Kussun POV

—¿Disculpa? ¿Puedes repetir eso? — Pile-chan me miraba con una mezcla de sorpresa y emoción a la vez.

—Ehm… — miré nuevamente a mi alrededor, estábamos en un café público, eran las 7 am.

—Déjame ver si entiendo… — aclaró su garganta y acomodó sus lentes — ¿Te acostaste con Nanjou-san?

—S-Sí… — dije, mi rostro ardiendo por la vergüenza de recordar aquello tan temprano en la mañana.

—Ya veo… — tomó un sorbo a su café, dio un mordisco a su sándwich de amapola y, finalmente, me miró a los ojos — ¡¿QUÉ?!

—G-Gh… — cubrí mis oídos ante el repentino estruendo —. N-No tienes por qué gritar, tonta…

—Pero es que… Kussun… TÚ Y… TÚ Y ELLA… — la pobre ya estaba hablando incoherencias —. No puedo creerlo… — llevó sus manos a su rostro y dio un largo suspiro —. ¿No que estabas insegura de lo que sentías hacia ella? Ucchi y yo te lo preguntamos el otro día…

—Lo sé, lo sé… — suspiré, sé a qué iba Pile-chan con esto —. Entiendo que… entregué mi virginidad a alguien inestable, lo tengo muy presente…

—¿Entonces? — la miré a los ojos y lo único que vi fue preocupación.

—No lo sé… — la vi poner los ojos en blanco —. La deseo, la deseo tanto que no puedo explicarlo… — admití con dificultad, mi rostro estaba tan rojo que pareciera que me faltaba el aire.

—Kussun… tú y yo sabemos que el sexo es lo menos importante en una relación… ¿lograron hablar, aunque sea algo?

—Sí, hablamos sobre nosotras, sobre lo que tenemos y… sobre lo que queremos — suspiré una vez más —. Ella me advirtió desde el principio, Pile-chan, me dijo que las cosas no serían fáciles; luego cuando descubrí la razón detrás de su comportamiento, no pude evitar querer estar a su lado, protegerla, cuidarla y… quererla… — apreté mis manos con fuerza, estaba enfrentando una multitud de emociones en aquel momento.

—Quererla, ¿huh? — me miró con ternura, esta mujer en verdad sabe cómo tratar conmigo —. Así que, después de todo eso, sí sientes algo por ella, ¿no?

—Creo que… sí —. Admití con un poco de vergüenza, era extraño el desarrollar sentimientos hacia alguien tan rápido.

—Bien… — la vi estirarse un poco, disfrutando de la cálida mañana y de la no tan concurrida ciudad — ¿Te parece si nos vamos? La gente comenzará a aparecer en un par de minutos y quiero evitar quedar atrapada en una multitud…

—Y eso que es fin de semana… — suspiré, en verdad la ciudad estaba prácticamente sobrepoblada.

Fuimos caminando juntas hasta la estación de trenes, ella tenía un comercial que filmar en otra ciudad mientras que yo simplemente volvería a mi departamento.

Con respecto a Nan-chan y yo, aún no tenemos algo que se considere estable, pero la relación que ambas tenemos sí ha cambiado bastante. Han pasado un par de días desde aquella vez; una vez despertamos de una larga siesta debido a lo cansadas que quedamos, decidimos hablar al respecto de todo lo que había pasado. La conversación al principio fue un tanto incómoda, ya que una vez desapareció el calor, la razón volvió a nosotras.

Sus palabras fueron precisas y sinceras a la vez, lo cual me tranquilizó.

"Puede que esto se mueva lentamente, pero si algo te puedo asegurar, es que eres alguien especial para mí"

El recordar su galante sonrisa mientras pronunciaba aquellas palabras trae color a mis mejillas, haciendo que la gente a mi alrededor me mire de manera extraña. No soy una pervertida, señores… o quizás sí. Sacudo mi cabeza de cualquier pensamiento impuro que quiera dominar mi mente en aquel momento pues necesitaba llegar a mi departamento sin novedad.

Cuando estaba a un par de minutos de mi hogar, recibo una llamada en mi celular. Al notar que era mi madre quien me llamaba, decidí contestar sin duda.

—¿Aló?

—Hola madre, ¿todo bien?

—Kussun, ¿estás ocupada? Me gustaría pasar la tarde contigo… — el tono en que lo dijo me dio indicio de que había algo extraño.

—¿Puedo ir ahora? No tengo nada que hacer…

—Por supuesto, te espero…

—Nos vemos — colgué.

Fuese lo que fuese, sabía que mi madre estaba pensando en algo. Debía asegurarme de que todo estuviera en orden, por lo que me apresuré en ir a su casa. Me tardé alrededor de 15 minutos en llegar allá; apenas golpeé la puerta, mi madre abrió. Ella tenía una mirada algo entristecida, aquello me indicó que había estado llorando.

