Love Live Sunshine!

Si me miras

Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.

NdelA: ¡Aahh! Ya estamos en el último. Se suponía que esto sólo iba a ser de un capítulo y termino siendo de… ¿Cuantos? ¿Cinco? ¡Oh diablos! Me emociona el YouRiko, pero es que son tan lindas.

Espero que les haya gustado esta pequeña historia. Sólo era eso una pequeña historia. Ahora iré a buscar otra nueva y continuar con las que ya tengo. Por allí me asaltó otra idea YouRiko después de ver unas ilustraciones de heyimpuu en Twitter y de acordarme de un pequeño fic inconcluso TsubaHonk que iba en esa línea. Tal vez la retome para hacer otra pequeña historia con mi OTP. No lo sé. Depende de como vaya saliendo de rápido el capítulo de Wildo que está algo atrasado.

De mientras cerramos este y tal vez les dejé por allí un bonus.

— o —

Había perdido la noción del tiempo estando prácticamente sumergida en la tina con agua de la casa de Chika. Me había invitado o más bien no estaba en condiciones de ir a mi casa estando de esta manera, además de que Chika había insistido en que era mejor quedarme con ella esta noche. No sería la primera vez, aunque si tenía algo de tiempo que no hacíamos algo como eso.

—You-chan la cena está lista —escuche la voz de mi amiga del otro lado de la puerta—, Mito-oneechan me dió permiso de que comiéramos en la habitación.

—Esta bien Chika-chan —contesté saliendo de la tina tomando una toalla para secarme.

Chika me había dejado una de mis viejas pijamas, esas que solía tener en su casa cuando decidíamos organizar una quedada de la nada. Me quedaba algo pequeña, lo que me hizo preguntarme desde cuándo no había compartido con ella un tiempo como mejores amigas.

Soy una pésima amiga.

Yo solo tenía un solo pensamiento en mi mente y ese eras tú. Aún después de haber decidido aquello en la playa, producto de mi arranque de celos, no me sentía con la fuerza suficiente de arrastrar a Chika a esto. Ella no merecía algo así. Sin embargo me causa cierta curiosidad el saber si en verdad ella gustaba de mí más allá que una simple amistad.

Debo confesarte que en un principio desde antes de que llegaras a la escuela, a Uchiura y a nuestras vidas, yo tenía este enamoramiento con mi mejor amiga. El cual se esfumó en cuanto me di cuenta de que ella parecía sólo tener ojos para ti y yo no pude evitar poner los míos también en ti.

—Three mermaid —recordé eso frente al espejo viendo mi reflejo y no pude evitar reír.

Después de todo, tú eras una sirena.

Escuché el toque de la puerta y a Chika asomar su cabeza detrás extrañada de verme reír.

—¿Estas de mejor humor? —moví la cabeza negándolo y ella vino a mi abrazándome—. Sabes que estoy aquí para cuando me necesites —me mordí el labio pensando en lo mal que actuaría si me aprovechará de eso.

—Muchas gracias Chika-chan —le devolví el abrazo sacudiendo la trenza de su cabello—. Espero que la cena no sean solo mandarinas —hice la broma para tratar de relajar el ambiente y ella hizo un puchero.

Realmente era linda haciéndolo.

—Mou You-chan, tal vez haya una o dos… —me eché a reír de nuevo—. Estás llorando otra vez —vi sus ojos carmín llenos de preocupación y me di cuenta que en efecto un par de lágrimas se habían colado de mis ojos.

—Creo que es porque siento que tenía siglos que no reía como ahora —le dije con sinceridad para evitar que se preocupara más.

—Vamos, una mandarina es todo lo que necesitas para alegrarte el día —me plantó un beso en la mejilla y me llevo a rastras hasta su cuarto.

No sé si fue la calidez de su trato o la cordialidad y animosidad de sus palabras durante la cena y después de ella, pero pronto me sentí mejor estando a su lado aunque tú te negabas a irte del todo. Sé que Chika estaba haciendo su mayor esfuerzo por levantarme el ánimo y le agradecí por ello.

