Antes de empezar, quiero decirles que el español no es mi lengua materna, asi que pido disculpa de antemano por las posibles faltas de ortografía que intentaré sean las mínimas posibles.

Aclaración: No soy dueño de Naruto ni de Sekirei, tampoco de cualquier personaje de otro anime/manga/videojuego que aparezca en este fic.


Unmei

En mis momentos felices (mi breve infancia) no era consciente de mi propia existencia, sino de que el mundo era un lugar bueno, hermoso, agradable y soleado. Una comida que no me gustaba, un mal sabor, una aguja que se me clavaba en la mano, mordisquear furioso las tablas de la jaula de madera en la que me encerraban cuando era un bebé para que no me ecapara o llorar durante horas porque,(uno de los recuerdos más terribles de mi infancia) me había pillado el dedo con la puerta del coche de mi abuelo ero-jiji, eran cosas que no me enseñaban nada sobre mí mismo sino sobre nociones de un mal y un dolor de los que había que huir. Pero entre las idas y venidas de mi conciencia, entre las fantasías y las tensiones, se iba asestando lentamente dentro de mí el sentimiento de ser yo mismo, de que existía un yo, así como una sensación de culpabilidad.

Entre los tres y seis años me vi privado del sentimiento de amistad y unión que nos habíamos forjado entre mi hermano y yo cuando él,(cuatro años mayor) empezó el colegio. Durante aquellos cuatro años, en los que sentí el cariño y el interés de mis padres, aprendí a quedarme a solas, conocí a mi primera amistad, y acumulé los primeros y únicos recuerdos felices, que nunca podré olvidar.

...

...

Siempre los recordare..


Capítulo 1

-(Soló faltan pocos segundos y seré libre)- Pensó un chico mirando el reloj de su clase, era de aproximadamente 1,75 cm de altura, de cuerpo delgado pero tonificado, tenia el cabello rubio de punta con reflejos rojos, dos mechones enmarcaban su rostro, piel blanca como la nieve, ojos azules como el cielo y con tres extrañas marcas en las mejillas. Traia puesto el uniforme de la academia, una camisa blanca, una chaqueta negra abierta, una corbata floja de color rojo y un pantalón negro.

-Quién de ustedes me puede decir quién fue el..- Comenzó a decir el profesor, pero fue interrumpido por el timbre escolar, anunciando la salida de la escuela. -Bueno, chicos ya pueden irse, el lunes seguiremos con historia universal, que pasen un buen fin de semana, hasta luego.- Dijo el maestro recogiendo sus cosas. -Asi, y no olviden hacer sus tareas-

-¡Al fin!- Exclamó el ojiazul en tono victorioso, levantándose de su asiento y guardando sus pertenencias en su mochila.

-¿Qué te pasa Naruto? ¿Por qué estás tan apurado en irte?- Preguntó un chico pelinegro acercándose al rubio.

-Hoy se estrena un nuevo plato en ichiraku- Respondió, colocándose la mochila en el hombro. -Y no pienso perdérmelo por nada del mundo- Ni bien terminó de decir eso, salió corriendo a toda velocidad, dejando tras de si una atónita clase.


-Muchas gracias viejo, estuvo realmente delicioso.- Murmuró Naruto, levantándose de su asiento y dejando el dinero de su ramen en la mesa.

-Me alegro que te haya gustado, vuelve pronto- Dijo el dueño del lugar mientras recogia los cuencos vacíos de ramen.

Naruto esbozó una sonrisa e hizo un gesto con la mano a modo de despedida -Claro que sí, dattebayo-

-Hasta luego-

-(Es hora de ir a casa)- El rubio salió del local, estirando los brazos con pereza y alzando la mirada al cielo. El cálido sol del atardecer bañaba de naranja las calles de Shinto Teito y una apacible brisa acariciaba las copas de los árboles.

Suspiró.

-Hoy me espera una noche muy larga.- Murmuró pensando en las tareas escolares que tenia que hacer. -Gracias a Dios que mañana es sábado- Sin perder más tiempo comenzó a encaminarse a su casa. -(Pero primero tomaré un baño, para relajarme un poco.)-

Comenzó a silbar distraídamente una alegre melodía. Siguió caminando, pasando farola tras farola, y después de un pequeño grupo de personas, no había nadie más a la vista.

