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Filtración

-¿Por qué?

¿Qué impulsa a un hombre a levantarse de la cama y matar a cuatro niños en su lugar de trabajo? Freddy´s había sido reconocido como uno de los lugares más seguros de Royal Woods, un centro de diversión y comidas familiares cuya popularidad solo podía ir en aumento. Y ahora se había vuelto el centro de uno de los crímenes más atroces que Royal Woods hubiera visto nunca.

-¿Por qué matar a unos niños, James? –Simón intentó mantenerse con calma mientras interrogaba al responsable. James se había mantenido totalmente pasivo durante el interrogatorio, sin quitar ni por un instante la sonrisa que adornaba su rostro. –James… ¿por qué lo hiciste? ¿Esos niños te molestaron de alguna forma? ¿Odiabas tu trabajo? ¿Tu jefe te sacaba la mierda por cada pequeño error o amenazó con despedirte? ¡Danos algo, James!

James no contestó.

Enrique colocó la mano sobre el hombro de Simón, era consciente de los sentimientos de su compañero cuando se trataba de casos hacia menores, y con uno tan horrible como el que tenían que tratar ahora mismo, era un milagro que Simón no se hubiera lanzado al cuello de James cuando comenzó con su habladuría de la caja musical.

-Simón… Está loco –Enrique repitió –. Sólo míralo –señaló a James –. Dudo que siquiera sepa dónde está. E visto muchas actuaciones de demencia en mis tiempos, y puedo decirte que esta no es una de ellas.

Simón apartó la mano de Enrique de su hombro y se acercó a James hasta tenerlo cara a cara –. James, danos algo. Cualquier cosa que pueda ayudarnos a entender, ¿Por qué matarlos? Todos esos niños tenían familias, amigos, un futuro que les quitaste. ¿Cómo se sintió? Cuando atravesaste sus cuerpos con un cuchillo… ¿Te vieron a los ojos? ¿Viste sus ojos mientras se apagaban…? –Simón se relamió los labios antes de continuar –. ¿Eso te excito?

-Simón…

-¿Se te puso dura mientras los veías gritar y llorar, James? ¿Tomaste el trabajo esperando encontrar niños como ellos? –se acercó más al rostro de James –. Y cuando los encontraste esperaste a que todos se reunieran en Freddy´s, ¿Te ganaste sus confianzas poco a poco a lo largo de los meses hasta que arreglaste ese encuentro? ¡Habla maldita sea! ¡Eran sólo niños! –Simón lo tomó del cuello de la camisa. Le habían quitado la ropa ensangrentada y dado algo más limpio de color blanco puro –. ¡Quita esa puta sonrisa de la cara o te juro que te la quitaré yo mismo!

Pero James no respondió. Miró a Simón a los ojos, y Simón pudo ver lo que Enrique había querido señalarle desde un principio: vacíos, totalmente idos de la realidad. Eran ojos atrapados en su propio mundo, un mundo donde James no era un asesino, sino un guardia de seguridad que se encargaba de cuidar de los niños, jugar con ellos. En la mente de James quizás él hubiera salvado a esos niños y ahora todos ellos estuvieran comiendo helado mientras juegan al barco pirata.

-¡Simón! –Enrique volvió a sujetarlo del brazo, esta vez para impedir que golpeara a James.

Simón soltó a James con un suspiro y se limpió el sudor de la frente. El cuerpo de James cayó como un muñeco de trapo sobre la silla. James se arregló la ropa con calma, y ajustó lo que solo podía ser una corbata imaginaria en su cuello. ¿Aún se veía a si mismo con su traje de guardia? ¿Era realmente inconsiente de todo lo que había ocurrido? ¿Cómo se puede condenar a un hombre así? Lo peor de todo es que Simón no podía ver una verdadera condena. James era un hombre atrapado en su propio mundo de arcoíris, y cualquier castigo nunca llegaría hasta él.

-…Lo siento, sólo… -Simón sentía lo boca reseca. Miró a James una vez más y tuvo que reprimir una arcada al ver esa sonrisa permanente, ¿Es que su rostro no se cansaba de sonreír todo el tiempo? –Que se joda este monstruo… -acto seguido salió por su propio pie de la sala de interrogaciones.

Enrique se mantuvo dentro, se sentó frente a James y esperó. A veces podía ver chispas en sus ojos, pequeños lapsus de tiempo en los que sentía que realmente podría hablar con el verdadero James y preguntarle por lo ocurrido, pero esos momentos eran escasos y por lo que sabía podía ser sólo la señal de que debían cambiar su pañal.

-¿Estás allí, James? –preguntó Enrique. James no contestó, todavía perdido dentro de su propio mundo. –¿Hay una razón aparte de la locura que puedas darnos? –intentó preguntar de nuevo –. Dentro de poco llegaran varios doctores, profesionales en el tema de meterse dentro de la cabeza de las personas. Estoy seguro de que ellos te diagnosticarán como un pobre diablo que odiaba su propia vida, y un día solo perdió la cabeza, ¿Estoy en lo cierto? –James parpadeó. La sonrisa en su rostro parecía ser lo único inamovible –. Creo que puedes decirnos algo más… ¿Puedes? ¿Este fue el crimen de un demente a un grupo de niños al azar? ¿Cómo lograste que confiaran en ti en primer lugar? ¿Lo que ocurrió ese día es lo que creemos que ocurrió o hay algo más? Danos una respuesta.

La chispa regresó otra vez a los ojos de James. Una pequeña luz de razón a la que Enrique se aferraba, esperando por una respuesta calara que diera más luz al crimen. La boca sonriente de James se abrió, y fue su turno para humedecerse los labios mientras las palabras luchaban por salir entre pequeños balbuceos.

-La caja de música a dejado de sonar –. Fueron las únicas palabras que salieron de esa boca, y eran palabras que ya había repetido con anterioridad. La caja de música. Su maldita caja de música. ¿De qué demonios estaba hablando y como eso iba a ser relevante?