—¡Oh You-chan! Me parece que esa pijama no la usabas desde que teníamos 13 años —se acercó a mí señalando los botones que parecían a punto de reventar.

—Por un momento pensé que había engordado —saque la lengua y Chika jaló la tela haciendo que el botón brincara por los aires.

—¿Riko-chan hizo esto? —me preguntó de pronto y baje la vista a mi estómago donde Chika había metido la mano para sentir de nuevo las marcas de tus uñas en mi piel.

No supe qué contestar. ¿Qué podía decir? Si Chika-chan, Riko y yo solíamos tener escarceos en medio del monte Benten. Era demasiado vergonzoso admitirlo, así que solo desvíe la cara para no verla.

—You-chan… —su voz cambió de tono a uno que nunca había oído antes y eso me produjo un cierto escalofrío—. ¿Me besarias a mi como lo hacías con Riko-chan?

Me giré de inmediato al escuchar esas palabras y antes de que pudiera reaccionar Chika se había sentado a horcajadas sobre mí con sus manos firmemente afianzadas en mis costados.

—Chika-chan… no… esto no está bien —ella acercó su rostro al mío y solo pude moverlo lo suficiente para evitar que sus labios se posaran en los míos y solo me abrazó con fuerza.

—You-chan solo quiero besarte aunque sea una vez —me susurró al oído y no supe qué hacer.

Mis manos estaban en sus caderas agarrándola con dedos temblorosos y mi mente me repetía una y otra vez que estaba mal, que no debía caer en la tentación fácil. Sin embargo del mismo modo vinieron a mi mente tus palabras, "yo la quería a ella", y eso me hizo retomar mi decisión.

Su beso era muy diferente al tuyo. Era dulce, sí, pero también era tierno y delicado, realmente sabía a mandarina y ella no usaba los dientes como tú, sino su lengua. Le gustaba lamer mis labios y jugar en el interior de mi boca con mí lengua profundizando el beso rápidamente. No podían ser más dispares. Sus dedos no me arañaban o me jalaban el cabello con fuerza, sus dedos me daban suaves caricias delineando con cuidado las líneas de mi abdomen o jugaban con los mechones de mi cabello. También sus pequeños ruidos, eran más ligeros, apenas un murmullo de excitación, no como los tuyos que eran una tormenta en medio del mar.

Era como probar volar entre las nubes pero en una mañana soleada sin estrellas que ver en el firmamento y yo solo podía pensar en la estrella que iluminaba mis noches.

Nos separamos jadeando ligeramente y pude ver el rubor de su cara y las ganas de querer seguir adelante pero no me sentí con el valor de hacerlo, aunque tampoco con el de evitarlo. Solo dejé que sucediera sin poner resistencia.

Soy de lo peor, lo admito.

Hacía un par de horas lloraba por ti y ahora estaba besando a otra. ¿Qué clase de persona era? Sinceramente no me reconocí y Chika no merecía eso, ni tú tampoco. Era como si mi cuerpo actuará por sí solo.

Fue allí que te escuché.

La melodía triste de un piano se oyó de pronto y supe que eras tú. No pude seguir. Mi sirena me estaba llamando y yo no iba a dejarla ir o a perderla tan fácilmente.

Detuve las manos de Chika y sus labios sobre los míos.

—Lo siento… —le dije poniendo mi frente sobre la suya—. Lo siento Chika-chan, pero no puedo corresponder tus sentimientos... Yo amo a Riko-chan.

Me abrazó con fuerza buscando aferrarse a mi pero yo no le pertenecía, yo ya tenía dueña... aunque esta no me quisiera a mi. No me importaba, si había hecho una vez que se fijara en mí, que me mirara una vez, pondría todo mi empeño en hacer que volviera a mirarme de la misma manera.

"Si me miras... si me miras… si me miras."

Me levanté con esa decisión, con la convicción de recuperarte, de volver a tenerte entre mis brazos y que fueras solo tú la única, porque no había nadie más.

—Si vas por el pasillo hasta la ventana del final llegarás al balcón que da a su cuarto —me dijo ella con las lágrimas en sus ojos saliendo copiosamente.

