Queridos lectores he vuelto.
Bien, se que tengo meses sin escribir y quizas ya perdi a varios de ustedes pero se que por ahi hay fantasmitas que aunque no dejen review si leen (las estadisticas no mienten). Esto es un capitulo corto pero el proposito ha sido y seguirá siendo el mismo: no dejar de escribir. Espero que sea de su agrado y alimenten mi mente con un review por favor.
Olvido
Han pasado tres meses desde que la Liga de la Justicia interviniera en la Torre de los Titanes y se llevara el cuerpo convaleciente de Nightwing, también habían sido los peores tres meses de la vida de Raven y él porque era bastante claro:
Al día siguiente de lo ocurrido alguien llamó a su puerta, una visita bastante grata a decir verdad. El hijo mayor de la dulce ancianita propietaria de la librería estaba en su casa disculpándose por no haber llamado antes dadas las circunstancias de salud de su madre y es que, la viejecita estaba mucho más recuperada y eso era una buena noticia en medio del mar de tragedias que la azotaban.
_ Nos llevaremos a mi madre a un sitio más tranquilo, tenemos una casa en el campo. Cuando quieras visitarla no dudes en hacerlo – eso le había dicho pero no era justo la razón principal ¿cierto?- Además… ella no podrá hacerse cargo de la librería y me suplicó que te buscara para darte esto. – Le extendió un sobre amarillo que Raven tomó, sacó su contenido y leyó detenidamente – el hospital me dio tu dirección y mi madre no aceptará un no por respuesta. –
Los documentos claramente decían que la librería y todo lo que allí estuviera le pertenecían solo a ella, no con el nombre que le había dado sino con su nombre real. Raven se disculpó por no poder aceptar el obsequio de la señora, ya era demasiado pero como el hombre había dicho, su madre no aceptaría un NO como respuesta.
_ Si piensas que mi madre te da todo esto solo por haberla ayudado con su problema del corazón estas equivocada. Mi madre siempre ha estado muy agradecida con ustedes y no sé si lo recuerdas pero un día salvaron a un bebe en una carriola; ese era mi hijo. Mi madre cree que te hará falta en el futuro y a cambio nosotros guardaremos tu secreto – bien, guardar el secreto era mucho más importante que aceptar o no lo que le ofrecían, pero sin más remedio. Accedió.
Aunque también había ocurrido lo inesperado. Dos días después de que Nightwing fuera sustraído de la Torre, sintió que el lazo entre ambos desaparecía, su cerebro hizo una desconexión fatal en su sistema nervioso y su corazón estaba tan lastimado que podía sentir cada herida en él y eso… solo podía significar una sola cosa. Nightwing no había ganado la batalla; aquel fatídico día insistió con Cyborg para que llamara a la Liga o a Batman o a quien fuera, estaba desesperada, angustiada y deseaba de todo corazón que nada de lo que estaba sintiendo se volviera realidad; mas las lágrimas no desbordaron lo que su ya marchito corazón sabían con antelación y ¿Quién podría culparla?, absolutamente nadie pero lo hicieron. La culparon de la muerte de Nightwing. La liga le prohibió asistir al funeral pero aun asi fue, se ocultó en las sombras, su mejor aliada.
Desde lejos observó cuando el cortejo fúnebre pasaba por la reja principal del cementerio, luego delante de unos bonitos mausoleos y al final se detenía en una pequeña colina; apartados del resto de los muertos. No había ni lapida ni epitafio solo una pequeña cruz color blanca con letras doradas, su corazón se partió en mil pedazos pero aun asi no soltó ninguna lágrima. ¿Cómo podría? quizás si ellos hubieran esperado unos minutos más, Nightwing estaría vivo, encamado pero vivo. Las circunstancias eran diferentes ahora, la Liga de la Justicia le arrebató al amor de su vida en más de una vez pero a pesar de todo lo siguió amando y estaba segura de que él aun la amaba y que quien había hablado solo era su rabia, lo entendía, sí. Pero lo que más le había dolido era la desconfianza… de todos. Esperó alrededor de cuatro horas para poder acercarse a la tumba de Nightwing, esperó hasta que todos se hubieron marchado o al menos eso creyó; se arrodilló ante la tumba de su amado y por primera vez en mucho tiempo la primera lagrima saltó de sus ojos; a esa primera lagrima le siguieron muchas más, no hubo sollozos pero si palabras amargas dirigidas a quien la había abandonado en una situación tan difícil como en la que se encontraba. Le dijo cuanto lo odiaba por eso pero también cuanto lo amaba sin importar todo el daño que le habían causado y el que todavía le aguardaba porque estaba segura que esto no iba a terminar ahí. Ese día terminó completamente empapada debido a la lluvia que minutos atrás se había soltado y finalmente antes de irse tomó el pequeño ramo de violetas y lo colocó justo donde se encontraba la cruz prometiéndole volver cada semana antes que las flores se marchitaran o al menos hasta donde pudiera pues Gotham no estaba precisamente a la vuelta de la esquina.
