Hola :D

Supongo que ya habrán visto el capítulo 10 y estarán todavía tan hypeados como yo, aún me parece irreal. Como sea, todo el capítulo me recordó que se nos está terminando YoI y digamos que entré en negación(?), así que hice un one shot para distraerme y eso me dio la idea de hacer esto, es mi manera de "regresar en el tiempo" al principio para no sentir el inminente final xDD Esto tiene lugar después del capítulo 2, es mi versión de lo que me habría gustado con mi OTP Yuurio❤❤

Disclaimer: Yuri on Ice obviamente no me pertenece, lo que haría si así fuera...~

Aclaraciones: ya lo dije, pero esto es un semi AU, planeo seguir más o menos la misma línea argumental del torneo del Grand Prix que sigue el anime, pero esta vez con estos dos ❤, así que obviamente varias cosas serán distintas xDD


Obsesión

Yurio estaba tendido en el suelo con los brazos estirados y las piernas inertes sobre la pista de hielo. Llevaba así cerca de media hora y no pensaba moverse, o más bien, no podía. Había pasado toda la tarde practicando una rutina y sin notarlo había caído la noche; el verdadero problema era que, luego de horas casi sin descanso, su cuerpo decidió caer también. Cuando intentó levantarse, sus piernas temblaron y apenas pudo dar un pequeño paso antes de desplomarse de nuevo sobre el hielo; lo máximo que logró hacer fue arrastrarse hacia afuera de la pista, pero no había manera de que fuera mucho más lejos de esa forma, le arderían los brazos toda la semana si continuaba.

Así que había decidido permanecer ahí hasta que alguien llegara, el problema era que nadie lo hacía; el silencio y la oscuridad se adueñaban de todo a su alrededor, incluyendo sus pensamientos. Yurio suspiró fastidiado y cerró los ojos. No estaba en sus planes permitir que el japonés le arrebatara la promesa de Victor, se había esforzado durante años para llegar al lugar en el que se encontraba, a un paso del Grand Prix en otro nivel, a nada del momento decisivo en su carrera… y definitivamente no iba a dejar que todo eso se viniera abajo por el video que un aficionado había grabado. Además, no era cualquier aficionado, era él. Cada vez que lo veía recordaba sus sollozos en el baño, las lágrimas deslizándose por sus mejillas, su cara llena de miedo al verlo… y lo frustraba, lo frustraba, lo frustraba; porque él había pasado todas las pruebas sin apenas quejarse, porque no soportaba a las personas que se rendían y se venían abajo a la primera derrota, porque odiaba más que nada en el mundo que lo miraran de aquella manera.

Aun así no se engañaba, había visto el video cuando se hizo viral. En aquel momento no pudo hacer más que apretar los puños y fruncir el ceño, porque ésa era la coreografía de Victor, podría ser Victor. Excepto que no lo era. Era el llorón del baño. Odiaba ver la expresión de Yuuri en ese video, odiaba ver la tranquilidad y el cariño en ella; detestaba sentirse como el que ahora debería estar arrinconado en un cubículo del baño.

Y aun así, tenía una extraña atracción hacia ese Yuuri; le encantaba el video, a pesar de que se reprochaba a sí mismo cada vez que si quiera lo pensaba. Se hacía el desentendido, pero había descargado el video a su celular sin que nadie se enterara y lo veía al menos una vez al día, sin falta. Como sea, se llevaría a la tumba ese secreto.

Probablemente ese fue el principal motivo de la extraña manía que empezó a desarrollar en cuanto llegó a Japón: varias veces se encontró mirando al japonés sin siquiera notarlo o buscándolo con la mirada cuando no estaba presente, básicamente se había convertido en un obsesivo en lo que concernía a Yuuri Katsuki. Cada vez que le pasaba, se decía que era solamente su deseo de vencerlo, así que se dedicaba a entrenar más de la cuenta y terminaba en situaciones como la de ahora, cansado y sin poder apenas moverse.

Soltó un bufido de fastidio mientras estiraba los brazos, tras lo cual escuchó el chasquido de la puerta y pasos que se aproximaban. Por fin. No se movió, pensando que era Yuko la que se acercaba. Las luces de la pista se encendieron.

—Eh… lo siento, ¿estás bien?