Quise acercarme para abrazarla pero me rechazó, no la culpo, yo misma me estaba odiando por lastimarla de esa manera.

—¡Vete! —me empujó alzando la voz—. Vete ahora que sé que me dolerá menos que si te quedas y sigues el juego.

Di un paso atrás avergonzada y apenas pude susurrar un gracias antes de salir corriendo.

Aún recuerdo cuando tú hiciste lo mismo huyendo de Shiitake, el perro de Chika, como corriste tanto buscando salvar tu vida de un amistoso perro que solo quería saludarte a su modo. En esa ocasión brincaste desde la casa por una ventana hasta llegar al balcón de tu cuarto. Tendría que repetir esa hazaña. No me importaba si tenía que hacerlo mil veces aún si mi única recompensa era que tus ojos dorados me volvieran a mirar por un segundo antes de mi muerte. Todo habría valido la pena.

Para mi suerte la ventana estaba abierta y vi tu silueta en el otro extremo sentada frente a tu piano concentrada en las notas que producían tus dedos. No dude. Salté sin ver atrás. Salté como un acto de fe, como aquel que se aventura en el mar sin saber qué vendrá después.

Caí con fuerza.

Golpee el suelo con todo mi cuerpo y quede a escasos centímetros de tus pies. Creo que me había lastimado algo, porque dolía como el demonio.

—¡You-chan! —te oí llamarme y levanté la mirada para encontrarme en esos hermosos ojos dorados que hacían que todo ese dolor valiera la pena.

Como pude me puse de pie.

—¡No me importa si solo te gusta Chika! ¡No me importa en lo absoluto! ¡Yo voy a hacer que solo me ames a mí! —te dije a los gritos—. ¡Solo a mí! ¡Porque tú eres mía y yo soy tuya y si tú no puedes ver eso, yo voy a hacer que lo veas!

—Eres una idiota, una You idiota —me rodeaste con tus brazos y aún con el dolor por el golpe te estreché contra mi—. Pero eres mi idiota.

—Te amo Riko-chan —susurré a tu oído.

—Te amo You-chan —hiciste lo mismo en el mío—, sólo que no te voy a perdonar tan fácil el que hayas estado con Chika, ¡hueles a mandarinas!

Me rasque la mejilla apenada y tú hiciste un puchero.

—Tendrás que besarme muchas veces para que te perdone por eso —clavaste tu dedo índice en mi pecho justo en el punto que es más doloroso y me llevaste hasta el borde de tu cama—. Tienes que hacer muchos méritos —me empujaste.

Caímos sobre tu cama, tú encima de mi. Tus dientes en mis labios en ese beso rudo, en ese beso culposo que siempre me das, tan lleno de pasión, tan lleno de ti y tú amor atropellado. No quería estar en ningún otro lugar que no fuera este, entre tus brazos y entre tus piernas.

—Tengo toda la vida por delante para hacer todos los méritos que quieras —te dije haciendo que cambiaramos de posición.

Me acomode entre tus piernas mordiendo el lóbulo de tu oreja bajando con mi lengua hasta tu cuello y me recompensaste con tus hermosos gemidos.

—Aún así no te ganarás mi perdón tal fácil —jalaste mi cabello para que te mirara una vez más y no pude evitar sonreír.

—Entonces, ¿no quieres ser mi novia realmente? —me aparté un poco borrando la sonrisa de mi boca y tú me miraste con intensidad.

—Yo no he dicho eso —me pellizcaste la mejilla—. Aceptaría ser tu novia si me lo pidieras apropiadamente en lugar de caer de improviso en mi cuarto.

—Bueno es que simplemente no puedo estar sin tí —saque la lengua haciendo un gesto chistoso para contagiarte mi alegría.

—Eso es una excusa muy pobre —volvimos a cambiar de posición ahora tú encima de mi sentada sobre mi vientre—. Tienes que esforzarte en algo más que solo eso para que te perdone por irte con Chika.

Me incorporé recargándome en mis codos entrecerrando mis ojos.

—Tú también tienes algo de culpa en eso —te ofendiste con mis palabras.

