Los personajes le pertenecen a la genial SM y no a mí, la historia sólo es de mi cabeza que divaga.
Grupo en Facebook Fanfic. La chica invisible.
Capitulo Tres
—Deberías de conseguir un trabajo como guía de turistas, eso sería un mejor y supongo que te agradaría más que el que tienes actualmente—comenta Edward mientras cierro la puerta de entrada, me sorprendo al ver la atención que puso a la plática que tuvimos en la cocina.
—Me fascinaría si tan sólo hubiera turistas a los cuales mostrarles la infinidad de maravillas que tiene Forks.
Edward se ríe sin decir nada más y niega con la cabeza, creo que no disfruta demasiado del sarcasmo, me entrega las llaves de su Volvo y se encamina a la puerta del copiloto dejándome atónita unos segundos más mientras las gotas de lluvia comienzan a mojarnos el cabello un poco, Edward me observa esperando a que desactive la alarma y lo hago con las manos temblorosas, los coches actuales no son lo mío, jamás he manejado alguno, lo más moderno es mi camioneta de mitad del siglo pasado porque antes de eso no tenía nada, ni siquiera sé que debo hacer con un coche tan actual.
—¿Por qué no vas a conducir tú? —interrogo incrédula mientras me dirijo al coche y él se sube con toda la tranquilidad como si pensara que soy ideal para manejar su coche.
—Tú eres la guía, tú debes de llevar el coche, así que confió en que no nos mataras porque a diferencia de eso—señala mi coche con mala cara, como si sintiera asco por mi triste y vieja camioneta—, este si se puede conducir de verdad y no nos dejara a media carretera bajo la lluvia.
—Mi camioneta también puede ser conducida, solo no se puede ir tan rápido como en este coche pero la manejo a la perfección, así que no te mas por tu coche todo estará bien—refutó enseguida mientras enciendo el coche y acelero demasiado y Edward ríe.
—Toma en cuenta de que este coche cuenta con dirección hidráulica, sus pedales son para humanos normales que no necesitan poner demasiada fuerza en ellos para que hagan lo que deseas y que por supuesto necesita un mejor trato que tu vejestorio.
—¿Disculpa?, mi camioneta ni es un vejestorio, es solo un coche de la tercera edad que puede ser el papá o el abuelo de este así que por eso mismo debes de guardar un poco de respeto por mi coche, el tal vez en alguna ocasión necesites.
Edward se limita a no decir nada, ni siquiera cuando batallo con la suavidad de los pedales, realmente tarde en adaptarme a un coche que es de un manejo mucho más ligero del mío, después de unos cuantos acelerones y frenar de manera agresiva que nos hacen irnos hacia adelante y más discusión sobre el tema con Edward al regresar al punto de que debería de adquirir un coche menos complicado de manejar, manteniéndose al margen de la antigüedad de mi camioneta, logramos llegar al supermercado que es el primer lugar a visitar, no es que la lista tenga muchos lugares porque como es de esperarse de Forks no tiene nada que mostrar de interesante, la tienda de los Newton, la escuela, el restaurante de comida rápida, la comisaria, incluso pasamos frente al único hotel del lugar que no debería de llamarse así, seguimos recorriendo el poblado en menos de una hora, la verdad es que no hay lugares de interés a donde ir.
—¿Eso es todo?, no sé, esperaba algo más de cosas interesantes.
—No, eso es todo, lo más interesante que podrás encontrar en Forks es la cercanía que tiene con Seattle, después de eso no hay nada más.
—Claro que debe de a ver más, no se tal vez mujeres hermosas, eso si que hay en este lugar, porque estoy con una.
—El paseo fue gratis, no tienes por qué intentar compensarlo con cumplidos—comento sonrojada.
—Para nada son cumplidos vacíos no es más que la realidad, estoy con una mujer hermosa, pero de todas maneras no pensaba pagarte nada soy tú tío, éste era tu deber como mi sobrina—comenta en tono de chiste pero me hace sentir un poco mal por todos los momentos en que hemos estado coqueteando—, por cierto señorita, ¿me puede decir que hace aquí ahora?, ¿Qué no tienes que ir al trabajo?
—Amm… ese tema es un poco complicado, digamos que tengo vacaciones sin sueldo.
—¿Te corrieron?
—No para nada—niego enseguida mientras comienzo a enrojecer, ¿cómo le digo a mi sexy tío que me metí con un hombre casado? —es complicado, digamos que tuve un problema con una clienta y la dueña decidió mandarme a descansar toda la semana, así que estaré rondado por la casa, espero que no te moleste.
—Para nada, todo lo contrario va a ser una maravilla tenerte toda la semana, tendremos tantas cosas que hacer y aun más de las cuales hablar, quiero conocer todos los aspectos que pueda de tu vida.
—Sí, la que más vas a disfrutar es cuando mi madre me llame zorra en cuanto se entere de lo que paso en el salón…—¿Eres estúpida?, a veces sueles ser demasiado sincera para tu bien-enseguida mi cerebro me comienza a regañar por su propio error de no tener un filtro.
—¿Por qué no llevas una buena relación con Carmen?
—Siempre me ha considerado una carga, no entiendo porque me tuvo si no pensaba que necesitaba un hijo en su vida, pero da igual, te acostumbraras a ciertas peleas, para mí es como el orden natural de la naturaleza.
Le restó importancia encogiéndome de hombres y bajo del coche, aprovecho que la lluvia seso y entro enseguida a mi cuarto, necesito dejar esas botas y ese pantalón por una ropa mejor para aprovechar los escasos rayos de sol que están atravesando las densas nubes, me cambio por un short y una playera escotada, es hora de tomar un poco de ese sol que nunca puedo disfrutar al estar dentro de un trabajo al que odio, tomo mi MP3, una cobija y el libro que tengo empezado y bajo a toda prisa, veo que Edward está en la sala de estar al teléfono, no distingo lo que dice pero su postura es molesta, así que intento pasar sin hacer demasiado ruido y me voy al patio trasero donde estiro mi cobija y me pongo a tomar el sol.
