Jamás se había sentido tan tensa y ansiosa por igual, ni siquiera cuando fue elegida como presidenta del consejo estudiantil. Incluso llego a parecerle ridícula la situación.

Sus amigas del café y de Otonokizaka estaban en un extremo de la habitación, sin argumentar nada, incluso parecía que contenían el aliento. Al otro extremo estaban las chicas de UTX, se veían un poco más relajas que sus amigas, pero tampoco se atrevían a mover un musculo. En la entrada estaba Tadashi hablando con la doctora y lo que parecía ser un oficial.

A su izquierda se encontraba su novia, aferrada con fuerza a su brazo un poco lastimado, pero era un dolor soportable. A su derecha se encontraba Arisa, aferrada a su torso, ocultaba su rostro en su hombro, podía escuchar un leve sollozo, no estaba segura si provenía de Arisa o Nozomi, o quizás ambas. Y quizás la escena le habría parecido hasta conmovedora, las había preocupado, pero estaba bien, así que todo estaba bien, o eso debería ser.

Frente a su cama se encontraba su madre y padrastro, este último tenía la vista baja, como alguien que no quiere estar ahí. Por otro lado, su madre tenía los brazos cruzados y una mirada determinante y molesta, pero no la miraba a ella enojada, a quien miraba era al último miembro en esa habitación, quien estaba sentado al costado de Arisa, con una expresión serena y relajada, llevaba un peluche de zorro, su mirada era un poco vacía y apagada.

-¿y cómo has estado?-pregunto su padre, con voz neutral, como si no hubiese desaparecido por años, la mujer frente a ella frunció su ceño, pasaba su mirada de ella al hombre.

-bien-se atrevió hablar por primera vez. Miro nerviosa a sus amigas, seguían conteniendo la respiración, las alumnas de UTX también, los de la entrada se habían alejado un poco de la puerta, lo suficiente para solo ver la cabellera pelirroja de la doctora-¿y tú?

Era demasiada tensión, todas actuaban extraño, estaba al tanto que no les habían informado nada de su estado en todo ese tiempo, pero quizás no era consciente de lo preocupados que estaban tanto sus amigas como familia.

-bien-respondió este, con una voz tan suave que adormeció sus músculos y empezó a sentir sueño, o quizás seria los efectos del calmante que le suministraron minutos atrás cuando perdió el control al enterarse que toda su familia y amigos estaban afuera sin saber que ella estaba bien, mejor que bien a decir verdad-viajando como siempre.

Y por fin alguien hacia un movimiento, y no era nadie más que su padre, quien se puso de pie y le alcanzo el peluche de zorro, era bastante tierno, al no poder moverse para recibirlo lo coloco al borde inferior de la cama.

La mirada molesta de su madre empeoro, no sabía si su padre no se había dado cuenta o simplemente no le importaba como lo miraran.

-gracias-respondió con dificultad, no imaginaba que Arisa fuese tan fuerte, le estaba costando respirar.

El silencio volvió a reinar en la habitación, Nozomi fue la siguiente en hacer un movimiento, elevo su rostro revelando sus hermosos orbes turquesa ligeramente hinchados… en un movimiento torpe la rodeo con su brazo para reconfortarla.

-lo siento-susurro solo para ella, por unos segundos olvido todas las miradas que estaban de expectantes. Se inclinó hacia su novia besando su frente.

Tenía ganas de preguntar que eran esas vendas y moretones en su cuerpo y rostro, pero opto por esperar, no era el momento, y seguro Nozomi también tendría muchas preguntas para ella.

-Elichi…-se arrodillo en la cama, teniendo cuidado la rodeo desde el cuello y la abrazo, tratando de controlar la fuerza en el contacto.

Paso con timidez su mirada hacia los expectantes, ya no había nadie en la entrada, las chicas ya respiraban y se habían acercado un poco, su padre seguía con esa expresión neutra y serena, su padrastro miraba por la ventana indiferente a la tensión de la habitación y su madre.

Cruzada de brazos ahora la miraba a ella, pasaba su mirada de Nozomi a ella, su expresión era un poco más suave que la que le dedico a su padre, pero seguía reflejando molestia.

