—Prologo: El Overlord Shinobi—
Y allí me encontraba yo, caminando pausadamente por el suelo, mis lentas pisadas hacían un enorme contraste con la apresurada carrera del enemigo que estaba delante de mi.
No estoy muy seguro de como se sentirá mi "presa", es decir, yo estaba cubierto por una gran armadura negra, una capa rojo sangre y un casco que ocultaba toda mi cara, a excepción de mis dos refulgentes ojos rojos.
Una visión mas que atemorizante para cualquiera, mi mera presencia aterroriza y hasta al guerrero mas fuerte de este insípido mundo.
Con un simple movimiento de mi mano del suelo salen unas criaturas parecidas a los gremlins, iban en pares, "gremlins" de un color amarillo marrón y otros de un color rojo fuego.
Las criaturas invocadas por mi mano comenzaron a decir muchas cosas respecto a matar y desollar el cuerpo de mi victima.
Realmente, no tenia nada en contra de a quien persigo, el no es de la aldea en la que tuve que sufrir un calvario los primeros años de mi existencia, lo cual me a dejado de importar, ahora soy prácticamente un Dios. No tengo porque ensuciarme las manos con basura insignificante.
Si ese era el caso, ¿Por qué estoy persiguiendo a alguien para matarlo? Es sencillo en realidad, tengo un limite de cuantos de mis sub ordinados puedo invocar, actualmente puedo invocar 200, una enorme cantidad si no fuera porque tienen que ser 50 de cada uno de los tipos de "Gremlins" que puedo invocar.
Sin embargo en los últimos meses he logrado aumentar considerablemente el numero que pedo invocar, y necesitaba probar dicho limite con alguien, fue por eso que fui a una aldea pequeña y mate a quienes quisiera.
Algo destacable es que mi "titulo" viene con un pero, y este es que tengo que elegir entre ser "Puro" o "Perverso". Sin embargo tengo la inteligencia de sobra como para notar que en ambos caminos seria un esclavo de lo que eligiera. Si elegía ser "puro" entonces tendría siempre que ser bueno con todos, dar la otra mejilla cuando me golpeaban, dejar que me golpearan primero, eso literalmente seria ser un esclavo de la luz y conozco demasiado bien como se siente eso.
Si elegía ser "perverso" estaría condenado a causar destrucción y caos a donde fuera, todos me aborrecerían y me temerían… aunque en mi niñez así era no quería que siguiera siendo de esa manera. Es decir, es un poco tonto decir que vas a "Destruirlo todo", si es así ¿En donde vivirías? No tendrías un hogar ni nada con lo que vivir, aunque actualmente mi cuerpo no tiene muchas necesidades si tiene algunas que deben ser atendidas regularmente.
Como sea, en ambos caminos seria esclavo de estos y pase la mayoría de mi niñez como un esclavo, un títere para que el resto usara, así que hice lo unico que tenia lógica en mi cabeza.
Crear mi propio camino.
Hay seres en este mundo que no merecerán nunca ni un atisbo de compasión en sus negros corazones, ser "puro" con ellos es elegir el suicidio, pero hay seres cuyo corazón es tan bondadoso que si eliges ser "perverso" solo matas como si fueras un animal rabioso.
No soy un héroe, no soy un villano, no busco la paz, no busco la guerra, no me importa la justicia, no me importan la injusticia.
¿Quién soy yo?
Era el hijo que Minato Namikaze y Kushina Uzumaki olvidaron, odiaron y despreciaron solo porque no se supone que tuviera que vivir al momento que sellaron en mi el alma de una criatura de demasiado poder.
Soy aquel al Kyuubi le mintió para ser libre, aquella criatura que dijo que le importaba cuando nos conocimos pero que en el momento decisivo me apuñalo… literalmente.
Soy el Ex-Jinchuriki de aquella criatura de inmenso poder pero que ahora es una hormiga en comparación conmigo.
Era la paria de la Aldea Oculta entre las Hojas.
Soy aquel que fue olvidado incluso por los dioses.
Soy el nuevo amo del inframundo.