La música llena mis odios, adora esas notas tan tranquilas y tan parecidas a la historia que tengo entre manos, es el complemento perfecto a mi lectura, el sol pica con discreción en mis piernas, me subo la camiseta y dejo ver mi espalda hasta el broche del sostén, estoy tan metida en las líneas de la historia que no soy consciente de muchas cosas más que dé esa historia trágica de amor que está pasando entre líneas, hasta que abruptamente soy sacada de mi mundo al alejar de manera brusca uno de los auriculares de mis audífonos.
—¿No consideras demasiado provocador tu atuendo para el clima? —comenta Edward mientras se sienta a lado de mi cara.
—Lo que no considero que sea una buena idea es que hagas eso de sentarte sobre el pasto que está siempre esta mojado.
—Tienes toda la razón.
Se levanta enseguida, supongo que se mojó, rodó sobre mi propio eje y me pongo boca arriba, pongo el libro sobre mi pecho mientras veo que Edward se acomoda frente mi cobija y abre mis piernas y se sienta entre ellas ahora sobre la cobija, se toca varias veces su muy bien formado trasero, me vuelvo a regañar al recordar que es mi tío, aunque claro no lo conozco, por lo poco que sé de mi padre no lo consideraba como parte de su familia, y por lo mismo como que él tampoco me considera demasiado su sobrina al estar en una posición tan sugerente con sus piernas en forma de flor de loto en medio de mis piernas hace parecer otra cosa, se inclina hacia adelante y toma el libro que esta sobre mi pecho, ese simple acto hace que la respiración se me acelere de una manera realmente vergonzosa que hace sonreír a Edward haciéndolo ver tan sexy, maldición, si pienso que es una conquista de mi madre facilitaría las cosas, porque al parecer también él lo quiere pensar, creo que no nos estamos viendo como familiares e incluso cabría la posibilidad de que no lo fuéramos conociendo un poco la promiscuidad de mi madre.
—Así que lees Romeo y Julieta, ¿qué no te parece demasiado trágico?
—No, solo un pocos estúpidos, nadie se puede enamorar tan intensamente a esa edad en la cual aún deberías de pensar en jugar con muñecas, no en asesinar personas por lo que tú consideras amor.
—Si tienes esa opinión, ¿por qué seguir leyéndola?
—Me recuerda que hay personas más estúpidas que yo, es por eso.
—No te considero estúpida.
—Al parecer eres el único en este pueblo que no lo hace, todos hablan a mis espaldas y fue genial mi evolución de ser la tipa estúpida de la cual todos sabían a quien se cog… perdón con quien se acostaba su ex novio, hasta lo sabía su madre menos ella y pase a sea ser la zorra baja maridos del pueblo. —maldije una vez más mi gran bocota, ¿qué acaso no pienso?
—Supongo que un pez grande en un estanque chico pasa por eso, es por eso que debes ampliar tus horizontes e irte lejos de aquí, no sólo en los libros sino en la vida real, alejarte de todos los lugares donde la gente tienen una mente pequeña y cerrada.
—Si opinas eso de este lugar, ¿qué haces aquí? —le regreso su pregunta anterior y sólo regresa el libro a su lugar original.
—Muy bien señorita, se acabó la sesión de preguntas y respuestas, tengo que ir a Seattle, ¿gustas ir?
—Para nada, seguiré tomando el sol, necesito alejarme un tiempo de ese lugar y mis vacaciones son ideales para eso.
—Te veré en un rato más.
Simplemente se levantó y se fue, me dejo una vez más con la interrogante que ni me dejo dormir la noche anterior, al ver que el sueño no se dignaba aparecer opté por hacer una prevé buscada en internet, solo necesitaba saber realmente quien es Edward Cullen, no dio los frutos que yo quería al menos, solo los resultados de la misma platica que tuve con él donde le falto comentar que era un gran pianista, no era como él lo ponía de buscar un nuevo enfoque o algo nuevo que hacer, pero en Internet no había nada de su vida sólo información sin mucha importancia, solo decía de nuevo que la música no era su principal carrera, pero no hablaba de familia ni nada interesante, solo esperaba encontrar esas respuestas en la semana que tendríamos a solos, ahora lo único que requeriría sería más tiempo a solas con él para indagar en su vida que parecía tan secreta al venir a un lugar como este.
Me acomode en mi posición anterior y continúe con mi lectura, él interrogante del nuevo inquilino no se resolvería y sólo causaría dolor de cabeza, me deje caer en el sueño al poco tiempo de escuchar la puerta de la entrada ser cerrada con brusquedad, realmente no entendí que fue lo que comente de malo para que saliera disparado a la calle, deje de pensar en eso para enfocarme en recuperar las horas perdidas de sueño.
…
Para Carmen las noches eran como la cena de Navidad con la que siempre había soñado de niña, comida cacera preparada por ella y por primera vez desde que alcance la estufa no por mí, siempre una especialidad de comida extranjera, vino en la mesa y los tres reunidos pretendiendo que nuestra vida no estaba llena de porquería, al menos la mía si era así la de los demás desconocía cuál era su estado pero de lo único que si estaba segura es que Edward era el nuevo objetivo de Carmen, esas cenas, esas risas y sobre todo esa falta de salidas lo habían vuelto la presa de caza de mi madre, me avergonzaba el ver lo arrastrada que podía ser por una noche de viernes, esas caricias en el brazo no eran demasiado discretas, una semana de que estuviera aquí Edward y ya había salido en ropa interior en más de cuatro ocasiones, dos veces este día que fue su descansó y había acariciado tanto como había podido a Edward, realmente se comenzaba a volver patética.
—¿Vas a salir esta noche, Isabella? —pregunto sin voltear a verme.
—Sí, es viernes, ¿no pretenden des hacerlo tú también?
—Para nada, ¿por quién me estás tomando? —Pregunto sonando ofendida, haciéndome rodas los ojos—, esta noche la pasare viendo unas películas que me recomendaron y cocinare palomitas y un poco de refresco de dieta, ¿gustas unirte a mi plan Edward?
