pre style="word-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"-Yoshikage… ¿Irás? Josefumi sostenía la mano del mayor quien se encontraba recostado en el sofá ya dormitando, cual niño dependiente llevaba días solicitándole a su amigo hacer acto de aparición en la ceremonia de graduación del instituto que se celebraría la noche siguiente. Permanecía arrodillado junto al sofá apoyando su torso en el orillo de este, su barbilla apenas tocaba el pecho de Kira, su mirada se clavaba en el rostro del otro totalmente esperanzado de una respuesta afirmativa.

-Mmh… Te he dicho que lo intentaré… -replicó Kira esperando eso fuese suficiente para hallar conciliar el sueño sin más interrupciones.
-¡Pero Yoshikage! –apretó su mano con más fuerza intentando ser tomado verdaderamente en cuenta.
Kira abrió solo uno de sus parpados encontrándose con un rostro bastante ofuscado frente a él, frente a él y tras la espalda de Josefumi, el resplandor del tv se alzaba por la pequeña sala del departamento del mayor.- ¿Cuánto tiempo tendrás esa cosa en pausa, Josefumi? Consumes energía que yo deberé pagar.

-Bah! –rebuznó el otro soltándole y dándose vuelta dejándose caer de vuelta al suelo, tomó el mando y reanudó el juego- No estaría tanto tiempo en espera si me prestaras atención –murmuró dándose por vencido aunque estaba bastante seguro de que Kira ya no era capaz de escucharle, probablemente solo en esos segundos había caído en un profundo sueño.

Perdió la noción del tiempo, siempre sucedía eso, sus hábitos de sueño no eran tan buenos como los de su amigo, de hecho cuando se encontraba en su departamento pocas veces sentía la necesidad de dormir, pero justo antes de que el amanecer llegara apagaba la consola junto al Tv y se hacia un espacio junto al otro, como si hubiesen pasado la noche igual de bien sobre ese sofá, suponía que ya Kira conocía su táctica, pues al despertar este jamás despertaba al más joven.

Se durmió tal cual cada noche que compartían, incluso pasó uno de sus brazos por encima del pecho de quien idolatraba, poco lograba dormir, pero en esa cercanía y seguridad lo poco que llegaba a conciliar era totalmente placentero, totalmente a gusto y encajando en algún lugar, justo así se sentía en cada instante junto al otro, jamás le habría confesado algo como eso pero no era algo necesario, son relaciones que crecen sin palabras, solo con constancia y hechos habían permanecido inseparables durante años, incluso sin importar las diferencias de edad. Josefumi recién se graduaría un poco pasado de edad del instituto y en cambio Kira ya poseía Maestrías en medicina, trabajaba en urgencias, dictaba talleres en la universidad y hasta cumplía su pasatiempo preferido zarpando en grandes embarcaciones sirviendo de asistencia médica. Aún con todo eso, aun con todo el escaso tiempo que compartían, Josefumi se sentía especial o al menos de relevancia solo con él, en cuanto cruzaba el umbral de aquel departamento podía sentirse el mismo, aun frente a su sobria mirada podía sentirse a gusto de cualquier tontería aunque no era un chico muy adepto a estas. Kira sin dudas había brillado con demasiada intensidad ante sus inmaduros ojos en el pasado pero poco a poco, con el pasar de los años había comenzado a acostumbrarse a aquel halo que le rodeaba por completo, bien sabía que no era un hombre perfecto, así como sabia que definitivamente no le pertenecía, sin embargo no podría importarle menos, ahí sobre ese sofá en el que solían caer rendidos luego de alguna noche de películas o videojuegos, Josefumi sentía que podía retribuir el favor que Yoshikage sin ninguna obligación le había otorgado por tantos años… protegerle.

