La noche se sentía pesada como cualquier otra, había pasado las últimas horas escribiendo en su laptop hasta que sus manos empezaron a perder fuerza y su vista se sintió cansada. Intentó recostarse en la cama por su cuenta para sumirse en el silencio de su habitación sin llamar a Emil, llevaban un par de días molestos.

Había demasiados momentos en los que era difícil lidiar con Víctor, sin importar cuanto tiempo llevase Emil tratando de cambiar el modo de pensar del ruso respecto a las cosas. No es como si pudiese obligarlo a actuar como debería, la última vez que Nekola discutió con él sobre que no podía quedarse hasta muy noche con el computador encendido y con la luz de la habitación apagada, Víctor no quiso comer en todo el día siguiente.

No le importaba ser el único perjudicado, quería que entendieran que actuaría conforme a él quisiera y que debían dejar de tratarlo como si fuese un niño, por más que en muchas ocasiones actuara como tal. A Nekola no le quedaba más que aceptar la situación y continuar con su trabajo, para él era de esperarse que en ese estado Víctor tuviese tantos cambios de humor, aunque varias veces tenía ganas de renunciar.

Yakov le solicitó que tuviera algo de paciencia y lo dejara tomar algunas decisiones, siempre y cuando con ello continuara alimentándose e intentara hacer rutinas de ejercicios. En fin, Víctor terminaba con la computadora hasta la madrugada escribiendo y borrando avances de la novela que se había propuesto publicar.

Estaba ansioso al respecto, no le permitirían publicar de inmediato sino hasta tener bastantes avances de su obra, así en caso de alguna complicación de salud tendría material por adelantado para no perder el ritmo de las publicaciones. Era parte de su compromiso con la editorial que le harían llegar a Yuri su escrito.

De alguna manera, Yuri Katsuki se convirtió en la razón por la cual se sentía comprometido a seguir viviendo. Sacrificarse un poco, al igual que pasar desvelos y cansancio no le parecía tan mal si era por él, al fin y al cabo, dolor siempre sentía, tener una razón para no tomárselo como algo malo era la diferencia.

El remordimiento no dejaría de atormentarlo, seguiría en él hasta el último minuto de su existencia. Cumplir una de tantas promesas, tal vez, conseguiría salvar un poco de su alma.


—Wow Yuri, se nota que teníamos mucho sin vernos —dijo Phichit sorprendido tras encontrarse luego de más de dos años con su viejo amigo—. La última vez que te vi aún tenías la enorme barriga.

—No exageres, no era tan grande. —Iba a ser un chiste, pero se detuvo porque tendría un efecto contrario. Su vientre no creció lo suficiente, tuvo un bebé prematuro después de todo.

—¿Puedo tomarme una foto con Ani? —preguntó su amigo entusiasmado, pidiendo permiso cuando en realidad ya tenía al bebé entre sus brazos y la cámara de su teléfono al frente—. Tengo que subir esto a Instagram.

—S-seguro. — ¿Qué más podía hacer?

Phichit solo empezó a tomar fotografía tras fotografía tomando a su bebé como si fuese un muñeco, donde después de un par de sonidos de la cámara Anielka empezó a tomar confianza y a reír sin importarle estar en los brazos de un desconocido, igual Yuri estaba en frente.

—Tengo que postear esto como "Rock'N'Baby", ¿o debería comprar una playera igual para tomar otra foto?, se vería más genial si ambos tuviéramos la misma, creo haber visto tiendas con playeras de estas cerca—. Hablaba Chulanont mientras seguía tomando fotos.

—No necesitas de eso, no es tu género musical y con lo popular que eres la gente ya debería saberlo. —Yuri siguió con la conversación, no esperaba que su viejo amigo hubiese accedido tan rápido a verlo tras enviar un mensaje, Phichit era bastante popular.

En estos dos años sin verse habían surgido muchas oportunidades en el mundo de la actuación, la pérdida del gran Víctor Nikiforov trajo consigo un auge en la competencia por ocupar su lugar. Decenas de actores estaban esforzándose en sus presentaciones para demostrar que serían la nueva gran estrella, y con ello también surgieron una cantidad de obras nuevas para darles oportunidad.

Phichit tenía favoritismo por las obras teatrales tradicionales, pero recientemente estaba en el elenco de una nueva película que saldría en unos meses a la gran pantalla. El largometraje estaba generando bastantes expectativas antes de tiempo, así que en estos momentos el japonés se encontraba frente a una estrella reconocida.

¿Quién creería que su mejor amigo es un famoso cuando él con suerte pudo conseguir trabajo en una pequeña cafetería?, tal vez su jefe se reiría de él si le contara, era un mundo totalmente opuesto al que ahora se estaba acostumbrando.

