Fairy Tali y sus personajes le pertenecen única y exclusivamente a Hiro Mashima, todos los derechos van a él. La historia aquí descrita, por otro lado, es de mi total autoría y solo esta publicada en este pagina. No recibo una retribución económica y lo hago sin fines de lucro.
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Las personas que conforman el gremio de Fairy Tail siempre han sido una panda de delincuentes en potencia y algunos tienen serios problemas mentales, y aun que tengo la manía de desvestirme yo no entro en la última categoría, aclaro que solo es una manía. Pero es por esa razón que todos tienden a olvidar fácilmente los incidentes que ocurren en las misiones que algunos de nosotros toman, sin importar que tan raros o fuertes sean. Sin embargo, como dije antes, yo no me incluyo del todo en la descripción anterior, y es por esa razón que no me he podido quitar de la mente esos terroríficos minutos que me parecieron muchas horas.
Conozco al idiota desde que éramos niños, nos pasamos la vida peleándonos y he visto todas y cada una de sus facetas… desde la cara infantil que pone cuando ve comida picante, a la cara de idiota cunado ve a Lucy y hasta llegar a su rostro deformado por la ira cuando lastiman a alguien del gremio… pero nunca en todos estos años le había visto una expresión como aquella, nunca había visto su mirada tan perdida como cuando Lucy recibió aquel dardo y termino en sus brazos, cuando cerró los ojos por el veneno fue como si él hubiera quedado inconsciente con ella. Jamás había viso tanto miedo en sus ojos como cuando por fin reacciono y me miro. Pero, sobre todo, nunca, nunca, nunca había visto un sentimiento parecido al que había en él cuando soltó a Lucy y miro a aquel hombre, esa macabra combinación entre rabia, dolor, miedo y una escalofriante sed de venganza.
Yo sabía de sobra que él era alguien poderoso, no por nada lo habían nombrado un mago santo, pero nunca había visto que desplegara su poder de aquella forma, honestamente esperaba que moliera al sujeto a golpes, incluso una pequeña parte de mi creyó que iba a matarlo en ese momento… pero nunca me imaginé que mi inmaduro amigo de la infancia hiciera lo que hizo, nunca pensé verlo caminar con tanta parsimonia en una situación como esta, no me imagine que de entre todas las personas, precisamente él iba a torturar a alguien, porque eso era tortura, no solo física sino que también psicológica, estaba intimidando al hombre al punto en el que estoy seguro de que se hizo del baño y su propia orina le quemaba el cuerpo. Odio admitirlo, pero incluso yo me sentí aterrado al verlo, me sentí como si fuera un niño de nuevo y tuviera al mismo Deliora frente a mí. Pero al final de cuantas Wendy hizo un excelente trabajo con Lucy, logrando que despertara y ella fue la que consiguió que Natsu se detuviera, realmente la cosa no paso a mayores y Lucy se recuperó milagrosamente rápido.
Así que seguramente se preguntan porque soy el único que sigue pensando en algo que debió quedarse en el pasado, algo que ya todos olvidaron… la verdad es que ni yo miso comprendo la razón, pero algo en mí, puede ser una especie de instinto, me dice que la cosa no termino ahí, que apenas está comenzando. Es cierto que Natsu volvió a la normalidad… bueno, eso si no contamos que por fin ha aceptado lo que siente por Lucy. Aunque esa es otra cosa que me mantiene preocupado, desde el ataque de Phantom Lord esa chica se volvió como una hermana pequeña para mí y no quiero que algo malo le pase, bien sé que el cabeza de cerillo nunca le haría daño, pero de nuevo ese algo me dice que es peligroso, que hay maldad en su interior y que no va a desaparecer pronto.
Sacudo la cabeza para borrar esos pensamientos tan oscuros, Natsu siempre ha sido alguien relacionado con la luz, solo tuvo un mal momento, como los muchos que yo he tenido a lo largo de mi vida. Cuando por fin logro dar por termina mi línea de pensamientos me doy cuenta de que ya estoy en la entrada del gremio, estaba tan absorto que recorrí el camino desde mi casa por pura inercia
—Lucy tus patadas están de muerte—.
—¡Aye! Y con lo gorda que estas duelen más—.
—¡Cállate estúpido gato! —
Reconocí las voces de inmediato y apenas y alcance a quitarme cuando una bola de pelos azul fue disparada en mi dirección y termino estrellándose junto a la puerta de entrada, cuando cayó al suelo, Happy tenía los ojos en espiral. Cerca alcance a ver a Natsu con un mega chipote en la cabeza y Lucy con una vena palpitando en su frente.
—No te pongas violenta Luce, Happy solo dijo la ve…—, afortunadamente el idiota se dio cuenta del aura que empezó a rodear a su compañera y cerro la boca antes de meter la pata y terminar con otro chipote del doble del que ya tenía, a decir verdad, era una escena divertida que de cierta forma disipo un poco mis temores. A pesar de ser un mago santo, la mayoría del tiempo seguía siendo un cabeza hueca y Lucy seguía teniendo el poder de noquearlo con sus patadas
—¿Qué hay chicos? — saludé igual que siempre
—¡Por Mavis Gray! Todavía ni entras al gremio y ya estas desnudo, un día de estos van a arrestarte—.
