Y ha llegado el capítulo final *suspiro* no pense que llegaria este dia tan pronto TnT es jorrible pero bueeeeh...

Gracias a toda slas followers que han seguido el fic cual fantasmistas :v se les quiere a pesar de su inexistencia física y gracias a:

—Adriana454 —Minako Gou —Pau-Neko —Nanami Katsuki —Pelu-chan16 —Gabyakiko —Megalex —Yuu Scarlett —BloodyRosechan97 —Soul Malfoy —Michrosett—Nikona —Mariko VFamilia —Niknok19 —Deih —lectorafantasma —laraila —LilianaTaisho — Espiritu del Bosque

Por comentar :'3 las adoro. Bueno pero ya no extiendo mas esto para que lean el final
advertencia: Dragofilia, cameo o introducción de personajes ajenos a YOI, final horrible


Te prometo un "Por siempre" ahora.

Do Kontsa

Yuuri lo guiaba hasta la cueva hecha a base de magma solidificado, el aroma a sangre tan fuerte no causaba sorpresa, después de todo era un aroma que había quedado medianamente en su aliento. El omega parecía tranquilo, tan recto como si aún fuese su deber parecer una casta distinta. El gruñido al entrar no se hizo esperar en lo más mínimo.

—Si alguno de los dos se atreve a siquiera tocarlo…—amenazó Isabella con tono rabioso, a la defensiva y con intenciones de atacarlos si hacían el más mínimo intento de hacerle algo al Alfa inconsciente tras ella. Jean estaba echado en el suelo, de lado y en su espalda se podían vislumbrar escamas que sin dudas eran de Isabella.

—No hemos venido a hacerle nada, de hecho, vine a ver cómo estaba—la chica lo miró sorprendida, se había imaginado el peor escenario y temía por su pareja. Yuuri se acercó a ella y de entre su ropa saco un frasco de cristal—Aquí hay lágrimas de Fénix, rocíalas en su espalda y sanará—indico e Isabella lo tomo con manos temblorosa.

—Pensé que lo… que ibas a…—se mordió un labio con ganas de llorar.

—No tiene por qué irse de la manada, aquí somos familia aun cuando no todos van a personar lo que hizo. Ya no soy el Alfa, lo sabes, cualquier cosa que ocurra de ahora en adelante en base a él será responsabilidad mía y tuya, eso claro si pretendes seguirlo cuidando.

— ¡POR SUPUESTO QUE LO HARÉ! —exclamó con lágrimas en los ojos. Viktor no podía negar que el amor que se tenían esos dos era muy real, de las pocas veces que los había visto juntos, con solo sus miradas se notaba ese cariño que él tenía por Yuuri, lo que había que pensar a fondo es ¿Por qué la obsesión de Jean por estar con cada Omega de la manada estando feliz con alguien ya?

—Bien entonces—suspiro con una ligera sonrisa.

—No me jodas que ahora te preocupas por mí—Viktor dio unos cuantos pasos adelante, más exactamente frente a Yuuri, Jean se sentó, notablemente exhausto. —Anda, di que me piensas abandonar a mi suerte de una puta vez.

—Aunque la idea me fascine como no tienes idea, Yuuri tiene razón en algo y es que aquí son una familia. Una que será muy rencorosa contra ti por lo que hiciste, pero esas son cosas que se podrán dejar pasar en un tiempo—se encogió suavemente de hombros, el alfa parecía aún rabioso.

— ¿¡Y ENTONCES QUE!? ME DEJARÁS POR AQUÍ POR COMO SI NADA—Isabella lo sujeto para que nos e moviera, el olor a sangre aumento levemente.

— ¿Qué más castigo quieres? ¿Eres masoquista? —Viktor alzó una ceja, confuso, sus alas no volverían a crecer, no era algo tan simple como la cola de un lagarto y a menos que alguien retrocediera el tiempo, Jean estaba confinado al suelo después de muchos años en el aire por decirlo de alguna manera.

