CAPITULO 15

FINAL.

3 años y medio después:

-Me alegra saber que tú y Shamal quieren fortalecer su relación- dijo mientras una rubia de ojos azules solo asentía en acuerdo.

-Aunque debo admitir que me cuesta mucho imaginarte pidiendo matrimonio- decía Carim entrecerrando los ojos tratando de imaginar la escena.

-N-no fue tan difícil- se cruzó de brazos mirando hacia el frente con una sonrisa orgullosa.

-Pero como siempre, te tardaste, ¿sabías que Shamal había estado esperando a que le pidieras matrimonio por dos años? – la pelirosa abrió los ojos como platos al escuchar lo que le había dicho Carim.

- ¿D-de verdad? – pregunto.

-Síp, Nanoha me contó algunas cosas que hablo con Shamal- Fate al ver la mirada de súplica de su amiga, sonrió con malicia- pero claro está, que no te voy a decir nada- Signum estuvo a punto de lanzarse contra la rubia, pero Carim la detuvo y le dio una mirada de advertencia-

-Ok, ya basta, es cierto que Shamal dice algunas cosas de ti Signum, pero no te preocupes, no es nada malo-

-Está bien- se cruzó de brazos y aparto la mirada.

Signum les había informado a sus amigas que por fin le había pedido matrimonio a Shamal, Fate y Carim la felicitaron y le propusieron celebrarlo en uno de los mejores bares de la ciudad, claro que solo iban por algunas bebidas y para charlar, la pelirosa les contó cómo se lo propuso y como fue la reacción de su ahora prometida, pero después de unos minutos, cambiaron el tema, empezaron a hablar de cuando estaban en la universidad y que deberían hacer una barbacoa para celebrar el compromiso, pero luego el reloj les indico que era hora de marcharse. Así que cada una fue por su camino, Signum dijo que iría al departamento de Shamal, tal perece que los tragos la habían afectado, Carim vivía con Hayate pues éstas ya se encontraban casadas, Hayate le había pedido matrimonio a la rubia como regalo de navidad vistiendo de mama-Noel sexy, y en cuanto a nuestra Fate…

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- ¡Ya regresé! – anuncio la rubia mientras cerraba la puerta de una enorme casa, para luego ser recibida por una pequeña rubia de ojos bicolor, que se lanzó sobre ella para darle un gran abrazo.

- ¡Fate-Mama! – exclamo la pequeña con una enorme sonrisa, mientras Fate acariciaba su cabeza y le sonreía, para después cargarla y darle un beso en la mejilla. Se encamino con la niña en brazos hacia la cocina, para encontrarse con una hermosa cobriza que al verla se le acercó para darle un beso en la majilla.

-Bienvenida a casa- dijo cálidamente- siento no haberte recibido, es que llegue algo tarde, se supone que la cena ya debería de estar lista y apenas voy por la mitad - Fate sonrió mientras bajaba a la pequeña niña, quien al ser soltada corrió fuera de la cocina.

-Es muy energética- comento la rubia- y no te preocupes, entiendo que tu trabajo es muy cansado- Nanoha le sonrió para girarse y volver a lo que estaba haciendo antes de que llegara Fate, ésta se acercó a la cobriza para ayudarla.

- ¿En que te ayudo, mi amor? – pregunto poniéndose un delantal blanco.

-Mnm… ¿que te parece si te encargas del jugo? Me encanta como te queda-

-Eso es porque lo hago pensando en ti- se acercó peligrosamente, pero la cobriza la detuvo poniendo una mano en su abdomen.

-Vivio está cerca, así que pórtate bien-

- ¿Qué…? No iba a hacer nada malo- se defendió, haciendo un puchero y girando para encontrarse con un tazón de fresas, las tomó y empezó a lavarlas.

-La última vez que te acercaste así a mí, terminamos en la sala totalmente desnudas, que bueno que Vivio estaba en la escuela ese día-

-Pero te gusto- afirmo, pues no era una pregunta, Nanoha solo la miro con los ojos entrecerrados.

