No te creo.
Mis discusiones con Jade estaban llegando a otro nivel. Sí, era posible.
Últimamente peleábamos por cualquier cosa, no me iba a dejar pisotear más por sus burlas o bromas pesadas, no importaba si mis padres o los chicos me recomendaran que la ignorase ya que, según ellos, así dejaría de hacerlo. Parece que no conocieran a Jade West… lo que me hace creer, ególatramente, que yo la conozco más que cualquiera –incluso más que Beck– a pesar de que soy la más «nueva» del grupo. No. He descubierto que Jade, a pesar de decir a los cuatro vientos que me odia y aparentar que no me soporta, conmigo es más de ladrar y no morder. Sí, bueno, sí que me ha «mordido» varias veces, pero lo que quiero decir es que, a diferencia del resto, conmigo es menos «cruel», pueden ser consideradas bromas pesadas, pero bromas al fin. Nunca me ha llenado el casillero con kilos de arena como a Sinjin, por ejemplo.
Además de eso… sí, me gusta enfrentarla. No sé si eso tendrá que ver con que sea un poco más suave conmigo, pero, vamos, me agrada la idea de llevar el título de la «única persona que ha enfrentado a Jade West y vive para contarlo», sé que no es un título oficial, pero todos nuestros compañeros, incluidos mis amigos, se quedan boquiabiertos al ver nuestros pequeños «toma y dame» ¡Vamos, deberían darme un premio!
Así que, últimamente, si Jade se molesta más de lo habitual conmigo, si me gasta más bromas o si, simplemente, peleamos más de la cuenta… sí, es porque yo la provoqué.
Llegué al punto de invadir su espacio personal, de profanar esa distancia prudencial que cada ser humano posee, que el cerebro crea como un mecanismo de defensa, solo para ver su reacción. Sí, me gusta ver como su ceño se frunce y como sus ojos azulados emanan un brillo diferente cuando se trata de mí. No importa si después de eso viene algún empujón o alguna palabra malsonante –últimamente me insulta mucho y, voilà, no me molesta–.
Dios, soy tan masoquista.
¡Pero no puedo evitarlo! Para mi defensa, diré que sus bromas físicas duelen y no me agradan... mucho. De resto, me gusta esta interacción que tenemos, que cada vez inventa algún sobrenombre o apelativo nuevo significa que, al menos, está pensando en mí y, en cierta forma, es lo que quiero.
Jade se ha vuelto una especie de reto y ha convertido mis días en Hollywood Arts mucho más interesantes; si no podemos ser amigas, al menos seremos amienemigas… o algo así.
[…]
Nuestra semana había finalizado de manera normal, nuestro tiempo de parciales o exámenes aún no llegaban así que nuestro fin iba a ser algo relajado. Por desgracia, no habíamos podido cuadrar alguna salida o algo entre los chicos, ya que André no estaba seguro si podría ya que se abuela se encontraba un poco enferma.
Yo me aburría horriblemente.
Estaba acostada en el sofá de la sala, con la cabeza colgando y las piernas recostadas en el espaldar chateando con André y con Cat. Ya eran pasadas las diez de la noche. Trina había salido con unos «amigos» y se quedaría a dormir fuera y mis padres estaban en su alcoba ¿Qué por qué no estaba en mi habitación?, fácil; ni enferma subía a la segunda planta… no quería una terapia por haber escuchado los gemidos de mi mamá.
Como sea, después de un rato, ya que no pudimos salir, decidimos hacer una video llamada grupal. Cat avisó a Jade y a Robbie a ver si estaban disponibles y André lo hizo con Beck y, al cabo de unos cinco minutos, nuestros rostros estaban en la pantalla de Pearpad.
Nuestra conversación comenzó normal, como un día común en la escuela mientras almorzábamos en el café Asfalto. Hablamos del chisme del momento en la escuela, de música, series, libros, películas, la actriz del momento, pero, mientras las horas pasaban, la plática fue mutando poco a poco a algo más acorde a la hora en la que estábamos; cuando el reloj marcaba las 1:27 a.m., el tema principal giraba en torno a cosas relacionadas con el sexo.
