Alerta, amor a la vista.

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Capítulo 1.

La amistad es… es tener a alguien para que escuche tus cosas, aunque sean las más absurdas y estúpidas del mundo, es tener a alguien que te ayude en tus planes más descabellados y locos, es tener a alguien que se preocupa por ti a pesar de que también es el primero en que te tiende las peores bromas.

La amistad es algo que se construye con el paso del tiempo, tú decides con quién lo haces. Estos son, como se los puede definir perfectamente, los hermanos que elegimos.

Así como también tienen sus idas y vueltas, siempre se apoyarán en lo que necesiten…

O, en otras palabras, harán lo que tengan que hacer por tu bien, por el bien de esa gran amistad.

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-¿Sabes?... no era necesario haber llegado a esto, Gray- un chico de cabellos rubios dijo algo dubitativo.

-Para nada- negó rápidamente muy seguro un chico de cabello corto y de color negro azulado. Sus ojos de color azul oscuro brillaban ante la espera de la pronta escena que verían.

-Aún no sé cómo es que le permito que realicen sus locuras en mi local…- se quejó una albina de pelo corto mientras cruzaba los brazos negando la cabeza- Debería cobrarles por cada escena que han realizado aquí.

-Nos quieres, por eso es que terminar cediendo ante todo este show…- le dijo sonriendo el chico llamado Gray.

-Además, aunque no lo admitas siempre, estás de acuerdo con nuestro "show" ya que se trata de Natsu, después de todo- intervino nuevamente el chico rubio con una sonrisa ladina llena de satisfacción ya que había acertado en el blanco.

-¡Shhhhh! Ya llegó- ahora el que calló toda esa conversación fue un joven de cabellos negros y que poseía carios pirsin por su rostro- Apuesto a que la chica cae cuando Loke le entregue la flor.

-Creo que es más astuta que la anterior… yo digo que cae en la fase dos- dijo el rubio mientras sacaba un billete y lo colocaba en la mesa.

-¡Trato!- el peli-negro coloco un billete de la misma cifra en la mesa y absolutamente todos prestaron atención hacia donde se desarrollaría la escena.

Mientras en donde se encontraba un castaño con anteojos la cosa era muy tranquila. Una rosa yacía en la mesa mientras que él tomaba tranquilamente de su bebida, hasta que una mujer entró al local logrando llamar su completa atención.

-Genial…- pensó mientras con un último largo trago tomó lo que le restaba de bebida y se levantaba para su choque "accidental" con la susodicha.

Camino tranquilamente, aprovechando lo distraída que era la mujer. No la había visto jamás en persona, más solo una foto de ella tuvo para poder identificarla. ¿Con qué propósito? Fácil, tenía que alejarla de su amigo porque era una mujer loca, controladora, impulsiva que no le hacía para nada bien a su amigo. Sí, la "seduciría" por un instante así Natsu podría terminar con ella sin remordimiento. ¿Por qué así? Nuevamente fácil, si caía tan fácil por un chico cualquiera podía meterle altos cuernos a su amigo y no iba a permitirlo, ni él ni ninguno de los otros.

No, ni él o los otros estaban haciendo una treta para que su amigo pudiera terminar con la chica. Si no que la ponían a prueba, tan solo eso.

La chica parecía buscar a alguien, por supuesto que sabía a quién pero no se aparecería hasta después de haber terminado de "encantarla".

Caminaba sin apuro hasta que llegó a su altura y tropezó "accidentalmente" con ella, causándole que se le cayese su móvil que lo tenía cerca del oído.

-¡Perdona!- exclamó él con fingido arrepentimiento mientras sostenía a la mujer por la cintura para evitar que se cayese. En ese momento sus rostros estaban demasiado cerca, pero no lo suficiente- Aunque… a decir verdad, no lamento mucho el estar así con una belleza como lo es usted- eso y una sonrisa fueron lo suficiente para que esa chica se sonrojara notablemente.

-Y-o… no, digo… no es nada, de verdad- intentó reincorporarse por un instante, pero decidió quedarse así por más tiempo, no todos los días te chocas con un chico realmente atractivo y, además, te llama bella.