—Es suficiente con tus alas y el hecho de que Nadie va a perdonarte lo que hiciste, mira que traer humanos aquí solo por algo así. —bufo Yuuri—Vamos—tomo la mano de Viktor y lo empezó a jalar—Por cierto, ten cuidado cuando salgas, no creo que me hagan mucho caso en cuanto a dejarte tranquilo—advirtió.

— ¿Por qué ser tan bueno con él?

—Todos en esta vida se equivocan, hacen tonterías y demás… La de él no trajo ninguna pérdida grande más allá de tiempo y cierto sufrimiento, no veo porque condenarlo para siempre por algo así—Viktor tomó el rostro de Yuuri entre sus manos, eran imposible no adorar ese corazón tan bondadoso, capaz de perdonar algo como lo que hizo. — ¿Viktor?

—Me siento demasiado afortunado de que seas mi Omega—sonrió dándole un pequeño beso en los labios— ¿Ahora qué hacemos? Dos días de estar durmiendo no creo que hagan mucho bien a quién supone lidera—se burló un poco de sí mismo.

—Como ves están organizando todo para la fiesta, será en un mes… o lo que tarde Yuri en parir—El peli plata se aguantó la risa, realmente el rubio casi se pone histérico diciendo que no iba a quedarse como mero espectador en esa festividad, menos si Yuuri sería quien fungiría como principal en esto. —Solo queda esperar y vigilar todo como siempre, nada fuera de lo—un ligero empujón lo hizo detener su hablar, Viktor se asomó, notando a Lelouch abrazándose a la cintura de Yuuri—Hey

— ¿Ya estás bien? No me dejaban ir a verte—hizo un ligero puchero, con ropa nueva y limpia con al que lucía adorable, a decir verdad—Estaba preocupado.

—Estoy perfecto—lo cargo, frotando su mejilla con la del niño y gorgoteando—Gracias por preocuparte ¿Qué estuviste haciendo? Estas cómodo aquí—preguntó mirándolo.

— ¡Si! Muchos niños quieren jugar conmigo—celebró como si esto fuera una anomalía—Y Suzaku me dejó quedarme en su cueva con sus hermanos Euphy, Nunnally y Cornelia. Aunque no dejan de decirme que soy un humano ¿Es malo?

—No lo dicen con mala intención, es solo que los impresionas—aseguro Viktor jalando suavemente una de las mejillas. —Quizás termines siendo como yo—sonrió divertido, era posible, aunque iba a rezar que a él no le fuese tan doloroso.

—Ummm… Tú y Yuuri son pareja ¿No? —preguntó con una mano en la barbilla.

—Si ¿Por qué la pregunta? —ladeo un poco la cabeza.

— Entonces eres mi Papá ¿no? —era demasiado adorable para su propio bien el desgraciado niño, Viktor jalo ambas mejillas— ¡Eso duele!

—Si no fuera por los ojos enserio creería que es hijo nuestro ¿Cómo puedes ser tan tierno como Yuuri? —se preguntaba con el ceño levemente fruncido.

— ¡Lelouch, vamos a la playa! —llamó un niño de cabello castaño y grandes ojos verdes, un par de alas pequeñas en su espalda y escamas en las manos. Yuuri bajo a Lelouch que le dio un besito en la mejilla.

— ¡Nos vemos más tarde! — salió corriendo para unirse a el pequeño y recién formado grupo de niños, dos hembras de cabello rosa y una de cabello cenizo.

—Se adaptó bastante rápido.

—Quizás porque él no se estaba haciendo preguntas tontas o pensando en volver—hizo un puchero mirando al Omega—Es chiste Viktya, solo quería bromear un poco contigo—dijo dándole un abrazo, Viktor soplo el pequeño mechón de su rostro—Eso me recuerda… No sabes volar ¿Cierto?