No nos engañemos, somos seis adolescentes de diecisiete años con las hormonas trabajando a toda máquina. Sumándole que, normalmente, a estas horas de la noche, la mayoría de los chicos de nuestra edad miran su respectiva porno antes de dormir.
Sí, yo era uno de ellos.
Hay muchas cosas que no saben de mí, ni siquiera los chicos.
Ellos creen que soy la típica chica casta y pura que solo vive por y para las personas de su alrededor. Que ayudar y ser la buenita del grupo es mi única motivación y, no es que esté del todo mal; me gusta ayudar al prójimo, más si son mis amigos. Pero tampoco soy una representación de la Britney Speas del año 2000 con el mensaje virginal a las masas.
Aunque, si lo pensamos, aquella Britney ofrecía ese mensaje siendo todo lo contrario…
En fin. La charla en mis oíos –debí ponerme auriculares para que mis padres no escucharan– era lo suficientemente interesante para mantenerme atenta y no perderme en mis pensamientos, ¿de qué trataba? Pues, de: cosas atrevidas que has hecho y que no sepamos.
Y, aunque la curiosidad por ver esa faceta de los chicos me estaba matando, yo estaba más ansiosa por escuchar a cierta chica gótica.
No sé qué palabra por M tiene Jade que me intriga tanto.
― No entiendo ― la voz de Cat llegó a mis oídos y, al instante, mis ojos se blanquearon como un auto reflejo. No mal interpreten, quiero mucho a Cat, pero a veces provoca darle un buen golpe ante su inocencia… o palabras al azar. No me juzguen.
― Cosas atrevidas, rojita. No sé, cosas que no deberías hacer, pero que has hecho por placer.
― Ooooh… sí, he hecho ―confesó sonrojándose un poco mientras abrazaba una gran almohada rosa. Esperamos un par de minutos y volví a rodar mis ojos ante la falta de diálogo de mi amiga. Cuando volví a la pantalla, vi que los ojos de Jade saltaron de un lugar a otro con rapidez, mientras que el resto de los chicos parecían mirar directamente a Cat.
― ¿Y qué es lo que has hecho…? ― Preguntó Beck, supuse que ya cansado de esperar.
― Oh, claro, claro… pues, saben que Sam y yo dormimos en la misma habitación, ¿no? Bueno, siempre he creído que si duro mucho en el baño, ella se daría cuenta y usar el de la planta de abajo sería muy sospechoso… así que ahora, cuando tengo ganas de eso, lo hago en mi cama. Antes lo hacía tapada hasta la cabeza con el cobertor, ahora ya sé el patrón de sueño de Sam, así que no sufro riesgos ― explicó, poniéndose del color de su cabello.
Woah.
Como dije antes, somos adolescentes, es normal sentir curiosidad y, a veces, hacer locuras por mero morbo. Pero, rayos, es Cat, es difícil imaginarla en una situación rating M, no apta para todo público... peor, que lo esté contando ella misma.
― Viejo, por lo que más quieras, quítame de tu regazo, suficiente tengo con que tu mano esté todo el día dentro de mi trasero para que mezhghg ― la voz de Rex fue silenciada abruptamente por la mano libre del titiritero mientras retiraba al muñeco y lo guardaba lejos. En serio, me pregunto qué trauma habrá tenido Robbie en su infancia. ― ¿Y ella no se ha dado cuenta? ― Preguntó, esta vez el chico.
― Noooo, Sam tiene el sueño súper pesado, se puede estar cayendo la casa o gritar muy fuerte y no se parará… y lo último lo he comprobado ― espetó soltando una risilla, asombrándonos a todos.
― Ok… ¿André? Te toca hermano.
El moreno asintió a las palabras de Beck y comenzó a pensar. Conocía muchas cosas de mi amigo, nos contábamos casi todos pero sé que hay situaciones que ni a tu mejor amiga le cuentas. Eso lo respetábamos ambos. Así que, cualquier cosa que dijera André, también sería una sorpresa para mí.
― Sólo diré que el asiento de mi auto es bastante cómodo para tener sexo.