- ¿Y cómo te fue con Signum y Carim? – cambio de tema, sabía que, si seguía hablando sobre la intimidad con Fate, seguramente ésta se la llevaría a la habitación o al baño, de eso estaba segura, ya que no sería la primera vez que lo hacía.

-Muy bien, Signum estaba muy feliz, lo sé porque estaba sonriendo y sabes que ese privilegio solo lo tiene Shamal- Nanoha sonrió, estaba feliz por su amiga, ella había sido la primera en enterarse del compromiso, Shamal la había llamado anunciándole con mucha emoción su compromiso con Signum, luego Fate se enteró por boca de la cobriza, y Carim por boca de Fate.

-Me alegro por ella, aunque Signum se tardó un poco- la rubia sonrió y se acercó por detrás a Nanoha para abrazarla, tomó su mano izquierda y acaricio aquel pequeño accesorio de oro que adornaba el dedo anular de la cobriza, ésta dejo escapar suspiro, recostándose en el pecho de su rubia- me encanta recordar ese momento-

-A mí también, no sabes lo feliz que me hiciste cuando dijiste que sí-

-Fate-chan- se giró para mirarla a los ojos, acaricio su nuca, tentándola con la mirada y con los labios, la nombrada se acercó lentamente…

- ¡Nanoha-mama! Vivio también quiere ayudar a preparar la cena- se sobresaltaron al notar la presencia de la pequeña rubia, pero después Nanoha sonrió y se puso a la altura de la niña.

-Está bien Vivio, ¿Qué te parece si ayudas a Fate-mama con las fresas? – la niña asintió emocionada y se acercó a su otra madre, quien la ayudo a alcanzar las fresas.

La pareja se miró un momento a los ojos, una mirada cómplice y una traviesa sonrisa, Nanoha le hizo una seña con el dedo, girando el mismo hacia delante, Fate capto la indirecta, ya que la cobriza solía hacerle esas señas seguido, así que sabía, que cuando su hija estuviera dormida, harían lo que hacen casi todas las noches, solo que no sabía si podía aguantar tanto tiempo.

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Residencia Takamachi. T. H

Fate y Nanoha habían preparado una barbacoa para celebrar el compromiso entre Signum y Shamal, pues su casa era la más adecuada, ya que ésta contaba con un enorme patio trasero. A Fate le encantaba esa casa, siempre hacían barbacoas con sus amigas, las navidades mayormente se celebraban allí, las fiestas de cumpleaños, a todos le gustaba esa casa, la rubia recordó la primera vez que entro con Nanoha en brazos, fue cuando se casaron, y eso le hizo recordar la vez que le pidió matrimonio, sin duda ese día estaba nerviosa, pero lo había logrado, y cuando escucho el maravilloso "sí" de Nanoha se sintió en otro mundo, la felicidad la invadió, pero eso no fue nada comparado a como se sintió cuando escucho el "acepto" de su cobriza, quería saltar hasta el espacio y bajar todas las estrellas para entregárselas a su ahora esposa, después la llegada de Vivio, Nanoha se la comió a besos cuando la rubia le había dicho que quería una hija, pues la cobriza también quería lo mismo, pero había descartado esa idea, pensaba que Fate no quería niños, pero apenas la rubia le dijo lo contrario, fueron al orfanato el día siguiente y adoptaron a una hermosa bebé a la cual decidieron llamar Vivio, la bebé tenía un gran parecido a Fate, pero con el tiempo tomó la misma personalidad y gestos de su Nanoha-mama, a ésta le encendía ver cómo era la rubia en su papel de madre, claro que a Fate también le encantaba lo maternal que era su esposa, y le encantaba esa pequeña niña, era su adoración, incluso Nanoha la había regañado un par de veces diciéndole que la consentía mucho, pero realmente sabía que a la cobriza no le molestaba, pues ella también terminaba mimando mucho a Vivio. Fate era la mujer más feliz del mundo, tenía a una hermosa, amorosa y perfecta mujer de esposa y una pequeña niña que amaba con todo su corazón, no le faltaba nada, no cambiaría su vida por nada del mundo, de eso estaba segura. Incluso aún no se lo creía.