-We ran our rivers dry, took our only prize from this forgotten land.- Empezó a cantar en voz baja, pero antes de que pudiera continuar, fue interrumpido por un grito proveniente de un callejón que casi le hace saltar de sus zapatos. Se detuvo bruscamente y giró sobre sus talones. El ojiazul corrió rápidamente hacia el callejón y vio algo que le hizo fruncir el ceño, 3 tipos con bastante mala pinta estaban molestando a una chica quien simplemente trataba de alejarse de ellos pero los tipos insistian y empezaban a rodearla para que no escapara.

-¡Maldita sea, déjenme en paz, mierda!- Gritó la chica perdiendo los estribos por un instante.

-Oh, vamos, belleza, no seas asi, vamos a divertirnos- Dijo uno de los tipos que miraba descaradamente los pechos de la chica.

-¡Basta ya! ¡Estoy perdiendo la paciencia!- Volvió a gritar la joven.

-Jejeje, asi me gustan, agresivas- Ronroneó con malicia el que parecía ser el lider mientras se relamía los labios.

-¡Hey! ¡¿Qué demonios creen que están haciendo?!- Exclamó Naruto acercándose rápidamente hacia ellos. -¡Déjenla en paz, animales!-

-¿Y tú quien mierda eres?- Preguntó el supuesto lider, dándose la vuelta para mirar a Naruto.

-¡Esto no es de tu incumbencia asi que largate de aquí!- Dijo otro de los bravucones.

-Déjenla- Volvió a repetir el rubio, parándose frente al lider.

-¿Qué pasa si no lo hago?- Preguntó en tono burlon.

-Esto- Susurró Naruto plantándole un puñetazo en el estómago, dejándolo inconsciente en el acto.

-¡Junichi!-

-Ahora veras pequeño trozo de mierda- Siseó uno de los dos sujetos sacando un cuchillo de su bolsillo y corriendo hacia Naruto. -¡Muere!-

-(Patético)- Pensó el ojiazul mientras esquivaba los cortes y puñaladas de una manera sencilla, haciendo enfurecer más al bravucón.

-¡Quédate quieto, joder!- Gritó el sujeto antes de recibir un gancho en la mandíbula, seguida de una patada en el estómago que lo mando a estrellar contra la pared de concreto del callejón, dejándolo K.O.

-M-maldito- Tartamudeó el único que quedaba en pie temblando de miedo por lo que acababa de ver, el Namikaze simplemente giró un poco su rostro para verlo haciendo que el tipo salga huyendo por el miedo que le producían esos ojos azules.

-Qué cobarde. Abandonó a sus amigos- Murmuró, para luego girarse hacia la chica. Parecia tener su misma edad, tenia una estatura de 1.60 cm, su cabello era largo, liso y rubio, piel blanca y ojos verdes, tenia un esbelto y voluptuoso cuerpo con grandes pecho. Traía puesto un vestido azul que le llegaba hasta la linea del busto con un engobe blanco debajo, y un pequeño delantal blanco alrededor de su cintura con el patrón de shuriken en ellos. La chica tambien traía un cinturon marron con una bolsa, unos guantes largos blancos, unas medias blancas hasta medio muslos, unas botas marrones largas y una boina azul con un gran lazo blanco, también tenia una espada gigante atada a su espalda.

Naruto no pudo evitar sonrojarse un poco mirando la figura espectacular de la chica.

-(Controla tus hormonas Naruto)- Se reprendió mentalmente, no era el momento ni el lugar para pensar en ese tipo de cosas.

-Gracias por haberme ayudado- Habló de pronto la chica, haciendo reaccionar a Naruto.

-Jejeje, no hay de que- Respondió ya más calmado y luego dijo. -¿Tú, estás bien? No te han hecho nada, ¿verdad?-

-Estoy bien, gracias de nuevo- De pronto, sintió su rostro calentarse y ruborisarse. -(¿Qué me esta pasando?)- Se preguntó internamente, algo dentro de ella se había encendido como una llama caliente que la remecía por dentro y le calentaba el cuerpo, era una sensación muy agradable y placentera. -(¿Será que estoy reaccionando ante él?)- Perdió el equilibrio. Su cuerpo se meció a derecha e izquierda, y cayó al suelo, pero antes de que esta tocara el piso, fue sujetada por Naruto.

-Hey, ¿Estás bien?-

-T..tu...¿cómo te llamas?- Le preguntó mientras su respiración se hacía cada vez más dificultosa y la temperatura de su cuerpo aumentaba.