-No, no. He sido un gran tonto… pero mis ojos se deleitan ante tanta hermosura y yo no puedo sentir pesar por lo sucedido- aquello la hizo temblar levemente y sus mejillas eran un semáforo tildado en el color rojo- Sé que puede ser atrevido que pregunte esto y en estas circunstancias, pero… ¿estaría mal si en este momento le robo un beso?- pregunto con una mirada seductora que a cualquier chica le haría sentir algo dentro de sí. Se acercó lo suficiente como para aún tener vista hacia la entrada del local. Sonrió ante ver a su amigo ahí parado, justo a tiempo- Perdón, de seguro tiene pareja y yo- hizo un ademán de alejarse pero ella le interrumpió antes de que haga cualquier movimiento.

-¡No!- se notó un poco de desesperación en su tono de voz- Yo… yo no esto con nadie- aseguró tomándole del rostro- Puedes hacerlo… quiero que lo hagas…- cerró los ojos esperando su tan deseado beso pero jamás llegó y, en cambio, escuchó una voz muy familiar.

-Bueno… creo que esto lo facilita todo, después de todo- dijo un chico mientras veía serio la escena que ocurría justo delante de sus ojos. Sus manos se encontraban en los bolsillos de su pantalón oscuro.

-Na…na… ¡Natsu!- ahora, aunque no quisiera, se reincorporó algo temblorosa- Yo…- miró ahora al hombre con el que había chocado, el cual se encontraba asombrado, así que decidió elegir entre uno de esos dos hombres- Lo siento, pero… esto no puede seguir, estoy segura que estás de acuerdo. Lamento si te dañ-

-Tienes razón… estoy de acuerdo- le interrumpió él dejándola sorprendida. Para nada se esperaba esa respuesta.

-¿Cómo?- preguntó como si no hubiera escuchado bien su respuesta- Creo que entendí mal…

-No… dije lo que escuchaste. Estoy de acuerdo con que terminemos. Si con cualquier hombre bien parecido te dejas llevar fácilmente… es mejor que estés con el camino libre.

-¿Estás terminando conmigo?- preguntó incrédula apuntándose. Nadie, absolutamente nadie terminaba con ella. ELLA se cansaba siempre y terminaba las relaciones, a ella le rogaban para que eso no se termine. Natsu asintió sin mostrar emociones claras- Pues…- volvió la mirada hacia el atractivo chico castaño que tenía al lado y se apegó a él- Esta bien, igual no funcionábamos, nos distanciamos y tú me dejabas por tus amigos siempre. Creo que es la mejor decisión del mundo.

-¿Eres la novia de… Natsu?- preguntó con miedo el castaño.

-Era- le dijo ella regalándole una sonrisa coqueta, pero después de observarle bien supo que algo pasaba allí.

-Amigo… no tenía idea de… de que ella era tu novia- inmediatamente se separó de esa mujer como si quemara más que el mismo fuego. Su rostro reflejaba solo una cosa, arrepentimiento- Yo… no tenía idea Natsu, estoy seguro que pueden arreglar las cosas y si no quieres hablarme más… lo entiendo, pero eres como un hermano para mí y preferiría ser atropellado o ser partido por un rayo antes de quitarte a tu mujer, ¡maldición!

-¿Qué?- preguntó sin voz esa mujer mientras miraba ahora la escena de arrepentimiento de ese sujeto. La había cagado y mucho.

-No tienes la culpa…- le sonrió Natsu mientras que le pasaba un brazo por los hombros para abrazarle- de todos modos… esto ya no podía funcionar- se refirió a la mujer- te conozco y sé que tu ligas con toda mujer que crees atractiva-

-¿Con cualquiera?- preguntó la chica, sintiéndose ofendida, en cierto punto, por ese comentario.

-Sé que eres un ligón por naturaleza y tú no la conocías, no te preocupes- le aseguró con una sonrisa mientras se disponía a conducirlo más adentro en el local, pasando por el lado de esa mujer sin siquiera mirarla.

Ésta se quedó completamente petrificada. La acababan de botar, y no solo eso, sino que el nuevo que se encontró resultó ser uno de los amiguitos de su ex… ¡era el colmo!

Tomo su celular, su bolso y se fue de ese lugar hachando humos. ¡Además la miraban como si fuera la mala de la película las personas que presenciaron esa "escenita"! Definitivamente jamás en la vida pisaría ese lugar.

Por otro lado, con ambos jóvenes ya asegurado de que esa mujer se había ido sonrieron satisfechos y chocaron los puños.

-Mes has salvado amigo…- se rasco la cabeza Natsu agradecido.