—Creo que no me esperaba que terminaras vistiendo a tu bebé como inadaptado social, pero se ve genial. —Continuó el tailandés.

—Dios… ¿En serio parece cosa de inadaptados sociales?

—No lo digo en mal sentido, se ve cool. Si me lo permites podría volver a Anielka toda una estrella de Instagram, ¿puedo crearle una cuenta?, se ve que le gusta que le tomen fotografías. —Sonrió Pichit, tomando gracia de como el pequeño de Yuri extendía sus manos intentando alcanzar su móvil.

—Phichit, es un bebé, todavía ni siquiera habla bien y se tropieza mucho cuando camina, es muy pequeño para redes sociales.

—Oye, por eso digo que yo le crearé la cuenta, no te estoy diciendo que le digas a Ani que sea quien la haga. ¡Oh, vamos!, mi cámara ya se enamoró de él, y te aseguro que tiene muy buena resolución para captar la esencia de este futuro Insta-model.

—De acuerdo, puedes crearle cuenta… —respondió aún no muy convencido, igual no es como si le afectara, si Phichit veía que no tenía respuesta en esa red por su bebé, entonces se rendiría.

—Por cierto, hablando de futuras estrellas, ¿cuándo volverás a la actuación?, puedo ayudarte a conseguir información de próximas audiciones.

—En realidad… dejaré esa idea atrás, tengo cosas más importantes en que pensar y no podría descuidar a Anielka por seguir intentando ser actor. —Yuri suspiró ante el tema inminente que temía que tocaran.

La actuación ya era cosa del pasado para él, se había resignado a ello desde el nacimiento de Anielka, debía conformarse con una vida medianamente estable donde su prioridad fuese sacar adelante a su hijo. La situación era muy diferente a aquellos días en los que tenía más tiempo libre y menos responsabilidades, ni siquiera podía mal pasarse un par de días por comprar un libro, sería egoísta de su parte y definitivamente no iba a poner en riesgo el bienestar de Ani por sus gustos.

—Yuri, tienes mucho talento. En la última obra que estuviste lo hacías de manera genial, fuiste diez veces mejor que el chico que te reemplazó. Puedo apostar que si no te hubieses retirado la obra habría terminado en televisión y ya serías parte de una película. —-Chulanont frunció los labios al mirar a su amigo.

No quería ser grosero, pero la vida que tenía Yuri no era la que merecía. Trabajar en una cafetería no muy conocida, vivir en un pequeño departamento y probablemente dedicar todo lo que gana con esfuerzo a un bebé, era muy poca cosa para alguien con talento.

No era correcto decir que Yuri había arruinado su vida por tener un hijo sabiendo lo mucho que lo quería. Phichit no sabía lo que era ser padre, pero hablando de forma superficial, se veía mal que sus sueños quedasen frustrados a su edad.

—Lo siento Phichit, no puedo arriesgarme. Apenas me estoy estabilizando en la ciudad, incluso descuidar una semana me haría no poder cubrir mis gastos, los pañales son caros, también estoy saturado para pagar la guardería con mi sueldo y que me alcance para los alimentos de la semana y la renta.

—Te prestaré dinero si lo necesitas, pero haz un intento. —Tenía que ser insistente si así podría evitar que Yuri se siguiese opacando.

—No puedo aceptar eso, deja de insistir, esta es la vida que he ganado.

—El Yuri al que deberían estar entrevistando cada semana y solicitar en películas debería ser Katsuki, no Plisetsky. Eres más genial que muchos que conozco, por eso es que insisto. —El moreno hizo una mueca de decepción, lo complicado de la situación no dejaba de sentirse mal.

—No me compares con alguien que actúa desde pequeño y siempre ha tenido talento, no es lo mismo. Yuri Plisetsky siempre fue y será mejor que yo.

—Deja el trauma porque a tu hermana y a tu ex crush les gustan rubios de ojos verdes, ¿a quién le importa si iniciaron antes que tú?, Víctor Nikiforov empezó a actuar a los quince y decía que antes de ello no había pensado en hacerlo.

—Y Víctor Nikiforov ha desaparecido de la faz de la tierra.

—No lo ha hecho, ¿no has visto noticias?, Víctor sigue ahí.

—Lo último que vi de Víctor fue una grabación de él cayendo en intentos de rehabilitación hace tiempo, desde entonces nada, desapareció. Hay personas que entendemos cuando debemos rendirnos.

—Pues actualízate, hay rumores de que volverá, pero ya no como actor, sino que empezará a escribir una novela.

