Marinette no podía entender el porqué de repente Chat parecía como si el gato le hubiera comido la lengua, para después decir que su tiempo de transformación se estaba agotando y tenía que irse.

Más bien huir, a como ella lo sintió, además eso era tan tonto ¡Por dios! Ella era portadora del Miraculous de la buena suerte, sabía que el de él no había dado alarma de eso.

Y aunque él no lo supiera, siendo él cercano a su persona como civil desde hacía ya dos años era fácil que sospechara.

Pero aun así, no podía entenderlo ¡Él se había ofrecido a ayudarla y ahora la dejaba sola y con los nervios de punta!

Más importante aún ¿Sería verdaderamente capaz de declarársele a Adrien? Si lo pensaba bien, era ahora o nunca, era su último año antes de ir a la universidad donde tomarían rumbos diferentes.

Y mucho más importante aún ¿Acaso le había dicho a Chat Noir que le era atractivo?

— ¡Ese maldito gato! — Su rostro enrojeció de manera abrupta.

Tikki se posó a su lado, evitando que golpeara su frente con sus manos. Realmente le parecía curiosa la relación que había obtenido con su compañero de peleas fuera de los tejados de parís.

Pensaba en cierto modo que todo aquello era cruel para ambos, pues no podía recordar hacia cuantos siglos había sucedido algo medianamente parecido a lo que les pasaba a su actual portadora y al portador de Plagg, pero no podían sus manos en sus asuntos (No literalmente, los Kwamis no tienen por así decirlo, manos).

También admitía que eran algo tontos.

Solo esperaba que las hormonas no les jugaran una mala pasada.

[…]

Bien, después de haberlo pensado mucho esa noche y dar vueltas en su cama de manera constante decidió que con o sin ayudada de Chat se declararía a Adrien ese día.

No tenía nada que perder, si la rechazaba solo tendría que soportar su corazón roto por el resto de su vida.

Y con ese pensamiento en mente, comenzó a entrar en pánico, pero nada la iba a detener.

Excepto que cierto rubio la evitó todo el día.

Y así toda la semana

— ¿Acaso tengo mal aliento Tikki? –- Pregunto a su pequeña amiga, quien la veía desde arriba de su monitor.

— Quizás el que tenía mal aliento era él — Bromeo mientras le sonreía a Marinette, intentando relajar su ánimo.

— Tengo la impresión que la mala suerte del gato negro se quedó adherida a mí — Tomo su cabello peinándolo descuidadamente para después amarrarlo en una cola alta, dejando unos mechones caer por cada lado de su rostro, para posteriormente acomodar su pequeño flequillo — Y hablando de gatos negros — Añadió a escuchar una caída en su terraza, seguida de pisadas sigilosas.

Estaba levemente sorprendida, no pensaba que viniera, incluso llegó a creer que lo había espantado de alguna manera puesto que no había aparecido en toda la semana, cosa realmente rara.

Y no era como si a diario se encontrara ahí, pero el tiempo máximo que llegaba a pasar sin ir con ella eran unos tres días.

La pequeña abertura que conectaba a la terraza con su cuarto se abrió, en un rápido movimiento Marinette observó como Tikki se escondía detrás del monitor.

Marinette no se molestó en moverse cuando lo escucho caer sobre su cama en la parte superior de su cuarto, solo se limitó a suspirar.

De pronto pudo sentir su mirada clavada en su espalda, al igual que su presencia muy cerca.

Como odiaba que aquel cascabel hubiera desaparecido de su traje, dejando una pequeña abertura hacia su piel, así no podía detectarlo.

Además que se veía condenadamente atractivo.

— Vaya, pensé que no volverías — Dijo Marinette, aun sin girarse a verlo.

— Necesitaba tomar aire — Contesto simplemente, con su voz algo ronca.

— Una semana entera — Murmuró, intentando sonar divertida, pero realmente aquello le estaba poniendo los pelos de punta.

— ¿Acaso me extrañaste, princesa? —.

— No, pero sí desperdicie unas dos tantas de macarons pensando que vendrías —.

Chat sonrió ladinamente, dejando que el silencio inundara la habitación.

— ¿Y si te dijera que me sentía confundido? — Soltó de repente.

— ¿Enserio, Chat? Planeas iniciar el juego, por que sí es así es un rotundo — Pero fue interrumpida al sentir sus manos en sus hombros, sintiendo un leve temblor por su parte.

— Vamos, Mari — Pidió en una leve suplica, casi como si se tratara de un pequeño ronroneo.

— Bi-Bien — Aceptó, sintiendo como el ambiente se empezaba a tornar un poco más tenso, pero de manera extraña no era incómodo — Te diría que eres un tonto, y que no entendería el por qué —.