-No es la primera vez- dijo el de anteojos mientras se los acomodaba con seguridad.

-¡Gané yo!- grito felizmente una albina mientras que recibían la mirada furtiva de un rubio y un pelinegro.

-¿Qué rayos fue eso Loke?- dijo furioso el peli negro mientras de mala gana le daba el dinero a la feliz mujer.

-Digamos que pude intuir que solo bastaba una sonrisa y un par de palabras lindas para que todo cerrara, es todo- sonrió con satisfacción.

-Y yo que había creado un gran plan y este señor decide improvisar- se quejó Gray mientras suspiraba pesadamente- Ya dale su dinero Sting, Lisanna ganó limpiamente- le dijo al notar al rubio con lágrimas en los ojos por haber perdido. Lisanna le quito de las manos el dinero para examinarlo y después guardárselo.

-Esta no hizo ni un numerito, me sorprende- admitió la chica mientras se ponía a pensar.

-Estaba claro que no le agradábamos, al enterarse que era uno de los amigos de Natsu… pues prefirió hacer lo más inteligente e irse dando como terminado todo esto- dijo con satisfacción Gray- Sigo sin entender por qué te atraen la mujeres que tienen a ser controladoras psicópatas.

-¿Deficiencia sentimental mía?- preguntó el peli rosado mientras sonreía nervioso.

-Sin dudas eres todo un caso Dragneel- negó Lisanna- les traeré algo para que celebren tranquilos que esa tipa ya no está en nuestras vidas.

-¡Eres la mejor!- dijo ahora Gajeel, olvidándose por completo el haber perdido dinero.

-Lo sé nene, lo sé- dijo guiñándole un ojo antes de retirarse del lugar.

-Sabes, debería prohibirte que salgas con alguien antes de tener nuestro consentimiento- intervino ahora Sting.

-¿Qué quieren que haga? Conozco a una chica, me atrae y no voy a esperar hasta que ustedes la conozcan… Soy un adulto con todas las letras.

-Pero siempre, SIEMPRE, es una chica que quiere separarnos Natsu- ahora habló Gray serio- Te quieren a ti y tu dinero, es obvio. El combo perfecto, te quieren tener comiendo de su mano.

-Eso no pasará, lo sabes- dijo el peli-rosado confiado mientras cruzaba los brazos.

-Amigo, entras en pánico si la ves llorar, tanto así que decides volver con ellas por lástima- dijo ahora Gajeel irónico.

-No soporto hacerlo…- admitió él bajando la cabeza con culpabilidad.

-Eres un niño- se quejó Sting- por eso debemos cuidarte.

-Soy mayor que tú- le apuntó él rápidamente queriendo marcar diferencia.

-Ya, pero yo sí puedo terminar una relación bien- dijo con suficiencia él.

-Eres un sin corazón, terminarás solo, con treinta gatos- apuntó el peli-rosado.

-Te cambio a los gatos por los perros y mi vida será perfecta en todo los aspectos...- Sting no tenía problema en quedarse solo. Era un hombre atractivo que podía encontrar una chica para poder satisfacer sus necesidades carnales, más involucrarse sentimental mente con una chica no estaba en sus planes futuros. Había visto en primera fila lo que le había pasado a su amigo Natsu... y eso era más que lo suficiente como para que no esté interesado en arriesgarse a que eso sucediese.

-Que amargado...- bufó el de ojos jades bien oscuros. Dio un suspiro y observó cómo Gray y Gajeel se ponían a hablar acerca de las posibles locas con que él se encontraría.

No lo admitiría pero tenía razón. Iba de mal en peor... Una más loca que la otra.

Estaba empezando a creer seriamente que tenía una especia de maldición. Cuando había encontrado el amor, en la primera, todo tuvo que ser arruinado por su hermano. Si tan solo él no...

No, no tenía que pensar en él, no valía la pena. Eso ya había pasado y si fue es por algo ¿no?

-Natsu- le sacó se sus pensamientos Lisanna, mientras lo miraba dubitativa. Sabían perfectamente si se encontraba sumido en sus pensamientos es porque estaba pensando en lo que había pasado.

Desde ese día él había intentado tapar el vacío que sentía, aunque no lo admitiese jamás en voz alta o para él había sucedido muy rápido, tan repentino y nadie se hubiera imaginado de que eso podía ocurrir... pero pasó y marcó la vida del peli-rosado notablemente.

