que solo nos sonreía sacudiendo despacio su cabeza. Ella toleraba demasiado, simplemente porque Tanya era una mujer loca.

"Entiendo por qué prefieres el coño," repliqué con una carcajada, subiendo y bajando mis cejas y esquivando la almohada que Kate arrojó a mi cabeza. "Solía gustarte la polla."

"Todos esos recuerdos están borrosos," se burló, aunque su sonrisa fue graciosa cuando Kate se rio. "Lamento lo de esa entrevista, Edward."

"A la mierda. Eventualmente alguien va a querer saber sobre el accidente y rehabilitación, pero no iba a contarle a esa mujer," suspiré, frunciendo un poco el ceño al recordar lo del "rumor" que Jessica había mencionado. Solo tres personas sabían sobre la noche del accidente, y tenía que hablar con una de ellas. Volví mi atención de nuevo a Tanya, agarrando la botella de whisky de utilería con una sonrisa. "Buen trabajo, por cierto. El té es bueno. ¿De miel?"

"Sí, querido," Tanya respondió con sarcasmo. "Es bueno para tu garganta después de tu show, que fue un trabajo increíble, te diré."

Asintiendo, le agradecí nuevamente. Tanya era la asistente personal de Rose y una, malditamente, buena. También era la prima de Rose. Todos nos conocíamos de hace siglos. De hecho, Emmett había salido con Tanya antes de enamorarse de Rose, que era la razón por la que me gustaba tomarle el pelo sobre su amor por las mujeres. También hacia mierda que no estaba incluida en la descripción de su trabajo, como falsificar el whisky para mí, lo que me hizo pensar de nuevo en Aro.

Giré la botella de licor, ahora vacía del té, en mis manos. Tan buena como era mi banda—y éramos jodidamente geniales—a Aro le gustaba mantener cierta imagen. Sexo, drogas, y rock and roll. Yo odiaba la política de todo ello. Odiaba ser algo que no era, solo quería escribir música y cantar.

Sentí que el sofá se hundió a mi lado, y miré en esa dirección para ver a Kate. "¿Estás bien?"

Asentí, pero dejé la botella sobre la mesa frente a nosotros. "Sí, es solo que… han sido unos meses miserables."

Tanya gruñó literalmente, rodando sus ojos y dejándose caer al otro lado de mí. "Todavía puedo darle a esa ex tuya una golpiza. Dejarte tirando cuando probablemente más la necesitabas… perra."

Sonriendo, sacudí mi cabeza. "Na."

"¿Estás seguro?" Kate ofreció, sonriéndome con suficiencia. "¡Entre T y yo, probablemente podríamos manipular algún tipo de escándalo de lesbianas!"

Solté una carcajada. "Por más tentador que sea, damas, no. Déjenlo así, ella mostró sus verdaderos colores cuando tuve que ausentarme." Las dos mujeres bufaron con tristeza, y las rodeé con mis brazos. "Aunque, gracias por apoyarme."

Tanya se puso de pie, besando mi sien. "Si cambias de opinión, solo dilo, Edward. Personalmente, me alegra que la perra se haya ido. No estoy muy segura que pudiera confiarse en ella."

"¿Crees que me haya engañado?"

Kate soltó un resoplido. "Creo que hizo muchas cosas cuando no te dabas cuenta, que era la mayor parte del tiempo, cariño—de las cuales engañarte fue lo mínimo. Se colgó de tu fama y cuenta de banco. ¡Joder, que bueno no te casaste con ella! Y apostaría a que todas esas veces que los paparazzi te encontraron… fue ella quién los llamó."

"Mmm," murmuré de acuerdo. "Rose pensó lo mismo." Di un suspiro profundo, la euforia de la actuación desapareciendo finalmente. "Hablando de… ¿Le dirías que necesito hablar con ella?"

"Sí, claro," dijo Tanya, teniéndole una mano a Kate.

Eran de verdad mujeres hermosas—piernas largas, cabello rubio, y cuerpos en forma. Pero también eran buenas amigas. Cuando Tanya salió con mi hermano justo después de salir del instituto, nos hicimos amigos. Fui yo quien descubrió que la razón por la que su relación se apagaba no era por Emmett sino porque Tanya prefería a las mujeres—específicamente, Kate. Apareció llorando en mi puerta, solo porque no quería lastimarlo. Curiosamente, Emmett había estado admirando a Rose por algún tiempo; se había quedado callado por la misma razón—miedo a lastimar a Tanya. Se separaron quedando como amigos.

