Disclaimer: South park no me pertenece


The Arrow Killed the beast

South Park un pueblo escondido entre las montañas y llanuras del desierto, con una vegetación de matorrales secos, cactus por doquier y animales tales como los coyotes, serpientes y buitres, el típico pueblo de viejo oeste con un camino para llegar difícil y largo; el pueblo no tenía muchos visitantes, su población era de apenas mil setecientas personas y todos se conocían entre ellos; los ciudadanos más destacables eran Stanley Marsh, sheriff del pueblo al que todos le confiaban su seguridad; Kyle Broflovski el banquero de South Park y mejor amigo del sheriff, Wendy Testaburger, la maestra de la pequeña escuelita y prometida de Stan, Bebe Stevens, considerada la mujer más bonita del pueblo y dueña del único salón del lugar donde todos iban a beber o a entretenerse, y por último, pero no por eso menos importante -y molesto- se encontraba Eric Cartman, el cacique principal del pueblo y por eso la persona más odiada por todos; a sus veinticuatro años Eric había logrado hacer una gran fortuna gracias a su ingenio y falta de remordimientos para dejar a familias sin hogar, a pesar de que le fingieran respeto Eric sabia que todos lo odiaban y no le importaba, él también los odiaba a todos y esperaba ganar la candidatura de alcalde de south Park -a base de sobornos, claro- para joderlos a todos.

En este pequeño y tranquilo pueblo también vivía Tweek Tweak, hijo de los dueños de la tienda más grande del pueblo y por lo tanto el heredero, era un chico considerado raro por los demás debido a sus tics nerviosos y su tendencia a consumir café en todo momento -lo había heredado de sus padres, ellos amaban tomar café más que agua- Tweek parecía a simple vista alguien inseguro y nervioso de quien se pudiera abusar fácilmente, pero en eso radicaba su más grande rareza, en realidad Tweek era uno de los mejores tiradores del pueblo, tal vez se debía a la hiperactividad que el café ejercía sobre él, pero era cierto que no había nadie más rápido a la hora de tomar el revólver y disparar, la única que podía competir contra él era Bebe Stevens, cuya puntería era impecable y no dudaba en sacar su escopeta si algún ebrio causaba destrozos en su salón; ambos eran buenos amigos y a veces solían ir al desierto a cazar coyotes o disparar latas solo por entretenimiento, la mayoría del pueblo creía que en realidad eran novios y que hacían una pareja linda -pero peligrosa- pero ellos solo eran mejores amigos y gustaban de competir para pulir sus habilidades, Tweek pensó muchas veces que su revólver solo era un juguete , su diversión que lo alejaba de la rutina de cargar sacos de harina o semillas a la bodega de la tienda, nunca pensó que un día lo fuera a disparar para proteger su vida y que esto cambiaría su vida totalmente.

Sobre una montaña tres hombres veían la panorámica de lo que era el pueblo de South park, acababan de cruzar gran parte del desierto y se encontraban "descansando" y analizando cual sería su siguiente paso

-¿qué piensas, Token?- pregunto un pelinegro de ojos azules mientras le daba una calada a su cigarrillo

-es un pueblo no tan grande pero tampoco pequeño, se encuentra a una hora de las vías del tren al pueblo más cercano y escatimo que deben vivir más de mil personas en el- contesto el chico de piel obscura sin dejar de ver el pueblo

-suena como todos nuestros atracos anteriores -hablo un castaño de ojos avellana y mejillas regordetas- ¿qué hacemos, lo atacamos ahora o esperamos a la noche?-

-¿Craig?- pregunto el afroamericano al que era su líder y amigo

-no hay prisa, descansaremos aquí para hacer un buen plan y atacar en los siguientes días, además debemos esperar un tiempo mientras pasa la noticia de nuestro último atraco en North park, Clyde, dile a las chicas que preparen algo de comer, tu y Token preparen el campamento, yo iré a revisar la zona-

-¡agh!... ¿no puedo ir contigo a revisar la zona?- exclamo el mencionado Clyde

-Clyde...dije, ve y dile a las chicas que preparen la comida, TU y Token preparen el campamento, ¿quieres que te lo repita por tercera vez?- dijo mientras miraba de forma irritada al castaño

-pues...-Clyde estaba a punto de contestar cuando la mano de Token le cubrió la boca

-diablos, me pregunto si un día van a tratarse como adultos y dejaran estas tontas peleas, vamos Clyde- dijo jalando la oreja del extrovertido chico mientras se lo llevaba hasta la carreta donde las chicas descansaban