-¿Cómo te sientes?-hacía mucho tiempo que no le dirigía la palabra, le extraño reconocer su voz.

Desvió su atención hacia su padre, este seguía relajado, se preguntó si siquiera estaría escuchando la conversación.

-bien…mucho mejor-respondió con cautela

El ambiente empezó a ponerse tenso una vez más, su madre parecía ahora confundida, quizás por no saber que preguntar o si debería preguntar algo. Su padre se acomodó en su lugar, estiro las piernas y cruzo sus brazos hacia atrás de la cabeza.

-y… ¿Cómo han estado?-pregunto nerviosa, busco con la mirada a sus amigas, aunque quizás no se atreverían a intervenir.

-bien, preocupadas-sorprendentemente Honoka respondió, se veía más tranquila comparando los otros rostros preocupados en las chicas-es un alivio saber cómo estas por fin

Y aunque sus palabras eran inocentes la tensión solo se hizo más presente, porque todos recordaron la razón por la que no habían tenido información de ella todos esos días.

-deberías aprender a escoger tus amistades al menos-comento su madre, intento argumentar algo más pero fue interrumpida por su padrastro.

-ya lo hablamos-hablo por fin, luego de tener la mirada en cualquier lugar menos en ella-nos alegra que estés fuera de peligro-le dirigió una mirada sincera, era la primera vez que la miraba así

-nos haremos cargo de los gastos-finalizo la conversación su madre, cruzo un par de miradas con su pareja, este asintió y ambos salieron en silencio.

-mamá estaba preocupada por ti-comento Arisa cuando la puerta fue cerrada-…lloraba todas las noches…

Su hermana jamás mentiría, no a ella, pero no le era fácil asimilar estas palabras. quizás solo necesitaban tiempo…

-también debo retirarme-su padre se puso de pie, sus miradas se cruzaron unos segundos, lo cierto es que no tenía muchos recuerdos de él, pero atesoraba sus fotos, hasta un par de años atrás habían mantenido conversaciones secretas-cuídate-su mirada bajo hacia su novia, sintió temor por lo que diría, pero no dijo nada, solo sonrió y se retiró en silencio.

-tu familia es extraña-volvió a comentar Honoka, se ganó un leve empujón de parte de Umi.

-tienes razón-confirmo sus palabras con una leve sonrisa.

Aún tenía muchas preguntas sobre la situación, si habían ocultado a su familia y amigos sobre su sestado, quizás a ella también le habrían ocultado cosas, o incluso mentido, ¿el padre de Nozomi seguiría vivo?

Esperaba que todo hubiese terminado. Miro hacia su novia, quien sollozaba y ocultaba su hermoso rostro en su cuello, Arisa ya no sollozaba, pero por su respiración pesada y tranquila imaginó que se había dormido.

-¿y cómo han estado?-volvió a preguntar, tratando de desvanecer esa tensión y ese silencio casi sepulcral que se formaba cuando nadie decía ni hacia nada.

-¡¿Dónde ESTA MI BEBE?!-la puerta fue abierta abruptamente, sobresaltando a todas las presentes. Una mujer de unos 80 o quizás 90 años entro corriendo, llevaba en mano un bastón, y en la otra una maleta con prendas de vestir saliéndose. Todo quedo en el camino cuando la mujer se lanzó sobre Eli.

Arisa se despertó por el abrupto movimiento, pero fue tarde para ella, cuando reacciono ya estaba en el suelo con el bastón de la mujer descansando sobre su cabeza, Nozomi no corrió con la misma suerte, al estar ella más cerca fue empujada violentamente cayendo sobre el monitor que controlaba los signos de Eli. Se escuchó una pequeña explosión, pero afortunadamente fue algo interno de la máquina, sin embargo eso no evito que se hiciera daño.

-¡MADRE!-exclamaba la madre de Eli, entrando por la puerta con dos arreglos florales en cada brazo, a cada lado iban el padre y padrastro de Eli, ambos cargados con equipajes, tantos que apenas y se distinguían sus cabelleras rubias.

