Surprise! Yeah, I know I have two wips but I really wanted post this new translation for you today. So thank you so much to MissWinkles for give me her permission for its translation. Thank you hun :)

Hope you enjoy it!

¡Sorpresa! Sí, sé que tengo dos fics en progreso pero realmente quería publicar esta nueva traducción para ustedes hoy. Así que muchas gracias a MissWinkles por darme su permiso para su traducción. Gracias cariño :)

¡Espero que lo disfruten!


El discurso de siempre :P Nada me pertenece, los personajes son de Stephanie Meyer y la autora de la historia es MissWinkles, yo solo traduzco.

Muchas gracias a mi querida amiga y Beta Erica, por seguir acompañándome en este nuevo año que inicia.


N/T: Un pequeño aviso para que no los tome desprevenidas. La autora de esta historia es Australiana y el Forks que se menciona aquí está en Australia ;) por lo que también encontrarán muchas referencias a ese país.


Uno


"¿Bellaaaaa?"

Puedo escuchar a mi mamá llamándome desde la entrada al otro lado de la casa. Probablemente he estado aquí parada más tiempo del necesario, solo mirando, pero únicamente necesito un minuto para asimilar todo.

"¡Ya voy!" Grito por encima de mi hombro.

Ella y papá me están esperando en el coche para verme partir hacia mi gran aventura—mi primer paso hacia el mundo real sin ellos. Tenía todo empacado; veinticuatro años de pertenencias metidas en mi pequeño Barina de dos puertas. Ropa, chucherías, libros, ropa de cama—todo lo que me pertenece rellenando cada espacio disponible en el coche. Hay cosas sobre el techo, dentro del maletero, en el asiento trasero; está amontonado tan alto que no puedo ver por la ventana de atrás.

Al inhalar, saboreo la esencia de los árboles de eucalipto y la tierra seca; el olor de suelo, el olor que ha entrado por la ventana de mi recámara desde siempre. El plañido agudo de las cigarras suena con fuerza a mi alrededor, interrumpido por el graznido del martín pescador por encima de mi cabeza, oculto en alguna parte del follaje encima de mí.

Es casi la una de la tarde y el sol está en su punto más caliente; opresivo y agobiante. Voy a extrañar el crujido de las hojas secas y la tierra debajo de mis pies. Voy a extrañar el sentir el sol en mi piel; abrazador y quemando mis hombros y la parte de atrás de mis piernas.

"¡Vamos, Bella! ¡Date prisa!" Grita mamá otra vez, aplaudiendo con sus manos.

"¡Ya voy!" Grito. "Jesús."

Frunzo el ceño, dejando que una hoja se desmorone entre mis dedos, el aroma a eucalipto manchando mi piel.

Mis sandalias se arrastran en la tierra mientras rodeo la casa, admirando sus listones blancos de madera una vez más.

En las últimas semanas he estado muy emocionada para estar nerviosa. Y ahora, de pie frente al precipicio de mi futuro—estoy que me cago del susto. He vivido en la misma casa desde que nací, estado en la misma recámara desde que puedo recordar, jugado las traes y atascado en el lodo (1) con mi vecino Jake Black desde que teníamos seis años. Pero ahora tengo veinticuatro, casi veinticinco, y es tiempo de ser un adulto. Es el tiempo de valerme por mí misma y tomar las cosas en mis manos. Tomar el toro por los cuernos y todo eso.

Así que, para demostrar mi madurez, empaqué todas mis cosas terrenales e iba a trasladar mi trasero durante seis horas por la interestatal hacia una pequeña ciudad costera llamada Clearwater, dónde vivían mi tía y mi tío. Había visto la playa una vez, cuando tenía unos doce años. Además de eso, sabía que era grande y húmeda y había tiburones. Decir que estoy ansiosa es un eufemismo. Estoy emocionado así como asustada de integrarme a un totalmente nuevo estilo de vida. No estoy acostumbrada al clima frío o a la lluvia. Estoy acostumbrada al calor seco y a un área del país, a calles tranquilas y a nadar en el río. Crecí ensuciándome, raspándome las rodillas y jugando a las carreras con Jake hacia la cerca y de regreso. O sea, no me malentiendan, no vivo a cientos de kilómetros de la civilización, no monto canguros o tengo un ualabí (2) como mascota, y no aso las jodidos camarones en una parrilla (3). Vivo en Forks, una pequeña ciudad como cualquier otra. Incluso tenemos un Target (4).