—apenas puedo caminar con estas en la espalda, no me hables de separarme del suelo—su expresión le causó gracia a Yuuri, un fuerte golpe lo hizo abrazarse al Omega— ¿Y eso que fue? —preguntó temblando de pies a cabeza, que fuese dragón no quitaba que no conocía prácticamente nada y lo que sea que causó dicho golpe y ligero temblor podría querer pelear.

—Asumo que será… De hecho, lo podemos ver desde aquí—Viktor alzó la mirada, debía ser una puta broma que ESO fuera real.

—¿¡PORQUE HAY UN DRAGÓN CINCO VECES MÁS GRANDE QUE YO!? —preguntó espantado al 120%. Dicho dragón, de escamas marrones tirando a Beige se acercó, bajando la cabeza hasta quedar a su altura.

—Tardaste en llegar, Sangwoo—acaricio su hocico, parecía tener una sonrisa maligna o psicópata si lo analizabas. —te esperaba antes.

—Cazar Krakens no es fácil— se burló suavemente—Mucho menos acabar con otros dragones que se acercaran, por el contrario, traje un par de Krakens, oí que habría fiesta.

—Así es, quizás no muy pronto, pero habrá, deberías quedarte hasta ese día.

—Ummm…

—Oh, él es nuestro nuevo Alfa, Viktor—presento, aunque el peli plata parecía a punto de desmayarse.

—vaya~ Ya mami no es el Alfa, que lastima, era muy feliz acatando sus órdenes, más te vale no hacer tonterías enano—se burló—Iré a mi cueva—aviso. Viktor logró vislumbrar algo en el lomo de Sangwoo.

—Tómalo con calma… por favor—pidió sonriendo algo incómodo. Para sorpresa de Viktor al cambiar de forma era un adolescente -uno con espalda un poco más ancha que la suya, ojeroso, piel morena y cabello corto castaño. Junto a él, casi mágicamente -suponía que era eso que vio encima- había otro muchacho esquelético prácticamente, de cachetes gorditos y cabello negro. —Y no hagas tonterías por favor.

—Por supuesto que no—sonrió falsamente, queriendo mostrar alguna especie de inocencia o buena intención, pasó un brazo por encima del muchacho, que era considerablemente más bajo de estatura—Despídete Bum. —apenas hizo un gesto con la mano, luego ambos se alejaron, el peli plata se percató de una ligera cojera en el más bajo.

—Ellos... ¿Quiénes son? —preguntó. Yuuri comenzó a caminar, ambos en camino a su cueva nuevamente.

—Sangwoo y Bum. Son una pareja un poco más extraña de lo usual… Las dragonas de Luz llamaron a Bum "La Lisiada" —una risa nasal de parte de Viktor le hizo mirarlo—Hey, no te burles de él, podrá ser masoquista, pero al final del día es problema suyo.

—Es que… es chistoso, admítelo. Lo que no entiendo es porque él es tan enorme ¿No se supone que el alfa es el más grande la manada?

—Es una especie muy rara y casi inexistente, su única manera de defenderse es su tamaño, no escupe fuego, hielo, nada. La zona de su estómago es muy vulnerable y es un poco lento, más que una ventaja, su tamaño es un problema—explicó y Viktor ladeo la cabeza—Viene muy pocas veces al año, no tenía manada y lo adopte hace unos 10 años, tiene 90.

—No aparenta 90, si tú tienes más de 200 el mínimo debería tener 150, es más alto y adulto que tú—frunció el entrecejo, había cosas que simplemente eran absurdas, pero quizás podría tomarse como cosa de cada raza—Yo no puedo hablar mucho, considerando que tengo 27 y ahora parezco haber vuelto a mi adolescencia.

—Me gusta tu cabello—sonrió mirando el cabello atado en una cola de caballo para que no se viniera al rostro más allá del típico fleco—Y bien, es por su raza, Bum por su lado es un dragón de tierra, apenas vuela, siempre tiene las alas rotas. Eso me recuerda que debo darte explicación de cada especie de dragón, así no estarás tan confuso.