Eli empezó a sentirse mareada.

-dile algo amor-volvió hablar su madre mirando hacia su izquierda.

-soy tu ex-respondió su padre con el mismo tono de voz relajado, solo que ahora sonaba cansado por el exceso de peso que llevaba encima

-aquí estoy…-hablo el otro hombre a su costado

Fue lo último que logro entender antes de perder la conciencia…

.

Llevaba cerca de dos horas con la misma expresión relajada, fueron muchos sucesos para ella en un solo día, pero se sentía feliz que su vida no esté en peligro, que nunca lo haya estado, incluso podría decir que fue un milagro que solo tuviese una leve lesión en el brazo y tobillo.

Con delicadeza acaricio su rostro, pasando delicadamente las yemas de sus dedos desde su frente, pasando por el puente de su nariz y terminando en sus rozados labios.

-Elichi-susurro, y aunque sabía que no al escucharía se sentía reconfortada.

Trataba de ignorar los fuertes gritos que se escuchaban afuera de la habitación, una era la madre de Eli, quien se defendía de las acusaciones de su madre, la abuela de Eli. La mujer parecía tener menos de la edad que quizás tendría, desde que entro corriendo y salto hacia su novia había demostrado su joven energía, y ahora su fuerte carácter.

Discutía con fervor defendiendo a su "bebe", como había escuchado llamarla así a Eli, solo podía imaginar lo que pasaba afuera, imaginaba a los dos hombres adulto arrodillados cerca de ahí siendo reprendidos también, uno por desaparecer tanto tiempo y el otro por no hacerse responsable como era debido. La familia de Eli guardaba muchos misterios. Al menos la única normalita podría ser la hermana menor.

Desvió su atención del perfecto rostro de Eli hacia la pequeña rubia quien estaba apoyada al otro costado de la cama durmiendo profundamente, a diferencia de ella Arisa no había llorado, pero estaba segura que la pequeña no había descansado como era debido, se veía un poco más delgada también.

Paso su mano por su cabellera rubia, era igual de suave y sedoso que el de Eli, Arisa se removió un poco

-one…chan…-susurro entre sueños buscando más contacto.

Nozomi sonrió enternecida, no había cruzado muchas palabras con ella desde que se conocieron, pero según Eli podrían llevarse bien. Acaricio con más confianza a la pequeña, quien esbozo una suave sonrisa entre sueños.

-No…zomi…-Eli se removió entre sueños también, como si reclamara sus caricias.

Uso su mano libre para acariciar con cuidado su mejilla, teniendo cuidado de no despertarla, y pareció funcionar. Eli relajo su expresión, y al igual que su hermana esbozo una pequeña sonrisa.

No pudo evitar sonreír también, se sentía relajada al estar con ambas rubias.

-eres su novia ¿no?-escucho una voz de hombre conocida.

Se sobresaltó un poco, se giró despacio hacia la entrada descubriendo al padre de Eli. Tenía la misma expresión neutra que cuando lo conoció, seguía con esa aura misteriosa, pero extrañamente sintió gracia, tenía dos notables golpes de basto en la cabeza y una marca rojiza de mano en la mejilla.

-si-respondió, ya tenía una idea de la opinión de la madre de Eli sobre su relación, pero no sabía como lo tomaría él.

-¿desde cuando?-pregunto mientras se acercaba. Tomo asiento donde horas atrás había estado, se acomodó y la observo

-hace unos meses-respondió preocupada, no podía percibir lo que expresaban sus ojos, solo distinguía tristeza, pero la expresión neutra y vacía en su rostro la confundía.

-¿la amas?-volvió a preguntar

Nozomi se sintió confundida, por supuesto que lo hacía, pero el hombre la estaba analizando, quizás esperaba ver algún signo de falsedad en sus palabras. Se notaba que era el padre de Eli ahora que lo veía bien, Eli solía ser precavida, analizaba demasiado las situaciones o sus problemas antes de tomar una decisión.

-por supuesto-contesto con sinceridad

-¿ella te ama?-por un momento la hizo dudar, pero no de los sentimientos de Eli, sino sobre sus intenciones. Hablaba como si conociera a su hija, y lo que ella tenía entendido es que no habían tratado desde hace años.