Mierda, en que momento me quede desnudo, demonios, hasta la ropa interior.
—Eres un maldito exhibicionista hielito, como te atreves a andar desnudo enfrente de Lucy— y me di cuenta de que su reclamo era totalmente serio, de verdad le molestaba que fuera ella en específico quien me estuviera viendo, aunque me hubiera visto cientos de vece antes. Pero decidí no darle verdadera importancia al tono que había utilizado
—¿Tienes algún problema flamita? — pregunté con el mismo tono enfadado que usaba antes de una pelea con él
—Claro, tu presencia me irrita princesa de hielo— respondió como siempre mientras nos acercábamos
—Atrévete a repetir eso estufa con patas— le reté
—Las veces que quieras chico tsundere— para este punto ya estábamos chocando nuestras frentes con una expresión cabreada
—Acabas de firmar tu sentencia pelo de chicle—. Vi a Lucy suspirar con cansancio y entrar al gremio, nosotros la seguimos de cerca, pero ya estábamos hechos un revoltijo de piernas y brazos, pronto el resto de los miembros se nos unieron en el interior del gremio y el lugar se volvió una zona de batalla. La verdad es que disfrutaba mucho de momentos como este, esa era nuestra forma de demostrar nuestra amistad y yo estaba conforme con ello, pero mientras que intentaba convencerme de que todo había vuelto a la normalidad y nada debía preocuparme, una voz en mi cabeza me decía que no estuviera tan seguro, que me mantuviera alerta porque esto solo era la punta del iceberg.
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La noche había sido maravillosa, aunque el clima comenzaba a tornarse frio en Magnolia y mi departamento no tenía sistema de lacri-facción*, había dormido bastante calentita y muy cómoda, sentía como cuando era niña y mamá me abrazaba. Por esa razón no abrí por completo los ojos cuando desperté, solo me limité a acomodarme mejor entre las calientes almohadas que me rodeaban, esas firmes almohadas en las que tenía recargadas las manos y que además me estrechaban con fuerza y cariño por la cintura, como si no quisieran soltarme, esas suaves almohadas que se acurrucaban en mi pecho y emitían leves ronroneos entre uno que otro ronquido, esas almohadas que….
¿Una almohada firme y calentita bajo mis manos, que además tiene forma de abdominales y me abraza por la cintura? ¿y otra almohada que suave que se acurruca contra mi echo y ronronea? Mierda, estas no son almohadas.
Con ese reciente descubrimiento me decidí a abrir los ojos, cuando mi vista se adaptó de inmediato percibí una alborotada cabellera rosa frente a mí, y al bajar la mirada me encontré con una bolita de pelos en el pequeño espacio que había entre el cuerpo del dueño de la cabellera y yo. Los colores se me vinieron a la cara de inmediato y no pude evitar imaginarme que parecíamos una feliz pareja con su hijo.
En otro momento mi reacción inmediata habría sido sacarlos a patadas, primero de mi cama y luego de mi casa, pero la verdad es que ahora apreciaba estos momentos, se habían convertido en parte de mi rutina y hasta me sentía extraña las mañanas en las que no despertaba a su lado. Y es que, sin él, el departamento se sentía vacío y sin vida, se había convertido en una habitante más de mi hogar y su calidez llenaba todo el lugar, literalmente. Con cuidado de no despertar a ninguno, moví mis manos hasta que una se posó sobre los mechones rozas y otra sobre la cabecita azul, los acaricié tomándome el tiempo para admirar a ambos, porque los dos eran importantes para mí, sí, también Happy, ese gato sarcástico ya tenía una residencia permanente en mi corazón, no es que le viera como un hijo, y tampoco es que me gustaran sus bromas pesadas… pero aun así estaba en mi corazón como alguien más querido que un amigo, como alguien de mi familia.
Después de un rato miré el lacrireloj que estaba en la pared y me di cuenta de que apeas eran las siete de la mañana, como sabía que ya no iba a quedarme dormida, me decidí a levantarme y hacer algo productivo. Con mucho cuidado y algo de esfuerzo logré levantarme de la cama sin despertarlos, busqué mi ropa en el armario haciendo el menor ruido posible y luego me dirigí a darme una ducha. Cuando estuve limpia y vestida para un nuevo día fui directo a la cocina, dispuesta a prepárale el desayuno a mis dos invitados como agradecimiento. Agradecimiento por no haberme dejado morir de frio durante la noche, por cuidar de mí siempre, por estar a mi lado, por ser parte de mi vida, por haberme salvado en Hargeon, por traerme a Fairy Tail, por existir.