Esta misma noche mi madre acaba de perder por completo mi respeto, era demasiado grande su ego para poder darse cuenta de que en verdad Edward no tenía interés en ella, se estaba volviendo una zorra muy arrastrada hasta para sus límites que están demasiado lejanos a lo que haría una mujer cualquiera, esta vez piensa superarse por mucho.
—Lo agradezco Carmen pero tengo un compromiso con Isabella, me va a llevar a conocer un buen bar de la ciudad, será para la próxima vez—contesto educado Edward alejando la mano de su querida cuñada por quinta vez en la cena.
—¿Así que se irán juntos? —quería que su tono sonara despreocupado pero no fue así.
Su mirada pretendía matarme con la mirada si eso fuera posible, esta vez nos habíamos convertido sin querer en dos adversarias, ni era que me sorprendiera el hecho de que mi madre estuviera celosa de que yo obtuviera la atención de Edward sino del poco respeto que sentía por ella, su mirada quería atravesarme con una estaca tantas veces hasta que su furia fuera erradicada o al menos controlada, sonreí con descaro, por primera vez en mucho tiempo me tocaba ganar.
—Quería una guía de turistas y no puedes ser una buena guía sino completamos el trabajo con el último lugar bueno a visitar como lo es el mejor bar de aquí.
—Lo conozco mejor que Isabella, ¿te puedo llevar si lo deseas?
—Te lo agradezco Carmen pero no quiero arruinar tus planes y ya quede con Isabella, ¿a qué hora nos vamos?
—¿Te parece bien en una hora?
—Me parece perfecto, tocare a tu puerta en cuanto esté listo para irnos.
Me levante de la mesa dejando a mi madre con un coraje que no se iría de ella hasta que hiciera algo para hacerme quedar mal, una vez más entrabamos en esa fase de volvernos enemigas, sobre todo ahora que realmente deseaba toda la atención que Edward ponía sobre mí y la única manera de obtenerla sería ridiculizándome, así que me subí con esa idea en la cabeza, mientras abría mi closet lo único que podía pensar era en que atuendo haría olvidar a Edward las próximas acusaciones de mi madre.
Era hora de sacar el armamento pesado, saque el bralette negro que guardaba al fondo del cajón donde mi madre no tuviera acceso fácilmente, un sexy pantalón ajustado que hacía ver más grande de lo que es mi trasero, unos zapatos altos y una blusa de seda blanca de gasa que lograron que se hiciera el conjunto perfecto, para que olvidara las próximas acusaciones, mi cabello todo recogido en un moño medio que dejaba bajar algunos rizos, y un maquillaje discreto, cuando los golpes de Edward llegaron a mis oídos ya estaba lista, me di un último vistazo en el espejo y me sorprendí del cambio, camine con determinación a la puerta y enseguida me confirmo Edward con la mirada que la elección de vestuario había sido la correcta.
—Realmente luces bellísima.
—Gracias, tú no te quedas atrás.
Comente mientras mi mirada baja de su cara a su cuello, a su pecho que dejaba ver esa marcada línea de sus pectorales que dejaba ver su camisa negra, con un pantalón a juego, el negro hacia resaltar sus ojos verdes de una manera exquisita a la vista; me tendió enseguida la mano para que lo que lo siguiera, enseguida la tome y entrelazo mis dedos con los suyos hasta llegar a la vista de mi madre, quien vestía un muy indiscreto baby doll con un albornoz de seda que hacia juego, las flores de este combinaban con su nada discreta ropa para dormir rosa, Edward rodó los ojos.
—Les deseo que se la pasen muy bien pero sobre todo que Isabella no haga de las suyas en el lugar.
—Gracias madre, tú siempre tan amable. —conteste con sarcasmo jalando un poco a Edward hacia la puerta.
—Lo sabes bien por quien lo digo sólo espero que ni te topes con Leah o alguna de las demás esposas que te odian, ¿por qué lo sabes Edward?, a mi hija le encanta…
—Carmen no te quisiera faltar al respeto, pero es algo que realmente no me interesa, si Bella no me lo ha contado sus razones tendrá y así está bien, hasta que ella me quiera contar prefiero no saber.
—Como desees cariño, sólo espero que no tengas que presenciar un escándalo vergonzoso los cuales conoce tan bien mi hija.
—Nos vamos, gracias por tus deseos madre. —Carmen puede odiar que la llame así frente a un hombre, me vuelve a mirar con furia.
Tomo la mano de Edward y enseguida nos dirigimos a la salida, ninguno de los dos comenta nada sobre los inapropiados comentarios de mi madre, una vez más me entrega las llaves del coche y me dirijo al bar donde nos está esperando Victoria con un amigo para hacerle compañía, tal vez en la llamada que compartimos omití la parte donde mi acompañante es mi tío, pero ésa no era información muy necesaria para la primera salida que iba a tener alcohol de por medio.
—¿Éste es ese gran bar? —pregunta Edward en cuanto me estaciono.
—Siento defraudarte pero sí, éste es el gran bar de Forks
Ríe entre dientes mientras sale del coche y camina hacia mi lugar, me abre la puerta y me toma de la mano para caminar hasta la puerta donde los ojos de Victoria casi se salen de sus cuencas al ver al hombre que tengo a lado agarrado de la mano, en cuanto nos acercamos a unos pasos Victoria acorta la distancia y me saluda de beso.
—Que bien guardado tenías el secreto. —susurra a mi oído.
—No es lo que crees.
No me atrevo a confesar toda la información, simplemente la dejo pasar mientras mi amiga nos presenta a su acompañante, su mirada enseguida me indica que está desesperada de saber más de la persona que tengo a lado, pero la plática se centra en que debemos entrar al lugar por parte de su pareja y mi tío el que sigue sorprendido de que un lugar tan pequeño sea nuestra diversión nocturna, al entrar al lugar la música llena todo el lugar, el olor a cerveza es el más penetrante, Edward se ve sorprendido y no comenta nada más sonríe.