—Por favor mi adorable maestro, enséñeme—lo abrazo por la espalda, apoyando la barbilla en su coronilla—Siento que mi esfuerzo en la escuela se fue a la mierda…

—Hay tiempo, no tenemos por qué apurarnos—se rió tomando los brazos de Viktor que rodeaban su cuello— ¿Por dónde quieres empezar?


—Tengo la ligera impresión de que te gustan las capas—sonrió divertido, Yuuri lo estaba arreglando como si fuese un niño pequeño… O más bien, como si fuese Lelouch, quién correteaba por todos lados junto a Suzaku -ese pequeño Alfa ya le tenía el ojo montado, podía saberlo por el olor que emanaba al verlo-

—Es solo que a ti te lucen muy bien—se carcajeo suavemente—Un mes y medio y hasta ahora hacemos esto… Mira que decepción—suspiro, Viktor tomo su rostro e hizo un pequeño beso esquimal.

—No importa, al menos ahora si me lo merezco.

Ese mes había sido de una presentación a los grupos más cercanos y conocidos, las sirenas, unicornios, Naga, elfos y Hadas parecían bastante conformes con el cambio, sabiendo que estando bajo esa especie de tutela de Yuuri, Viktor sería incapaz de hacer alguna tontería que amenazara la paz que predominaba siempre en el bello mundo. Por otro lado, y mucho más importante, habiéndolo discutido fuertemente entre cada especie se decidió cerrar la entrada por tierra al mundo humano.

Si había ocurrió una vez, pasaría de nuevo y se temía mucho este detalle, después de todo estaban las especies más vulnerables que no podrían hacer nada para defenderse. Las únicas entradas ahora activas eran de cielo y mar, ambas imposible de encontrar por los humanos, puesto que la entrada marina se encontraba a un nivel que ni las máquinas podían acceder, un curioso lugar llamado "Castillo de Loki", demasiado escondido para poder ser hallada, mucho menos usada por ellos.

Por otro lado, la entrada de aire cambiaba de lugar cada cierto tiempo, nunca fija. Un día podía estar encima de Rusia y al otro sobre la misma Antártida. Viktor había sugerido cerrar esta también, pues existiendo tanta nave aérea aún en progreso, alguna podía accidentalmente entrar, aun con todo no se efectuó esto, esperando un tiempo prudente a ver si era enserio necesario.

Se vio en el enorme espejo de hielo que había hecho mientras dormía -Yuuri escupía cristal avergonzado y el hielo mientras dormía, menudo par-. El traje ligeramente parecido al que suele usar siempre, una gruesa capa blanca con lunares negros y una cadena de oro que la sostenía… Parecía una especie de rey con eso puesto.

—Llevo tiempo preguntándome porque no te cambias en frente mio, pero tu si puedes vestirme—comentó viéndolo de forma pícara, Yuuri se puso colorado hasta las orejas, comenzando a toser, Viktor atajó el pequeño cristal que salió disparado de su boca—Sigo pensando que esto es adorable.

—Ya ni me lo menciones—dijo aún más colorado y viendo a otro lado—Me voy a cambiar, antes de que Yuri venga a matarme—parecía un tanto nervioso. Viktor lo vio irse y suspiro sentándose, ahora Yuuri no se echaba el cabello para atrás por lo general, su fleco cubriendo su frente le daba un toque mucho más aniñado y adorable, más de Omega que no tenía que cargar a cada segundo con la preocupación de cuidar a tantas personas.

Aun los cuidaba, cierto, pero ya no lo hacía solo. Sonrió para sí mismo, a cada segundo más feliz de haber tomado la decisión de volver, de seguir a su lado, amándolo más de lo que se quería a sí mismo o a nadie. Makkachin pasó corriendo frente a él, persiguiendo al par de niños que seguían correteando por la cueva, un pequeño y adorable dato curioso es que al parecer Makkachin tendría muchos, muchos, MUUUUUUCHOS, años de vida… Todo por comerse la carne del unicornio, pues esta tenía un efecto bastante rejuvenecedor en ciertas especies, entre ellas, los perros, vaya casualidad. No perdería a su peludo compañero en mucho tiempo, era un alivio.

