Karamatsu es el segundo hijo en nacer de los sextillizos Matsuno.

Es un chico responsable, atento, siempre con una sonrisa y una actitud relajada. Sabe cocinar, coser, tocar la guitarra, cantar, pelear, entre otras actividades. Pero también es distraído, confiado, de corazón noble, con un excéntrico look y de un hablar un tanto confuso; al menos están son las características que las personas le atribuyen.

Sus hermanos lo describen como un tipo doloroso por su forma de hablar, vestir, comportarse... básicamente por ser él.

Sus padres le confían tareas como ir de compras o cocinar ocasionalmente, saben que es un buen hijo pero tampoco es que se lo hagan saber a menudo.

Cada chica que lo ve piensa que tiene cierto atractivo, pero se alejan inmediatamente en cuanto este comienza a hablar y asumir poses extrañas.

Para el resto de personas, sólo es uno más de los sextillizos Matsuno.

Pero, ¿Cómo se percibe Karamatsu a sí mismo? Es simple... un farsante.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Los seis hermanos se encuentran en la habitación de siempre ocupados en sus actividades cotidianas. Totty con el celular, Jyushi dando vueltas por el suelo, Ichi en un rincón con su gato, Choro con el periódico buscando un trabajo, Kara con el espejo en mano y Oso recostado leyendo un manga. El silencioso momento fue cortado por una suave voz.

- Nee Karamatsu - hablo Totty sin despegar la mirada de su teléfono - últimamente te miras mucho en el espejo, no cabe duda que te has vuelto más vanidoso -

- ¿Es así? - sonrió Kara observando su reflejo - no lo había notado my brother - se levantó con una de esas poses extrañas dejando el espejo en la mesa - pero debo cuidar mi imagen para mis adorables Karamatsu girls - finalizó con una pose coqueta. No obtuvo respuesta de ninguno de sus hermanos. Con una leve sonrisa salió en dirección al baño.

Entro a esa pequeña habitación asegurándose de cerrar bien y se detuvo frente al espejo. Se quitó las gafas y se observó. Su expresión era diferente a la de siempre, no sonreía, su ceño estaba más fruncido de lo normal, su mirada era sería, en conjunto la expresión de su rostro denotaba gran molestia.

¿Vanidad? Qué tontería... Lo que más odio es mi reflejo, detesto ver a esa persona que no soy yo... Pero no tengo opción, debo asegurarme que ellos no me vean así... Solo uso el espejo para confirmar que la máscara sigue puesta...

Karamatsu seguía observándose perdido en sus pensamientos, cuando alguien tocó con premura a la puerta.

El segundo hijo se puso las gafas y sonrió como solía hacerlo, al abrir se encontró con Jyushi dando pequeños saltos.

- Lo siento my little Jyushi, el baño es todo tuyo - en respuesta el menor le observaba curioso.

- ¿Niisan está bien? - pregunto con esa gran sonrisa que le caracterizaba, Kara sorprendido por la pregunta borro su expresión por un instante, para después recuperase y volver a verse "feliz"

- Por supuesto... - revolvió los cabellos de su hermanito - yo siempre estoy bien - dicho eso se alejó dejando un tanto confundido al de amarillo.

Kara regresaba a la habitación con sus otros hermanos, a unos pasos de entrar escucho murmullos pero por más que trató no entendió de qué hablaban así que se dispuso a entrar. Al recorrer la puerta se formó un gran silencio, sus hermanos en un solo lugar reunidos en cuclillas cerca de la mesa le miraron con sorpresa.

- ¿Qué ocurre brothers? -

Ninguno respondía, solo intercambiaban miradas entre sí. Kara noto que el único que se mantenía sin levantar el rostro casi escondido entre los demás era Ichimatsu; creyendo que algo malo le había pasado al cuarto hermano se apresuró hasta ellos preocupado.

- ¿Que paso? ¿Ichi estas...? -

Freno de golpe, su hermano estaba bien, eso era bueno, sin embargo frente al menor yacía en el suelo su espejo de mano, roto. Una extraña combinación de sentimientos le invadió, tristeza, enojo, desesperación... alegría. Era confuso.

