Notas de autora: No sé si todos se hayan mudado a Wattpad o aun haya gente con vida por aquí? De todas maneras les dejo el capítulo!


Capítulo 5: The Phantom of the Opera.

El puntaje de Viktor había sido espectacular. Era su regreso al circuito del Gran Prix y no había defraudado a sus fieles seguidores. Por el momento, lograba vencer a JJ en la fase de programa corto.

Todos, incluido Yuuri, confiaban en que alcanzara también el primer lugar en el programa largo. Con ambos resultados, lograría vencer en el Skate de América, su primer evento de aquella temporada.

Por tales razones, el omega japonés temblaba de nerviosismo.

Su programa corto iniciaba en unas horas. Él no se atrevía a intentar ninguno de sus saltos. Los había practicado hasta el hartazgo en Rusia junto a los demás, pero en ese momento sentía que las piernas no le responderían. De hecho, tenía puesto los auriculares mientras estiraba en una colchoneta, intentando crear una burbuja a su alrededor que lo apartase del furor de la competencia.

Intentó alejar su mente de lo que declaró su pareja día atrás. "Baka Viktor… ¿Cómo se te ocurre decir eso sobre mí a un día de mi competencia?", pensó.

El ruso recibió el regaño de Yakov y el de Yuuri. Realmente solo logró que los medios rusos se fijasen más en el joven omega.

Siempre, el debut profesional de una rutina comía los nervios del japonés. Y ese día mostraría "Think of me" por primera vez en competencia. Sus niveles de ansiedad amenazaban con elevarse más de la cuenta. Por lo cual, intentó practicar algunos ejercicios de respiración que Lilia le había enseñado. Luego de entrenarse se sintió mejor. Practicar con los rusos le había demostrado su propio nivel. Cuando llegó a Rusia, pensó que no podría seguirles el ritmo, pero al final pudo lograrlo. De igual manera, se sorprendió del nivel de competitividad y fanatismo de cada atleta. Desde muy pequeños se lo tomaban como afrenta personal el no poder saltar. Tanto así que incluso le daba miedo ver lesionarse de manera irreversible a alguno de ellos. No parecían temer a su fragilidad humana, se sentían imbatibles hasta que sus cuerpos les demostrasen lo contrario.

En Japón, que también era potencia en patinaje individual, cada uno le dedicaba su vida, pero no al mismo nivel de entrega. Había diferencias que Yuuri creía eran saludables, como que los niños continuaran yendo a la escuela de manera obligatoria a diferencia de los niños patinadores rusos. Ellos prácticamente vivían entrenado y descuidando cualquier aspecto en sus vidas. Era brutal, incluso para los más pequeños. "Demasiado para un niño", pensó.

En aquella competencia dentro de su categoría lucharía contra Yurio y Seung de Corea del Sur. Podría decirse que ambos eran su mayor peligro.

Recordó los comentarios que hubo acerca de cómo el coreano se había centrado en entrenar muy duramente su rutina. Yuuri, de reojo, le dedicó una mirada mientras este trotaba en la caminadora. El coreano se secó la frente y luego se acomodó los patines. Fue hacia el hielo. Luego de unos estiramientos ingresó, llamando la atención de los más jóvenes. Muchos de ellos eran debutantes en la categoría, por lo cual no tenían posibilidad de alcanzar podio en ese evento y por tanto de clasificar a la final del Grand Prix. Pero era un buen momento de aprender de los grandes y famosos profesionales como Seung o Yuuri.

A los minutos, la música de Seung resonó. Se trataba del tango de Roxane. Yuuri quedó sorprendido de la elección. No se enteraba demasiado, pues intentaba mantenerse alejado de las redes, además que esa temporada se había avocado en aprender su nuevo programa. El coreano empezó con una combinación de saltos complicados, sus movimientos estaban correctamente ejecutados para ser un tango. Lo más sorprendente es como de un Ina baur partió hacia un triple Axel. Sin embargo, por más que técnicamente se viera impresionante, no parecía comprender su propia música. Yuuri había observado el mismo problema en él la temporada pasada. A lo mejor era por ser solo entrenamiento, creyó.

—Yuuri, creo que es hora de que te tomes un descanso. —Intervino Viktor.

El japonés asintió aun con la curiosidad clavada en el pecho. Ambos se retiraron mientras Yurio permanecía en el hielo practicando sus pasos del cisne blanco.

…..

Finalmente su práctica en el hielo había terminado. Iba a realizar su debut de la temporada con aquel programa que nuevamente representaba un reto y no un placer realizar. Se sentía francamente nervioso aunque no lo demostrara ante las cámaras que lo seguían de vez en cuando durante el entrenamiento. El joven rubio estaba seguro que no había alcanzado el nivel que se esperaba de él. Era el máximo representante de la categoría omega ruso. Junto a Viktor, su nación esperaba que ambos se alzasen con el oro del Grand Prix en ambas categorías.

Por si fuera poca presión, estaba patinando con un clásico del ballet ruso. Se había autoimpuesto una valla bastante alta. Su país no esperaba menos que sentirse orgulloso de él. No podía ensuciar un cásico como con una presentación lamentable.

