Se encontraba corriendo no sabe como había logrado escapar de ese castillo, pero estaba adolorido, cojeaba de un pie veía como su sangre dejaba huella por todo el bosque alrededor del castillo del que estaba huyendo.

Cayó de bruces en la arena, veía borroso, el dolor ya no lo dejaba poner en pie, algo lo tomó del cuello y lo alzo.

Era un tipo mas alto que el aunque no era muy fornido pero tenía una fuerza descomunal o el estaba muy débil, vestía una túnica negra y su cabello también lo era, era largo pero amarrado en una trenza baja que era tan larga que la usaba como cinturon envolviéndola alrededor de su cintura y aun asi caía hasta a sus tobillos, sus ojos eran tornasol y pudo ver en ellos todas las perversiones humanas, jamás lo había visto, el responsable de su tortura era una creatura sádica con forma femenina de hermoso rostro pero absolutamente malvada.

Este parecía un hombre apesar de tener un rostro fino, lo estrelló contra un arbol haciendo que Robin diera un alarido de dolor, no creía merecer esto, es cierto a veces era pretencioso y pesado predicando su religión pero jamás había lastimado a nadie.

El ser lo olió como un depredador olfatea a su presa.

- eres muy grande para mi, me gusta divertirme con mas pequeños, además estas muy maltratado, no me gustas...

- Súbyanci, él es mio dijo la voz de una mujer, la reconocia había sido su verdugo por semanas, tenía un vestido rojo que contrastaba con el caballo negro en el que venía montada, era un equino negro y con ojos de fuego.

Didri como le había hecho se llamaba tenía el cabello rizado que refulgía en brillos azulados.

Ella se bajo del animal y lo arrastró a dentro de nuevo

- no ibas a conseguir escapar, sera mejor que te resignes.

Solo pudo llorar al verse de nuevo en esa mazmorra, el ser tocó su cabeza y todas sus heridas empezaron a sanar, partes del cuerpo amputadas regeneraron y dolía todo el proceso, eso lo lleno mas de terror sabía para que lo curaba, para volverlo a mutilar y destazar, y torturar a su gusto, mientras se recuperaba de sus dolorosas heridas veía como lo demás que estaban de nuevo sanos eran desmenbrados nuévamente entre los gritos de dolor escuchados y lo que veía perdió la conciencia.

Cuando abrió lo ojos ya estaba completamente curado pero todo estaba oscuro sentía un gran peso sobre él y un líquido cálido chorreando en todo su cuerpo, era sangre, pero no era su sangre, era la de una pila de miembros cercenados y torsos que estaban arriba de él, a este momento sentía que su mente divagaba y trataba de irse lejos, estaba rozando la locura a estas alturas no sabía si lo horrores vividos eran fruto de una cabeza trastornada, agarró aquel rosario que siempre llevaba ese que le había dado su abuela Meli, y lo apreto rogando por un milagro o por morir rápido.

Lanzo un leve quejido y trato de sacar un brazo por entre el medio de aquella pila de carne.

Algo lo tomó del brazo y lo jalo a la luz, era otro ser este tenía los ojos y el cabello dorado y una expresion pacifica.

- tranquilo muchacho, ya se acabo todo.

El seguía sin contestar y comenzó a rezar de manera intangible sobaba un crucifijo que tenía en el cuello.

- salvame, salvame repetía una y otra vez a ese pedazo de metal en forma de cruz.

- chico, quiero llevarte a casa.

Esta vez si lo miro

- casa?

- si, tienes familia?

- esposa, bebé Dijo tratando de pararse.

- dime como te llamas y donde vives para llevarte.

- Robin

- esta bien Robin, ven conmigo le pidió el ser pero en cuanto lo tocó el menor grito y se alejo.

- no me lastimes! Yá! Dijo perdiendo la mente de nuevo.

- calmate, se que quieres ir a casa para estar a salvo, donde vives?.

- Alemania...

Con mucha dificultad le dijo donde vivía, era la casa donde vivía con su esposa, pero su esposa no abrió la puerta fue su madre que lo abrazo en cuanto lo vio a lo que él se desplomo.

(Leer el capítulo "el fin de la guerra" de mi historia Hibridos)

Habían pasado tres años desde el incidente.

Estaba en el apartamento que había comprado para no vivir en aquella casa grande que compartía con Viviana, su esposa, cuando llego se entero que ella había muerto producto de un derrumbe ocasionado por los temblores que habían azotado esa fecha el planeta, otro golpe para él ya esperaba refugiarse en los brazos de ella como había hecho antes, en el momento en que su vida se empezó a ir a pique.