Nanoha su doctora.

Nanoha su amiga.

Nanoha su novia.

Nanoha su esposa.

Nanoha la madre de su pequeña Vivio. Era algo increíble.

- ¿En qué tanto piensas? – su esposa la sorprendió abrazándola por la espalda, se giró y quedo frente a esos hermosos lavanda que brillaban por ella, miro alrededor, Shiro y Momoko estaban hablando animadamente con Lindy y Precia, quienes habían viajado hacia allá por unos días, Chrono estaba con su esposa Amy, acompañados de Miyuki y Kyouya cerca de un gran árbol, al parecer hablaban sobre peleas o algo así, porque Chrono no dejaba de hacer poses de ataque, perece que intentaba enseñarle algo los hermanos Takamachi, Hayate estaba con su Carim en la parrilla, tal vez comerían carne un poco pasada, porque la castaña solo estaba besando a su esposa, sin prestarle atención a la carne, Signum estaba con Shamal acomodando la mesa, mientras le daba pequeñas caricias a su prometida de vez en cuando, habían pequeños corriendo por todo el lugar, jugando con pistolas de agua, no pudo evitar sonreír, "nada como el hogar" pensó, para volver a aquellos lavandas que la miraban fijamente y curiosos esperando respuesta.

-Pienso que esto parece un sueño del que no quiero despertar, tenemos una gran familia, incluyendo a nuestras amigas… una familia que cada vez crece más, tenemos a una hermosa niña que cada día crese más y más… y yo, tengo a la mujer más hermosa del mundo, me haces la persona más feliz, no sé cómo lo logras, pero solo con mirarme haces que mi corazón baile, tengo todo gracias a ti, no cambiaría ni un solo día de mi vida por nada del mundo, porque tú eres mi mundo, y siempre lo serás- acaricio su mejilla, Nanoha solo la miraba fijamente con una sonrisa, mientras una lagrima se escapaba de sus ojos- Nanoha, te amo- se fue acercando lentamente- siempre te voy a amar, por el resto de mi vida, porque tu- estaba a solo un segundo de distancia de sus labios- eres la cura de mi corazón- y la beso, con cariño, con amor, con pasión, ese beso estaba cargado de todos sus sentimientos, y eso le encantaba a Nanoha, porque cada vez que se basaban los besos nunca eran iguales, cada beso era diferente, siempre superando a todos.

-También te amo Fate-chan, y sé que también te amare por siempre, porque tú también eres la cura de mi corazón- se acercaron nuevamente para permitirse sentir el sabor de sus labios…

- ¡Oigan no frente a los pobres! – interrumpió una castaña con su típica sonrisa.

-Así es, aquí hay niños- siguió Chrono mientras el lugar se llenaba de risas.

-Quien te viera Testarossa-

Las dos estaban sonrojadas, aunque ya era costumbre aquello, no era la primera vez que la castaña y Chrono molestaban, pero no podían evitar sonrojarse, realmente nunca cambian, de todas formas, no les importaba que el momento se haya arruinado, ya que solo esperarían a la noche como casi siempre, y sabían que esa noche sería diferente, como todas, al igual que los besos. Se miraron y entrelazaron sus manos con una sonrisa, se amaban y siempre lo harían, no hacía falta prometerlo, ya que no podrían vivir sin la otra, pues para ellas la otra era...

"La cura de mi corazón"

FIN

Por fiiiin, lamento la tardanza, pero como ya dije, ando de vacaciones y no me encontraba cerca de mi compu, pero bueno, como ya ven, he cumplido, y tengo una gran idea para otro fic, así que nos leemos en otras historias.

Bye Bye…

Los voy a extrañaaaaaar.