¡Hola y bienvenido seas a esta nueva historia!

Las parejas a tratar seran: OsoIchi, la principal. OsoChoro, KaraIchi, AtsuTodo y JyushiHomura; las segundarías.

La historia no data en ningún au oficial, es simple cotidianidad.

Ni la imagen de la portada ni el anime son mios.

Espero que sea de su agrado.


"Este anillo representa mis sentimientos por ti, Ichimatsu, cada vez que lo mires quiero que pienses en lo que hemos tenido que pasar para sobrellevar esta relación. Solamente cuando te deshagas de él comprenderé que lo nuestro se terminó"

Las cosas no son tan sencillas como él me lo hizo creer. Las emociones no se esfuman por arrancarse una argolla del dedo, las lágrimas no se disipan por tratarla de perder, el dolor en la piel no borra sus acidas marcas por regalársela a alguien más. Desde que lo conocí él monto su teatro para robar el papel principal, con ególatras mentiras y una bonita maraña de patrañas. Debí haber estado preparado, oculto en un refugio recubierto de metal cuando nuestro romance se estrelló y sus fragmentos me amenazaron con atravesarme. Debí haberlo sabido.

Pero no lo supe.

"¿No estás emocionado?" Sus grandes y efusivas manos se apoyaron sobre mis hombros "¡Otro año más!" Cargando su peso sobre el mío, empujándome hacia el frente de la fila, consiguiendo que mis piernas avanzaran dos puestos más en el pulcro pasillo del primer piso.

"Jyushimatsu, no seas tan ruidoso" Aunque le pedí aquello, su sonrisa, y sus movimientos tan solo se intensificaron.

"¡Espero que tengamos más clases juntos! ¡Hustle, Hustle! ¡Muscle, Muscle!" Rodeé los ojos con fastidio, para esconder una tímida y trémula sonrisa entre los arcos de mis mejillas. Temiendo que está fuese a desaparecer.

Cuando me cambie a esta universidad estaba convencido de que con mi aura espantaría a mis compañeros al estar rodeado por una actitud de muerte, y encendido por la marcha de un funeral, sin embargo, mis constantes negativas y un denso pesimismo a él nunca le parecieron molestar. Jamás comprendí que fue lo que él vio en mí para invitarme a ser su amigo. Somos tan diferentes, tan opuestos; pero, aun así, se lo agradezco. Él me logró sostener.

"¿Crees que por lo menos nos tocará el mismo profesor?" El de sudadera amarilla se encogió de hombros, desorbitando la mirada hacia la fila, como sí esta se pudiese mover con una mueca de impaciencia y un atisbo de frustración.

"Pero, aunque no tengamos nada juntos ¿Almorzaras conmigo?" Encendido por la pena ante sus directos discursos baje la nuca.

"Así lo hicimos el año pasado ¿No?" No fue necesario contemplarlo de frente para adivinar el mohín que se trazó.

"¡Ichimatsu es todo tsundere!"

"¡No lo soy!" Con el rostro ardiendo le di la espalda, avanzando por fin hacia la secretaria de estudio, en donde se nos entregarían los horarios para el siguiente semestre.

Con una ojeada aburrida, mal disfrazada en interés ingresé en la habitación, con la jefa de carrera en frente de un elegante y exagerado escritorio, haciéndome un ademan con la boca para que tomase asiento al frente de esa intensa y acusadora mirada, oculta bajo un par de gruesas gafas. Deseando que esta tortura se terminará le entregue mis datos y mi credencial, arrepentido por no haber frecuentado cada día de vacaciones el refugio de gatos.

"Necesito que leas y firmes esta cláusula, para poder renovar" La mujer de cabellos rizados y rojizos me extendió un gigantesco folio sobre la mesa, junto con un lápiz pasta con la tinta azul a medio usar.

"Seguro" Sin si quiera leer el contrato me limite a firmarlo. Ya no me podía dar el lujo de perder otro año "Ya está" Mi orgullo me había arrinconado arrebatándome mi gama de opción. Estaba atrapado.

"Así que por fin se decidió a quedarse en un lugar" Su tono burlón al recoger los papeles me irrito "Por lo que pude leer en su historial, está no es su primera carrera ni su primera opción de universidad" Frunciendo el ceño, me mordí la lengua para atracarme con mis maldiciones, y luego vomitarlas en la soledad de mi hogar.