― ¿Lo hiciste en el Cadillac?, Por dios, viejo, es un DeVille ¡Es un clásico! ― Beck pareció entre sorprendido y ofendido. El papá de André le regaló en su cumpleaños un Cadillac del año 2000, totalmente un clásico que volvía loco a los chicos y le sirvió a mi amigo para atraer a cuanta mujerzuela quisiera. El auto tenía buenos rines, buen sonido… era bonito, para para mí no era la gran cosa.
― Y como clásico también es un imán para las nenas, además, con esa chica no gastaría cien dólares en un hotel.
― ¿Hablas de…? Oooh, sí, tienes razón, aunque no arriesgaría ensuciar la tapicería de ese auto con ella ― comentó el canadiense, dándole la razón al músico. Me removí incómoda en el sofá. La forma como platicaban esos temas me molestaba.
― Viejo, sabes que por ese meneo, también arriesgarías la tapicería del tuyo.
Tuve que morderme la lengua para no decirle algo a André, hablaban de las chicas como si fueran cualquier cosa…
― Por dios, hablan de las chicas como si fueran ganado ― dijo Jade, ofendida. Al menos alguien me secundaba.
Beck solo se encogió de hombros. ― Algunas chicas se ganan su fama a pulso, Jade.
― Claro, eso les pasa por acostarse con cualquiera solo por ser vistas con un chico guapo o en un auto bonito ― apuntilló André.
― Y eso no les da derecho a ustedes a hablar como un par de imbéciles de una chica, ¿qué mierda le importa a ustedes la vida sexual de los demás? ― El tono de voz de la gótica era una mezcla de indignación y ganas de asesinar. Sus ojos destellaban furia.
― Jade tiene razón ― intervine antes de que la situación se caldeara más, aunque sin dejar pasar la oportunidad de mostrar mi opinión ―, pero no discutamos. El punto es que a André le van los sitios incómodos ― bromeé, y el resto de los chicos rio un poco. Incluso ella.
Después de reír un rato y bromear un poco con el moreno, agregó: ― A ver chica de las tijeras, tú turno.
― Recuerda que debe ser algo que no sepamos, así que lo que hiciste conmigo, no cuenta.
― Ni que el sexo vainilla fuera la gran cosa.
― ¡Ey!
Se recostó de la silla y pensó por unos segundos, con la vista fija en el techo. Luego sonrió levemente y yo no pude apartar la vista de esa pequeña curva en esos voluptuosos labios. ―Me he masturbado en la ventana de mi alcoba un par de veces.
Beck escupió un poco de su soda y se enfocó en la pantalla –supongo que en el cuadro de Jade– mientras limpiaba su boca. ― ¿En la ventana? Tú ventana da a la avenida principal.
― Exacto ― exclamó maliciosa. Con esa cara infernalmente pícara; la de sonrisa ladeada de medio lado y mirada entrecerrada, con su ceja perforada arqueada.
Así que a Jade le daba morbo el tema de la exhibición…
Demonios.
Un par de pinchazos me atacaron en la parte baja de mi abdomen y pude sentir la fría humedad haciendo su aparición. De hecho, me sorprendía que no me hubiese puesto húmeda aún. Escuchando los relatos de mis amigos.
― Eso si es atrevido, hermano ― exclamó André dando el último sorbo a su bebida. ― Bien, son las dos y media. Escucharé a la latina y luego me voy a dormir. Debo ir a ensayar con los chicos de la banda temprano.
― Yo también ― avisó Beck, pasando su mano derecha entre su cabello, peinándose de esa manera tan característica ― Prometí a mi viejo a ayudarlo mañana con la camioneta.
Me sonrojé un poco al escucharlos. Esperaban que dijera algo, me daba vergüenza… y, en realidad, la vergüenza me excita un poco, ¿es eso normal? No lo sé, pero a mí me pasaba, y el hecho de estar un poco excitada me daba valentía para relatarles mi anécdota. Estaba a punto de abrir la boca cuando escuché una risa rasposa, cargada de ironía.