Como muchas mañanas, Yoshikage sintió como algo oprimía su pecho y una respiración acababa tras su nuca, el chico como mucho llevaría una media hora durmiendo tras su espalda, no tenía remedio, ni siquiera en su supuesto día más importante podía llevar hábitos decentes. Retiró el brazo del chico para poder levantarse y preocupado de no interrumpir se fue con livianas pisadas hasta el baño, la verdad era que se había quedado dormido (como siempre) Dormir era algo que le superaba, suponía que se debía a las largas jornadas de trabajo que debía cumplir y al estrés acumulándose día con día, como fuese, dormir de más siempre le revitalizaba.

Mientras el agua de la ducha caía, Josefumi iba regresando en sí, definitivamente había sido pésima idea desvelarse justo esa noche, ni siquiera podía apoyarse sobre sus codos, estaba agotado y con una pereza que le volvía tedioso el estar despierto; fue arrastrándose lentamente hasta la orilla del sofá decidido en ir al encuentro con Yoshikage, para una vez mas y por última ocasión pedirle asistir al acto. Acabó cayendo al suelo haciendo crujir las tablas de este, al menos el golpe le aturdió lo suficiente para espabilarse y ponerse de pie. Tambaleándose llegó hasta la puerta al final del pasillo y ya con su puño alzado se disponía a tocar la puerta cuando esta de improvisto se abrió dejando ver al mayor tras ella.

Se quedaron un instante en silencio mirando al otro, Yoshikage llevaba el cabello desparramado sobre el rostro y solo una toalla cubriendo la parte inferior de su torso, Josefumi solo bajó la mirada lo suficiente para encontrarse con sus ojos, si, era apenas un poco más alto que Kira y aunque decía que no le gustaba presumir… se jactaba siempre de ser mas fornido a pesar de su poca actividad física. Quien se encontraba saliendo del baño alzó una ceja exigiendo de una vez lo que fuese que el otro iba a hacer, Kujo aun se encontraba con su puño en alto, como si fuese a tocar la frente de Kira por lo que la bajó apresurado.

-Ya sabes lo que diré –sus usuales ojos de cachorro esta vez mostraban determinación.
-Hazte a un lado, Josefumi. – y siempre le hablaba como tal, como a un perro, el menor casi podía sentir el periodicaso en cuanto el otro le empujó con su hombro haciéndose paso.- Te he dicho que iré de ser posible, debo trabajar, no es un juego.

El menor resignado llevó ambos puños hasta sus costados limitándose solo a eso, la verdad se había prometido a sí mismo no pedirle a nadie asistir solo que Yoshikage… bueno, Yoshikage siempre despertaba cierta debilidad en él. La puerta de la habitación del mayor se cerró apenas este entró a vestirse y con esta acción las esperanzas de Josefumi también se esfumaron pero no podría enojarse, no con él, debía entender, sabía que realmente Kira era un hombre muy ocupado, con tantos estudios universitarios un titulo de instituto debía parecerle igual de insignificante que un titulo de jardín infantil.

Buscando que Yoshikage volviera a dirigirle la palabra se apresuró en hacer algo para desayunar, tostadas y jugo, no sabía como el mayor se conformaba solo con eso pero siempre parecía funcionar y tal como las veces anteriores esta vez también surtió efecto. Kira iba directo a la puerta, tal vez al salir diría algo como "Vuelvo luego" o "cierra bien la puerta al irte" pero esta vez su olfato le desvió directo a la cocina; tomó con la punta de sus dedos dos tostadas recién salidas y con su otra mano se apresuró en llevar hasta sus labios el vaso de jugo que ya se encontraba servido, a todo esto se encontraba el cocinero viéndole reposando su cadera en el mesón.

-Ten un buen día –murmuró, a lo que el mayor respondió despidiéndose con la mano, hubiera hablado pero llevaba la boca llena.