Afortunadamente los dos tenían un sueño bastante pesado y no se despertaron con todo el escándalo que arme en la cocina, pues había preparado algo especial para Natsu, una receta de otro continente que mamá me había enseñado cuando era pequeña, la verdad es que el mole rojo es algo laborioso de preparar, pero bien valía la pena por él, además lo hice extra picante para que le gustara más, también prepare algunos filetes de pescado e hice uno a la hawaiana y deje algunos crudos para Happy, el arroz blanco no podía faltar y también prepare agua de fresa pensando en el cabello de Natsu, además en la nevera aun tenia media trata de fresa que bien nos servía de postre. Cuando termine me sentí orgullosa de mi creación y una sonrisa adorno mis labios cuando pensé en ambos chicos devorando la comida, me apresure a limpiar todo y me quite el delantal, justo cuando abría la puerta para ir a despertarlos me encontré con el rostro de Natsu a centímetros del mío… no hace falta decir de qué color se puso mi cara, así que retrocedí unos cuantos pasos al tiempo que giraba mi cabeza para que no viera mi sonrojo, y de no haber estado tan avergonzada habría jurado que él también se puso color cabello de Erza.
—¡Se gusssssssstan! — esa molesta forma de enrollar la lengua me sacó de aquel letargo en el que me encontraba
—¡Pe-pero q-que di-dices gato! ¡Eso n-no es ci-cierto! —. ok, admito que negar de forma tan efusiva con cabeza y brazos no fue lo mejor, y quizá el sonrojo y el tartamudeo ayudó a que me mirara con una ceja levantada
—¿Eso es pescado Luce? —, no sabría decir si su comentario fue con intención de ayudarme o solo una bendita coincidencia, pero eso bastó para quitarme la mirada de ese gato de encima, y agradecí a todos los dioses habidos y por haber por ello
—Sip, tengo filetes empapelados, trucha a la hawaiana y deje algunos crudos—. Cuando la mirada de Happy regreso a mí, pequeñas gotas de agua se asomaban por las comisuras de sus ojos, el gato se abrazó a mi pecho y luego me miró con sus ojitos cristalizados
—Lushiii, eres mi reina del pescado… no, eres la emperatriz del pescado ¡Cásate conmigo Rushi! —.
La verdad es que me causó bastante gracia, pero cuando dijo lo último, de alguna forma Natsu estaba junto a nosotros, aunque yo estaba segura de haberlo visto al otro lado de la habitación solo un segundo antes. Miró a Happy de forma seria y de pronto jaló de su cola para separarlo de mi pecho
—No seas exagerado Happy, Luce jamás se casaría contigo—, la seriedad de sus palabras me hizo sonrojarme por un momento, y mi loca mente quiso creer que quizá estaba un poco celoso —Además no necesitas casarte… solo basta con decirle algunas mentirillas, como que no está gorda, o que es una buena escritora. Y si te sientes especialmente hambriento, dile que es muy bonita—.
Happy a veces era un gato bastante perceptivo, creo que de alguna forma imagino que lo que su amigo iba decir sería una tremenda estupidez y por eso se alejó de él lo más rápido posible en cuanto su cola fue liberada, pero el idiota no se percató y siguió hablando, además de finalizar con una de sus sonrisas colmilludas que en otras circunstancias me alegraban tanto… en otras circunstancias. Porque justo ahora sentía una gran sed de sangre, la sangre de Natsu para ser más específica. Cuando él me miro su sonrisa fue remplazada por una cara de espanto digna de la película más terrorífica de la historia de Fiore, seguramente mi cara estaba sacada directamente de su peor pesadilla.
—¡Estúpido, idiota, animal! — estoy segura de que el grito de niña que lanzo cuando le di una patada en plena cabeza se escuchó hasta la Conchinchina.
A final de cuentas todos desayunamos en silencio, afortunadamente Happy no hizo ningún comentario respecto a lo que había dicho Natsu y menos sobre el tremendo chipote que le había quedado… y mantuvimos ese silencio hasta que casi estábamos en las puertas del gremio, fue entonces cuando Natsu al fin dijo algo de la patada recibida y Happy, de alguna forma extraña, terminó inconsciente cerca de la entrada, yo no dije nada más al respecto puesto que alcance a ver a gray en la entrada, ¡completamente desnudo! ¡esta vez ni siquiera traía puesto su bóxer! Y no es que no lo hubiera visto así antes, de hecho, lo raro era verlo vestido, pero aun así me preocupaba la salud mental de mi amigo y el hecho de que estaba fuera del gremio y podían arrestarlo en cualquier momento por alteración del orden publico… y es que oye chica, ¿Cómo no alterar el orden con semejante…?
¡Lucy Heartfillia! ¿Qué demonios estás pensando señorita?
– No te hagas la santa, ni que nunca te hubieras fijado en…
Cállate, se supone que eres mi conciencia y deberías apoyarme
– Esa cláusula no estaba en el contrato, mi deber es corregir tus errores, y es un error decir que nunca has visto lo grande que es su…
Kyaaaaa, cállate, no quiero pensar en lo amplia que es la espalda de Gray, no quiero recordar que alguna vez pensé en lo cómodo que sería viajar en ella un día caluroso, tampoco cuando pensé en lo fría que sería al tacto y que seguramente podría poner paletas a congelar el ella
– Tu lo pensaste chica, no yo jajajaja.