—¿No te gusta el lugar? —pregunto a su odio una vez que encontramos una mesa.
—Es diferente, así que no tengo mucho que decir.
—Bella que grosera te has vuelto amiga, no me has presentado con tu acompañante—enseguida Victoria llama la atención como es su costumbre y de mala gana me retiro de mi cercanía con Edward.
—Amiga que bueno que me lo recordaste, no puedo creer el ser tan grosera—comento fingiéndome avergonzada, a cambio recibo una sonrisa enorme como respuesta de mi fabulosa amiga—, él es Edward es mi…—¿Tendría que decir la verdad?, no lo veía como una maravillosa opción después de estar agarrados de la mano y estar tan cercanos.
—Soy un amigo de la familia, un viejo amigo de la familia para ser precisos—comento Edward con una hermosa sonrisa que nos dejó a ambas sin aliento.
—¿Qué tan viejo? —interfirió enseguida la pareja de Victoria del cual olvide enseguida el nombre, Edward rió sin pena.
—En este mismo momento me comienzo a preguntar por qué no me quede viendo mejor películas con Carmen.
—No puede ser tan malo, y ver películas es aburrido, mejor dinos desde cuando conoces a Bella—comenta Victoria y ambos reímos.
—Desde que era un bebé, no debió de tener más de dos meses.
Ambos se quedan sin poder decir nada, simplemente cambiamos la plática un poco a algo más alejado de lo que es la edad, tomamos unos cuantos tragos más mientras charlamos, al poco tiempo el bar se vuelve un antro y todas las parejas comienzan a bailar, mi amiga se va enseguida a bailar mientras nosotros nos quedamos terminando con la primera botella que se compró, comentamos cosas sin mucho sentido hasta que me tengo que levantar al baño, al salir de este Garrett está fuera esperándome.
—¿Así que tienes nueva conquista?, eres rápida Bella, primero yo, luego Jacob Black y ahora este desconocido, ¿es casado también?
—¿Disculpa?, no estoy entendiendo a que te refieres.
—Te estoy diciendo que eres bastante rápida para conseguir un sustituto, ¿hace cuánto terminaste conmigo? Y déjame pensar enseguida estuviste con otro el cual era casado si mal no recuerdo Jacob Black, al menos que haya otro en intermedio del cual no sepa y ahora vas por otro, ¿cuántos en menos de un año?, ¿no te parece demasiado?
—¿Cuántas veces te cogiste a mi prima y a mí en la misma noche Garrett? —mi tono cambia de indignación a molestia al ver su actitud, se molesta y me avienta hacia la pared.
—Siempre fuiste mejor que ella. —susurra en mi odio antes de lamerlo, haciendo sentir escalofríos de repulsión. —De hecho me muero por volvértelo hacer ahora mismo.
—¿Sabes que eres repulsivo?, así fueras el último hombre sobre la faz de la tierra no me volviera acostar contigo.
—Haré que te tragues esas palabras—comenta mientras sus manos iban bajando de mi cintura, enseguida las tomo molesta arrojándolas a su costado.
—Eso nunca volverá a pasar.
Me toma fuerte de las muñecas, entre más forcejeo menos me deja moverme y me arroja hacia el almacén donde guardan todas las botellas, está lo suficiente obscuro para que nadie se dé cuenta de lo que está pasando, toma mis manos y las junta frente a mi tomándome con mucha fuerza, esto duele bastante tanto que mañana tendré marcas, acerca sus caderas a mis manos.
—O claro que sí Bella, y no es lo único que haré que te tragues esas palabras esta noche— acerca su boca a la mía—, recordaremos esos viejos tiempos antes en la que la pasábamos tan bien.
—¡Suéltame! —grite molesta mientras una de sus manos se aferraban más a las mías.
Se acercó más a mí, haciendo que una de sus piernas abriera las mías para dejarla en medio de las mías, mientras una de sus manos iban directo a mi trasero.
—Esa misma noche, tomare los lugares que me faltaron—susurro antes de que su boca se posara sobre la mía.
Comencé a retorcerme negándome a que me besara, de pronto sus manos dejaron de estar en mi cuerpo y su cuerpo dejaba de apretar mi cuerpo contra la pared, fue tan rápido que lo único que pude hacer fue separar mis brazos y respirar profundo, haciendo que el olor a alcohol de Garrett llenara mis pulmones.
—¿Estás bien, cariño?
—Sí, gracias—respondí alto antes darme cuenta de quién era mi salvador.
Vi como Edward tomaba de la camisa a Garrett tirándolo al suelo, me quede sorprendida de su actitud, no me di cuenta en que momento pudo a ver llegado, según veía el escenario en el que estábamos estaba bastante obscuro para que nadie nos viera, pero agradecí que Edward lo hiciera, Garrett lo veía con odio desde el suelo.
—Debes de saber que el que tengas que tomar por la fuerza a alguien es porque esa persona no quiere estar contigo.
—¡¿Qué te importa imbécil?! —grito Garrett mientras intentaba ponerse de pie.
—No se debe de forzar a nadie, por eso me importa y porque ahora Bella está conmigo y con mayor razón me meto—grito Edward molesto, como sólo lo había visto al teléfono—, ¿te hizo daño? —voltio molesto a preguntarme.
—No así déjalo, es un ex novio ebrio, nada de qué preocuparse.
Le quitó importancia para no hacer más grande el escándalo, al ver que la obscuridad no puede ocultar los gritos que hacen que algunas de las personas volteen a vernos en varias ocasiones, tomo a Edward del brazo y lo comienzo a alejar del lugar para regresar donde esta Victoria platicando animosa con su compañero, Edward se sigue viendo molesto para nadie toma ese tema de información, ambos tomamos unos cuantos shot de tequila que se vuelven la nueva bebida, al terminar el trago comienza una de mis canciones favoritas y tomo a Edward de la camisa y lo jalo a la pista de baile, por primera vez desde el incidente se comienza a reír, con él me siento en una confianza exagerada para mi propio bien.