Y después… la gota que derramó el vaso. El mismísimo Bruce Wayne en la puerta de su departamento con una orden legal de desalojo debido a que Nightwing había comprado el departamento con dinero de Wayne Enterprises, le pertenecía todo a los Wayne. Sabía que esto era obra de la pelirroja y aun asi, no dijo nada. Se tragó su orgullo y las ganas que tenía de aniquilarlo ahí mismo. Esa misma noche tomó sus pertenencias y se marchó, dejó ahí el móvil que Nightwing le había dado y no dijo nada a nadie, ni siquiera a Roy quien creía plenamente en su inocencia pero sobretodo porque la quería. Tampoco le dijo nada a Cyborg pues ya le había confesado a él y únicamente a él que esperaba un hijo de Nightwing y ya era hora de valerse por sí misma. El único pensamiento suicida que cruzó por su mente en el momento en que abandonó el departamento para dirigirse al único refugio que por el momento le quedaba había sido, el de hace cinco años; si, debió de dejar de existir cuando cumplió los diez y seis pero no fue asi. Ahora con el fruto de su amor por Nightwing creciendo en su vientre se juró que la Liga jamás iba a volver a poner un solo pie donde ella caminara y si eso sucedía; olvidaría que alguna vez fue una respetable heroína y se convertiría en el demonio que nunca fue. Le prometió en silencio a su hijo que defendería todo cuanto tuvieran solo para que él o ella pudieran vivir en completa paz. Y asi sucedieron las primeras semanas, su energía estaba sincronizada con su entorno pero sus amigos y ex compañeros no habían aceptado aun su respuesta silenciosa. Cyborg y Red Arrow estuvieron buscándola por algún tiempo, por todos los medios posibles pero sin comunicador ni teléfono celular era un tanto difícil pero no imposible; Cyborg hackeó las cámaras de la ciudad y asi pudo dar con ella:
Todos los días Raven abría la librería a las siete en punto, era como un ritual; todas las mañanas tomaba su te de hierbas justo como lo hacía en la torre, la parte superior de la casa olía a lavanda con un toque de menta. Todas las mañanas los chicos de la preparatoria que se encontraba a unas cuadras de la casa pasaban por la ventana del exterior y ella los veía desde el mostrador. Antes de acostarse se aseguraba que las puertas y ventanas tuvieran seguro aunque estaba consiente que eso no impediría a un metahumano entrar a su único refugio pero igual lo hacía porque le hacía sentir humana aunque también se aseguraba que las barreras mágicas que había puesto funcionaran correctamente, una ayuda extra nunca venia de mas. Sus poderes se habían mantenido a raya todo este tiempo y mentalmente se preguntaba si algún día podría deshacerse de ellos, si su hijo los heredaría y… muchas otras preguntas de las que prefería que nadie le diera respuestas.
Esa mañana de viernes, siguió su ritual matutino con la ligera excepción de que tres meses después se sentía más pesada de lo normal, aun no se notaba el embarazo pero sentía ligeros movimientos en su vientre que no eran precisamente por la digestión. Decidió que la mañana debía transcurrir con otro tipo de té de hierbas. Recogió algunos libros que las personas habían dejado por ahí la tarde anterior y comenzó a acomodarlos en su sitio correspondiente. La campanilla de la entrada repicó un par de veces antes de detenerse, eso quería decir que tenía un cliente. Un cliente muy matutino, regularmente las personas comenzaban a llegar pasadas las ocho de la mañana. Dejó los libros en un estante cercano y caminó hacia el mostrador, tal vez este cliente requiriera ayuda. Pero mayor fue su sorpresa al encontrarse con el hombre metálico parado justo en la entrada, la expresión en su rostro denotaba que en verdad no lo había pasado bien las doce semanas anteriores, Raven por supuesto estaba feliz pero preocupada; si él pudo encontrarla seguramente Roy también ya debía estar al tanto de todo y si eso era asi… la Liga también lo sabría y con LO SABRÍA pensaba exactamente en una sola persona.
_ No tengo que preguntar cómo me encontraste – la expresión en el rostro de Raven en verdad era de alegría, claro después del shock emocional de saberse descubierta. –
_ También me alegra verte – Cyborg caminó hacia ella y ambos se dieron un corto pero efusivo abrazo. –
La idea principal era desaparecer de la vida de todos pero el destino se empeñaba en que Raven no debía estar sola y ella por supuesto lo agradecía. Agradecía el hecho de que Cyborg estuviese allí justo en ese momento, que hubiera sido él quien diera con su paradero y no la Liga de la Justicia, especialmente Batman; agradecía también que no le estuviese recriminando su partida por doce largas semanas.