La cara se me puso colorada de la vergüenza, vale, tal vez era extraño que teniendo a Gray desnudo frente a mi estuviera deseando ver su espalda y que deseara que me cargara en ella, pero es que Gray era como un hermano para mí y sería raro pensar en otra cosa, además yo nuca tuve hermanos pero recuerdo que cuando papa empezó a llevarme a sus fiestas de negocios yo veía a otras chicas disfrutar con sus hermanos, y si se quedaban dormidas, ellos las cargaban en sus espaldas para llevárselas a casa, en cambio si yo me quedaba dormida recibía un fuerte pellizco de parte de padre para despertarme y una buena reprimenda llegando a casa.
Para cuando mi mente dejo de divagar en las razones por las cuales me gustaba la espalda de Gray, me percaté de que ambos chicos ya se habían declarado la guerra y tenían sus frentes chocando con la del contrario
—Acabas de firmar tu sentencia pelo de chicle—. No pude evitar soltar un suspiro, esos dos no cambiaban sin importar las circunstancias, entre al gremio siendo seguida de cerca por el revoltijo de piernas y brazos en el que ambos se habían convertido, me apresuré en llegar a la barra pues conociendo a la panda de delincuentes en potencia que eran todos los del gremio la pelea de esos dos estaba a punto de convertir el lugar en una zona de guerra.
—¿Qué hay Mira-san, Lissana? — saludé a ambas hermanas con una sonrisa y ellas me la devolvieron
—¡Ohayo Lucy! —
—Hoy te ves muy alegre Lissana, ¿Te ocurrió algo bueno? —, ella siempre era alegre, pero hoy irradiaba felicidad
—Mi hermanita tiene novio—. Apenas y alcance a escuchar la voz de Mira entre todo el alboroto de la pelea, pero pude darme cuenta del orgullo con que lo dijo, y mi reacción, claro está, fue la esperada
—¡¿Queeee?!— mi grito si fue bastante fuerte, y pude darme cuenta de que Elfman miro en nuestra dirección de inmediato, Lissana se apresuró a saltar la barra y cubrirme la boca antes de que dijera algo mas
—Shhhhhhh, no grites Lucy—, me susurro en el oído —Aun estoy buscando la manera de decírselo a Elf-nichan, mucho me temo que ya ha empezado a sospechar… pero aun así quiero esperar y decírselo de una mera suave que no lo haga salir corriendo directo a Saberthot, seguramente le pedirá un duelo para ver si es digno de su "pequeña hermanita", y tengo el presentimiento de que Sting va a darle una buena paliza—.
De no ser porque la mano de LIssana estaba en mi boca, seguramente mi grito de sorpresa se habría escuchado hasta la Conchinchina, los ojos se me abrieron como platos ante la mención del novio de Liss, ni en mis más locos sueños me había imaginado que un tigre, nuestros antiguos enemigos, terminaría prendado de una de las hadas, menos aún el propio maestro del gremio. La mano que opacaba mis gritos finalmente me soltó cuando ella vio que ya estaba calmada, todo ante la dulce mirada de Mira
—¡No me lo puedo creer! — exclame en susurro —¡Es genial! ¡Estoy muy feliz por ti Lissana! De verdad creo que mereces la felicidad! Estoy segura de que Sting es bueno para ti, todos hemos visto lo lejos que está dispuesto a llegar cuando se trata de alguien a quien quiere— dije recordando aquella vez que Minerva secuestro a Frosh en el último día de los grandes juegos, si bien yo no estuve presente en se momento, Erza me había contado sobre ello.
—Eso es algo con lo que estoy de acuerdo Lucy, y me encanta como se le nota desde lejos lo mucho que quiere a mi hermanita… deberías ver como corre a su encuentro en cuanto el tren llega la ciudad, supongo que poder olerla desde lejos es uno de los beneficios de ser un Dragon Slayer—Mira soltó un suspiro soñador mientras que Lissana se ruborizaba, lo cual, debo agregar, me pareció bastante tierno.
Y de pronto el aura romántica que rodeaba a la amable camarera cambio por una totalmente demoniaca —Además el bastardo sabe lo que le espera si llega cometer un estupidez y le hace daño a Lissana… voy a romperle todos y cada uno de sus malditos huesos, luego voy a torturarlo de forma lenta y sumamente dolorosa, arrancando sus uñas una por una, chocolate caliente en el pecho, lo hare usar un traje de bebe muy vergonzoso, también le pondré lencería de cuero negro y lo hare vender muestras de perfume por la ciudad y luego le hare comer del curri extra picante favorito de Natsu para luego dejare que Elfman lo golpee hasta que esté satisfecho y juntos lo mataremos de la forma más tortuosa posible y, finalmente, lo enterraremos en una tumba sin lapida y bailaremos sobre ella— finalizo la "demonio" con una macabra riza, la pobre Lissana se había puesto azul ante la detallada explicación de su hermana, y así de rápido, la felicidad que sentía por ella se convirtió en pena, las reacciones de Mira siempre eran muy variadas, podían ser realmente dulces hasta terriblemente sádicas, nunca se sabía.