-Vamos, despeja la mente... ya llegará alguien buena para ti y que te merezca- esto último fue más un susurro para que él sea el único que pidiese escucharlo.

La miró y sonrió ante lo dicho. Sí, definitivamente en algún momento encontraría a alguien.

...

Una semana más tarde, se encontraba él en su trabajo. Era nada menos que el dueño de un gran gimnasio junto a su amigo Gray. No les resultó nada fácil llegar hasta ese lugar y así, pero pudieron llevarlo a flote.

-Deja Natsu, yo me quedaré está noche. Ve a descansar, se nota que lo necesitas...- dijo Gray mientras veía a un exhausto Natsu mientras se levantaba del suelo respirando pesadamente- Estas viejo amigo...- se burló con malicia solo para provocarlo y así el buen humor aparecía en su ser.

-Tenemos la misma edad...- la dificultad para hablar se podía notar muy poco, y a la distancia en que se encontraba Gray no lo puso hacer- Además… 27 años no es ser viejo.

-Eso dices tú pero para mí que tu documento dice 37…- empezó a reír suavemente solo para provocarlo aún más y lo consiguió ya que recibió u gruñido muy audible de su parte- Vamos, vete que yo me encargo todo aquí.

-Como digas niñito…- sonrió de medio lado mientras se levantaba con algo de dificulta- Asegúrate de cerrar el piso de arriba- le dijo por última vez antes de darse la vuelta e irse de allí haciendo con una señal en la mano en forma de despedida.

Su cuerpo estaba completamente tenso. Los músculos le dolían pero era algo que ya estaba acostumbrado desde hace ya varios días.

Salió de su gimnasio sin cambiarse ¿para qué hacerlo? Sus cortos deportivos azules combinaban perfectamente con su remera sin mangas de color gris. Al sentir la brisa fresca de esa noche solo se limitó a colocarse su bufanda blanca que parecía tener escamas y la capucha de la remera. Se dirigió directamente hasta su auto desactivando el seguro del mismo, o eso creyó hacer ya que cuando intentó abrir la puerta no pudo. Eso lo molesto.

Apretó nuevamente el botón a la misma vez que lo intentó abrir pero no lo consiguió.

Se paró en ese mismo instante y trato de tomar el aire que en ese momento le estaba empezando a faltar. Cuando se "estabilizó" nuevamente hizo el intento de abrir su auto pero no lo logró.

Ya sacado de quicio apretó innumerable de veces el jodido botón escuchando incansable veces el sonido de la traba.

Cuando se detuvo atinó a abrir la puerta, pero estaba cerrada.

-¡AGTH!- exclamó con frustración proporcionando un golpe a la parte de arriba de el mismo.

Con notable cansancio y enojo empezó a caminar fuera del establecimiento.

Lo mejor sería caminar y, tal vez, conseguiría alivianar todo lo que sentía y su respiración se volviera normal.

La noche revelaba unas dispersas nubes que cubrían a las pequeñas estrellas. La luna estando a la mitad de su esplendor brillaba felizmente sin que nada se interpusiese en su camino.

Tal vez y él tenga suerte y también llegaría a su departamento sin ninguna molestia.

Tal vez fue pronto para hablar, ya que al cabo de un par de cuadras empezó a sentir que cada vez carecía de oxígeno. No lograba reparar bien.

Miró hacia el frente y solo divisaba el camino completamente mal. Estaba perdiendo la vista, le costaba diferenciar las cosas.

Comenzó a tomar aire por la boca esperando tener mejor resultado, pero no lo fue.

Cuando intentó decir algo su voz no salía. ¿Qué le pasaba?

Se tomó la garganta queriendo obligarla a tomar aire, pero le fue inútil.

Cayó de rodillas ya que sus piernas no soportaron más.

Sintió por última vez el contacto abrupto de su cuerpo contra el suelo y todo se nubló.

Instantes antes, a solo metros de ese lugar…

-Creo que no fue tan buena idea haberme venido…- se quejaba una rubia de ojos chocolatosos- Tuve que aceptar la invitación de Bora hasta que me acercara hasta casa, pero…- observó al cielo mientras se abrazaba a ella misma y a su cartera, ya que tan solo tenía una musculosa y unos pantalones Jean pegados al cuerpo junto unas zapatillas de tela completamente simples- no, creo que estoy mejor así- llegó como conclusión ya que no quería imaginarse qué tretas usaría esa vez.