—Así que vas a patinar el cisne blanco. Interesante. —Sonrío JJ. —No puedo verte como uno.

Yurio resopló y rodó los ojos intentando no prestarle atención. Cuando fue evidente que no se marcharía, decidió que sería buena idea escapar gracias a Yakov. Para su desgracia, este parecía inmerso en un debate serio con Lilia. El rubio sabía el porqué de aquella discusión. Lilia estaba en contra de aumentar un salto más en su programa libre; pero el anciano, siendo el entrenador, lo consideraba necesario. Aun no lo decidirían pues sería su carta escondida para la Final. A pesar de todo, no creía necesitar demasiado para clasificar.

—Los entrenadores rusos siempre me han parecido temibles. —Comentó JJ luego de notar hacia donde se dirigía la mirada del más joven.

—Solo no desean un programa mediocre. —Respondió a la defensiva.

Estaba consciente de todo lo que se hablaba sobre la explotación de atletas y patinadores rusos en todo el mundo.

—Hey no te tienes que tensar tanto conmigo. ¿Acaso no recuerdas que bailamos juntos?

Se acercó tan peligrosamente que pudo oler su aroma de alfa. Por un momento, se sintió mareado. Con seguridad, JJ también había logrado olfatearlo pues se le quedó mirando unos momentos a los ojos. Unos cuanto segundos que fueron motivo para muchas fotos de la presan invitada a la práctica. De inmediato quitó de encima a JJ.

Yurio desapareció hacia los vestidores, pero todo el camino sintió la pesada mirada del alfa.

"Que aroma tan interesante", pensó el mayor.

JJ tenía una prometida beta, su instinto como alfa se había resignado a no sentir los placeres que un omega puede brindarle. En ese momento, sintió algo removerse entre lo más recóndito de su ser. "Un beta jamás podrá compararse a un omega". Y aquello para un alfa podía llegar a ser innegable.

...

Un pequeño suspiro escapó de la boca de Yuuri. Estaba nervioso por su pronta presentación. No quería decepcionar a Viktor. Entendía todo el esfuerzo que realizaba al ser entrenador y patinador. No era sencillo. Deseaba retribuirle ese esfuerzo con buenos resultados.

Inesperadamente, comenzó a reír. Su piel se erizaba al sentir las manos de su alfa rodearle la cintura e intentar levantar la campera del equipo japonés.

—Vitya, dijiste que debía de descansar. —Argumentó intentando liberarse del abrazo de su pareja.

Sus labios nuevamente fueron pedidos por el alfa ruso. Simplemente no podía negarse a aquel placentero acto. Le ruborizaba cuando su boca era invadida de esa forma tan intensa que parecía llevarse su aliento.

—Pero me parece que te relajas más en mis brazos. —Soltó su boca, aun reteniéndole por la cintura. Dándose el gusto, paseó las yemas de sus dedos por la suavidad que era la espalda de Yuuri.

No podía negarlo. Con esa sesión de besos había logrado olvidar de todo más que el aroma y la sensación del cuerpo de Viktor junto al suyo. Estaba sentado sobre los muslos de Viktor y se sentía perfecto.

—No seas tan engreído. —Comentó risueño mientras sentía pequeños besos posarse por su cuello.

—Basta.

Viktor emitió un pequeño gruñido. Para Yuuri fue hilarante el sonido disconforme del alfa, parecía un niño al que se le prohíbe seguir jugando.

—Vamos suéltame ya. —Ordenó poco firme el japonés.

La verdad es que estaba disfrutando de las atenciones del ruso. Sentía una satisfacción brotar desde su pecho que crecería hasta llenar cada espacio de su cuerpo.

—Pero no me has dado mi premio por mi programa de ayer. —Exigió caprichosamente.

Como respuesta, Yuuri enlazó sus manos detrás de la nuca de su pareja. Le regaló un beso efímero en los labios, luego de una sonrisa tierna.

—Me siento tan complacido de tus palabras sobre que ese programa me lo dedicabas pero no debiste decirlo. —Comentó con preocupación.

— ¿Y por qué?

—No va a ser de agrado de nadie. —Aseguró tímido.

Viktor llevó una de sus manos a los cabellos del otro, los deslizó entre sus dedos apreciando su textura sedosa. Yuuri Katsuki no sabía cuánto fascinaba al campeón de campeones.

—Pero tú no tuviste problema al decir el año pasado que conociste el amor gracias a mí. No lo entendí en su momento porque rechazaste mi propuesta de ser novios, pero creo que ahora lo comprendo.

— ¿En verdad?

—El amor es algo más que tener pareja. Es decir, cuando he salido con otros betas u omegas estos siempre tenían una expectativa de cómo debía de ser tratados. Esperaban de mí poco menos que un príncipe. —Argumentó un poco serio, con un matiz triste en sus ojos azules. — Cuando te negaste a que fuera tu padre, hermano, amigo o novio fue porque no querías que yo tuviera una obligación en la forma de comportarme contigo. Me pediste que fuera yo mismo y fue lo hice con todos los errores que cometí.