—Pero cambiando de tema, dime como van las cosas con Natsu Lucy—. Si me hubiese hecho esa pregunta hace unos meses, no, solo hace unas pocas semanas me habría sonrojado al nivel del cabello de Erza, pero a estas alturas ya había aceptado mis sentimientos. A decir verdad, me parecía increíble lo rápido que lo había hecho, amar a Natsu se había convertido en mi más grande verdad, pero me parecía extraño que mi forma de actuar no fuera como la de esas chicas de los mangas, todo el tiempo sonrojadas, tartamudeando y sin saber que decir exactamente. Las cosas con Natsu seguían siendo completamente naturales, él ya se había convertido en parte de mi vida y la aceptación de lo que sentía solo me hacía sentir mejor si él estaba a mi alrededor, mas confiada, más tranquila, como si él fuera mi hogar
—Igual que siempre Mira—, respondí con una dulce sonrisa, de esas que ponen las que han caído víctimas de las flechas de cupido
—¿Qué quieres decir con que igual que siempre? ¿Acaso Natsu no te ha dicho nada, no actúa raro? — no entendí porque Lissana se veía tan sorprendida, las cosas no tenían por qué cambiar, yo amaba a Natsu con toda mi alma, eso era cierto, pero también era cierto que él no me amaba, al menos no como yo lo hacía, en su cabeza solo había espacio para las peleas, las misiones, y la comida… las cosas complicadas como el amor no tenían cabida en su mente. Y yo había aceptado eso, había aceptado con gusto lo que me ofrecía, aunque solo fuera una amistad, pero me había deidido a disfrutar de calidez el mayor tiempo que me era posible y, además, a entregarle, aunque fuera de poco en poco, todo el amor que sentía por él. Natsu no tenía ninguna razón para comportarse diferente de como siempre lo hacía, yo solo era su amiga… aunque… ahora que lo pensaba…
—A decir verdad, si ha estado actuando un poco fuera de lo normal, pero yo creo que es solo el estrés de todo lo que ha estado ocurriendo, parece que finalmente lo ha alcanzado, por muy infantil que él sea también hay cosas que le preocupan—. Tal vez en realidad estaba actuando raro conmigo porque estaba avergonzado, había dejado que vinera en más de una vez como el sujeto más optimista de Fairy Tail se desmoronaba y quedaba reducido a un bebe gimotéante, lo había visto vulnerable. Aunque tampoco era probable que algo como la vergüenza pudiera con él decidií que también era una opción, ya me había demostrado que era más de lo que muchos creían.
Mira y Lissana parecieron pensarse seriamente lo que yo acaba de decir
—En eso tienes razón, creo que Natsu está preocupado por algún motivo—, algo en el tono que Mira había usado me hizo sentir escalofríos —Quizá le preocupa escoger una buena misión para que vallan juntos, o tal vez piensa en una nueva broma para gray, probablemente está pensando en retar a Gildarts o…—, de nuevo me lanzo esa mirada que me erizaba la piel y puso esa cara de enamorada —Tal vez, lo más seguro es que le preocupa lo que siente por ti, a lo mejor ya descubrió que te ama y no sabe cómo decírtelo, esta estresado porque planea una declaración o sencillamente porque no sabe cómo actuar ahora que lo ha descubierto—. No pude evitar que una risa escapara de mis labios, no era una risa sarcástica o grosera, era una sinceramente divertida por lo loco que sonaba, no había manera de que Ntasu me amara… y si acaso existía la más remota posibilidad de que algo así pasara, no se estaría rompiendo la cabeza decidiendo que hacer, él simplemente iría y me dejaría caer la bomba en la cara de la forma más directa posible, así era él
—Te equivocas Mira— dije aun con diversión —Natsu no me ama, me parece más probable lo que dijiste en un principio que lo último—
—¿Por qué dices eso? ¿Es que acaso tú...? —
—Lo amo con todo mi corazón, lo amo desde lo más profundo de mi alma—. La interrumpí antes de que siquiera terminara la pregunta, e incluso a mí me sorprendió la forma en que lo había dicho, sin un solo ápice de dudad y con completa convicción. Pero aun así me pareció gracioso la forma en que Lissana se sonrojo, solo pude sonreírle
—Y eso es algo que de verdad te creo ahora que te he escuchado, incluso a mí, ya siendo novia de Sting, me cuesta admitirlo en voz alta, y tu vienes y lo sueltas como si fuera tu más grande verdad. Pero mi primera pregunta sigue en pie… ¿Por qué dudas de que Natsu pueda amarte? En Edolas…—
—Pero yo no soy igual a Edo-Lucy y él no es igual a Edo-Natsu— volví a interrumpirla. En algún momento de la conversación Mira nos había dejado solas y solo hasta ahora me daba cuenta de ello, además nos habíamos movido lentamente hasta quedar en la parte más alejada de la barra, teniendo así la intimidad para hablar del tema sin que nadie pudiera estar oyendo a escondidas.
