Notas iniciales:

Esta historia no sigue exactamente los sucesos de la época Teiko narrados en el manga y el anime porque el inicio de ésta se escribió antes de que se animara dicho flashback (aunque el inicio fue editado levemente para que encajara mejor).

Los personajes, escenarios y otras cosas del universo de Kuroko no Basuke no me pertenecen.

Los OC u otros detalles inventados por mí serán nombrados a final de cada capítulo/donde aparezcan.

Gracias por su atención(?), disfrutad de este algo alocado y diferente fanfic.

Advertencias: Posible final harem, mucho fanservice yaoi, la mayoría de alumnas son fujoshis alocadas y fangirls (Momoi también lo es), Kagami es un ángel ingenuo, Haizaki es algo mejor buena persona aquí (según fuentes confiables, antes de ser echado del equipo se preocupaba más por los Kisekis, y como esta historia se sitúa poco después de que lo echen, todavía le queda algo de eso).

Parejas: Todas serán "sugerentes", en el sentido de que no se mostrará abiertamente relación alguna hasta pasada buena parte de la historia, pero sí habrá cantidad de fanservice. Cuando se decida una pareja definitivamente, se avisará de dicho cambio en capítulos futuros para evitar spoilers.

(El orden de las parejas aquí escritas no tiene relación con las posiciones en el lemon, sino en sus sentimientos/y fanservice/)

Kuroko x Kagami, Aomine x Kagami, Akashi x Kagami, Kise x Kagami, Haizaki x Kagami, Midorima x Kagami, Murasakibara x Kagami, Momoi x Kagami, Nijimura x Haizaki (Haizaki x Nijimura casi imperceptible), Kise x Haizaki, Murasakibara x Kuroko, Kuroko x Aomine, Akashi x Kise, Kise x Kuroko.

Kagami x ... su lentitud tal vez hará que no se entere ni de sus propios intereses, pero los posibles fanservice son: Kagami x Haizaki, Kagami x Akashi, Kagami x Kuroko, Kagami x Kise, Kagami x Aomine y alguna escena Kagami x Murasakibara -gracias a la comida-


Capítulo 1- Prólogo... ¿Qué hago en el pasado?

Hacía días que habían por fin ganado la Winter Cup y Seirin se había convertido en el número uno de Japón. Kuroko, Kagami y los demás no podían parar de celebrarlo con sonrisas cada vez que recordaban dicha proeza, incluso invitando a conocidos de otros equipos a celebrar pues, como ya se sabe, el destino es tan caprichoso que era imposible no encontrarse con algún Kiseki al salir.

Dichos Kiseki son los llamados "Kiseki no Sedai" o "Generación de los Milagros". Genios del baloncesto cuyo desarrollo fue tan rápido que se vieron absorbidos por su propia arrogancia, campeones tres años seguidos de las nacionales jugadas en sus tres años de secundaria. Eran cinco. Aomine Daiki, un chico de piel morena y cabello azul oscuro, el As de dicho equipo y el primero en caer durante el segundo año de secundaria, perdió su brillante sonrisa en el proceso. Murasakibara Atsushi, el más alto de ellos, cabello lila, brazos y piernas largos con un poder increíble al hacer mates, se hundió más en su aburrimiento por un deporte que dice odiar pero que aún así sigue jugando, empezando a menospreciar aún más a los débiles. El cambio de Midorima Shintarou, el talentoso lanzador de triples de gran trayectoria (al punto que toda la cancha forma parte de su rango) cuyo cabello y ojos eran verdes, no fue tan obvio; aún así él dejó de confiar en sus compañeros y en el juego en equipo. Kise Ryouta, el rubio modelo de ojos dorados que empezó a modelar casi al mismo tiempo que a jugar a baloncesto (segundo año) y que llegó a titular dos semanas después gracias a su extraña e increíble habilidad para "copiar" todo movimiento que ha visto al menos una vez, sufrió un cambio menos notable, pero aún así tuvo que soportar el cambio de sus amigos, sus sonrisas falsas aumentaron y se volvió arrogante por toda la atención recibida. Finalmente, el capitán, Akashi Seijuurou, el pelirrojo que tenía ambos ojos rojos al inicio de todo, sufrió el cambio más violento de todos por culpa de la presión recibida tanto en su casa como en su amado baloncesto: despertó una segunda personalidad junto a su habilidad especial, el "ojo del emperador" -su ojo izquierdo se volvió dorado-, y ese "otro Akashi" acabó de hundir, si bien no visiblemente, a la generación de los milagros.

