Nota de suicidio.

"Sólo escribo esto para que sepan mis razones para terminar con mi vida... Bueno, estoy aburrido. "

Miró una vez más el papel casi en blanco, no tenía idea de cómo seguir. Y es que para estas alturas del asunto ya debería ser un experto escribiendo notas de suicidio, ya que después de todo había estado escribiendo una cada día por casi un año.

Aun así, nunca cumplías su objetivo de suicidarse porque siempre alguien intervenía.

Tachaste lo que acababas de escribir, parecía como si fuese dirigido a todos tus hermanos cuando en realidad era solo para uno de ellos, el más doloroso de todos: Karamatsu.

"Solo te escribo esto para que sepas mis razones de porque acabe con mi vida. Bueno, estoy aburrido ¿No es por eso que la gente se suicida? Porque está aburrida de la vida... Eso exactamente, estoy aburrido de no ser tomado en cuenta y que la persona a la que amo siempre tenga más tiempo para otras cosas que para mí.

Está bien, lo entiendo.

Todo es más importante que yo... alguien tan tóxico y dañino para ti no debería más que ser eliminado de la faz de la tierra y eso es lo que haré...

Gracias por todo.

Te amo."

Espera un momento. ¿Por qué debías escribir que lo amabas si no se lo habías dicho ni una sola vez en persona?

Además, dejando de lado al doloroso de Kusomatsu ¿Qué iba a pensar tu madre?!

Pobre mujer, no tuvo la culpa de tener un hijo tan… "Ichimatsu".

Tenías que darle consuelo de alguna forma. Tomando la pluma escribiste en el espacio en blanco.

"Madre, por favor no te culpes. Eres la mejor madre que pueda existir. Gracias por darme la vida…"

No,no, no eso sonaba muy mal. ¿Gracias por darme la vida? Y luego vas y te matas. Y además ¿A tu padre no le decías nada?

Él también te había dado la vida ¿no?

Y tus hermanos… Osomatsu seguramente se haría el fuerte para apoyar a los demás.

Choromatsu apoyaría a Osomatsu cuando este por fin se derrumbará.

Estabas seguro que Jyushimatsu gritaría y lloraría a los cuatro vientos.

Y Todomatsu seguro se enojaría contigo por ser tan idiota para llegar al infierno antes que él… Bueno, en realidad no sabías como reaccionaria Todomatsu.

Y Karamatsu…

¿Qué haría Karamatsu?

¿Lloraría? ¿Se enojaría contigo? ¿Acaso se culparía?

Quizás todas…

Arrugaste el papel entre tus dedos… Ni siquiera para hacer una carta de suicidio servías. Otra cosa para la que no eras más que basura no combustible.

Sería mejor si no dejabas nada. Si dejabas que simplemente esa filosa navaja que se volvía tentadoramente tu amiga recorriera por fin tus muñecas de lado a lado.

Pero mientras pensabas en eso la puerta se abrió y Karamatsu apareció por ella.

—¿Que estás haciendo?" -preguntó mientras ocultabas la carta en tu bolsillo.

—¡¿Qué demonios te importa?! Déjame en paz Kusomatsu, no me mires, ni siquiera respires en mi dirección o voy a matarte. -gruñiste, ser malo con él te ayudaba a sobrellevar lo que en realidad sentías. Quizás si lograbas que te odiara todo seria más fácil.

—¡Lo siento!"

Tu aura amenazante lo hizo sentarse lejos de ti, no sabías que estaba haciendo hasta que se acercó un poco temeroso.

—Sé que no estás de humor, p-por eso hice esto para ti.

Nervioso te entregó un peluche con forma de gato. ¿Eso estaba haciendo todo ese tiempo? A penas lo tomaste él se alejó de nuevo temiendo por su vida.

Y mientras veías ese regalo que te había dado el hermano al que secretamente amabas no pudiste evitar sonreír. (obviamente ocultando tu sonrisa)

Esa nota de antes iba a terminar en la basura igual que las otras 345… Todo gracias a la misma persona por la cual querías suicidarte.

Estúpido Kusomatsu.