—Espero que puedan ver lo que ha sido de mi…—murmuro al aire aun con una suave sonrisa en el rostro, la brisa ligeramente fría que sopló con mayor fuerza contra su rostro y desordenando el cabello plateado aun sin cortar. Deseaba con todas sus ganas que sus padres pudieran tener la misma suerte de volver a nacer y encontrarse de nuevo.

— ¿Listo? —Se levantó, poniendo el brazo del cual Yuuri se sujetó sonriendo. El ojiazul lo examinó con la mirada, era ropa bastante simple, pero siendo que Yuuri vestía colores muy oscuros por lo general que ahora fuese una camisa blanca lo tenía encantado. Suzaku imito el movimiento de Viktor y Lelouch el de Yuuri, ambos riéndose por su pequeño juego.

La manada entera se había conglomerado en el lago congelado, incluso otros como Unicornios, Elfos, sirenas en una enorme piscina de cristal y una que otra Hada estaba presente disfrutando de la festividad, comiendo del Kraken que Sangwoo había capturado -dicho sea de paso, ese calamar era más grande que Viktor, no le sorprendía que aún quedase de el-. Al verlos todos los presentes hicieron una reverencia, Yuuri se apartó para hacer lo mismo.

—Ahora, en honor a nuestro nuevo Alfa—comenzó a presentar Pichit, tan animado como siempre y vistiendo de blanco y azul—Que ha vuelto desde nuestros primeros pasos en esta tierra. Espero que disfrute el espectáculo que darán los dos Omegas más bellos de esta Manada—exclamó sonriente, algunos bufidos se escucharon, vamos que algunos simplemente no sabían cómo patinar.

Viktor se acomodó un poco en su lugar, observando fijamente a Yuuri y Yuri ponerse en medio del lago congelado, por el rabillo del ojo logro distinguir a Otabek con la pequeña cría rubia de ojos verdes, recostado de su pecho. Volvió su atención a los dos Omegas, ambos opuestos, Yuri con aquel traje blanco con plateado que definía el Agape mientras Yuuri vestía de negro, aquel traje con el que había visto la otra vez, negro y ligeramente transparente en sentido del Eros.

Por si solos, estando ambos patinando algo completamente opuesto no llegaban a chocar, a parecer descoordinado o simplemente sin sentido, ambas representaciones de amor hechas pulcramente por ambos. Siendo agraciados, demostrando toda la belleza que poseían y aumentándola en sus acercamientos junto al juego de colores. Por momentos Yuuri se hacía Blanco, por otros Yuri se volvía oscuro, la danza mejor planeada de todas si se lo preguntaban

Sonrió contento por lo que veía, con ligeros espejismos que su alma mantenía de su vida pasada, su Omega y su hijo patinando juntos con su recién obtenida libertad ¿Cómo no atesorarlo antes y más aún ahora? Para su asombro de un segundo a otro ya Yuri no estaba en la pista, tan solo Yuuri que parecía tener un aguante más que envidiable.

Sus ropas azules, casi homenajeando la suya, moviéndose elegantemente al son de aquella melodiosa canción que entonaban las sirenas con todas sus ganas, felices por lo que veían, el pelinegro se acercó un momento, a saber, de dónde, colocó una corona de flores azules en su cabeza, volviendo a la pista a seguir con su danza.

Llámenlo como quieran, quizás como el que arruina el momento, pero simplemente no pudo evitar querer unirse, haciéndolo frente a la mirada algo sorprendida de todos. Vistiendo igual que su omega y danzando junto a él, tomándolo entre sus brazos, demostrando su armonía y la unión tan profunda entre ambas almas enamoradas desde tiempos que ya nadie recordaba fuera de los cuentos y rumores.