El rubio se congeló y nada tenía que ver con el hielo. Se debatió si la mejor manera de mantener su orgullo sería levantarse inmediatamente o permanecer como estaba; lamentablemente no podía ni siquiera intentar lo primero porque su cuerpo seguía sin responderle, así que simplemente permaneció en silencio aparentando ignorar al otro. Sin embargo, su orgullo se fue de cualquier manera al demonio en el segundo siguiente, cuando su estómago decidió gruñir en medio de la oscuridad, haciendo que el sonido hiciera eco por todo el lugar.

—Ah, supuse que tendrías hambre, te traje esto.

Yurio abrió los ojos con toda la vergüenza del mundo y se enderezó como pudo, apoyándose en los antebrazos para sentarse y mirar al otro. Yuuri estaba ante él con unos pans y una playera casuales, ofreciéndole una bolsa de plástico con una caja desechable; estaba cerrada, pero el aroma no engañaba a nadie.

—¿Sólo piensas en tazones de cerdo?— masculló el rubio mientras hacía un puchero intentando parecer molesto e ignorando la sensación de calidez que le producía el hecho de que el otro hubiera pensado en él.

—¡Ah…, lo siento! No estás obligado a tomarlo, sólo creí que…

—Lo tomaré

—¿Eh?

—¡Dije que lo tomaré! ¡Dámelo!

Yurio sabía que su cara estaba poniéndose más roja con cada segundo, así que estiró los brazos y le arrebató el paquete, esperando que el otro se fuera. Pero no lo hizo. Se sentó a su lado en cuanto abrió la caja dispuesto a comer; a punto estuvo de gritarle que lo ponía incómodo comer mientras alguien lo veía, pero notó que miraba hacia el frente abrazando sus rodillas y apoyando el mentón sobre ellas. Como ya era común, el rubio se encontró ensimismado viendo su perfil, tanto que ni siquiera notó cuando el objeto de su obsesión le devolvió la mirada.

—Si fuera tú lo comería ya, me aseguré de que estuviera caliente, pero no sé cuánto tiempo permanezca así.

Fue como si le reventaran la burbuja a Yurio. Masculló algunas cosas sobre golpearse a sí mismo más tarde y se puso a comer.

-o-o-

-o-o-

No se escuchaba ni siquiera un grillo en el silencio incómodo en el que se encontraban, al menos era incómodo para Yurio. Había terminado de comer hacía unos minutos y Yuuri seguía sin irse, permanecía sentado a su lado, mirando a la nada con un aire pensativo; el menor se habría levantado y alejado él mismo, pero seguía sin poder hacerlo, por lo que suspiró mentalmente y se resignó a tener que esperar al día siguiente para moverse con libertad.

—Te llevaré— comentó el pelinegro, sacándolo de sus pensamientos.

—… ¿Qué?

—A casa— contestó señalando las piernas ajenas— te volviste a exceder, ¿no?

—No necesito tu ayuda— respondió enfurruñado por ser descubierto y regañado como si fuera un niño pequeño.

—¿Prefieres seguir congelándote aquí? Ven.

Yuuri se colocó frente a Yuurio y le dio la espalda para ponerse de cuclillas con ambas manos detrás suya, instándolo a…

—¡No voy a subirme a tu espalda!

—¿Entonces a dónde?— preguntó genuinamente confundido.

A ningún lugar, no voy a subirme en ti, le habría gustado decir, pero lo que realmente hizo fue colocar sus manos sobre los hombros del japonés y estremecerse al sentir las manos ajenas en sus pantorrillas, ayudándolo. Porque realmente quería subirse en él. Desde ya hacía algunos días había aceptado que los sentimientos detrás de su obsesión iban un poco más allá de querer vencerlo y superarlo; porque Yuuri Katsuki se esforzaba cada día, porque él estaba equivocado y Yuuri Katsuki no era el llorón del baño.

Se abrazó al cuello del más alto, recargándose totalmente en su espalda y tratando de ignorar las manos que ahora se colocaban bajo sus muslos para darle soporte. Aspiró un poco del aroma que desprendía la playera del japonés en cuanto éste empezó a caminar y sintió cómo todo en su mente dejaba de funcionar.

Porque Yuuri Katsuki realmente le atraía.


Y eso~

Probablemente actualice el sábado o domingo, porque todavía no salgo de vacaciones y tengo exámenes el fin de semana l3 los cuales aún no empiezo a preparar, por cierto. En fin, espero que les haya gustado. Gracias por leer C:~

-Por cierto, ¿alguien más amó a Otabek? Es un encanto ;*;-