Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia; no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASHI. La historia si es mía y queda prohibida su copia total o parcial.

"Chicas, para identificar el POV de Sesshomaru y el de algunos personajes, lo puse en diagonal"


Capítulo 21

Instinto (Parte 2)


Por el cielo, justo encima del inmenso bosque, se podía contemplar al imponente yokai de larga melena plateada que, a toda velocidad, recorría cada rincón, buscando desesperadamente a la chica humana de ojos cobrizos. Hasta apenas dos días de buscarla, seguía sin entender la razón de su partida, le parecía un acto simplemente infantil y estúpido. Rin siempre actuaba por instinto, guiada por sus emociones, esa era una manía que nunca pudo aceptar.

A Sesshomaru no le inquietaba que la chica se hubiera ido, la conocía perfectamente bien, era inteligente, audaz, valiente y lo suficientemente fuerte como para recorrer sola ese bosque. Lo que en realidad lo llenaba de ira y desesperación; era que su exquisito olor a humana, llamaba por montones a los yokais y lo peor, lo que no soportaba ni siquiera imaginar, era que ese maldito traidor, estaba con ella.

Estúpida y mil veces estúpida esa mujer al dejarse engañar por Haru – pensaba el Lord – así como era valiente y decidida, también era torpe e ingenua. No ignoraba el interés de ese bastardo hacia Rin pero nunca habría imaginado que lo traicionaría de esa manera. Aunque no quisiera aceptarlo, eso también era culpa suya, pues había subestimado a un hombre enamorado.

Planto los pies en la tierra, observo a su alrededor y pudo jurar que bajo el tronco del árbol a su derecha, Rin había dormido al menos, una siesta pues, ese lugar tenía impregnado el perfume de su cabello. Soltó un gruñido, deseaba encontrarla lo antes posible, pero al mismo tiempo, no estaba seguro de su actuar al verla a lado de ese maldito.

Frustrado por las miles de ideas que lo atormentaban, despedazo aquel árbol y continúo volando en busca de la chica.

A pesar de su agudo olfato, Rin estaba bien cubierta de cualquier rastro, pues ser acompañada por una bestia como Ah-Un y otro yokai, era suficiente como para que su olor se combinara con el ambiente. Por lo tanto, el pasar de los días continúo su curso sin poder encontrarla.

Sesshomaru estaba consciente del paso de los días y de que los únicos encargados del palacio eran Jaken y Narumi, realmente la pelirroja no era de toda su confianza pero el sapo verde si, así que con eso le bastaba para continuar, de cualquier forma, estaba más que dispuesto a no parar su búsqueda.

La paciencia del Lord comenzaba a desbordarse, no solo el olor de la chica era cada vez más débil, sino que parecía un imbécil buscando a una humana. En algún tiempo en su pasado, lo que hacía seria una total deshonra pero… las cosas ya eran muy diferentes, no solo la buscaba para saber que estuviera bien, sino porque dentro de él, necesitaba volver a verla.

Fue entonces que en un momento, sus sentidos se pusieron alerta, era correcto lo que olfateaba, era ella, era Rin, quien a escasos kilómetros, se encontraba. No perdió tiempo y se apresuro, aunque nunca en su vida admitiría tal cosa, saber que solo faltaba poco, lo llenaba de tranquilidad.

Sesshomaru era consciente que al encontrar a Rin, también encontraría a Haru, pero lo que sus ojos dorados vieron, no era lo que esperaba. La ultima y primera vez, que el gran yokai sintió dolor fue en aquella ocasión en que casi perdió a una pequeña niña, aquella a quien por su ambición, había llevado al inframundo. Recordar ese momento era terrible hasta para él, pues volvía a sentir la ausencia de esa pequeña dama y la desesperación de no poder hacer nada.

Esa ocasión, ya no tenía comparación con lo que estaba contemplando, pues ahora, con la propia autorización de Rin, recibía caricias ajenas a sus manos, tenía cerca de su cuerpo a un hombre que no era él y estaba a punto de recibir un beso que le repugno en cuanto la imagen llego a su mente. El Lord ignoro por un momento si eso que veía era decisión consciente de la chica, no permitiría que nadie que no fuera él, tocara a la mujer que amaba.