-Naruto, Naruto Namikaze-

-Mi...mi nombre e..es Yomi, N..naruto- La rubia empezó a agitarse y a jadear por lo que se le dificultaba cada vez más el hablar.

-He..- Naruto no tuvo tiempo de reaccionar cuando Yomi lo tumbó en el suelo poniéndose encima suyo.

-Hay...eso dolió-

-Fi...finalmente te encontré.- .Ella le agarró el rostro con ambas manos y lo miró risueña -Mi Ashikabi- y empujó sus labios contra los de Naruto.

A esta altura el ojiazul creía que ya nada lo podía sorprender, pero una vez más se equivocó cuando al separarse después del beso, yomi soltando un gemido, arqueó su espalda y de repente unas alas de luz brillante de color amarillo le crecieron, y luego tan sorprendentemente como aparecieron de igual manera se desvanecieron.

-Sekirei N° 56 Yomi, será tuya ahora y para siempre- Musitó la chica con el rostro enrojecido para luego envolverlo en un abrazo.

Naruto parpadeó varias veces atónito, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Sin saber muy bien qué decir, dirigió su vista hacia la cara de Yomi y se sonrojó al notar que lo miraba como si fuera la cosa más hermosa del universo, avergonzado por la intensa mirada de la que estaba siendo objeto apartó un poco la vista y miró hacia otro lado, afortunadamente, el callejón donde estaban estaba completamente desolado.

-Ashikabi-Sama- Murmuró Yomi, agarrándo de nuevo la cara de Naruto entre sus manos para poder besarlo con dulzura.

-¿Ashi..kabi?- Musitó el ojiazul confundido mientras su pálida cara comenzaba a tomar un intenso color rojo. -¿Qué es...-

Justo en ese momento el celular de Naruto sonó con fuerza con la canción "Over The Edge" de Oceans Ate Alaska, provocando que ambos dieran un pequeño salto por el susto. Se llevó una mano al bolsillo de su pantalón y de él sacó su celular. -(¿quien será? ¿No conozco este número?)- Pensó, mirando la pantalla de su movil mientras se separaba delicadamente de la rubia, para luego contestar la llamada.

-¡Felicitaciones Naruto-kun!- Bramó una voz desde el otro lado de la pequeña pantalla, allí un hombre de cabello blanco y ropas a juego con su pelo le sonreía de forma amistosa. -¡Te has convertido en el compañero de una Sekirei!-

-¡Espera...tu eres Minaka Hiroto, el presidente del M.B.I!- Exclamó Naruto, incorporándose lentamente del suelo seguido de Yomi.

-Estas en lo correcto, Naruto-kun- Respondió, con una sonrisa tan amplia que amenazaba con dividir su rostro en dos.

-Buenas tardes, presidente- Saludó educadamente Yomi, mirandó el celular por encima del hombro de Naruto.

-Ah, Numero 56, Yomi, espero que todo te este llendo de maravillas-

-Espera un minuto, ¿cómo es que sabes mi nombre y el número de mi teléfóno?- Preguntó el ojiazul, entrecerrando los ojos.

-Jajaja, no hay nada que yo no sepa Naruto-kun, pero, dejando eso de lado. Te he llamado para informarte que has sido seleccionado para formar parte de un juego denominado ''El Plan Sekirei'''-

-(¿Sekirei?...otra vez esa palabra) Pensó Naruto, mirando de reojo a la pelirubia. Luego preguntó. -¿El Plan Sekirei?, ¿Qué es eso?-

-Jejeje, permíteme explicarte en que grandioso juego te has metido, Naruto-kun- Los ojos de Minaka brillaron con emoción mientras hacia una pose rara. -Buajaja, las reglas son sencillas, 108 Sekireis han sido liberadas por toda la ciudad. Ellas junto a su Ashikabi deberán luchar contra otras Sekirei. Pelearan y pelearan y el Ashikabi de la última Sekirei que quede en pie tendrá el destino del mundo en sus manos.- Terminó, orgulloso, cruzando los brazos con una sonrisa satisfecha.

En este punto Naruto estaba furioso -(¿Por qué hace esto? No tiene sentido. No tiene ningún maldito sentido).-

Minaka se percato del cambio en el rostro de naruto, lo que lo llevo a sonreír aun más que antes. -¡Jajaja! Dime, ¿no te parece grandioso, Naruto-kun?-

-¡No, claro que no!.- Rugió molesto, asustando en el proceso a Yomi. -No son herramientas para ser utilizadas, son personas, ¡Maldita sea!-

Al escuchar esas palabras Yomi se sonrojó, no esperaba tales palabras de su Ashikabi. Minaka por el contrario se puso a reir aún más fuerte.