El día, tal como lo había imaginado, fue tan ajetreado como de costumbre, emergencia menores y otras no tan leves, mujeres desmayadas por la oleada de calor, un niño con un dedo amputado por una licuadora, una mordida de perro, más de lo mismo siempre, Kira era exageradamente rápido en su trabajo y solía ser juzgado por carecer de tacto con sus pacientes, a este no podría importarle menos los rumores, el amaba la medicina y la fisionomía humana, atender las carencias y exigencias de los pacientes se le hacía absurdo y molesto, definitivamente las emergencias que involucraban personas inconscientes eran sus preferidas, podía trabajar cómodamente y sin brindar explicaciones.
La hora del almuerzo transcurrió y ni siquiera lo notó, con emergencias menores la sala se había abarrotado desproveyéndole de la noción del tiempo, para cuando se dio cuenta un mensaje entraba a su teléfono, luego dos e incluso una llamada, no le hacía falta desatender el asunto en el que se encontraba para saber que se trataba de Josefumi dándole un último recordatorio. Lo cierto era que no tenía planeado faltar aunque no le hubiera asegurado nada al chico, era algo impropio en Yoshikage, pero se había hecho la ilusión de darle una sorpresa, jamás le defraudaría en algo como esto, luego de todo el era en el único que Josefumi depositaba su confianza; Había llevado ese día al trabajo uno de sus mejores abrigos para la noche helada que haría, se lo colgó encima apenas acabó con el caso de indigestión que atendía y se dirigió hacia la puerta principal poco importándole que le vieran irse antes de hora, él había cubierto a muchos por no decir a todos ahí, sería la primera vez que cometería una "falta" y sabia que nadie le delataría.

El verdadero infierno fue encontrar un lugar donde aparcar, se podía escuchar desde dentro del recinto como la ceremonia había iniciado y ahí estaba él sonando bocinazos para que el imbécil con licencia frente a él se apresurara. Subió apresurado las escaleras zigzagueando entre personas igual de lentas que la joya del estacionamiento. Para cuando logró ingresar al salón se encontraba como loco buscando a Josefumi entre la multitud de graduados, todos sentados y de espaldas lucían exactamente igual, pero siguiendo la creencia de que las miradas se llaman, fue esa la manera en la que Kira logró hallar a Kujo de pie sobre el escenario, se notaba como Josefumi había logrado verle apenas entró ofuscado haciéndose paso entre todos.

El chico llevaba el cabello totalmente peinado hacia atrás dentro del birrete, no utilizaría su peinado habitual para esta ocasión, su rostro despejado daba la ilusión a Yoshikage de haberse reencontrado con el mismo niño que bien había conocido unos 14 años atrás, una sonrisa amplia como pocas le había visto iluminaba por completo su rostro, la luz propia del chico irradiaba más que los focos sobre él, todo por la alegría de haber visto a su mejor amigo acudir; no hicieron falta palabras, ambos podían comunicarse solo con las miradas y antes de poder notarlo, el mayor llevaba una sonrisa marcada entre los labios. El hechizo entre ambos solo se deshizo cuando por fin llegó el turno de Josefumi de recibir su titulo y estrechar la mano del director, y tal cual su llegada, Yoshikage sacó justo a tiempo su cámara para capturar la escena.

Se hallaban buscando al otro entre la multitud descarriada que se desató al culminar el acto, Kujo fue el primero en encontrar al otro con la mirada y para cuando estuvo al fin frente a él el contrario le recibía con una mano alzada lista para estrechar la del chico, este la apartó tomándola en una de sus propias manos y dejando estas aprisionadas entre el pecho de ambos en cuanto se le unió en un abrazo; el mayor totalmente avergonzado por la escena miraba en todas direcciones asegurándose que nadie detuviera su mirada especialmente en ellos, por fortuna eso no pasaba y permitió que aquella demostración de afecto durara cuanto Josefumi deseara.