La historia pública dice que la Kiseki no Sedai de Teikô era formada por cinco jugadores. Aún así, existía un extraño rumor sobre un sexto hombre. El sexto hombre fantasma.

Kuroko Tetsuya, cuyo talento por el deporte que amaba tanto o más que Aomine era casi terrible al punto que se centró en ser un especialista en pases aprovechando su falta de presencia, sufrió y vivió los cambios de sus amigos a tal cercanía que estuvo apunto de dejar de jugar para siempre. Kuroko, de cabellos y ojos celestes, piel pálida y siendo el más bajo de todos ellos llegando apenas al 1'70, tenía una promesa con un amigo. Y esos cinco jugadores, con sus acciones durante la final de su tercer año, pisotearon dicha promesa manipulando el juego de la final totalmente de manera que el resultado fue terrible: 111 - 11. Jugaron sólo para que todo fueran unos.

Por suerte, Kuroko consiguió encontrar la fuerza para levantarse gracias a las palabras transmitidas por un compañero de su amigo, y al entrar a Preparatoria, hizo el ser los mejores de Japón y vencer a los miembros de la Kiseki no Sedai su objetivo.

Finalmente, un año después, lo había conseguido, junto a una nueva "luz", Kagami Taiga. Kagami era muy parecido a Aomine antes de empezar a aburrirse del baloncesto. Pelirrojo y de ojos rojos pero en un tono más oscuro que Akashi, alto, de maneras algo bruscas y con poco temperamento, había vuelto de EEUU, Los Ángeles, a mitad de secundaria, y tan asqueado por el bajo nivel de baloncesto de su nuevo "hogar", ni siquiera había escuchado de la existencia de los Kisekis antes de que Kuroko le hablara de ellos.

Junto a sus "Senpais" (superiores) de Seirin y a otros tres chicos de primero, consiguieron vencerles uno a uno, notando notables cambios en la forma de actuar de ellos incluso durante los partidos.

Kise aprendió a respetar a sus superiores y compañeros no sólo gracias a su "capitán-amor-apache", sino porque Kuroko le hizo ver que el juego en equipo es mejor.

Midorima, para superar al dúo Kagami-Kuroko, comenzó a confiar en sus compañeros de equipo al punto de planear con ellos e incluso hacer un tiro especial que dependía totalmente de la precisión de su llamada "sombra", Takao Kazunari.

Aomine sonrió de nuevo al enfrentarse a Kagami en varios one-on-one durante sus partidos, finalmente entendiendo que debía seguir entrenando después de vivir el mal sabor de la derrota.

Murasakibara abrió su corazón al baloncesto gracias a su compañero, Himuro (Himuro Tatsuya, quien también es "hermano" -no de sangre- de Kagami), llegando incluso a entrar en la zona cuando se supone que sólo puedes hacerlo cuando realmente amas el deporte. Lloró al perder, y pese a soltar que iba a dejar el básquet, siguió entrenando porque odia perder.

Akashi volvió a la normalidad durante el partido contra Seirin, puesto que el "otro" no pudo hacer nada cuando se dio cuenta de que iba a perder, llegando incluso a sonreír al darse cuenta de que sí, finalmente, después de todo había perdido ante el básquet de Kuroko.

Pero todos ellos, pese a ahora estar "bien", de vez en cuando tenían esa mirada triste que torturaba a Kagami. Ojalá pudiera hacer algo por ellos, pensaba el pelirrojo cada vez que los veía así, incluso la mánager Momoi Satsuki, quien técnicamente formó parte de la Kiseki no Sedai pese a no jugar, también parecía estar triste a veces. Habían sufrido mucho, incluso el propio Kuroko, de vez en cuando, pese a creer que no se daban cuenta porque de por sí es bastante inexpresivo, parecía desanimado.

Oh, Kagami haría lo que fuera para ayudarles.

Pero no esperaba ESTO.

En el espejo, un chico tres años menor que él le devolvía una mirada llena de sorpresa y miedo. Se estaba viendo a sí mismo justo cuando acababa de volver a Japón.


"En un inicio se suponía que iba a vivir con mi padre, pero él tuvo que quedarse ahí por cuestiones de trabajo". Kagami recordaba haberles explicado eso a sus compañeros de equipo de Seirin no hacía mucho, en la sala del piso donde ahora se encontraba. Pero todo estaba distinto.

Los muebles eran claramente nuevos, había cajas de cosas recién puestas al lado de la puerta, y todo estaba demasiado limpio. Era como si acabara de mudarse.

