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CAPITULO 1 REINICIANDO ¿?


Como dos personas pueden ser dos gotas de agua, tan dulce, tan increíble, tan cálido, tan invisible pero a la vez transparente ¿Cómo dos personas se miran sin verse? ¿Cómo pueden hablarse sin hablar? El amor es el más hermoso y difícil tesoro de hallar en el mundo, pero ¿Cómo poder distinguirlo? Aun cuando lo tuviste enfrente todo el tiempo o tal vez más de lo que siempre quisiste admitir para ti mismo, siempre estuvo ahí, siempre fue para ti, pero cuando las almas gemelas suelen ser como dos gotas pero no ambas de agua ¿Qué ocurre? Es la combinación perfecta ¿Acaso? O ¿Es una bomba explosiva? Que no necesariamente puede llegar a complementar ante la vista de los demás que solo ven la superficialidad de las cosas, quizás puede salgo que el cerebro humano muchas veces no puede llegar a comprender, hasta quizás vivirlo, analizarlo, saborearlo y enriquecerse de este… el amor así simplemente no tiene una ecuación ni punto de comparación y el resultado no suele ser el mismo ni ser exacto, siempre puede sorprendernos…

C.M.M. (S.M)


Era el primer día de escuela en la preparatoria publica número 23, Helga era una joven como cualquier otra, bueno quizás no tan normal como las demás pero si en manera superficial era igual que las demás pero sin llegar a la exageración en muchos sentidos pero en otros era demasiado apasionada y única, era una llama encendida en un sentido mejor de decirlo.

Estaba en el equipo femenil de béisbol que por cierto ella había logrado que se hiciera en la secundaria y aunque ahora debía comenzar la misma lucha en la preparatoria era de esperarse que fuera de este modo también y terminaría siendo igual la capitana del equipo era algo predecible en el aspecto de que no se rendía tan fácil al recibir un no por respuesta.

Si esa era Helga G. Pataki, mandona y a la vez luchadora por sus propios derechos pero aunque no lo parecía indirectamente siempre terminaba ayudando o beneficiando a los demás que en un principio no tenían esas agallas para enfrentar el océano mismo, pero Helga, Helga tenía un espíritu indomable, eso era algo que siempre la había caracterizado desde niña pero con el tiempo la hacía ante los ojos de los más desafortunados y digo eso porque en si era desafortunado enamorarse de la persona más difícil en este planeta ¿No?

¿Quién tendría la llave?

Ella tenía alguien, alguien que no tenía caso mencionar porque para esa persona siempre fue invisible, se había jurado así misma no volver a mencionar sus sentimientos por esa persona, esa persona que en los últimos tiempos había estado mas cerca de lo que cuando era niña hubiera deseado, pero simplemente era eso, una cercanía por conveniencia, una cercanía por acuerdo mutuo, cercanía que no significaba nada, cercanía que se reducía a una relación en común…sus amigos.

Ya no era la niña de nueve que se confesó ante ese niño en aquella azotea y menos era la niña que había dicho y confirmado sus sentimientos en aquella selva perdida de San Lorenzo, no, esa niña apasionada aún vivía dentro de ella, pero había aprendido a seguir adelante, aprendió a sobrellevar sus sentimientos y a controlarlos a tal grado que ahora estaba bien y aprendió a vivir con un amor no correspondido que ahora estaba abierta y decidida a encontrar su alma gemela, no la que el destino le había hecho ver, sino una que la hiciera sentir bien y amada, no enloquecida por amor a tal grado de quitar el aire.

Se miró en el espejo antes de bajar, llevaba una falda color beige, una blusa de tirantes color rosa, un suéter a juego con la falda, unos lindas botitas de color rosa igual que la blusa, su cabello suelto y cayendo graciosamente sobre su hombro derecho y una diadema detenía que este cayera sobre sus hermosos ojos azules, el listón rosa había quedado en el olvido.