― ¿En serio esperan que Tori María llena eres de gracia Vega cuente algo interesante? Les ahorraré el viaje «Vosotros conocéis nuestra historia, tíos. Me vieron besándome con Ryder»
Fruncí el ceño ante su burla mientras ella me sonreía con malicia.
Ahí estaba, una vez más. Era como si accionara un maldito interruptor en mí y no sabía cómo detenerlo.
― Tú no sabes nada de mí ― le espeté cortante.
― Vamos, Tori, no es que yo sepa demasiado de ti en ese aspecto, pero comparto opinión con Jade… no creo que hayas hecho algo que nos asombre ― comentó Beck con una pequeña risilla irónica.
― Repito, no saben nada.
Ella ensanchó su sonrisa burlona y alzó su ceja perforada: ― ¿Ah, sí? A ver, Mia Khalifa, sorpréndenos.
No tenía pensado contar algo realmente vergonzoso, pero ahora quería dejar con la boca abierta a Jade –en este punto los chicos me daban un poco igual–, así que, sin mucho esfuerzo en recordar, relaté lo más atrevido que había hecho hasta el momento.
― He salido a varios lugares, incluido el centro comercial con algo dentro de mí y estuve todo el día con eso.
Decir que sus bocas se abrieron era minimizar la gran «o» que formaron con sus labios. André, Cat, Robbie, Beck y Jade se habían quedado mudos. Y yo disfruté cada maldito segundo.
― O sea, estuviste… ― La boca de Jade se abrió un par de veces más, pero no salió nada de ella.
― Medio día ― le aclaré.
― Medio día ― repitió como autómata ― ¿con un objeto dentro de ti?
― Ahám.
― Ok… ― André se apresuró a interrumpir, alzando sus manos en señal de rendición ― No es que no me parezca interesante, pero se me hace un poco incómodo tener esa imagen de Tori en me cabeza, así que, chicos, me retiro por hoy. Nos vemos el lunes en clases.
― Yo quiero quedarme, pero si lo hago no me despierto. Otro día nos cuentas más, Tori. ― Esta vez fue Beck, mirando la hora en el reloj de su RV.
― Yo también me voy, chicas. ― Robbie prosiguió.
Y así, una a una, las caras de mis amigos fueron desaparecido en mi pantalla. Estaba a punto de cerrar sesión yo también cuando escuché la voz de Jade.
― ¿Por qué?
La miré por unos segundos, analizando la situación; Jade y yo, solas, en una video llamada, hablando de sexo.
Interesante.
― ¿Por qué… qué?
Rodó los ojos antes de responderme: ― ¿Por qué hiciste lo que hiciste?
― Morbo, curiosidad, placer, ¿en serio estás preguntando eso?
― Pero… ¿tú? No entiendo, ¿por qué?
Esta vez fui yo la que rodé los ojos. Jade parecía un poco ingenua a veces –muy pocas veces– y era solo en las situaciones que la superaban y donde realmente no entendía nada. Me acomodé en el sofá, recostando mi cabeza en el posa brazos y estirando por completo mis pies. Dejé descansar el pearpad en su base sobre mi estómago, y ella, ella solo me miraba fijamente, incluso parecía que no respiraba. La curiosidad la estaba matando y yo iba a jugar un poco con eso…
Nada tenía que ver que mi ropa interior estuviera ya mojada.
― ¿Nunca te ha dado morbo la idea de sentir placer en público, Jade? ― Ella negó con la cabeza y al instante volvió a su misma posición. ― Te lo dije, no sabes casi nada de mí.
― ¿Te da placer ser estimulada en público? ― Preguntó curiosa.
― Ahám ― respondí con el tono más juguetón que pude. Ella pareció tragar grueso.
― ¿Y sentiste placer al tener eso dentro por tanto tiempo?
― La simple idea de pensar que estás en medio de una multitud con un dildo dentro de ti, te da placer, Jade ― respondí y ella guardó silencio. Continué: ― Súmale el roce al caminar, sentirte llena al apretar, los pequeños golpecitos en tu clítoris a cada paso nuevo que das. La sensación de que vas a tener un orgasmo en cualquier momento es…
― Ok, basta. No quiero saber más… y, sabes qué, no te creo. Sí, no te creo. Seguro eso lo viste en alguna película porno barata… o lo leíste en internet. Yo que sé, pero no te creo.