—¡Por supuesto que no! —me eché a reír.

—Claro que sí pero no me importa, lo que me importa es tenerme sólo para mi de ahora en adelante sin ocultarnos —te dije y pareciste pensar las cosas poniendo ese ceño fruncido.

—Pero así ya no es divertido… —hiciste un mohín con tus labios.

—Bueno podemos evitar ir gritándolo a los cuatro vientos y solo tener una relación discreta para evitar ser el centro de atención de los demás —en especial de Chika, pensé esto último pero no te lo dije.

Realmente me daba pena pensar en besarte o ser cariñosa contigo delante de ella sabiendo que podría lastimarla más de lo que ya lo había hecho.

—Aún así dejaré bien claro al resto del mundo que tú solo me perteneces a mí —de esa manera te pegaste a mi cuello mordiendo y succionando dejando una marca que seguramente sería difícil de ocultar al día siguiente.

—Ponme un letrero si quieres, sabes que solo seré tuya y de nadie más, como serás mía y solo para mí —tomé tus labios nuevamente dejándome perder en el sabor de tu saliva y en el olor de tu cabello.

Ya habría tiempo después para lidiar con el resto del mundo.

— o —

Bonus Pack?

Esto bien pudo pasar tiempo después o sólo es para su imaginación luego de leer que alguien dijo que era mejor que acabará en un trío. Yo solo dije, "¿un trío? De ninguna manera", para después decir, "¿un trío? Podría ser…".

— o —

Había accedido a esta loca idea después de pensarlo mucho. No me hacía mucha gracia el tener que compartirte pero aceptó que el trato tenía sus ventajas. Aunque había dejado en claro que solo sería cosa de una vez. No sabría si podía soportar el verte besar a alguien más que no fuera yo.

Fue de ese modo en que por una extraña razón terminamos las tres en el cuarto de Chika. Sólo la tenue luz de una lámpara de escritorio y los rayos plateados de la luna que entraban por la ventana iluminaban la habitación. Estaba nerviosa, no lo voy a negar. Esto era como una fantasía que solo en mis más oscuros pensamientos había llegado a tener y ahora era real. Frente a mí te tenía a ti de mi lado derecho y del lado izquierdo la tenía a ella. Mi beso culposo contra mi energética amiga.

El silencio era algo raro, creo que las tres estábamos igual de nerviosas. Aún no nos habíamos decidido en dar el paso para comenzar y ya nuestra respiración se sentía agitada. Tome la iniciativa.

Te atrae hacia mí dándote un beso, como siempre, tus dientes se apropiaron de mis labios y fuiste a fondo buscando dominarme. No sé cómo lograba llevarme de cero a cien de esa manera.

Nos separamos jadeando y ahora me giré para verla a mi mejor amiga. Chika tenía las mejillas rosadas, creo que de excitación por lo estábamos haciendo. Jugar al juego ilícito con tres participantes. Me incliné hacia ella y ella vino gustosa hacia mí. Fue su lengua lo primero que rozó mis labios, lamiendo las heridas que tus dientes hicieron en mi boca. Sus besos eran más húmedos y llenos de ternura, aunque se habían vuelto más entusiastas. Creo a causa de la idea de poderme besar delante de tí.

Luego de recorrer con su lengua los rincones de mi boca nos separamos dejando que un ligero hilo de saliva fuera lo último en romperse.

Te volví a ver, tus ojos dorados parecían estar en un gran conflicto. No sé si querías volverme a besar o sólo golpearme por besarme con otra en tu cara. Agarre tu mano y te jale para que te acercaras a Chika y antes de besarla me miraste para después poner tus ojos en ella.

Debo admitir que el espectáculo era demasiado erótico para mí. Verte besarla usando tu rudeza, tu pasión sobre su calidez y animosidad me encendió. Era una pequeña guerra para dominar a la otra, un beso cargado de tanto que quise participar también en él.

Las tomé de la cintura y las atrajeron a mí, tenía a las dos sólo para mi deleite y ese, ese sería solo mi placer culposo que no voy a compartir con nadie.

— o —