Kenma apareció ante los ojos de Hinata algo alterado por la carrera que acababa de tener.

-¡¿Kenma?! -Hinata le miro sorprendido -¡¿Te pasó algo?! ¡Has estado mucho tiempo! ¡El partido empezó hace un buen rato! ¿Donde estabas?

Kenma no muy seguro de qué contestar dudo por varios segundos.

-Me perdí -dijo finalmente, sin dar más explicaciones.

-¡¿Te perdiste?! -toda la cancha empezó a gritar y ambos chicos fijaron su vista hacia el partido -¡Siéntate! Cuando tú no estabas ha sido genial, verás….

Hinata empezó a hablar explicándole cada detalle al milímetro, detalles que pasaron de largo ya que Kenma aunque le escuchaba era incapaz de prestarle atención o siquiera entender lo que le estaba diciendo. En su cabeza pasaba una y otra vez el flashback de aquel beso.

¿Por qué le había besado?

Inconscientemente deposito un par de dedos sobre sus labios, los que hacía apenas unos minutos habían sido tocados por los de Oikawa. La calidez había sido tan grande como confortable.

Se estremeció al recordarlo y de pronto la mano de su compañero se deposito en su hombro devolviéndole a la realidad.

-¿Estás bien? ¿Seguro?

-Oh...Sí…

No, no se lo contaría. Por supuesto que no. Eso jamás se lo iba a contar a nadie, nadie debía saberlo.

Cuando el partido se dio por finalizado ambos salieron y Kenma aún intranquilo por lo sucedido estaba temeroso de volver a encontrarse con el culpable de sus miedos. Se fijaba en cada rincón, cada esquina, con detalle tratando de divisarle.

-¿Vais a regresar a Tokio pronto? -pregunto Hinata tomando desprevenido a Kenma quien dio un pequeño brinco.

-¡¿Eh?! No...Todavía no...Nuestro entrenador quiere que nos quedemos hasta el final...Hasta que se hayan terminado todos los encuentros.

Hinata ensancho su sonrisa.

-¡Eso es genial! Eso quiere decir que vamos a poder quedar otra vez mañana.

-Yo no he dicho que quiera quedar mañana. Ni siquiera quería venir hoy -soltó sincero.

-¿Qué? Anda...No seas así. ¡Por favor! ….

Siguieron caminando hasta la salida y Kenma tuvo que soportar escuchar las pataletas de un Hinata repitiendole una y otra vez lo bien que se lo había pasado y lo mucho que le gustaría repetirlo.

Finalmente se despidieron y Kenma se dirigió hacia la parada del bus, el que le llevaría a unos kilómetros, donde se hospedaban los de su equipo.

Él compartía habitación con Kuro, por ser con quien tenía más confianza, por ser con el único que se veía capaz de estar encerrado en un mismo cuarto por tiempo ilimitado.

Al entrar lo encontró tirado en la litera de abajo leyendo una revista. Kuro la echo a un lado comprobando quien era.

-¿Cómo ha ido?

-¿Otra vez usando mi cama? La tuya es la de arriba -resoplo un poco molesto de que siempre Kuro hiciese lo mismo y terminase usando su cama en vez de la suya.

-¿Te importa? -sonrió picaronamente y le envió una mirada juguetona -La tuya es más blandita y cómoda.

-Las dos son iguales -murmuro serio cogiendo su móvil.

-Me gusta más esta -dijo restregando su cuerpo por las sabanas -Huele a ti.

Kenma no pudo evitar estremecerse por ese comentario y avergonzarse sin querer.

-¡Deja de decir esas cosas! -gruño devolviéndole la mirada -Quitate, quiero acostarme en mi cama.

-¿Y si no quiero? -jugar y picar a Kenma le gustaba de sobremanera y le divertía -¿Vas a sacarme tú?

-Quizás lo haga.

Y sí, Kenma solía ser muy seco y serio la mayoría de veces pero para Kuro que lo conocía bien, era alguien extremadamente adorable.

Se levantó y revolvió el pelo de pudin de su compañero.