Tuve que aguantar las ganas de reír. Las ventajas de que Jade sea tan pálida, es que puedes ver su sonrojo con suma facilidad y, mientras relataba, pude notar como su rostro iba cambiando de su tono natural a un rojo furioso. Sonreí victoriosa. Había intimidado a Jade West.
― No es mi asunto si me crees o no. Yo cumplí con relatar mi parte y ya. Pero a alguien no le gusta no tener el control de la situación.
― No te equivoques, Vega. Yo no voy a creer tus mentiras.
― Como quieras, West. Ya que te vas a poner en ese plan… yo iré a dormir también.
― Claro, huye, cobarde.
― Lo que tú digas, adiós.
Corté la llamada y me desconecté. Subí las escalares con toda la calma posible, cerré la puerta de mi habitación despacio, sin hacer mucho ruido. Me metí en mi cama, llevé ambos pulgares a la liga de mis pantalones de dormir y tiré de ellos hacia abajo junto a mi ropa interior.
Nunca había tenido tal orgasmo solo por masturbarme.
Nota de la autora:
Woah! Chicas y chicos, muchas gracias por el recibimiento. No pensé que sería tan bien recibida esta historia ¡Muchas gracias! Recuerden que los reviews son el combustible de un lector. Vamos chicas, ¡inspirenme!
Ahm, me van a matar, pero quiero aclarar unas meteduras de pata del capítulo anterior:
Sé que dije que subirí capítulos por semana... quise decir por mes. En serio, no sé que diablos me pasó, pero es mejor aclararlo acá de una vez. Soy un poco floja y me inspiración va y viene, así que los capítulos los hago un poco lento. Sería una odisea -además que lo más seguro es que queden mas asquerosos de lo normal(?)- escribir 3 capítulos semanales xD
También quería agregar mi twitter por aquí: Crush_as Si quieren decirme algo por ahí, pueden hacerlo. Así también podrán ver la portada fail que hice. (?) Y que ff me recortó xd
: Awm :( que lástima, debes comprar más la próxima vez (?)Okno, muchas gracias y me alegra un mundo que te haya gustado, espero siga agradándote.
Vitaly Aless: Muchas gracias, solo era una intro, así que por eso era corto. Pero por algo se empieza haha.
Yorbelis: Túuuu eres una loca -atrapa el brassier(?)- Gracias por tomarte el tiempo para leer. Espero la historia siga agradándote.
Ro: Mandaste dos veces el review xd Muchas gracias por el cumplido. Me emociona que la historia te atrape, aunque no sea una trama muy elaborada o profunda. Espero leerte de nuevo.
VBJTDEPT: Joder, si me ha costado tu nick xD Se ve interesante, verdad que sí? Espero siga pareciéndote interesante los próximos.
Dios17: Hahahaa, exageras. Me conformo con que sigas comentando y le eches un ojo de vez en cuando c: Ahm... quizás te voy a decepcionar un poco en eso. No digo que Tori no tomará el control de las cosas de vez en cuando, pero aquí estará más orientada a recibir que a dar. (?)
Sweet Dreams: Gracias! Me alegra que te haya gustado. Sí, Tori será muy atrevida y con el pasar de los capítulos será MUCHO más y harán muchas locuras juntas. Jade es mensa, desde que la vio babea por ella. (?) Solo que es muy orgullosa y tiene a Beck de fachada :J Y Tori es otra mensa, pero ya sabemos que le gusta que Jade la "maltrate".
Harukichiru: Oh! Brassier sexy, eso me gusta, dame, dame. (?) Muchas gracias, el Jori es uno de mis ships favoritos, por eso me animé. Espero que siga gustando c:
En general, muchas gracias por el recibimiento, a todos. Y espero poder leerlos de nuevo pronto y a los que leyeron y solo comentaron, anímense! Me gustaría saber su opinión, si algo está mal o no. Ustedes son mi inspiración, no lo olviden. Que tengan un buen fin de semana. Hasta la próxima.