De acuerdo, es un Target Country, pero como sea.

Conduzco un pedazo de mierda Holden Barina que pagué al romperme el trasero trabajando para mi papá, y la última vez que vi un canguro fue a un costado de la carretera. Muerto. Pero el problema es que por mucho que ame Forks, tengo que salir de una puta vez de aquí.

Mamá está parada junto al coche mientras papá termina de sujetar algunas cosas al techo. Desde que tomé la decisión de dejar la ciudad me ha dado todo su apoyo, aunque estoy muy segura que va a convertir mi recámara en un cuarto de costura en el momento en que me marche.

"¿Estás bien, cariño?" Me pregunta, una mano en su cadera mientras la otra protege sus ojos del sol. Envolviendo un brazo sobre mi hombro, me atrae a su costado.

Me encojo de hombros, cruzando los brazos sobre mi pecho, presionando mis labios y conteniendo las ganas de llorar.

"Sí, estoy bien."

A diferencia de mamá, no soy una persona emocional. Soy mucho más parecida a papá; somos estoicos, del tipo de personas que se lo guarda y sonríe.

"¿Tienes el mapa?" Pregunta mi papá, revisando las llantas por segunda vez.

"Sí."

"¿Y tu teléfono tiene batería?"

"Sí, papá."

"¿Llamaste a tía Jessie para avisarle que vas a llegar hoy?"

"¡Sí!" Mamá y yo respondemos. La cabeza de papá se levanta por debajo del capó, la varilla del nivel en su mano. Gruñendo y murmurando bajo su aliento, lo limpia una vez y lo vuelve a meter, dejando que el capó se cierre de golpe.

"Llámanos cuando llegues allá, ¿de acuerdo?"

Asiento, dándole a mamá un rápido abrazo, y a papá uno de esos incómodos con un solo brazo.

A él no le gustan mucho los abrazos. Solo en bodas, funerales, y a veces, cuando ha tomado muchas cervezas e incluso entonces es extraño. Mamá es lo contrario; abraza a todo el mundo. Abrazaría al jodido cartero si no fuera en una motocicleta. Incluso entonces, si no es lo bastante rápido estoy segura que lo perseguiría.

Metiéndome en el espacio del tamaño de una persona que queda en mi coche, conecto mi iPod en mi increíble estéreo nuevo—un regalo de cumpleaños de parte deJake. Mis altavoces son una mierda, y él tuvo que cortar el tablero para hacer que cupiera el reproductor de CD, pero eso significa que no tengo que escuchar la radio comercial de mierda, o incluso peor—la ABC.

"Que tengas un buen viaje," dice papá, golpeando el techo con su mano mientras cierra mi puerta.

Pasando saliva y respirando profundo, enciendo el coche y bajo lentamente por el camino de entrada, viendo a mi mamá y mi papá diciéndome adiós por el espejo retrovisor. El salir al camino hace que de pronto se apriete mi pecho, y al tomar la carretera, el miedo que ha estado aumentando poco a poco desde que desperté me golpea con toda su fuerza, y no deseo nada más que darle vuelta al coche, entrar de nuevo corriendo, y volver a meterme en mi vieja cama. Por supuesto, mi iPod elige ese momento para tocar una canción particularmente cursi, y las lágrimas comienzan a humedecer las comisuras de mis ojos. Las limpio con la palma de mi mano, pero tan pronto como limpio una, otra cae, y entonces mis manos están todas mojadas y no hacen una diferencia.

¡Puedes hacer esto, Bella! No seas gallina.

No puedo hacer esto.

Sí, sí puedo.

Oh, joder. No estoy lista.

Pisando los frenos, mi coche derrapa hasta detenerse a solo unos metros afuera de la reja de entrada. Cierro mis temblorosas manos en puños en mi regazo, moviéndose al sacudirse mi rodilla debajo del volante.

¿Cómo sé si un pollo está bien cocinado?

¿Cuánto suavizante de telas le pongo a la lavadora?

¿Se supone que planche la ropa interior?

¡Oh, mierda!