-Me voy un rato afuera, luego vendré -comento dejando libre la cama -No te vicies mucho a tus maquinitas.

-Hmm….

Kuro solía regañarle a veces, porque decía que le prestaba demasiada atención a sus juegos y su móvil y casi ninguno al voley, pero Kenma siempre le ignoraba y terminaba haciendo lo mismo,

-Hasta luego.

La puerta se cerró dejándole a solas.

Comprobó sus mensajes. Hinata le acababa de enviar uno preguntándole si había llegado bien.

"Sí, he llegado hace unos minutos"

Cuando Kuro regresó habían pasado ya dos horas y se encontró con Kenma dormido, acurrucado como un gato , hecho una bolita. El moreno sonrió para si , se acercó hasta él y le hecho una pequeña manta encima.

Después de un tiempo y de ver que aún seguía durmiendo, decidió despertarle.

-Heyy…. -lo ladeo un poco y Kenma abrió sus ojos pesadamente -Llevo media hora aquí y aún sigues durmiendo. Luego por la noche no vas a poder pegar ojo.

-Mmhm...¿Qué hora es? -su voz salió entrecortada y perezosa. Se percató de que Kuro le había puesto la manta encima -Hace frío.

-¿Tienes frío? ¿No te habrás resfriado, verdad? -puso una mano en la frente de Kenma y este retrocedió un poco ante el contacto. La mano de Kuro estaba extremadamente caliente. Añoro su calidez cuando este quito la mano -No, no parece que tengas fiebre.

-Estoy bien.

Kuro tomo asiento al lado de Kenma que se había incorporado en la cama.

-¿Qué has estado haciendo aparte de dormir, jugar?

-¿Jugar?

De pronto y como si aquella palabra fuese el detonante para que recordase su pasado, hizo que de inmediato echase en falta un objeto muy preciado para él. Su consola.

Miro detenidamente por toda su habitación pero solo divisó su móvil.

Mierda.

-¿Ocurre algo?

Maldita sea...¿Donde…?

-Oika... -dijo callando de inmediato al darse cuenta de que lo había pronunciado en voz alta.

Pues claro, la última vez que había visto su consola era cuando estuvo jugando Oikawa. Después solo podía recordar haber echado a correr a toda pastilla. ¿Sería que se la había quedado ese chico? Posiblemente así había sido. Había echado a correr tan rápido que ni siquiera recordaba haberla olvidado. ¿Cómo iba a hacerlo ahora para recuperarla?

Sintió su estómago encojarse por momentos.

-¿Vas a explicarme qué pasa? -dijo esta vez autoritario y mirando fijamente a Kenma que se había puesto pálido.

-Nada, me dejé la consola cuando fui con Shoyo a ver los partidos.

Kuro le miro dubitativo, sin tener muy claro si Kenma le estaba evadiendo como hacía a veces o realmente estaba siendo sincero.

-Le puedes decir a ese amigo tuyo que te la devuelva, ¿no?

-Claro.. -suspiro apretando sus puños y evadiendo la mirada fija de Kuro.

-¿O hay algo más que no me hayas contado?

-Nada…

Kuro le cogió de la barbilla con su mano y le obligo a encararle.

-Ya sabes que si hay algo que te preocupa puedes contarme lo que sea. No te calles las cosas. ¿Me oyes? -le dio un pequeño pico en los labios que hizo enrojecer al rubio.

-¡¿Por qué has hecho eso?!

-Porque me apetecía ¿No puedo?

-No vuelvas a hacer eso.

A pesar de lo gruñón, Kuro siempre se tomaba las negativas de Kenma como un sí ya que a pesar de sus rechazos su cuerpo reaccionaba ante su contacto cada vez que lo había intentado.

Lo que quedaba de día pasó tranquilo, sin mayores contratiempos. Antes de irse a dormir Kenma le envió un mensaje a Hinata avisándole de que mañana volviesen a quedar con la excusa de terminar de ver los partidos.

···

Hinata alzo su mano a modo de saludo.