-Jajaja, vaya temperamento- Comentó Minaka, ignorando la mirada fulminante del rubio.

-Voy a colgar-

-¡Espera!, solo déjame darte una última advertencia. El plan Sekirei es un proyecto ultra secreto, así que no lo puedes revelar a nadie que no esté involucrado en él. Si desobedeces esta regla, usare todo el poder del MBI para asegurarme de que pagues el precio.-

-¿Crees que te tengo miedo?-

-Wajaja, deberias si quieres mantener a salvo tu querida Sekirei- Dijo dirigiendo su mirada a Yomi.

-¡Vete al infierno!- Gritó el rubio, colgando de golpe. -Maldita escoria-

-N-Naruto-Sama-

-¡¿Qué quieres?!- Increpó Naruto. Sus rasgos se suavizaron cuando notó el miedo en la cara de Yomi. Ahora se sentía realmente horrible. -Hey Y-yomi...yo...lo siento...no quería perder los nervios de ese modo-

Yomi sacudió suavemente la cabeza. -No te preocupes, solo estabas enojado eso es todo-

-Es que...no debí..- Comenzó, siendo cortado por un bezo de Yomi.

Después de unos segundos Yomi rompió el beso y descansó su frente contra su pecho y un leve aroma a vainilla llegó hasta ella. -Tú solo estabas preocupado por mi seguridad y eso me hace muy feliz-

Se quedaron largo rato en silencio, en el cual lo único que se escuchaba era el sonido de los autos y las lentas respiraciones de los dos jóvenes. Hasta que después de alrededor de cinco minutos, el rubio habló.

-Vamos a mi casa-


En el edifico del M.B.I el presidente de la compañia estaba sentado cómodamente en el sillón de su oficina con una enorme sonrisa plasmada en su rostro. -Vaya, vaya, que chico para más interesante-

Dejó el telefono en el escritorio, se levantó y caminó hacia la ventana, donde se quedó mirando el hermoso atardecer que predominaba sobre la ciudad de Shinto Teito, que prendía sus luces creando una vista alucinante desde la altura.

-Jejeje, el plan Sekirei se pondrá mucho más emocionante...- De repente su computadora sonó, llamando su atención.

-"Yashima, Sekirei N° 84 ha sido alada"- Anunció una voz robótica.

-Oh, de nuevo- Regresó a su escritorio y se sentó tranquilamente -Veamos quien es el afortunado.-

Pulsó un botón y enseguida la pantalla cambio y mostró la foto de un chico delgado con el cabello negro desordenado y ojos grises. -Jejeje, Takami-kun no estará muy contenta cuando se entere-


Yomi y Naruto se encontraban sentados en la cocina de la casa de este último.

-Estuvo delicioso, gracias Naruto-Sama eres un gran cocinero-

-Me alegro que te haya gustado la comida- Murmuró Naruto rascandose la nuca algo avergonzado, ganándose una sonrisa de la rubia.

Después de eso se quedaron un rato en silencio, el sonido del reloj era lo único que se escuchaba en la cocina, hasta que Yomi volvió a hablar.

-¿Vives solo en esta casa tan grande?- Preguntó mirando a su alrededor, la casa era muy grande y hermosa, era de cuatro pisos, en el primer piso estaba la sala de estar, la cocina, el comedor, dos baños y una biblioteca. En el segundo piso, estaba la habitacion de Naruto, un baño y tres cuartos. El tercer piso estaba compuesto por 5 habitaciones y un baño. El cuarto piso tenia tres habitaciones vacias, también había una escalera que conducía a la enorme terraza de la casa. Tenía un enorme jardin trasero rodeado por un semicírculo de árboles grandes y elevados muros cubiertos de buganvillas de diferentes colores.

-Sí, vivo solo-

-¿Y tus padres?-

-Oh...mis padres murieron cuando yo tenía 7 años- Una sonrisa triste y nostálgica se dibujó en la cara de él.

-Lo siento Naruto-sama- Yomi se alzó de la silla y se sentó al lado de su Ashikabi. -No fue mi intención traerte malos recuerdos.-

-No pasa nada- Naruto trató de reprimir la angustia.

