Disclaimer applied.

Lamento mucho la tardanza. Sé que no he actualizado pronto. Pero aquí estoy. Con un capítulo nuevo que ha surgido en medio de canciones.

Quiero agradecerles a todas por su hermoso apoyo y tomarse el tiempo de dejarme reviews. Este fanfiction será corto. Estimen que faltan unos 15 o 20 capítulos, ya han notado que no son muy largos. Bueno, entonces eso implica que así podré actualizar seguido.

Y al finalizar éste vengo con un omegaverse, Viktuuri y OtaYuri.

En fin. A leer.


Promesa de alianzas de oro

El réquiem de Viktor Nikiforov

...

Querido Yūri: Hoy lucías cansado a pesar de estar durmiendo.

Querido Yūri: Sigo esperando que habrás tus ojos.

Querido Yūri: Hoy mi madre fue a verte.

Querido Yūri: Mi padre y Yakov quieren que me aleje de ti y regrese a Rusia.

Querido Yūri: Mi madre apoya que me quede.

Querido Yūri: No puedo dejar de pensar que tu estado es totalmente mi culpa.

Querido Yūri: Perdóname.

Viktor mira la pared frente a la pequeña cama en posición horizontal a la ventana. Es invierno, por alguna razón desde que vive en Japón no ha dejado de nevar, y de cierta manera se siente demasiado triste por la nostalgia blanca con la que ésta cubre la región.

Da un largo suspiro, estira sus finos y larguiruchos dedos hacía una de las pequeñas notas blancas que hay en la pared. Desde que se ha mudado a la habitación de Yūri ha llenado toda ésta de notas blancas, sus deseos están escritos en ella junto con toda la triste nostalgia que es vivir cada día sin el castaño.

Duele, duele como el maldito infierno no tenerlo a su lado para besarlo y abrazarlo. Para decirle que a pesar de todos sus defectos, él le ama y quiere unir su vida a la suya para siempre.

Pero la vida no es justa y se aferra a ese pequeño rincón del mundo que le pertenece a Yūri, una de las pocas cosas que aún tienen su aroma. Abraza la almohada, ya no huele más a él, a Yūri. Ésta se ha impregnado de su aroma. Colonia Channel que su madre le trae cada vez que le viene a ver.

Querido Yūri: No dejo que nadie entre en tu habitación. No puedo permitir que alguien invada este pequeño rincón en el mundo que te pertenece. Tú eres sólo mío y lo que es tuyo me pertenece.

Ésa es la primera nota que escribió tras volver de Madrid y negarse a dormir en otra habitación. Había rogado que se le permitiera dormir en la habitación del castaño, aun cuando los padres de Yūri se habían negado, la hermana de éste te dio un buen argumento.

Creo que si Yūri estuviera aquí, él dejaría que Viktor usara su habitación. Ni hay excusas, Yūri es más importante; además, estamos en deuda con los Nikiforov. —La hermana mayor de Yūri le dio una cálida sonrisa cargada de tristeza—. Además, nuestro deber es dejar que la familia tenga comodidad. Después de todo Viktor es el prometido de Yūri. Si mi hermanito dio su vida para que él viviera, eso implicaría que Yūri daría cualquier cosa por él.

Esas palabras están grabadas en su memoria. Hay cientos de notas, cientos de cosas. Pequeños detalles escritos a puño y letra, desea de todo corazón que el castaño despierte para poder mostrarle con cuántas ansias le espera. Pero el castaño se niega, al parecer se niega a abrir los ojos y eso le duele.

Hunde el rostro en su almohada. Ya no hay nada, sólo un cuerpo que se niega a seguir viviendo.

Querido Yūri: No suelo venir mucho a tu casa, en realidad me gusta quedarme acompañándote en la habitación de hospital.

Querido Yūri: Nuestros anillos aún brillan.

Queridos Yūri: Cuando abras tus ojos nos casaremos y seremos felices.

