Los personajes no me pertenecen, son de la llama asesina.

Quiero agradecer por sus lindos mensaje, me motivan a seguir escribiendo; como sé que no leen los comentarios finales les diré aquí, perdonen la demora, mis alergias me han tenido muy enferma y si ya se dieron cuenta es que ya publiqué la nueva historia TodoDeku y una GiyuTan, por lo que ya tengo un orden de actualización, junto con los RiRen. Espero poder seguir contando con ustedes.

Gracias a mi beta por su tiempo y paciencia en cada cap e historia.


Todas las noches eran iguales sin poder dormir tranquilamente, siempre sintiendo ese vacío en su ser, esa necesidad de salir corriendo para lanzarse desde la parte más alta, estaba cansado de esos mensajes que le llegaban de Petra, está harto de su vida, quería irse a vivir a otro lugar pero era imposible, no dejaría a Mikasa sola cuando toda su familia la abandonó, sabía que Hanji no la dejaría, pero era su único familiar, al menos así se consideraba desde que los padres de Mikasa la habían echado de su casa por su relación con Hanji, la apoyaría siempre.

Ahora uno de los nuevos problemas era su necesidad de verlo desde la ventana, ver como su piscina se iluminaba en hermosos colores que destellaban de su cola, ese suave canto que sabía que salía inconscientemente de los labios de Eren; no entendía que le pasaba con ese mocoso, no se conocían demasiado tiempo, pero se había enamorado como un estúpido adolescente.

—Que mierda me pasa – empezó a masajear el puente de su nariz – ya no tengo 15 años para estarme sintiendo de esta manera.

Unos golpes en la puerta de su casa lo sacaron de sus pensamientos, mataría al imbécil que se le ocurría molestar a las tres de la mañana, bajó sin podérselo creer ahí estaban ellas, Petra con una estúpida sonrisa junto a su amada madre.

—No creo que estas sean horas de venir a molestar – dijo abriendo la puerta, dejó pasar a su madre, cuando esa zorra iba a entrar empezó a cerrarla – solo ella ingresa, tú no eres bienvenida.

—Levi estoy embarazada – todos sus impulsos se perdieron ella ingresó – necesitamos hablar de … ¿te vas de viaje?

—Si el vuelo sale hoy – respondió, mientras se dirigía a su sala – tengo un trabajo junto a mi nuevo socio.

—Levi – esa suave voz lo sacó de su preocupación, volteó a verlo, ahí en la puerta con su bata color azul marino – escuché ruidos y me preocupé.

—Eren – se hizo a un lado esperó a que se sentara junto a él– ella es Kushel mi madre y Petra la zorra.

—Pero los zorros no son así – esas palabras lo hicieron reír – ellos son pequeños y peludos, ella es como muy normal.

—Es un placer conocerte Eren – dijo su madre, le extendió la mano, Eren la tomó con delicadeza – ¿ayudas a mi hijo en su trabajo?

—Sí, soy buen nadador así que puedo apoyarlo – esa amplia sonrisa apareció su corazón se tranquilizó – aunque él también es muy bueno y debemos viajar.

—Espero que todo les salga muy bien en esta sociedad – él solo afirmó siguió sonriéndole a su madre – ahora cariño, hablemos del embarazo quiero que te cases con ella, debes hacerte responsable.

—Creo que es pura mierda – respondió de inmediato, posó su filosa mirada en Petra – Y no me pienso casar, no recuerdo haber estado con ella.

—Tengo un mes – dijo esa bruja con mucha seriedad, le extendió un papel, Eren fue el que se la pasó – esa es la ecografía.

—Deja de ser idiota Petra – lo lanzó a la mesita, volvió a sentarse lejos – ¿por qué crees que es mío?

—¿Y por qué no lo crees? – ella lo enfrentó pudo ver dudas en su mirada – esa noche te emborrachaste demasiado ya que al parecer no recuerdas nada.

—¿Cuándo mierda dices que pasó? – estaba dudoso de esas palabras, él no era fácil de emborrachar y honestamente, ella no le producía ganas de desvestirla – habla mierda, quiero intentar dormir.

—Estábamos en el bar de siempre, los cinco Erd, Aulo, tu, Gunther y yo – ella sonreía como si sus palabras la convencieran – y estábamos bebiendo …

—Para ahí – recordó que desde que se enteró de su amorío, habían dejado de verse – déjame pensar un poco.

