Bien, bien, hace mucho tiempo que he visto imágenes de "Yuri! on Ice", y tengo que admitir que la curiosidad me ganó, por lo cual lo vi. Esta de mas decir que me encantó, por lo cual vuelvo con una nueva historia, sin terminar las otras que tengo (la cual era la idea, pero bueno). Espero que les guste, y sí, sé que muchas personas colocan "Victor", pero a mi me gusta más "Viktor". Los capítulos serán cortos, además de que puede que haya un poco de cambio de personalidad. Aclarado esto, disfruten la lectura.


Yuko miró entre asombrada y avergonzada la cantidad de mujeres que habían en la academía, y sintió un poco de enojo al ver que eran pocos los niños que realmente querían estar ahí. Desde que Viktor Nikiforov, un patinador ruso, considerado una leyenda comenzó a dar clases en su pequeña academía, cada día parecían mujeres acompañadas con sus hijos con la esperanza de poder ver al hermoso hombre.

—Hola. —Suspiros se escucharon cuando Viktor salió del establecimiento.

Un pequeño niño, el cual no parecía tener más de diez años se acercó altanero al patinador, mientras jalaba con su mano a su amigo, el cual no apartaba la mirada del piso.

—Soy Yuri Plisetsky, y él es Yuuri Katsuki —habló sin titubear, y aunque su rostro rozaba lo angelical, se notaba que poseía un mal carácter.

Viktor observó al niño frente a él con diversión; su piel de porcelana y rubios cabellos contrastaba mucho con el carácter que estaba mostrando. Desvió su mirada al ver movimiento detrás del rubio. Un pequeño niño, el cual parecía tener no más de doce estaba utilizando al rubio como escudo. Su piel también era blanca, pero ésta resalta más por su cabello negro. Sonrió, y se alegró al ver como el pequeño niño se sonrojaba para esconderse aún más.

—Bueno, niños, vengan conmigo. Primero les mostraré el lugar mientras les explico lo básico del patinaje, y al final de recorrido me podrán decir si les gustaría seguir o no. —Todos los niños respondieron si, y con un poco de esfuerzo las madres dejaron el lugar, ya que les era difícil apartar la vista del profesor.

Viktor sonrió una vez más, y entró al establecimiento al tiempo que comenzaba la explicación.

Aunque los niños pensaban que el patinador no los veía, si lo hacía, y se dio cuenta de que casi ninguno quería estar ahí, a exepción de los Yuri's. Viktor no podía dejar de pensar que era gracioso, e incluso irónico que fueran amigos, no sólo por sus nombres similares, sino también por sus personalidades completamente distintas.

El rubio se ponía delante para así escuchar mejor, arrastrando en el proceso a su amigo, y a pesar de que éste se veía azorado, se notaba interesado por todo lo que él decía.

Los vio una última vez para así seguir el recorrido, teniendo una idea de quienes se quedarían para aprender.