— ¿Qué? —Eso no lo esperaba.

—No es nada confirmado ni han dado aviso oficial, pero alguien lo escuchó de su viejo manager.

—No sabía que Víctor fuese escritor…

—Yo tampoco, pero por los rumores, Víctor había estudiado literatura, ¿quién lo diría?

—Bueno… Es de esa clase de personas que siempre tienen una chispa…

—No creas que tu ídolo se ha rendido, vamos, ¿te ayudo con las audiciones?

—No.


Quisiera creer que el hablar con Phichit lo hizo sentirse mejor como persona, en cambio, solo regresó a casa sintiéndose como una basura.

No dejaría de amar la actuación por no dedicarse a ello, aún tenía a su pequeño y único espectador frente al cual hacer el ridículo actuando como personajes cualesquiera, con él cual de vez en cuando desahogaba la vocación que no debería tener.

—Ani, no vayas ser un fracasado como yo… —Le susurró a su bebé mientras lo recostaba en la cama para remolinear su cabello contra su pancita por la frustración.

No quería pensar mucho en esos temas, lo correcto era hacer un buen trabajo y conservar su empleo, pagar los gastos de Anielka y sentirse orgulloso de ello. Llegar al momento en que Anielka se graduara sería algo por que sentirse orgulloso, y más probable que suceda a que él triunfe como actor.

No tenía el mismo poder de Víctor Nikiforov de intentar sobresalir de una u otra manera, era absurdo él siquiera compararse. Apostaba que Víctor tendría una mirada firme mientras se empeñaba en continuar, es la diferencia entre una persona débil y una fuerte.

Además como un viejo fanático de Víctor Nikiforov sabía muchas cosas mencionadas en entrevistas. El hecho de que se hubiese dado a conocer hasta los quince años no era sinónimo de que hubiese sido una gran persona hasta esa fecha, a esa edad Víctor ya había empezado a desarrollar varios talentos en el ámbito de la música, que aunque no fueron su tópico principal tras tener éxito, estaban presentes.

Si no hubiese triunfado como actor, probablemente lo hubiese hecho como músico o bailarín, solo era cuestión de tiempo para él. Había demasiadas razones para admirarlo, aunque Yuri nunca se atrevió a ir a una firma de autógrafos, se habría sentido muy poca cosa de haber estado frente a él como un novato fracasado.

Víctor Nikiforov era una persona perfecta, todo mundo lo sabía. Por eso tal vez, aun estando frente a él, no lo habría notado con aquella diferencia abismal entre ellos. Eran tan diferentes que, aunque Yuri estuviese en todos sus sentidos, tenía más facilidad de resignarse que él, por más que incluso en estos momentos Víctor hubiese perdido la funcionalidad de sus piernas.

Víctor como escritor… Realmente debía ser un maldito genio o tener una suerte increíble para tener habilidades que se adapten a sus capacidades.

¿Qué clase de novelas escribirá?, no lo esperaba, sin embargo, tenía curiosidad por ello, ¿costaría mucho su libro?, no se daba el lujo de comprar libros desde hace tiempo, no obstante, tal vez podría aprovechar para ahorrar unos cuantos yenes al día durante varias semanas para comprar el libro en su lanzamiento.

Su gasto inútil sería un poco menos inútil si luego revendía el libro y recuperaba al menos una parte de lo invertido, o podía esperar a que pasara un tiempo y pudiese comprarlo a un precio más económico en reventa por Mandarake o Surugaya.

—Vitya… ¿Soy mal papá por querer comprarme un libro? —Dirigió la mirada hasta el retrato en su buro.

Había pasado mucho tiempo desde su muerte, pero a la fecha ver su sonrisa plasmada en una fotografía le hacía recobrar energías y recordar que tenía que continuar esforzándose por sacar adelante a Ani para hacerlo sentir orgulloso.

Sí… Tal vez era incorrecto mal gastar en un libro.

Y sobre todo, debería saber la respuesta que le daría Vitya, lo importante no era el gasto en un libro, sino que ese sería un libro escrito por su rival de amores, de estar a su lado le habría hecho un berrinche monumental por celos, como si no pudiese entender que a Víctor solo lo admiraba mientras que a él lo amaba.

Vitya nunca le escribió esa novela que prometió.

….


—¿El protagonista será rubio? —preguntó el joven de ojos verdes, tirado en la cama de Víctor sin importarle ser molesto.

—No Yuri, el protagonista no será rubio —respondió Víctor fastidiado. Plisetsky difícilmente iba a visitarlo y, cuando lo hacía, generalmente se encontraba molesto e intentando escapar de algún regaño de Yakov.