Querido Yūri: Cuando despiertes nunca mi iré de tu lado, te lo prometo.

Querido Yūri: Quiero ser un ninja.

Querido Yūri: Yurio te extraña, tanto que hasta te cuida.

Querido Yūri: Tu hermana ha descubierto que tengo llena tu pared de notas.

Querido Yūri: Comienzan a creer que estoy loco.

Querido Yūri: Te amo.

Querido Yūri: Te amo tanto que duele.

Querido Yūri: Despierta y déjame sentir tu calor.

Querido Yūri: Quiero tomar tu mano siempre.

Querido Yūri: Despierta.

Y de nuevo mira la pared.

Se sienta tan solo, tan devastado. Justo en el momento en que su mundo comenzaba a tomar color y forma, éste le fue arrebatado por un estúpido estado de coma.

—No creo que estés loco —Mari Katsuki es como un fantasma, ella ha entrado a la habitación y él no se ha percatado, tiene una de las muchas notas blancas en su mano—. Cuando Yūri mire esto se volverá loco. Te matará.

Ambos ríen. Mari saca un cigarrillo y lo enciende.

—¿Tú crees? Porque yo creo que me llenará de besos. —No importa cuánto lo trate, no puede sonreír por completo, ahora que tiene un motivo para vivir ya no puede fingir sonrisas y alegría.

—No finjas —dice ella, camina por toda la habitación y luego se sienta a su lado—. Eres la primera persona que hace brillar a Yūri. Llegaste a su vida cuando todo se derrumbó.

—Cuando miré a Yūri —comienza hablar Viktor, Mari le ofrece un cigarrillo y él lo toma comenzando a fumar con ella—… cuando miré a Yūri esa noche en la que estaba tan devastado, yo realmente sentí nostalgia. Cuando me pidió que fuera su entrenador, todo eso, realmente me sentí amado y no a un nivel de fanatismo. Fue más a un nivel emocional. Digo, mis padres me aman, no me quejo, pero ser un niño abandonado no es fácil. Es complicado encontrar a alguien que te ame sin una pizca de lástima. Los ojos de Yūri brillaron con tanta intensidad que me hizo sentirme un dios.

—Tú realmente lo amas —dice Mari, mira la pared— y él te ama. —Lágrimas comienzan a caer y no son de Viktor—. Es difícil ver cómo alguien se derrumba, no lloro solamente por mi hermano. ¡Lloro por ti! ¡Porque sufres más que cualquiera ante toda esta situación!

...

Querido Yūri: Despierta.

Querido Yūri: Tus padres se derrumbaban cada día más.

Queridos Yūri: Tu hermana fuma tres paquetes de cigarrillos al día y ha perdido tanto peso que tu madre tiene miedo.

Querido Yūri: Me siento solo de nuevo.

Ambos han llorado tanto que cuando el teléfono suena, tardan en calmarse y poder responder.

—¿Yurio? —Habla Viktor.

—El tazón de cerdo ha despertado —eso es todo lo que dice y la llamada se cuelga.

El corazón de Viktor late con fuerza, mira a Mari y asiente. El mundo se detiene junto con el dolor del año sin poder ver esos hermosos ojos que no ha visto en años.

Hay tanta tristeza como alegría.

Pero es inevitable. Las lágrimas regresan recordando el elefante rosa en la situación.

—Ha despertado —anuncia y luego se derrumba, se sostiene de la pared soltando sollozos de emoción e impacto—. ¿Cómo le diremos que una de sus piernas fue amputada?

Un grave silencio queda en la habitación.

Querido Yūri: Te amo a pesar de todo.

Querido Yūri: Te cargaré sobre mi espalda así deba caminar por ambos.

Querido Yūri: Perdón.

Querido Yūri: Quiero ver tus hermosos ojos.

Querido Yūri: Te amo.


Hola, al fin pude actualizar.

Espero les guste el capítulo.

Hasta la próxima.

Les quiere, Ray.