Me hacéis consentiros xD venga uno más. Aprovechad mientras me queda tiempo libre.


EXTRA:

Habían pasado varios meses desde lo sucedido en Las Vegas. Umi disfrutaba de la compañía de su esposa. La verdad todo había pasado mejor de lo que esperaban. El encuentro con sus padres fue raro, sobre todo por tener que explicarle al padre de Umi que había países donde las personas del mismo sexo se podían casar. Las madres solo les echaron en cara el no poder ir a su enlace, pero por lo demás siempre mantuvieron su aprobación.

-Kotori, llegaremos tarde.

Umi esperaba impaciente en la puerta de su apartamento que compartía con Kotori.

-Vamos.

Kotori se acercó a Umi, que no podía dejar de mirarla.

-Te ves hermosa.

Kotori se sonrojó.

-Si me sigues mirando no llegaremos.

Kotori pasó de largo sosteniendo la mano de Umi y haciendo que ambas salieran.

-Ahora si tienes prisa...

-Maki, las chicas ya deben estar por llegar. Podrías hacer algo más que mirar y llevar esos aperitivos al salón.

A Maki le encantaba tener a Nico de un lado a otro por su cocina, ya no solo por los dotes culinarios, sino por la calidez familiar que transmitía.

-¿Puedo catarlos?

Nada más acercar la mano se llevó un golpe en ella.

-No, hasta que lleguen las chicas.

Maki hizo un puchero.

-Eso no es justo.

El sonido del timbre interrumpió las quejas de Maki y a regañadientes se fue a abrir la puerta.

-Aahh Hola, chicas. Pasad.

Dijo con desgana.

-Ni que Nicocchi te tuviera a dos velas.

Nozomi le sonreía de manera burlona.

-Si no fuera porque vienes con Eri te dejaría en la puerta...

-Jaja... Haya paz, chicas.

Tras ellas aparecieron Kotori y Umi.

-¿Vamos a quedarnos en la puerta?

-Por mí sí...

A pesar de decir eso las dejó pasar.

Nico ya había servido las bandejas con aperitivos hechos por ella misma y botellas tanto alcohólicas como refrescos.

-Eres una inútil, Cabeza de tomate.

-Es trabajo en equipo, enana. Yo fui a abrir la puerta.

-Veo que seguís igual, me alegro~

Las dos dejaron de discutir antes que darle la oportunidad a Nozomi de fastidiar más.

-Chicas, no dejemos que el trabajo de Nico y Maki se estropee.

Nico tenía ganas de decirle a Eri que Maki no había hecho nada, pero prefirió ignorar y servirse.

Desde hace un tiempo siempre que las seis estuvieran libres se organizaban para quedar una noche. Unas veces fuera y otras en casa de alguna. Ahí se ponían al día y contaban anécdotas.

-Umi, desde que lo sucedido en Las Vegas ya no tomas ni pizca de alcohol... ¿Será que tienes miedo de cometer otra locura?

Dijo Kotori fingiendo desilusión.

-No, solo quiero ser siempre consciente de todas las cosas que te digo y más si tienen que ver con lo encantadora que eres.

Kotori se sonrojó mientras las demás hacían un Ooooohhhhh.

-Y pensar que antes Umi se quedaba k.o con mencionar la palabra beso.

-Maki, eso no se dice.

Umi la miró con mala cara.

-Una lástima que no llegara a conocer a esa Umi tan tímida.

Lamentó Kotori.

-Tendré que preguntarle a Honoka cuando la vea que me dé detalles.

-Honoka me veía y me ve como un monstruo. Pero ha madurado bastante. Debe ser influencia de Tsubasa-san.

Kotori hizo puchero.

-Igual le preguntaré.

-Parejita, no nos ignoréis. Nozomi dice que quiere mostrarnos algo.

Nozomi cargaba una pequeña cajita.

-Erichi ya es hora de que sepas lo que hay en la caja~ o no.