-Estás loco –Enrique sentenció –. Y espero que llegue el día en que te encierren en un cuarto acolchado done te la pasaras comiéndote tu propia mierda hasta el final de tu miserable vida por lo que hiciste.

Enrique se paró y salió del cuarto de interrogación. No vio el temblor en la sonrisa de James, como tampoco la pequeña lágrima que escapaba de su ojo derecho antes de que la nueva luz se desvaneciera y regresara al mundo dentro de su cabeza.


Los cuerpos no serían movidos de la morgue policial mientras la investigación siguiera en curso. Las familias también habían sido prohibidas de dar detalles sobre el caso y la investigación a los medios de comunicación. Royal Woods entraría en crisis si más detalles llegaban a salir, sin mencionar el acoso de los medios a las familias.

Era de esperar que varios familiares no se tomaran muy bien la petición de la policía, a ellos no les interesaban los medios o el peso que podría tener sobre toda Royal Woods, solo querían recuperar el cuerpo de sus niños para poder llorarlos y darles un entierro adecuado. Y se tomaron mucho peor los posibles cargos por obstrucción a la justicia que enfrentarían si intentaban cualquier que terminara en una filtración sobre el caso.

Los medios era como buitres que no podían esperar a lanzarse sobre cualquier persona que entrara y saliera de la estación en busca de respuestas. Los intentos por traspasar el perímetro dentro de Freddy´s se estaban volviendo cada vez más frecuentes y el público exigía una respuesta.

Una respuesta que Rick estaba dispuesto a darles siempre y cuando el precio fuera bueno, pero a diferencia de sus anteriores negocios con los medios de noticias, esta vez necesitaría algo más que una palabra de honor sobre la confidencialidad. Algo por escrito y quizás un poco de efectivo en lugar de un cheque irían bien.

Después de todo, esto no era un allanamiento de orada común y corriente, o una pelea que había terminado en violencia de genero por parte de algún artista de la música, tampoco una esposa infiel que decide quitarse la vida por ser una pobre víctima de la sociedad que la arrastra a los brazos de otro hombre.

Rick podía dar nombres y direcciones, pero era todo lo que estaba dispuesto a dar sin dar a entender que era parte del caso. El resto sería asunto de los medios y ver a cuál familia podían convencer primero.

Nada personal ni verdadera malicia en sus acciones. No le gustó la escena del crimen más que a cualquier de sus compañeros uniformados, pero era una oportunidad de negocios, y eso significaba dinero para quién pudiera aprovecharlo. Rick sólo fue el primero en ver esa oportunidad, y tenía contactos. La noticia saldría a la luz tarde o temprano de todas formas.

Y no es como si el sueldo de un policía fuera muy grande.


El tic-tac del reloj sobre la puerta era como escuchar los latidos de su propio corazón mientras esperaba a que las clases terminaran. Lucy miró la hoja aun en blanco sobre su mesa, no creyó haber completado ninguna tarea desde que entró a clases, como tampoco escribir ningún poema mientras esperaba. Los rumores sobre un crimen llevado a cabo en Freddy´s habían comenzado a rondar por la escuela, pudo escuchar a algunos de sus compañeros hablando sobre un incidente con uno de los animatronicos, a otro grupo que sólo decía que habían encontrado a alguien haciendo cosas de adultos con los niños, muchos otros solo se reían y hablaban de lo mucho que se divertirían cuando las clases acabaran.

Lucy los ignoró a todos y se concentró en su hoja de papel blanco. Había deseado llenar aquella hoja con los tormentos de su corazón, pero cada vez que tomaba el lápiz encontraba su mente en blanco, entonces su vista oculta detrás de su cabello regresaba al reloj y se daba cuenta de que solo había transcurrido un minuto desde que sus pensamientos comenzaban a volar hacia el restaurante familiar, luego su familia y finalmente regresando a clases repitiéndose a sí misma que no era más que una desagradable coincidencia.

Anoche había escuchado la noticia, y en su estado de sueño había tenido una pesadilla. Su corazón tormentoso intentaba advertirle que era momento de parar con esa estúpida pelea, y era algo que estaba dispuesta a hacer. Pero no podía hacerlo mientras estuviera atrapada dentro de la escuela, y Lincoln había decidido faltar a clases.

Clyde había asistido, pero Lucy no tuvo el valor para hablar con él. Quizás estuviera molesto por el asunto con Lincoln y solo la ignorara, el resto de sus amigos podía pensar igual… Así que Lucy los había dejado de lado y había esperado a tener a Lincoln cara a cara.

La maestra había comenzado a dictar la siguiente lección, y Lucy se mantuvo nuevamente con su pluma en mano esperando a que se moviera junto a la voz de su maestra… Pero en lugar de eso se mantuvo quieta mientras repetía dentro de su cabeza lo que esperaba fuera un nuevo poema para poder plasmarlo en la hoja.

Pero nada llegaba.

Otro minuto pasó en el reloj, dentro de poco llegaría el momento de regresar a casa y todo podría regresar a la normalidad. Era cuestión de seguir esperando.

Algunos de sus compañeros seguían hablando en la parte trasera del aula. ¿Cuántas veces podrían montarse en el barco pirata sin vomitar? Lucy había odiado esa atracción, el resto habían estado bien, pero el barco pirata estaba lleno de risas y canciones felices sobre la vida en el mar. Había encontrado a Foxy muy irritante.

Su animatrónico favorito había terminado por ser Puppet. La marioneta oculta dentro de una caja y que sorprendía a todos cuando decidía salir de un salto, y solo cuando le apetecía. El resto del tiempo se la pasaba oculta dentro de su caja, no importa cuánto la llamaran. Puppet solo saldría cuando quisiera y se mostraría a quién quisiera.