Craig se quedo solo, observando el pueblo que se convertiría en su próximo objetivo, internamente se preguntaba si sería como todos los pueblos o este tendría algo especial, secretamente, deseaba encontrar algo o alguien que le devolviera la emoción a su vida; el saberse uno de los bandidos más buscados del oeste ya no le bastaba para sentir la adrenalina, necesitaba más, quería un desafió de verdad, uno que diera por finalizado su vida de fechorías de una vez por todas

oo00oo

El sol salió de nuevo en south Park, eran las siete de la mañana y los pueblerinos ya realizaban sus labores cotidianas, Bebe cepillaba su rizado cabello frente a su tocador, Stan y Kyle charlaban amistosamente fuera de la comisaria, Wendy recibía a sus alumnos para iniciar las clases, Eric guardaba más dinero en su gran caja fuerte y Tweek bebía su segunda taza de café sobre el mostrador de la tienda; ellos al igual que el resto de las personas mantenían su rutina, hasta que casi a medio a día una carreta cerrada llamo la atención de todos en South Park, la gente en la calle miraba la carreta de forma curiosa y algunos con desconfianza, no era muy común recibir forasteros en el pueblo, la carreta se detuvo frente a la comisaría donde el Sheriff Marsh estaba justo en la puerta

-¡Buenas tardes!- saludo una jovial y alegre voz desde la carreta

Stan vio a quien conducía la carreta, era una bella y joven mujer de cabellos rojos y ojos azules; tenía un cuerpo precioso que se dejaba entre ver por el largo vestido color lila que llevaba y el corsé negro que apretaba su cintura, haciendo sobresalir sus senos, Stan se quedo impresionado por la mujer un momento, hasta que recordó que ya tenía prometida

-buenas tardes...señorita- Stan trato de sonar formal y procuro no mirar mucho a la pelirroja, si Wendy se enteraba le iría muy mal

-sin tantos formalismos, por favor -sonrió la chica mirando la placa de estrella en el pecho del pelinegro y luego añadiendo con voz coqueta- puede llamarme Red, señor sheriff-

-umm, está bien seño...perdón, "Red" ¿que la trae por este desolado pueblo?-

-solo estoy de paso, voy viajando al sur y me he quedado sin provisiones; afortunadamente me encontré con este pueblo pero al parecer no están muy acostumbrados a los extraños, todos me miran con desconfianza y guardan distancia-

-es normal, South Park es un lugar retirado y no es muy común ver gente de afuera-

-oh, entiendo; vi la estrella en su pecho y me acerque a usted a pedir un poco de ayuda, espero no le moleste-

-para nada ¿en qué le puedo ayudar?-

-¿podría decirme donde está el almacén?-

-claro, está en la siguiente calle, dando vuelta a la derecha a 50 metros -

-ah...discúlpeme- la mujer uso un tono dulce y puso cara de inocencia- soy muy mala guiándome por calles y metros ¿podría darme más pistas? por ejemplo, "cerca de una licorería" o "de un banco" no lo sé-

-claro, después de dar vuelta a la siguiente calle lo primero que se va a encontrar es el salón, después de algunos locales esta el almacén y justo enfrente esta el banco; es muy fácil de ubicar -

-oh gracias señor sheriff, es como mi ángel de la guarda- sonrió Red guiñándole el ojo

-eh...de nada -contesto el pelinegro algo sonrojado- pero no me llames "señor sheriff"...puedes llamarme Stan-

-qué lindo nombre...Stan- murmuro coquetamente la chica dándose la vuelta y caminando hasta su carreta

-creo que es muy peligroso que una chica se ande sola por tan largo viaje- dijo el pelinegro haciendo voltear a la pelirroja

-no estoy sola, mi prima y mi amiga viajan conmigo-

-tres mujeres solas siguen siendo un blanco fácil, tenga cuidado con los bandidos que asaltan caminos-

-es muy lindo que se preocupe sheriff, gracias por todo-

Red subió a la carreta y golpeo al caballo para que siguiera andando; cuando se alejo de la comisaria una sonrisa de burla y victoria cruzo su rostro

-eres algo zorra- le dijo una voz adolescente y femenina dentro de la carreta, con un tono serio y aburrido

-se llama "usar los atributos femeninos a tu favor", un día cuando crezcas lo entenderás Ruby-

Red rió fuertemente mientras la jovencita la miraba con una mueca de desagrado, tenía a penas catorce años e iba vestida como un chico, botines negros, pantalones vaqueros en color celeste, una camisa a cuadros cubierta con un chaleco negro, un pañuelo rojo atado en su cuello y dos coletas que peinaban su cabello rojo, no tan intenso como el de Red, pero si en una tonalidad mas naranja, entonando perfectamente con sus ojos celestes y las pecas de sus mejillas

-prefiero morir- dijo en su habitual tono de adolescente apática

-¿y te dijo donde está el banco?-pregunto una chica de piel obscura, vestida de pieles, con pintura facial y un par de pluma adornando su rizado y obscuro cabello, demostrando orgullosa sus orígenes étnicos de piel roja