Aunque ésa es una de las actividades físicas que no se me dan, lo intento con todas mis ganas, pinzando a Edward en muchas de las ocasiones, ambos nos reímos, Edward regresa a la mesa y sigue bebiendo, me doy cuenta de que me toca ser la conductora designada cuando mi amiga Victoria comienza a besarse con su cita en plena mesa, eso si es extraño, ella siempre suele ser muy tranquila y bastante consciente del que dirán de la gente de este pueblo; al darnos cuenta de esto Edward se arriesga a llevarme de nuevo a la pista, esta vez una canción más movida nos da la bienvenida, al ser tan simple ese ritmo nos acoplamos bastante bien, mis caderas toman vida propia y comienzan a danzar por sí mismas y a bajar arrastrándome por la pierna de Edward, subo y roso su boca, seguimos bailando mientras sus manos no se separan de mis caderas y sus dedos rosan un poco mis nalgas hasta que Victoria nos toca.
—No quisiera interrumpir, pero es hora de irnos—comenta un poco avergonzada.
Ambos sonreímos, y la seguimos hasta la mesa donde está la cuenta, enseguida Edward paga todo sin dejar que nadie digamos nada, al momento de comenzar a caminar hacia el coche siento los pasos de Edward haciendo un zic zac y me doy cuenta de que la que estaba abusando en la pista de baile improvisada era yo, me lamento y enseguida tomo el asiento del conductor y él se va al del copiloto, atrás toman asiento Victoria y su compañero con el que enseguida las cosas comienzan a subir de tono; Edward no comenta nada, se limita a subir el volumen de la música y mira enfrente, creo que concentrándose en no vomitar, después de dejar a ambos en su casa me dirijo a la nuestra, el camino es tranquilo sin comentarios y con la música llenando el silencio.
Al momento de estacionarme, Edward toma las llaves del coche y las mete en su bolsillo, activando la alarma dejándome encerrada con él, el foco de la entrada está apagado y el alumbrado público fundido, dentro del coche es completamente obscuro, porque esta noche ni siquiera luna hay al ser inicio de mes y estar nublado, nada nos alumbra mucho, se acerca lentamente a mí, hasta quedar a nulos centímetros de mi boca.
—Tal vez no me acuerde de esto mañana pero tengo que hacerlo—comenta tranquilo.
Me quedo pasmada, una parte de mi por no decir que toda mi mente quiere romper esa distancia tan pequeña que hay entre nosotros, pero simplemente me quedo sin hacer nada, Edward al ver que no voy hacer nada se acerca con determinación a mi boca y comienza besarme, primero el labio inferior y después el superior, me dejo guiar por él, hasta que profundiza más el beso, después de unos segundos los para y quita la alarma y se baja del coche y entra como si no hubiera pasado nada a la casa, me quedo en shock y después de un minuto me bajo del coche, escucho como pone la alarma desde dentro de su cuarto una vez que escucha la puerta de la entrada ser cerrada.
La casa está en obscuridad, al adaptarse mis ojos lo veo al pie de las escaleras sonriendo, me acerco lentamente hacia él y el baja las escaleras y se para frente a mí, me vuelve a besar con intensidad, mis manos no se quedan quietas y comienzan a trabajar en su camisa, enseguida las aleja y las pone sobre mi cabeza, una de sus manos las sostiene mientras la otra comienza a bajar hasta mi cadera acercándome a él, siento su cuerpo tan cercano al mío que solo puedo restregarme, Edward termina el beso cuando escuchamos una puerta siendo cerrada en la planta de arriba, en ese momento me deja y se sube las escaleras como si nada hubiera pasado y se encierra en su cuarto.
Me quedo abajo unos momentos más y suspiro sin saber qué es lo que acaba de pasar aunque claramente lo sé y lo deseaba no es algo que deba de hacer, me subo confundida a mi cuarto, el silencio reina hasta que se escucha un suave gemido venir del cuarto de Edward me sorprendo y decido meterme enseguida en la cama, me quito toda la ropa, el maquillaje y el peinado y me dejo caer en la cama de espalda viendo el techo sin entender nada de lo que acaba de pasar esta noche.
Al despertar estoy segura de que el incidente de la noche anterior quiero que se repita, no es muy seguro que Edward sea mi tío, no tenemos rasgos en común, así que me podría arriesgar a ver qué es lo que pudiera suceder, al darme la vuelta y ver el reloj me doy cuenta de que es tarde para ir al trabajo, me levanto y salgo en ropa interior como me dormí para bañarme al entrar al baño y poner el seguro a la puerta, me comienzo a desnudar con rapidez, no puedo llegar tarde el primer día de mi regreso al trabajo, para cuando abro la puerta del cancel, veo a Edward con la toalla amarrada a la cintura, me cubro con las manos y enrojezco.
—¿Cómo tú entraste aquí? —pregunta sorprendido viéndome de arriba abajo.
—La puerta estaba sin seguro, la regadera no estaba abierta, pensé que no había nadie.
—Lo siento, tengo la mala costumbre de no poner seguro, estoy acostumbrado a vivir solo—comenta como si yo no estuviera desnuda frente a él.
Enseguida sale de la regadera e intento voltear rápido para que no vea nada pero no puedo hacerlo, sonríe y abre la puerta quitando el seguro y sale, me quedo paralizada y reanudo enseguida mi labor de darme un baño rápido, cuando bajo completamente vestida, Carmen ya no está en la casa y escucho a Edward al teléfono.
—¡¿De qué me está acusando?, jamás le levante la mano y ella bien lo sabe, es una impostora!—grita por el teléfono, me quedo al inicio de las escales sin saber qué hacer, aparte que me quiero entender de lo que está pasando en su vida, esas llamadas son frecuentes. —, tienes que demostrarlo y no estoy mal, ella está mal, ella fue la que provoco todo, y dile que se ¡valla al carajo!. —en ese momento se da cuenta de mi presencia.
—Lo siento, no quería escuchar—comento entre dientes y solo asiente.
—Permíteme, ahora seguimos hablando—comenta serio y sale azotando la puerta del patio.