Eri se había pasado todo el camino preguntando y recibiendo evasivas por parte de la peli violeta.

-Nozomiiiiiiii.

-Va, va.

Con una gran sonrisa, Nozomi abrio la caja y para sorpresa de todas en su interior había fotos. Umi reconoció una de ellas, era la misma que tenía Kotori, en la que aparecían ella, Nozomi, Nico, Honoka y otras dos chicas.

-Ésta soy yo.

Eri sostenía una foto suya.

-En primer año de preparatoria. Una cara un poco más joven, pero una mirada mucho más fría.

-Seguro que no te acuerdas, pero ese año fuimos en la misma clase.

Eri la miró con cierta tristeza y nostalgia.

-Ese año como que no recuerdo s nadie de mi clase... No me molesté en hacerlo.

-Lo sé, sin embargo tú eras una musa para mi.

-Tengo muchas más fotos tuyas en casa~

Eri abrazó a Nozomi por detrás y mientras seguía viendo más fotos.

-¿Como te atreviste a sacarme una foto?

Maki sostenía una foto donde aparecía ella en el aula de música tocando el piano, a su lado estaba Umi con una libreta escribiendo y Eri sentada en el suelo al lado con cara relajada.

-Es que no quería perderme esa Erichi~

Eri se sonrojó.

-Umi, ¿y tú qué escribías?

Umi desvío la mirada.

-Poemas... La música de Maki era bastante estimulante

Entre las fotos también había algunas de Nico, tras hacer travesuras, su característico Nico nii y también enojada.

-Nicocchi nunca pasaba desapercibida.

-Mmmm recuerdo recibir quejas por su actitud. Eso que no era responsabilidad mía.

-Oye, yo solo tenía mi peculiar manera de divertirme.

-Eras una mocosa problemática.

-¡Maki!

Maki la ignoró mientras jugaba con un mechón de su pelo.

-Kotori siempre te ves adorable.

Kotori se sonrojó.

-Mmmmm con todo esto... Nozomi eres una acosadora. Me sorprende que Eri ni se diera cuenta.

-Una buena fotógrafa sabe como pasar desapercibida.

-Con esos pechos es imposible...

-A Nicocchi le gustan mis pechos~

Nico se sonrojó.

-Claro que no, idiota.

-Siempre hablas de ellos.

-¡Por que es lo único destacable en ti!

Nozomi abrazaba a Nico.

-¡Basta, déjame! ¡Maki, haz algo!

-Pero Nozomi tiene razón, tienes una obsesión con sus pechos.

Al parecer a Maki no le había sentado bien que Nico haga tanta referencia a los pechos de Nozomi.

-Los pechos no son lo único destacable de ella. También está su hermoso cabello violeta, su blanca y suave piel, su amabilidad, su ternura...

-Ya, Eri... Sabemos que estás coladita por ella.

-Es más que eso, Umi. Sus ojos son como esmeraldas. Tan brillantes tan...

-Eri, recuerdo que una vez dijiste algo similar de alguien...

Umi y Maki se quedaron pensando un rato.

-¡La sacerdotisa!

Exclamó Umi.

-Cierto, Eri se pasaba muchas veces por allí solo para verla.

Umi y Maki empezaron a molestar a Eri.

-Quien diría que la fría Eri suspiraba por una sacerdotisa.

-Erichi... Así que te recuerdo a tu primer amor. Pensé que era única y especial para ti, no una sustituta.

Dijo Nozomi indignada.

-Eso no es...

-Espera un momento.

Dijo Nico.

-Pero tú eras la sacerdotisa.

Dijo Kotori entre risas.

Eri se quedó de piedra.

-Muy mal, chicas. Tenía pensado cobrarle ésta con cierto tipo de favores.

Kotori y Nico se reían nerviosamente.

-Nos va a salir cara...

-Eri, Eri, reacciona.