-¡Kenma! ¡Qué bien que te hayas animado a venir! Aunque hoy ya solo quedan unos pocos partidos.

-Hola Shoyo.

-¿Iremos a ver el partido del gran rey?

-Jugaban ayer.

Hinata abrió su boca sorprendido.

-¿En serio? ¡Argg! -rascó su cabeza frustrado -Nos lo perdimos. Debiste recordármelo, Me hubiese gustado ver quien ganaba.

Kenma se encogió de hombros.

-Si ganáis vais a jugar contra ellos

-¡Tienes razón! ¡Seguro que ganamos! -dijo entusiasmado -¿Vamos a comprar bebidas?

-Sí.

Estuvieron charlando despreocupadamente, tanto que para los dos todo lo demás paso a otro plano, hasta que los ojos de Kenma divisaron dos figuras que llamaron su atención. Hinata miro hacia donde miraba su amigo y casi se puso a gritar.

-¡El gran rey!

Oikawa se giro y simplemente sonrió ampliamente. Kenma se quedo serio , estático, sin poder reaccionar apropiadamente.

Se sintió patético poco después.

-Está claro que hoy no van a jugar. Han venido con ropa de calle. Seguramente vengan a ver algún partido como nosotros -comento Hinata.

-¿Quién era el otro? -pregunto Kenma sin pensar.

-Suele acompañarle siempre. Juega en su equipo. Es el subcapitán.

-Oh…

-¿Vamos nosotros también?

Kenma afirmó con su cabeza preocupado. Esta vez no se había acercado hasta ellos a hablar, ni siquiera les había saludado, solo había sonreído como si nada. ¿Sería porque iba acompañado?

Necesitaba recuperar su consola y para ello tenía que hacer algo. ¿Pero el qué?

A unos pocos metros y antes de la entrada a uno de los gimnasios se había quedado Iwaizumi apoyado contra la pared.

Hinata se paro en seco y se dirigió hacía Kenma.

-¿Y si le pregunto si ganaron el partido de ayer? ¡Tengo curiosidad!

Kenma no respondió y Hinata simplemente pego un salto.

-¡Se lo preguntaré! -se armo de valor y se dispuso a ir hacía él. Al estar enfrente del moreno se puso serio y hablo con firmeza-¡Soy Hinata Shoyo del Karasuno! ¿Tú eres del Aoba Johsai , verdad?

Iwaizumi fijo su mirada hacía el bajito de pelo anaranjado.

-Mi amigo y yo teníamos curiosidad por saber si… -echo una ojeada hacia atrás percatándose que no había nadie.

¡¿Kenma?!

¿Donde se había metido Kenma?

···

-Nos volvemos a encontrar gatito -pronunció esa voz que recordaba a la perfección -¿No te alegras de verme?

Kenma se sobo allí donde Oikawa le había cogido.

-¿Te he hecho daño? Quería un poco de intimidad. Te he visto y lo único que se me ha ocurrido ha sido llevarte lejos de allí.

Habían terminado en uno de los servicios que por cosas del destino parecía ser su sitio de encuentro.

Kenma siguió callado sin saber muy bien que decir o como actuar.

Oikawa a pesar de su silencio continuó hablando.

-¿No has echado algo en falta? -saco de su pantalón la consola de Kenma y este enseguida alargo su brazo para cogerla. Oikawa alzo el suyo impidiéndole que pudiese cogerla -¿Y ni siquiera ibas a darme las gracias por protegerla? Otro idiota la hubiese robado o dejado allí como si nada. He sido un chico considerado y la he estado guardando hasta que nos volviésemos a ver.

Hablaba con una calma y una confianza pasmosa que hizo poner nervioso al más bajo.

-Gracias… -pronuncio poco después logrado que Oikawa sonriese al máximo.

-Que mono… -acaricio la melena del menor y se dispuso a darle su juguete cuando de repente paro -Bueno, pensándolo mejor. Quizás necesite algo más que un simple agradecimiento ¿No crees?

Kenma le miro sin entender.