Me quedo sin entender nada y más confundida al ver que no voy a escuchar más tomo un cereal y un poco de jugo para almorzar, no quiero pasar demasiado tiempo dentro de la casa, aun no puedo entender de quien está hablando y como puede pasar de estar riéndose por encontrarme desnuda en el baño a pasar a estar tan molesto y azotarme la puerta del patio cuando no se da cuenta de que no vive solo, me molesto una vez más sin entender nada, cuando estoy lavando mi tazón de cereal entra Edward un poco más tranquilo.
—Siento lo que está pasando, me debo comportar mejor soy solo un inquilino en tu casa, no quise que te molestaras por lo de hace un momento—comenta y no volteo a verlo y continúo en lo mío— ahora pasan muchas cosas en mi vida y no quiero que te confundas con algo que no sucederá, siento lo de anoche, fue incorrecto.
—Ok, lo entiendo—comento sin decir más aunque la verdad es que no entiendo nada.
—Necesitaba aclarar eso, no fue correcto al menos no por ahora—cuando volteo se está tomando el cabello en un acto nervioso, sonrió y sigo mi camino, tomo mi bolsa del perchero y las llaves, abro la puerta—, una cosa más—comenta cuando doy vuelta a la chapa—, tienes… debemos de dejar de comentar todo lo que paso.
—No hay problema.
Salgo más molesta de mi casa de lo que debería, pero no entiendo su actitud, ayer era la persona más coqueta, hoy se ríe de mí por verme desnuda en el baño y ahora sale con que no comentemos nada, me quedo sorprendida por sus cambios de actitudes, llego al trabajo y en integro enseguida para dejar de pensar lo mejor es concentrarme en mi trabajo y no cometer un error que me mande una semana más a la casa, aunque Edward ya se integra a su trabajo ahora menos que nunca quiero convivir con él, no entiendo a los hombres y lo único que deseo es ahora si largarme de este lugar.
Cuando termino de trabajar con la última señora que requería que hiciera un milagro con su cabello, me siento unos minutos a checar los calendarios de las nuevas tendencias de color de cabello para esta época, no puedo estar en paz ni diez minutos cuando el siguiente cliente llega a mi silla, me sorprendo al ver quien está en ésta, al parecer el rechazar todas sus llamadas, cerrarle en una ocasión la puerta en la cara no es suficiente, sonríe en cuanto ve que mi jefa me indica que tengo que atenderlo, suspiro antes de llegar y tener que entablar una conversación con él.
—¿Qué es lo que va a querer señor? —pregunto educada mientras comienzo a acomodar mis cosas.
—Que me contestes al menos una de las llamadas que he hecho—comenta y me sonríe con descaro.
—Te recuerdo que me dejaste esperándote como idiota, y estás en mi trabajo así que necesito que me digas que corte vas a querer o que quieres que haga por ti.
—Un corte, uno normal, o no mejor el que tarde lo suficiente para hablar contigo—comenta Jacob sonriendo.
—¿Todo bien, señor? —pregunta mi jefa acercándose al ver que no hacía nada.
—Perfecto, la señorita me está recomendando un corte, es excelente su trabajo—comenta sin más y sonrió con sarcasmo.
—Gracias señor Black.
En ese momento la señora Dwyer se queda sin palabras, se despide con una sonrisa y enseguida comienzo él corte para no tener más problemas con ella, todas las personas del local que saben la historia se queden sorprendías al ver que estoy tranquilamente trabajando con él, aunque por dentro estoy hecha una furia, como puede tener el descaro de venir a donde su esposa me golpeo por su culpa, cuando días después me dejo como tarada esperándolo más de una hora y nunca llego cuando me rogó que lo viera, al día siguiente tuvo el descaro de ir a mi casa y pedir perdón, sin querer escucharlo cerré la puerta en su cara, rechace todas sus llamadas y por lo visto había buscado a alguien que le dijera que día regresaba.
—Mi divorcio no ha sido nada fácil, las audiencias no definen nada, en si ahora seguimos casados, pero en esta semana el trámite se termina.
—Sino le importa señor Black, preferirá terminar mi trabajo en silencio.
—Bella, no puedes hacerme esto, te necesito y te quiero a mi lado, por favor habla conmigo.
—Ahora no es el momento ni el lugar, así que te pediré de favor que no comentes nada, realmente tus escusas no me interesa oírlas.
—A mí me interesa que las escuches, Isabella de verdad te quiero a mi lado, quiero pasar todo el tiempo que puedo contigo, quiero todo de ti, me enamoré de ti—esas palabras hacen sentir algo en mi corazón, pero enseguida lo ignoro.
—Terminé, puede pasar a pagar a caja—sonrió como si fuera cual quiere otro cliente.
—Tan poco te interesa lo que te puedo decir.
—Ya te lo dije aquí no es lugar para hablar y la verdad es que no me interesa.
Se levanta enseguida y se va del lugar, me deja confundida por completo y no puedo creer lo que dice, esas palabras son las que quiero oír, creo que en esos momentos me puedo dar cuenta de que si tengo problemas porque mi madre no me quiere, vuelvo a cerrar concentrar mi cerebro solo a pensar en el trabajo, para cuando termina mi turno respiro tranquila por el cansancio mental y físico al no poder dejar de pensar en lo que sucede con Jacob, en sus palabras y su cara de arrepentimiento.
Al salir la noche me recibe con una lluvia torrencial que me logro cubrir un poco con los nuevos catálogos que debo de estudiar para ofrecer a las clientas, al llegar a la camioneta suspiro al entrar en su cabina calientita, ahora lo único que deseo es mi cama, ir de fiesta la noche anterior no fue buena idea, al regresar al pensamiento de Edward me regaño porque él también me confunde, me pongo a andar por la carretera, mi camioneta comienza a fallar justo en el momento en que la lluvia está más fuerte, estoy en medio de la carretera, suspiro molesta mientras intento volverla arrancar pero no puedo, parece que mi propia camioneta tan bien me odia, saco el celular al ver que al menos yo esta noche no podré hacerla andar, veo mi lista de contactos y suspiro, no puedo llamar a Edward, su último ataque de bipolaridad me molesto, así que prefiero ir a llamar a otra persona.