-si-volvió a responder, estaba vez demostrando más seguridad

El hombre suspiro, desvió su mirada de ella hacia al techo, como si recordara algo, volvió a suspirar. Por unos minutos el silencio era lo único que reinaba en la habitación.

-podrías… ¿podrías hablarme de ella?-pregunto entonces, y por fin observo sinceridad en sus ojos, así como transparencia-son presidenta y vicepresidenta ¿cierto?, ¿Cómo es en los estudios y deportes?...-bajo la mirada, se sonrió a sí mismo-¿Cómo es en su trabajo?...

.

-¿Qué paso?-llevaba observando a su novia por unos minutos, en silencio esperando que no la descubriera despierta, pero había sentido su mirada y ahora a observaba sorprendida.

Sus turquesa seguían expresando tristeza y preocupación. Trato de sonreír para calmarla, pero fue algo forzado, no había sido mucho tiempo, pero sentía que fue una eternidad de todas formas.

Extendió sus brazos para que se acercara a ella. Nozomi dejo lo que hacía, ¿Qué hacían su padre y padrastros extendidos en el suelo?, parecían dormir, Nozomi los estaba abrigando cuando sintió su mirada… eso era lo de menos ahora.

No tardo en sentir el cuerpo de su novia aferrarse al suyo, le hubiese gustado tener algo más de privacidad, pero ahora todos parecían dormir.

-… te extrañe… Elichi…-sintió las lágrimas de Nozomi humedecer sus mejillas, se separó lo suficiente para que sus miradas conectaran.

-también yo…-se acercó y unió sus labios unos segundos- ¿estás bien?-en la mañana había dejado pasar esas heridas, ahora no podía hacerlo, quizás al día siguiente no tendrían tanta privacidad como ahora.

-si…-respondió con dificultad, se notaba que estaba conteniéndose.

-ven-volvió abrazarla, le dolía un poco su brazo derecho, pero se las ingenió para mantenerla entre sus brazos y consolarla.

Se mantuvieron así unos minutos, la oscuridad siempre la había incomodado, pero se sentía reconfortada con Nozomi, su familia y amigas allí.

Umi y Maki dormían con Arisa entre ellas a su derecha, Honoka y Rin dormían a su izquierda, usando a la otra como almohada. Había otro sofá libre, sin embargo ambos hombres dormían en el suelo, como si se hubiesen desmayado allí… temió preguntar que hacían ahí.

No tenía recuerdos claros de la mañana, pero si su abuela estaba involucrada era mejor no saber.

-¿Dónde está mi abuela?-se animó a preguntar por ella, seguramente habría causado muchos problemas por su culpa.

-salió hace un momento con tu madre-respondió con tono suave, casi parecía como si fuese a dormirse.

-¿has estado durmiendo bien?-acaricio su cabello purpura, estaba suave como siempre, pero no parecía tener los mismo cuidados de siempre

-si…

-¿estás bien?-volvió a preguntar, aún tenía muchas dudas en su cabeza, ¿Qué había pasado mientras ella estaba prisionera en su habitación?

-si…

Sus respuestas eran demasiado cortas, y en realidad no le resolvían ninguna de sus dudas.

-¿Qué te paso?-volvió a preguntar, esperando que respondiera esta vez.

Ella solo se removió entre sus brazos, oculto su rostro entre su pecho.

-Nozomi-continuo con sus caricias pacientes en su cabello, pero quería una respuesta, ¿alguien se lo hizo?, no podrían ser heridas de caída, ¿o tuvo algún accidente también?, ¿sería el padre el involucrado?...

-nada….-la tomo de los hombros y la separo suavemente, Nozomi evito su mirada-no es nada grave Elichi-volvió apoyarse en ella buscando la anterior posición. Eli no se la pudo negar, pero seguía preocupada y más confundida-te amo Elichi

No entendía a que venía esa confesión, pero una leve sonrisa asomo en sus labios.

-Yo también Nozomi-se inclinó con dificultad para besar la frente de su novia, pero justo Nozomi levanto el rostro terminando sus labios en la punta de su nariz.

