Nota de autor: pues sí, resulta que sigo vivo, aunque hayan pasado tantos meses sin publicar nada. Me prometí a mí mismo, y también le comenté a un par de conocidos, que estaría de nuevo después de la tanda de finales. Mi meta era publicar esto antes de que febrero llegue a su fin pero tuve un par de cosas en medio. Hasta ayer pensé en retrasarme incluso un par de semanas más, pero al diablo con todo, esto llevaba un tiempo escrito y debía de ver la luz tarde o temprano.

Si aun no leíste Dystopia, no hace falta leerlo para poder entender lo que sucede aquí. Algunos OC aparecen en ambas historias, así que si planeas leer ambas historias, en una de esas casualidades, Dystopia es mejor para empezar, lograrás familiarizarte con un par de personajes y seguramente entiendas un que otro guiño que haré por aquí, además de que te evitarás cualquier tipo de spoiler... amo los spoilers. Y antes de olvidarme, agradezco mucho a mi beta, Byakko Yugure, quien lleva tiempo aguantándome mientras pensaba en que hacer en esta historia. Cris, te debo una muy grande después de esto.

En fin... los dejo con la historia. Planeo dejar notas al final del capítulo como de costumbre, esta es una excepción por ser el primer capítulo. Nos vemos más abajo, espero que puedan disfrutar de la lectura.


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Encendieron las sirenas y fueron tras ellos a toda prisa. Los perseguían tan rápido como les era posible, mientras Judy daba volantazos Nick pedía refuerzos a viva voz. "No dejaremos que se escapen", decía ella una y otra vez, no se trataba sólo de su trabajo, esto ya era una cuestión personal. "No volverán a escapar".

En los últimos tres meses habían perseguido a unos traficantes de especia, su pequeño mercado terminó por esparcirse a lo largo y ancho de Zootopia y la ZPD no paraba de trabajar para detener a los culpables, la banda de los Outterridge. Mientras Bogo cargaba sobre sus espaldas con los reclamos desde la alcaldía y de los medios, sus oficiales daban lo máximo de sí para dar fin a los traficantes.

No era su primer encuentro, no era su primera persecución, pero posiblemente fuera la última. Una amiga de Judy, la oficial Levitt, logró infiltrarse en las filas de los Outterridge durante algunas semanas. Su información sería de gran valía, pero a cambio terminó por pagar con su propia vida. Ahora mismo Judy iba tras ellos, tenía una nueva oportunidad, podría vengar a su amiga y hacer valer cada lágrima derramada.

"¡Maldita sea! ¡Más cuidado Hopps!", Nick era un amante de la velocidad, de las persecuciones, de la adrenalina, pero aun así todo esto resultaba exagerado. Pasaron a escasos centímetros de un vehículo civil, por poco y no la contaban. Por suerte para ellos terminaron por alejarse del centro de la ciudad y se desviaron hacia Tundratown, posiblemente los hermanos Outterridge buscasen llegar a uno de sus escondites, cuanto menos un lugar que les fuera favorable si las cosas se ponían más tensas todavía.

Los dos lobos bajaron de su vehículo y corrieron hacia un galpón aparentemente abandonado. Los copos de nieve caían con gracia mientras el sonido de las sirenas invadía un ambiente en exceso silencioso. Tomó su arma mientras todavía se acercaba al lugar, abrió las puertas y gritó a viva voz. "¡Paren en nombre de la ley!", un sonoro disparo dio en la patrulla antes de que los Outterridge terminaran por entrar al galpón, de seguir tras ellos pondrían en juego sus vidas.

—Esperemos a los refuerzos, Judy. Ya sabemos que están ahí, rodearé el galpón para asegurarme de que no haya ninguna salida trasera.

—¡No Nick! ¡Iremos tras ellos! — exclamó ella con decisión avanzando un par de metros, sintió que su compañero la tomó de su brazo con fuerza, pero no entraría en razones—. ¿¡A qué esperas!? ¡No dejaremos que huyan de nuevo!

—Si vamos tras ellos, nuestros apellidos podrían quedar grabados junto al de Val en la lista de agentes caídos.

—La mataron a sangre fría, no me quedaré discutiendo contigo mientras ellos están a sólo unos metros. — Se soltó del agarre del zorro y comenzó a trotar, resignado ante la actitud de su compañera sólo pudo ir tras ella.

Se ubicaron uno a cada lado de la entrada, a la cuenta de tres Judy abrió la puerta y Nick se asomó para vislumbrar el lugar, negó con la cabeza para darle a entender que no veía nada. Ambos bajaron la vista por un segundo para después cruzar miradas. Asintieron, contuvieron la respiración y uno detrás de otro irrumpieron en el galpón con sus armas en alto.

El ambiente estaba cada vez más oscuro a medida que se adentraban, por lo que Nick le diría a Judy qué es lo que veía, mientras ella con sus potentes oídos buscaba información de cualquier tipo. Llegado el momento de la acción cada oficial haría uso de su respectiva linterna, pero hasta entonces buscarían aprovechar la oscuridad a su favor, podrían tener suerte y hacer un ataque sorpresa. "¿No percibes nada?", preguntó el zorro obteniendo una respuesta negativa, era obvio que no los localizarían hasta que ellos atacasen primero.

