¡Hola! Vale, puede que las mates se me den como el culo, porque resulta que termino de publicar el fic hoy y no el 31 de julio, como había dicho en el primer capítulo. Anyway, esta pequeña historia llega a su fin.

Lady, espero que te haya arrancado más de una sonrisa. Love ya.


ANÉCDOTAS DE UN ROMANCE


6. Los tortolitos

Sirius dio otra vuelta en la cama. No poder dormir era frustrante, aunque no podía quejarse abiertamente, porque Remus ya le había advertido que eso pasaría si se tomaba un café a media tarde.

A veces odiaba que su novio fuera tan listo.

Cambió de postura, quedándose boca arriba, y soltó un sonoro suspiro. Estaba tentado de despertar a sus amigos, pero lo más probable era que recibiese un almohadazo en la cara si lo hacía, y no quería arriesgarse. La última vez que lo había hecho, Remus les había quitado la voz a él y a James durante medio día con un hechizo, y no se la había devuelto hasta que les tocó responder a una pregunta en clase.

Aparte de listo, su novio también podía ser muy vengativo.

Pensó en levantarse y bajar a la sala común, pero jugar al ajedrez mágico contra uno mismo era bastante aburrido. Por no decir que odiaba perder, aunque al mismo tiempo ganara.

Volvió a girarse, esta vez sobre el lado derecho.

Qué difícil era ser Sirius Black.

―¿Se puede saber qué te pasa? ―susurró una voz.

Remus.

―¿No es evidente? No puedo dormir ―respondió Sirius.

―¿Hace falta que te diga que la culpa es tuya por beber café por la tarde o ya te has arrepentido tú solito?

Sirius puso los ojos en blanco.

―Ya he reflexionado sobre eso, muchas gracias.

Pasaron diez segundos de silencio antes de que Remus suspirara y abriera la cortina de su cama.

―Venga, ven.

Sirius sonrió. Se levantó y fue a tientas hasta la cama de Remus. Ambos muchachos se acurrucaron juntos, cara a cara.

―¿Sabes en qué me he fijado? ―susurró Sirius.

―A ver, ilumíname.

Sirius se mordió el labio antes de continuar.

―Nunca nos hemos dicho «Te quiero».

Remus se quedó callado.

―Y ahora ya no puedo decirlo, porque parecería que lo hago para quedar bien. ―Sirius recibió un golpe en el hombro―. Tonto.

Él se pegó todavía más al cuerpo de su novio y buscó sus labios para besarlo. Remus respondió al beso pasando una mano por su cintura y enredando sus piernas con las de él.

―Por Merlín, os juro que como empecéis a liaros ahora, os arranco las lenguas. Ahí sí que ya no podréis decir nada ―murmuró un James medio dormido―. O besaros, ya que estamos.

Sirius y Remus soltaron una carcajada.

―Venga, Cornamenta, sigue soñando con Lily.

―Lo intento, pero vuestros besuqueos y charlas de enamorados no me lo permiten ―se quejó el otro.

―Con lo emocionado que parecías con que empezáramos a salir… ―respondió Remus.

James soltó un sonido inteligible y volvió a dormirse.

Sirius no parecía tener intención de irse, así que Remus se puso cómodo, abrazado a su novio, y cerró los ojos. Oyó cómo la respiración de Sirius se acompasaba, y sonrió.

―¿Sirius?

―¿Hmm? ―respondió él, ya medio dormido.

―Te quiero ―susurró.

―Yo también te quiero, Remus.

El muchacho esbozó una sonrisa traviesa antes de añadir:

―Que sepas que gano yo por decirlo primero.

Y ya no pudieron dormir en lo que quedaba de noche, porque Sirius empezó una discusión acalorada sobre por qué Remus no tenía razón y que él era quien más amor tenía para dar de los dos.


FIN.


Y con esta escena MrsDarfoy se vuelve a su hiatus temporal. Y esta vez de verdad.

P.D: Si os chifla el Dramione como a mí, las votaciones en las nominaciones de los Dramione Awards 2016 seguirán abiertas hasta el 28. Podréis encontrarlas en FB. ¡No olvidéis pasaros!

MrsDarfoy