El rostro de Nozomi empezó a ruborizarse, no lo entendía, ya se habían besado antes, pero igual lo encontró lindo. Sonrió y volvió hacerlo.

Nozomi la miraba confundida y notablemente nerviosa, ¿hace cuánto que no la besaba?

La tomo con cuidado del rostro, la mirada de Nozomi brillaba como esmeraldas, resaltaba de forma hermosa su color turquesa en medio de la oscura habitación. No estaba tan oscuro, la ventana estaba abierta y entraba la luz de la luna., pero el momento igual le pareció maravilloso y reconfortante.

Se acercó despacio, atesorando cada reacción en Nozomi. Se notaba más nerviosa y avergonzada, su mirada se desvió hacia sus amigas que dormían a sus costados y podrían descubrirlas, pero de nuevo busco su mirada impaciente.

-te amo…-termino de unir sus labios, disfrutando la suavidad y dulzura de los labios de Nozomi. Dejo escapar un suspiro, había extrañado demasiado esto, solo esperaba que su hermana no despertara, o Umi que podría gritar.

Busco más contacto del cuerpo de Nozomi. La abrazo con algo más de fuerza, ambas soltaron un quejido, Nozomi porque lo disfrutaba, y aunque ella también lo hacía, su brazo enyesado no ayudaba con sus movimientos.

Llevo su mano izquierda, la que más movimiento tenia, al rostro de su novia, buscando profundizar más el beso.

-E-E… lih-se separó agitada y nerviosa-… podrían despertar-miro de nuevo nerviosa hacia las jóvenes durmientes.

-l-lo siento-no sabía cuanta ausencia de aire había en sus pulmones hasta que hablo, estaba un poco agitada y le costaba respirar-… ¿podemos de nuevo?-pidió animada, un poco mas no haría daño, y sus amigas no parecía que despertarían pronto.

-n-no-escondió su mirada nerviosa-no estaría bien…

-pero…-trato de insistir, era extraño en ella, Nozomi solía ser quien tomaba la iniciativa en estas situaciones.

-parece que ya estás bien Elichi-respondió Nozomi, un poco seria, lo suficiente como para alertarla.

-¿y que te paso?-cambio el tema, el ambiente ya se sentía más relajado como para poder hablar, esperaba que así fuera.

Nozomi se separó de ella y tomo asiento en el borde de la cama, bajo la mirada como si aún dudara de responder, sus mejillas ya habían regresado a su color natural.

-¿Cómo estás tú, Elichi?-cambio su pregunta-nos tenías preocupada-una mirada triste volvió a posarse en ella, aun parecía afectada por no haber tenido noticias de ella tantos días.

-estoy bien, ya me probaste-respondió lo último con un ligero tono pícaro, no quería bromear demasiado con su salud, pero en realidad no era nada lo que tenía. Ahora quien más le preocupaba era su novia.

Nozomi bajo de nuevo la mirada nerviosa y ligeramente sonrojada.

-no lo recuerdo bien….-respondió al fin su pregunta-… creo que eran hombres del padre de Tadashi-kun, el llego a tiempo y me ayudo… él está peor-culmino con su pequeño relato.

La respuesta seguía pareciéndole corta, pero al menos ya tenía una idea.

-y tu padre… esta-¿sería cierto lo que le dijeron?, aún tenía esa duda

-muerto-completo Nozomi por ella-me lo dijeron esta mañana…-una lagrima rodo por su mejilla, pero solo eso.

Sintió deseos de abrazarla de nuevo, y así lo hizo.

-estoy conti…

-ejem-ambas se separaron culpables, aunque ya no hacían nada más que abrazarse-siento interrumpir-hablo su abuela.

Estaba parada en la entrada, junto con su madre, esta última cruzada de brazos mirándolas seria. Su abuela seguía igual que la última vez, incluso diría que se veía más joven aun con las arrugas en su rostro y ese bastón que le dificultaba su andar. A diferencia de su madre, no se veía ni sorprendida ni molesta por su muestra de afecto con una chica.

