Otabek siempre se había caracterizado por ser alguien tranquilo y calculador, sin embargo, todo eso se iba al caño cada vez que veía como alguna desquiciada con orejas de gato se le "trepaba" a SU novio cada vez que salían a pasear.

Mierda, sabía que eso era normal, ambos eran muy famosos y Yuri también tenía sus momentos de enojo cuando las fans del kazajo se sobrepasaban con él, pero simplemente no podía sopesar la idea de ponerse a gritar como loco al igual que lo hacía Yuri.

-¡Miren, tengo su camisa! - gritó una de las chicas que rodeaban al rubio.

Bueno, quizás si alegaba intento de violación y acoso, no lo encarcelarían por arrollarlas con la moto (de la cual los obligaron a bajarse).

Pero antes de siquiera poder volver a sacar las llaves de su chaqueta, un potente rugido de ira se escuchó del joven que estaba a punto de entrar en crisis por no poder pasar una tarde tranquila con su novio.

-¡Quitense de una vez, malditas locas! - y así, en menos de diez segundos, ese poderoso adolescente logró zafarse de los brazos de las féminas, tomar a Otabek por el brazo y prácticamente lanzarlo a la moto para poder huir de ahí.

Y el kazajo sonrió en ese momento de una manera fugaz, total, que las tipas esas disfrutaran con la camisa que le habían quitado al rubio, pues él podría quitarle todo lo demás en cuanto llegaran al hotel y lo encerrara en su alcoba.