— Ajá — Rió un poco, logrando encender las mejillas de ella un poco — Sigues —.

Marinette bufó, no quería ni pensar a donde quería llegar.

— ¿Y si te dijera que me gustaría saber la razón por la cual te sentías confundido? — Preguntó, mordiendo levemente su labio inferior.

— Esa es una pregunta muy larga ¿No crees? —.

— Tú iniciaste —.

— De acuerdo, como la princesa lo ordene — Hizo una pausa, acariciando el cabello de ella acomodado en la cola alta, tomando la liga que lo mantenía atado y soltándolo, logrando que Marinette se sobresaltara en el mismo lugar — Tendría que decirte que una sensación de celos pasó sobre mí al principio, pero después de alguna manera termine muy sorprendido —.

Ella tomo aire, claramente no esperaba esa respuesta.

— Mi turno — Comenzó a acariciar el cabello de ella ahora suelto, moviéndolo ligeramente hacia la izquierda, dejando parte de su cuello visible, donde se dio la libertad de pasar sus garras delicadamente — ¿Y si te dijera que me has atraído en más de una ocasión? —.

— ¿Es por qué soy increíblemente atractiva? — Intento bromear para aligerar el ambiente, pero fue en vano cuando sintió el aliento de él chocar contra su cuello — Chat, detente — Murmuró al sentir como sus labios hacían contacto contra su piel.

Para él, realmente estaba siendo difícil controlarse, incluso había tenido que estar prácticamente escondiéndose como un vil cobarde, no quería escucharla decir aquellas palabras hacia su persona pero sin la máscara que portaba, realmente no sabría cómo reaccionar.

Y ahí es como cuando se dio cuenta que realmente no era por eso, porque muy en el fondo no quería rechazarla, sí, no quería herir a una amiga, en especial a ella.

Pero tampoco podía soportar la idea de que a la larga sus sentimientos ya no fueran hacia él, porque ahora que sabía eso, iba a ser muy difícil sacarlo de su cabeza.

Por qué, él sabía que no había otra que despertara tantos sentimientos y sensaciones como su hermosa compañera de batallas, Ladybug.

A excepción de Marinette.

¿Sería tan malo rendirse? No tenía idea.

Y de algo estaba seguro por propias palabras de Marinette, sí, ella estaba enamorada de Adrien, pero también tenía cierta atracción hacia él mismo con aquella mascara.

Sonrió internamente ¿Marinette algún día dejaría de sorprenderlo?

Así que, ahí estaba, mandando literalmente todo a la mierda después de pasar una semana prácticamente como un cobarde.

¿Una actitud egoísta? Sí, en definitiva. Sabía que podría terminar lastimando a Marinette, y no es que no le importaba, al contrario ¡Era su peor miedo! Pero realmente su mente no podía pensar mucho después de su ultimo intercambio de palabras.

Y realmente no le sorprendía, por algún motivo muy en el fondo sabía que terminaría rendido a los pies de ella.

Y que ese dichoso juego seria su perdición.

Se sentía culpable de sus sentimientos encontrados, pero realmente no podía hacer mucho, no ahora.

Además, estaba seguro que pronto se sentiría aún más culpable.

— Es por qué eres hermosa — Contesto, haciendo un poco más de presión en su cuello con sus labios, sacándole un ligero suspiro — Inteligente, talentosa, divertida y — Fue interrumpido cuando sintió el pequeño cuerpo de ella separarse de manera abrupta, para girarse sobre su silla de escritorio, quedando por primera vez en todo ese tiempo frente a frente.

Vislumbrando sus ojos mutuamente.

Ella estaba claramente sonrojada.

Ella sabía que estaba totalmente rendida ante él.

Ante alguien que no era Adrien Agreste.

Y de alguna manera no le importaba tanto como debería.

— ¿Y si te dijera que soy Adrien? — Soltó de repente, escudriñando su mirada, acercándose lentamente hacia ella.

¿Se suponía que seguían jugando?

Pues no lo sabía, y por alguna razón aquello la hizo feliz.

— Sigue soñando gatito — Alcanzo a pronunciar en un suspiro — ¿Y si yo te dijera que soy Ladybug? — De alguna manera su aliento se comenzó a mesclar con el de él, sintiendo como su rostro y partes de su cuerpo comenzaban a tomar calidez.

Chat tragó saliva ¿De verdad podía ser así de afortunado aun con el Miraculous de la mala suerte?

Y aunque no fuera así, estaba seguro que seguía siéndolo.

— ¿Y si no estuviera jugando? — Tomo su rostro entre sus manos — De igual manera me sentiría afortunado y —.

Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de Marinette presionando sobre los suyos, abriéndolos lentamente y amoldándose a los suyos.

Fue un beso que no duro mucho, pero que dejó a ambos un poco agitados y completamente sonrojados.

— Y si estuvieras jugando, yo también me sentiría afortunada —.

Al escuchar aquellas palabras solo pudo sonreír ligeramente, rosando sus labios con los de ella y sintiendo su cálido aliento sobre los suyos.

Aunque fuera el símbolo de la mala suerte andando, era alguien afortunado.

Y con ese pensamiento en mente se inclinó hacia ella quien aún yacía sentada de la silla del escritorio para poder tener un mejor alcance de sus labios y así sentirla amoldándose a él.

No era un experto, tampoco era un seductor o besador nato pero intentaba ser lo menos torpe posible, además que un fuerte instinto dentro de él practicante lo guiaba en sus movimientos.

« Quizás sus instintos gatunos » Pensó.

Y cada movimiento de sus labios contra los suyos podía jurar que la boca de ella se sentía cada vez un poco más cálida.

No quería dejar de sentir aquello, además, un cosquilleo intenso por todo su cuerpo comenzó a recorrerlo.

Sintió las manos de ella recorrer desde sus hombros hasta su cuello, rodeándolo con estas y tirando de él logrando que parte de su cuerpo se recargara sobre ella.

Él recargo su rodilla derecha en el borde del asiento, logrando que Marinette abriera sus piernas, sacándole un suspiró ahogado entre el beso.

Se sentía extrañamente exaltada y eufórica, ignoraba por completo en la terrible posición en la que se encontraban, básicamente estaba ignorando todo a su alrededor.

A excepción de él y las sensaciones que le estaba produciendo.

Desde la calidez descontrolada que se iniciaba desde sus labios y se comenzaba a expandir por todo su cuerpo, especialmente en donde se encontraba la rodilla de él, haciendo una leve presión y regalándole algo completamente fuera de todo lo que ella conocía hasta ahora.

Torpemente avanzaban en sus besos, siendo cada uno de ellos más rítmico que él otro y acoplándose a las necesidades de cada uno, al igual que la intensidad con la que sus labios se acariciaban.

Él ambiente estaba pesado, pero no era una atmosfera incomoda, era algo que ni ellos mismos con aquel descontrol total podrían explicar.

— Marinette — Alcanzo a murmurar levemente, intentando controlar su respiración y sosteniendo su cuerpo sobre ella para no aplastarla contra la silla por completo — Marinette — La llamó, captando la atención de ella para que abriera sus ojos, encontrándose con los suyos.

La observó, sus mejillas sonrojadas por completo con aquellas diminutas pecas, sus labios levemente rojizos y humedecidos por los besos compartidos.

No podía pensar en ese momento en otra cosa que no fuera ella, y no le molestaba.

Acaricio su mejilla con delicadeza, acunando su rostro con una mano mientras que la otra descendía para anclarse a su cintura.

— No estoy jugando — Intento decir aquello en un susurro, pero sólo logro que su voz saliera de una manera ronca.

Los ojos de ella se ensancharon levemente.

Una deslumbrante sonrisa apareció en su rostro, quería reír por lo tontos que eran.

Tomo la mano de él que se encontraba en su mejilla, guiándola hacia sus orejas mientras se colocaba el cabello tras estas, dejándolas visibles.

Se encargó que él pasara sus garras sobre su propio Miraculous, sintiendo una descara de energía pasando por su mano al sentirlo.

— Yo tampoco estoy jugando, gatito — Y con eso lo atrajo hacia ella nuevamente, para iniciar una nueva ronda de besos.

Y quizás algo más.

[…]

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AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

*FANGIRLEA*

ESTOY TAN JAPPY CON ESTO.

La neta no creí obtener el resultado que quería, aunque al final no fue añadido un +18 de manera muy explícita y me preguntaran ¿Por qué?

Por qué además de que NUNCA he escrito algo así, fue una recomendación de un amigo mío y mi segundo beta (Tengo 3 betareader, el primero es mi novio, el segundo es un amigo y la tercera es una amiga que me ayuda con comentarios de vez en cuando)

Pero siento que sí quedo algo pasional el asuntoh.

Muchas gracias a todxs por sus comentarios y por apoyo a esta micro historia sin trama, con estos dos tontos coqueteándose sin querer queriendo.

Anywaaaay, gracias a mi novio Zailak, AbbeTacobell y Sam este fanfic fue terminaoh.

Los quiero a todos 3

Haganme feliz dejando un comentario de lo que les parecio UWU

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