-no se preocupen por nosotras, sigan-hablo de nuevo, mostrando una enorme sonrisa-solo quería que supiesen que estamos aquí para que no hagan cosas más íntimas.

.

.

.

Unas semanas después Eli fue dada de alta, aunque tenía que usar una muleta para poder movilizarse, todavía estaba en recuperación su pie, al menos ya podía usar ambas manos.

Su abuela decidió quedarse en su departamento una temporada, en que ella se recuperaba, y de paso vigilaba a los adultos de la familia. No había podido tener mucho tiempo asolas con Nozomi, pero había descubierto que se había vuelto muy unida a su abuela, jamás había imaginado una combinación tan peligrosa como la de ese par.

Pero su madre al parecer la tenía más difícil, su abuela la había obligado a convivir tanto con su ex esposo como el actual. Sabía que ambos adultos se llevaban bien, habían aceptado de forma mansa a diferencia de su madre, pero cuando su abuela quería algo lo obtenía, no quería ni imaginar que habría sucedido para que su madre aceptara tal idea.

Arisa quizás era la más beneficiada de todo esto, era la consentida en la casa, ambos padres hacían lo que ella quería cuando ella quería.

-¿Qué es tan gracioso Elichi?-pregunto con ese tono extraño que provocaba su piel se erizara.

No le dio tiempo a responder, se aproximó a su celular para ver que era tan gracioso. Aunque trato de ocultarlo ya era tarde.

Nozomi se cubrió el rostro, tratando de contener la carcajada de ver a su padre con un vestido, pero no tardó mucho en estallar de risa. Debía hablar seriamente con Arisa, ¿Cómo es que su padre se prestó para hacer eso?

-no es tan gracioso-le había dado cierta gracia a ella también, pero igualmente sentía vergüenza ajena, mas siendo su propio padre el que hacia el ridículo

-pff… ¿n-no lo es?...-pregunto con dificultad, sonrojada y con algunas lagrimitas en su ojos.

-no lo es-respondió con tono serio, para que Nozomi comprendiera la seriedad del tema

Nozomi pareció calmarse cuando un mensaje llego a su celular. Soltó un suspiro esperando que lo dejara pasar, volvió a su trabajo de presidenta, al menos no se sentía tan inútil allí. Nozomi había hecho un increíble trabajo como vicepresidenta, se las había arreglado sola por bastantes días.

La peli morada volvió a estallar en risa, tirando su celular, quizás para no seguir viendo lo que tanto le divertía y poder controlarse, o quizás para que ella también mirara.

Arisa le había mandado una foto nueva, se veía a su padre usando el mismo vestido negro, y a su costado a su madre mirándolo seria, casi enojada.

Una tercera foto llego justo en ese momento, donde se veía ahora a su padrastro usando tambien un vestido, de color rojo, y su madre mirando enojada, pero solo eso. Con la cuarta foto entendió la razón.

Arisa y su abuela salían sonrientes en la última foto, como dos niñas que acababan de hacer una travesura y guardaban el recuerdo de ello.

-hoy iré al café-comento en medio del ataque de risa que sufría Nozomi. Este comentario basto para que quedara callada.

-aun no puedes-le respondió seria, no podía servir las mesas, pero aun podía trabajar en cocina, ya había perdido un par de semanas mientras se recuperaba, y le parecía injusto que Nozomi siguiera yendo allí, si hasta Umi y Maki solían trabajar algunos días a la semana, aun no sabía porque decidieron hacerlo. Nico tambien apoyaba algunos días en cocina y Rin de maid.

-Kotori me dijo que hoy si podía ir-respondió tranquila, mirando los últimos formularios que le quedaban-ya puedo caminar sin muleta

-puedes, pero no debes-corrigió su novia-la doctora dijo que no dejaras de usar siquiera una semana mas

-la doctora también dijo que era fuerte y me recuperaba rápido-contraataco, sintiendo que el ambiente en la habitación empezaba a calentarse

-también dijo que no podrías trabajar hasta fin de mes-contraataco su novia, dejando olvidado ese tono amable y divertido que usaba cuando estaban solas

-también dijo que lo haría si estaba bien-reto impaciente, se estaba aburriendo de no hacer nada, y aunque sus gastos habían corrido por su familia, eso no sería siempre, no era algo difícil de entender.