—¿Quieres hablar?
—No precisamente, me acabo de quedar varada en la carretera y no tengo quien me ayude, y tú podrías hacerlo porque me lo debes por hacer que tu esposa me golpeara en mi trabajo.
—Bella ya me disculpe por todo pero aun así iré por ti, ahora llego.
—¿Dónde estás?
—Tal vez siguiéndote—se escucha una risa nerviosa y me quedo sorprendida.
Cuelgo el teléfono enseguida y me quedo sin saber que decir, ahora me siento alagada aunque no sea él sentimiento que debería de tener precisamente pero me agrada eso de sentirme protegida e importante para alguien, suspiro y lo espero ojeando los catálogos, para cuando llega la lluvia se ha bajado un poco, abre el motor sin decir mucho, para cuando abro la puerta del piloto para bajarme acude por mí con una sombrilla y me bajo cuando ya estoy protegida del agua, sonrió coqueta.
—No hay nada por hacer por hoy, tendremos que esperar hasta mañana que venga una grúa por ella y la lleve a mi casa.
—¿Qué le paso?
—Lo de siempre, necesitas un nuevo motor, si así quieres te puedo llevar a tu casa.
—Eso me lo debes por dejarme esperándote—comento tranquila y me acerco a él, enseguida se acerca, me volteo y cierro la puerta y suspira.
—Adelante, vamos tu casa—comenta resignado.
En el camino me habla de todos los pretextos que tiene para no haber llegado ese día que teníamos una cita, no comento nada en todo el camino, solo lo escucho y asiento si es preciso, cuando llegamos a casa, le doy un beso en la mejilla y me bajo, escucho a Edward por la puerta pero lo ignoro ahora no me apetece demasiado hablar con él, no cometa nada solo siento su mirada detrás de mí, voy a la cocina por otro cereal y me subo a mi cuarto, esta noche estoy demasiado cansada para soportar el comportamiento patético de mi madre; Mientras ceno, sigo viendo los catálogos y estudiándolos, las risas de porrista tonta de Carmen suben y traspasan la puerta cerrada, no entiendo cómo puede caer tan bajo y no darse cuenta de que Edward no quiere nada con ella.
—Carmen ahora mismo no me interesa nada, con nadie, deja esto por favor—esas palabras me llaman la atención y me pego a la puerta para escuchar más.
—Edward ya hace más de veinte años que murió tu hermano, debes de dejarme de ver como su esposa y debes de verme más como una mujer cualquiera.
—Te veo como lo que eres Carmen, pero ahora no me interesa nada con nadie.
—¿Eres gay?, no entiendo que pretexto me puedes poner—Carmen grita indignada.
—No lo soy Carmen, solo ahora no quiero ninguna mujer en mi vida y si la quisieras no serias precisamente tú—la voz comienza subir las escaleras.
—¡¿Por qué?!
—No eres mi tipo Carmen, me gustan más jóvenes y diferentes a ti—escucho tan cerca que podría jurar que ésta fuera de mi cuarto.
Me regreso a la cama y escucho como mi madre comienza a arrojar cosas en la sala, me quedo callada y me tiro en la oscuridad sin entender que es lo que está pasando, Edward pone música en su cuarto y no se escucha nada, me quedo pensando en que es lo que está pasando, alejo esos pensamientos, y me acuesto a dormir.
Como Jacob lo prometió esa misma mañana pasa por mí para ir al trabajo, más tarde recibo un mensaje de él avisándome que ya tiene mi camioneta, y en la noche pasa por mí, eso se repite toda la semana, el viernes me invita a salir a comer y acepto enseguida pues se ha portado muy bien conmigo y comienza a reconquistarme, aunque en ningún momento volvemos a retomar el tema de Leah, no es demasiado agradable para los dos tratarlo, todas las semanas teníamos la misma rutina, donde yo me mantenía callada y me limitaba a comer, deje de hacer eso a la tercera semana cuando considere que era suficiente su castigo por todo lo que me había hecho, iniciamos una relación de nuevo, especialmente desde el incidente de la noche en que salimos juntos Edward y yo, se separó por completo de mí, así que para llenar el vacío me dejo consolar por Jacob, quien comienza a pasar por mí por las noches al trabajo, comenzamos a salir una vez más, todo regresa a lo anterior.
Al llegar al restaurante, me abre la silla para que tome asiento, nuestra platica es amena, no tratamos ningún tema en especial, realiza unas cuantas preguntas respecto a Edward, por un incidente en el que me encontró hablando con él antes de ir al trabajo, tal vez se podía interpretar como otra cosa pero simplemente hablábamos a muy pocos centímetros uno del otro, pero Edward volvió a dejar en claro que por ahora no quería nada conmigo aunque eso no fuera precisamente lo que se sintiera, esa tensión entre nosotros en algún momento me iba a traer problemas, era por eso que esperaba ignorar el tema, al salir del restaurante comenzamos a caminar hacia el coche, cuando Jacob se aclara la garganta para comenzar una conversación.
—Bella en algún momento tenemos que hablarlo y creo que es preciso que esa conversación se realice hoy. —hablo Jacob serio.
—¿Por qué quieres hablarlo?, la viste este día y es por eso, o ¿por qué? —mi tono es alto y un poco celoso.
—Te lo juro, Leah es parte del pasado, con ella ya no está sucediendo nada, actualmente ni siquiera vivimos en la misma casa, el divorcio está en trámite, no te pongas de esa manera Bella, quiero tratar este tema bien.
—¿Cómo creerte Jacob?, fue y me grito a mi trabajo, hizo que me suspendieran y que tuviera que soportar durante una semana a mi madre llamándome zorra a espaldas de Edward, ¿me va a volver a buscar y vamos a pasar por la misma? —ahora recuerdo porque no fue una buena idea estar de nuevo con Jacob, con muy poco comenzamos a pelear.