"Pronto llegarán más oficiales y estarán rodeados, el resultado será inevitable. Tienen la posibilidad de evitar que se siga derramando más sangre, tienen la posibilidad de salir con vida.", nada significaron las palabras de Judy, un estruendoso disparo rosó una de sus orejas mientras los lobos dieron a conocer su escondite. Respondieron con más disparos y los dos Outterridge hicieron lo propio. En vista de que estaban demasiado expuestos y pocas balas les quedaban, buscaron cobertura y cambiaron de cargador.

Sintieron cómo uno de ellos comenzó a correr y otro recargaba. "Es mi oportunidad", pensó la coneja que, sin avisar a su compañero, se lanzó en velocidad hacia adelante y atacó con vehemencia al menor de los Outterridge. Un disparo en su brazo lo haría gemir de dolor, la coneja terminó por acertar, pero aun así se expuso demasiado.

El lobo que sintiera correr previamente estaba por flanquearlos antes de que ella abandonara su cobertura, al verla completamente desprotegida Outterridge disparó sin contemplación, pero no daría en su blanco. Rápido como era característico en él, Nick se abalanzó sobre Judy y la derribó salvándola de las balas. Fue instintivo, no pensó lo siguiente. En un rápido movimiento perforó el cráneo de su atacante después de presionar una única vez el gatillo. Con el lobo muerto y el restante reducido, sólo tuvo que acercarse para esposarlo.

"¿Quién lo diría Nick? Seguimos siendo un dúo imbatible, nuestro nombre no aparecerá en la lista de oficiales caídos al menos por hoy.", acomodó al lobo contra una pared e inmediatamente alzó sus orejas, algo no estaba bien. Por lo general el zorro respondía con una que otra ironía o comentario sarcástico, pero esta vez no hubo nada.

Lo llamó por su nombre una vez más, haciendo eco su voz rebotaba en la extensión del galpón y seguía sin obtener respuesta alguna. "No juegues conmigo", caminó hacia él con temor, no se movió desde que la había salvado, un escalofrió trepó por su espalda al pisar lo que parecía… ¿un charco? No podía ser cierto…

Lo tomó de sus ropas y lo giró para ponerlo boca arriba, dos heridas de bala en su cuerpo terminaron por desesperarla. Tomó su radio y comenzó a pedir ayuda mientras rezaba porque no cierre sus ojos. "Quédate conmigo, por favor no me hagas esto." Sus súplicas se vieron acompañadas de lágrimas mientras el zorro lentamente dibujó una sonrisa en su rostro.

Antes de que pudiera pronunciar palabra alguna tosió sangre y se percató de que no podría hablar por más que quisiera, el dolor era demasiado, pero aun así quería hacer un esfuerzo. Posó una mano en una de sus mejillas y acto seguido bajó sus párpados. "Estaremos bien… zanahorias," las sirenas comenzaron a sonar, los paramédicos irrumpieron sin más y lo pusieron en una camilla.

"Perdió mucha sangre. Una de las balas perforó su pulmón. Es muy difícil jefe. Preparen todo, hay que hacer todo lo que sea posible.", las palabras zumbaban en su mente mientras veía como el zorro se alejaba de ella, moribundo y ensangrentado, ensangrentado con su propia sangre, ensangrentado por su culpa. Alguien la llamó por su apellido, pero su mirada no podía despegarse de la ambulancia que desaparecía en el horizonte.

Ahora que sólo tenía sus mejillas mojadas, sólo podía descargarse exclamando su nombre una y otra vez.

¡Nick!

¡Nick!

¡Nick!

¿Qué pasa Zanahorias?

La voz de Nick la hizo despertar, estaba aferrada a él y había mojado su pecho mientras lloraba. "¿Te sientes bien?", preguntó preocupado, a sabiendas de qué es lo que la debía de tener así. Pasó su mano por las dos cicatrices que le quedaron después del tiroteo con los Outterridge y terminó por sentarse sobre la cama, dándole la espalda. "¿Otra vez…?", asintió antes de que el zorro terminara la pregunta.

"Me daré una ducha para despejarme, sigue durmiendo un rato más si quieres", tomó su ropa en interior y su remera, que todavía seguían en el suelo después de una noche bastante alocada, y cerró la puerta del baño detrás de ella. Se observó en el espejo, las enormes ojeras no le favorecían en absoluto. Las noches sin dormir y las pesadillas eran cada vez más recurrentes, no paraba de vivenciar sus errores una y otra y otra vez.

El agua comenzó a emanar del grifo y, en cuanto estuvo lo suficientemente caliente, se metió en la bañera mientras las incesantes gotas la ayudaban a relajarse. La puerta del baño se abrió y Nick, usando solo sus calzones con dibujos de moras, le dirigió una sonrisa típica de esas que solía darle cada vez que se sentía preocupada. Por un momento se cruzó por su mente la idea de tirar la cadena del retrete, sabía que el agua de la ducha herviría, pero semejante broma significaría su sentencia de muerte a manos de la coneja.

