Daré las indicaciones de siempre.

Aclaraciones:

Narración.

— Diálogo —

"Pensamientos".

Recuerdos.

Advertencias:

Posible OoC en los personajes.

Género: Romance | Drama.

Clasificación: T.

Disclaimer: La serie y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Masashi Kishimoto.

Nota de Autor:

Si hay algún comentario o disconformidad, ya saben, pueden dejarla ahí abajo en la cajita de comentarios. Recuerden siempre dirigirse a los escritores con respeto, yo les responderé en la medida de lo posible. Los comentarios son siempre bien recibidos, y les estoy enteramente agradecida por tomar unos minutos de su tiempo para leer mis historias y de paso, comentarlas. Mil gracias. Es en parte por ustedes que yo sigo al pie del cañón, además de ser uno de mis pasatiempos favoritos.


Inesperado.

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‹‹Lo inesperado te cambia la vida.››

Anónimo.

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Capítulo único.


Sakura se dio vuelta en la cama, de izquierda a derecha sin conseguir una posición cómoda. Sin más remedio quedó boca arriba mirando el cielo falso en medio de la oscuridad. La luz se colaba por la ventana abierta, escuchaba los grillos afuera rompiendo el silencio a través del viento.

Soltó un suspiro pesado y miró a su derecha, Tenten dormía plácidamente a pierna suelta con la cobija hecha un nudo a sus pies. Sonrió ligeramente y negó con la cabeza. La compañera de Lee y Neji dormía como una roca, nada la despertaba. Lo comprobó en oportunidades anteriores, cuando en más de una ocasión intentó espabilarla sin conseguir resultados.

Ella por el contrario tenía el sueño ligero. Cualquier ruido podría despertarla por muy cansada que se sintiera. Adquirió la costumbre conforme avanzaban las misiones, además, como kunoichi no podía darse el lujo de bajar la guardia ni para descansar. Debía estar siempre alerta.

— Es inútil — se levantó de la cama y calzó sus sandalias —, no podré dormir.

Sin embargo, su insomnio de esa noche nada tenía que ver con una misión. Bueno, tal vez sí. Terminaron su trabajo y ahora descansaban plácidamente en una de las dependencias de la casa de Gaara.

Él amablemente les ofreció su hogar para que pasaran la noche y pudieran reposar. Después de todo el ajetreo que implicó su rescate, era lo menos que podía hacer (según el Kazekage). Obviamente ninguno se encontraba en condiciones para volver a su aldea. Naruto, Tenten, Lee, Gai, Neji y su sensei estaban prácticamente sin reservas de chakra. Si disponían partir, seguramente al tener algún percance en el camino no le harían frente.

Sin tomar en cuenta que Sakura tampoco estaba en condiciones de sostener otra pelea. El veneno de Sasori aún le pasaba cuentas a su cuerpo. Débil como estaba no sería de gran ayuda.

Respiró y dio un salto hacia la azotea de uno de los edificios. Sakura no podía dormir. Estaba agotada, débil y con mucho sueño, pero su mente no la dejaba en paz. Los eventos eran tantos y tan variados que no conseguía conciliar sus pensamientos y la imagen de Chiyo aparecía en su cabeza cada vez que cerraba los ojos.

No lo iba a negar, le había tomado gran aprecio a aquella anciana que le enseñó a superarse y dejar el miedo atrás. Se sintió triste al darse cuenta que dio su vida por Gaara. No lo creyó posible gracias a la indiferencia que presentó en múltiples ocasiones con respecto al destino de su propia aldea, pero al final, hizo lo que consideró correcto.

Sakura sabía que su motivo era la culpa de haber condenado a Gaara a un destino tan terrible como el de Naruto.

"Sakura, no arriesgues tu vida por una vieja otra vez. Salva aquello que creas importante para ti".

Para ella, Chiyo era una persona que valía la pena salvar. También otras personas y sobre todo a sí misma, después de haberse enterado de aquello ese día se dijo que no volvería a ponerse en un riesgo innecesario. Admitió que corrió con suerte, el veneno de Sasori no es extendió lo suficiente como para hacerle un daño considerable a su sistema, y que el antídoto actúo rápido. Asimismo, debía añadir que la curación de Chiyo les salvó la vida. Una cosa más que agradecerle a esa anciana a la que le tomó tanta estima.

La kunoichi soltó otro suspiro y miró al cielo despejado con un hermoso satélite plateado. La brisa le agitó los cabellos y se frotó los brazos, a pesar que Sunagakure era caluroso, esa noche especialmente hacía frío y la ligereza de su vestimenta no ayudaba precisamente a conservar el calor corporal.