—Supongo que en eso tienes razón, ellos eran todo lo contrario a ustedes… pero aun así seguían siendo similares a lo que ustedes son, y a pesar de las diferencias que tenía entre ellos terminaron juntos… sé que no parecían exactamente una pareja—, se apresuró a añadir al ver el escepticismo en mi cara, hasta donde podía recordar Edo-Lucy se había pasado regañando, mandando, gritando y llamando cobarde a Edo-Natsu, y él solo se encogía de miedo y le obedecía… bueno, cuando estaba en su auto no tenía miedo, pero aun así le obedecía en todo lo que ella decía —Pero tienes que aceptar que Natsu siempre será Natsu en cualquier dimensión y que las cosas con él siempre son raras—. En eso tenía razón, solo me bastaba recordar el momento en que lo había conocido, fue todo un caso.
—A ellos les costó tiempo y esfuerzo aceptar lo que sentían, pero lo hicieron. Y te puedo asegurar que eran y son muy felices juntos. Edo-Lucy siempre lo regañaba y mangoneaba, pero en realidad lo hacía porque se preocupaba por él, porque le asustaba de sobre manera no saber dónde estaba y no quería pensar en que algunos de los guardias reales lo hubieran capturado, siempre lo regañaba por ser débil porque ella quería fortalecerlo por si algún día le pasaba algo y le faltaba.
Y él por su parte, deseaba hacerla feliz, sabía la razón por la cual era dura con el e internamente lo agradecía, estaba dispuesto a quedar como un completo idiota con tal de no preocuparla, de verla sonreír siempre, además la amaba tanto que siempre estaba su disposición sin importar que fuera lo que ella pidiera. Al final la fuerza del corazón fue lo que triunfo, y ellos estaba felices de que hubiera sido así—. Lissana suspiro complacida con el recuerdo, y yo no pude más que hacer lo mismo, sin duda era una bella historia de cómo dos personas tan diferentes se complementaban, de cómo sus imperfecciones encajaban en el otro como si fueran su más grande virtud, como una pareja imperfectamente perfecta. Pero no estábamos e Edolas y las cosas no funcionaban igual.
—Es una linda historia Liss… pero solo eso— dije con pesar —Por similar que parezca la situación, en realidad es muy diferente, y aunque Natsu siempre será Natsu y yo siempre seré Lucy, las cosas no pueden ser igual, este Natsu es solo un niño si hablamos de temas sentimentales, si alguna vez llegara a enamorarse, dudo mucho que siquiera sea capaz de distinguir el sentimiento, probablemente piense que se está volviendo alérgico a esa persona o que ha pillado alguna enfermedad—.
—Bueno, eso es algo que no te puedo negar, no tiene ninguna experiencia en el tema… pero puede aprender, puede…—
—No puede—, sentencie —Mira, no me malinterpretes, lo amo como a mi propia vida, lo amo más de lo que puedo explicar… pero eso no me hace ciega a todos sus defectos, quizá es precisamente por eso que puedo verlos claramente, prácticamente he vivido con él todos estos años desde que me uní al gremio, he llegado a poder distinguir incluso cuando me miente, lo he visto experimentar un variado abanico de emociones pero…— casi quise salir corriendo de allí antes de decir las siguientes palabras, yo había aceptado para mí misma que solo podía haber una amistad entre nosotros… pero decir las razones de ello en voz alta era como una sentencia para mí, y valla que iba a dolerme
—Nunca he visto ese tipo de amor, hemos estado en un sinfín de situaciones comprometedoras y nunca ha reaccionado a mi… no es que yo sea una pervertida ni que espere que él lo sea, pero aun así cualquier chico reaccionaría ante una situación así… ¡Dios, hasta Gray lo ha hecho y eso que me ha confesado que solo me ve con una hermana! Pero Natsu nada— la verdad es que eso incluso hería mi orgullo como mujer, sabía que tenía un buen cuerpo y que todos los varones del gremio me habían dado una buena repasada al menos una vez, sí, incluso Laxus y Freeed, pero Natsu nada, daba lo mismo que si estuviera viendo un pez apestoso. Pero sobre todo me dolía que no fuera capaz de verme, que a pesar de estar a su lado fuera solo una más, como la prima fea o la hermana molesta, pero nunca como una mujer a la cual amar.
—¿Lucy? ¿Tu… quieres… hablarme de eso? — me preguntó con cautela, como si estuviera tanteando el terreno, habíamos llegado a un tema delicado para mí, uno que no había querido tocar con nadie desde que había aceptado mi amor, uno en el que no quería pensar ni cuando estaba a solas. Desde que había tenido aquella conversación con Mira me había esforzado por no sentirme mal, por ver lo afortunada que era por tener, aunque sea solo un poco, su cariño, por apresurarme a tomar lo que sea que él pudiera darme. Pero si era completamente honesta conmigo misma, estaba dolida, me torturaba no poder tener mas que eso y no poder decírselo a nadie porque no quería que pensaran que estaba siendo negativa, viendo solo lo malo.
Solo ahora, con la chica frente a mí, me había dado cuenta de que lo malo también es necesario, yo acaba de decir que no era ciega a sus defectos, estaba consiente de que estaban allí, pero lo que estaba intentando hacer era pasarlos por alto, intentar fingir que nunca había estado ahí, y eso tampoco era sano. Y entonces pensé en esta mañana, Natsu es solo mi amigo, el mejor, pero eso no le da derecho a invadir mi propiedad y mi espacio personal, es cierto que me había beneficiado, pero al menos debió haber preguntado antes de meterse e mi cama, como mínimo debí haberme enojado cuando lo vi por la mañana… pero en vez de eso me sentí afortunada por tener solo las migajas, por poder aferrarme a algo por pequeño que eso fuera. Solo ahora me di cuenta de que estaba empezando a mendigar su cariño.