"Gracias por salvar mi trasero esta noche." Me reí entre dientes cuando sonrieron en mi dirección.

"Cuando quieras, "canturreó Tanya. "Además, nos guardamos el derecho de asegurarnos que la siguiente chica que entierre sus garras en ti pase nuestra inspección."

Sonriendo, agité mi mano diciéndoles que se fueran. "Esa mierda no ocurrirá."

Cuando la puerta se abrió, los gritos comenzaron otra vez, pero ahora no estaba de humor. Sentándome hacia adelante, apoyé mis codos en mis rodillas, y mis dedos se enterraron en mi cabello, agarrándolo con fuerza. La puerta se abrió y cerró otra vez, y levanté la vista para ver a Rose ahí de pie.

"Así que… ¿cómo te fue?"

Mis ojos se estrecharon. "Tenemos un problema," declaré. "Más que ese cabrón, Laurent, siguiéndome al centro de rehabilitación Serenity."

"¿Ahora qué?" Preguntó, sentándose en la mesa frente a mí.

"Jessica dijo que había un rumor de que yo no era el conductor."

La boca de Rose se abrió. "Vaya, ¡¿cómo demonios escucharía eso?!"

Estuve sacudiendo mi cabeza todo el tiempo. "No lo sé, pero alguien está filtrando información o alguna mierda."

"Solo hay cuatro personas… técnicamente tres—"

"¡Lo !"

Nos quedamos callados por un momento, aunque el ruido del pasillo de afuera todavía estaba bastante fuerte. Bajé la vista hacia el tatuaje en mi pecho. "Thicker than water" (1) estaba grabado en mi piel, y era cierto.

Cuando encontré la mirada de Rose una vez más, me dijo, "Me pregunto qué otra información se está filtrando."

"¿Importa?" Alegué, levantándome del sofá y empezando a caminar de un lado al otro. "Quiero decir… me importa una mierda lo que la gente sepa de mí, pero…"

"A Aro le importa," replicó. "Edward, solo nos queda este último año. Te prometo; no tienes que volver a firmar con Volturi, pero sí tenemos que terminar este contrato, o él podría arruinarte." Vino a pararse frente a mí. "Sé que lo odias, y tienes todo el derecho, pero después de esta última gira, él no será tu dueño. Y ustedes tendrán la proyección necesaria para ser sus propios productores." Agarró mi rostro. "Haré mi mejor esfuerzo por mitigar todo esta mierda para ti. Sé que la atención está más en ti que en el resto de la banda, simplemente por el accidente, sin mencionar tu grupo de fans. Pero tienes que comprometerte conmigo, interpretar tu papel por un poco más de tiempo, Edward. ¿Por favor?"

Suspiré al escuchar la súplica en su voz pero asentí.

"Puedes ser lo que sea que tengas que ser cuando seamos solo nosotros, pero allá afuera… necesito a Masen. Necesito sus costumbres desenfrenadas para que seas el centro de atención, al menos para satisfacer a Aro. Con este nuevo álbum, Edward, se habrán establecido lo suficiente, tanto que podrás afeitarte la cabeza y usar zapatos de payaso para lo que me importa." Cuando solté un resoplido, ella sonrió con suficiencia. "De hecho, es bueno que te establezcas después de esta última gira, pero hasta entonces…"

"Aro," los dos dijimos juntos.

"De acuerdo…" Besé su frente. "Voy a ducharme y volver al hotel. Necesito una cerveza."

"Tendré al chofer listo para ti. Pero vigila a los paparazzi en tu hotel, ¡y no te atrevas a golpear a Laurent!" Me advirtió, apuntando un dedo en mi pecho. "Una cosa es interpretar un papel, pero otra es tener que sacarte de la cárcel por asalto. Puede que Aro crea que no hay tal cosa como mala publicidad, pero él no tiene que escuchar a tu familia."

Frunciendo el ceño ante la mención de mi familia, asentí, entrando al baño. Una vez que me aseé y me puse mis jeans y una camiseta, me puse mi chaqueta de cuero y salí al pasillo que se había despejado un poco. Los encargados del equipo estaban desmantelando el escenario, y unos cuantos agitaron su mano en mi dirección al abrirme paso hacia la salida trasera.