"No creo que eso le deba importar, después de todo tiene cientos de estudiantes más" Clavé mis uñas en mis viejos pantalones deportivos, colérico.

"Es cierto" Ella jugo con el marco de sus elegantes lentes "Pero a ti te recuerdo en especial, por todos los problemas que me trajiste el semestre pasado"

"¿Ya acabamos?" Ella bufo indignada "¿Me puedo retirar?" Con una sonrisa filosa, asintió.

Al salir de la secretaria de letras busque un par de puertas más allá la de educación, en donde, Jyushimatsu debería estar terminando con sus trámites para la renovación. Con los brazos cansados de que me impusieran altos, y la mente hastiada, me recargue en una de las viejas sillas que habían puesto para que fuese más cómodo esperar, paseando la mirada en el exagerado jardín de la facultad. Reprochándome por haberme permitido acabar en este lugar. Era evidente que no calzaba con esa clase de personas.

Nunca pude encajar.

Antes de que me dispusiera a perderme en el mar de confusión que representaban mis pensamientos, una vibración en el bolsillo de mi pantalón captó mi atención. Con curiosidad y fastidio tome el aparato para leer la notificación de que un número bloqueado se había intentado contactar cinco veces en la mañana, y me había dejado mensajes en el buzón, palabras que no me molestaría en escuchar al borrarlas, evitando toda tentación.

"¡Ya acabé!" Mi amigo, con una mirada brillosa, y la manga caída me extendió su horario "Al parecer solo tendremos un electivo juntos" No pude evitar que mi estómago se inundará de asco y pavor ante esa confesión.

"Ya veo"

"¡No te pongas de esa manera!" Sus palmas atraparon mis mejillas "¡Vamos, sonríe! ¡Arriba! ¡Arriba!" Con mi mejor actuación le esboce una patética risilla.

"¿Contento?" Sus ojos se agrandaron, analizando mis facciones.

"No" Sentencio antes de atacarme con sus manos en el estómago, haciéndome cosquillas, humillándome al frente de nuestros otros compañeros estancados en la fila.

"Ya basta" Sin poder contener mi risa le suplique "¡Ya estoy feliz!" Satisfecho él me dejo "No hagas eso, sabes que no me gusta llamar la atención" El contrario no se disculpó, dándome la mano para ir hacia la salida de la universidad, cruzando un frondoso sendero de árboles y una gran estatua blanca del fundador. Todos los que estudiaban allí eran unos egocéntricos con complejo altruista, gobernados por un carácter de mierda y un cinismo abismal. Eran un ejército de copias falsas.

Jyushimatsu era mi única excepción.

"Este semestre tendré más clases con Homura" Las mejillas de mi amigo se tiñeron, sutilmente, de escarlata "Eso me pone nervioso, es la primera vez que tengo pareja" Su respiración se agito "Real"

"Ustedes dos son raros juntos" Metiendo mis manos en mis bolsillos, suspiré "Estarán bien, son como un rompecabezas deforme que calza"

"Ichimatsu" Aún desconcertado lo miré "Eres realmente malo dando apoyo"

"¡Al menos lo intento hacer!" Enfadado por su risa, con el rostro enrojecido de vergüenza, chasqueé la lengua, mirando hacia otro lugar, siendo atrapado por un fraternal abrazo sobre mis hombros y una insufrible insistencia. Él me sabia comprar.

"No dije que fuese malo" Él junto nuestras mejillas de forma empalagosa al leer el rechazo, y detectar la frustración tatuada en mi voz "No te enojes" No lo mire "No era mi intención" Sabiendo que ese inocente ángel era experto en manipulación, desistí en mi causa, mostrándole un sumiso lado mío, sin que se tuviese que clavar con mis espinas.

Nunca se lo confesaré en voz alta por temor a que nuestra amistad se esfume entre mis brazos, y lo único que me deje sea una horrenda cicatriz sosteniendo mi corazón, pero él es la persona más importante que tengo. Jyushimatsu me importa, persevero para ayudar, aunque mis ilusiones no basten, trato de actuar como lo debe hacer un amigo al escuchar y aconsejar en pleno averno, me intento deshacer de mi incomodidad. Todavía me cuesta creer que esto sea real, y no una de mis fantasías. Es lindo lo nuestro. Es aterrador.

"¿Ichimatsu como es estudiar filosofía?" Mi ojo comenzó a tiritar enunciando mi frustración "¿O era sociología? ¿Psicología? ¿Pedagogía?"