Rabia, furia, ira y dolor, fueron al menos las primeras sensaciones que inundaron a Sesshomaru. En sus ojos ya no pudo ver otra cosa, más que a Haru, muerto por sus propias manos.

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De alguna forma conseguí cerrar los ojos, sentía las manos de Haru acariciando mis mejillas y su boca acercándose a la mía. Comencé a temblar, sabía que estaba a punto de llegar y aunque no quería hacerlo, ya no podía quitarme, apreté los ojos, era una estúpida, ¿Por qué había elegido hacerlo? Estaba segura que no arreglaría nada, simplemente me afectaría a mí y a mi amigo, pues ninguno de los dos, conseguiría su objetivo después de ese beso.

Sentí su aliento, ya era tarde, no puede hacer otra cosa, más que recibirlo.

No había terminado de resignarme, cuando de una manera brusca, la mano que Haru posaba en mi mejilla, se quito bruzcamente. Me sorprendí, de inmediato supuse que algo pasaba y hasta me entusiasme al imaginar que tal vez se había arrepentido, así que, abrí los ojos y la escena que se encontraba frente a mí, me paralizo tanto como si hubiese visto a un fantasma.

Estaba totalmente impactada, pues era Sesshomaru quien, tomando del cuello a Haru, lo sostenía en el aire con sus ojos ámbar, tan fulminantes como el fuego. El rostro de mi amigo parecía perderse por falta de oxigeno mientras el imponente Yokai lo apretaba con más fuerza.

Estaba paralizada, no solo Sesshomaru había impedido un beso que no deseaba, sino que estaba justo a un par de metros de mí y lo peor, que de alguna forma, no me esperaba su presencia, al menos no en esa situación. No supe si estaba feliz por verlo nuevamente, por saber que si me busco o preocupada, por la escena que estaba segura, pudo ver, ocasionando que su cabeza pensara lo peor de mi.

Entonces, sin esperarlo, Sesshomaru pronuncio:

- ¡No vuelvas a tocarla!

Seguido de eso, lo aventó tal cual como un papel, que pude ver como una parte de arboles, se doblaron por la fuerza.

- ¡Haru! – grite impactada temiendo que ese golpe lo hubiera lastimado más de lo posible

Después, voltee sorprendida, al yokai peli plateado.

Ese momento me recordó una escena del pasado; cuando por primera vez, vi a un estoico y soberbio yokai, que parecía mirarme sin sentimiento alguno. El escalofrió de mi cuerpo, los latidos lentos de mi corazón y el temblar de mis piernas, todo era como en aquella ocasión, pero esta vez, no estaba furioso porque le trajera comida, sino porque lo había dejado, me había marchado sin avisar y lo peor, porque no estaba sola, sino con un hombre, y no uno cualquiera, era su general, al que más confianza le tenía después de Jaken.

Estaba consciente de su molestia y de su mirada reprochante, de alguna manera, me había portado mal con él, además, sabía que se sentía traicionado, al menos más por Haru que por mí pero… al mismo tiempo, no tenía motivos para ser yo, la culpable o Haru. Era Sesshomaru el responsable de provocar todo eso, fue el primero en engañarme, en utilizarme y en ilusionarme a tal grado, que no podía ver nada, en que no estuviera incluido él. Así que, la culpa que comenzaba a invadir mi cuerpo, rápidamente desapareció, recordándome la razón de mi partida.

Planee exigirle que se fuera pero antes de que pudiera decirle algo, o al menos que me dejara reaccionar, me tomo de ambas muñecas y con supremacía me ordeno regresar al palacio.

- ¿Qué? – pregunte impresionada

- Regresaras al palacio…

- Pe… pero… - tartamudee

- No es una pregunta Rin, vendrás conmigo, así deba arrastrarte para llegar

Debo admitir que su contacto me quito el aliento, aunque esa actitud suya de creer que le pertenecía, me hizo regresar a la realidad. Nunca más, permitiría que Sesshomaru me tratara de esa forma, así que quitando mis manos, me rehusé a obedecerlo.

