Esta es probablemente la historia más armada que tengo en mi cabeza desde hace varios meses (sí, meses). Desde que leí el volumen cinco no pude dejar de pensar en esta idea y en cómo podría desarrollarla.

Como verán, aquí Issei, Kuroka y Shirone (Koneko) serán hermanos nekomatas. Antes de oír preguntas, sí, Issei será uno también y no, no tendrá la Boosted Gear, ya que creo con todo lo que domina un nekomata tengo bastante material para desarrollar.

Advierto desde ya que esto será KurokaxIsseixKoneko con tintes harem. Obviamente la mayor advertencia es que será incesto, así que no quiero ningún reclamo ni nada parecido. Si tienen algo en contra, los invito a marcharse.

Me ato a la ley estadounidense, que dice que "mientras el incesto sea consensuado, no es ilegal".

Sin más vueltas, les dejo el prólogo. Es cortito, pero en breve subiré el primer capítulo. También aprovecho para invitarlos a revisar mis demás historias (¿Esclavo de un Maou?/Ángel y Demonio/Highschool DxD: The Salvation), todas están comenzando pero me gustaría le den una ojeada.

Highschool DxD no me pertenece, es de Ichiei Ishibumi.

—Diálogos—

—[Dragones celestiales, seres superiores, etc]—

—(Pensamientos)—

—Espadas sacras, demoniacas, etc—

Hologramas, conversaciones por teléfono, etc—


Prólogo:

Crecimos como cualquier {Youkais nekomatas}. Kuroka, Shirone y yo. Nuestros padres murieron a muy corta edad, así que casi no teníamos recuerdos de ellos. En especial Shirone, que era la más pequeña de los tres al momento de perderlos.

Vivíamos, comíamos, dormíamos y nos cuidábamos solos. Viajábamos constantemente de un lado a otro, sin lugar donde vivir y nada más que nuestra propia compañía. Como el mayor de los tres, siempre intentaba que a mis dos hermanitas no les faltara nunca nada.

Si tenía que robar, lo hacía, si tenía que pelear por ellas también. Con esa razón, fui el primero en desarrollar las habilidades de nuestra especie con cierta decencia. {Senjutsu}, {genjutsu} y {yojutsu}. A mis tempranos quince años ya tenía habilidades que podrían llamar la atención de cualquier demonio. Y lo hicieron.

Marvel Tecl, era su nombre. Un engreído y fanfarrón demonio que lo único que buscaba era tener un sequito de siervos tremendamente poderosos con los que triunfar en algo que llamaba {Rating Games}. Supongo que le interesó que mi valor sean 5 {Peones}.

Al principio lo rechacé. No iba a abandonar a su suerte a mis hermanas por nada en el mundo y menos para unirme a ese tipo, pero consiguió convencerme con una simple propuesta: "Dejaré que tus hermanas vivan con nosotros, rodeadas de los mismos lujos que te ofrezco a ti".

No me importaban esas cosas, pero sabía que con nuestra condición no podía rechazar algo que se me daba en un moño. Comida y un lugar cómodo y caliente donde ellas pudieran dormir, era mucho más de lo que yo podía aspirar a conseguir si seguíamos deambulando por todos lados como hasta ese momento.

—Acepto. Si tú cumples con tu palabra, yo haré lo mismo con la mía.

Y desde que dije aquellas palabras, nuestra vida cambio a una considerablemente mejor. No nos faltaba nada, y nos teníamos a nosotros. Obviamente debía obedecer lo que Marvel me decía, pero fuera de eso no podía quejarme de nada.

Como prometió Marvel, Kuroka y Shirone vivían junto conmigo en su territorio. Ambas estaban realmente encantadas de nuestro cambio y así lo demostraban siempre, teniendo una sonrisa felina pintada en rostro.

Mi relación con ellas siempre fue la mejor. Shirone me veía como su modelo a seguir y casi como el padre que no recordaba (eso quería creer yo cuando decía que me amaba). Con Kuroka las cosas eran un poco más difíciles porque solía meterse en problemas gastándole bromas a mis compañeros, y solo se excusaba diciendo que ellos empezaban.

Y entre ellas siempre hubo una estrecha relación, mucho más de la que yo tenía con ambas. Pero eso cambió drásticamente luego de que Shirome cumpliera 14 años. Desde ese entonce, no podían estar cinco minutos sin pelearse por cualquier tontería.

Intentaba separarlas pero eso solo las enojaba más, ya que también discutían sobre a quién yo prestaba más atención. Creía que era algo absurdo, porque ambas eran lo más importante para mí y las quería por igual.

Quise calmarlas haciendo que durmiéramos juntos los tres como cuando éramos pequeños y vivíamos del día a día, pero no podía evitar dudar si era buena idea cuando al día siguiente despertaba y una de ellas estaba durmiendo en el piso.

La situación se ponía cada vez más tensa entre ellas y yo, hasta que finalmente todo se fue al caño cuando un día Marvel me llamó a la sala de reunión y con una diversión maligna me dijo:

—Issei. Kuroka y Shirome me han pedido que las convierta en mis siervas.

Y lo único que hice fue quedarme sin aire, atónito. Dios, mi vida acababa de ponerse patas arriba.

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Y termina el prólogo. Es una pequeñísima introducción, pero los capítulos serán más largos. Prometo que haré mi mejor esfuerzo para que les guste la historia, cualquier duda o consejo no duden en hacerla.

Cualquier queja o error que vean o noten, tengan en cuenta que hasta el momento recién estoy leyendo el volumen 15. Sepan entender si hay incongruencias con la historia.

Antes de dejarlo, aclararé las diferencias de edades: Issei es el mayor dos años más que Kuroka y seis que Shirone (Koneko). Por lo que actualmente tienen 20, 18 y 14 respectivamente.

¡Saludos!