Soy el Hakai no Kami (Dios de la Destrucción), Rippā Buraddi (Destripador Sangriento), Naito Buraddi (Caballero Sangriento), Shi Kishi Burakku (Caballero de la Muerte Negra), Kurayami no Herarudo (Heraldo de la Oscuridad), Shi no Herarudo (Heraldo de la Muerte) todos esos y mas, son los nombres dados por mis enemigos y victimas.
Aunque eso no responde la pregunta que hice.
Pues siendo mas directos.
Soy Naruto Kuraitamashi (Alma Oscura)
El nuevo, ultimo y mas poderoso de todos los Overlord.
A cada uno de mis subordinados, los pequeños duendes que me seguían les ordene que fueran a por la victima.
Si alguien mirara esto deberia de pensar en sentir lastima por el tipo al que persigo, sin embargo, el tipo esclavizaba y prostituía a mujeres y niñas en esta aldea, la única razón porque nadie se revelaba era por el miedo que le tenian a todos sus subordinados.
Subordinados que yo mismo destripe.
Los duendecillos marrón-amarillo se le abalanzaron al tipo, mordiéndole las extremidades hasta arranchar trozos completos de carne que comenzaron a masticar, afortunadamente para mi y muy desafortunadamente para él, los trozos de carne que le arrancaron era para impedir su movimiento.
Fue por ello que para evitar que se desangrara mande a los duendecillos rojos contra él y estos se cubrieron de fuego antes de comenzar a cauterizar las heridas del tipo.
El cual gritaba bastante fuerte, los duendecillos rieron con maldad por sus gritos.
Yo simplemente camine hacia él.
Un paso.
Dos pasos.
Tres pasos.
Cuatro pasos.
Cinco pasos.
Y llegue a donde estaba el tipo.
Puse mi pie en su columna y apreté hasta que oí un crujido y el tipo volvió a gritar.
Le di la vuelta con él pie y mire una escena por demás patética.
El tipo estaba llorando a mares como un bebe malcriado, tanto que hasta tenia mocos escurriéndole de la nariz que bajaban por su boca combinándose con su saliva de manera asquerosa.
Tenia los brazos rotos en los que se miraba el hueso, la carne arrancada en ellos ayudaba a ver la parte blanca de los huesos entre el rojo quemado de la piel, musculo y cartílago del tipo.
Sus piernas estaban en ángulos antinaturales y a juzgar por la mancha café en la parte trasera de su pantalón y la parte delantera que se miraba mojada estaba mas que asustado.
El tipo era patético, demasiado para mi gusto, como odio a los humanos como él, se creen tanto, son tan arrogantes, tan estúpidos, tan ensimismados de creer que mandan en su propio mundo cuando no son mas que basura.
Aun con todo su dinero no son mas que un montón de perros sarnosos.
Les ordene a los duendecillos amarillos que le sostuvieran las extremidades, saque de un lugar especial una de mis armas favoritas, mas concretamente dos de mis dagas mas fuertes.
Force Edge.
Las clave a ambas a cada lado del estomago del bastardo y comencé a moverlas de izquierda a derecha y viceversa.
Cuando termine metí los dedos entre los cortes en la piel.
Y jale.
Comencé a abrirle el estomago al tipo, lo que mas miedo daba, o en mi caso lo que mas risa daba, era que él tipo seguía vivo mientras le abría el tórax.
Comencé a meter mi mano dentro de su estomago.
Podia sentir sus órganos.
Unos extraños tubos que debían ser los intestinos, el hígado, los riñones hasta que encontré lo que buscaba.
Comencé a sacar mi mano, el tipo todavía seguía vivo y gritaba con la lengua de fuera, rogándome una piedad que he perdido hace demasiado tiempo.
Finalmente saque una especie de bolsa amarillenta que palpitaba de vez en cuando.
La aplaste con la mano y el tipo dejo de moverse y gritar.
Estaba muerto, pero para asegurarme le patee la cara, sip, definitivamente estaba muerto.
Comencé a caminar para irme de la pequeña aldea, ignorando completamente a la gran multitud que me ovacionaba como si de un Dios se tratase.
Mi casco cubrió mi cara y no lo sabia, pero sonreí levemente por su agradecimiento.
Naruto Namikaze Uzumaki murio hace mucho tiempo.
Pero Naruto Kuraitamashi, el nuevo Overlord nació al mismo tiempo.
Soy Naruto.
El Overlord Shinobi.