¿Qué estaba diciendo?

-Va a ser muy aburrido si solo te doy esta cosa y nos despedimos.

-¿Vas a devolvérmela? -Kenma se sintió intimidado y ciertamente esa clase de situación en la que estaba no solo le ponía nervioso, estaba intranquilo. Con otra vez unas ganas tremendas de echar a correr. Pero esta vez no lo hizo.

-Te la devolveré a cambio de un beso -acabo diciendo acercándose peligrosamente hasta el más bajo haciendo que chocase contra las baldosas de la pared -No será para tanto, al fin y al cabo, ya lo hicimos una vez ¿recuerdas?

¿Se estaba burlando? ¿En qué estaba pensando y por qué le insistía ahora en eso? Si se habían dado un beso era porque Oikawa le había tomado desprevenido y sin pedir permiso le había besado. Pero no era como si él hubiese querido.

Y ahora se lo estaba pidiendo...más bien exigiendo.

-Suena como a un chantaje -dijo Kenma logrando que Oikawa se echase a reír.

-Diciéndolo de esa forma, suena fatal. ¿Tan malo fue? ¿Tan malo para no querer repetirlo?…

Oikawa desprendía un olor peculiar que no supo diferenciar, pero olía bien, eso pensó Kenma al tenerlo tan cerca.

El número uno del Aoba bajo un poco su cabeza hasta quedar a la altura de la frente de Kenma y susurro cerca suyo.

-Es solo una petición que te hago, no es que quiera aprovecharme de ti.

¿Ese era el mismo Oikawa que hacía escasos segundos parecía burlarse? Su voz sonaba más grave y madura y su sonrisa se había convertido en una expresión más seria. Sus ojos desprendían la misma confianza y fuerza pero Kenma los interpretó como más intimidantes.

-Tú solo di que sí…-bajo un poco más y ya casi podía rozar los labios de Kenma.

En su cabeza Oikawa había pensando sobre ello centenares de veces. Desde que le había besado por primera vez había tenido unas ganas irrefrenables de repetirlo, aunque no sabía muy bien el porqué. De alguna forma se sentía atraído por ese chico pequeño y arisco como un gato. Quería conocerle más, saber más de él, besarle, repetirlo una y otra vez para que al final fuese él mismo quien lo desease. No quería tener que obligarle.

Pero….tampoco se veía con las agallas de frenarse.

Le tomo del mentón y a pesar de que de la boca de Kenma no salió ninguna contestación empezó a rozar sus labios contra los de él. Al principio con suavidad pero que no tardo en intensificarse cuando apretó más ambos cuerpos.

Kenma abrió la boca para coger aire y Oikawa aprovecho la oportunidad para colar su lengua dentro y morrearle esta vez con todas sus ganas, dejando en parte de su piel un rastro de saliva.

Retrocedió un poco al darse cuenta que se había dejado llevar sin pensar en nada más. La cara de Kenma ardía y podía apreciarse notablemente que se le había subido la sangre a la cabeza, poniéndole de un color bastante rojo.

-Sí… -Kenma notaba sus labios empapados y no pudo más que morderlos al darse cuenta de lo que acaba de pasar. Besaba bien, le había gustado, era lo que único que se paseaba por su mente confundiéndole.

Oikawa volvió a mostrarle la consola enfrente de sus ojos.

-Es tuya… -pronunció dispuesto a entregársela.

Kenma la miro y alargo su mano hasta rozarla, pero se detuvo antes de cogerla.

-¿No vas a cogerla?

Kenma finalmente bajo su mano y desviando la mirada se abrió paso haciendo que Oikawa se apartase echándose a un lado. Salió por la puerta dejando una vez más al mayor desconcertado.

Le había vuelto a dejar su consola, pero esta vez a propósito.

Ese chico...Jamás imagino que iba a convertirse en alguien tan adictivo. Sus labios lo eran,

-Gatito travieso…. -pronuncio volviendo a guardar la consola en su bolsillo -Juro que voy a ganarte. Cueste lo que cueste.