—Hazlo rubio de ojos verdes —dijo de manera monótona mientras ojeaba una revista.

—No Yurio, no serás mi protagonista.

—Necesito serlo —gruñó.

—No Yuri, no necesitas serlo. —El ruso trataba de ignorarlo, estaba interrumpiéndolo cuando consideraba muy importante no perder la concentración mientras escribía.

—Claro que lo necesito, ¿tienes alguna idea del caos allá afuera?, tengo al puto de JJ ganando puntos, sigue haciendo escándalos que llaman la atención en revistas, no puedo dejar que siga siendo el centro de atención, mi novela acabó y necesito una nueva que me lleve a la cima.

—Estoy escribiendo una novela para un libro, no guiones para adaptación televisiva, y nada asegura que vaya a tener éxito.

—Algo escrito por Víctor Nikiforov será vendido, aun si escribes una basura, esta será popular porque se trata de ti —respondió confiado, era obvio que con el antecedente que tenía, Víctor vendería millones de copias en varios países. Muchas personas lo tenían en un altar tan alto que alabarían cualquier cosa referente a él sin importar si fuese buena o mala, porque así es la fama y así es ser una figura pública.

Independientemente del accidente y su desaparición por varios años, cuando se corrió el rumor de que Víctor regresaría como escritor, muchas personas comenzaron a ponerse en alerta esperando el retorno del rey. Un par de años sin dar señales de vida no eran nada en comparación con más de una década conquistando al público.

¿Acaso Víctor había olvidado quién era?, tantas películas, tantas novelas, tantos premios y participación en espectáculos. Su simple existencia decía "mírame" y eso difícilmente cambiaría, ya era parte de su esencia y la figura que construyó durante muchos años.

—Parece que no sabes cómo funcionan estas cosas, mi tiempo ha pasado, con años sin dar señales de vida la gente debe haberse olvidado de mí. Todo tiene un ciclo, inicias, tomas un impulso, te vuelves popular, se aburren y solo quedan restos de ti —comentó Víctor desganado, aunque no era como si le importara saber si decaía o no, no es como si fuese agradable para el llamar la atención con su discapacidad actual.

—Fuiste el ideal de muchas personas por años, esas personas siguen ahí —gruñó Plisetsky, tampoco es como si disfrutara ser un moralista que intenta que las personas tengan motivación personal.

—Las personas se mantienen, sin embargo, los ideales cambian, parece que no entiendes cómo funciona el mundo gatito, de no ser así no estarías en problemas compitiendo contra… ¿Cómo se llama?

—Bastardatus Leroy.

—Sí, ese tipo.

—Y si crees que serás un fracaso, ¿para qué escribes?

—Lo hago para una sola persona. —Sonrió nostálgico, dejando de teclear por unos momentos, definitivamente el rubio no lo dejaría en paz hasta retirarse de su habitación.

—¿Qué no se supone que un escritor escribe para sí mismo? —El menor arqueó la ceja, no esperaba una respuesta así con lo depresivo que era Víctor recientemente.

—Tengo un amor platónico por la culpa, no necesito hacerlo para mí mismo sino para quien más me importa.

—Patrañas… Yakov me contó la estupidez que hiciste de alargar tu participación en aquel programa, pero viejo, ya es cosa del pasado, el tipo con el que salías debe haberte olvidado.

—Tal vez, pero yo no lo he olvidado del todo… He recordado unas cosas que…

—¿Qué? —preguntó más con desgane que curiosidad.

—No entiendo como pude mentirle tanto, recuerdo algunos momentos que pase junto a él, ese chico era especial… Tal vez un poco inseguro, no obstante, cuando recuerdo su sonrisa… Es como si deseara que todo fuese real, haber sido la persona que él creía que yo era.

—Espera, ¿va en serio que te gusta?, no seas estúpido ni te hagas ideas raras, estabas actuando, todo era falso y tuviste muchos más enredos amorosos como para que te claves en el primero que recuerdes…

—El día que dañes a alguien inocente que no merecía eso, me entenderás. Es mi decisión si quiero amar a alguien sólo por intentar calmar mi consciencia.

—Yo nunca haría eso, es patético. Si sientes culpa asúmela sin tratar de disfrazarla con amor, no puedes buscar que correspondan tus sentimientos por errores que cometiste.

—¿Acaso dije que quiero ser correspondido? por eso es un amor platónico, no estoy hecho para él, ni él está hecho para mi, así simple... Sería un insulto el siquiera insinuar que nosotros podríamos...

—¿Poder que...?

—Nada, ignóralo.


N/A: Vengo solo a dar señales de vida :´D -Huye gaymente-