Yomi debió sentirlo porque se acercó más a él. -Lo siento-

-No te preocupes eso fue hace ya mucho tiempo...pero...no te voy a negar que aún ahora me hacen mucha falta.- El rubio llevó sus manos al cuello, y se sacó un medallón que al abrirlo deja ver dos fotos, la primera era de un hombre rubio y una mujer pelirroja, ambos sonreían felices como si el mañana fuera eterno. La segunda foto era de una niña de 6 años, de ojos marrones y de cabello largo negro.

-Ellos son..-

-Son mis padres...- Dijo el rubio mirando la primera foto. -Murieron en un accidente automovilístico. Yo estuve presente en él, fui el único sobreviviente...- Se detuvo un momento. Estuvo a punto de callar, pero los ojos verdes de Yomi parecían suplicar por esa historia, una extraña fuerza en esa mirada lo hizo ceder ante su muda petición. Tomo un largo suspiro antes de continuar. -Mamá murio en el acto, pero papá...estubo una semana agonizando hasta que al final murio...y desde ahí mi abuela y abuelo me han estado cuidando, pero después de un tiempo, decidí regresar a Shinto Teito, en la casa que alguna vez fue de mis padres- Apenas termino de hablar sintió los brazos delgados de Yomi rodeando su cuerpo.

-Gracias, Yomi- Susurró Naruto después de un rato.

-De nada, Naruto-sama- Ella le dio una cariñosa palmada en la mejilla besándolo cariñosamente, para después señalar la otra foto. -¿Y ella quién es?-

-Haku Yuki, ella era mi mejor amiga desde que tengo memoria, sabíamos cada cosa uno del otro- El ojiazul esbozó una pequeña sonrisa recordando los momentos felices de su infancia, para luego apretar con fuerza ambos puños. -Ella Murio...ella estaba con nosotros ese día-

Se quedaron un rato en silencio otra vez.

-Entonces..- Comenzó a decir el rubio, tratando de cambiar el tema. -¿Puedo hacerte unas preguntas?-

-Si, claro-

-Gracias...¿Qué son exactamente una Sekirei y un Ashikabi?- Preguntó el rubio mientras volvía a guardar el medallón.

-Hmm...no estoy del todo segura, pero nosotras nacimos en una nave y allí crecimos y fuimos controladas por el presidente y otras personas.-

-Entiendo- Dijo Naruto haciendo su clásica sonrisa zorruna, para luego abrir los ojos enormemente. -Espera un momento...¿estás tratando de decirme que ustedes son alguna especie de extraterrestres?.-

-Umm...no se, mi sintonizadora solo me conto lo indispensable. Nosotras venimos de una nave que estaba en una isla que apareció desde el fondo del océano hace algunos años- Yomi se reclinó en la silla. -Tambien me dijo que nosotras las Sekireis somos básicamente iguales a los humanos con algunas diferencias que nos hacen hacer mucho más fuertes y resistentes que ellos.-

Naruto se quedo en silencio por un momento, asimilando las palabras de Yomi. -...esa isla...¿sabes su nombre o donde está ubicada?-

-No, solo se que se llama Kamikura-

-Mmm, no recuerdo haber oído ese nombre antes- Murmuró tomándose la barbilla pensativo. -Bueno...lo dejaremos para después- Se sobó el cabello e hizo otra pregunta. -¿Que son los Ashikabis?-

La rubia pareció meditarlo durante unos segundos para después juntar sus manos frente a su pecho, como si estuviera haciendo una oración. -Ashikabi es la persona especial a la que todas nosotras, las Sekirei, estamos destinadas a permanecer a su lado para siempre.-

La intensidad en las palabras dichas por la rubia, hizo que Naruto sintiera una agradable sensación de calor en su corazon.

-Bien, entiendo, y ¿solo puede existir un Ashikabi por Sekirei o hay alguna variación a esta norma?-

Yomi negó con la cabeza.

-Una Sekirei solo puede tener un Ashikabi en su vida, pero un Ashikabi puede tener más de una Sekirei.-

-Ya veo- Susurró Naruto, sintiéndose sorprendentemente aliviado de saber eso. -Y...¿Cómo eligen las Sekireis a su Ashikabi?-

-Cuando una Sekirei se encuentra con su Ashikabi ellas inmediatamente saben quién es debido a la conexión emocional o mental que existe entre ambos, a esto se lo llama reaccionar al Ashikabi-

-Entiendo-

-Una vez que se produce el encuentro la Sekirei debe activar su sello por medio de un beso dando como resultado la aparición de una marca de color rojo en la espalda por debajo del cuello así como también una luz en forma de alas, debido a lo cual este acto se denomina ''dar alas'.-

-¿Una marca en la espalda?- Preguntó de nuevo el rubio mientras un sonrojo aparecia en sus mejillas al recordar el beso que Yomi le había dado.