En realidad en manos de otra persona que seguramente lo tiro, en realidad no había querido cruzar palabras sobre lo que paso con él, pero es que una segunda vez rechazada era demasiado y ella nunca quiso tocar el tema por temor aunque tampoco es como si este hubiera insistido, tal vez un par de ocasiones pero eso nada más.

La uniceja había pasado a mejor vida, ahora tenía dos perfectas y bien definidas cejas y no es que se hubiera vuelto muy femenina pero desde sexto comenzó a hacer cambios en su modo de vestir tratando de hacer un último intento para con Arnold, pero en realidad no dio muchos frutos y menos después de volver de ese viaje a San Lorenzo y luego pasar a la secundaria, todo volvió a ser lo normal al menos eso aparentaban, o aparentaba ella.

-¡Olga, se te hace tarde, date prisa!

Helga bufo, algunas cosas nunca cambiaran pero tampoco puede culpar a sus padres después de todo… Miro una fotografía que tenía escondida en su cajón de la mesita de dormir, donde se podía ver a Olga sonriente con un pequeño bebe en brazos…ella estaría tan feliz y ese bebe, si…

-¡Helga!

-¡Voy Bob ya te había escuchado!

Miriam estaba tirada en el sofá durmiendo agotada aparentemente pero ella sabía que era porque aún no podía controlar sus problemas lo cual siempre le preocupaba, observo al pequeño bebe que había observado hace unos instantes en la fotografía de su alcoba, este se emocionó al verla, era tan solo un bebe de 6 meses.

-Hola pequeño mounstro –Dijo está sonriendo

-Recuerda que debes apresurarte en las mañanas para que puedas darle de desayunar y llevarlo a la guardería –Dijo Bob Pataki quien miraba al niño con cierta molestia aunque Helga sabía que en el fondo si lo querían si no, no se hubiera tomado el tiempo de encontrarle una excelente guardería, tal vez solo era lo que se envolvía a través de ese pequeño niño y de su hermana.

-¿Por qué Miriam no puede?

Bob miro a la rubia sin poder entender –Sabes bien que tu madre no está bien, hace lo que puede y…

-¿Papa no te cansas de esto?

-¿De qué?

-Sabes a lo que me refiero y Olga esta ha…

-¡No hables mal de tu hermana! –Exclamo molesto –Ahora hazte cargo del bebe, Olga

-El cual es tu nieto…Y soy Helga

-Como sea

Si toda su vida escuchando lo mismo pero bastaron dos segundos en que el pequeñito le sonrió para que su enojo se esfumara y se dedicara a atenderlo, había cuidado a ese bebe prácticamente desde que nació ¿Cómo podía estar molesta con alguien como él? Cuando el si la notaba, y además se emocionaba al verla, si habían sido seis meses duros, los últimos de secundaria estuvo durmiéndose en las clases y de lo más distraída por suerte era una alumna excelente por lo que no tuvo demasiados problemas.

-Bien Alex hay que apurarnos o llegare tarde a la escuela

El niño solo rio un poco antes de echar sobre la cara de la rubia un poco de su comida.

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En la casa de huéspedes estaba un joven rubio desayunando con sus padres, hacía años que lo hacía aun le costaba comprender que aquello era verdad y no mentira, sus padres habían regresado con el cuándo los encontró, no lo pensaron no se decepcionaron del hijo que tenían, al contrario a partir de ese momento solo se dedicaron a amarlo, amarlo como siempre imagino que sus padres lo amarían.

Es verdad que ya no es un niño pero aun amaba como sus padres seguían demostrando esa adoración y amor hacia él, realmente agradecía tener la familia que tenían, junto a sus abuelos que ya eran más grandes pero no por eso dejaban de ser como siempre y eso lo hacía feliz, junto a su pequeña hermanita que tenía ya un año y medio de edad, pensar que apenas era un bebe. La amaba.