"¿Te molesta?" preguntó de forma amable y todavía sonriente, Judy sólo suspiró y lo invitó a compartir la ducha con ella. Terminó por quitarse su ropa interior y se adentró a la rutinaria desventura matutina "¿Tú compraste este?" preguntó al ver un acondicionador con aroma a, por supuesto, zanahorias. "Me lo traje sabiendo que pasaría la noche aquí". Después de hacerle una seña, Judy se giró y el zorro comenzó a pasarle jabón entre sus orejas.

—Ya han sido bastantes veces a lo largo de la última semana. ¿No crees? — Al ver que pasados unos segundos ella no dijo nada, insistió un poco más—. Agradezco que te preocupes por mí Judy, pero ya pasaron cinco meses, tenemos que superarlo.

—Hoy volverás a la ZPD, Nick, no creo que sea casualidad que las pesadillas se hicieran más recurrentes mientras más cercana era la fecha.

—Pues… si sigues con miedo de que algo pueda pasar podríamos quedarnos trabajando en informes, o tal vez en parquímetros.

—No estoy bromeando, hace tiempo que vengo mirando el calendario, no es un día cualquiera. — Bajó sus manos un poco más—. Tengo la espalda un poco contracturada, aprovechemos el agua caliente y hazme un par de masajes…

—¿Y ducharme yo sólo con agua fría porque la dama quería un masaje? ¡Ni loco!

—Anda, sólo esta vez…— Dejó el jabón a la par del acondicionador con aroma a zanahorias. Después de negar con la cabeza comenzó a mover sus dedos en forma circular, haciendo un poco de presión entre sus escápulas—. Un poco más abajo… ¡Ahí! — Su pata derecha comenzó a golpear el suelo de la bañera, Nick en verdad tenía unas manos mágicas.

—Me deberás un favor muy grande después de esto.

—¿No te alcanzó con lo de anoche? Hicimos todo lo que tú quisiste.

—Eso fue tu modo de anticipar mi bienvenida a la ZPD, esto es algo aparte—. Bajó un poco más y con su mano izquierda giró la canilla, había comenzado a ponerse más fría—. ¿Crees que Bogo esté feliz de tenerme de nuevo?

—Eres su oficial zorro preferido.

—Sí… soy el único zorro, pero en fin… me encargaré de volver a lo grande.

—No te metas en problemas en tu primer día, por favor.

—Técnicamente, no es mi primer día.

—Al menos procura no meterme a mí también en problemas, torpe zorro.

—Tú no necesitas de mí para meterte en problemas, torpe coneja.

—Date la vuelta, es tu turno. — Ahora ella cerró la canilla un poco más. Comenzó por su cola, era lo más importante y primordial al momento de darse una ducha.

—¿Recuerdas que te hablé de mi primo? — Mientras ella lo enjabonaba en su retaguardia, él hacía lo propio por delante.

—¿Alfred?

—Andrew, o Drew. — Sonrió por un momento. — Recuerdas el nombre de todos tus hermanos, tus primos y tíos, pero no puedes recordar el de mi único pariente directo.

—Al menos estuve cerca. — Dejó su cola y cerró completamente la canilla de agua fría, dentro de un minuto saldría y lo dejaría congelándose mientras ella preparaba algo de café—. ¿Qué hay con él?

—El pasado lunes se radicó en la ciudad, ya está trabajando en el hospital. Me dijo que quiere juntarse uno de estos días, su esposa e hijo se quedarán una semana más en Eldertown.

—¿Y por qué se vino solo?

—Le dijeron que comenzaría esta semana y con su esposa querían que su hijo, Scott, se quedase hasta que le den las notas de su colegio. ¿Qué dices?

—¿Con qué cosa?— Había un poco de nerviosismo en su voz

—Juntarnos con Drew, podría decirle que venga a comer aquí mañana por la noche.

—Pues, es tu primo, puedes juntarte con él cuando quieras Nick.

—Vamos Judy, no me esquives, quiero que estés presente. — El agua ya estaba fría, ella salió de la ducha y fue a por una toalla—. Estuve pensando y tarde o temprano tendremos que dar a conocer nuestra relación, no podemos escondernos de por vida.

—Sólo crucé palabras con Drew cuando casi pasas para el otro lado, además de que no sé si es momento para que alguno de nuestros familiares sepa algo.

—Es un buen momento, estaremos juntos en la ZPD todo el día y… ya sabes, los demás pueden sospechar. Necesitaremos tener a alguien con quien apoyarnos.

—Tenemos a Finnick. — El zorro cerró el agua, odiaba ducharse con agua fría, volvería a ducharse al volver del trabajo.

—Es el único, además de que hace rato que me está evitando. Necesitamos que nuestras familias nos sostengan si algo sale mal.

—¿Decirle a mi familia que salgo contigo? Esa no es una muy buena idea.