Yuuri amplió más su sonrisa. Las palabras de Viktor le llenaban de más que felicidad. Saber que Viktor era sincero y le mostraba aspectos que nadie más conocía era mucho más de lo pudiese imaginar de niño. Sin dudarlo se abrazó por completo a él, buscando refugio en su agradable calor.

—Gracias por todo. —Susurró el omega en el oído de su alfa.

"Tú me has dado mucho más, Yuuri. Pero aún no lo entiendes"

—No me pidas que no lo declare. Voy a decirlo mil veces más, porque este programa te pertenece, Yuuri Katsuki.

Sin dudarlo sus labios volvieron a acariciarse con dulzura, suavidad. Ambos deseaban grabarse el sabor de los labios del otro.

—Después de la competencia ¿me darías mi premio, Yuuri?—Preguntó, intentando que la ansiedad por tocarlo no se le escapara.

El japonés se separó del beso y se resguardó el rostro. A pesar de sus manos casi cubriéndose por completo, Viktor pudo notar cuan sonrojado se encontraba.

—Sí.

—Entonces, definitivamente alcanzaré podio. No, el oro, definitivamente el oro. —Aseguró bastante feliz.

—Yo también te prometo luchar por el oro, Viktor.

El alfa terminó recostándose en el sofá, con Yuuri encima, arropado perfectamente entre sus brazos. El omega no dudo en dejar descansar su cabeza en el pecho del otro.

—Descansa, mi bello ángel.

Yuuri simplemente sonrío con suavidad y cerró los ojos. El latido del corazón de Viktor revoloteando fue como una nana, se llevó sus nervios y le sumergió en el mundo de los sueños.

...

Las palabras de Viktor resonaban en sus oídos, estaba seguro que racionalmente las entendía, pero el clamor del público le había trastornado y bloqueado cada sentido, incluso era incapaz de sentir el aroma del alfa a pesar de tenerlo detrás de él.

— ¡Yuuri!—exclamó Viktor

El japonés movió su cabeza de un lado a otro intentando volver en sí. No era tan fácil retomar sus sentidos y volver a concentrarse. Detrás de él, escuchó el puntaje obtenido por Seung. Había llegado a los 100. Aquello le impresionó demasiado. Era racionalmente correcto; aunque el coreano decayera en expresividad sus elementos técnicos eran muy altos.

— ¿Lo hizo bien verdad?—Preguntó sintiendo un nudo formarse en su garganta.

Viktor supo que se refería al patinador anterior.

—No es el momento.

—Dime si lo hizo bien. —Su voz era demandante.

El alfa apretó los hombros de su pupilo.

—Lo hizo bien, pero tú lo superaras.

Se estaba retrasando. Yuuri supo que debía de moverse, pero se demoró en espabilar. El centro de la pista le pareció aún más lejano. No estaba bien, debía volver en sí mismo. No podía. Supo que le descontarían un punto por no haberse puesto en el centro a tiempo.

La música inició escuchando la melodiosa voz de la cantante. Por un momento sintió que no se movería, lo logró. Era consciente de que sus movimientos estaban siendo demasiado robóticos. Ese programa necesitaba verse como un ángel, como una criatura preciosa que descubre el talento dentro de sí. El cual ha sido bendecido o maldecido por su maestro de la oscuridad. Su cuerpo comenzó a retroceder para tomar postura para su primer salto un cuádruple salcow, sin embargo a pesar que ese último año no había fallado en tal salto, terminó cayéndose. Su cuerpo entero se sacudió. De inmediato se puso de pie. Al menos no había perdido estética. Aun así, de sus ojos querían brotar lágrimas de vergüenza ¿Cómo era posible que un patinador de su nivel se cayera aun?

Comenzó a moverse, intentando mostrarse más suelto. Decidió alejar cualquier pensamiento sobre su posición actual como pareja de Viktor, el grandioso programa de Viktor y ser el representante del patinaje japonés.

Se concentró solo en la música y en los sentimientos que tenía atorado dentro del pecho, incluso olvidó el cálculo de los saltos. Su cuerpo por pura práctica aprendida le llevó a saltar cada vez que se había practicado, igualmente en los giros. Deslizó su cuerpo con un "Ina Bauer", doblando su espalda hacia atrás al igual que su cabeza. El hielo le permitió el transito libre con hermosura. Sus manos, sus piernas iniciaron a moverse con suavidad y encanto, dibujando y pintando transparente sobre el hielo. Finalmente, ante todos, quedaba al descubierto la criatura mágica sobre el hielo que era Yuuri Katsuki, el patinador con corazón de cristal.

Como sello final, realizó su último salto cuádruple impresionando a todos por la suavidad de su caída, los últimos giros y finalizó.

Para su sorpresa muchas vivas se oyeron; así como varios peluches arribaron a su alrededor. Saludo a los cuatro lados de la pista, se agachó y tomo el peluche más cercano para estrecharlo contra su pecho.

Al llegar a la puerta, Viktor le esperaba con los brazos abiertos. El japonés no comentó nada, sentía la vergüenza llenarle.

