Hola, soy nueva en esto de los Fanfics, y he tenido ganas de hacerlo desde hace mucho, perdonen mi redacción en caso de fallas, espero les guste o disfruten del mismo!

Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi.

CAPITULO I

" Enamorada de un desconocido "

Eran las 9:00 de la mañana, mientras que una joven azabache se acercaba a su destino, la Universidad de Literatura, las vacaciones terminaron, pero el frio invierno aún se podía sentir en su delicada piel blanca, mientras más se acercaba al colegio las miradas podían hacerse notorias, Kagome Higurashi era considerada la más hermosa del Instituto, sus ojos chocolate perfectamente delineados, unos labios rosas y carnosos y su notoria y sin igual cabellera azabache que se reconocería a kilómetros por los chicos que la pretendían.

-¡Kagome!- gritó un joven apuesto ojizaulado vestido con pantalones color caqui y una camisa blanca, -joven Koga, Buenas días- sonrió con ligereza y dulzura mientras el joven enamorado se acercaba más y más aprisa –Te he visto llegar y supuse que podríamos entrar juntos a clase…..Si…gustas- tartamudeo el joven moreno mientras trataba con disimulo su sonrojo, Kagome quien siempre supo lo que el joven sentía por ella, suspiró pensando en lo cruel que sería lastimar a su mejor amigo, la persona que siempre había estado con ella, inclusive en el fallecimiento de su padre. La historia de la familia Higurashi resonaba en toda la ciudad de Tokio gracias al accidente tan estruendoso que tuvo el padre, sin embargo la alegría de la señora y sus hijos jamás dejaron mostrar sus verdaderos sentimientos y penas, eran muy aceptados y queridos en la ciudad, Koga y Kagome eran vecinos desde los cinco años y sus padres de igual modo eran muy unidos, Sonomi Higurashi siempre pensó que su hija se diera cuenta o cediera a los sentimientos del joven, era apuesto, atlético, inteligente y tenía un muy buen trabajo, el chico perfecto, sin embargo para Kagome hacia falta algo más, desconocía que era, pero lo que sí sabia era que el joven Koga no podría otorgárselo.

Aquel día hacía más frio que nunca, Kagome llevaba consigo una bufanda guinda un sueter negro y unos pantalones de mezclilla, sabía que debía ir cómoda para poder degustar de un rico té de naranja en la cafetería mientras leía sus novelas preferidas y esperaba que aquel día ningún chico tratara de cortejarla para terminar temprano sus deberes, -¡Amiga! Kagome, Buenos días- dijo una castaña acercándose con torpeza llevando muchos libros en sus brazos, -Sango, ¿necesitas ayuda? ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?- dijo Kagome mirando graciosamente a Sango tropezar mientras trataba de llegar a ella –Kagome ¿Supiste del intercambio que hizo el profesor Kaji? Al parecer vendrá un chico de otra ciudad y por ser la más prestigiosa tendrás el honor de darle un recorrido por la escuela y al parecer la ciudad- Se bufaba Sango, sabía que Kagome era muy tímida con los chicos sobre todo después del escandalo que hubo con su exnovio Hojo, -¿¡QUÉ!? Cómo es posible que ningún profesor pudo contactarme para tan siquiera avisarme-, - No lo sé Kagome, pero el día de hoy el profesor Kaji me pidió personalmente que te recordara, así que amiga tendrás mucha más tarea que la de costumbre- Kagome tomaba aire mientras pensaba en que manera podría escapar de la escuela sin que repercutiera en sus notas, se suponía que ese día todo planteaba a ser un "buen día", resignada y con timidez caminaba en compañía de su mejor amiga mientras se adentraban en el Instituto, iba tan distraída que no se dio cuenta del chico peliplateado que caminaba de manera erguida y arrogante a su costado. Sango lo miró y notó su extrañeza, ojos dorados como el fuego, una mirada seria pero apuesta y refinada, un semblante orgulloso y sobre todo lo más sobresaliente, su cabellera plateada, -¿Qué estás mirando? ¿Algo te molesta?- refunfuño el chico mirando con desafío a Sango, a tal contestación Kagome levantó la mirada y lo pudo observar, la chica azabache quedó pasmada con tal figura peliplateada que caminaba a su costado, ¿Han escuchado del amor a primera vista o la impresión que tiene la gente al conocer a su alma gemela? Esa sensación de cosquilleo y nerviosismo instantáneo albergó todo el cuerpo de la azabache, se estremeció aún más cuando la mirada del chico se dirigió a ella -¿Qué problema tienen ustedes conmigo?- Seguía refunfuñando el chico pero sin quitar la mirada de la azabache que al igual que ella pudo sentir el mismo cosquilleo con tan solo mirar sus ojos, -No …nada y disculpa, no tienes que ser tan grosero con nosotras, es solo que vamos distraídas- contestó Kagome tratando de sonar desafiante, el peliplateado arqueo las cejas y caminó aún más rápido dejándolas incrédulas por lo sucedido, caminó aún más y en un instante que Kagome pudo distinguir, miró hacía atrás fijando la mirada en ella, con un semblante tan sensual que la azabache no tuvo más que sonrojarse y sentir un hormigueo en todo el cuerpo.