- ¡Suéltame! No iré contigo

- ¿Qué? – gruño incrédulo

- Dije, que no iré contigo…

Lo observe firme, esperando la respuesta que me daría cuando Haru apareció, haciendo lo que nunca imagine:

- Aléjate de ella maldito… - Sesshomaru y yo, volteamos

Por lo visto, ese golpe si lo había lastimado, pues con un poco de dificultad caminaba hacia nosotros mientras sostenía uno de sus costados. Lo observe preocupada, rogando a kamisama que no cometiera una estupidez, pero… creo que mis rezos los había comenzado demasiado tarde. Mi amigo, tenía toda la intención de enfrentarse al que antes fue su amo.

- No intentes siquiera acercarte Sesshomaru… a menos que desees enfrentarte a mi – al oír eso, de inmediato supe que ese momento, no terminaría bien

Voltee lo más rápido que pude, para verificar si Sesshomaru dejaría pasar esa provocación, pero hasta yo sé, que eso nunca pasaría.

Sesshomaru lo vio fijamente, en sus rostro se dibujo una casi invisible sonrisa, y después de un segundo, desenvainó su katana y se lanzo contra él. Gracias a que Haru se lo esperaba, tuvo la audacia de esquivar el corte de esa filosa espada, aunque… no lo suficiente pues, por la sangre que comenzó a salir de su hombro, supe que le había hecho más que un rasguño. Mi amigo de igual forma desenvainó y en guardia se dispuso a pelear.

No me dieron tiempo de digerir lo que pasaba, cuando ambos comenzaron a soltar un golpe tras otro. Escuchaba a las espadas chocar y podía ver los ojos de rabia con los que cada uno miraba al otro. Estaban fuera de control, tiraban los arboles y expandían su terreno de pelea por todo el lugar.

- ¡Deténganse! – pedí, gritando, pero era obvio que estebaban demasiado ocupados para escucharme y si lo hicieron, el ignorarme rotundamente, estaba implícito.

Entre el alboroto, recordé que no solo yo estaba vulnerable a un golpe sino mi amigo Ah-Uh, entonces, desesperada, comencé a buscarlo. Mi pobre amigo se encontraba escondido entre arbustos, temblando por el estruendo de los ataques. Comencé a molestarme, Sesshomaru no tenía el derecho a comenzar un conflicto de esa magnitud y Haru, no tenia porque estar peleando mis batallas.

Acaricie ambas cabezas y decidí acercarme, tal vez si no me escuchaban gritando, con una flecha que rosara su cabeza, bastaría para llamar su atención. Me acerque como pude y prepare mi arco, fue entonces que la escena empeoro. Lo que vi, no fue solo como Sesshomaru le daba una paliza a Haru, sino que estaba a punto de matarlo. El cuerpo de mi amigo simplemente se azotaba con los golpes y cortadas que no cesaban de lloverle. Debo admitir que me asusto, nunca había visto tan molesto a Sesshomaru, ni siquiera en aquella época con Naraku.

Volvió a tomarlo del cuello, sin tomar importancia de que a penas y podía respirar, yo sostenía mi arco cargado entre las manos pero no pude disparar, estaba inmóvil. Entonces baje el arco y corrí hasta ellos, cuando vi que estaba a un par de metros, comencé a gritar y comencé a rogar que lo soltara. Sabía que me ignoraba pues veía en su rostro la plena intención de asesinarlo. Al llegar, con la boca casi seca, intente convencerlo de detenerse. Sesshomaru no reaccionaba y comencé a desespérame.

- ¡Sesshomaru! – grite abrumada al ver que la sangre que brotaba de Haru no paraba de salir – Basta, vas a matarlo…. Sesshomaru…. por favor ¡Basta!

Comencé a sentir el temor de perder a mi mejor amigo, en manos del ser a quien alguna vez creí, fue mi esposo. Seguía pidiéndole a Sesshomaru que lo dejara pero parecía no escucharme, fue entonces que lo último que se me ocurrió, fue colgarme de su brazo y con lágrimas en los ojos, pedir que se detuviera.

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Tal y como un grito que desesperadamente pedía clemencia, se escucho de aquella voz que de a poco se quebraba entre lágrimas. Sesshomaru quien sostenía de la cabeza al yokai que lo traicionó, detuvo su impulso de aplastarlo como una uva y volteo su mirada a la chica.

