Disclaimer: Los personajes de The Avengers no me pertenecen, ellos son de Marvel y Stan Lee.

Capítulo Único: Pequeño Omega.

Decir que nunca había tratado antes con un Omega seria mentir de su parte, Pepper incluso lo obligaría a comerse su barra de jabón si es que osaba a decir tal estupidez -muy a pesar de que la mujer estuviera acostumbrada a ello-. En realidad, Tony había ayudado a muchos Omegas en el pasado a superar su celo, claro, con ésto no quería decir que se aprovechaba del ciclo dónde muchas personas se veían vulnerables ante su naturaleza como llegaban hacer otros Alphas. Tony Stark no caía en esa cruel bajeza sino, más bien, prefería llegar a un acuerdo mutuo con quien le hacía dicho favor. El Omega en cuestión debía entregarse a Tony voluntariamente y con los cuidados apropiados del celo, los cachorros no era algo que él apreciará momentáneamente. Por lo que ¿Omegas? Si, era una materia al que Tony no tenía porque temer. No era un tema desconocido ni se volvía loco ante el aroma de un Omega, no era algo que le preocupase realmente, a decir verdad lo tenía más que controlado. Después de todo, nunca se había visto en la necesidad de buscarse un compañero que lo completase de esa manera. Su relación con Pepper y Steve podían confirmarlo.

Pepper era Beta con carácter, no se dejaba intimidar fácilmente y siempre tenía las palabras justas para cerrarle la boca incluso ante el más rudo de los Alphas -Frank, Romanoff e incluso ese tipo de Brooklyn-. Tony en verdad había visto potencial en ella para ser su compañera, pero las cosas no habían resultado con ellos.

Steve, por el contrario, era un Alpha líder por naturaleza, increbantable y decidido. Tony no pudo evitar caer por él ¿Qué mejor para un Alpha que tener a un igual a su lado? Teniendo en cuenta el estilo de vida que llevaban con sus alterego, pareció la mejor idea. Oh, Tony si que había caído bajo por aquel hombre que vestía barras y estrellas. Lastimosamente para Stark, un antiguo amor del Capitán había llegado en escena y todo lo que Tony amaba se esfumó.

Ya nada quedó con él...

Excepto aquel niño de Queens. Peter se había quedado a su lado incluso sabiendo que podía dar media vuelta y hacer como si nada hubiera sucedido, recoger su mochila barata e ignorar que alguna vez Iron Man tocó su puerta para llevarlo a una guerra civil en Alemania. Pero Peter no se había ido, el niño araña se había quedado a su lado a pesar de todo y Tony, aunque nunca fuera capaz de decirlo en voz alta, en verdad lo apreciaba. Claro que lo hacía. Le hubiera gustado decir que todo fue un camino de rosas desde que el niño decidió mudarse con él a la ex Torre Avengers, no fue así sin embargo.

Porque Peter era un Omega -pequeño, dulce e inteligente- y como todo Omega su ciclo llegaba inevitablemente.

Tony hubiera querido sonreír arrogante ante James para decirle que lo tenía controlado, que no le afectaba en nada el que Peter estuviera cerca durante su celo. Dios ¡No era la primera vez que olía un celo de Omega!

Claro, Peter no era cualquier Omega. Peter era especial, su apoyo, su socio y aprendiz. Peter se había quedado junto a un hombre roto y destruido por el pasado, un Alpha que parecía vivir por él ahora y...

Carajos.

- Señor Stark ¿Todo en orden? -pregunta el arácnido desde la isla en la nueva cocina, dejando de lado su libro de Química.

El aroma de su celo le inunda cada sentido con cruel anhelo, el oír su nombre de sus labios y aquella mirada preocupada por él lo hace todo peor.

- Estoy bien, niño -responde en una clara mentira.

Tony estaba jodido.