—Debemos de practicar más ese salto, Yuuri. Pensé que ya lo tenías perfecto. —Resopló. —Cuando tu cabeza da muchas vueltas sobre algo, te agobias. Aunque me parece que tu caída fue como una sacudida que te hizo despertar. —Agregó.

—Lo siento. —Bajó un poco la cabeza otorgando razón a su entrenador.

—No hay nada que sentir, pero sí que trabajar. —Apretó suavemente el hombro de su pupilo.

Saludaron a la cámara que hacía zoom hacia ellos, intentando parecer animados. Pronto, se anunció el puntaje: 100.5. Estaba en primer lugar por el momento. Su pecho y estomago se contrajeron. Había ganado a Seung por muy poco. Viktor le atrajo hacia sus brazos y le envolvió. Las fotos no tardaron en ser tomadas.

El siguiente patinador ingresó al ring, Yuuri se marchó a ocupar su lugar junto a Seung como parte del top.

°°°Finalmente las banderas rusas vuelven a alzarse. El campeón de la categoría omega tanto en el Grand Prix como del Mundial arriba a la pista…°°°

El joven ruso se veía inigualable. Su traje era de un pulcro blanco con detalles en plateado, al igual que la horquilla con la que llevaba su cabello rubio a un lado. La vestimenta llevaba decoraciones de pedrería, así como unas pocas plumas que enmarcaban la perfecta imagen de un cisne blanco.

Con una mirada sufrida inició su rutina moviendo sus brazos como alas batiéndose antes de volar y sus pies en puntas. Estaba haciendo ballet sobre el hielo. Luego continuó con unos giros, con su columna recta siendo sostenido por una pierna, prosiguió con un movimiento hacia atrás para saltar un perfecto cuádruple.

En ningún momento su actitud cambió, tenía esa singular expresión entre dolida, inocente y voluble. Era sorprendente para todos quienes ya habían conocido su faceta rebelde en las galas anteriores. A la vez, era un mensaje claro para la prensa que lo criticó de presentar solo técnica de saltos.

En medio de la pista, un cisne blanco conmovió a todos, incluso el jurado que siempre permanecía impasible.

Ni siquiera tuvo que escuchar el puntaje, Yuuri supo que había sido superado.

103 fue el puntaje obtenido por el joven aprendiz. El público ruso estalló en aplausos, vivas y canticos de felicitación ante un cansado Yuri.

Aquello desesperó a Yuuri Katsuki. Él sabía que aun el programa del joven ruso no era perfecto, incluso que había reducido sus elementos difíciles como alzar uno o dos brazos durante los saltos. Y es que, estos elementos estaban siendo practicados para usarlos de elementos sorpresas en las próximas competencias. El japonés se preguntó si tenía algún elemento que agregar.

Se intentó animar con la idea de que aun quedaba el programa largo que sería posterior al evento de libre de alfas, en unos dos días. Debía de mantenerse concentrado lo que restaba de la competencia si deseaba conseguir una plaza para el Grand Prix Final.

...

El evento había acabado por ese día. Por fin, Yurio tuvo un momento para sí mismo en su habitación de hotel. Lilia no tenía piedad en decirle que su programa había sido insulso.

—Perdóname por llamarte a estas horas. —Comento Yuri al ver a su amigo con ojos somnolientos. — A veces se me pasa la diferencia horaria. —Agregó con algo de culpa.

—No te preocupes, por suerte mis eventos todavía son en unos días. E igual ya está por amanecer.

El rubio se quedó sin palabras. Sentía que estaba siendo demasiado intenso con su único amigo, pero no tenía con quien más quejarse de sus frustraciones.

—Vamos a coincidir en la copa Rostelcom—Comentó Yurio intentando contagiarle de su emoción.

—Lo sé. Me gustará verte en vivo. —Respondió el kazajo parpadeando varias veces, intentando despertar por completo.

Notó como el rubio se debatía mentalmente en confiarle sus asuntos personales. Le alegraba ver que el rubio sentía bastante confianza con él. Sonrío suavemente ante la ternura que le invadió.

— ¿No te sientes conforme con tu programa?—Comentó sereno.

—No. Fue un reto pero no logró cumplir las expectativas. No tengo idea de cómo hacer el cisne negro. Claro, la parte técnica sí, pero no quiero recibir críticas de nuevo de que simplemente estoy saltando sin sentido.

—La prensa rusa no dice eso. —Intentó calmarlo.

—La prensa estadunidense sí lo hace.

—No podemos complacer a todos. —Agregó el kazajo.

—Viktor complace a todos. No hay nadie en el mundo que critique su patinaje.

El kazajo esbozó una sonrisa extraña. Parecía ver más allá de las palabras del ruso.

—Yuri, no eres Viktor. Conseguirás conquistar al mundo a tu manera. Además no pertenecen a la misma categoría.

Intentó permanecer impasible aunque estaba comprendiendo como veía Yuri al gran héroe de su país.

—Lo sé, pero es igual. No dudan en resaltar todo lo que el gran Viktor Nikiforov ha logrado y sigue consiguiendo. Casi estoy convencido que ganará este evento.