Esto no era ensayado, mínimamente planeado en lo absoluto, ambos sabían que hacer, como seguir con su música propia, aquella melodía hecha a su compas y sentimientos, moviendo las alas para hacer una más bello el espectáculo. No había razón de esconderlo, ya no había impedimento alguno para su ferviente y eterno amor, eso era lo que se podía ver en lo que patinaban, lo que todos estaban admirando con gozo por la alegría de quién les cuido y merecía ser cuidado y amado.

Al concluir los aplausos no faltaron, dando inicio a más celebración, algunos dragones patinando, otros tan solo volando junto a sus parejas en su estilo propio de demostrar su amor; las sirenas cantando a viva voz con hermoso tono; los elfos y las hadas dando la música mientras disfrutaban de la misma, unicornios jugueteando unos con otros.

Yuuri tomo a Lelouch de la mano mientras Viktor tomaba la de Suzaku, para ayudarlos a mantenerse en pie sobre la resbalosa superficie. El alfa miro al omega sonriéndole al más pequeño, tan solo faltaba algo para poder decir que no podría ser más feliz.

—Hueles mucho hoy—no se preocupó en lo más mínimo por empezar a rasgar las ropas, habiendo cerrado la cueva y dejado a Lelouch con Suzaku y Makkachin. Yuuri termino de enredar sus piernas en la cintura del peli plata. Besando profunda y prolongadamente al Omega en sus brazos

—Yo quiero…—jadeo iniciando un corto beso y pegando su frente a la de Viktor—… tener crías…

—Deseo cumplido—gorgoteo pegándolo a una de las paredes de la cueva, muy cerca de la cascada. Besando sus hombros y cuello con hambre, escuchando la sinfonía de gemidos en la que Yuuri se estaba deshaciendo. Ambos estaban con su cuerpo escamoso, dejando ver la marca destellante de Viktor que lo denominaba como el Alfa de toda la manada. Presionó a Yuuri contra la pared, metiendo un par de dedos en el ya lubricado canal, ni siquiera debería hacer falta prepararlo.

—M-is alas…—sollozó suavemente—Vik-Viktor mis- ¡AAHH!~ —abrazo el cuello de Viktor, sintiendo el falo duro y caliente dentro de su cuerpo, los sonidos por demás bochornosos volviéndose más fuertes y descontrolados a medida que el peli plata embestía en su interior, la sensación ya conocida y por ello más deseada.

Besos hambrientos entre los dos, desbordando la pasión y lujuria que predominaba en ese momento, queriendo marcarse uno al otro tan notorio como fuera posible, impregnando el olor del otro en su piel hasta sentirlo como el propio. Para ellos fue algo muy rápido, quizás demasiado sin tomar en cuenta el tiempo real, quién lo haría de todas maneras teniendo a ese adorable Omega en frente, al menos eso era lo que pasaba por la mente de Viktor al venirse en gran cantidad dentro de él.

— ¿Q…qué es eso? —preguntó un tanto confuso por el repentino dolor de no poder salir, volver a meterlo y seguir en esa unión pecaminosa.

—Es…. El nudo…—puso las manos en su vientre, manchada de su propio semen—te siento aquí…—sonrió algo divertido, notando el pequeño bulto que se hacía en esa zona. Viktor importándole prácticamente nada lo que pudiese doler le dio la vuelta, con una mano manteniéndolo en el suelo y finalmente mordió con todas sus fuerzas la nuca del Omega, causando un grito bastante sufrido de su parte.

Ahora…—después de unos segundos saco sus dientes, lamiendo la sangre que había quedado en ellos y luego en la nuca herida—…eres solo MI Omega—su gruñido posesivo y celosos parecía haber encantado al muy sensible Omega por la repentina unión formal y absoluta entre los dos. El nudo se desinflamo, se apartó un poco, cambiando de forma casi sin darse cuenta ni el mismo—No huyas—rugió fuerte, Viktor sobre su cuerpo, cubriéndolo sin dificultad alguna.