—Si… si quiero— y me di cuenta de que mi voz estaba un poco rota y algo empañaba la visión de mis ojos. Entonces, con un nudo en la garganta, hable, hable largo y tendido sintiendo la confianza de que ella me escucharía sin juzgarme, de que podía decir todo lo que me había guardado, lloré la suerte que me había tocado, empezando desde que era una niña hasta el haberme enamorado de Natsu Dragneel, maldije su inocencia y le conté con lujo de detalles todas las veces que me había visto desnuda y que me había tocado en esta condición, le conté del miedo y el coraje que sentí cuando empecé a darle nombre a este sentimiento que se había alojado de forma permanente en mi corazón, relaté la primera vez que había creído que Natsu estaba enamorado de mí, lo ilusionada que había estado mientras me arreglaba para llegar puntualmente al lugar en el que me había citado y lo dolida, triste y furiosa que me había sentido al descubrir que solo quería usarme para encontrar un tono tesoro. Después de eso Lissana me dio un abrazo fuerte y cariñoso, de esos que solo puede darte las personas que realmente te entienden, y entonces lloré en sus brazos, lloré y lloré porque sabía que a pesar de todo siempre seguiría amando a Natsu, porque sabía que ya no había vuelta atrás e este sentimiento, que mi corazón ya le pertenecía de forma absoluta y no había nada que pudiera hacer al respecto, porque no podía cambiar mis sentimientos y tendría que resignarme a solo ser su amiga, lloré por estar dispuesta seguir mendigando su cariño aun después de todo y lloré por estar hablando de estas cosas con ella cuando deberíamos estar hablando de su noviazgo con Sting, lloré por ser tan egoísta y solo y hablar de mi misma y finalmente lloré por el simple hecho de estar llorando. Mientras que Lissana solo tallaba mi espalda con cariño lloré por lo afortunada que era al tener amigos como ella.
Entre tantas confesiones y tanto llanto se nos había pasado el día sin que ninguna de las dos lo notara siquiera, y en algún momento me quede dormida, con los ojos cansados de tener la llave de las lágrimas abierta por tanto tiempo. Solo fui consiente de mí cuando sentí el frio de la noche chocar con mi cuerpo que no tenía ningún abrigo, abrí lentamente mis hinchados ojos y me di cuenta de que estaba fuera del gremio y en movimiento, reconocí la calle como una de las que lleva a mi casa y supe que alguien me llevaba en su espalda directo a mi hogar, una estúpida vocecilla en mi cabeza salto de inmediato y susurro con emoción el nombre de mi amigo, pero deseche de inmediato la idea cuando me di cuenta de que el cuerpo que me sostenía no irradiaba ese calorcito característico del Dragon Slayer de fuego.
—Veo que al fin despertaste pequeña… Lissana me pidió que te llevara a casa—, me quedé callada un momento, sorprendida por la forma en que me había llamado, pero entonces me di cuenta de que realmente debía verme muy pequeña acurrucada entre su espalda, tratando de encontrar la calidez que su cuerpo no poseía de forma natural pero que su alma tenía en abundancia si sabias donde buscar. Con la mirada cansada y el rostro hinchado de tanto llorar seguramente parecía solo una niña asustada comparada con él
—Gracias por traerme Gray— susurre, estábamos solos en la calle y no hacía falta hablar demasiado fuerte para que me escuchara, además no estaba segura de que mi voz saliera entera después de haber hablado y llorado tanto
—No me molesta— ninguno de los dos dijo nada en lo que restó del camino, él se limitó a caminar sin soltarme y yo solo me acurruque un poco más en su dura y fría espalda, me pareció gracioso que antes hubiera pensado en lo cómoda que esta seguramente era, en lo fría que probablemente estaba y que seguramente disfrutaría de viajar en ella y sentir su frio, pero en estas circunstancias y con el clima de Magnolia, ya no me parecía una buena idea. Agradecía mucho el gesto, pero esperaba llegar prono a casa.
Como era de suponerse, no entramos de una forma norma, Gray salto al techo y luego entramos por la chimenea, al puro estilo se Santa Claus.
—Tengo una puerta—, señalé lo obvio
—Así es mas rápido— fue su única respuesta mientras me bajaba de su espalda y me dejaba en el suelo. Ya me había dado cuenta de que algo le molestaba, sus respuestas habían sido demasiado secas, mas frías de lo normal
—¿Qué pasa Gray, que está molestándote? — lo escuché suspirar y luego se sentó en el sillón como si estuviera en su casa (solo tenía los calzoncillos puestos, por cierto)
—Quiero saber porque llorabas—. Bum, justo de lo que no quería hablar, pero él estaba sinceramente preocupado, sus ojos no podían mentirme así que no podía solo fingir demencia con el tema y ya.