Los otros tres hermanos le miraban con cierta preocupación, lo normal era que estallara en llanto, que comenzara un discurso sobre lo poco importante que son las cosas materiales o al menos algo de molestia... Pero no había nada de eso, su rostro no tenía ninguna expresión, parecía que su mente estaba en otra parte.

- Kara... - le llamo Choromatsu - fue un accidente - No obtuvo respuesta.

- Vamos, al menos di algo Karamatsu - hablo Osomatsu levantándose, colocó su mano en el hombro de Kara, ante la acción el mencionado dio un respingo y miro al mayor.

- ... yo -

Estoy molesto.

- Estoy bien - sonrió Kara despreocupado. Se agachó cerca de Ichi quien se mantenía quieto, aun sin mirarle ni decir nada. El de gafas comenzó a levantar los pedazos de vidrio. Miro a Ichi que ahora le veía de reojo.

- No te preocupes, fue un accidente - le sonrió al menor quien solo rechisto esquivando la mirada. Con los pedazos en mano se encaminó a la puerta, antes de salir se giró hacia sus hermanos con la sonrisa de siempre y hablo - Voy a salir, no me esperen a cenar - sin esperar respuesta se fue.

En el cuarto todos se quedaron callados, ni siquiera sabían si era propio hablar, fue un momento bastante raro para ellos y es que la actitud del segundo hermano fue tan... normal, no hubo idioma mezclado ni poses extrañas. Tal vez sus plegarias habían sido escuchadas y por fin dejaría de ser tan doloroso... entonces, ¿Por qué los cuatro hermanos en la habitación tenían un sentimiento extraño en el pecho?

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Karamatsu andaba por una calle poco transitada, algunos locales ya estaban cerrados. Detuvo su andar frente a unas puertas un tanto oxidadas, tras un suspiro entro, el lugar era espacioso con un ring a mitad de todo, algunas máquinas de ejercicio esparcidas y en uno de los rincones un costal de box. Se encaminó hasta este último, pasa su mano como si estuviese acariciando una mascota. Una silueta se colocó detrás de él.

- ¿Que hay niño? Hoy no tienes entrenamiento... ¿O sí? - un hombre de cabello negro tocaba su barba pensativo. El tipo rondaba por los cuarenta años y tenía un físico bien trabajado.

- No tengo entrenamiento hoy... - respondió Karamatsu con una expresión sería - solo vengo a pasar el rato -

El hombre no dijo nada, conocía al chico desde ya hace un par de años, siempre serio y reservado, un día llego interesado en mantenerse en forma, paso el tiempo comenzando a entrenar con él y en ocasiones como esta, venía a "pasar el rato", lo que significaba que solo estaba ahí para golpear el saco, se podía sentir el aura asesina rodeándole.

El hombre camino hasta un estante y le ofreció un par de guantes de box, Kara negó con la cabeza y de su pantalón saco un par de guantes negros de cuero, tras colocárselos se quitó las gafas y la chaqueta entregándoselos al hombre quien recibió las pertenencias y las llevo a guardar en un casillero.

Cuando Karamatsu estuvo solo, se estiró un poco y dio un golpe al saco.

Fue un accidente, ¿No?

Dio dos golpes más.

Todo está bien porque no fue a propósito.

Cuatro golpes.

No puedo enojarme... Más bien, no quiero...

Más golpes.

Prefiero ser tratado como un idiota que como un patán... Me odiarían si me conocieran de verdad...

Kara golpeaba continuamente el saco, el cual parecía más ligero de lo normal moviéndose al ritmo de los impactos.

Paso un rato para que Kara terminara de sacar su frustración en el ya gastado saco. Se dejó caer en el suelo exhausto. El hombre de antes se acercó.

- ¿Quieres una cerveza? -

- Sabes que si Max -

El hombre le extendió la mano ayudándole a levantarse, caminaron a un pequeño cuarto que fungía como cocina y comedor. Kara tomo asiento frente a la pequeña mesa mientras Max sacaba un par de cervezas del refrigerador. El mayor tomo asiento entregándole una de las latas.