En lugar de decirle cualquier cosa, la abracé con fuerza, intentando hacerle entender de que todo estará bien.

—Gracias por el abrazo, cariño — susurró en mi oído —. Entra, tengo algo que decirte…

El suspenso me estaba matando, sobre todo por la forma en que ella estaba actuando. Tenía miedo de que fuese algo malo, tan malo como para que rompiera aún más nuestra familia.

—Deja de pensar tonterías, Aina — salí de mis pensamientos ante su seria voz —. No saques conclusiones apresuradas, tontita… — sonrió.

—Pero madre…

—Pero nada… — se acercó a mí y acarició mi rostro —. Siempre tuviste la tendencia de pensar lo peor… a veces me pregunto si es culpa de tu padre y mía… — a la mención de mi padre, casi rompe en llanto nuevamente.

—¿Pasó algo con mi padre? — pregunté, ya estaba comenzando a impacientarme.

—Verás… — suspiró —. Tu padre confesó la verdadera razón de su larga ausencia… pero no estoy segura de que quieras escucharla…

—Solo dímela, por favor — irrumpí antes de que pudiera seguir.

—Bien… — apoyó su cansado cuerpo contra la mesa —. Tu padre cometió un error muy grave en uno de sus viajes de negocios, Kussun. Él… en un momento de ebriedad luego de una reunión, se acostó con la hija del presidente de su compañía, la cual ahora vive en Estados Unidos. Tiempo después, descubrió que a partir de aquella noche había un hijo de por medio… un hijo que ahora tiene 6 años… —. Ella comenzó a romper en llanto poco a poco —. Está obligado a hacerse responsable de su error ante su jefe y su hija, no tiene escapatoria. Esa es la razón del por qué se ha ausentado todos estos años… no ha podido perdonarse a sí mismo el habernos fallado… — apretó con fuerza sus puños —. Y yo tampoco lo perdonaré… por haberme engañado… a pesar de todo lo que le advertí… a pesar de todo lo que hice por él… él simplemente…

—Madre…

La decepción, dolor y traición presente en las palabras de mi madre, en la forma en que lloraba, me rompían el corazón. Me siento decepcionada de que esa fuera la razón detrás de la ausencia de mi padre, pero lo que más me decepciona y enfada, es que fuera por algo tan bajo como esto. Mi madre lo es todo para mí, y el hecho de que la lastimen me enfurece en demasía. Agradezco que mi padre esté en el extranjero, de esa forma hay algo que me impide ir hasta él para romperle la cara.

Ahora no es tiempo de imaginar palizas ni nada por el estilo, ahora debo enfocarme en mi madre, en su sufrimiento, en ser el pilar que ella necesita. Mi madre se quedó dormida de tanto que lloró; necesitaba llevarla a la cama, pero no soy tan fuerte como para hacerlo por mí misma. De repente, recibo una llamada, era Nan-chan. Me apresuro a contestarle.

—¿Kussun?

—Hola, Nan-chan…

—¿Estás bien? No suenas… alegre…

—Verás… pasaron un par de cosas, pero… — miré de reojo a mi madre — ¿me podrías hacer un favor?

—Dime, ¿qué sucede? — sonreí al notar preocupación en su voz.

—Ven a la siguiente dirección…

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Nanjou POV

En cuanto terminó la llamada, me apresuré en llegar a la dirección que Kussun me había indicado. Al principio me costó un poco dar con su paradero, pero con un poco de ayuda de mi celular, logré dar al fin con la casa. Me aproximé a la puerta con el número indicado, toqué el timbre y esperé. Cuando Kussun apareció del otro lado de la puerta, supe que algo andaba mal. Me hizo entrar y me agradeció el haber acudido a ella con tanta prisa. Cuando vi a su madre, apoyada en la mesa y con obvios rastros de lágrimas cayendo por sus mejillas, tuve un indicio de lo que había ocurrido. Dirigí mi mirada a Kussun, pero ella solo me sonrió de manera amarga, supongo que nuestra charla quedará para después.

Con cuidado, cargamos a la madre de Kussun hasta su habitación, la acostamos sobre la cama y nos encargamos de arroparla con cuidado con tal de que estuviera cómoda. Una vez hecho, Kussun besó la frente de su madre; pensé en dejarlas a solas por unos segundos, pero cuando Kussun me miró a los ojos, supe que necesitaba compañía.

—Gracias por venir, Nan-chan… — dijo apenas nos sentamos en el sofá.

—No tienes que agradecer, y descuida, no es necesario que me expliques la situación… creo tener una idea de lo que pasó… — suspiré — ¿Cómo te sientes? — tomé su mano, la cual estaba temblando.