"Llevamos un año con esta discusión" Pude sentir como él trepito, apoyado en mi espalda, por mis gruñidos profesados en canticos de ultratumba "Estudio letras, no todas las carreras humanistas son iguales"

"Para mí sí" Por como él dejo caer su cabeza sobre mi hombro, supe que no ganaría esta batalla "Tú también confundes el béisbol con otros deportes"

"Buena jugada" Murmure llegando al gigantesco portón negro que marcaba la salida de la universidad, chocando múltiples carritos de comida y una vieja estación de metro a medio descuidar.

Antes de que pudiésemos planificar una aburrida tarde de ocio mi teléfono volvió a vibrar, esta vez, arrojando una chillona canción, rechazando la idea de un número bloqueado al no pasarlo a buzón de voz. Con la mandíbula tensa deslice el aparato desde mi bolsillo para leer que quien me buscaba era un contacto desconocido.

"¿No vas a atender?" Maldije su compañía sin poder presionar el tentador botón rojo, pretendiendo ahorrarme la tediosa y triste explicación. Queriendo salvar las mentiras sobre las que construí una inocente dependencia. Privándolo de esta toxica personalidad.

"Está bien" Temeroso conteste "¿Diga?" La respiración del otro lado de la línea erizo cada poro de mi piel al volverse irregular. Agitada y asustada; insegura.

"¿Ichimatsu?" El aliento se me detuvo junto con el palpitar, mi propio respirar me ahogo "¿Tienes idea de cuánto tiempo te he tratado de contactar?" Reconocía esa condenada voz.

"Es muy bajó llamarme de un número que no tengo registrado" Apoyé el aparato con fuerza en mi oreja, como sí de esa manera pudiese impedir que él escuchará. Con la cordura dependiendo de un delgado hilo.

"Te he llamado por años solo para que me evites, tuve que recurrir a métodos desesperados" La nuca de Jyushimatsu se ladeo mientras él se llevaba la manga del poleron hacia la boca, claramente confundido. Siempre analizando.

"¿Qué es lo que quieres Todomatsu?" Él nombrado rio.

"Pero que frío" Todos los temores que había guardado y etiquetado en una frágil caja de cristal "¿Ya no recuerdas cuando me llamabas Totty?" Se estaban empezando a quebrar.

"Te voy a colgar" Buscando una manera de atarme las muñecas, y tirarme a su infierno; una vez más.

"Te prohíbo que lo hagas" Sonreí pasando saliva con aprensión al imaginar su irritada expresión "Te voy a mandar la dirección de mi café preferido para que nos encontremos en una hora a tomar algo" Rodeé los ojos con la mandíbula desencajada "Necesitamos hablar" Esto era típico de él, dar órdenes, mover los hilos, lastimar. Todomatsu era experto en manipulación, el diablo con sonrisa angelical.

"Tienes bolas para hablarme de esa manera luego de lo que pasó entre nosotros dos" Pude oír como él tosió, recomponiéndose con dificultad "Voy a colgar"

"Es tiempo de dejar esa historia atrás" Aunque desease mirar hacia otro lugar, las marcas; ardiendo, pesando, sangrando, me lo impedían.

"Que conveniente para ti, jodido cínico" No sería su espectáculo de circo otra vez.

"Está bien, no me tienes que tratar como antes, pero lo que te contaré te interesará" Como sí él pudiese adivinar mis diálogos, prosiguió "Es sobre Osomatsu" El palpitar se me congelo al ser testigo de aquel nombre "Te diré más si vienes, te estaré esperando" Antes de que pudiese volver a reaccionar él ya había cortado.

"¿Quién es Osomatsu?" Aún en trance deje que mi celular se resbalará con el sudor de mis palmas, estrellándose en contra del pavimento, quebrajando la pantalla, arrojado un gran vidrio al lado de mis pies. Demostrando lo descompuesto que estaba.

"Prométeme que me hablaras todos los días, Ichimatsu" Sus masculinos y fuertes brazos aferrándose a mi cuello "Que me vendrás a visitar alguna vez" Su aliento a cerveza barata y cigarrillos "Te voy a echar de menos" Su rostro bañado en las lágrimas en contra de mi cuello "Yo" Lo sabía "Te quiero, nunca lo dudes ¿Sí?" Yo aún no lo puedo olvidar.