- ¿Mal día? -

- Algo así... -

- Debieron hacerte enojar mucho, por tu culpa tendré que comprar pronto otro costal -

- Si es necesario te daré el dinero... no importa el costo, solo asegúrate de siempre tenerlo para mí -

- Ten eso por seguro; habrá función más tarde, ¿te quedas a ver? -

- No tiene sentido si no estoy en escena -

- En ese caso, te puedo dar un lugar para el sábado en la noche... -

- ... Si, cuenta conmigo -

La conversación finalizó, pese a ello no había un silencio incomodo, al contrario se percibía un ambiente tranquilo aunque ninguno hablara. Max ya se había acostumbrado a eso, al principio intento saber más del chico, pero entre más cuestionaba más se cerraba, decidió dejarlo ser y que él fuera quien le hablara cuando estuviese listo. Tomo tiempo, pero Karamatsu se fue relajando con su presencia haciéndole saber que vivía con sus padres y hermanos, nunca supo cuántos ni nombres de algún integrante de la familia, sabía que pasaba de los veinte años pero no estaba seguro de la edad exacta, era un chico muy misterioso y siempre parecía estar molesto.

Terminaron de beber y Kara se puso de pie.

- Gracias, ya debo irme -

- Regresa cuando quieras amigo -

El más joven solo asintió e hizo una seña de despedida retirándose del lugar.

Estoy cansado y hambriento... pero les dije que no me esperaran a cenar, supongo que tendré que ir a buscar algo por mi parte.

Llega a un pequeño comedor y ordena un platillo con mucha carne. En cuanto se lo sirven se dispone a comer, pero es interrumpido por una linda rubia de cabello corto, una sonrisa coqueta y un vaso de refresco le acompañaban.

- Disculpa, ¿puedo sentarme? -

Kara asintió a lo que la chica tomo lugar frente a él.

- Te vi desde que entraste -

- Que observadora... - comenzó a comer.

- ... Sé que sonara algo directo pero, ¿tienes novia? -

- ¿Eso importaría? - seguía comiendo sin prestarle mucha atención.

- Entenderé entonces que tengo una oportunidad, ¿es así?- pregunto con un tono coqueto jugando con un mechón de su cabello.

- Entenderás entonces que conmigo solo será algo de una noche -

La chica pareció sorprenderse con la respuesta.

- Oye, no sé con qué clase de chicas sales pero... -

- ¿Qué dices? Fuiste tú quien se acercó así que no te hagas la ofendida... -

- Pensé que eras un chico educado -

- Pensaste mal... Ya casi termino mi plato, ¿vas a querer que lo hagamos o no? -

- ¡Idiota! - la chica se levantó de golpe y arrojó el refresco sobre Kara alejándose furiosa.

Algunas personas curiosas observaban al chico que se mantuvo tranquilo, seco su rostro con una servilleta y continúo con su comida.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Ya empezaba a oscurecer cuando Karamatsu regreso a casa, se detuvo en la entrada y suspiro.

Aquí vamos

- Estoy de vuelta burazas - Anuncio su entrada como de costumbre con una pose cool, recibiendo respuesta solo de Jyushi y Choro. Camino hasta la mesa sentándose en el suelo, por inercia estiró su mano sobre el mueble para tomar su espejo.

Lo olvide...

Sus hermanos le miraban con discreción, esperaban a ver cuál sería su actitud. Karamatsu colocó las manos sobre sus piernas, estaba ligeramente encorvado y con una expresión seria.

Maldición... Me están observando... ¿Qué debería hacer?... Nunca contemple una situación así... Deberían ignorarme como siempre... Me molesta que me estén mirando de esa forma... Si esto continua, yo...

De pronto una mano se posiciona en la cabeza de Kara interrumpiendo su pensar.

- Hey hermanos - Oso le hablaba al resto sin quitar la mano del segundo hermano que se mantenía quieto - deberíamos ir a tomar un baño, ¿no creen? -

El resto intercambio miradas para después asentir alegres por la idea de su hermano, a excepción de los dos mayores el resto se apresuró a salir para preparar sus cosas.