Cerró sus ojos, su última borrachera fue con Mikasa y Hanji porque la loca hizo una combinación de tragos que lo dejó tirado en el sofá, tenía un trabajo importante que era el de la comisión de reliquias, donde había buscado la caja musical, así que mientras sacaba los permisos de buceo, hacía la búsqueda y lo entregaba, la fecha que estaba en la ecografía no era lógica, si miraba bien, para esas fechas él no estaba en casa, estaba buscando las esferas de Eren; su cabeza se recostó en el hombro del castaño de verdad que le agradaba ese aroma.

—¿Hijo qué ocurre? – la voz de su madre sonaba cansada la entendía, ella no trasnochaba –

—A ver – volvió a hablar lentamente abrió sus ojos – ¿Dónde se supone que tienes seis meses? Y ¿cómo mierda hiciste para que me acostara contigo cuando yo estaba en la casa de Mikasa y Hanji? – vio como esos ojos se abrían de sorpresa, amaba su buena memoria – porque mi mente no me engaña también puedo confirmarlo con mi agenda, mi última borrachera fue en casa de Mikasa hace seis meses, para esa fecha ya se sabía de tu futuro esposo.

—¿Es verdad hijo? – los ojos de su madre mostraban ira, hace cuanto no la veía así –

—Porque te mentiría – llevó sus manos al largo cabello de Eren jugó con el – me da igual las cosas que ella te diga, pero ni ganas me daban de verla desnuda, además Hanji me emborracho para sacar el dolor de la traición que tonta.

—¡Mientes! – grito, eso hizo que fuera hasta su escritorio, sacara su agenda y buscará las fechas de cada evento –

Se la entregó a su madre, ella lentamente leía todo lo que estaba ahí escrito, estaba seguro que ser tan meticuloso daba sus frutos, la angustia de Petra se veía por todo su cuerpo, le fascinaba, esa desgraciada aprendería a no intentar joderle la vida.

—Petra – su madre se puso de pie se acercó a ella, ahí la abofeteo – te exijo que jamás te acerques a mi familia, esto es denigrante, te escuché por horas, me trasnoche por tus mentiras, dudé de mi hijo pero que no te quede duda que, si vuelves a acercarte si siquiera para respirar cerca de él, créeme que conocerás la fama de los italianos, ya que las mafias tienen muy buenos asesinos.

—Espera Kushel, él solo no quiere tomar la responsabilidad – vio como Eren se acercaba colocando su mano cerca del vientre de la mujer – ¿¡tú que haces!?

—Bueno pues ahí no hay vida – lo miró con duda, ¿qué acaba de decir? – en su vientre no hay vida, está vacía.

—Gracias Eren – le dijo, tomó a la mujer la arrastró hasta la puerta – no regreses y si te veo de nuevo, perderé la paciencia.

Cerró con fuerza e ingresó de nuevo, llevó a su madre hasta su cuarto.

—Descansa, hablamos más tarde – cerró, regresó al sofá –

Eren seguía ahí, sentado viendo las estrellas, su mirada estaba llena de nostalgia, sabía que era un cobarde al no entregarle la carta, pero y ¿si en verdad ellos ya no estaban?, podría ver como Eren perdía las esperanzas antes de iniciar con el viaje, eso no era lo que quería, esperaría un poco más para dársela.

Se acercó lentamente, el castaño seguía mostrando un anhelo indescriptible en cada parpadeo, en cada respiración, sus manos se movían con nerviosismo mientras las acariciaba.

—Deberías descansar – esas joyas se posaron en él – lamento este problema.

—Al contrario – respondió, mientras se corría para darle espacio en la silla – no debí hacer lo que hice menos entrar en una conversación privada.

—No digas eso – se acomodó, como se volvió costumbre tomó un mechón de los largos cabellos – gracias, me ayudaste con ella y ya puedo quitármela de encima, por cierto ¿Cómo hiciste eso?

—Bueno papá no solo era el líder – comenzó con una linda sonrisa en sus labios – también tenía conocimientos ¨médicos¨, nosotros lo llamábamos esenciales de vida, los tritones y sirenas tienes ciertas habilidades, que permiten saber cuándo hay vida dentro o si algo que está mal.

—¿Te enseñó? – preguntó, lo vio negar soltando una débil risa –

—Era bastante inquieto y no me gustaba quedarme en un solo sitio – cerró sus ojos la sonrisa fue más grande – así que me le pegaba todo el tiempo aprendí viéndolo, lo hacía de vez en cuando.