La rabia de Sesshomaru iba mas allá, no podía perdonar el sacrilegio cometido por el maldito de Haru, pero… esa mujer era peor de lo que pesaban, su cuerpo se había quedado inmóvil, aunque lo deseaba, ya no podía matarlo.

El Lord era orgulloso, pero más que eso, rencoroso. Su deseo de vengar la traición de Haru no le permitía soltarlo, quería, deseaba matarlo pero… al mismo tiempo, no soportaba esa mirada de Rin pues, no lo miraba como antes, era, como si estuviese viendo a un mostro frente a ella.

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Cuando vi que logre captar su atención, insistí mi petición y tal vez lo hubiera logrado sin tener que mencionar la estupidez que dije:

- Sesshomaru por favor… si lo que quieres es que regrese al palacio lo hare, pero por favor, no lo mates

Vi claramente como el fuego en sus ojos ámbar, se apagaron soltando al instante a Haru. Al verlo me sorprendí y con un poco de satisfacción suspire al verlo en el piso. Rápidamente intente acercarme y verificar que siguiera respirando pero de inmediato, Sesshomaru me tomo de un brazo y sin imaginarlo rodeo mi cintura impidiendo algún movimiento.

Me quede paralizada, lo vi directo a los ojos y sentí soltar el poco aliento que me quedaba en los pulmones.

- ¿Lo haces por él? – fue lo que pregunto en un susurró

No supe que decirle, estaba dispuesta a nunca regresar pero esa oferta era necesaria. No hubiera soportado que el amor de mi vida, matara a mi mejor amigo. Tenía todo el derecho a negociar y aunque no fue la mejor de mis ideas, era la única por el momento.

No respondí a su suposición y solo suspire.

Entonces como si hubiera llegado para ayudarme, aparecieron de pronto algunos soldados del palacio.

- ¡Mi señor! – dijeron asombrados al ver la escena

- Escóltenla al palacio – ordeno firme, mientras me soltaba sin cuidado

- Sí señor, ¿Y qué hacemos con Haru? – preguntaron

- Tráiganlo, no he terminado con él

Claramente dio a entender que lo mantendría en su palacio para estar torturándolo o al menos eso entendí yo, era una buena manera de cubrir mi petición junto a su decisión. Era obvio que sus soldados se sorprendieran, Sesshomaru no era de torturar a nadie, si él lo deseaba así, mataba a su oponente en el momento, pero todo eso, era gracias a mí.

No dije nada, comprendía su postura aunque tenía la incertidumbre de que harían con Haru, al llegar. Necesitaba ser atendido y sinceramente, el gran Lord no se encargaría de eso, perdonarle la vida, ya era mucho para el estoico yokai.

Los soldados tomaron mis cosas y a Ah-Uh y con delicadeza me llevaron hasta el palacio. En cuestión de segundos la imagen de Sesshomaru desapareció, era claro que se había marchado. Baje la mirada, por alguna razón me sentía terriblemente mal, detrás de mí, iba un querido amigo, tan lastimado que a penas y podía respirar y delante, el hombre al que amaba y que sentía tan cerca y al mismo tiempo tan lejos de mi.

No sé si decir que hasta ese momento, mis decisiones eran las peores o las mejores que había tomado, estaba tan confundida que simplemente me deje guiar hasta que llegamos al palacio.


Comentarios de la autora:

Sé que me he tardado más de lo que prometí en el capitulo anterior. Pero ya saben que a esta escritora le pasa de todo en los momentos más inesperados.

Creo que pasaron 2 meses antes de poder actualizar, pero la razón fue porque me comencé a sentir mal. No estoy enferma, ni tengo nada malo, lo único que me paso fue… que me entere de que "estoy embarazada"

Así es mis hermosas lectoras, seré mama y pues… ya sabrán, los malestares no se hicieron esperar, impidiéndome hasta la imaginación. Pero ahora que ya me siento un poco menos zombie, tratare de ponerme al corriente y actualizar lo más pronto que pueda.

Espero que les haya gustado este capítulo y me comenten sus opiniones que me encanta leer. Les mando u fuerte abrazo.