—Les caí muy bien después de salvarte la vida, pero no nos desviemos, Drew guardará nuestro secreto, sólo hay que juntarnos y explicarle. — Le lanzó una toalla para que se seque y se puso su remera y ropa interior.

—No estoy muy segura de esto, Nick… pero si así lo quieres está bien, hablaremos con tu primo sobre lo nuestro.

—Eres la mejor. — Todavía tiritando de frío y, con cuidado para no resbalarse, caminó hacia ella y le dio un beso en la frente —. Me estoy congelando, iré a por más ropa.

—Hubieras traído cuanto menos un pantalón, zorro tonto.


. . . . . . . . . .

Nick estacionó su vehículo frente a la ZPD y observó detenidamente las afueras del lugar. Después del tiroteo volvió un par de veces para visitar a sus compañeros, pero esta vez era diferente, estaba ahí porque la vida le dio la oportunidad de seguir. Judy por su parte sonrió al verlo tan absorto en sus pensamientos, puso su mano sobre la suya y lo hizo volver en sí, ya era hora.

Inspiró profundo previo a ingresar al establecimiento y puso el rostro más serio que pudo, no quería admitirlo pero en verdad estaba feliz de volver. Tal y como hacía antes, se acercó a Garraza, juraría que el cheetah había bajado un par de kilos. Extendió su mano para saludarlo, pero en lugar de eso el regordete felino lo abrazó con todas sus fuerzas. "Más despacio Ben, no creo que Bogo me dé otra licencia.", después de soltarlo otros oficiales más se acercaron a él, Colmillar, McCuerno, Delgato, Francine, todos se arrimaron y uno a uno lo saludaron de camino a la sala de reuniones.

Quienes no saludaron al zorro en un principio lo llevaron al fondo de la habitación y le dieron la clásica bienvenida que le dan a los cumpleañeros o a los novatos cuando recién entran en la ZPD. "¡Cuidados chicos! ¡Ya vimos que es muy delicado y puede romperse!", gritó la única coneja presente mientras varios gritos y rugidos se escuchaban en el tumulto. Nick volvió a su silla completamente desarreglado y con uno que otro moretón, juraría que fue Lobato quien se pasó de la raya.

Todo fue silencio cuando la puerta se abrió de golpe, así como todo fue confusión cuando vieron que en lugar de Bogo era Garraza quien entraba con las asignaciones del día. "¿Tanto me odia el sargento sonrisas que no quiere venir a darme la bienvenida?", como era de suponerse, el comentario de Nick no se hizo esperar.

"Colmillar, Lobato, Osorio, les toca Tundratown", los tres mencionados se pusieron de pie y tomaron los informes que el cheetah les dio. "McCuerno, Rinowitz y Francine, Distrito Forestal", mismo acto que los anteriores. Pasados un par de minutos, llegó el turno de los últimos dos presentes. "Wilde, Hopps, el jefe Bogo los espera en su despacho".

Se acercaron a Ben y preguntaron si todo se encontraba en orden, pero poco y nada sabía el recepcionista. "Tengo entendido que está con animales de otras agencias, es algo que parece importante". Desde que Judy llegó a la ZPD el búfalo nunca se ausentó un solo día para dar las asignaciones a sus oficiales, era evidente que era importante.

Recorrieron el pasillo hasta llegar a la oficina de su jefe, golpearon la puerta antes de entrar sabiendo que de lo contrario se enojaría bastante. "Adelante", ordenó Bogo y ambos se adentraron en su despacho, tal y como dijo Garraza el búfalo no estaba solo. Junto a su jefe se encontraban un lobo, una zorra ártica y un conejo con tres líneas negras en cada mejilla. "Supongo que ya podemos comenzar", indicó el lobo mientras Bogo asentía.

—Wilde, Hopps les presento a Leonard Clarke, del ZBI. — El lobo, de apariencia seria y con unos treinta y tantos encima, se puso de pie y saludó a los recién llegados —. Ellos son los agentes especiales Jack Savage y Skye Steppefurd, de la ZIA. — Ambos permanecieron sentados pero hicieron una reverencia con la cabeza. Mientras el conejo permanecía serio la zorra tenía una apariencia más apacible y amable.

—Los cinco nos adentraremos en un trabajo que trascenderá las diferentes agencias de Zootopia — explicó el lobo—. Siempre y cuando, claro, quieran estar dentro.

—Antes de darles información de cualquier tipo, quiero saber si están de acuerdo con trabajar aquí. Sus horarios dejarán de ser fijos y sólo se concentrarán en el caso, es muy diferente a cualquier cosa en la que hayan trabajado antes.

—¿Judy? — Con decisión, la coneja asintió a su compañero. — Cuente con nosotros jefe.

—De acuerdo Wilde, será un gusto contar con su ayuda. — ambos tomaron asiento en lo que era un semicírculo que se enfrentaba al escritorio del jefe de la ZPD —. Por cierto, es un placer tenerte con nosotros otra vez Wilde, se te ha extrañado, en cierta forma…

—Yo también lo extrañé, jefe, las mañanas no eran lo mismo sin su buena vibra y afecto.