-frente al almacén, dando vuelta por la derecha a 50 metros, Nicole-

-bien, el plan es que tu y Ruby bajen a comprar al almacén, procuren tardar mientras yo me quedare en la carreta y observare el banco, calculare que tan fácil puede ser robarlo y cómo podemos hacerlo, además de fijarme en rutas, atajos y salidas para que los chicos puedan escapar fácilmente-

-¿has estado viendo todo el pueblo desde que llegamos?-

-sí, la comisaria esta a casi diez minutos de distancia del banco, a caballo es menos tiempo, después le diré a Token y puliremos el plan final -

-ustedes son muy listos- susurro la pelirroja siendo escuchada solo por Rubí

-claro, ellos son una pareja inteligente, no como tú y el gordo tonto de Clyde- dijo mordazmente la niña

-demonios, tienes el "encantador" sentido del humor de Craig-

-pues claro...somos hermanos-

-ya llegamos- dijo Red parando la carreta frente al gran almacén

-vayan ahora, tarden todo lo que puedan mientras yo hago como que cuido la carreta- dijo Nicole

Ambas pelirrojas obedecieron y bajaron de la carreta para entrar al almacén, Nicole se quedo parada al pie de la carreta mientras observaba analíticamente todo el paisaje a su alrededor, una de sus más grandes habilidades era poseer una memoria casi fotográfica que le permitían recordar paisajes, rostros y lugares con una precisión casi exacta, miraba de reojo el edificio que tenía en el frente el letrero de banco, miraba las dos plantas que lo conformaban y el callejón que tenia al lado izquierdo, además de las dos ventanas en la parte superior del edificio, la puerta del banco se abrió y los ojos obscuros de Nicole se dirigieron hasta la persona que las había abierto, era un hombre, uno que parecía casi irreal por sus rasgos físicos, Nicole miro impresionada ese rizado cabello rojo y esa piel blanca, nunca había visto a alguien así

-es muy guapo- murmuro apenas para sí misma

El extraño muy posiblemente sintió que era observado y busco con la mirada de donde venia esa sensación, encontrando sus ojos verdes con los obscuros de Nicole, el joven hombre sonrió de forma discreta y amable para la chica, la cual correspondió el gesto y bajo la mirada un poco avergonzada, los ojos de ese chico eran como dos esmeraldas que la dejaban sin aliento

Mientras tanto, dentro de almacén Ruby miraba con indiferencia los aparadores llenos de latas con comestibles y sacos de semillas, dio un vistazo rápido hasta donde estaba Red y la encontró mirando algunas latas de conserva como si fueran lo más interesante del universo –o perdiendo el tiempo, como Nicole le había pedido- la adolescente suspiro con desgano

"aburrido"

Pensó mientras seguía merodeando por la tienda, llego hasta una puerta detrás de los aparadores, supuso era la bodega o trastienda, la puerta estaba semi abierta y la chica no pido evitar fisgonear un poco, asomándose discretamente por el marco de la puerta y encontrándose del otro lado la imagen de un chico rubio acomodando los sacos de harina uno sobre otro, la jovencita miro encantada esa espalda ligeramente ancha –no tanto como su hermano, nadie era más varonil que su hermano- la nuca siendo cubierta por mechones de cabello color oro, cabello que lucía suave y a ella le encantaría tocar

-se llama Tweek, tiene como veinte años y creo que es novio de la señorita Bebe-

Una joven voz saco a Ruby de su distracción, giro sobre sus talones para encontrarse de frente con un chico de uno doce años, cabello negro y boca ancha que la miraba con curiosidad

-nunca le hables por detrás a las personas si no las conoces- contesto de forma seca

-tú estabas fisgoneando a Tweek, hasta podría jurar que le mirabas el trasero –sonrió el chico- ¿no es algo mayor para ti?-

-no le miraba el trasero a nadie –se defendió la chica sonrojándose de todas formas- y no es tan mayor, tengo casi quince años-

-y yo tengo casi trece… por cierto, soy Ike, Ike Broflovski-

-bueno Ike, eres un niño chismoso-

Le contesto la pelirroja alejándose -discretamente- de la puerta de la trastienda, pero siendo seguida por el pelinegro a los pasillos del almacén

-no eres de por aquí ¿cierto?- pregunto Ike tras Ruby

-eso no te importa-

-¿entonces eres forastera?-

-…-

-tu color de cabello me llamo mucho la atención, es como el de mi hermano, pero más lacio y opaco-

-…-

-¿eres pariente de la otra pelirroja que está en la tienda? La del vestido lila y tetas grandes…ella es sexy-

-…-

-si me la presentas, yo te presento a Tweek-

Ruby se detuvo a medio pasillo y se giro para mirar de forma seria al pre adolescente que la veía con una sonrisa