- Osomatsu... estas presionando muy fuerte - hablo con cierta molestia.

- ¿Si? No me había dado cuenta - sonrió de manera traviesa.

El mayor levantó su mano con cierta dificultad llevándose en el acto un par de cabellos del otro.

- ¿Qué diablos Karamatsu? ¿Por qué estas pegajoso? - sacudía su mano.

- Me callo refresco... - Kara acomodaba su cabello con cuidado.

- Qué asco... -

- No exageres -

- Podría ser cualquier cosa -

- Ya te lo dije, es refresco... -

- ¡Tendré que cortar mi mano! - alzó la voz dramático.

- ¡Solo es refresco idiota! - grito furioso levantándose y sujetando al mayor de la ropa.

-... Vaya, entonces sigues molesto... - Sonrió satisfecho como quien acaba de alcanzar su meta, Kara lo soltó.

Este maldito lograba sacarme de mis casillas... Pero no podía negar que me alegraba un poco que fuera así... Él podía ver estas rabietas ocasionales y aun tratarme como siempre.

- Vamos - se encaminó a la salida - nuestros hermanos esperan -

Karamatsu no dijo nada y solo siguió al otro.

En los baños ya estaban todos dentro del agua. Kara estaba recargado en una orilla de la tina, dando la espalda a los demás.

Detesto no poder usar mis gafas... Sin ellos me siento un tanto vulnerable...

Detrás de él, Choro se acercó a Oso para hablarle lo más bajo posible.

- ¿Es idea mía o Karamatsu esta raro últimamente? -

- ... Tal vez... - el rostro del mayor parecía serio, el otro le miraba intrigado por sus palabras - ... Tal vez él... tenga diarrea - sonríe triunfante.

Todos los hermanos voltean cuando escuchan un ruido sordo. Oso está flotando sobre el agua con un gran chichón en la cabeza mientras Choro estaba de pie furioso.

- ¡Hermano idiota! ¡¿De qué iba tanta seriedad?! -

Los tres menores sonreían divertidos, siempre era entretenido ver como golpeaban al mayor de los Matsuno. Totty desvío la mirada hacia Kara, este se encontraba con una expresión de fastidio, eso era extraño. Su hermano mayor se percató de que era observado y le dedicó una gran sonrisa al menor que pareció sorprenderse por el rápido cambio de humor.

Salieron de los baños públicos complacidos por la ducha, andaban por la calle hablando de tonterías. Totty escribía en su teléfono y dirigía miradas discretas al segundo hijo, observando cómo se acomodaba las gafas y se comportaba como siempre. Tal vez lo de antes solo fue su imaginación.

Pasaban cerca de un callejón cuando un tipo salió de repente arrebatando el teléfono de la mano de Todomatsu, empujándolo al suelo y corriendo en el acto.

Sin pensarlo dos veces Karamatsu le entregó sus cosas al hermano más cercano y salió corriendo tras el ladrón.

Choro se acercó al menor preocupado, este se encontraba en el suelo lamentándose por perder tan valioso aparato, Ichi intentaba sostener sus cosas y las de Kara que prácticamente le arrojó, Jyushi hizo el ademán de ir por el mismo rumbo que el ladrón y su hermano, pero fue frenado por Osomatsu que lo sostuvo del brazo.

- Yo iré Jyushi - el mayor sonreía despreocupado ante la situación - vayan a casa y cuiden de Totty su hermano mayor se encargará de todo - entrego sus cosas al de amarillo y rascó su nariz de esa forma que tanto lo caracterizaba.

Ninguno de los hermanos discutió la decisión, en todo caso solo era un ladrón así que no sería necesario que todos intervinieran.

Osomatsu seguro de que le obedecerían comenzó a andar en busca de su hermano.

- Karamatsu idiota - refunfuñaba acelerando el paso - espero llegar a tiempo –

XXXXXXXXXX

Hasta aquí el primer capítulo, con todo lo que he visto/leído en el fandom me vienen muchas ideas para explotar la personalidad de Kara, ya escribí de un Karamatsu deprimido y suicida, así que decidí explorar un lado más fuerte de este lindo nini. Gracias por leer n_n