Plantó su vista nuevamente hacia el frente pero se paralizó al ver un hombre tambaleándose justo a varios metros de distancia en frente de ella. ¿Acaso estaría borracho? Debía ayudarlo, pero… ¿sí era un loco total? Bueno, era su deber de ayudar a la persona que se encontraban en un mal estado pero…

No dejó de observarlo para saber qué hacer, pero de un momento a otro lo vio agarrarse de su propio cuello y eso le alarmó.

Dio un par de pasos despacioso hacia esa persona y cuando lo vio desplomarse contra las baldosas corrió sin pensarlo dos veces.

Al llegar a su lado intentó llamar su atención pero no tuvo respuesta.

-Se desmayó- dijo pensando en voz alta. Le observó completamente y no perdió tiempo en colocarlo boca arriba. Al hacerlo se sorprendió, no todos los días encuentras un hombre realmente atractivo y con el cabello extrañamente rosado, pero no perdió tiempo en eso y decidió reanimarlo. Al no tener ni un mínimo resultado se alarmó y reviso inmediatamente su pulsó. Reviso su muñeca y observó su reloj. ¡Casi era imperceptible!

Le despojó rápidamente de su bufanda y gorra para poder saber si estaba respirando. Colocó su oído cerca de los orificios nasales de ese hombre y observó atentamente su pecho ¡No sentía nada ni había movimiento!

-¡Maldición!- gritó por no haber podido percatarse más rápido de que esa persona había tenido un paro respiratorio. Sujeto su nariz y el mentón para poder abrirle la boca. No perdió más tiempo y empezó a darle respiración boca a boca. Se separó de él y comenzó a oprimir su pecho de manera repetitiva. Terminó de hacerlo y nuevamente le dio respiración de boca a boca. Esas acciones le salían de manera espontánea.

-¡Ayuda!- gritó seriamente mientras nuevamente empezabas con las compresiones.

Una persona que estaba corriendo por allí y escuchó el grito fue inmediatamente y se colocó a su lado.

-¡Llama al hospital que está aquí cerca!- le indicó rápidamente recibiendo una inmediata afirmativa.

Ya para la tercera serie empezó a temer un poco sobre la situación de ese joven. No quería ni siquiera imaginar que había actuado rápido, para esas cosas debían estar lo más rápido posible y ella al dudar a ir a verlo rápidamente causó que perdiera tiempo valioso.

Cuanto terminó esa serie reviso su respiración y el pequeño movimiento del pecho de esa persona hizo que su cuerpo se aliviara completamente.

-¡Está respirando!- dijo aliviada mientras reparaba con alivio- analizo su pulsó y éste era más notable. Había hecho todo justo a tiempo- ¡Gracias Dios!- exclamó agradecida y aliviada, no hubiera soportado que esa persona muriera en sus manos.

Ese joven empezó a reaccionar de a poco y abrió los ojos débilmente.

-¡Señor, señor! ¿Me escucha?- preguntó queriendo hacerlo reaccionar.

-¿Quién…- se calló ya que las energías que poseía eran nulas. No tenía fuerzas, estaba agotado y el respirar era increíblemente calmado que solamente su cuerpo se rindió y perdió el conocimiento.

La ambulancia llegó instantes después, trasladándolo al hospital que estaba a pocas cuadras de allí.

Ya al día siguiente despertó Natsu en una habitación que desconocía completamente y no usaba sus ropas. Estaba rodeado de sus amigos. Gray, Gajeel, Loke y Sting se encontraban allí, todos sumamente preocupados por lo que le había pasado.

Cuando Gray recibió el día anterior la llamada del hospital salió rápidamente de su departamento, ya que era altas horas de la noche, y se comunicó rápidamente con los otros tres hombres. El rubio se quedó cuidándolo toda la noche ya que los otros tres estaban cansados física y emocionalmente.

-Mira que eres un idiota, que nos haces preocupar, pero solo porque el señorito no quería "molestar"…- gruñó Gray mirándolo reprobatoriamente.

-Ya Gray… lo menos que Natsu necesita ahora es regaños. En su situación actual solo necesita relajarse- intervino Loke calmando a su amigo. Todos estaban absolutamente preocupados.

-Bueno, pero después de todo Salamandra está bien y eso es lo que importa ahora ¿no?- trato de apaciguar las cosas ahí- Natsu, espero que hayas aprendido la lección. Nos preocupaste a todos, es obvio, pero lo más importante es tu salud.