Viktya~—gimió, dejando salir un gran vapor frío de sus fauces, Viktor era todo menos cálido en esa forma, un simple frío invernal, insoportable para cualquier pero que a él causaba éxtasis y gozo indescriptible. Alzó la cola, dejándose someter y permitiendo el acceso a ese lugar que en esa forma no había sido tocado.

El alfa disfruto con morbo el rugido del Omega bajo suyo una vez dentro de él, sintiéndose por fin completo al poder satisfacerlo de todas las formas posibles. Recostó todo su peso en el, dejándolo imposibilitado a cualquier movimiento que fuese para alejarse, aprovechando lo sensible que estaba para darle más placer de esta forma. Sus patas delanteras se clavaron en el suelo, embistiendo con fuerza al dragón notoriamente más pequeño.

¡Vik-Viktya!~ —gemía, rasguñando el suelo y disfrutando hasta el más mínimo de su Alfa encima suyo. Para él fue muy poco el tiempo, el líquido caliente rebosando su interior—Ma-Más… Viktor…—gimió girando la cabeza, su lengua larga conecto con la de Viktor, una especie de beso, compartiendo el aliento del otro.

—No creas que me voy a parar, debo compensar el celo incompleto—afirmo, mordiendo la base de su cuello, esa parte que en Yuuri era terriblemente sensible.


—Ummm…—unos toquecitos en la cara fastidiaron su sueño, abrió los ojos— ¿Qué…? —preguntó adormilado, alzando la cabeza y bostezando a todo lo que su hocico daba

—Quiero dormir con Mamá…

Recostó la cabeza de nuevo, suspirando algo cansado. Frente a él, un pequeño niño de cabello plateado, con un par de pequeñas alas plateadas en su espalda, sus ojos grandes y rojizos hacía pensar a Viktor que era adorable. Suspiro de nuevo.

— ¿Tan malo es dormir con Papá? —pregunto en tono de falso dolor y el niño solo apretó su ropa.

—Es que… Me gusta como huele mamá—se excusó haciendo unos lindos pucheros. Viktor cambio de forma, tomando a su hijo en brazos— ¿Por qué no puedo dormir con Mamá ahora? ¿Ya no me quiere?

—No pienses eso Kaworu, tu mama te adora con su vida, tanto como quiere a Lelouch y a Shinji—afirmaba para calmar al pequeño, aparentaba uno años teniendo ya 48 años en realidad—Solo debe estar más pendiente de Shinji, él está mucho más pequeño.

—No es justo—inflo los mofletes. Llegaron hasta donde el gran dragón de cristal estaba enroscado, con el pequeño de aparentes 3 años dormía, acomodado perfectamente en su estómago—Mamá—llamo. Viktor lo bajo al suelo. Yuuri abrió los ojos, levantando la cabeza con pereza.

— ¿Qué pasa? —preguntó bajo y cansado.

—Tal parece que alguien gusta más de Omegas para dormir—dijo en tono bromista, Yuuri negó suavemente con la cabeza. Kaworu se acomodó abrazando a Shinji con cuidado y cariño, su pequeño hermano Omega—Habiendo traído a la carga…

—Puedes dormir aquí también si quieres—ofreció habiendo tomado su pierna con la cola.

—Si insiste—camino de forma y se echó al lado, recostando su cabeza en el lomo del dragón y sintiendo los tres aromas, sobretodo el de Omega.

Tener crías había sido algo hermoso, demasiado, no tenía como describir la sensación, estar con Yuuri los 5 meses que duro el embarazo fue fantástico, aun con los caprichos y cambios hormonales que sufría el pelinegro. Por otro lado, la parte del parto había sido un poco… Horrible, fatal, por decirlo de alguna manera, parecía que tantos enfrentamientos y veneno habían pasado factura en su cuerpo y que él bebe saliera costo lo suyo, sin embargo y de todas formas nacieron bien, fuertes y sanos.