Era idéntica a su madre, pero parecía tener un poco del carácter de los abuelos pues siempre estaba un poco temperamental por decirlo de un modo algo que le recordaba a…aunque no podía decirse que estos años la relación cambio a un término mejor que solo conocidos, podía decirse que eran cercanos, lo cual estaba más que agradecido pero a la vez era doloroso, ser invisible a veces pero al final siempre fue así ¿No? Además ya era momento de avanzar era lo que siempre se decía pero inevitablemente sus pocas relaciones no duraron por ello.

Era un chico atractivo pero casi nadie lo encontraba interesante o era algo que sentía ya que la mayoría de las chicas siempre parecían ser atraída por bravucones o por gente como Gerald con una relación estable pero con un gran atractivo…su cuerpo por el basquetbol.

Él había estado en el equipo de béisbol y había estado a punto de ser el capitán pero no lo fue, gracias a la rubia, pero eso es otra historia.

Después de lo de industrias futuro pensó que las cosas irían mejor cuando pasaron a sexto Helga parecía ser más agradable y llego a pensar que tal vez…pero no…no paso, luego San Lorenzo donde hizo lo más increíble y valiente a sus casi doce años y que nunca pensó hacer pero lo hizo, desgraciadamente tampoco avanzo de eso, al regresar a casa la rubia le evadía casi todo el tiempo y cuando quiso sacar el tema a la conversación esta siempre se excusaba y al final dijo que no quería hablar del tema que lo olvidara ¿Olvidarlo? Si como no, claro que no lo había olvidado.

Pero por esta razón decidió comenzar a salir con otras chicas, al principio esperando alguna reacción de parte de esta pero nunca lo hubo, al menos nunca lo noto, esa mujer sí que lo volvía loco y sacaba facetas de su personalidad que no conocía.

Sus novias a veces se aburrían un poco del rubio, ya que siempre era muy despistado sobre todo cuando alguna que otra vez su mente navegaba lejos de ellas, lo cual sucedía a menudo por eso terminaban sus relaciones aunque a decir verdad algunas solo era para pasar un rato, claro que una que otra llamo su atención, sobretodo Lila quien en secundaria accedido salir con él un par de veces pero no pasó nada más que de amigos.

O Sherly quien fue su última novia, esa mujer sí que era hermosa, algo materialista y lo dejo porque encontró un mejor propuesto que la llevaba y traía de la escuela a sus compras y de sus compras a su casa, o algo así entendió cuando termino con él, era algo que nunca comprendería ¿Qué acaso las mujeres no saben hacer algo más que pensar en su apariencia y en gastar dinero? Sabía que había o hubo una pero ya no había que pensar más en algo prácticamente perdido.

-¿Qué piensas chaparrito? –Pregunto su abuelo sacándolo de sus pensamientos confusos que ya estaban dirigiéndose a algo en concreto.

-¿Eh? Nada…nada abuelo, nos vemos –Tomo su jugo a toda prisa pues debía irse ya si quería llegar a tiempo, se acercó a su hermana –Nos vemos July –Dijo dándole un beso en la cabeza pero la pequeña comenzó a molestarse porque su hermano se acercara

-No está muy de buenas –Movió la cabeza de lado a lado –Las mujeres son complicadas desde niñas ¿No campeón?

-En realidad desde bebes –Dijo Phill sonriente

Miles asintió sonriente –Cierto porque ella aun es un bebe pero ya es muy complicada como su ma…

-¿Quién? –Dijo Stella frunciendo el ceño

Arnold sonrió divertido, por supuesto su mama no era un pan de dulce, algo que no había analizado hasta hace unos días cuando se ponía a pensar demasiado en ciertas cosas lo cual ya era una rutina y costumbre, pero se dio cuenta que casualmente su abuela era quien complementaba a su abuelo en todo sentido y sobre todo por decirlo de un modo aparentemente ella era quien era la fuerte en la relación como sus padres, como…se sonrojo un poco al pensar en ello.