El resto de las chicas lo habían considerado algo aterrador, pero Lucy lo había encontrado atrayente. ¿Quizás a Lincoln le gustaría verlo con ella cuando el restaurante volviera a abrir? Pero para eso tendría que esperar.

Otro minuto había pasado en el reloj.


Lola sabía que le estaban ocultando algo, y eso la había mantenido molesta durante toda la clase. Su padre nunca se había atrevido a gritarles a ella y Lana cuando peleaban, no importa lo salvaje que resultaran ser sus peleas, siempre había sabido mantenerse calmado. Esa mañana les gritó de tal forma que Lola casi se orina, y lo peor había llegado en la Van cuando Lori se había negado a decirle que había ocurrido. ¿Por qué todos insistían en dejarla de lado? ¿Qué había ocurrido que justificara que fueran malos con ella?

Lola no era como Lana, ella no iba a dejar las cosas así y esperar a que alguna de sus hermanas decidiera que valía la pena decirle algo. Ella quería saberlo todo, y porque todas parecían tan afectadas. ¿Lincoln había repetido lo ocurrido con Lynn con alguna de ellas? ¿Su hermano por fin había dejado salir todos sus deseos sexuales reprimidos y atacado a alguna chica? Lola no creyó que Lincoln pudiera sobrevivir a cualquiera de sus hermanas mayores… No sin ayuda… O quizás tuvo un golpe de suerte y ahora toda la casa está decidiendo que hacer con él.

Tal vez lo pensaba demasiado, pero eso explicaba porque Lincoln faltó a clases o él porque no lo había visto en todo el día. ¿Y si intentó hacerle algo mientras dormía? La sola idea bastó para poner su cara azul del asco. Siempre supo que la forma en que Lincoln la veía en su pijama todas las mañanas no era normal.

Lisa sabía algo, pero se mantenía calmada, más calmada de lo que un posible abuso sexual pudiera significar. Pero no descartaría la idea, Lincoln les había mostrado un lado muy oscuro de si mismo y Lola no iba a olvidarlo. Mucho menos cuando la curiosidad de su hermana podía llevarla a ser una posible victima… No es como si odiara a Lana, o al menos no la odiaba lo suficiente para dejarla a merced de un pedófilo.

Agitó su cabeza para intentar alejar esos pensamientos. No iba a dejarse llevar por lo primero que recorriera su cabeza, no importa lo convincente que fuera. Otra teoría sería la muerte de alguien cercano, ¿El abuelo? El abuelo era fuerte, lo bastante fuerte como para soportar la envestida de un toro, e incluso matar al toro. ¡¿Entonces qué?! El lápiz de Lola se quebró en su mano y chasqueó la lengua con fastidio. Hacía tiempo que no se sentía tan molesta.

Podría intentar asaltar a Lisa para buscar una respuesta, tenía algunos trapos sucios con los cuales negociar con su hermanita… Pero no era algo que quisiera sacar por cualquier razón. Lisa tendía a… Ser vengativa. Y Lola sabía que no podía haber nada peor que la venganza de una nerd, la inteligencia de Lisa le daba acceso a muchos recursos que Lola no estaba dispuesta a enfrentar. Es por eso que le gustaba mantenerse al margen cuando se trataba de Lisa, reuniendo evidencia y pensando cómo poner en jaque a su hermana genio si algún día surgía la oportunidad.

¿Realmente valía la pena hacerlo ahora? Podría arriesgarse un poco… Mientras su falta de paciencia no la llevaran a cruzar algunos límites.

-¿Necesitas otro lápiz? –Lana le preguntó junto a ella. Lana había mentido un lápiz en cada orificio de su cabeza, sacó uno de su nariz el cual mantenía un moco pegado y se lo ofreció a Lola –. O espera, este tiene sorpresa –dijo antes de llevarse el moco a la boca y tragarlo –. Los del fondo siempre son los más deliciosos.

Lola dejó salir una mueca de asco mientras su rostro se tornaba verde, le había advertido a Lana mil veces que nunca hiciera eso en su cuarto… Pero no estaban en su cuarto, y Lana sabía que no podía gritarle o pelear mientras estuvieran en clases. La pequeña rata. Quizás dejarla a merced de Lincoln no sería una idea tan mala…

-Aleja tus sucios lápices de mí, Lana –Lola sacó un repuesto de color rosa con imágenes de mariposa de su pupitre –.

-Ooow, ¿A la princesa prefiere el color rosa? –Esta vez Lana sacó un lápiz color rosa de su oído –. ¿O prefieres uno azul?

Lola no respondió, solo volteó su rostro para no tener que ver a Lana pensando en una posible venganza cuando regresaran a casa. Lana sabía cómo aprovechar sus oportunidades para fastidiarla cuando estaba molesta, y posiblemente seguía molesta por el incidente esa mañana. Quizás culpando a Lola por el grito de su padre. Lola tendría que enseñarle a no volver de esos momentos una costumbre.

Pero antes debía descubrir la verdadera razón de ese grito.

Lola tendría que hablar con Lisa cuando llegara la hora del receso, eso la distraería un poco de sus deseos de estrangular a Lana y podrían ayudarla a tener una idea más clara. Y quizás tenga suerte y Lisa comparta con ella lo que sabe.

-Pss, Lola –Lana volvió a llamarla por su nombre –. ¿Quizás necesites un borrador? –abrió la boca para mostrarle su borrador masticado como si fuera goma de mascar.

-¡…Cada día me pregunto cómo no terminas intoxicada!


Lisa había resultado ser muy evasiva sobre el asunto. Se mantenía alejada del resto de niños como de costumbre, anotando cosas demasiado complicadas para ser comprendidas por cualquier en un pequeño pizarrón y mezclando fórmulas que una niña de su edad no debería tener en un salón infantil.