—No me obligues a regañarte frente a tus nuevos compañeros, Wilde. — El zorro sonrió tímidamente y optó por cerrar el hocico—. Hace un par de meses hubo un motín en la prisión de nuestra ciudad, después de recibir algún tipo de ayuda externa varios presos se fugaron de allí.

—Los noticieros no pararon de hablar de ello, lo recuerdo. — Ante el comentario de Judy, la zorra presente se cruzó de brazos —. Se culpó a la ZIA por lo ocurrido, el nuevo sistema de seguridad que propusieron falló.

—No es nada que necesitemos recordar, agente Hopps. — Skye hizo uso de su voz por primera vez desde que los agentes de la ZPD ingresaron en el despacho, ya no parecía tan apacible —. Volvamos a lo importante, por favor.

—A la prisión llegaban convictos de todos lados, no eran sólo de Zootopia. — Bogo puso frente a ellos una pila de expedientes—. Fueron veintiocho presos los que escaparon, de los cuales cinco aparecieron anoche. — Los cinco expedientes estaban en la cima de la pila, Bogo los repartió entre zorros y conejos.

—Dos de ellos asaltaron una tienda en Tundratown, otro robó un vehículo y logró escapar a la persecución que se dio en el Distrito Forestal, el último par ocasionó un incendio en una escuela que está en Cactus Grove, se terminaron robando el camión de los bomberos. — Por lo visto, Clarke ya estaba al tanto de todo —. Ocurrió todo en simultáneo a las ocho de la noche, las fuerzas de la ZPD se tuvieron que repartir a través de los diferentes distritos.

—¿Esto guarda relación con el suicidio de Savannah Central? — El lobo sonrió ante el comentario del astuto zorro—. Los noticieros dicen que las ambulancias y fuerzas de la ZPD tardaron en llegar al lugar, la hora coincide.

—Si bien los medios dicen que fue un suicido, la víctima se terminó lanzando a punta de pistola.— Savage abrió un expediente y dejó una foto a la vista de todos —. Nos llegó una grabación que por ahora no ha salido a los medios, esta es la única imagen que tenemos del asesino.

—¿Un tigre encapuchado? — Judy dejó entrever cierta curiosidad —. ¿Hay algún expediente de algún tigre entre los de los convictos?

—Posiblemente sea uno de los contactos que los ayudó a salir, el único tigre entre los convictos era un tigre blanco, este era anaranjado. — Instintivamente Nick bajó la vista y observó sus brazos. Bogo giró su monitor para que vieran la grabación que recibió la ZIA—. El incidente ocurrió en la terraza del edificio donde trabajaba la víctima, un león llamado Albert Anderson. Era corredor de bolsa, soltero, no tenía parientes aparte de su padre, un viejo con Alzheimer.

—¿Alguien quiere agregar algo antes de ver el video? — Todos negaron con la cabeza ante el comentario de Leonard Clarke —. Adelante, ponlo Bogo.

La grabación comenzaba con el león observando la nada misma mientras hablaba con alguien por teléfono, el tono de voz era apenas audible pero no lograban sacar nada. A sus espaldas se encontraba el tigre cruzado de brazos, esperando a que la llamada termine. Después de que dijese su nombre se volteó, aunque no se mostró del todo sorprendido en un inicio.

"¿Qué haces con ese arma Tora?", su tono de voz parecía ahora más preocupado. Mientras el tigre avanzaba, el león retrocedía lentamente, de todos modos no podría retroceder demasiado sin caer. "Ya hablé con Arcagma, no tiene por qué terminar así.", tomando el arma con sus dos manos, el tigre comenzó a apuntar al león que antes lo llamó por su nombre. "Si saltas le perdonaremos la vida a tu padre, si me obligas a dispararte él te acompañará esta misma noche.", la víctima suplicó una y otra vez, pero el tigre hacía oídos sordos a sus dichos. Quitó el seguro de su arma y antes de presionar el gatillo Anderson aceptó su propuesta.

Con mucha lentitud giró sobre sí mismo y se acercó al borde del edificio. Miró abajo en lo que fue un tonto error, un escalofrío lo llevó a retroceder. Observó al tigre sobre su hombro y lo maldijo a él y a todos sus secuaces, volvería a su posición inicial para después de unos segundos saltar y acabar con su vida. Sin efectuar gesto alguno, el felino anaranjado se retiró del lugar y la grabación terminó por cortarse.

Ninguno de los presentes comentó nada sobre el hecho, un incómodo silencio invadió el despacho de Bogo. "Eso fue fatal", exclamó la coneja rompiendo la tensión del ambiente. El búfalo volvió a acomodar su monitor y les dirigió una mirada en particular a sus dos agentes. "¿Algo que acotar?", ante la pregunta Judy sólo bajó la vista, pero Nick por su parte pudo llegar a una que otra conclusión.