—Tienes buenas habilidades – ese clima era el perfecto para dormir, pero sabía que su mente no se lo permitiría – ahora ve a dormir.

—Eso deberías hacer tú – lo tomó de sus mejillas se quedó viéndolo – mira tienes ojeras muy marcadas.

—Tan amable, pero no es tan fácil – cerró sus ojos, tratando de disimular eso que le producía el castaño – estaré ahora despierto y dormiré en el vuelo.

—No es bueno para tu salud – esa linda voz le traía paz – mi mamá me cantaba una linda canción para que dejara dormir a mis hermanos, ¿quiere que lo intente?

—Si lo logras te conseguiré muchos chocolates – esos ojos se abrieron ampliamente, corrió hasta la casa, trajo con él una cobija - ¿Por qué mirabas el cielo?

—Bueno – lo arropo se hizo a su lado – cuando era un pequeño, me gustaba ver las estrellas, ahora es difícil verlas con toda la luz artificial que crearon.

—Te entiendo – lo escuchó carraspear tomar aire – ahora comienza.

Y ahí una dulce voz apareció, era tan delicada que de verdad producía una tranquilidad en todo su ser, si los ángeles existían seguramente cantarían como Eren, podía afirmar que él cantaba y se veía mejor que ellos, porque jamás en su vida se había sentido así, luego nada.


Despertarse en la cama de su hijo no era nada común, ahí comprendió que no era muy usada, su hijo usaba siempre una deliciosa colonia, no había rastro de ella, dejó salir un suspiro lleno de preocupación, se levantó fue a buscarlo al sofá, esa casa siempre tan ordenada y limpia, le impresionaba que después de tantos años no pudiera corregir ese TOC.

Al llegar ahí lo encontró desocupado, por lo que se asustó, empezó a buscarlo, al salir al patio lo vio ahí acostado en una de las sillas de piscina al lado del joven, lo curioso de todo estaba completamente dormido, eso la dejó sorprendida, pues desde que él tenía 15 años había empeorado sus horas de sueño, solo dejándolo dormir máximo una hora.

—Buenos días señora Kushel – el castaño la saludo con una amplia sonrisa, pero hablando suave – lamento no levantarme, pero no quiero despertarlo.

—No te preocupes – ella se sentó en la que estaba al frente – ¿descansaste?

—Si gracias, Levi se quedó dormido bastante rápido – ese joven, debía ser muy especial para que su hijo se acomodara a su lado – desperté hace poco, ¿usted descanso?

—Lo hice – le devolvió la sonrisa, se percató de lo hermoso que era – mi hijo siempre compra lo mejor, aunque no suele usarlas.

—Lo he notado, honestamente me preocupa que no duerma mucho – ella afirmó a esas palabras –

—Llevo años tratando en que mejore su hábito de sueño, pero nada ha funcionado – el joven acariciaba con delicadeza las manos de su hijo – igual sigue siendo un joven trabajador y dedicado, lo malo no siguió con su carrera, perdió el interés.

—¿Cuál era? – los ojos heterocomáticos mostraban curiosidad –

—Artes plásticas, se enfocó en pintura al lienzo – el joven sonrió miró a su hijo con cariño – pero después de un tiempo prefirió algo que lo sacara de su rutina, que le permitiera despejar su mente y corazón, Mikasa lo apoyó en todo y yo hice lo mismo.

—A mí me gustaban los implementos de dibujo – esa voz era alegre, pero le traía paz – pero no soy bueno, honestamente nunca lo intente.

—Bueno dile a ese enfermo por la limpieza que te enseñe – le sonrió, esos ojos empezaron a brillar más – seguramente lo hará con gusto si eres tú, con Hanji se reusaría de inmediato.

—Seguramente la mataría antes de que coja un maldito pincel – la voz adormilada de su hijo los sacó de su conversación – puedo asegurar que reventaría los tarros de pintura.

—Buenos días hijo – lo saludo, siendo su respuesta un gruñido – puedo ver que descansaste.

—Llevaba años sin lograrlo – lo vio sentarse rascar su nuca – no me siento tan agotado.

—Te dije que dormir es bueno – lo vio levantarle los hombros – ¡Rivaille Ackerman no me levantes los hombros!, ahora vamos, les preparare el desayuno, tienen un vuelo que tomar.

Empezó a alejarse, escuchó un -¨joder, ya no soy un niño¨-, que la hizo sonreír continuó con su misión de darle a esos jóvenes algo delicioso; estaba buscando los implementos en la nevera y stands cuando la puerta fue abierta, esa inconfundible voz hizo presencia.