Primero fue Kaworu, el nombre lo habían dicho casi por inercia, un pequeño alfa de cabello plateado, tranquilo y risueño, la imagen de Yuuri durmiendo con esa pequeña pelota blanca -porque si, nació gordo a más no poder- era algo inolvidable. Dormir alejados también fue algo a lo que tuvieron que acostumbrarse, el olor de Yuuri estando recién salido de Cinta era demasiado, no quería que por error de su parte más primitiva hiciera daño tanto a su Omega como a su Cría.

Tener otra cría fue difícil, en el sentido de que por más que intentaban no lo lograban, la depresión que Yuuri paso por esto fue difícil de llevar, junto a que el número de nacimientos hacia el lugar muy llamativo para otras manadas, principalmente para los líderes que querían a más Omegas para las suyas propias

—No pienses tanto… Solo duerme—sugirió Yuuri con los ojos cerrados, más dormido que despierto.

— ¿Es malo recapitular lo que pasa?

—Cuando te pone nervioso si—afirmo dando un suave choquecito de su cabeza con la de Viktor—Estamos bien, estaremos bien… No tienes por qué dudar.

—No lo dudo—aseguro viendo al par de niños durmiendo—Solo pienso en todo lo que ha pasado y pasa…

— ¿Te preocupa?

—Me hace muy feliz

—Oh

—Ya van 64 años y me cuesta creer que todo esto sea verdad, es tan perfecto—gorgoteo contento.

—Créelo, es tu realidad ahora—afirmo cariñosamente, durmiéndose y Viktor miro por un momento fuera de la cueva, todo tranquilo y en silencio, el suave frío invernal entrando, un poco de nieve a la vista.

Irónicamente, recordaba cómo se encontró con Yuuri en aquella cueva de Rusia ¿Cuánto tiempo habría pasado en el mundo humano? Aunque le daba curiosidad no quería averiguarlo, no existía una razón real para eso. Era feliz ahora, lo seguiría siendo junto a su familia que se expandía como fuego en un bosque.

Lelouch ya vuelto un lindo dragón de oscuridad, un pequeño emperador junto a su caballero Suzaku, desde siempre supo que eso se daría; Yuri y Otabek con sus dos pequeños, Oz y Gilbert, el rubio omega y el alfa pelinegro tal como sus padres; Seung junto a Pichit esperando; Isabella -de forma increíble- con tres crías de Jean; Mila con Sala y un cría -jamás se sacaría de la cabeza la explicación de cómo eso se pudo-, y mucho, muchos ejemplos más de parejas consolidadas teniendo su familia y crías correteando a más no poder, aumentando el número de la ya de por sí gigante manada, incluyendo y sin dejar por fuera a Yuko y Takeshi con sus trillizas, que aunque no se sintieron cómodos con los dragones, yéndose con los elfos habían perdido el contacto.

Suspiro contento, recostándose más cerca de la cabeza de Yuuri, no iba a alcanzarle la vida para agradecer toda la felicidad que le traía, antes, ahora y por siempre. Un amor empezado desde unas simples Memorias de Medianoche concluyendo en una Fuerte fragilidad que nadie olvidaría, pasara el tiempo que pasará, sus almas se encargarían de ello hasta que llegase el fin de los tiempos

YA lyublyu tebya, Yuuri—finalmente se durmió, cobijando con cariño y cuidado a su familia con sus alas, realmente así, todo había valido la pena.

FIN


De seguro estan queriendo matarme por un final tan jodidamente mierdero XD pero bueno~ eso salio y asi se queda.

Puedo apostar uno de mis riñones a que no se esperaron a Sangwoo :v o tal vez si pero no de este modo tan raro Xd como sea~

Habiendo terminado este fic empezare otro de YOI que subire el... 26 de Mayo o 2 de Junio dependiendo de cuanto avance el documento de Word. No sera de dragones, no se hagan ilusiones, vendrá otro OS relacionado con "Tear of Blood" para quienes lo leyeron y les interesa 3 El fic largo se llama Bloody Knife.

Wueno... Adios :'v este fic esta terminado, que raro en mi...+

Bye -3-