Por supuesto que Lisa sabía algo, pero se negaba a darle cualquier detalle. Lola había pensado en patear el pizarrón y forzarla a hablar, y lo haría si volvía a desviarle la mirada para anotar más ceros y unos en una extraña serpiente que había dibujado, o algo que se asemejaba a una serpiente.

-La repuesta llegará a su tiempo, mi pequeña unidad fraternal mayor –Lisa colocó dos gotas de un líquido azulado dentro de un tubo con un líquido marrón –. No es algo que no me afecte… Me atrevería a decir que estoy muy alterada sobre lo ocurrido, pero es necesario mantener la calma. Este es un momento para el que todas debíamos prepararnos eventualmente.

-¿Tiene que ver con Lincoln? –Lola preguntó directamente. Miro a los niños pequeños jugando a su alrededor y se acercó más a Lisa, no necesitaba que otros supieran que su hermano era un ofensor sexual –. ¿Lincoln le hizo algo al resto de las chicas? –murmuró.

Lisa pestañó dos veces y miró a Lola como si le hubiera hecho la pregunta más estúpida que hubiera escuchado hoy, y posiblemente era así –. No… Por lo que sé, Lincoln no a tenido más problemas hormonales, no a atentado contra la dudosa castidad de alguna de nuestras hermanas mayores, ni por la inocencia de las menores, si eso es lo que te preocupaba.

Lola maldijo internamente, apostaba por esa teoría sobre ninguna otra y era un alivio como una desgracia haber estado equivocada.

-¿Entonces porque todos actuaron tan extraño esta mañana, Lisa? –Lola preguntó con fastidio -. Soy parte de la familia, y merezco saberlo. ¿Por qué papá nos gritó de esa forma? ¿Y qué quería decir Lori esta mañana? ¿Alguien murió o algo?

Lisa se mantuvo en silencio unos segundos, intentando asimilar las palabras de Lola. ¿Debería decirle o no debería decirle? Lola podría no tomarlo de la mejor forma, en realidad, podría lanzarse a llorar en ese mismo momento, olvidando todo su orgullo y sentimiento de madurez para llorar lágrimas por su querido abuelo. Lisa había sentido la necesidad de hacer lo mismo, pero su sentido común había resultado ser más fuerte. Debía contenerse… Por ahora.

-…La respuesta llegará en su momen-

-No me vengas con eso, Lisa –. Lola la interrumpió con sus manos en sus caderas –. ¿Quieres que la familia sepa donde realmente conecta la cañería? Y yo que creía que Lana era la única con esos… Intereses –dejó salir una mueca de asco.

Lisa entrecerró los ojos –. ¿Me estás chantajeando hermana? Lo que haces podría verse como obstrucción a la ciencia… Y la ciencia siempre encuentra su camino, de un modo… y otro… -La forma oscura en que lo dijo trajo un sentimiento burbujeante dentro del estómago de Lola, el suficiente para retroceder un paso y abrazarse levemente la barriga.

-L-lo que quise decir es que papá y mamá podrían molestarse si lo supieran… Pero no creo que mucho… E-en cualquier caso, ¿Cuánto tengo que esperar para saber que está pasando? –intentó regresar al tema principal. Esa advertencia de Lisa, o amenaza oculta, le habían enseñado a Lola que aún no tenía suficiente para ir por ese camino –.

Lisa miró su reloj, interiormente comenzó a hacer cálculos –. No mucho. No es algo que se mantenga oculto, Lola. Al contrario, entre más miembros de la familia se enteren el impacto será más fácil de manear… Cuando llegue el momento.

Todo seguía siendo confuso para Lola. Si no fue Lincoln, y si nadie estaba muerto, ¿Qué había ocurrido? ¿Perdieron la casa o algo? En sus pesadillas debían vivir con tía Ruth después de que el banco embargara la casa por evasión de impuestos o deudas, y Lola no estaba dispuesta a renunciar a sus vestidos de princesa por darle masajes a una mujer que posiblemente ni siquiera era humana.

-Vamos Lisa, ¿No puedes darme algo? –volvió a mirar a su alrededor y se acercó a Lisa para susurrarle junto al oído –. Sé algunas cosas que podrían ayudarte a tener más conejillos de india dentro de casa.

-Mmm –Lisa rascó su barbilla –. Negociación… Esa debería ser tu primera carta antes del chantaje, Lola. Algunas personas reaccionan mejor cuando tienen algo que ganar, especialmente cuando es… una oferta tan tentadora –. Lola sonrió creyendo que por fin estaban llegando a algo –. Pero tendré que negarme… Muy lastimosamente.

El ceño fruncido regresó a Lola. Había estado planeando como hablar con Lisa y que decirle desde que sonó la campana del receso, y pareciera que regresaría a clases sin nada. La furia volvía a resurgir en ella y no sabía cómo aplacarla esta vez, ¿Lisa también iba a ocultarle algo tan importante? ¿No la consideraba lo bastante lista o qué?

-Antes de que dejes salir toda la frustración reprimida dentro de ti mi inestable unidad fraterna, debo advertirte que eso no cambiara en nada mi desición de esperar a que esto sea discutido en un entorno privado y en familia –Lisa continuó sin verla. Algunos ceros y unos dentro de su fórmula parecían estar mal, ya que comenzó a borrarlos con una mueca molesta –. Estallar aquí, no hará otra cosa más que hacer de esto más difícil para ambas… Se paciente… y disfruta tu ignorancia.

Lola no entendía a qué se refería, pero tenía razón: no iba a lograr nada estallando en el aula infantil. Demasiados niños pequeños que estarían dispuestos a seguir su ejemplo, si terminaban por orinarse en los pantalones o cualquier otra cosa solo por sus gritos podría meterse en un lío más grande del que tenía pensado.

-¿Por qué todos son así conmigo…? –murmuró más deprimida que molesta.