_ Y… ¿Cómo te has sentido?, es decir; ¿Él bebe y tú están bien? –
_ Estamos bien. – fue lo que Raven contestó. Al hombre metálico le dio la impresión de que no era del todo verídico y quiso saber por qué – Bueno, no es fácil hacerse a la idea de que seré madre.–
_ Quieres decir que… ¿No quieres al bebe? –
_ No. Por supuesto que quiero a mi bebe pero aún tengo dudas sobre la maternidad. Tengo miedo de no ser una buena madre para mi hijo. –
_ Lo serás. Mi sobrino… ¿puedo llamarlo asi? – Ella asintió – Tendrá a la mejor mamá del mundo. Una de las mejores heroínas de esta ciudad, la más poderosa entre todas y por supuesto la más bella. Y el… o ella estará orgulloso de ti porque sabrá lo mucho que lo amas. – Esta conversación se llevaba a cabo en la planta baja de la casa; los libros la hacían sentir protegida, además estaba totalmente segura que Cyborg no solo estaba hablándole de maternidad, la cuestión iba más por el lado paternal.
_ Cyborg… yo… entiendo que quieras hacerme sentir bien porque Nightwing murió y la Liga cree que yo soy responsable pero puedo vivir con eso y puedo vivir con el hecho de que mi hijo no tendrá a su padre durante su infancia y no sabré que decirle cuando me pregunte por su padre pero quiero pensar que ahora que me encontraste, tu estrás ahí y eso es lo único que necesito saber por el momento. Ya es difícil sentir su ausencia. –
_ Lo siento, no era mi intensión hacerte sentir mal. Solo quiero que los dos estén bien. –
Si, Raven lo agradecía profundamente pero las heridas aun no estaban totalmente cerradas y aun dolía; esperaba no tener que hablar del tema sino hasta que su hijo le preguntara por su padre y quizás para entonces hubiera preparado algo para decir. Dejaron de hablar del tema por petición de la hechicera sin embargo hablaron de muchas otras cosas más como la ropa del bebe, los juguetes y el nombre, en fin; tantas cosas que no había tomado en cuenta… bueno si lo había hecho pero no sentía la necesidad de presionarse por ahora.
_ Pues ya está. Yo me hare cargo de todo desde ahora, no tendrás que preocuparte por nada en lo absoluto. – hablaba Cyborg con tanta seguridad. A Raven le pareció que estaba en un sueño o en una pesadilla, en realidad no sabría decir con exactitud si cada una de las decisiones que había tomado la había llevado al camino correcto o la habían llevado a un rumbo sin salida. Esperaba que fuera la primera opción. Cyborg subió a su habitación en la parte superior pues estaba totalmente convencido en ser la figura paterna ideal del bebe. Tomo registro de medidas para la cuna, los juguetes y demás chucherías que tenía planeadas para su llegada. Para el medio día4 Cyborg ya había realizado algunos planos de manera electrónica y tenía pensado poner "manos a la obra" en cuanto sus pies tocaran la Torre. _ Bien pequeña… y bebe. Vendré pronto para instalar la cuna. _
Si. Parecía que todo estaba volviendo a su lugar; al menos por ahora. El letrero volvió a cambiar a abierto y la tarea de acomodar libros comenzó de nuevo. La campanilla sonó un par de veces ya para finalizar el día pero parecía que las sorpresas nunca iban a terminar. La campanilla sonó por última vez en el día con una visita no grata.
_ Sal de mi casa ahora mismo – decía Raven apuntando su `puño con energía hacia la mujer que aún estaba parada en la puerta de entrada –
_ No vine a pelear Raven. Me gustaría hablar contigo si eso es posible – Diana creía que hablar siempre era una buena solución pero entendía la reacción de la hechicera. También sabía que ella o cualquier miembro de la Liga de la Justicia eran indeseados pero de verdad necesitaba hablar con ella. –
_ Dame una razón por la cual no deba destruirte ahora mismo –
_ Sé que estas molesta y entiendo que no quieras hablar ahora conmigo pero vine a traerte algo especial – Raven ni siquiera había notado el paquete que Diana tenía entre sus manos – Lo dejaré aquí y tal vez luego quieras comunicarte conmigo – dejó el paquete cerca del mostrador, dio media vuelta y regresó por donde había venido. –
Raven tuvo el impulso de tirar aquel paquete pero la nota del moño le hizo desistir. El paquete estaba envuelto en papel azul y la nota decía asi: "Bruce no sabe de su nieto. No se lo diré pero tienes que hablar conmigo. Diana". Diana sabía su secreto, Diana sabía que estaba embarazada sino… ¿Por qué se habría molestado en ir hasta allí? Pero entonces… el miedo se apoderó de Raven, no sabía cómo alguien como Diana podía haber dado con su paradero, la única forma lógica que se le habría ocurrido era que Bruce también lo sabía y solo era cuestión de tiempo que esto empeorara pero si Bruce lo sabía porque no había ido el mismo en persona, quizás Diana dijera la verdad; la curiosidad saltó de pronto en su cerebro. Guardó la tarjetita pues allí también tenía el número de contacto de la amazona. Intentó no entrar en pánico y respirar profundamente para tranquilizarse y pensar con más claridad pero muchas preguntas asaltaban a su mente y a su corazón.