—¡Leviciento Eren, buenos días! – asomó su cabeza la sonrisa se hizo más amplia – Kushel de mi vida, pensé que habías regresado a casa.

—No – la saludo con un beso la vio sentarse en la mesa – tenía unos asuntos que se volvieron desagradables, pero pienso volver mañana, ¿ya desayunaron?

—No señora – la sonrisa de la mujer siempre tan radiante – Mikasa está comprando lo necesario, hoy nos levantamos tarde y no alcanzamos a cocinar.

—Yo pensaba cocinar – dijo haciendo un mohín, era la oportunidad de consentir a su hijo por medio del estómago – lo iba a conquistar con la comida.

—Querida aquí nunca hay comida – ella solo afirmó, por la puerta trasera los vio entrar – Mikasa, tu tía está aquí.

Ella se levantó de inmediato, la abrazó la adoraba, era toda una guerrera, junto con su hijo se habían encargado de apoyarla en todo, demostrándoles que no se había equivocado en las decisiones que tomó, en mostrar agradecimiento hacia ellos.

—Bienvenida – La joven dejó un beso en su frente – menos mal compramos demás todos los días, sentémonos.

Habían llevado un delicioso moccaccino, con diferentes croissants, quesos y sándwich, ellos conversaban alegremente de los diferentes trabajos, como cosa rara su hijo solo daba monosílabos, pero de vez en cuando sonreía y felicitaba a su "prima" por lo que decía o había hecho.

—Pero miren esto que nos enviaron – Hanji sacó un sobre de su maletín sacó el contenido – nuestro hermoso Eren, mostrando su belleza.

Vio las fotos que le habían tomado con joyas muy hermosas, supo de inmediato que se trataba de los diseños de ese amigo de la infancia, honestamente se veía precioso, ahí vio a su hijo sonreír tan ampliamente, que de inmediato sus lágrimas salieron, ¿Cuántos años esperando volver a ver esa sonrisa?, ahí lo recordó cuando era un pequeño niño que no odiaba a nadie y confiaba.

Todos la miraban con sorpresa, pero era su hijo y se emocionaba de ver cambios positivos en él, lo abrazó con tanta fuerza, que escucho un quejido del contrario, sabía que la acción no sería devuelta, pero no importaba, su hijo estaba ahí lo amaba demasiado.

—Ya suéltame – le pidió, ella solo se alejó – bueno vamos a arreglarnos, debemos ir al aeropuerto, ¿te vas a quedar?, para dejarte las llaves.

—No cielo – respondió, se dirigió a la habitación – iré con ustedes, veré si hay algún vuelo disponible, gracias por la comida.

—Bien – lo escucho, luego se dirigió al baño –

Al salir todos ya estaban listos, subiendo las maletas al auto de Mikasa, tomó asiento en la parte de atrás junto a Eren, lentamente los paisajes empezaban a tomar velocidad, la música suave era lo único que se escuchaba, el castaño, tenía su cabeza en el hombro de su hijo.

Al llegar las chicas se despidieron, pues cada una debía ir a sus respectivos trabajos, así que ella fue a información, esperando encontrar un pasaje, disimuladamente veía a su hijo estar al pendiente de aquel joven que se veía ahora bastante preocupado, luego haría las preguntas que rondaban en su cabeza.

—Todo saldrá bien – lo escuchaba decir, el joven solo afirmaba – estaré contigo, deja de parecer un mocoso miedoso.

—Pero nunca he subido a un pájaro gigante – ella sonrió, y sujeto esas manos temblorosas –

—No debes preocuparte, son muy seguros – ella empezó a señalarlo sonriendo– nosotros viajamos muy seguido y mira seguimos con vida, yo debo esperar un poco más, pero les deseo un buen viaje, que el trabajo sea exitoso.

—Gracias – su hijo fue el que respondió, el joven la abrazó – también ten un buen viaje, ten cuidado, estamos en contacto y aléjate de ella.

—Lo haré amor - él solo afirmó, los vio alejarse – espero que él te siga trayendo demasiada felicidad y prosperidad.

Lo susurro cuando ya estaban bastante distanciados, si su hijo era feliz, ella también, después de tanto dolor, se merecía lo mejor del mundo.


Espero les gustara, si es así háganmelo saber o si merezco tomatazos.

Sin más Ame las ama.