-Por tu propio bien… Te lo dije Lola, esto no es algo que deba ser discutido aquí… Espera a llegar a casa. El momento llegará eventualmente.

Lola suspiró derrotada, no quedaba mucho para el fin del receso y tendría que regresar a clases. ¿Qué había ocurrido para que todo el mundo actuara de forma tan misteriosa y molesta? La necesidad por saber la estaba matando internamente, no quería dejar ir el asunto tan fácilmente, pero si Lisa dijo que eventualmente sería un tema que tocaran en familia entonces debía ser verdad… Y bastante grave.

-¿Estas segura… qué no se trata de Lincoln? –aun había ciertas dudas… La imagen de aquel día se había quedado demasiado arraigada dentro de su cabeza.

Lisa suspiró con cansancio, se sujetó el entrecejo y respondió sin mucho interés –. Sí, Lola. Estoy totalmente segura de que nuestro hermano no tiene nada que ver con esto.

-…Esta bien.

Si no era eso, entonces Lola no tenía ni idea de que pudo haber ocurrido.


El camino de regreso a casa fue silencioso. Lola no tenía intención de discutir con Lana, y Lana se rindió a mitad de camino cuando su gemela no demostró señales de demostrarle atención. Lana se encontraba igual de afectada por el ambiente que dejaba escapar el resto, pero intentaba mantener la mente ocupada para no tener que pensar mucho sobre aquella cosa mala que Lori había mencionado.

Ella era lo bastante paciente para espera… Y comprendía lo suficiente para saber que sería algo que no le gustaría a nadie. Como su gemela, muchos de sus pensamientos habían llevado a Lincoln, pero no quería ir por ese camino. Eran pensamientos que la devolvían a un mismo momento en el tiempo, seguido por charlas que la acosarían hasta la adolescencia. Era más fácil sólo concentrarse en las tareas, jugar juegos divertidos y discutir con Lola.

Todo lo demás podía esperar, esperar mucho tiempo de ser necesario.

Y ahora el largo camino a casa era como un camino fúnebre, algo de lo que esperó Lucy mencionara, pero ella se mantenía igual de callada mientras sujetaba su vestido negro. El agarre de su vestido aumentaba con cada bache para luego disminuir y arrugarse, Lana quería hacer un comentario sobre eso, pero las palabras abandonaban la punta de su lengua cuando llegaban.

Todo era tan silencioso sin el resto de sus hermanas. Este es el momento en que Lynn querría jugar a golpear el coche, o que Luna cantara algo para hacer del viaje más llevadero. ¿Por qué no habían podido asistir a clases? Lana abrió la boca para gritar algo y la volvió a cerrar, cada metro recorrido en la Van era un metro más cerca de sus razones.

Algo dentro de su pecho latía muy fuerte, se sentía como una protuberancia repleta de pus que aumentaba su tamaño a cada segundo. Esperando el momento para estallar y dejar salir algo más que una sustancia blanca deliciosa, sería algo más siniestro y que obligarían a Lana a jalarse de los cabellos mientras exigía saber que estaba ocurriendo.

-Este sentimiento es tan confuso…

Lori no bajó junto con ellas. Su hermana se quedó dentro de la Van mientras cada una daba un salto a su patio y se dirigía a casa. Lori miró su celular, dudosa sobre si contestar una llamada de Bobby o no, al final sólo dejó el celular sonando hasta que terminó. Lana se preguntó cuantos mensajes de Bobby habría acumulado en este momento, o porque no le contestaba. Ya no estaban en la carretera, podía hablar con él si quisiera… A menos que estuviera molesta con él, y que por eso se le veía tan decaída. ¿Eso era lo malo que había ocurrido? Demasiado pequeño y común para afectar a toda la familia.

Lana se rascó el pecho y a su casa.


El señor y la señora Loud no estaban en casa, aparte de las mayores nadie sabía a donde habían ido o cuánto tiempo tardarían. Luna estaba tirada sobre el sofá de la sala, con la televisión dando en las noticias, pero no parecía muy atenta de ellas. Se la veía como un muñeco de trapo cuyas extremidades caían a los lados sin fuerza. Casi como una versión más grande y menos divertida del Sr. Coconuts.

Lisa se sentó junto a ella parecía a punto de tomar su mano, pero retrocedió en el último segundo y solo se dedicó a ver las noticias: una tragedia en Freddy´s. Una reportera hablaba sobre un oscuro crimen cometido dentro de Freddy´s el día anterior, y mencionaban que el restaurante familiar se mantendría cerrado.

Tanto para Lola como para Lana esas noticias eran terribles. Freddy´s era el lugar más divertido y emocionante que habían podido visitar en Royal Woods desde que abrió, la idea de que pudieran cerrarlos era una verdadera pesadilla. Por un segundo Lana creyó que esa podría ser la gran noticia mala, y una parte de ella se sintió tan mal como aliviada.

-En cierta forma era de esperarse –Lisa mencionó mientras miraba atentamente la pantalla del televisor –. Un centro repleto de niños, quizás la mayoría de ellos sin supervisión… Lo que haya ocurrido allí dentro denota una grave falta de seguridad, no sería de extrañar que alguien con gusto un tanto morbosos decidier-

-¡Cierra la puta boca, Lisa!

Lisa casi se atragantó con sus propias palabras cuando Luna le habló sin verla. Su hermana amante de la música nunca le había hablado de aquella forma, mucho menos en ese tono. Luna no dio señales de sentirlo o importarle haber usado un lenguaje inapropiado frente a los niños, se mantenía en su posición de muñeca sobre el sofá, mirando la pantalla sin pestañar.

-…Entiendo que puedas estar… Emocionalmente inestable, mi hermana –Lisa intentó mantener la calma –. Pero te aseguro que tu lenguaje y…

-Lisa –la calma en la voz de Luna no la hizo sonar menos amenazante –, te dije que cerraras la puta boca. No tengo tiempo para tu mierda de niña genio… Ahora puedes guardar silencio y dejarme ver esto, o puedes ir a encerrarte a tu habitación a hacer cálculos que a nadie le importan.