Abriendo la puerta del conductor, salgo de un salto del coche y me echo a correr, mis sandalias golpeando las plantas de mis pies. Mis padres todavía están parados en el mismo lugar, mi papá acariciando la espalda de mi mamá mientras ella seca las comisuras de sus ojos con un pañuelo, sorbiéndose la nariz. El frente de mi zapato se atora en el suelo, y casi caigo de bruces, pero recupero el equilibrio al llegar con ellos. Mamá da un paso al frente cuando me dirijo a ella y me lanzo a sus brazos. Apretándome con fuerza, nos balancea de un lado al otro mientras tomo respiraciones profundas, inhalando su familiar aroma; gel de baño con aroma a lavanda y esa estúpida crema Vaselina para el cuerpo que se unta todas las mañanas.

"Oh, Bella. Vas a estar bien," me susurró. "Puedes hacerlo."

Asiento, apartándome un poco mientras acuna mi rostro entre sus manos. Sus brillantes ojos azules me devuelven la mirada, su piel pálida, manchada y avejentada por años de trabajo de granja, roja por las lágrimas. Me sonríe, sus ojos arrugándose en los costados, y le sonrío en respuesta, abrazándola con fuerza una vez más.

"Te amo."

"También te amo," le respondo, dando un paso hacia atrás.

Papá se mueve junto a mí, viéndose incómodo mientras ajusta su sombrero.

Ignorando su incomodidad, levanto mis brazos y rodeo su cuello, enterrando mi rostro en su pecho cubierto de franela. Carraspeando, palmea suavemente mi espalda. Puedo sentir su voz resonando a través de su pecho cuando pego un costado de mi rostro contra él, sujetándolo con fuerza.

Permitiéndome tocar de nuevo el suelo, meto mis manos en los bolsillos traseros de mis pantalones cortos. Papá tiene esa extraña expresión avergonzada en su rostro al mismo tiempo que frota su peluda mejilla con la mano.

"Asegúrate de visitarnos, ¿está bien?" Dice con voz ronca.

"Lo haré."

"Rápido, vete," dice mamá, apresurándome. "Antes de que me ponga otra vez toda sentimental."

Caminando hacia atrás, sintiéndome un poco más calmada que hace un momento, les doy otro vistazo a mis padres, deseando tener una cámara para capturar este último momento; la vieja casona de la granja detrás de ellos, el verde grisáceo de los árboles de eucalipto a su alrededor, mis padres; sonriendo tranquilamente como si su única hija no estuviera por primera vez a punto de, sola, poner un pie en este gran mundo malvado.

Me toma unos minutos encender el coche otra vez. Dos veces intento girar la llave en la marcha, pero me detengo, dejando que mis manos caigan una vez más a mi regazo.

Hazlo.

Hazlo.

Tú puedes hacerlo.

Mis dedos se mueven hacia la marcha, el coche se enciende, y con un pesado pie en el acelerador, mi coche se sacude poniéndose una vez más en marcha, y me voy.


(1) Atascado en el lodo o 'Stuck in the mud' es un juego para varios jugadores. Se elige a uno y todos los demás se dispersan. El elegido corre y toca a cuantos pueda, si te tocan te quedas inmóvil con las piernas abiertas y solo te puedes mover cuando otro jugador que no han tocado pasa por debajo de tus piernas y te libera. Para mí es parecido al juego que en México conocemos como 'encantados'.

(2) Ualabí es el nombre vulgar de cualquiera de las especies de marsupiales diprotodontos de la familia Macropodidae que no es lo suficientemente grande para ser considerado un canguro.

(3) Camarón a la parrilla o 'Shrip on the barbie' es una frase usada frecuentemente que se originó de una serie de anuncios de televisión de la Comisión Australiana de Turismo protagonizados por Paul Hogan desde 1984 hasta 1990.

(4) Target Corporation es una cadena de grandes almacenes, fundada en Minneapolis, MN, Estados Unidos. Hay en Australia.


Como ya vieron, esta es la historia de una chica que deja por primera vez su hogar para iniciar su vida como adulta en un lugar nuevo, un poco tarde a como estamos acostumbrados en algunos países :P Pero en fin, veremos qué tal le va a Bella en esa nueva ciudad. Espero que disfruten de esta nueva traducción, pueden presionar el botón de 'follow' seguir, para que reciban las notificaciones.

Espero que disfruten de esta nueva historia y como siempre, ya saben que no recibimos nada por hacer esto más que su reconocimiento por medio de sus reviews, así que esperaré ansiosa sus comentarios para saber que les pareció. Saludos y nos leemos en el próximo capítulo.