—Es obvio que se conocían pero no directamente, al menos no por sus nombres verdaderos. Además está es tal Arcagma… ha de ser el puente entre ambos, tal vez su líder. — No estaba aportando nada que nadie no supiera, decidió ir más allá —. No podemos saber mucho más… pero rescato un par de cosas del tigre. Si bien no dispara, claramente sujeta mal el arma, es un tanto novato o no tiene experiencia.

—Es normal apuntar con dos manos, muchos lo hacen — acotó Savage sin dirigirle la mirada—. Si no tienes nada interesante que aportar podríamos continuar con otra cosa.

—La sujeta de principio a fin de la escena con cierto nerviosismo, tiene ligeros temblores y la agarra con su mano menos hábil para que la derecha aguante mejor el retroceso, de disparar seguramente habría fallado.

—¿Y cómo no saber si era zurdo?

—Por favor… toma el arma con la zurda pero usa la mira con el ojo derecho y cierra el izquierdo, no tiene sentido.

—El ojo dominante no siempre se corresponde al de la mano hábil, Wilde. — Savage seguía replicando a los comentarios de Nick, el conejo no sabía darse por vencido.

—El tipo es derecho, fíjate que segundos atrás se guarda su teléfono en el bolsillo derecho.

—De todos modos no es un dato relevante, novato o no anda suelto por ahí y no tenemos nada para saber quién es.

—Sabemos que no es un sicario contratado ni un ataque de mafias, no es un dato irrelevante. — Ya con ese argumento Savage se quedó sin nada que decir.

—Wilde tiene razón. — El zorro sonrió ante el apoyo de su jefe, mientras el conejo sólo bufó molesto—. Si acerco la cámara se ve que tiene pequeños temblores, además de que cierra su ojo izquierdo.

—Muy buen ojo, agente Wilde — exclamó la zorra con una seductora sonrisa, Judy bufó de molestia como lo hizo Savage previamente.

—¿Hay algún indicio de cómo entró al lugar este tal "Tora"? — preguntó Judy observando de reojo a Skye, estaba demasiado cerca de Nick y eso no le agradaba en absoluto.

—Borraron todas las grabaciones entre las 19:45 y las 20:12, esta inclusive no estaba entre el material que nos dieron desde la empresa. — La afirmación de Bogo era bastante extraña. Si no querían que nada de esto se supiera, si querían hacer ver todo como un suicidio… ¿Por qué hacer llegar este video a la ZIA? — Sé qué es lo que te has de estar preguntando, Hopps, esto carece de sentido.

—Sabemos que Anderson tenía una pequeña fortuna, fue uno de los corredores de bolsa con más proyección en los últimos dos años. Bonos, préstamos, uno que otro favor, el tipo no era necesariamente pobre. — Clarke le entregó el expediente a Judy —. Hace unos dos meses transfirió la gran mayoría de su dinero a cuentas paralelas, ahora mismo todas están vacías.

—Eso no es algo de lo que se nos notificase — indicó Skye—. ¿Tenía alguna causa abierta?

—El ZBI le puso el ojo hace un par de meses, le seguimos sus pasos después de varias denuncias de enriquecimiento ilícito. Sus cuentas aparecieron hace no más de dos semanas, no eran para nada pequeñas.

—Leonard y su excompañero eran quienes llevaban a cabo el caso de Anderson, por eso está hoy presente — explicó Bogo que se puso de pie —. Ahora que ya tenemos todas las cartas sobre la mesa tendríamos que avanzar de algún modo, si no hay nada más que agregar sugeriría que nos dividamos en tres grupos, hay que entrevistar nosotros mismos a las víctimas de los cinco convictos.

—Movilizaré un par de contactos, si alguien sabe algo más de lo que pasó en Tundratown nos lo harán saber. — Por contactos, Judy entendió que Nick hacía referencia a Finnick y a los hombres de Big.

—Savage y Steppefurd, vayan a la escuela incendiada en Sahara Square, Wilde y Hopps a Tundratown, yo iré con Clarke al Distrito Forestal. Por hoy podré ayudarlos, pero posiblemente en el futuro estaré más limitado con otras obligaciones.

Todos se pusieron de pie, Bogo y Clarke salieron en primer lugar, seguidos de la pareja de la ZIA, Nick y Judy se quedaron revisando los expedientes. "Los de Tundratown fueron estos dos", la coneja le pasó a su compañero los dos archivos. Uno correspondía a un lince llamado Stephen Reynolds, acusado de robar tres gasolineras a mano armada y asesinar al dueño de una de ellas. El otro expediente correspondía a una mapache, Sarah Langley, una falsificadora y ladrona de guante blanco.

Sin detenerse mucho más, salieron de la habitación y decidieron encaminarse hacia recepción, le avisarían a Ben que se llevaban una de las patrullas y firmarían el permiso correspondiente. En cuanto terminaron Garraza les preguntó de qué había ido la reunión, pero Nick contestó que era "clasificado". Era muy reconfortante decirlo por alguna razón.