—Debes hacerlo, confiar en mí para que podamos continuar con esto.
—Tal vez ya no quiera hacerlo, no sé si confiar Jacob.
Comienzo a caminar más rápido para que entienda que estoy molesta y cansada de ser vista como la zorra del pueblo porque no puede terminar su divorcio, enseguida me alcanza y me vuelve a pedir una disculpa mientras me abraza con fuerza y me susurra cuanto me quiere y como desea volver a estar conmigo como antes de lo de la fiesta, me dejo envolver en sus palabras una vez más, me dejo convencer que lo que dice es real.
Nos dejamos envolver por la atmósfera de posición que tenemos cuando estamos juntos y terminamos en la cama antes de lo pensado, caigo dormida en sus brazos al poco rato de estar hablando, Jacob se comporta como un adolescente haciendo bromas y tratándome como si no hubiera otra cosa más maravillosa en el mundo, me quedo dormida con una sonrisa que se borra de pronto al escuchar los fuertes golpes contra la puerta, se supone que estamos en un muy buen hotel para que esté pasando esto, Jacob toma sus bóxer y se lo pone con lentitud mientras los golpes se vuelven más constantes.
—Vuelve a dormir no debe de ser nada. —comenta Jacob tranquilizándome.
Le tomó la palabra y me dejo caer sobre las almohadas, el alcohol, los permanentes, cortes y horas extras en el trabajo me dejaron agotada, comienzo a cerrar los ojos cuando la puerta es abierta y una voz seria procede del pasillo.
—¿Jacob Black?
—Así es, ¿qué necesita?
—Queda usted detenido, por abandono de hogar, adulterio e incumplimiento en contrato.
—¿Qué?, esto debe de ser un error.
—Le pedimos que nos acompañe, esto es una orden de aprensión para usted y la señorita de adentro.
—¿Qué está sucediendo? —pregunto levantándome de la cama y enredándome en la sabana.
—Señorita Isabella Denali, queda detenida por adulterio.
—¿Por qué? —mi duda se hace mayor cuando una de las policías se me acerca.
—El señor Black sigue casado y esto es adulterio, perseguido por la ley después de que la conyuge del señor presentara una demanda.
—¿Qué?, claro que no, él está en proceso de divorcio.
—Por ahora no, y le pedimos que nos acompañe y de la vuelta.
No se esperan a que yo misma lo hago, la policía lo hace por mí y me esposa las manos en la espalda, dejo de escuchar mis derechos para estar completamente avergonzada saliendo de una habitación de hotel con tan solo una sábana cubriéndome y Leah fuera de esta sonriendo.
—Te advertí que no te metieras conmigo.
Me hacen entrar a la patrulla, cosa que agradezco la noche es helada, no hablo en todo el camino hasta que me dejan en una celda que es todavía más fría que la calle, me dicen que en poco tiempo puedo hacer mi llamada, una oficial se apiada de mí y me da una cobija, en ese mismo momento puedo odiar a Jacob más que en la anterior ocasión, esta situación es realmente patética y vergonzosa, es hora de largarme de Forks lo antes posible, antes de que más desgracias y vergüenzas se acumulen.
—Isabella, puedes realizar tu llamada.
Por la hora y el día que es sé que mi madre no está en casa y lo agradezco, ya que el número de mi casa es el único que conozco de memoria, ruego con todas mis fuerzas por que levante el auricular, hasta el quinto tono, escucho su respiración.
—Hola.
—Edward no cuelgues por favor, necesito que vengas por mí a la comisaria, me detuvieron…—espero a que diga algo pero los segundos pasan y no comenta nada solo escucho su respiración que me asegura que sigue hay.
—¿Qué sucedió?
—Te lo explico luego, solo ven y tráeme ropa—solo suspira.
—Está bien, ahora salgo para halla.
En ese momento en que escucho esas palabras que eran las que más anhelaba ori, me doy cuenta de que esta será una larga noche de confesiones y de hablar del tema que ninguno de los dos quiere volver a tratar, aunque ahora estaré en deuda con él por una situación peor de patética que la anterior, suspiro y cuelgo, ahora solo me queda esperar para que comience mi nuevo purgatorio.
El tiempo dentro de la celda parece eterno, los minutos se convierten en horas, cuando siento que ha pasado una eternidad es cuando Edward se toma la molestia de llegar con una bolsa en la mano, al verme niega con la cabeza y me sonrojo y en ese momento realmente deseo que la tierra me trague, si en algún momento dudo de las palabras de mi madre se las acabo de confirmar, oficialmente soy una zorra o peor aún una prostituta tras las rejas.
—Vengo por la señorita Isabella Denaly, quien está detenida por…
….
Hola chicas, ¿Cómo están?, con mucha pena vengo a anunciarles que después de mucho tiempo tengo nuevo capítulo, espero que les haya gustado y hayan disfrutado mucho de él, no me maten de verdad, es que no tengo mucho tiempo para escribir, tengo otras historias y de repente bloqueos que no me dejan escribir como es, espero que hayan disfrutado de este capítulo y sobre todo espero verlas pronto.
Y como siempre una enorme disculpa si se me fue una falta de ortografía o muchas jajaja, procuro revisar todo con un programa pero aun así a veces se me pasan, trabajare en eso, ahora si pasemos al área de respuestas.
Respuestas:
patymdn: y creo que le pasaron peores desgracias en este capítulo pero ya veremos cómo avanza la historia.
annel-edward: Gracias, espero estar viéndote pronto de nuevo.
Let Cull: pronto, muy probable en el siguiente capítulo.
Pili: Que bueno, espero que este también lo logre.
miop: espero que este también te guste y bueno si me tarde un poco, ups, pero espero para el próximo no sea tanta la espera.
jupy: así quería que fuera el personaje, como muy extremistas pero sí Edward traerá un cambio a su vida.
adriana molina: tarde pero llega la inspiración y gracias por tus palabras, bueno falta mucho por ver.
Bueno chicas gracias a todas por su apoyo y por leerme y comentar, nos vemos en el próximo.
XOXO
Bere.