-Lo sé y lo siento chicos, de verdad- dijo arrepentido el peli-rosado. Estuvo a punto de decir otra cosa pero se calló ya que observó cómo una persona entraba con una sonrisa gentil.

-Buenos días- saludo de manera general, recibiendo respuesta de todos, menos de la persona que se encontraba sentada en la cama- Veo que ya despertó señor Dragneel…- la sonrisa de esa mujer lo dejó completamente aturdido ¿por qué? Observaba cada uno de sus movimientos, la vio tomar la planilla que estaba frente a su cama y lo examinaba.

-No seas maleducado Natsu y saluda- le pego un zape "muy" delicado Gray, notando el aturdimiento que tenía su amigo. No le daba buena espina todo eso.

-Oye…- se quejó Natsu a la vez que se sobaba la parte golpeada. Por un segundo se olvidó de esa mujer pero cuando volvió a la realidad la vio un tanto divertida- Bu-buenos días- se rascó la cabeza en símbolo de cierta incomodidad.

-Buenos días- volvió a repetir ella- bueno, ahora que estas consiente procederé a infórmate de tu estado. Has sufrido un paro respiratorio producido por un paro cardíaco. Por tus exámenes de sangre no has ingerido ninguna sustancia extraña que haya podido provocar eso, por lo general los jóvenes a veces suelen querer experimentar algo así como "un paseo a lo nuevo" y terminan, en los mejores de los casos, aquí.

-Yo no tome nada- dijo indignado Natsu.

-Claro que no- le aseguró la rubia- Prosiguiendo, tampoco tiene asma o sufrió de un golpe duro. Por lo que lo que le produjo esto fue el estrés físico.

-¿Estrés físico? Eso es imposible, estoy acostumbrado a realizar ejercicios físicos- negó rápidamente.

-Para un buen ejercicio físico se requiere un estado mental calmado, concentrado. El estado de ánimo juega un papel importante aquí. El que haya estado haciendo actividades que requieran gran cantidad de movimiento y concentración en un estado inestable con respecto a los juegos de emociones influye bastante al final del día. Y si a eso le suma días y días de lo mismo es natural que su cuerpo vaya acumulando esa frustración y… se desate a esto- terminó por decir cruzando los brazos.

Natsu se quedó completamente callado. Eso… ¿eso era posible?

-Será dado de alta en instantes. No hay necesidad que tenga que permanecer aquí por más tiempo, ya se encuentra estable. Pero creo que es necesario que se tome unos días de reposo y que mantenga su mente relajada. Olvídese por completo de lo que le frustra y haga cosa que les guste, sin sobre esforzarse a sí mismo, claro está- le miró a él directamente a los ojos y le sonrió- Bueno, me retiro así ordenó que vengan a ayudarle a hacerle los papeles… Con su permiso- pidió mientras giraba sobre sus talones y se dirigía a la puerta con el agradecimiento de todos, menos Natsu. Se detuvo justo cuando tenía la perilla en su mano y giró para encontrarse nuevamente con esas cinco miradas- Se me olvidaba… también le recomiendo que empiece a mejorar su alimentación, tal vez le convenga sacar una cita con la nutricionista. Todos creemos alimentarnos bien hasta que algo ocurre… Bueno, ahora sí los dejos.

Desapareció de ese lugar y los hombres no despegaban la mirada hasta después de unos segundo.

Empezaron a hablar sobre lo bueno era que su amigo no tendría que quedarse otro día en ese lugar pero, al no escuchar la voz de Natsu, le observaron y se callaron temiendo de la miraba perdida que poseía.

No había despegado la vista de la puerta y su rostro era algo difícil de descifrar.

-Natsu...- trató de llamar la atención del peli-rosado Gray, callándose completamente cuando él posó su vista en ellos.

-Creo que... me gusta- soltó con el rostro mostrando más que nada asombro, al igual que ellos.

No podía pasar de nuevo... tan rápido.


Hola!

n.n7

¿Acaso no me esperaban de nuevo?

Buajajajajajaja, nope... :3

Que infantil soy, nadie me va a querer así... mh... Tía solterona seré...

Bueno, regresando a lo importante, ¿Qué les pareció esa nueva historia?

Sin más, espero sus saber sus opiniones, tomatazos, lo que sea... (?

¡Nos leemos!

n.n7


Fecha de inicio: 31/01/17.