Yo la quise y a veces ella también me quería.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos,
la bese tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Otro.

No es con él con quien va a refugiarse, cuando tiene pesadillas.

La escucha, por supuesto. Siendo que las paredes de esa casa son como de papel, puede escuchar todo, desde los gemidos que vienen del cuarto de los gemelos que en verdad quisiera no poder escuchar, no porque los dos sean hombres o porque sean hermanos, sino porque son sus hermanos y en verdad hay cosas que aun siendo familia no deberían saber, hasta los gimoteos suaves de su hermanita.

Comparten pared. Su cuarto está al lado del de ella, y aunque muchas veces se quejó de eso ya no más. Luego del terror que sintió, al pensar que la perdería, agradece estar a su lado, o al menos solía hacerlo.

No va con él, cuando gime su nombre y se pone a llorar, triste y asustada.

La primera vez que la escuchó, sus sollozos ahogados y palabras cansadas, salió corriendo, más dormido que despierto y tropezó con la alfombra, para luego abrir la puerta rápidamente. Fue hasta donde ella estaba, pegada a la cabecera de su cama, arañando la pared, suplicando.

Supo que no lloraba por las pesadillas, sino porque él no estaba, porque la había dejado.

La abrazó, y cuando sus padres llegaron a preguntar él les dijo que era una pesadilla nada más. Pasó muchas noches abrazándola, mientras su dulce y ya no tan inocente hermanita susurraba su nombre. A veces, en sus delirios de sueños y grandeza lo confundía a él con aquel a quien amaba..

'Tom' lo llamaba. Tom, mientras su manita recorría el rostro sin verlo realmente.  Tom, cuando llevó su rostro hasta el de ella, para besarlo en los labios. Tom, y a pesar de que lo llamaba así y que sabía lo terriblemente mal que estaba permitió que lo besara, permitió que entre sus lágrimas, mientras él las bebía, le desabrochara el pijama. Permitió que lo acariciara hasta que tuvo un orgasmo.

Culpa, terrible culpa cada una de esas noches. No sólo era su hermana, sino que también no se lo estaba haciendo a él, Ron, con el mismo cabello y la misma forma de los ojos, ni con los mismos labios que habían heredado ambos, sino que lo hacía a un recuerdo. Pero no puede renunciar a ella ni a la luz que esos ojos tienen durante esas noches, por eso se queda callado y permite que pase lo que tenga que pasar.

Pero luego, todo cambió. Quizá porque crecieron, o tal vez ella se dio cuenta de lo que pasaba, pero un día su cercanía terminó. Y cuando una noche él fue a consolarla por sus pesadillas, ella lo rechazó..

Ella sigue teniendo pesadillas. Tiene quince años y las sigue teniendo, pero ahora es él, él que se parece tanto a 'Tom' el que va corriendo a su lado para consolarla.  Y Ron no debería quejarse, lo sabe. Él duerme junto a su novia, y escucha como su mejor amigo va corriendo para curar las pesadillas.

No debería,  y lo sabe, pero siente envidia de su mejor amigo.  Siente envidia aunque se afierra al suave cuerpo de cabellos enmarañados que descansa en sus brazos. Se mueve contra ella, y su novia con un suspiro le permite poseerla mientras se besan.

No es a él a quien ahora llama Tom. Las malditas paredes son tan delgadas que puede escucharla, su canto de sirena mientras lo confunde a él y a la vez no con Tom.

Se viene dentro de su novia y se queda apoyando la frente contra la almohada, respirando pesadamente. Puede escuchar el susurro de la voz de su hermanita.

'Tom.... no, Harry....'

Y nunca, nunca es Ron.

Fin.

Notas de la autora:

Okay... ahora sabemos lo que pasa cuando escribes bajo la influencia del Afrinex. Angst, incesto y dark. :D Cortito, porque la inspiración está dopada, pero me gusta.

¿Qué opinan?

Besos!

Kali