Pasé junto al camerino de James, sacudiendo mi cabeza. Los bateristas tienen más juego, o al menos, James lo tiene. Me dio una sonrisa de idiota cuando tres mujeres estaban sobre él mientras estiraba su mano para cerrar la puerta.

"Cerdo," escuché detrás de mí, y me giré para ver a Alice ahí de pie.

"Lo es, Alice," concordé, agachándome para besar su mejilla. "Hoy perdí una camiseta. Mis disculpas." Ella no solo hacía que nos viéramos bien arriba del escenario, sino que estaba casada con mi viejo amigo y compañero compositor.

Ella se rio entre dientes. "Las compro al por mayor, así que no te preocupes." Antes de poder alejarme, ella agarró mi mano. "Jasper quiere compartir ideas contigo antes de la primera sesión de grabación. Compuso una melodía fantástica."

"¿Sí?" Mis cejas se elevaron.

"Sí, es realmente linda. Algo más lenta, pero aun así…"

"¿Con letra?"

"No, esperaba que se te ocurriera algo."

"Ya veremos," le dije. "Dile que le llamaré en un día o dos."

Ella asintió, volviendo a entrar en su camerino. No vi más de mis compañeros de banda, pero eso no significaba nada. Jacob, el que tocaba el bajo, tenía un padre incapacitado al que tenía que atender, y estaba feliz de que estuviéramos en nuestra ciudad natal por un largo periodo de tiempo. Mi tecladista, Alec, estaba casado, y su esposa estaba embarazada, por lo que probablemente él también se había ido a casa.

Yo era el único sin un lugar al que llamar mío. Había estado viviendo en un hotel desde que salí de rehabilitación. Para cuando entré en la limusina, mi humor se había amargado. Debería haber sido una buena noche, presentaciones locales en vivo eran nuestras favoritas, pero con la entrevista, las filtraciones, y ahora los paparazzi que podía ver cerca de la puerta principal del hotel, estaba cansado e irritado.

"Tony, sigue adelante. Déjame a una cuadra o dos más allá. Voy a escabullirme por la parte trasera o alguna mierda," le dije al conductor.

"Masen, la señorita Rose me dijo que me asegurara de que regresaras con bien…"

"Y lo estás haciendo, Tony. Hiciste tu trabajo. No sabes a dónde fui después de que me dejaste," le dije, abriendo mi puerta cuando detuvo la limusina a una cuadra de distancia.

"Sí, señor," fue lo último que dijo antes de que azotara la puerta del coche, básicamente interrumpiéndolo.

Necesitaba caminar, necesitaba despejar mi cabeza. Metiendo las manos en los bolsillos de mi chaqueta contra el frío clima, me di la vuelta para caminar por la acera en la dirección opuesta de mi hotel. Caminé otra cuadra antes de dar vuelta a la derecha, solo para tomarme con lo que había estado tratando de escapar.

"¡Masen!"

"Masen, ¿cómo se sintió actuar después de rehabilitación?

"Heidi Summers dijo que ya no están juntos. A ella se la ha visto en la ciudad con su coestrella Peter Grisham. ¿Qué dices de eso?"

"¿Cómo se siente estar limpio y sobrio, Masen? ¿Todavía puedes cantar?"

Toda la acera estaba cubierta de paparazzi, cámaras y ahora fans curiosos. Empujé para abrirme paso entre ellos, ignorando las preguntas y esquivando micrófonos. Odiaba desairar a mis fans, pero no quería darle a los buitres la oportunidad de acorralarme. Apretando mis dientes, di vuelta en la siguiente esquina, echándome a correr a fin de perderlos a todos. Al otro lado de la calle estaba un bar—Charlie's Pub.

Abriendo la puerta, me metí rápidamente, prácticamente tumbando a alguien. "Joder, lo siento," jadeé, tendiendo mi mano en seguida para ayudarlo a levantarse.

Una dulce risa llegó a mis oídos, y me di cuenta que era una mujer a la que había tirado al suelo.

"Está bien," dijo, sacudiéndose la ropa, pero los dos nos dimos la vuelta cuando se escucharon voces al otro lado de la puerta. "Ven aquí," me indicó, poniéndome detrás de la barra. "Agáchate."