Veronica Mandred era su madre, sus abuelos pertenecían a una familia noble su abuelo Octaviano tenía el titulo de conde, pero su madre se caso joven con un hombre que no era de su nivel el cual se murmuraban lo había hecho por el dinero, y tal vez tenían razón ya que que Rodrid Bayster cambio mucho con su esposa después de enterarse que Octaviano no pensaba heredarle nada a Veronica, Rodrid había cantado victoria cuando el viejo no le había hecho firmar nada, sabía que Veronica era su única hija y por lo tanto toda la herencia sería para ella, cayó en su error después de que naciera Robin, Octaviano puso que si algo le pasaba toda su fortuna y titulo pasarían a su nieto, y si moría cuando el chico fuera muy joven, todo eso pasaría a un fondo de inversión hasta que este cumpliera la mayoría de edad, y si también moría Robin, el dinero se le daría a una caridad, apenas dejo dado una pensión para su hija.

Era una cantidad para vivir dignamente pero Rodrid que era un mujeriego no se había casado por una vida digna si no de millonario, el tenía una carrera en politica y buen sueldo asi que esa pensión no fue nada para él, pero ya estaba casado, era politico y presidente de la liga cristiana conservadora se vería fatal para su imagen un divorcio.

Por fuera eran el matrimonio perfecto pero Veronica tuvo que aguantar años de maltratos e infidelidades Rodrid siempre manejo una doble moral, los hizo vivir bajo el rigor de la iglesia, rigor al que él no se sometía, bebía y se iba con mujeres que no se molestaba en ocultar de su esposa, ella incapaz de admitir el error que había cometido y sujeta a las reglas estrictas que decían que la mujer debía aguantar a su esposo miraba para otro lado.

Era una mujer hermosa, Robin se parecía a ella tenía el cabello como la miel mas pura, unos hermosas ojos avellana, su nariz respingada y esbelto.

No habían tenido mas hijos y Robin había vivido como en una burbuja, en el fondo él sabía de la situación de sus papás pero no lo quería aceptar el había sido criado en las normas cristianas.

Ocurrió al poco de graduarse después de cumplir los 17, su padre se había ido toda la noche o eso se suponía, él ya estaba dormido, pero Rodrid no paso toda la noche fuera, regreso antes de las 11:00 pm y encontró a Veronica en la cama con Tom.

Nadie podía juzgar duramente a Veronica por hacer eso, había sido una mujer maltratada durante años, tal vez si estubiera con otro tipo diferente a Tom, él la habría entendido, pero por que él?.

El hecho de que hubiera sido con Tomás lonescu, le había causado mas impacto de lo que pensó, Tom como le decían era su mejor amigo apesar de que era cinco años mayor que el, era entendible por que alguien encontraría a su amigo atractivo, tenía ese aspecto callejero de motociclista, tenía una barba corta y uno ojos azules que te miraban de una manera magnética.

Tomás era el hijo de una sirvienta que había trabajado para ellos, crecieron juntos pero desde hacía un tiempo la cercania de su amigo le estaba generando ansiedad y unas sensaciones prohibidas que alguien en la religión no podía tener y que se negaba asi mismo.

Los gritos de Rodrid lo despertaron y el también los vio en la cama, los ojos de Tom se chocaron con.los suyos.

- lo siento fue lo único que al ojiazul le dijo antes de que Robin corriera a encerrarse en su cuarto, el despecho y la decepción hizo que se pusiera del lado de su padre y se fuera con el de la casa, meses después ebrio y frustrado su padre le había gritado que no era su hijo que su madre se había casado embarazada de un desconocido y que era una zorra.

Y aunque después le había pedido disculpas estando sobrio nada pudo borrarlo, ese fue otro clavo para su ataúd, solo en los brazos de Viviana encontró respaldo y consuelo, quería reclamar a sus padres pero se supone que los hijos debían someterse a los padres sin chistar, otra cosa mas que reprimir, no podía dejar salir su enojo esos sentimientos no podían estar en un cristiano.

Refugiandose con ella terminaron por tener relaciones ambos eran virgenes y se supone que esperarían a casarse como mandaba la biblia pero la soledad les hizo caer, como resultado Robin termino casándose a los 18, era lo correcto si lo habían hecho, Octaviano no había muerto pero le mando una fuerte cantidad de dinero y varios acciones que le deportaban ganancias mensuales, el tenía mucho y ya era viejo no necesitaba tanto dinero con eso se pago la universidad y compró una casa para él y su esposa, un año después nacio su hijo Nikolas, por breve tiempo se sintió en paz.

Ahora estaba muerta, y el se había quedado solo con su hijo, se había mudado a un apartamento mas pequeño.

Ahora tenía 22 y el amargo recuerdo de lo que había pasado necesitaba ayuda de un profecional pero eso era mal visto en su religión, ahora se estaba alistando para ir a la iglesia, su hijo de tres años ya estaba listo y en la sala.

El se miraba en el espejo y parecía un hombre joven pero se sentía viejo.

Peino su cabello rubio y una lágrima resbalo por su mejilla, el la seco y siguió cepillandose.

Pero algo paso, su rostro en el espejo cambio su expresión a una leve sonrisa maliciosa, el no estaba sonriendo! El reflejo no se detuvo ahí y le guiño un ojo y le lanzó un beso.

Eso fue el colmo del espanto y lo hizo pegar un grito y retroceder, acaso se había vuelto loco?!

Bueno esta es mi primer historia aqui y espero que les guste y me sigan