La excepción a la regla.

Se dice que hay reglas que siempre siguen su curso o que rara vez fallan. Reglas que muchas personas toman como si fueran la verdad definitiva en la vida. Reglas como que tu amor verdadero y tu alma gemela son la misma persona ó que el amor verdadero siempre dura y por ultimo que tu primer amor es solo algo pasajero. Sin embargo hay excepciones y a mi me toco descubrir eso de la manera mas triste, claro esta que yo inicie todo esto pensando que todo resultaría en mi favor y abusando de mis influencias para conseguir lo que creía que me pertenecía.

Todo esto inicio cuando cursaba mi ultimo año en la preparatoria Shinhwa la cual por decirlo fácilmente mis padres eras los dueños, a decir verdad mis padres eran los dueños de los muchos negocios en Corea lo cual prácticamente los hacia muy influyentes en todo y hacia que todo mundo hiciera lo que yo quisiera; al fin y al cabo yo el gran Gu Jun Pyo, heredaría el grupo Shinhwa en el futuro. Al ser yo el líder del mi grupo los F4 que éramos no solamente la familias mas influyentes pero también los mas guapos, si todas las chicas y chicos actuaban como idiotizados al vernos llegar, disponíamos de toda la escuela y si alguien no me caía bien solo bastaba con ponerles la infame tarjeta roja de los F4 y el sequito de babosos que eran los estudiantes de Shinhwa procederían con hacerla la vida imposible al que recibiera esa tarjeta.

Describiría mi vida como perfecta; Aunque mis padres no pasaban tiempo conmigo y aunque solía extrañarlos sobre todo a mi padre que aunque nunca era cariñoso siempre me mostro que me quería, lo que mi madre nunca hizo. Por ese motivo yo la llamaba la bruja, sin embargo ella me dio una lección que según ella era la mas importante para vivir como el heredo del imperio Shinhwa y era que todo se podía obtener y si no era a la buena siempre estaba el dinero, "el dinero lo compra todo Jun Pyo, basta solo con dar un poco para obtener lo que uno se propone y como el heredero Shinhwa siempre debes de obtener lo que te propones, has entendido" decía ella cada vez que venia y me insistía que debía de alejarme de mis amigos, según ella diciendo que eran una perdida de tiempo y que no se necesitaba a nadie mas que al dinero para vivir "bien".

Asi que grabe esas lecciones de vida según ella la regla de toda familia de buen nombre y siendo el futuro heredero obtenía todo lo que quería e incluso a la gente que quería con solo chasquear mis dedos. Mis amigos siempre estaban conmigo y aunque en algunos casos no les gustaban mis tratos con las victimas de mi enojo, no se interponían en mis planes. Esa era la regla, que yo hiciera lo que quisiera sin que nadie me cuestionará nada claro hasta que llego la excepción Geum Jan Di. Jan Di, la lavandera fue transferida a Shinhwa luego de que evitara que una victima de mi tarjeta roja se quitara la vida. Todos en el colegio comenzaron a llamarla la mujer maravilla por que había "salvado" a ese iluso; sinceramente no crei que fuera tan tonto por quererse quitar la vida por algo tan tonto pero los plebeyos suelen tener muy poco cerebro, o eso solía creer yo. Para callar los rumores que el prestigioso colegio tenia gente (o sea yo) que abusaba de su poder mi madre hizo que metieran a Jan Di en el colegio que era considerado el mejor de todo Corea. Sinceramente poco me importaba que esa lavandera estuviera en el colegio, mis borregos se encargarían de hacerle la vida imposible de todas formas pero la muy tonta tuvo que defender a su amiguita cuando esta me ensucio de helado los zapatos. Fue ahí cuando la guerra comenzó. Jamás había visto a alguien pararse en contra mía sobre todo que una plebeya que sin importarle quien era yo me reto. Pase horas pensando como hacerla pagar hasta que decidí hacer lo de siempre y que mis borregos se encargaran de despellejarla viva. Yo quería que ella se arrepintiera por su ofensa y por retar al gran Jun Pyo, creí que tan pronto comenzaran los ataques ella sucumbiría a la humillación de venir ante mi y pedirme perdón pero eso no ocurrio.

La plebeya necia no se rendía y sobre todo contraatacaba cada golpe que le mandaba. Comencé a sentirme irritado por que no hacia lo que yo quería y decidí ser mas duro con ella. Sin embargo ahí me di cuenta de que lo que yo creía que eran reglas solidas en realidad tenían excepciones. La primera fue que no todo se obtiene con dinero ya que Jan Di no se sometía a mis caprichos por mas dinero que tenia. La otra y mucho mas dura fue cuando me di cuenta que aunque muchas veces mis amigos no estaban de acuerdo en mi comportamiento nunca antes habían interferido para defender a nadie ahora uno de ellos lo hacia. Lo que mas me impacto no fue como si no quien, Yoon Ji Hu, la persona mas callada y aislada de los F4, la persona que prefería esconderse en un rincón para dormir antes de pasar el tiempo disfrutando de chicas como el Don Juan Song Woo bin o el casanova So Yi Jung o de atormentar alumnos como lo hacia yo.