-aun cojeas-se cruzó de brazos, no pudo negar que se sintió nerviosa ante la mirada desafiante de la vicepresidenta.

Dejo los formularios a un lado y respondió la mirada, con la misma seguridad y fuerza.

-pero me siento bien-se cruzó también de brazos esperando su respuesta, no importaba lo que diga, ella no cambiaría de idea.

Nozomi respondió con una mirada más seria, casi haciéndola doblegar, pero ya había decidido que iría, y eso haría.

-bien-respondió con una "amable" sonrisa, esas que te congelan la sangre

-¿bien?-pregunto seria, ella era la presidenta Ayase Eli, a ella nadie la intimidaban, ni siquiera su molesta novia-¿solo eso?-indago dudosa, sabía que algo había detrás de esa expresión relajada

-si, hablaremos con la doctora, si ella acepta entonces bien-aún se mantenía con los brazos cruzados, las piernas cruzados ahora, y con esa expresión de victoria

-ella no me dará permiso-se quejó, no aceptando que recurriera a eso, sabía que debía hacer caso a la doctora, pero ella estaba bien, los doctores siempre exageran, o así lo veía.

-es eso o sigues descansado-Nozomi sabía que no le gustaba ir con la doctora, no es que no fuera buena, tanto en su trabajo como persona, pero no le gustaba ese ambiente.

-¿al menos puedo ir a visitar a las chicas?-pregunto ya resignada, estar con su abuela era divertido, pero tampoco la dejaba hacer mucho.

Nozomi la observo dudosa, la conocía lo suficiente como para saber que solo era una excusa para que la deje ir.

-bien-respondió-pero si tratas de hacer sobreesfuerzos-se puso en pie alertándola-te castigare, Elichi

Eli se puso tensa cuando Nozomi la abrazo por atrás, y de manera curiosa empezó a juguetear con su listón, amenazando con quitárselo

-n-no…

-no que Elichi-susurro contra su oído, el calor en sus mejillas no se hizo esperar, no se movió, Nozomi no se lo permitiría tampoco.

-n-no… hare nada-trato de hablar, sintiéndose cada vez más nerviosa, su listón seguía en su lugar, Nozomi solo lo había ajustado, pero ahora sus manos bajaban peligrosamente

-¿Elichi lo promete?-paso saliva inquieta, no sabía si quería que siguiera o se detenga, Nozomi solía burlarse de ella, desde que la conoció fue así, a veces la confundía.

Antes de que termine de bajar sus manos las tomo con delicadeza, se giró levemente para que sus miradas se encontraran.

-tu también promete algo…-no sabía que estaba agitada hasta que las palabras salieron de sus labios de forma trabajosa-… Nozomi

-lo que quieras Elichi-contesto con esa voz juguetona que tanto la impacientaba

Su mirada se desvió a esos rosados y tentadores labios, por unos segundos olvido lo que quería decir. La mayor pareció darse cuenta, se relamió los labios tentándola más.

-Nozo…

-Eli…

Sus rostros empezaron acercarse, no había prisa, aunque se sentía un poco desesperada por el contacto.

-¡Nozomi-chan!-sus rostros quedaron a escasos tres centímetros de unirse

Tadashi entro, como si nada, como si no percibiera el ambiente

-¿Cómo han estado?-se sentó animado en una de las sillas-hoy me hablo Arisa-chi, al parecer se reunirán en… Nozomi, espera Nozomi, ¡¿Qué vas hacer con eso?!... ¡NOZOMIII!

Un par de alumnas pasaban por allí, escucharon un grito que las sobresalto, seguido de un joven corriendo por el pasillo como si algo lo persiguiera.

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El siguiente capitulo sera el final, perdón si hay alguna contradicción o incoherencia u.u" (si la hay comentar(?), esta historia se caracterizo desde el comienzo por su humor, por ello su desenlace quedo así, pero acepto cualquier sugerencia xD

Saludos~