Él fue alguien muy importante, un confidente que reposo cerca de mi corazón, un compañero de huidas en nuestros empolvados días de escuela, un tutor, un hermano. Un mundo entero; eso fue Osomatsu. Sin embargo, cuando la situación se agito y me vi envuelto en medio de la tormenta, abrazándome a mí mismo temiendo el llamado del punto final, gritando por una ayuda que jamás llegó, también lo decidí olvidar.

"Pienso que deberías ir" El más alto con una poca característica seriedad me devolvió el aparato, intentando que yo no tocará ningún vidrio a medio pegar "Se escuchaba como un tema importante"

"No" Con un escalofrío en medio de mi columna "No puedo ir" Me sentencie "Él es alguien a quien solía conocer, nada más"

"Son pocas las veces que veo en ti esa clase de expresión" Sin importarle a Jyushimatsu que estuviéramos en medio de una multitud, él alzo mi mentón "No me gusta, la evito porque parece que te duele algo en el pecho" Hipnotizándome con ese enigmático tono.

"No es verdad" Murmurándome una dulce canción.

"El problema no va a desaparecer sí lo evades, tan solo se va a profundizar" Atónito permití que su mirada dorada atrapara la mía "Sí te da miedo luego de enfrentarlo yo los espantaré, no me iré de tu lado"

"Me da miedo cuando tomas esa actitud tan adulta" Murmullé profesándome pequeño, miserable, aterrado "No lo vuelvas a hacer" Como sí él fuese lo único que pudiese unir el desastre de derroche que yo era.

"Es mi trabajo como amigo" Musito retomando su característica actitud "¡Ahora ve!" Agitando el bate que cargaba en su mochila como amenaza, sin importarle la multitud del lugar.

"¡Voy!" Grite apartándome antes de que me llegará un golpe "Solo guarda esa cosa, no quiero que hallan heridos" Él asintió apoyando el bate sobre su cabeza, entregándome un extraño gesto de manos antes de que yo comenzará a correr hacia la estación.

El vagón de metro llego a la brevedad, con pocas personas en su interior, y varios asientos vacíos. Con el alma agotada me recosté en uno apartado, en la orilla, perdiendo mi concentración en el paisaje de la ventana, ignorando al cantante ambulante o a los de falsa fundación que se dedicaban a pedir limosna de ingenuos.

Él fue mi primer amigo de verdad, una foto a mi lado en el anuario escolar, mi escolta en las fiestas, mi pareja para los secretos. Osomatsu exprimió cada gota de mi confianza, hasta que está dejo de doler. Él me supo animar, me hizo crecer, me hizo subir, juntos llegamos al cielo, y luego solo desapareció. Me abandono y nadie frenó esa caída. Me cambio, porque nunca fui lo suficientemente bueno.

¿Tiene sentido tratar de reponer algo cinco años después?

Todomatsu es un ridículo. Es su culpa también.

Con los ojos entrecerrados me dedique a dormitar hasta llegar a la estación en donde el de sonrisa venenosa y mirada tierna me había indicado que me debía bajar. No tuve que caminar mucho por las calles del centro para llegar al excéntrico local titulado "Sutabaa", de papel tapiz café, un elegante piso de madera, mesas y sillas con actitud post moderna, y una multitud de arrogantes tomando bebidas extremadamente caras en el local.

"Ichimatsu" Mis piernas se enredaron al escuchar de cerca aquella voz "¡Por aquí!" Que tanto tiempo trate de olvidar, de arrancar de los ecos entre mis pesadillas.

Con una rígida postura, los hombros tensos, y una mueca de clara incomodidad me encamine hacia la mesa del rincón, en donde Todomatsu, me estaba esperando vestido con un pretencioso conjunto café, de polera rosada y un tonto gorro blanco con listón. Él idiota no había cambiado en estos años. La historia no juega así para los dos.

"Todomatsu" Proclame antes de tomar asiento al frente de él, mirando una taza de porcelana con crema en su interior.

"La pedí para ti" Murmullo orgulloso, tomando un tazón rosa entre sus manos, sorbiendo el líquido sin pudor "Era tu favorita cuando íbamos juntos a la escuela"

"Era" Le recalque "Ahora la aborrezco, como muchas cosas más" Él contrario frunció las cejas, irritado por mi infantil comportamiento. No me planeaba disculpar "Ahora dime ¿Qué es lo que querías hablar?"