Lisa volvió a cerrar la boca. Una sombra de varias emociones complicadas recorrió su rostro, por un lado, parecía querer replicar con Luna, mientras que por el otro quería gritarle palabras que su mente obtusa nunca podría comprender. El pequeño cuerpo de Lisa tembló, respiró hondo y dejó salir todo el aire por la boca, su mente nuevamente había llegado a una solución, la cual fue mantener la calma en esos momentos de necesidad. No necesitaba que Luna dejara salir toda su ira sobre ella.

-Entonces… ¿Mamá y papá no están? –Lana intentó preguntar. Tampoco podía ver a Luan o el resto de sus hermanas, ¿Habían salido o estaban arriba? La casa se sentía vacía sin tanto ruido proveniente de sus habitaciones –. ¿Estamos solos?

Luna gruñó en su lugar –. Todas están arriba… Mamá y papá salieron…

-¿Cuándo volverán? –Lola preguntó a su vez.

-¿Cómo quieres que lo sepa?

-Eso no es de mucha ayuda, Luna –Luna gruñó, pero Luna no volvió a contestarle.

Lisa negó con la cabeza. A veces olvidaba lo simples que podían ser las mentes comunes… La pérdida podía generar un efecto tan devastador en las personas, especialmente cuando se trataba de un familiar tan querido. Pero ella debía mantenerse fría, intentar ser la mente racional en todo este dolor, era la única forma en que podría presentar un verdadero apoyo cuando todo se supiera.

Ciertamente, era como ella ya se había dicho: ser la mente más lista tenía sus consecuencias.

Matanza en restaurante familiar.

Las palabras ocuparon completamente la pantalla de la TV. Luna casi salta del sofá cuando las vio en grandes y brillantes letras rojas, los restos de la cena de ayer amenazaron con salir disparados de su boca en cuanto terminó de leerlas.

Ayer, alrededor de las 17:45 hs. Freddy´s Fazbear´s Pizza´s fue el escenario de una de las peores matanzas que Royal Woods haya vivido.

Los labios de Luna temblaron mientras la anunciadora comenzaba a leer las palabras que surgían en la pantalla. No… No podían hacerlo, ¿Verdad? Sus padres le habían dicho algo sobre mantener el asunto en silencio a los medios mientras la investigación seguía su curso y… ¡Y no quería escucharlo!

El guardia de seguridad, cuya identidad será oculta al publico…

¡¿Iban a ocultar la identidad de ese hijo de puta?! No, eso no era lo importante, Luna miró al resto de sus hermanas. Lana y Lola se mantenían detrás de ella, su atención ahora puesta en la pantalla de la TV, del mismo modo que Lisa quién lo miraba con un gran interés. Un lugar como Freddy´s, siendo lugar del… del… ¡¿Dónde estaba el puto control remoto?!

planeaba mantenere en secreto durante la investigación, pero gracias a una filtración…

¡El maldito control remoto! ¡¿Por qué siempre desaparecía cuando más lo necesitaban?! ¡No! Ahora no. ¡Por favor! Así no… No lo digan… No lo digan…

Antón Iberias.

Alexis Mántel.

…Por favor…

Lady Verikó.

Li-

Las chispas salieron volando de la pantalla grande desde el agujero recién formado. La pelota había atravesado toda la pantalla de plasma, los circuitos y la cubierta trasera. Las palabras en la pantalla se volvieron irreconocibles y la estática reemplazó las palabras de la anunciadora. Tanto Luna como el resto de sus hermanas se cubrieron el rostro de las chispas que salieron volando.

El televisor se tambaleó un poco antes de caer al piso frente a ellas, se mantuvo colgando del cable durante unos segundos antes de que terminara por desconectarse. Entonces las chispas se detuvieron y todo regreso al silencio.

Lana y Lola se abrazaban por el mido, mientras que Lisa había retrocedido totalmente aterrada por lo que acababa de pasar. Luna se mantuvo confundida, sin entender que había pasado. Volteó hacia atrás y allí encontró a Lynn, parada en la entrada y mirando el agujero que la pelota había dejado en el vidrio detrás de la pantalla grande. Había enormes ojeras bajo sus ojos y algunas manchas amarillas bajo su barbilla, el olor a vomito fue lo segundo que Luna notó.

Lynn masculló algunas palabras y luego se dio la vuelta. La escucharon subir por las escaleras hasta encerrarse en su cuarto.

-¿…Qué? –Lola fue la primera en hablar –. ¿Qué acaba de ocurrir? –se separó de Lana, quién se negó a soltarla por víctima de miedo. Con un nuevo tirón logró hacerla retroceder –. ¿Lynn acaba de destruir nuestro televisor? ¡¿Por qué?!

-¡¿Qué ocurrió?!

Lori entró a la casa igual de aterrada que las gemelas. Miró hacia todas partes hasta que logró reconocer los restos de la televisión ahora destrozada.

-¡Lynn destruyó la televisión! ¡Y creo que lo hizo a propósito!

-…Lori… Las noticias… Iban a decirlo… Eso… Jesús…

Lisa estaba confundida. Las acciones de Lynn… ¿A qué se debieron? ¿Por qué destrozó el sagrado televisor familiar? ¿Esto tenía que ver con el abuelo? No, imposible. ¿Entonces por qué?

Muerte.

Freddy´s Fazbear´s Pizza´s.

Habían muerto cuatro niños en Freddy´s, esa era la noticia. Luna había perdido la calma en cuanto se dio cuenta de que iban a filtrar los nombres de las víctimas… Entonces… Eran cuatro niños, jóvenes por la forma en que estaban tratando el tema… Entonces Lynn… Lynn había… ¿Cuál iba a ser el último nombre?