-¿Estas bien Arnold? –Stella se acercó a él para tocarle la frente –Estas rojo, puede que tengas fiebre y…

-Estoy bien mama

Miles rio por lo bajo y Phill soltó una carcajada –Solo está enamorado Stella no es nada

-¿Enamorado?

-Eso no es verdad…yo…. ¡Abuelo!

Arnold se sonrojo aún más.

-Jajajaja –Miles soltó la risa sin poderlo más –Seguro que si está enamorado al ser tan despistado para no llevar camisa

Arnold se sonrojo y bajo rápidamente para verse y entonces -¡Papa, tú también! –Dijo molesto

-Perdón hijo

-Ya me voy

-Con cuidado cariño y por favor abrígate por la fiebre –Dijo Stella dándole un beso y guiñándole el ojo

-Ma…olvídalo –Dijo abrumado y avergonzado pero exhausto y sabiendo que no podría contra ellos se dispuso a ir, cuando cerró la puerta escucho a su hermana llorar, eso era algo que nunca le gusto, está siempre lloraba cuando salía de la casa.

Caminaba tranquilamente hacia la preparatoria cuando vio a una joven rubia batallar por bajar del autobús cuando este se puso en marcha y casi la tira, esta comenzó a gritarle mil cosas pero después tuvo que enfocar su mirada hacia unas hojas que se encontraban ya en el suelo.

-¡Es perfectamente lo que necesitaba!

Arnold se acercó rápidamente hacia la rubia que de inmediato cuando la reconoció sintió una pequeña punzada pero restándole importancia se acercó. –Helga

La rubia sintió su corazón acelerar al escuchar aquella voz, pero trato de recomponerse de inmediato para contestarle –Arnold ¿Qué haces aquí?

-Voy para la escuela…te ayudo –Dijo bajando a recoger todos los papeles que a la rubia se le habían caído

-Yo…yo puedo –Dijo está tratando de bajar pero el rubio ya había terminado -¿A dónde vas a ir? –Pregunto viendo el niño que estaba en los brazos de la rubia -¿Quién es?

Esta se sonrojo un poco no quería que nadie la viera en esa situación pero tomo las hojas que el rubio tenía en la mano –Debo ir a la guardería que está aquí a la vuelta –Murmuro caminando

Arnold la siguió despacio y entonces una duda se instaló en su mente la cual era ridícula pero no pudo evitar hacerla -¿Es tu hijo?

-¿Qué? –Helga lo miro sonrojada pero un tanto ofendida eso no era lo que esperaba aunque a decir verdad -¿Por qué dices eso?

-Creo que eso es obvio Helga

-¿Y si lo fuera a ti qué?

Eso le molesto –Nada pero…

-¿Entonces?

-Lo es entonces, porque si hago memoria, tu hace unos meses dejaste de ir a algunos lugares y en clase te dormías pero no tienes novio y…

-Vaya Arnoldo me alegra ver que estas tan al pendiente de mi vida –Sonrió con sarcasmo, siguió avanzando

-¿entonces?

Helga rodo los ojos mientras saludaba a la maestra y daba un beso al pequeñito que le miraba tranquilo pero… -Vamos Alex tienes…no…no puedo vamos, te veré al rato –Le dio un beso y se lo entregó a la muestra quien lo llevo con rapidez adentro mientras él bebe lloraba.

Helga dejo escapar una pequeña lagrima antes de dar la vuelta con su mochila en mano para ir a la escuela, Arnold la seguía de cerca. –Es el hijo de Olga y no me preguntes más porque no te lo diré

Arnold se sorprendió no solo porque le respondiera si no porque ni siquiera sabía que Olga se hubiera casado o tuviera novio, se notaba que la familia Pataki tenía el don de ocultar todo bajo el tapete como bien decía el señor Pataki siempre, al parecer era un problema que había dentro de esa familia porque ¿Por qué entonces no estaría Helga dejando a su sobrino en la guardería cierto?