Ya de camino a la patrulla se toparon con los agentes de la ZIA discutiendo por lo bajo. Pasaron de ellos, pero Savage llamó al zorro por su apellido. "¿Tienes un minuto para hablar?", los dos machos se separaron de las hembras y se acercaron, mientras el conejo estaba un tanto serio Nick tenía cierta curiosidad por lo que tenía para decirle.

—Yo… estuve hablando con Skye y… sé que no fui del todo profesional durante la reunión. — El zorro arqueó una ceja, de todo lo que podía esperar de Savage lo último era una disculpa —. Estoy desde hace algunas horas trabajando en esto y estoy bastante irritable por la mezcla de estrés y las pocas horas de sueño, lamento… lamento haberte hablado de ese modo.

—Está bien… ¿Jack, no? Aprecio mucho el gesto, espero que podamos resolver esto pronto. — Le extendió su mano.

—Gracias, Nick, yo también espero que esto no nos demande mucho más tiempo. — Después de darse las palmas, cada uno siguió su camino. La zorra le dirigió una sonrisa a su compañero mientras Judy observó al suyo un tanto molesta.

"¿Qué fue lo que te dijo, Nick?", preguntó la coneja viendo de reojo cómo los agentes de la ZIA se alejaban. Subieron a la patrulla y Nick le comentó de la disculpa del agente Savage. "Skye lo mandó a disculparse, el tipo es patético", Judy no pudo evitar suspirar con molestia, cosa que el zorro no dejaría pasar por alto.

—¿Tienes algún problema Judy-Dudy?

—Sí, dos de hecho. — El zorro sonrió con cierta picardía, le gustaba verla molesta —. En primer lugar, sólo mi padre puede llamarme así.

—Ya puedo imaginarme tu segundo problema… creo que tiene algo que ver con la agente Steppefurd.

—¿Has visto esa sonrisa de tonta que pone? ¡Santas zanahorias! ¿Y el modo en que me habló? Podría… no sé… ser más amable, evitar seducir a mi compañero, actuar como si fuese una verdadera agente.

—No puedes culparla, sabes que soy irresistible.

—Mientras hablabas con Savage no paró de mirarte ni por un segundo, seguro usó a su compañero para estudiarte detenidamente.

—En ese caso adoro ser estudiado — exclamó mientras se llevaba las manos a la nuca y se recostaba sobre el asiento, la coneja le dirigió una mirada fatal —. También me gusta cuando te pones así de celosa, por cierto. Tu nariz empieza a temblar y eso es demasiado tierno.

—¿Sabes qué será tierno? Te dejaré toda una semana sin esto — dijo señalándose a sí misma —. Tu histeria sí que será tierna

—Vamos Pelusa, eso no es justo, ni siquiera le hablé.

—Ni le hablarás a menos que no sea nada del trabajo.

—De acuerdo jefa, no entablaré amistad con ninguna hembra de mi especie ni de ninguna otra, mi corazón sólo le pertenecerá a usted.

—Hablo en serio Nick, no me molestaría que sean sólo amigos, pero sus intenciones son claras.

—¿Qué piensas si después de entrevistar a las víctimas y buscar algunos testigos nos tomamos un rato a solas? Podría demostrarte mi fidelidad mientras te acomodas en mi regazo.

—Tenemos que volver a la estación, zorro tonto.

—Bogo no dijo nada de eso…— La miraba fijamente, aunque no necesariamente a los ojos —. Vamos, piénsalo, esta patrulla podría ser testigo de nuestro amor.

—Yo… lo pensaré. — El zorro sonrió con satisfacción —. Pero esta noche, a cambio, haremos lo que yo quiera. — Su sonrisa se borró por completo—. Ya llegamos, Nick.

El negocio que habían robado los dos ex-convictos resultó ser una farmacia. Los empleados mantenían el lugar cerrado para los clientes dado que todavía no habían limpiado el desorden de la noche previa. "Tomaron algunas cosas, pero rompieron muchas otras, no creo poder decirles qué se llevaron además del dinero."

El sólo hecho de que fuera una farmacia lo hacía extraño, de por sí no había mucho dinero si es que la mayoría de los animales iba con las recetas cubiertas por la aseguradora médica de Zootopia, que si bien no era tan cara como otras aseguradoras tenía un muy buen servicio. "Tal vez buscaban algún tipo de droga en específico, es ilógico el lío que hicieron", sinsentido, ilógico, extraño, las palabras revoloteaban alrededor de todo lo relacionado al caso. "Él era muy violento pero ella no tanto, de hecho lo obligó a calmarse y le gritó una vez para ponerlo en su sitio.", en cuanto preguntaron por las cámaras de video el ciervo, que por lo general atendía a los clientes, afirmó que los ladrones las destruyeron a balazos.

Preguntas más, preguntas menos, no sacaron nada del todo importante. Se despidieron de los empleados con los que hablaron y un tanto frustrados volvieron a la patrulla, el día era largo y antes de que llegase la hora de almorzar querían encontrar algo que les sirviera. "Ninguno de los dos tiene enfermedades conocidas, la medicación que robaron ha de ser para alguien más.", Judy asintió mientras se abrochaba el cinturón, revisó su teléfono para ver si no había ninguna novedad cuando algo la alertó.