Los ojos de Lisa se volvieron tan grande como sus gafas cuando la revelación la golpeó… Ahora todo tenía sentido. Su mente comenzó a armar las conexiones demasiado rápido como para que su pequeño corazón pudiera aguantarlo. Alguien había muerto… Pero no había sido el abuelo… Y el modo en que sus hermanas habían reaccionado… No había sido la tranquila muerte de un familiar mayor… Sino un brutal homicidio…

Lisa saltó del sofá y miró a sus hermanas una por una.

-¿…Lisa? –Luna casi susurró. Ella era consciente del intelecto de su hermana más joven, y por la forma en que Lisa las miraba ahora mismo podía decir que había llegado a una respuesta–. Lisa… Por favor… Relájate…

Lisa negó lentamente con la cabeza, retrocedió dos pasos hasta casi tropezar con la mesilla. Las lágrimas comenzaron a caer lentamente desde sus ojos y entonces salió corriendo hacia las escaleras.

-¡Maldición! ¡Lisa espera! –Luna intentó ir tras ella, pero Lisa demostró ser más rápida de lo que parecía a simple vista. Saltó los escalones de dos en dos y ce encerró en su habitación –. ¡Lisa! ¡Por favor! Así no es como se suponía que…

Los medios de comunicación no tardarían ni treinta minutos en agolparse fuera de la residencia Loud. Lo mismo ocurriría fuera de la casa del resto de las víctimas del brutal crimen.

Alguien había hablado.


-¡Fuera de mi casa! –El señor Loud hizo de lado a varios reporteros, la necesidad de darles un golpe era grande pero su preocupación por sus hijas lo era aún más. Mantuvo a Rita contra su pecho en todo momento mientras se abría paso –¡Esto no les concierne! Aléjense de mi y de mi familia.

-¡Señor Loud, por favor! ¡Noticias canal 6! ¿podría decirnos que se siente el haber perdido a un hijo de forma tan brutal? ¿Desearía no haberlo dejado solo ese día?

-¡Cállense y déjenos pasar!

La policía intentaba ayudarlos a llegar a la puerta de su casa mientras hacían a un lado todos los micrófonos.

-Señores Loud, por favor. ¿Tiene alguna palabra para el asesino? –una reportera logró colar su grabadora –. ¿Qué sentiría si lo tuviera en frente ahora mismo?

-¡Déjenos pasar! –Rita gritó entre sollozos.

-¿Quién mierda les dijo los nombres? –uno de los oficiales preguntó de mala manera.

Finalmente llegaron a la entrada de la casa, la puerta estaba cerrada con llave y Sr. Lynn tuvo que hacer malabares entre su esposa y la llave de repuesto para poder abrirla. En cuanto la puerta se abrió, los medios intentaron forzar todavía más su entrada, como creyendo que irrumpir en propiedad privada les aseguraría una entrevista.

-¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

Rita se separó de su marido y cerró la puerta con fuerza detrás de ella. Los oficiales se habían quedado en la entrada para controlar a los reporteros. Las cortinas de sala estaban corridas, impidiendo que las cámaras pudieran ver el interior de la propiedad.

¿Qué había pasado? ¿La policía no había prometido tratar el asunto por privado? ¿Por qué había un ejército de reporteros ansiosos por lucrarse con el cadáver de su hijo menor? Y las chicas… O Dios, las chicas. ¿Cómo tomarían esto?

-¡Niñas! –Sr. Lynn gritó. –Chicas, ¿Están bien? ¿Qué pasó con el televisor? –vio la televisión hecha pedazos y un sudor frío recorrió su espalda, miles de escenarios terribles cruzaron por su cabeza. Ya habían perdido un hijo, ¿Qué más podía haber ocurrido?

-Papá –Lori fue la primera en bajar. Rita abrazó a su hija con fuerza, la suficiente para casi asfixiarla. Afuera, los medios no dejaban de gritar preguntas incomodas –. T-todo está bien, todas están encerrada en mi habitación… Menos Lisa y Lynn, ellas se mantienen encerradas… Y Lucy… No sé dónde está Lucy, pero estoy segura de que debe de estar en los ductos… Dios, esto es…

-Lo sé –Rita habló entre sollozos –.

-Papá… Todo se está descontrolando. Lola y Lana están haciendo preguntas mientras miran por la ventana y… ¡No sé qué hacer! Creo que Lisa ya sabe… Y no quiere salir de su cuarto. ¡Lily sigue dentro de su cuarto! –el celular de Lori volvió a vibrar dentro de su bolsillo. Era Bobby, estaba seguro de eso. El resto de sus amigos se había rendido muy rápido, pero Bobby no lo haría –. ¡¿Qué hacemos?!

Sr. Loud abrazó a su hija y a su esposa –. Calma… Solo… Solo calma… Esto… -tampoco sabía cómo debería actuar en esta situación. Sr. Lynn creyó que tendría más tiempo, ni siquiera había terminado de digerir la muerte de su hijo. ¡Ninguna de sus hijas lo había hecho! ¿Por qué ahora? –Vamos arriba, no puedo aguantar tanto ruido.


La escena parecía sacada de sus peores pesadillas. La mayoría de sus hijas reunidas en un solo lugar, todas con una mirada de miedo y tristeza, con los medios fuera de la casa esperando por respuestas que nadie quería darles. Luna estaba parada junto a la ventana, espiando a los medios de vez en cuando. Luan sentada al borde de la cama de Leni mordiendo su labio inferior, toda su gracia parecía haberse esfumado en ese momento. Leni… Ella ni siquiera parecía entender que ocurría, estaba recostada en su cama con una pequeña sonrisa mientras tejía algo grande y anaranjado.

Lori se mantenía junto a sus padres sin saber cómo iniciar las explicaciones. No era fácil… No había sido fácil la noche en que ellas mismas se enteraron, y ahora debían repetir la misma noticia una vez más y en circunstancias mucho peores.