Instantáneamente sintió un par de manos grandes reposando en su cintura atrayéndola hacia un torso duro y musculoso. Sakura se sintió cómoda y dejó que las largas mangas blancas arroparan sus brazos descubiertos y el calor del otro cuerpo la desbordara. Exhaló profundamente mientras el cabello castaño caía por encima de sus hombros, cerró los ojos y se abandonó a la placentera sensación de tenerlo cerca.

— ¿Estás bien? — la pregunta era retórica, él sabía su estado sin siquiera decírselo.

Por un momento temió no volver a verla cuando se separaron. No es que él no confiara en ella o en su capacidad como kunoichi. No, en lo absoluto. Simplemente tenía miedo de perderla.

Sakura consciente de los pensamientos de su pareja sonrió ligeramente, la preocupación de Neji a veces le resultaba sorprendente.

— Dentro de lo que cabe — ambos entendían que no lo estaba, sin embargo, a Sakura le inquietaba más el estado de su mejor amigo — ¿Y Naruto?

Hyūga resopló como si la pregunta se respondiera sola.

— Roncando.

Sakura rió. Imaginaba el calvario por el que pasaba Neji con el rubio como compañero de habitación. Ella ya lo vivía en cada misión, al final terminó acostumbrándose a todas las peripecias de Naruto y ya no se quejaba. Bueno, ya no tanto.

— ¿No podías dormir? — el aliento le rozó el cuello y el lóbulo de la oreja provocándole un escalofrío, se arrebujó más contra el cuerpo del castaño.

Sentir la dureza de su cuerpo no aminoraba la sensación en la peli-rosa, pero algo es algo ¿no? Neji sonrió fugazmente. Sabía muy bien lo que provocaba en Sakura.

— Creo que es la costumbre —contestó ella encogiéndose de hombros. Trató de restarle importancia al hormigueo de sus partes sensibles.

Seguramente los turnos en el hospital o los entrenamientos con la Quinta la mantenían siempre en desvelo. Estudiando o atendiendo pacientes, Sakura rara vez podía decir que descansaba de verdad. Claro, eso lo incluía a él en la cama supervisándola.

Ninguno de los dos comprendía como terminaron enredados en una relación amorosa, pero no se desvivían por encontrarle una lógica. Al final de todo el amor no siempre es racional, Sakura y Neji eran la prueba de ello.

— Ojalá los cuartos fueran mixtos — añadió él.

Sakura dejó de ver la hermosa luna para contemplar el rostro de su novio. Neji la miraba apaciblemente y sus ojos tenían un pequeño brillo que nunca antes había visto. A lo mejor era la luz de la luna reflejándose en aquel iris, o algo que ella había ignorado, sin importar lo que fuera sonrió.

— Seguramente Tenten hubiese querido compartir habitación contigo.

— O con Lee —comentó él en tono misterioso.

Neji omitió el detalle que, en su hipotética posibilidad de compartir habitación, Naruto aprovecharía la oportunidad para dormir con ella, aunque fuese en camas separadas. En dicho caso, prefería las cosas como estaban.

No es como que ellos levantaran algún tipo de sospecha, de hecho, hasta ese momento nadie tenía conocimiento alguno de la relación que mantenían. Sakura y Neji sabían guardar muy bien las apariencias. Además, ninguno quería crear algún tipo de conflicto (si es que se atrevían a oponerse, ya que Neji no planeaba que lo hicieran).

Aunque Neji sinceramente estaba cansado de estarse escondiendo para poder ver a su novia. Él quería hacerlo público, pero su consciencia siempre alzaba la voz de protesta y lo dejaba por la paz. Apreciaba mucho a Naruto, ese era uno de los motivos que le impedían oficializar su relación con la kunoichi.

Sakura observó a su novio perderse en sus pensamientos por unos minutos. Tragándose un suspiro se dio cuenta que solo alargaban un golpe que posiblemente les cambiaría la vida a ambos, o lastimarían a alguien que ellos querían mucho, pero no podían seguir escondiéndose. Terminarían ahogándose y haciéndose daño. Neji estaba cansado y ella igual.

— Debemos buscar la manera de decirles — sus palabras fueron como campanadas de alivio para él.

No hizo falta que respondiera, estaba de acuerdo con ella.

— Lo haremos cuando estemos en Konoha — avaló simplemente, hundiendo la cara en su cuello besándolo gentilmente, absorbiendo su dulce aroma a cerezos.

Sakura osciló y soltó un gemido. Neji sonrió contra la piel de su cuello y finalizó susurrándole que debía descansar, procediendo a darle un toque en su frente poniéndola a dormir.

Él aseguraba que en la mañana querría arrancarle la cabeza por atreverse a usar una de sus técnicas con ella, pero Neji tenía un buen motivo para hacerlo… Llevaba días sin dormir, tuvo una pelea que la dejó mal herida y eso no les haría bien, a ninguno de los dos.