Sintiendo cómo se alteraba, Kagami dio una vuelta por el piso, recordando todo lo que veía. Abrió una de las cajas encontrando cosas que recordaba haber guardado tres años atrás. Al mirarse de nuevo en el espejo, se dio cuenta de que la camiseta que llevaba la había tirado hacía un mes -según sus recuerdos- porque el maldito perro (Nigou) lo había hecho caer al suelo y se le había rasgado la espalda. De todas formas en ese momento ya era vieja e incluso le iba algo justa por lo que no le molestó, pero ahora esa camiseta le iba GRANDE.

Intentó recordar la noche anterior, pero sus recuerdos estaban borrosos. Lo máximo que llegaba a recordar era haber salido un rato con los Kisekis (que insistieron -ese stalker de Kise- hasta que dijo que sí), y de ahí sus recuerdos se interrumpen. ¿Había llegado a volver a casa? Era frustrante y empezaba a irritarse sólo de recordar los chillidos de uno de ellos (Kise, de nuevo) por lo que decidió dejarlo para otro momento.

Ahora mismo, fuera un sueño o no, estaba en el pasado. Tenía la oportunidad de hacer lo que había deseado, ¿por qué no aprovecharla y cambiar el futuro? Si no le fallaba la memoria, estaban justo en abril, que era cuando empezaba el nuevo curso escolar en Japón, y recordaba haber hecho un examen de acceso para una secundaria cualquiera cercana a su casa. Eso significaba que podía intentar hacer el examen de acceso a Teiko.

Sabía que era una buena escuela, por lo que tuvo claro que no lo tendría fácil... pero eso sería en circunstancias normales. Kagami ya había estudiado y superado la secundaria. Sí, sus notas no eran brillantes, pero si había aprobado primero de preparatoria podía aprobar un examen de acceso a segundo de secundaria.

Horas después, había terminado finalmente el papeleo para transferirse a Teiko. Sólo le faltaba ir el día siguiente a hacer el examen... Empezando a ponerse nervioso, Kagami salió de su casa vistiendo ropa casual y caminó siguiendo un mapa, hasta llegar a Teiko. Estaba a apenas 20 minutos de su casa, y a medio camino había una cancha de baloncesto, por lo que decidió que después pasaría un rato ahí. Pero primero quería ver Teiko, ni que fuera el exterior. Se quedó parado recordando que Seirin era más pequeño, pero aún así le había parecido algo más acogedor que esta secundaria. Tal vez lo que había oído de ella estaba influenciando en la percepción de esas cosas.

Se alteró un poco cuando vio que comenzaban a salir alumnos. ¿Ya era tan tarde? Y los que salían eran los pertenecientes a clubes, pues oyó a algunas chicas hablando de su trabajo como mánagers ese año o de lo lindos que eran los titulares. No podía entender la mente de las chicas, ¿qué tenía de lindo un adolescente musculoso y sudado corriendo tras un balón como un perro desesperado? Tal vez esa visión de Kagami fue algo equivocada y exagerada, pero aún así decidió no quedarse ahí parado. No sabría cómo reaccionar si saliera alguno de los Kisekis, todavía no tenía ningún plan y seguía preguntándose si era un sueño.

Bueno, sueño o no, esa cancha de baloncesto cercana a su casa le atraía más que la posibilidad de encontrarse con esos chicos, por lo que sonrió para sí mismo y dio media vuelta alejándose de la que, si esto era realidad, sería su nueva secundaria.

- Akashi, ¿ocurre algo?

El chico pelirrojo dejó de mirar hacia la entrada y volvió la cabeza hacia su compañero, negando con la cabeza con una pequeña sonrisa.

- No, sólo vi alguien interesante, aunque no parecía ser un alumno de aquí. Vamos, querías otra partida de Shogi después del entrenamiento, ¿verdad?

Con eso, el peliverde con gafas que lo acompañaba asintió con la cabeza, decidido a ganar esta vez. Obviamente, esa tarde tampoco ganó a Akashi.


Notas finales:

¡Espero que os haya gustado este primer capítulo del LightSide! Reflejará en su mayoría los pensamientos de Kagami, si bien al inicio no piensa demasiado bien de los milagros (llamando stalker a Kise por ejemplo), eso cambiará a medida que conozca mejor a sus "yo" jóvenes. De vez en cuando se verán escenas o pensamientos de otros, pero será poco habitual, en su mayoría son escenas que incluyen a Akashi, como la del final de este capítulo.

Nos vemos en la actualización de la semana que viene, del día 12.

ShadowSide será publicado hoy también, en unas horas.