-Gracias por venir –musitó apenas dejo ver su rostro de nuevo frente al mayor, sus ojos seguían siendo los de un cachorro pero esta vez uno muy contento.
-Pensaste que me lo perdería –comentó en un tono jocoso disfrutando nuevamente de una sonrisa en el rostro del chico- te he jugado una buena aunque he llegado por las puras.
-¡Sabía qué harías una entrada inesperada! –se separó para darle apenas un toque con el puño en el hombro, Yoshikage podría hacerse el duro pero Josefumi sabía que tan blando podía llegar a ser con un cierto número reducido de personas. Yoshikage solo se alegró por la reacción tan infantil.
-Felicidades –su tono se había transformado en uno más sereno y honesto, viéndose ambos directamente a los ojos de una manera que cada uno solo podía lograr con el otro se encargaba de expresarle su autentico orgullo- Luego de esto todo es bueno.

Un compañero del graduado les interrumpió justo en ese momento invitando al chico a la fiesta luego del acto, este volteó buscando aprobación de la única persona que se había tomado la molestia de asistir en su graduación, de ser por Josefumi solo celebraría esa noche con Yoshikage con un buen maratón de series ya pasadas de década.

-Anda –se apresuró en concederle el innecesario permiso- yo estoy fugado del trabajo –admitió encogiéndose de hombros.

Solo debió insistir una vez más para que el otro se fuera a festejar, el en cambio llegaba de vuelta a su trabajo, tal y como lo esperaba nadie mencionó ni una palabra de lo sucedido, volvió a su puesto como si nunca lo hubiera abandonado y se centró en atender a quien lo necesitara, su humor estaba notablemente mejor, hasta le daba las buenas noches a los pacientes que se retiraban felices por la atención, esta vez al vibrar el teléfono se hacía unos segundos libres para ver todas las imágenes que posteaba Josefumi, era como una buena energía, un buen combustible el solo verle feliz que le permitiría trabajar sin cansancio toda la noche, para cuando llegara el próximo amanecer estaría feliz de volver a su apartamento y compartir el sofá, la alfombra, el suelo o lo que fuese con su amigo, se dejaría descansar totalmente despreocupado bajo el abrazo protector que siempre le brindaba , era una buena terapia, Kujo era sin dudas su única conexión con el mundo fuera de su trabajo y las cuatro paredes de su hogar.

La noche en cierto punto se tornó relajada, no entraba nada, ni por la puerta, ni por el celular, le pareció momento idóneo para tomar una buena taza de café y sentarse unos minutos; la sala para empleados como ya lo esperaba estaba abarrotada de médicos, pasantes y enfermeros con los tobillos a reventar, quién se encontraba frente a la cafetera muy amablemente se ofreció a prepararle una taza que Yoshikage gustoso aceptó mientras iba a tomar alguna banqueta disponible.

No había terminado de sentir la sangre de sus piernas nuevamente subir hasta su torso cuando el intercomunicador sonó advirtiendo varias emergencias que llegaban a la vez; suspiró pesadamente y en su mente le dijo adiós a la taza que se merecía pero no tomaría por el momento, movió su cabeza de adelante hacia atrás y luego de lado a lado intentando bajar la tensión sobre sus hombros, ya escuchaba el correteo en los pasillos y el griterío fuera de la puerta de emergencias, seguro habría sido algún accidente, era lo que pensaba Yoshikage, eran los casos que más se presentaban a esas horas; para cuando llegó al recibidor iba ingresando el primer herido en una camilla, tenía a lo mucho una pierna fracturada en dos partes y un leve corte en la cabeza, claro que estas dos áreas eran bastante escandalosas a la hora de una herida, el paciente se encontraba histérico al verse en ese baño de sangre, debieron incluso amarrarlo a la camilla. Kira ayudó llevando al individuo hasta el quirófano más cercano, solo dio vuelta su cabeza por un instante para ver la fila de camillas que iban entrando tras esa primera.

Si el mismo no le hubiese regalado unos ocho años atrás el broche con forma de corazón que siempre llevaba luciendo el pecho de Josefumi, jamás habría identificado a la persona casi irreconocible que iba en la camilla tras él.

No supo con certeza que había ocurrido con el tiempo en ese momento, de alguna manera se detuvo dejándole detallar como el mundo se le venía abajo./pre