-¡¿Qué está pasando?! –Lola preguntó con miedo. Miró hacia la ventana, todavía podía escuchar el escándalo de los medios y a la policía intentando abrirse camino –. ¿Por qué está pasando todo esto? Papá, ¿Qué ocurre?

-Estoy asustada –Lana mencionó mientras se rascaba el pecho –. Todo este ruido va a alterar a mis mascotas, ¿Charles sigue afuera? ¡Tenemos que meterlo a la caza!

-Niñas… Esto es… Por favor, necesito que se calmen. Intentaré explicarlo todo –Sr. Loud intentó mantenerse en calma. No habían tenido una buena escena esa mañana, todavía podía saborear el alcohol que había tenido en su lengua cuando les gritó, quizás un trago no le iría mal… Pero no quería volver a bajar.

Junto a él Rita volvió a dejar salir un sollozo. La misma escena de esa noche se repetía, pero era todavía peor con todas esas cámaras fuera de su puerta, como si esto no fuera nada más que un espectáculo pera el mundo.

-Escuchen… Esto… -Lori intentó hablar –. Esto es sobre Lincoln.

-¡Sabía que tenía que ver con Lincoln! –Lola gritó –. Lisa me mintió… Pero lo sabía. ¿Qué hizo ahora? ¿A quién de ustedes embarazó? –miró al resto de sus hermanas intentando buscar quién tenía el vientre más abultado –. ¿Fue a Leni?

-¡¿Por qué todo lo que sale de tu boca tiene que ser un montón de mierda, Lola?! –Luna gritó sin poder contener las lágrimas de sus ojos -. ¿Te has puesto a pensar alguna vez que el mundo no gira a tu alrededor y que podrías quedarte callada y escuchar un poco?

Lola retrocedió cuando Luna dio un paso hacia ella. El señor Loud la miró duramente y Luna retrocedió.

-¿P-por qué todos insisten en tratarme mal? –Ahora Lola parecía al borde de las lágrimas.

-No es eso… Es qué…

-¿Lincoln volvió a hacer algo malo? –Lana se atrevió a preguntar.

-¡Lincoln está muerto! –Luna finalmente estalló –. ¡Un maniaco lo atacó con un cuchillo en Freddy´s y lo mató! ¡Eso es lo que ocurrió!

Rita se deshizo con un pequeño gritó, el señor Loud tuvo que atraparla para que no cayera al piso y a la vez se sujetó él mismo de ella para no seguir su camino.

-¡Luna! –gritó.

Luna estaba harta, sumamente harta y cansada de todo aquello. Podía escuchar a cada uno de los medios gritando sus estúpidas preguntas fuera de la ventana, ¿Para qué mantenerlo callado todo para el resto de su familia? Lo habían intentado, y de nada había servido. Solo quería que todo aquello tuviera un final.

No iba a volver a encontrarse con su hermano del otro lado del puente, ni la llamarían para transmitirle que todo había sido un mal entendido. Los medios fuera de su puerta no hacían más que gritarle que era inútil seguir negando la realidad y esperando por un milagro que nunca ocurriría. Y ahora tenía a Lola gritando insultos sobre abuso sexual y embarazos. Luna había llegado a su punto máximo.

-¿Q-qué? –Lola preguntó un tanto insegura.

-Lola… Lana… chicas, no es lo que… -Lori se sintió insegura, más vieja de lo que debería sentirse –.

-…No puedes decir que todo fue un mal entendido, Lori –. Luna se cubrió la cara y habló con más calma.

Miró al resto de sus hermanas. Luan había cubierto sus oídos y se había hecho una pelota, Leni había perdido el ritmo de los puntos y se había quedado paralizada con los ojos abiertos. Lana y Lola se mantenían en su lugar, mirando alrededor, intentando buscar más respuestas de las que les habían dado ahora.

-…Todo ocurrió muy rápido… Al menos eso dijo la policía… No debían de enterarse así… -Sr. Lynn habló –.

Lola tardó en dirigir la noticia, ¿Lincoln… muerto? ¿Se lo estaban diciendo así como así? ¿Eso era lo que estaban ocultando toda la mañana? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cómo era eso posible? Lola lo había visto ayer, todo debía ser una confusión… Una muy grande. Los medios estaban en la casa equivocada, ¿verdad?

Luna quería volver a hablar, pero las palabras la abandonaron junto a su furia. Se apoyó en la pared y cerró los ojos esperando a que ese momento en el tiempo terminara. ¿No era este el momento en que estallaban en lágrimas? Quizás una de ellas también quisiera vomitar.

Pero ninguna lo hizo.

Lola alternaba su mirada entre todas, esperando a que alguien más dijera algo. Pero Lana… Ella se la veía perdida… Se rascó el pecho, dejó escapar un pequeño hipo que Luna creyó que sería el comienzo de un mar de lágrimas, pero regresó a un estado neutral.

-Todo… Todo va a arreglarse –Rita logró recuperar su sentido del habla por un momento –. Sólo debemos permanecer juntos como familia… Todo esto es… Dios, Lincoln. ¡Ese mal nacido, Lynn! ¡Nuestro bebé! –y regresó a llorar.

-Lo sé… Lo sé… -Sr. Lynn la abrazó.


NA: Demasiadas emociones y muy poco horror. Es por eso que no me agrada escribir este fic. En fin, disculpen cualquier tipo de error narrativo que seguramente cometí. A pasado tiempo desde la última vez que actualicé.

Si desean un crossover con FNAF que vaya directo al punto, entonces les recomiendo: Animatrónicos de El Maestro. Ese fic supera a este y por mucho.

Me gustaría darle las gracias a AlejinX por la portada, y demostrar tener una paciencia infinita. Y pedirle que no me mate si el capitulo no cumple las expectativas.