La Sekirei se dio la vuelta y levantándose el cabello dejo al descubierto su nuca en donde se podía ver una marca. Naruto se inclinó hacia ella y acarició con la yema de sus dedos la marca de yomi.

-D-de por si las Sekireis ya son seres muy poderosos sin embargo existe una forma de incrementar su poder- Dijo la ojiverde, tratando de reprimir un estremecimiento de emoción.

-¿Y cuál es esa forma?- Preguntó Naruto mientras dejaba de tocar la marca.

-Bien es simple en realidad, como ya te dije con un beso se le da sus alas a la Sekirei y con otro beso esta es capaz de ejecutar una habilidad o técnica especial aún más poderosa que sus habilidades innatas, a esta habilidad se le dio el nombre de Norito, debido a que las Sekireis recitan una oración antes de usar su poder… por cierto cada Sekirei tiene una oración propia diferente del de las demás-

-¿Todas las Sekireis tienen habilidades diferentes verdad?-

-Asi es, yo por ejemplo uso una espada- Señaló la espada que estaba apoyada en la pared, al lado del asiento de Naruto. -Otras tienen habilidades de combate cuerpo a cuerpo, otras utilizan cualquier tipo de armas para pelear, como yo, o están aquellas que poseen habilidades para controlar los elementos.-

-Entiendo- Murmuró el rubio mientras asimilaba toda la información. -Dime...¿Cuánto tiempo has estado buscándome?-

-Dos semanas-

-Dos semas...pero cómo has..- Antes de que pudiera termina su frase fue interrumpido por yomi.

-Con esto- Sacó una tarjeta de membresía. -Todos los gastos que tengan las Sekireis son pagados por el M.B.I-

-¿Todas las Sekireis tienen esa tarjeta?-

-Sí-

-Bueno, gracias por aclararme estas dudas- Dijo con una suave sonrisa que causo un gran sonrojo en la chica.

-De nada, Naruto-Sama-

-(Uff, esto no sería tan malo si no fuera por el idiota de Minaka y su estúpido juego)- Suspiró -(Solo espero que todo esto salga bien)-

De pronto el sonido del timbre de su casa lo sacó de sus pensamientos. Se estraño porque no esperaba a nadie.

-¿Quién será?- Murmuró el rubio levantándose de su asiento.

-¡Espera, Naruto-sama, voy yo, tu quédate aquí!- Exclamó felizmente la ojiverde, alzándose de la silla y corriendo hacia la puerta principal.

Naruto sonrió ante la actitud alegre de su Sekirei y caminó hacia la despensa, de el sacó una pequeña caja de carton y cogió una pastilla de su interior. Agarró un vaso de un mueble sobre la encimera, sacó una botella de agua de la nevera, llenó su vaso, y se sentó de nuevo en la mesa.

Antidepresivos.

La muerte de sus padres y de su amiga lo habían dejado completamente devastado. Era un zombi en vida, no comía, no hablaba, solo se pasaba mirando a un punto muerto en su habitación, sus abuelos intentaron de sacarlo de aquel trance pero su último remedio fue llevarlo a un psicólogo quien le diagnosticó una depresión bastante grave, intentaron de tratarlo pero nada funcionaba, solo podían sobrellevarlo con antidepresivos.

Y funciono.

-Uff, aquí vamos- Se metió la pastilla en la boca y se bebió el vaso de agua casi de inmediato. En eso entró Yomi a la cocina cargando una caja de cartón.

-¿Quién era el que tocó la puerta?- Preguntó el rubio, para luego enarcar una ceja. -¿Y esa caja?-

-Era un mensajero del M.B.I- Respondió la ojiverde. Puso la caja sobre la mesa y la abrió con lentitud, dentro había varias prendas de ropa.

-Son mi ropa- Dijo la rubia sacando de la caja unas braguitas de encaje negras.

Naruto se sonrojó y apartó la mirada.

-(Sí, espero que todo salga bien)-


Sekireis de Naruto

1)#56 Yomi (Senran Kagura) Altura 160cm/ Busto 95cm/ cintura 58cm/ caderas 90cm

2) ¿?

3) ¿?

4) ¿?

5) ¿?

6) ¿?

7) ¿?

8) ¿?