—Nos enteramos de algo horrible hace un par de minutos, pero lo que más me dolió fue el saber que mi padre nos abandonó por otra familia… — apreté su mano en ese momento, ella vive algo muy parecido a lo mío.

—Sea cual haya sido el motivo, lo hecho ya no se puede arreglar… — ella me observó con los ojos llorosos —. Estoy aquí para ti, Kussun… sé lo que se siente no crecer con un padre… y ver a tu madre sufrir día a día por un imbécil…

—Nan-chan… — ella se sentó en mi regazo, acercando su cuerpo al mío —. Por favor, abrázame fuerte…

—Lo haré… — acerqué su cuerpo al mío, su pecho estaba cerca de mi rostro, por lo que podía sentir los latidos de su corazón.

Estuvimos en la misma posición durante al menos 30 minutos, y poco a poco podía sentir a Kussun relajarse en mis brazos.

—¿Tienes sueño? — pregunté cerca de su oído.

—Mmm… no…. — dijo antes de bostezar.

—¿Cómo que no? — reí ante lo tierna que se veía — ¿debería ir a dejarte a tu habitación?

—Mmm… mi antigua habitación aún está vigente… — bostezó una vez más —. Duerme conmigo… por favor…

—Por supuesto que lo haré… — besé el tabique de su nariz y, con un poco de esfuerzo, la tomé entre mis brazos.

—Eres… sorpresivamente fuerte… Nan-chan… — escondió su sonrojado rostro en mi pecho.

—Agradezco serlo en este momento… — besé su frente y me dirigí a su habitación.

Cuando entramos al lugar, me sorprendí de lo femenino que lucía, y con eso me refiero a que la habitación era completamente rosa, había un par de osos de peluche sobre la cama y un escritorio blanco con detalles muy pintorescos.

La dejé sobre la cama y la ayudé a acomodarse bajo la sábana. Con una sola mirada me dio a entender que no se dormiría hasta que yo me acostara junto a ella, lo cual hice sin reclamo alguno. Cuando me acomodé junto a ella, Kussun inmediatamente se acercó a mí y me abrazó; apoyó su cabeza en mi pecho y, con suma prisa, se rindió en los brazos de Morfeo.

Uno de los privilegios de este momento fue el verla dormir plácidamente junto a mí, lo cual por alguna razón me hacía muy feliz. En aquel instante me percaté de lo importante que era Kussun en mi vida, creo que ya no podré dejarla ir. Por una fracción de segundo mis miedos irracionales quisieron arrebatarme aquel gozo, pero en esta ocasión no los dejé actuar.

Pasaron unos minutos y comencé a sentir sueño gradualmente. Recordé que estábamos en la casa de la madre de Kussun, por lo que no estaba segura de si sería una buena idea.

—Mmm… Nan-chan… — la adormilada voz de Kussun me hizo observar lo adorable que es al dormir una vez más.

—Bueno, no hay nada de malo en esto, ¿o sí? — susurré.

—Así veo… — una voz desconocida para mí me alertó. Giré lentamente mi cabeza y encontré a la madre de Kussun parada junto a la puerta de la habitación.

—K-Kusuda-san, veo que ya despertó… — intenté iniciar una pequeña charla, pero me sentía muy nerviosa para hacerlo.

—¿Eres la novia de mi hija? — preguntó con una expresión seria.

—Ehm… bueno, yo…

—Aún no tienen nada específico, ¿eh? — suspiró, lo cual me hizo temer la posibilidad de que me alejara de Kussun —. Solo hazme un favor, ¿sí?

—D-Dígame… — me quería golpear por haber titubeado.

—Cuídala, no rompas su corazón… Kussun es una chica de buenas intenciones, demasiado buena para este frío y cruel mundo… — la desesperación con la que Kusuda me hablaba me hacía entender que no quería que su hija pasara por lo mismo que ella.

—Descuide… — miré nuevamente a Kussun y sonreí —. Ella es especial para mí, tanto que me ha cambiado en pocos días, me ha ayudado a renunciar a mis miedos… — acaricié con cariño su cabeza —. Ella se ha convertido en mi mundo…

—… — solo sentí silencio después de eso, pero pude ver la sonrisa de ella, lo cual alivió mi corazón un poco —. Las dejaré solas, descansen…

—¿Qué hay de usted? ¿Se encuentra bien?

—Gracias por preguntar, pero estoy bien… — dio una leve reverencia —. Tendré el almuerzo listo para cuando despierten…

—Disculpe las molestias, Kusuda-san…

—No te preocupes, nos vemos…

Luego de aquella conversación, me quedé unos minutos más admirando a la bella chica junto a mí. Después de un rato, pude sentir mis propios ojos cerrarse debido al sueño, por lo que decidí tomar una pequeña siesta junto a la mejor compañía que podría haber tenido.

Continuará...


Lamento la tardanza :c espero les haya gustado :D