—Umm ¿y crees que ganará el Gran Prix Final?—Preguntó con algo de resentimiento.

"Sí" fue lo que pensó Yurio hasta darse cuenta que el rival de su amigo era justamente Viktor. Otabek sí competía en la categoría alfa, por lo cual se enfrentarían en la final.

—Así que lo crees…

—Lo siento. No es eso...solo que…

No sabía que comentar, sentía que en vez de arreglar el asunto terminaría haciendo sentir inferior a su amigo. A pesar de la rivalidad que sentía por Viktor, admiraba su patinaje, esa entrega única y su majestuosidad en el hielo. Si era objetivo, por el momento, no veía rival que de verdad desplazase su imagen, ni siquiera Otabek.

—Es impresionante. —Concedió. — Aun a través de una pantalla pude verlo. Y no está totalmente pulido. Pero yo también estoy decidido a ganar.

La llama de seguridad estaba encendida en los ojos del kazajo. El rubio se sintió incómodo.

—Muchos hemos crecido con el patinaje de Viktor, admirándolo. Pero, si de algo aprendí en mi fracaso en el campamento ruso, es que para vencer a alguien debes dejar de verlo sobre ti.

Aquellas palabras se las decía por sí mismo, pero también tuvieron efecto en Yurio. A pesar de que no competían directamente pues estaban en categorías diferentes, en Rusia la supremacía de Viktor como el representante del patinaje artístico del hielo parecía inquebrantable. Y si Yurio continuaba mortificándose por ello no crecería con su propio estilo.

—Beka…—Intentó nuevamente subsanar sus palabras anteriores. A veces era demasiado sincero. Otabek apreciaba aquello, pero no dejaba de dolerle un poco.

—Busca tu aliciente, Yuri. Bueno, me tengo que desconectar. Mi entrenador pronto despertará y me hará correr sin descanso por un par de horas.

Le dijo un simple adiós y suerte que fue respondido de igual manera por el kazajo. Nuevamente sentía que Beka le había ayudado pero que él no había podido animarlo de vuelta. La siguiente vez que se vieran iban a estar en Rusia y Viktor iba a competir también en ese evento. Aun así, se aseguraría de dejarle en claro a su amigo que también lo apoyaba aunque no pudiera hacer tan pública aquella demostración. Se esperaba que como omega de la selección rusa apoye a los alfas de su país.

Decidió apagar la luz de su habitación y tratar de dormir. Para su sorpresa el cansancio lo derrumbó con facilidad.

A la mañana siguiente le tocaba entrenar en el gimnasio de la competencia. Se estiró como un gato y volvió a sus ejercicios. Los alfas seguían entrenando en la pista para su presentación de ese día. Sin embargo, los omegas, betas, los de categoría pareja y "Ice Dance" podrían hacer uso del gimnasio para entrenar.

Vio a Yuuri practicar su coreografía con las zapatillas puestas, así que hizo lo mismo. Usando la barra elevó sus piernas hasta casi la altura de su cabeza. Luego de sentir como sus músculos despertaban se colocó los cascos de su reproductor de música y escogió su tema. Inició a moverse nuevamente. Le parecía gracioso que pensase que el cisne negro iba a ser su fuerte, hasta que entendió el exacto ser que era ese personaje: ambiguo que finge ser alguien pero que escapa de si esa pasión, gracia y malicia.

—Mañana veremos al cisne negro. No me lo perderé por nada. —Bromeó JJ interrumpiendo la concentración de Yurio.

— ¿Acaso no deberías de entrenar? Viktor va a patear tu trasero.

Un gesto, casi un mohín de niño se dibujó en los labios de JJ, pero el omega continuó doblándose hacia un lado, estirando lo mejor que podía para volver a interpretar su rutina en el suelo.

—Más bien mañana disfrutaré de tu presentación con una medalla de oro en mi cuello, gatito.

El omega decidió ignorarlo. A pesar de permanecer en silencio por un largo tiempo, JJ no se marchó. Continuó de pie, a unos metros de él, observándole y haciéndole sentir nervioso.

— ¿No deberías ya de empezar a presentar tu rutina?—Interrumpió el canadiense.

—Pues no quiero.

— ¿Te da vergüenza que yo la vea?

—Por supuesto que no. Solo no me da la gana

—Pero si no puedes con mi mirada no podrás con del mundo entero. Eso está bien del cisne blanco, pero ¿el cisne negro no es un omega totalmente atrevido que va a lucirse ante todos?

El joven rubio chasqueó la lengua sabiendo perfectamente que era cierto.

—Yo te vi muy cómodo moviéndote sexy el año pasado con Otabek ¿O acaso es porque no está él?

—Por supuesto que no.

Sin detenerse más por su vergüenza se puso de pie, se quitó la campera y la dejó a un lado. Cerró los ojos, concentrándose en la música. En puntas, dio los primeros pasos, mientras movía sus brazos como alas a punto de alzar vuelo.

—A mí no me parece muy cisne negro. —Interrumpió el canadiense. — Te falta sensualidad.