Ese joven, tiene algo que he buscado por mucho tiempo, pensó Kagome mientras caminaba como sonámbula hacia su salón de clases, Sango quien observo toda la escena no lograba comprender que pudo poner en ese estado a su amiga, lo único que ella pudo sentir fue desconcierto por la actitud del joven, -Kagome ¿Estás bien?- dijo Sango quien ayudaba a su amiga a colocar los libros en el escritorio de ambas, -¿Acaso ese chico te hizo algo malo?- preguntaba extrañada su amiga, Kagome quien apenas reaccionaba entendió que estaba en su salón de clases y ya era hora que llegara el profesor, -Sango, ¿lo viste? ¿Acaso no era apuesto? – suspiraba la azabache mientras juntaba sus brazos tomando su mentón, Sango estaba incrédula ¿A Kagome le gustaba alguien? y ese alguien era un chico agresivo? Su amiga si que estaba loca.

-Chicos tomen asiento por favor- decía el serio y cuarentón profesor que entraba aprisa al salón iluminado por ventanales grandes y espaciosos, Koga se sentó como de costumbre a un costado de Kagome y Sango, solo para admirar a Kagome mientras pudiera, Sango no lo despreciaba sin embargo no podía dejar de sentir tristeza por él ya que llevaba mucho tiempo pretendiendola y sin respuesta alguna, Sango bajó la mirada rapidamente al notar que un ojiazul y castaño joven se adentraba con una remera color purpura en su hombro conversando galantemente con una chica pelirroja que emitía miel por todos lados, -Buenos días bella Sango- dijo el ojiazul mientras la pelirroja se enfurecía y tomaba al chico por el brazo, -Kagome, ¿Te parece que alguien dijo algo? Pude escuchar pero no note a nadie-, Kagome quien detestaba que la pusieran en esa posición solo pudo negar tímidamente con su cabeza tratando de evadir la mirada de Miroku, el joven ojiazul que, tras el comentario decidió irse con actitud resignada mientras la chica pelirroja tomaba su brazo triunfal dirigiéndose a su asiento, -Sango, ¿Puedes dejar de ponerme entre la espada y la pared? No sé que hacer en esta situación-, -Kagome deja de ser tan inocente amiga, tu sabes que ese hombre es un mujeriego y no voy a dejarme de él- respondió Sango molesta, -Pero Sango yo sé que lo quieres…-, -Shhh- calló Sango a su amiga mientras trataba de amordazarla con sus propias manos, -¿Quieres que todos te escuchen? Kagome por favor apóyame un poco amiga-, -Tienes razón Sango, lo siento-

-Chicos, ahora sí disculpen la tardanza pero como veremos tendremos un nuevo compañero de clase, es de intercambio por supuesto, seamos buenos adultos y hagamos sentirlo cómodo, no es de esta ciudad así que no será fácil para el tratar de entender nuestras costumbres, Higurashi tendrá la tarea de mostrarle nuestras tradiciones y reglamentos de la escuela, gracias señorita- decía el profesor Kaji mientras Kagome solo podía asentir pensando en que ya no habría otra opción, -Pase joven, chicos el es Inuyasha Taisho- Kagome abrió los ojos al tope al darse cuenta que era el mismo chico que pudo observar en los escalones, su respiración se pausó y el mundo al parecer con ella, Inuyasha era su nombre, aquel chico vestido con pantalones negros y una camisa con mangas recogidas hasta los codos color rojo como la sangre, esa mirada tan sensual hizo temblar todo su cuerpo ¿Ahora que hago? ¿Tendré que pasar tiempo con él? Pensaba Kagome mientras sus mejillas se tornaban rojas, -Sientante detrás de Higurashi, Taisho y bienvenido- decía el profesor amablemente, los segundos se tornaron minutos, los minutos se tornaron horas mientras Kagome veía a Inuyasha acercarse a ella sin quitarle la mirada de encima, sus ojos dorados la habían atrapado, se había rendido, ella gustaba de el, era un hecho, estaba enamorada de Inuyasha, –Así que tu eres la que me mostrará la escuela, perdona por mi actitud anteriormente, me llamo Inuyasha- decía el joven amable y timidamente, pero Kagome no tenía reacción, estaba perdida ante él con una media luna en su rostro como sonrisa, las mejillas rosadas y los ojos brillantes, -Su nombre es Kagome Higurashi, discúlpala pero el día de hoy no amaneció muy bien- decía Sango tratando de despertar a su amiga, Kagome reaccionó solo para voltearse hacia el profesor ocultando su vergüenza, Inuyasha, quien pudo notar tiernamente su comportamiento no pudo evitar sonrojarse y sonreír tímidamente.

Koga Wolf, quien miraba con desaprobación y recelo toda la escena no pudo evitar sentir repudio hacia el chico peliplateado, sabía que Kagome no actuaba así y a él, que la conocía de mucho nunca le había dirigido una mirada tan tierna como lo había hecho para Inuyasha, no pudo evitar sentirse terriblemente celoso –¡Oye! No mires así a Kagome, no le gustan esas miradas tan acosadoras- refunfuñaba Koga mientras Sango lo miraba con desaprobación, Inuyasha no era ingenuo, pudo notar los celos del chico, así que solo se irguió y miró hacia los ventanales que mostraban el bello reflejo de la azabache quien distraída trabajaba en su cuaderno, era tan hermosa y tierna, despistada y sencilla, Inuyasha sabía que había sido buena idea el viaje y más valdrá la pena soportar vivir con su hermano y su padre estando cerca de aquella bella joven azabache, él también se había enamorado de ella.