"¡Abajo Nick!", gritó al ver un punto rojo apuntando en su rostro, desesperado el zorro acató su orden pero no habría ningún disparo. Con cierto temor ambos se asomaron segundos después, el haz rojizo llegaba a ellos a través de un puntero laser que apuntaba alguien desde la vereda del lado contrario a donde estaban ellos.

"No puede ser", la coneja quitó su cinturón de seguridad e inmediatamente comenzó a correr tras la bromista, una mapache llamada Sarah Langley cuyo expediente estuvo leyendo desde que salió de la reunión en el despacho de Bogo. La ladrona se adentró a través de un callejón, sería imposible ir con el vehículo. Sin siquiera prestar atención a si algún vehículo pasaba, ambos policías fueron tras ella.

"Atención a todas las unidades, aquí Hopps en persecución a pie. Estamos detrás de Sarah Langley, repito, estamos detrás de Sarah Langley.", la coneja no recibió respuesta alguna a través de su intercomunicador. "¡Espera Judy! ¡Podría guiarnos a una trampa!", el zorro tenía razón, pero aun así decidió hacer oídos sordos, giraron hacia la derecha. Dentro de poco la alcanzarían, estaba a sólo unos pocos metros, recortaron mucha distancia.

"¡Maldita sea Judy!", gritó el zorro desesperado, ya había vivido algo similar meses atrás, cuando su compañera se negó a parar. Desde un punto ciego, Wilde fue embestido por quien acompañó a Langley durante el robo de la noche previa. Stephen Reynolds no tuvo dificultad alguna al derribar al zorro, que rápidamente se reincorporó y golpeó al lince para sacárselo de encima. Si bien no tuvo buenos resultados, Judy se impulsó y saltó para patear a Reynolds desde su izquierda.

"¿Estás bien?", preguntó la coneja preocupada por su compañero, el zorro sólo se llevó la mano a la nuca para calmar el dolor, estaba muy enojado con ella. "¿Cuándo mierda piensas parar, Zanahorias? ¡No te cansas de llevarnos hacia la muerte! ¿¡Por qué no piensas un poco!?", no era momento para que pelearan entre ellos, todavía estaban presentes los dos ladrones. Sin meditarlo dos veces, ambos levantaron sus armas y apuntaron a los ex-convictos, pero la mapache lanzó una bola de humo que los obligó a cerrar los ojos.

Esta vez Reynolds fue a por la coneja, pero el zorro se interpuso entre él y su objetivo dando rienda a un enfrentamiento entre ambos. Judy por su parte apuntó al lugar donde estuvo Langley momentos atrás, pero ya era tarde, la mapache se perdió en la nube de humo y fue a por Nick. Los reflejos del vulpino no fueron suficientes para prevenir el ataque de la ladrona que tenía un puñal en su mano.

"No otra vez", al ver a Nick caer con todo el peso de su cuerpo y completamente inerte, la culpa y el dolor se apoderaron de ella. Como si no hubiese sido suficiente la otra vez, nuevamente cayó en los mismos errores. Sin pensar en absolutamente nada levantó su arma y apuntó a Reynolds, pero Langley era muy rápida y le lanzó su cuchillo, el mango del mismo le daría en la frente haciéndola caer.

Dejando de lado el dolor ocasionado en el golpe volvió a ponerse de pie, Reynolds le propinó un fuerte zarpazo en su mejilla derecha. En cuanto volvió a intentar pararse, el lince volvió a golpearla, pero esta vez lanzó un puñetazo directo a su nariz. "¡Quédate donde estás, polizonte!" Mientras sus fuerzas se desvanecían sólo era capaz de observar a ese tonto zorro, vaya regreso que tuvieron como pareja de la ZPD. Como muchas otras veces lo había arruinado, como muchas otras veces Nick pagaría las consecuencias por ella, parecía ser el fin para ambos. Escucharía cómo Langley habló con alguien, antes de cerrar los ojos y quedar completamente inconsciente. "Nos vemos en el cruce entre Colinas Nevadas y Calle Ventisca, esta noche a las ocho."


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Nota de autor: pues bien hasta aquí llega el primer capítulo, espero poder haberlos entretenido un poco. Un regreso esperado después de varios meses, Nick y Judy juntos ya desde un inicio, un trabajo bastante interesante que Bogo propone a ambos. ZIA, ZBI, ZPD, las tres agencias involucradas alrededor de un falso suicidio, donde hay implicados ex-convictos que escaparon de un motín, donde la información pese a buscar mantenerse oculta es revelada con la grabación del tal Tora. Han de ser cosas de todos los días en el mundo de los fanfics, ¿verdad?

Por ser el primer capítulo no los molestaré mucho con esta nota, además de que estoy bastante oxidado como para esto... Espero sus comentarios, mensajes y típica buena onda, cualquier cosa que les haya gustado, o no, me lo hacen saber, respondo a todos por privado. Me despido por ahora, espero que nos estemos leyendo pronto, hasta pronto ;)