Una idea se cruzó en la mente de JJ. Como era usual, no se detuvo a razonar sobre esta, simplemente la soltó.

— ¿Por qué no intentas seducirme? Yo seré el príncipe, no, el rey al que intenta seducir el cisne negro.

Y Yurio no pudo más que perder el equilibrio y apoyarse en el suelo. Le dirigió una mirada rabiosa.

— ¡Nunca, entrometido!

Sin importarle aun no haber practicado se marchó del gimnasio. Su mejillas ardían e intentaba toda costa borrar esas palabras que sus oídos habían captado.

"De ninguna manera es buena idea".

…...

El programa largo para el grupo de los alfas dio inicio. El público recibió al segundo grupo eufórico. En el mismo grupo se encontraban JJ y Viktor. Por si fuera poco, gracias al sorteo, Viktor patinaba justo antes que el canadiense, añadiéndole una cuota más de emoción al evento.

¿Acaso el joven canadiense lograría vencer al emperador ruso del patinaje? ¿Podría con la presión? Los fans de JJ no dudaban que superaría esa prueba.

Viktor era muy seguro de sí mismo, sin embargo eso no evitó que después de calentar se lanzara al regazo de Yuuri como un niño pequeño. Tener a su omega a su lado le añadía cierta calma al asunto, además que se sentía constantemente inspirado.

— ¡Vitya compórtate, toda la prensa rusa está grabando.—Regañó escandalizado Yakov.

—No me importa que vean como mi cerdito me consiente. No quiero ver a nadie patinando.

Yuuri simplemente intento sonreír a Yakov, aunque su sonrisa terminó siendo una mueca nerviosa. Sentía que estorbaba, pero Viktor tenía sus brazos aferrados a su cintura mientras hundía su cabeza de lado sobre sus muslos.

—Yuuri, tus piernas son cómodas—Comentó sin ninguna vergüenza.

—Viktor…

—Acaríciame la cabeza. —Pidió.

El japonés alzó la cabeza hacia el entrenador mayor, este simplemente resopló hastiado, girando la cabeza por la vergüenza ajena que le daba su alumno de 28 años de edad.

—Deberías de haber permitido que Katsuki entrenase junto a Yurio supervisado por Lilia.

—De ninguna manera, mi omega tiene que apoyarme. Necesito de sus cuidados ahora mismo.

"Mi omega" Yuuri no podía dejar de repetirse esas dos palabras que acaloraban su ser por completo.

—Yuuri…—Siseó su nombre como si estuviera a punto de quedarse dormido.

Yuuri sonrío suavemente. Su alfa se movía con mimo buscando caricias de parte suyo, realmente como un niño pequeño. Así que, con la mano temblando, inició a acariciar su cabeza con ternura, buscando llevarse toda la tensión que la gran estrella sentía frente al programa largo.

Después de unos minutos acariciando su cabeza, Yuuri se dio con la sorpresa de que Viktor había caído dormido. Lo apreció a sus anchas. A veces sentía un mareo de parecerle irreal que todo ello lo estuviera viviendo.

¿Acaso era común admirar a alguien desde detrás de un televisor para luego convertirse en su amante? Realmente había tenido suerte.

Dejó descansar a Viktor una hora en sus piernas aun cuando estas se le adormecieron. Sin embargo, pronto, el evento estuvo a pocas horas de empezar.

—Viktor, despierta.

Pero el ruso se aferró nuevamente con fuerza a su cintura. El japonés supo que su alfa ya estaba despierto, pero, simplemente, le apetecía permanecer así.

—Debes de competir. —Susurró suavemente.

—Ummm solo si me das un beso para despertar.

Aquello sonrojó a Yuuri.

—De ninguna manera, estamos en público.

—Entonces no competiré. —Respondió el campeón.

—Vamos, Viktor, tus compatriotas han viajado hasta aquí solo para verte.

—Entonces quiero mi beso. —Incluso hizo un puchero.

Yuuri río, se acercó al oído de su amante y dejo escapar su aliento. Esta acción erizó todo el cuerpo del alfa.

— ¿Acaso no me ibas dedicar tu medalla de oro? Se supone que teníamos una cita después del evento. —Susurró.

— ¡Ya estoy muy despierto!

Se levantó Viktor de inmediato. El omega no dudo en carcajearse ante el comportamiento de su amante.

—Vamos, ve a estirar y calentar. Yo voy a permanecer aquí apoyándote.

Para su sorpresa, Viktor se acercó a gran velocidad y le robó un beso en la mejilla.

—Eso no cuenta como acto impúdico. —Mencionó antes de marcharse junto a Yakov.

El alfa se dedicó a calentar con su pensamiento lleno de su omega. Finalmente, a su grupo le tocó el calentamiento en el hielo y partió hacia este. Seguía vestido con el chándal del equipo ruso de esa temporada; el cual era azul con blanco y rojo con todas las etiquetas de los patrocinadores de la federación y los propios. Llevarlos significaba cargar con el recuerdo de que su arte no era propio. Sin embargo, esos odiados patrocinadores también eran los que le permitían dedicarse al patinaje. No como en algunos países, que atletas debían de tener otro trabajo para poder solventar sus gastos competitivos.