Umi zarandeaba a la rubia.

-Dejala Umi. Debe estar poniéndole un traje de sacerdotisa a Nozomi en su mente.

Nico apareció con un rotulador negro y le pintó un bigote.

-Hay cosas que nunca cambian.

Decía Nozomi mientras miraba algunas de las fotos donde varias de sus amigas, Nozomi incluida, tenía cara somnolienta y un bigote dibujado.

-Nozomi, foto.

Eri parecía que todavía no volvía en si. Nico ponía su sonrisa traviesa, Maki su habitual gesto de "Diva" mientras pinchaba la mejilla de Eri, Umi con una expresión tranquila y Kotori con su habitual sonrisa. Nozomi puso la cámara en alto y antes de presionar el botón, le dio un beso en la otra mejilla a Eri.

-¿Eh?

Eri salió de su trance.

-¿Qué fue eso?

Nozomi me mostró la foto en su cámara.

-Grrrr como os atrevéis...

-¡Fue Nico!

Gritó Maki, huyendo de Eri.

-Jaja...

Umi y Kotori observaban el espectáculo.

-¿Por qué no invitaron a Honoka?

Todas se detuvieron.

-Pues porque no lo hicisteis.

-Maki... Es tu casa, tú debiste hacerlo.

Maki se calló un momento.

-Supongo que tenéis razón...

-Inútil cabeza de tomate.

Maki y Nico empezaron a discutir.

-Como sea.

Umi sostuvo una foto de Kotori y Honoka.

-Es curioso como estando en la misma preparatoria nunca coincidimos.

-Y más que tengamos una amiga en común como Honoka y que nunca nos haya presentado.

-Es que Sonoda Umi parecía demasiado ocupada siempre.

-Algo así...

Kotori le sonreía.

-Entre el club y el consejo estudiantil no me quedaba mucho tiempo.

-Eras muy popular. El trío Soldier.

Umi se quedó confusa.

-¿El qué?

Nozomi intervino en la conversación

-Asi os llamaban. La presidenta del Consejo estudiantil, Ayase Eri. La estrella del club de deportes, Sonoda Umi. Y la gran pianista y niña rica, Nishikino Maki. Las tres estudiantes de honor.

-Exageradas... De hecho éramos bastante... Peculiares.

Las tres les contaron alguna de sus alocadas aventuras. Como la vez que Umi se desmayó en el cine viendo una película romántica, la obsesión de Eri por los chocolates le hizo casi comerse uno de plástico y la inocencia de Maki le hizo creer en Santa incluso a sus 15 años.

-Vaya, esto no me lo esperaba.

Nico sonreía socarronamente.

-Maki ¿que le pedirás éste año a Santa?

-Una nueva enana cocinera que sea más callada y tranquila que la actual.

Y volvieron a empezar otra pelea más.

-Nunca entenderé esa clase de relación...

Umi miraba con asombro a las dos tsunderes.

-Debe ser su manera de demostrar que se quieren.

-¡De ninguna manera!

Dijeron las dos.

Tras más fotos y risas, recordando anécdotas y demás, se había hecho tarde.

-Espero que pronto volvamos a quedar.

-Sí, y que no nos olvidemos de Honoka.

Nico miro de reojo a Maki.

-Como sea... Pero que la organice otra.

Maki contestó con indiferencia.

-Me alegra conoceros a todas. Aunque a unas fuera un poco más tarde igual os siento como una parte importante de mi vida. Sobre todo tu mi querida esposa Kotori. Espero poder estar siempre contigo.

Umi se acercó a Kotori y la besó enfrente de sus amigas. Las demás silbaban y exclamaban apoyando a la feliz pareja.

-Espero que te hagas responsable de lo que me acabas de hacer ahora... Cuando lleguemos a casa.

Umi se sonrojó. Kotori podía llegar a ser tan impredecible, entre otras muchas cosas. Sin duda era la mujer perfecta para ella.