Ver como siempre que mandaba hacerle algo el estaba ahí y de cierta forma la ayuda me causaba una cólera incontrolable, y fue mucho mas fuerte cuando me di cuenta que la lavandera comenzaba a sentir algo por él. Fue en ese rato que no lo tolere mas, y decidí usar al trio del malvadas del colegio: Ginger, Miranda, y Sunny para que comenzaran con un rumor que no solo haría que Ji Hoo se alejara de ella y no la ayudara mas pero también serviría para que ella de una vez y por todas se rindiera y me pidiera perdón. Las malvadas inventaron que ella estaba embarazada y como todos los borregos siguen ordenes no dudaron en difundir la información por todos los medios sociales. En ese momento me sentí feliz, la lavandera tenia las horas contadas para pedirme perdón, pero no conté con el enojo de esa chica. Mientras esperaba su rendición en nuestro salón con los F4 aunque Ji Hoo estaba un poco molesto.

-Deberías de dejarla en paz, ya ha sido suficiente.

-A ti en que te molesta Ji Hoo?

-Ji Hoo tiene razón, jamás te habías obsesionado con nadie asi.- dijo Yi Jung

-No es obsecion simplemente trato de hacer justicia.

-Querido amigo, tienes un grave problema al no enterder el significado de justicia- dijo Woo Bin riendo.

-No es gracioso. Pero no te preocupes Ji Hoo hoy terminará todo esto, la lavandera tiene las horas que digo horas los minutos contados, aparecerá y me pedirá perdón y con eso mi entretenimiento llegará a su fin-dije con voz dramática.

-Ugh, no tienes arreglo- dijo Ji Hoo mientras se levantaba y se sentaba en su silla favorita, los demás haciendo lo mismo, mientras yo tomaba posición del sillón que estaba enfrente de la televisión donde se veía a Jan Di Hablando con las malvadas.

Su cara me pareció lo mas chistoso que hubiese visto, se contraía por las muecas de desagrado y sobre todo por la furia que se veía en sus ojos. Obviamente esta disimulando, ya quiere llorar jaja –pensé mientras veía alegremente como salía enfurecida del aula. No tardo mucho para que llegara a nuestro salón y estúpidamente creí que llegaría con lagrimas en los ojos pidiendo perdón pero lo que ocurrió fue todo lo contrario. Me tacho de idiota, pretencioso, levanta falsos, etc. En ese momento vi como Ji Hoo la admiraba y me di cuenta que aunque el tal ves no lo supiera aún, el sentía algo por ella. Luego la plebeya hizo algo increíble, me dio una patada voladora justo en mi cara. Todo me dio vueltas y caí al piso. En ese momento dijo que ella nunca había sido besada como para que yo inventará tales rumores. Me di cuenta como al final antes de salir del salón vio a Ji Hoo y se sonrojo. El le sonrió y bajo su mirada al piso. Esos gestos fueron para mi como una estocada, me había enamorado de la lavandera sin darme cuenta. Como es que el gran Gu Jun Pyo se fijaba en la hija de un don nadie, y sobre todo en una chica que no era nada femenina y que además me había retado, humillado y hasta golpeado. Lo peor no era eso si no que mi mejor amigo, mi hermano también sentía algo por ella. –disculpame Ji Hoo pero a la lavandera me la quedo yo- pensé.

-Jun Pyo, Jun Pyo estas bien?-dijo Ji Hoo mientras movía una mano enfrente de mi.

-Amigo creo que su única neurona esta todavía rabotando en su cabezota.- dijo Woo Bin mientras se reía.

-Creo que es peor su ultima neurona murió y es por eso que no reacciona- dijo Yi Jung mientras se doblaba de la risa.

-Jun Pyo contéstame…-decia Ji Hoo de nuevo.

Decidí en ese momento crear un plan en el cual obtendría a Jan Di para mi solito sin que nadie se interpusiera en mi camino, claro esta que lo haría a espaldas de Ji Hoo para que no se metiera. –A disimular Jun Pyo- me dije mientras ponía mi mas flamante sonrisa.

-Si Ji Hoo estoy bien.

-Entonces por que sonríes como maniático- dijo Yi Jung

- Acaso no la escucharon. Es obvio que esta muerta por mi.

-Psh que te hace creer eso?- dijo Woo Bin

-Amigo habla en serio, acaso el golpe te daño por completo?- dijo Yi Jung

-Valla se hacen llamar Don Juan y Casanova y aun asi no saben nada de chicas. Es obvio que se muere por mi y por eso vino hasta aquí para dejármelo saber y sobre todo para que yo sea el primero en su vida…

-Adiós- interrumpió Ji Hoo mientras se iba del salón.

-A donde cree que va?- pregunte irritado, no quería que por ningún motivo fuera detrás de Jan Di.

-Déjalo de seguro ira a dormir en alguna esquina.- dijo Yi Jung. Reanude la conversación con ellos mientras mentalmente preparaba mi plan. Por fin había entendido la regla que mi madre me había inculcado si quería algo debía de conseguirlo por las buenas o por las malas, y Jan Di no seria la excepción. El Gran Jun Pyo conseguiría tener a Jan Di a sus pies. Y su plan de enamorarla comenzaría mañana.