El tiempo de calentamiento sirvió a Viktor para formar un vínculo con el hielo, saber en qué puntos lo sentía más flojo o más duro. Al finalizar el tiempo reglamentario de práctica, los patinadores abandonaron la pista. Pronto arribó el primero en competir.

Varios turnos después, ningún patinador había tenido una presentación impresionante. Las ansias consumían al público asistente. Muchos solo habían pagado su entrada para ver a la estrella rusa brillar; otros tanto, para comprobar el talento del príncipe emergente canadiense.

Yuuri no se acercó a su pareja en ningún momento. Se obligó a respetar el espacio que Viktor debía de tener; ya que aquellos momentos solo podían competer a entrenador y pupilo.

—Aun no compite el anciano. —Yurio se sentó campante al lado de Yuuri. —Vamos, katsudon, sabes que no hay nadie aquí que pueda derrotarlo.

Pero el japonés se mordía el labio inferior dirigiendo su mirada hacia JJ. Yurio siguió su mirada, chasqueando su lengua de disgusto.

—Puede que sea bueno en saltos pero no va a derrotar al anciano. Viktor tiene la responsabilidad de seguir siendo el emperador hasta el final. —Suspiró un poco exasperado. –Además hay un nuevo patinador que está destacando. Es de tu país ¿no? Obtuvo buen puntaje en el corto.

Yuuri dirigió su mirada hacia el joven alfa que también llevaba la chamarra del equipo japonés. Era menor que él como la mayoría de patinadores de su nación. Los de su edad habían pasado al retiro. Eso le hacía sentir un poco maduro, pero intentaba verlo como un veterano que tenía esa ventaja. Pero a veces la fuerza de la juventud es mucho más avallasadora que la experiencia.

Para sorpresa de todos, el joven sorprendió con varios cuádruples en su programa, por otro lado, su parte artística no fue descuidado, logrando llevarse muchos aplausos.

Después de él, continuaron otros patinadores hasta que finalmente el turno de Viktor llegó: El fantasma de la Opera hacía su estreno en competencia oficial para la categoría alfa.

El silencio, la expectativa, la agitación, todas aquellas emociones que Viktor lograba creer en los corazones de sus fans se extendieron. Los gritos quedaron atorados en sus gargantas así como las lágrimas de anticipación. Viktor lograba simplemente enloquecer con su sola presencia.

La música inició suave como el recordatorio de su programa corto: Él era el gran genio tenebroso, controlador y obsesivo. Sus patines cortaron el hielo a una suavidad inigualable, su primer salto cuádruple salcow perfecto logró unos gritillos de emoción.

Luego justo antes del sonido estridente clásico del fantasma de la opera hizo una combinación cuádruple salcow-cuadruple toe loop. Una combinación bastante complicada para aquella competencia.

Incluso los comentaristas de las distintas cadenas estaban atravesados de emoción.

Y, entonces, la música volvió a cambiar. Se trataba de la voz del fantasma, intentando seducir, enamorar a Cristine; mientras que ella intentaba alejarse, rechazarlo; aunque, a la vez, le brindaba una pequeñísima esperanza. Y, para un amante codicioso, era más que suficiente para seguir prodigando su amor.

No era la parte en la que él la controla con todo su poder vocal, sino cuando está desesperado porque otro aparece para robarse el corazón de su amada ¿Cuán injusto lo ve el fantasma desde esa posición? Y luego la locura, el momento del carnaval donde descubre que su amor, a quien cuido desde siempre, lo ha dejado por alguien que nunca había notado su existencia.

Gallardo, como nadie con su perfecto traje negro, como si imitara aun saco exquisito y una camisa blanca salpicado de ornamentos ¿Cómo podría ser rechazado? Y aun así ahí estaba el gran Viktor Nikiforov representando a un fantasma de la opera enamorado, destruido y enloquecido por el amor.

Cuando terminó, el público se puso de pie, muchos estaban llorando al igual que a quien dedicaba esa presentación: Yuuri Katsuki.

El evento de alfas terminó. La joven promesa canadiense, a pesar de su ventajoso programa con cuádruples, no pudo vencer a Viktor. Aunque gracias a su puntaje técnico terminó peligrosamente cerca del gran ídolo.

Aun así, Viktor parado en lo más alto del podio, sonreía a la cámara mientras enseñaba al mundo su medalla de oro. A su lado, JJ como el segundo lugar y al otro, el japonés novato con el tercer lugar. El puntaje del último no era tan cercano a los otros dos; pero siendo alguien nuevo en senior causaba precaución en los otros dos alfas.

...

Con la medalla en su cuello, mucho más orgulloso de lo que había estado en el pasado cuando vencía, caminó hacia donde su persona amada esperaba.

— ¡Yuuri!—Disfrutó susurrar su nombre mientras lo estrechaba en sus brazos con anhelo.

—Lo hiciste genial, Viktor. Estoy tan orgulloso de ti.