Me reí entre dientes, haciendo lo que dijo, y me alegró hacerlo porque la puerta se abrió de golpe casi cuando caí.

"¿Viste a un tipo pasar por aquí?" Uno de ellos preguntó.

Levanté la vista desde mi lugar en el suelo para recorrer unas piernas torneadas, un lindo trasero en unos jeans ajustados, y una hermosa cabeza llena de cabello castaño. Su rostro se arrugó un poco al mismo tiempo que sacudía la cabeza. Cogió un trapo de la barra, arrojándolo por encima de su hombro, y señalando con su pulgar detrás de ella. Noté un toque de tinta aparecer cuando su camiseta subió un poco.

"¿Un tipo alto, con chaqueta de cuero?"

"Sí…"

"Sí, atravesó corriendo por aquí pero salió por la puerta trasera."

Le agradecieron, y escuché que la puerta se cerró. Mi cabeza cayó hacia atrás a la madera detrás de mí, y suspiré en alivio.

"Gracias," le dije, levantando la vista para ver una sonrisa muy divertida y unos ojos castaño oscuro mirándome.

"Levántate, Masen," dijo con una carcajada, dando unos golpecitos a la barra cuando me levanté. "Te ves como que te caería bien una cerveza."

"Tú sabes…" Comencé a decir, pero ella señaló hacia la pantalla montada en una esquina.

"Has estado en la televisión todo el maldito día. Siéntate," me dijo, agarrando un tarro de vidrio y sirviendo cerveza de barril. "¿Un día difícil?"

Soltando un resoplido, rodé los ojos al tomar un banco frente a ella. "Sí, supongo," murmuré, agradeciéndole la cerveza cuando la puso frente a mí.

Asintió pero sonrió con dulzura. Jesús, de verdad era ardiente. Y picó mi curiosidad el ver que más tinta fue revelada en su espalda cuando empezó a abastecer de vasos las estanterías. Dejé de mirar a la pobre chica para echarle un vistazo al lugar.

Era un viejo bar, uno que nunca antes había notado. Era madera oscura, una larga barra, y un puñado de mesas y sillas. Mis ojos alcanzaron a ver el otro extremo de la habitación, donde una cortina de color rojo intenso parecía cubrir un escenario. A lo largo de las paredes había instrumentos musicales, fotos viejas en blanco y negro, y un letrero de "Se Renta" sobre la puerta, pero no había un alma en el antro.

"Estaba por cerrar," dijo de pronto.

"Puedo irme," le dije, pero ella sacudió su cabeza con una sonrisa.

"Tómate el tiempo que quieras," me ofreció. "No tengo que estar en ningún otro lado, y si te vas ahora, tu club de fans te encontrará."

Sonriendo agradecido, bebí de mi cerveza. "Ya que conoces mi nombre…"

Se echó a reír, tendiéndome su mano. "Bella. Bella Swan. Ahora… déjame darte otra cerveza, y puedes contarme por qué te ves como que alguien pateó tu cachorro…"


(1) Maestro de títeres estoy tirando de tus cuerdas

Retorciendo tu mente y destrozando tus sueños

Cegado por mí, no puedes ver nada

Solo di mi nombre, porque te oiré gritar

Maestro, maestro, ¿dónde están los sueños que he estado buscando?

Maestro, maestro, solo prometiste metiras

Risas, risas, todo lo que escucho y veo es la risa

Risas, risas, riéndose de mis gritos


Bueno, pues aquí tienen la nueva traducción, esta de mi querida Drotuno la autora de A Few Tables Away y la Serie Gravity. Ya han expresado que les gusta como escribe ella, como me gusta a mí, así que sé que disfrutarán de esta historia, pero como siempre, no olviden que no nos pagan por hacer esto, nuestro único pago son sus reviews, sus comentarios hablando de la historia y cuánto disfrutan de ella es lo que nos alienta a continuar traduciendo historias como esta, no lo olviden por favor. Solo necesitan de unos minutos para corresponder al tiempo dedicado a su diversión. Así que espero saber qué les pareció la historia y hacia dónde creen que se dirige. Saludos y nos leemos en el próximo capítulo, no olviden seguir la historia si quieren recibir las notificaciones cuando publico.