—Por nada y por todo al mismo tiempo—. Me senté junto a él en el sillón
—Explícate—
—No sé cómo decírtelo… es algo bastante complicado—
—Esfuérzate por explicar, inténtalo y yo voy a esforzarme por entender—
—Llore la muerte de mi madre y la de mi padre, llore la destrucción del gremio y el ataque en Tenrojima, el haber estado sellada siete años y a haberme perdido tantas cosas, maldije mi suerte y agradecí al cielo por ella, bendije al mundo, al destino, al universo y a la vida por haber llegado hasta Fairy Tail y haber encontrado la familia que tanto necesitaba. Renegué del dolor que he pasado y agradecí por él ya que me hizo más fuerte… bendije y maldije cada cosa que me ha pasado y cada persona que he conocido en mi corta vida. Nada y todo al mismo tiempo—.
No le estaba mintiendo, eso era a grandes rasgos lo que había pasado, era una verdad a medias, pero lo demás no podía decírselo a nadie más.
—Eso si lo puedo entender, yo también lo he hecho cientos de veces—, Él sabía que no le estaba diciendo todo, pero aun así no pregunto más y yo lo agradecí.
—El idiota armó todo un escándalo cuando se dio cuenta de que estabas llorando, fue prácticamente imposible detenerlo, pero se calmó cuando se dio cuenta de que estabas con Lissana… luego fue una pelea cuando ella me pido que te trajera a casa, las cosas solo se calmaron hasta que Erza lo noqueo y Happy se lo llevo inconsciente a su cabaña— añadió con cierta diversión y cambiando completamente de tema.
—Hubieras visto su cara cuando Lissana me llamó para pedirme el favor… se puso colorado hasta las orejas jaja. Y prácticamente hecho humo cuando ella le explico que me lo pedía mi porque tú y yo éramos como hermanos, luego Elfman grito que era de hombres llevar a las hermanitas a casa y también era de hombres cuidarlas de los pervertidos, fue entones cuando se desato la pelea… a decir verdad fue muy gracioso— no pude evitar reír ante la anécdota, pero entonces un malestar me invadió
"Yo, Natsu Dragneel […] juro que te protegeré siempre, Lucy Heartfilia".
No pude evitar sentir el gusanito de la culpa enroscándose en mi pecho, él solo estaba manteniendo su promesa, seguramente se habia preocupado y solo habia recibido golpes a cambio. Gray pareció notar el repentino cambio en mi actitud.
—¿Estas bien?—
—Claro, no te preocupes— tardé unos minutos en responderle, pero logré sonar convencida, o al menos eso creo
—¿Segura?—, bueno, eso me decía que no lo había logrado
—Si, es solo que tantas emociones en un día me tiene un poco cansada. Pero nada que un largo y relajante baño no arregle—. Le puse mi mejor copia de la sonrisa marca Dragneel y al parecer esa explicación sí fue suficiente.
—Bien, entonces me marcho pequeña. Espero verte mañana en el gremio de un mejor animo—. Gray puso un dulce y casto beso en mi frente y se marcho antes de que yo pudiera reaccionar ¿Por qué de pronto estaba actuando tan protector con migo?
—¡Gray-sama! No debe pasar tanto tiempo con rival de amor ¡Juvia no perderá contra la rival de amor!... ¡Gray-sama le pertenece a Juvia!—
—O-oe Juvia, que de… ¡Juvia ponte la blu…! ¡Juvia detente! ¡JUVIA!—
Los grito de ella se escuchaban fuera de mi apartamento y con esa ultima exclamación de parte de Gray desaparecieron, me supongo que se lo llevó a algún lado con la intención de probarle que era mejor que yo… sep, mañana seria un largo día.
Pero mientras tanto decidí enfocarme en el ahora, aunque no habia comido nada en todo el día no tenia hambre, solo quería darme un baño así que arrastré los pies hacia mi baño para comenzar a llenar la bañera y luego fui a mi habitación a por una toalla, estaba lista para sacar todo de mi sistema.
Notas de autora: Hola mundo y los que habitan en el, les debo una súper disculpa por el tremendo retraso en este capitulo. La verdad es que e estado muy ocupada ayudando a una amiga con su boda y el poco tiempo que libre que los planes y el trabajo me dejaron lo estaba usando para hacerme pato y descansar, pero anoche dije "que demonios, dormir no es tan importante" y me puse a trabajar en este capitulo. Así que espero que les haya gustado y como siempre, pido perdón por todas las fallas que tiene. Creo que tengo la costumbre de irme por las ramas y hablar de cosas irrelevantes, olvidándome del hilo de la conversación, y eso se nota en este capitulo, lamento eso.
También quiero agradecerte a ti linda, por el apoyo que me das y por seguir leyendo de forma constante los disparates que escribo, muchas muchas gracias Giuly De Giuseppe, eres un amor linda.
Y también gracias a ti Mori Summer por haberte tomado el tiempo de leer mi pedacito de fic.
Les mando a todos un abrazo virtual súper apretado y un pato ¡Aye!
(Pdta. Dejen un review ^^)