El alfa se separó de su omega y pudo notar los ojos ligeramente rojizos de su amante. Besó cada uno y estrechó su cuerpo nuevamente en sus brazos. Se sentía satisfecho el escuchar aquello de Yuuri. Más que recibir la misma medalla era feliz de causar admiración en el omega. Y luego, aquel aroma tan exquisito que brotaba parecía una invitación indecorosa.

—Mañana te prometo esforzarme mucho.

Aquella pequeña oración despertó a Viktor de sus tentaciones. Al día siguiente le tocaba a Yuuri competir. No podía distraerlo más. Aun así, quiso acercarse para besarlo en los labios.

—No, las cámaras, Viktor.

Todo el momento había sido captado por las imágenes de diferentes medios del mundo. Viktor entendió que debería de separarse un poco. No quería causar predisposición en contra de Yuuri que pudiera estresarlo más.

….

Finalmente, la hora cero había llegado. Se sentía nervioso. No había podido evitar revisar las redes y ver como todos había quedado anonadados por el programa de Viktor. Se había repetido así mismo que era mejor no revisarlas, pero la curiosidad lo consumió. Tenía el mismo tema "The Pahtom of the Opera" pero versionada de otra manera. Era la canción central de la historia. Aquella con la que el fantasma busca controlar y llevarse a Cristinea sus dominios; pero ¿Quién era Yuuri, fantasma o Cristine?

Observó el precioso traje que lucía: inigualables piedras decoraban su traje y terminaban suavemente fundiendo con el negro de su pantalón. En su cuello llevaba una cadena, su cabello estaba arreglado perfectamente. Varios bordados terminaban en sus muñecas, las cuales tenían unas blondas de material exquisito, y junto a ello llevaba puesto guantes negros.

¿Quién era aquel bello ser? ¿El seducido o el seductor?

Se tragó todo su miedo, cerró los ojos esperando en posición la música que le acompañaría en aquel duelo. Cuando volvió a abrir los ojos, ya no era Yuuri Katsuki: se había convertido en el fantasma de la Opera, uno diferente al de Viktor. Era el ser seductor, atrayente, misterioso ¿o acaso era la muchacha luego de conocer sus propias virtudes? Una combinación de ambos, perfectos, sensuales y elegantes al mismo tiempo, amantes trágicos.

Sus saltos limpios, no necesitaba prepararse para alguno, simplemente fluían. El encanto estaba en su cuerpo. De pronto, este hechizo se rompió cuando su pie rotó de más. Aun persistía la imagen pero era incompleta.

La segunda mitad fue una lucha contra su propio cansancio para finiquitar. A pesar de que el público aún seguía animado, Yuuri supo que no había ido por el camino correcto…

°°°°Yuuri Katsuki junto a su entrenador ruso esperan el resultado. Y señoras y señores es: 180.83, sumado al del corto llega a un 281.33. No es un mal puntaje para iniciar la temporada, pero ¿Será suficiente para vencer al hada rusa?...°°°


Hola a todos hermosos lectores! Qué mosca le ha picado? se preguntarán. Creo que desde hace mucho, mucho, mucho que no actualizo tan rápido pero buenas nuevas de la película me han dado un impulso. Además que no quiero que se retrase y la película me gane porque probablemente nos cambie la perspectiva de algunos personajes. Si quieren saber mi teoría conspirativo les invito a visitar el grupo.

Recuerden que este es el primer evento de la serie grand Prix de ese año, luego cada quien tendrá su otro evento para ver quienes llegan a la final. Quiero recordarles que en este universo las categorías son: alfa, beta, omega, parejas beta, parejas alfa-omega , ice dance beta, ice dance alfa-omega. Por ello Yuuri, Yurio y Seung compiten en la misma categorpia. JJ Viktor y Otabek en la alfa. Lo mismo sucede en Entrenador espartano. Para más datos y reglas de mi omegaverse, por fa dense una visita a mi página o alguna de las redes sociales.

Cualquier duda no teman preguntar, soy feliz de leer sus preguntas y comentarios cof cof no sean fantasmones x2 cof cof no hay actu tan seguida sino ..ok no..

Yuuuri al fin le ganará a Yurio?

Yurio usará la imagen de seducir a JJ para ganar?

Viktor se comerá al cerdito? (pobre está en abstinencia obligada.)

JJ logrará vencer a nuestro emperador? dejará a su prometida?

Otabek saldrá de la friendzone? ..XD (de este ya saben la respuesta si leyeron entrenador espartano ..ok no reiré)

Seung y Pichit al fin tendrán su encuentro candente? (no por nada le dí tango a Seung)

Yuuri y Viktor dejarán de dar fanservice a la prensa?

Actualizaré rápido de nuevo? Ojala pero no prometo nada..esten pendientes de la página y el grupo si desean saber.

Nuevamente gracias a los que apoyan esta historia, me harían feliz si la comparten y recomiendan. Y espero regresar pronto con una actu más y con una de Entrenador espartano también.

Amo la melosidad de Yuuri y Viktor, pero les espera un duro camino para ser rey y reyna (en cualquier sentido ya que ambos son bien divos)