"Que cortante" Se burló delineando el borde del tazón con su delicado dedo "En el fondo sigues siendo igual"

"¿Qué era lo que me querías decir?" Le insistí cabreado "Todavía me puedo ir y pretender que nunca tuvimos esta conversación" Todomatsu suspiro, tomando aire, frotándose la frente, en busca de paciencia.

"Osomatsu va a regresar" Mi mandíbula y mi boca se cayeron denotando sorpresa "Sí, yo tampoco lo esperaba"

"Pero" Las manos me jugaron ansiosas con el mango de la taza "Pensé que él se planeaba casar en ese lugar" Por la mirada que él me entrego, tan apagada y compasiva, me decidí callar.

"Él se fue dos años antes de acabar la escuela" El brillo que sus orbes desprendieron "Se supone que él se iría de intercambio a América hasta que llegará la graduación" Me quemó.

"Pero se quedó allá" La garganta me supo a oxido mezclado con rencor.

"Sí" Él le dio otro sorbo al café, quemándose la lengua "Porque se enamoró de un chico extranjero"

"Choromatsu" Todomatsu, atónito, parpadeo.

"Así que no estás tan mal informado" Tan solo pude centrar la mirada en la espuma de mi bebida, apreciando como las burbujas se reventaban "Por lo que Osomatsu me conto por Skype, él sí se quería casar" La nuca me ardió, azotándome con una dolorosa punzada "Pero le dijeron que no" Grabándose entre los vestigios de mis heridas. El laberinto de mi corazón.

"¿Qué?" No pude contener la sorpresa. Ellos estaban tan enamorados.

"Choromatsu lo rechazo" Susurro, con miedo a ser escuchado "Eso lo dejo devastado" Ninguno respiro "Por eso él me pidió que lo ayudará con el traspaso hacia mi universidad"

"¿Porque no se queda allá?" No pude disfrazar el pánico. Se estaban abriendo cicatrices empolvadas "Es un poco precipitado arrojarlo todo por la borda" Las estaban volviendo a hacer arder.

"No quiere, y no lo culpo" El de facciones delicadas extendió sus manos sobre la mesa, con temor a tomar las mías "Sus amigos, sus estudios, su vida, todo lo construyo en base a Choromatsu, y si se queda, inevitablemente lo terminara por recordar"

"¿Qué tengo que ver yo en todo esto?" Dejando que él me sostuviera entrelacé nuestros dedos "Todomatsu, nosotros no hablamos desde que acabamos la escuela, yo no quería saber nada más de ti" El corazón se me apretó "O de él"

"Nunca entendí lo que paso entre Karamatsu y tú" Su nombre fue como un disparo directo en el orgullo "Lamento no haber estado allí cuando lo necesitaste y ahora estar regresando porque necesito un favor" Despedazándolo en cientos de fragmentos, arañando mi piel.

"Nada que tenga que ver con Kusomatsu me importa" La mentira más grande que jamás conté.

"Tú quedaste muy mal después de eso" Él se inclinó sobre la mesa, como sí de esta manera pudiese captar mi atención sin que doliera "Te desligaste de nuestro grupo de amistad, ignoraste el contacto con Osomatsu, me botaste"

"¿Me vas a sacar en cara cosas que aún no entiendes?" Él más bajo negó, con una sincera expresión de tristeza. Esto era el peso de la culpa.

"A lo que quiero llegar es que" Sus dedos rozaron los míos, dejándolos ir "Quiero que distraigas Osomatsu en alguna especie de relación sin compromiso" No contuve mi esquizofrénica risa ante esa petición.

"Estas jugando" Por su serio rostro y esa mueca de fastidio supe que no "¿Enserio? ¿En qué mierda piensas Todomatsu?"

"No te hagas el ignorante, ustedes dos siempre tuvieron una buena química, se notaba a leguas que se gustaban" Me aparte, apoyando mi espalda en el asiento, desbordando con el movimiento la taza de café "Él está mal ¿Si? Nunca lo había visto así de destrozado, y sino tiene a alguien que lo distraiga" Su voz fue el único eco que resonó por las paredes del local "Temó que se acabe hundiendo aún más"

"¿Y porque no te ofreces tú de mártir?" Mi voz salió segura y venenosa. Lista para devastar.