-Bien –Fue lo único que se le ocurría decir pero después de unos segundos se le ocurrió algo y debía ser antes de que llegaran a la escuela que ya estaba prácticamente frente a ellos –Helga

-¿Qué ocurre? –Dijo está viéndolo de reojo y deteniéndose cuando este lo hizo

-¿Iras a la fiesta de Rhonda este fin?

-Sabes que nunca voy

-Pero ira Phoebe ¿No?

-Supongo eso más depende del afro, de tu amigo

-Si –Rio nervioso –Bueno pues estaba…estaba preguntándome si…

-¡Cariño!

Un joven pelinegro se acercó a la rubia quien le sonrió tiernamente –Hola –Saludo al verlo acercarse, dándole un beso en la mejilla, muy cerca, bastante cerca de sus labios, Arnold sintió revuelto el estómago.

-Buenos días, preciosa –Sonrió y miro a Arnold quien le devolvió la mirada –Arnold ¿Cómo estás?

-Hola Lorenzo

-¿Qué ibas a decirme, Arnold?

El rubio miro con algo de duda y nervios –Yo…ah…nada –Suspiro mientras soltaba lo último, ¿Qué caso tenia?

-Bien ¿Nos vamos, princesa? Es tarde

-Sí, solo…bueno –Helga estaba algo nerviosa, no sabía cómo reaccionar –Te alcanzo ahorita ¿de acuerdo? –Le entrego su mochila

-Bien, pero no tardes –Dio una última mirada a Arnold y se fue

-¿Así que Lorenzo y tú?

-Solo somos amigos

-¿Amigos, Helga?

Esta rodo los ojos –Si aunque lo dudes, los hombres y mujeres solo pueden ser amigos

-¿Enserio?

-Sí, no es estrictamente necesario que haya algo entre ellos es algo muy retardo de tu parte pensar diferente como si aún fuera una edad de…

-Entiendo –Dijo molesto

-Entonces ¿Por qué te sorprende?

-Le besaste

-¿Y? puedo besar a quien quiera

-Si eso ya lo note –Dijo sonriente –Y ser amiga de hombres simplemente ¿No?

-Si ya te dije que no tiene nada…

-Y besar a tus amigos

-¿Qué es lo que…que te traes Arnold?

-Lo cual quiere decir que si yo ya no quiero ser tu amigo entonces ¿Qué…?

-¿Cuándo lo hemos sido?

A Helga le dolió pero no comprendía ¿Qué mosca le había picado?

-Bien –Dijo trabajosamente el rubio –Para mí eres mi amiga pero si no soy eso entonces quiero serlo

-Pues suerte con ese deseo porque yo…

Y entonces una mano salió de la nada para estrellarse contra la mejilla del rubio, Helga le miraba furiosa, mientras sentía aun los labios cálidos de Arnold quemando sobre la comisura de los suyos, no había sido bien un beso como esos que se dieron de niños pero si fue algo muy cerca y que lo haya hecho de esa forma o simplemente saber ¿Por qué demonios lo hizo? ¿Por qué ahora que parecía que todo volvía a brillar para ella? Lo miro molesta antes de dar media vuelta e irse corriendo del lugar.

Definitivamente Arnold P. Shortman se había vuelto loco y de lo más extraño que alguna vez fue Brainy.


Hola queridos lectores

en modo de compensacion, espero que les guste el inicio de una historia que me llego de momento jejeje ;D

hare actualizaciones toda la semana o lo que resta mas bien, comenzare con mismos padres que ya tengo un nuevo capitulo :D despues me seguire con los demas que ya tengo y quiero avisar que un fic esta proximo a terminar no dire cual pero no se vayan a perder ninguno ;D ya estoy mas libre estuve en auditoria y enferma la semana pasada por eso me ausente desde el viernes lo siento pero aqui estoy ;D

saludos