-eres un chiquillo muy molesto y pervertido ¿no deberías estar en la escuela?- le pregunto imitando la voz seria de su hermano

-yo soy un genio –contesto el pelinegro- no hay nada que me puedan enseñar en la escuela, además soy mucho más maduro y experimentado que cualquier chico de mi edad aquí, y digo experimentado en todos los sentidos - dijo sonriendo y moviendo las cejas de forma insinuantes para la pelirroja

Antes de que Ruby pudiera levantarle el dedo medio y soltarle su arsenal de malas palabras fue detenida por Red que le llamo para avisarle que ya era hora de irse y de pagar los víveres que llevaban con ellas, la pelirroja chasqueo la lengua y se alejo del chico para ir hasta donde su prima

:::::::

Algunas bolsas con oro, un par de sacos de dinero, una bolsita de cuero con varios diamantes, otras varias con joyas y piedras preciosas, además de algunos títulos de propiedades que se valuaban en miles, una pequeña fortuna que se había amasado en poco más de tres años por el grupo de bandidos liderados por Craig Tucker

-¿entonces somos ricos?- pregunto Donovan mientras volvía a guardar los fajos de billetes en su respectivo saco

-técnicamente si- le contesto Token mientras hacía lo mismo –aunque todo depende de lo que nuestro líder diga-

Ambos dirigieron su vista hasta Craig, el cual se encontraba admirando una esmeralda de gran tamaño, recargado en la pared de la cueva que en ese momento usaban de escondite, el azabache aparto la mirada de la gema y miro a sus amigos de forma monótona, como siempre

-South Park será nuestro último atraco –hablo con su voz hueca- después de robarlo repartiremos el motín acumulado y cada quien será libre de hacer lo que quiera con su parte-

-¿entonces es en serio?- Clyde enarco la ceja- el grupo se va a disolver-

-es lo mejor, ya somos lo suficientemente ricos como para no tener problemas financieros nunca más; es mejor retirarnos ahora que arriesgarnos a ser más reconocidos y ser buscados por caza recompensas o carroñeros-

-opino lo mismo que Craig – dijo Black- aunque hemos tenido la precaución de cubrir nuestros rostros mientras robamos, nuestros atracos han llamado la atención y ya somos buscados en varios condados, debemos ser más cautelosos-

-¿y estarás bien con eso, Craig? –Pregunto Clyde – te conozco desde siempre y sé muy bien que tú no comenzaste a robar porque te faltara dinero, los tres aquí sabemos bien porque lo hiciste y…-

-South Park será nuestro último atraco – interrumpió el azabache al castaño- después de eso pueden tomar la parte que les corresponde y hacer lo que quieran con sus vidas, por ahora encárguense de enterrar esta parte del motín para que nadie lo encuentre mientras estamos aquí, aun tenemos mucho que hacer-

Dicho esto el azabache guardo la esmeralda en uno de los saquitos y se lo lanzo a Token para que lo pusiera seguro bajo tierra; después de eso salió de la cueva bajo la atenta mirada de sus cómplices

-no debiste decir nada que le recordara su pasado, ya se molesto- reclamo Token a Clyde mientras empezaba a cavar

-que Craig "Fucker" se moleste no es novedad, pero tú y yo sabemos que no es molestia lo que tiene…por eso me preguntaba si de verdad será bueno para él dejar esta vida-

-claro que será bueno, la vida de un bandido es un riesgo constante y sé que en parte el lo hace por la seguridad de Ruby y Red, ellas lo seguirían hasta el fin del mundo, pero él no quiere arriesgarlas-

-pero él no quiere dejarlo, al menos no de verdad-

-Craig es un caso especial…-respondió Token reflexionando un poco

-y nosotros la bola de pendejos que lo seguimos a todas partes- confirmo Clyde con una sonrisa melancólica

Mientras ellos estaban dentro de la cueva ocultando el motín, sus caballos descansaban afuera, siendo reconocidos por unos ojos curiosos, con el rostro cubierto por un pañuelo

"pero mira nada más lo que me encontré, la pandilla de Tucker...esto le interesara al jefe"

El mirón sonrió con diversión mientras observaba los caballos, oculto desde lo alto de una loma.


una parte de mi sabia que no duraría mucho para volver alas andadas y escribir mas historias raras gays...como se habrán dado cuenta, ahora sera de vaqueros :D ¿porque? bueno, me inspiro el arte de Temariart (la portada de la historia, precisamente) y la música de "Heartless Bastards" de donde toma titulo este fanfic, sera multicapitulos (aun no se cuantos) y lo actualizare cada semana, por ahora...sin mas que decir, les agradezco por leer esto y si tienen algo que opinar ya saben donde hacerlo ;D

Sayonara!