"Porque tengo novio" Gruño indignado "Nunca alcanzaste a conocer a Atsushi, aunque lo habrías hecho de no evitarme"

"¿Qué te hace pensar que él estará de acuerdo? Quizás este enojado por mi indiferencia" El contrario rio, negando con la cabeza.

"Cada llamada que nosotros tenemos, él lo primero que hace es preguntarme por ti" Pude leer recelo en su pronunciación "Él te extraña, te quiere ver" Mi rostro cosquilleo por aquella confesión, sin saber cómo debía reaccionar. Temiendo caer una vez más.

"Pero" Él de contemplación angelical desprendió su cola y sus cuernos al golpear la mesa, parándose con brusquedad, tomando todas las luces del reflector. La paciencia se había agotado.

"Escúchame Ichimatsu" Su rostro se inclinó sobre el mío, sus manos tomaron el cuello de mi polera "Te lo diré solo una vez y tú entenderás" Agitándome "Osomatsu se cambiará a nuestra universidad, convalidara para quedar en tu misma carrera, irán a clases juntos, se quedará en tu departamento, y tú lo trataras de sacar de esa relación con un lindo romance de reencuentro"

"¿Desde cuando tienes el coraje para mandarme?" Con el mismo dominio me alcé, sin dejarme intimidar por aquellos fantasmas, ni esas palabras de cristal "Totty"

"Desde que permití que mis mejores amigos se apartan" El ambiente se tensó, rompiéndose con una sola frase "Deje que todo se derrumbará y no hice nada, permíteme, al menos, ayudarlo a él" Con tan solo una caricia de sinceridad.

"Yo" Hace años que no lo veía tan frágil.

"Por favor" Tan pequeño "Ichimatsu" Yo aún era débil.

"Está bien" Todavía lo quería proteger, a pesar de las batalles perdidas y los huesos olvidados "¿Qué es lo que tengo que hacer entonces?"

"Mira, no creo que tú y Osomatsu se enamoren de verdad, pero vivan una relación divertida, sácale de la mente a Choromatsu para que él esté dispuesto a amar a alguien más" Algo en mi interior se derrumbó con esa petición. Siempre siendo un trapo más.

"¿Algo así como un despecho?" La boca del más bajo se deformo para asentir.

"Creo que sí, pero lo suyo más bien sería un reencuentro" Presione mis parpados, sabiendo que me arrepentiría de esta estupidez "Donde hubo fuego cenizas quedan"

"Sí lo hago será por la deuda que tengo con él, no por ti" Y, aun así, sin lograrla detener.

"En cuatro días lo pasaremos a buscar al aeropuerto, y le daremos un recorrido por la ciudad como en los viejos tiempos" Totty con su característico encanto me abrazo de los hombros "La pandilla se reúne de nuevo"

"Karamatsu no ira ¿Cierto?" Esos ojos rosáceos gotearon melancolía "Esa es mi única condición, no me lo quiero tener que encontrar" Llorándole a la nostalgia "No a él"

"Está bien" Murmullo decepcionado "Prometo que no lo tendrás que volver a ver"

"Entonces tenemos un trato, Todomatsu" Con un apretón de manos y una mueca altanera le había vendido mi alma en aquel contrato.

Teniendo la certeza de que me arrepentía, que sería estropear el trabajo de sanación que tres años de tortura me tomo para borrar, que sería un suicidio reabrir mis latentes, pero olvidadas heridas, y, aun así, sin poder ocultar la ilusión que me ahogaba al pensar en esa despreocupada y cálida sonrisa.

El por siempre no es algo real, tan solo deja horrendas cicatrices que jamás se logran sanar al arder en llamas.

Era hora de que Osomatsu comprendiera que las cosas entre nosotros cuatro habían cambiado.

Que yo era alguien más.


No se si se entendió para variar XD

Resumen: Osomatsu se debía ir dos años de intercambio, hasta que se acabara la escuela, pero se enamoro de Choro y se termino quedando más.

Ichimatsu corto todo contacto con su grupito de amigos (Kara, Totty y Oso) por circunstancias que se revelaran más adelante.

Cualquier preguntita la respondere con amor.

Saco varios fics de una porque estoy de vacaciones y tengo tiempo para actualizar algo casi todos los días y sentí que le faltaba amor al OsoIchi, he encontrado poquitos fics de ellos.

Bueno, gracias a quien leyó y llego hasta acá.

Lo siento si quedo muy deforme.