Me disculparía por la demora pero sé que a nadie le importa, asé que iré directo a los reviews.

Erendir: el Kyoto Youkai, pese a sus posibilidades, será algo pasado por encime por necesidades del guion.

Coronadomontes: Precisamente ese es el plan de Azazel: que los humanos ganen algo al inicio y luego aplastarlos cuando se vuelvan confiados. No olvidemos que muchos seres poderosos no están en el campo de batalla (como los Maou, que están en labores políticas).

Soviet Omega: Seguramente a pollo, como todo lo no convencional.

APM 1984: ¿Qué dijimos de hablar de comida? Sobre lo demás, por supuesto. La voluntad de enfrentarse al crudo mundo bélico… ya veremos.

DxD no me pertenece.

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Capítulo 9
Dimensión nueva, Misma Casa
"No necesitamos ídolos entre los hombres, pues una persona puede morir. Necesitamos ideales e ideas, que por muchos que mueran seguirán en su lugar.
-Tnte. Coronel Hooks, tras el cruce al mundo Youkai."

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Zona de Entrada 3
Invasion Force Charlie (Regimiento "Japón", Batallón Nº 4 de Fuerzas Especiales)
Kyoto Youkai

Tensos, impacientes, ansiosos e inseguros, los miembros del Regimiento humano-sobrenatural "Japón" cruzaron el portal en silencio. Sus miembros más veteranos, todos miembros de la JSDF encuadrados en la primera compañía de su primer batallón, vigilaron sus alrededores antes de indicar que era seguro el paso del resto de las tropas. Primero parte de las fuerzas especiales, luego el resto del primer batallón, pronto les siguió el siguiente grupo mientras el primero aseguraba el perímetro y las fuerzas especiales se infiltraban en el terreno y reconocían el lugar, comparando mapas y asegurando puntos clave. Otro grupo de soldados empezaba a entrar en ese momento, siempre con los ruidos de la batalla llegando desde la zona de cruce del primer portal. El tercer batallón y los mandos del regimiento acababan de cruzar cuando la batalla a lo lejos se intensificó, para luego degenerar en lo que se podía presumir era una persecución sin orden ni concierto. Nadie sabía cómo le estaba yendo al SUFOG, pero nadie quería ser el valiente que se aventurara por territorio desconocido para averiguarlo.

El general Kuroishi entró de los últimos al lugar, con un equipo de cámaras esperándolo para grabar su entrada en el territorio (convenientemente, ningún equipo televisivo japonés se encontraba en los otros dos grupos, en los cuales se encontraban los soldados norteamericanos). Tras dedicar una palabras a la prensa, el general se dirigió a la tienda de mando desde donde dirigiría el avance de sus tropas. Sin embargo, nada podía ser tan fácil.

- ¿Aun no hay contacto con la zona del primer portal? – preguntó, incrédulo, al soldado que lo recibió.

- Negativo. La lucha parece continuar, pero no sabemos nada más por ahor…

El subalterno se vio interrumpido por la estática de una pantalla, que luego pasó a mostrar una imagen algo distorsionada pero estable del general Maxwell. Kuroishi suspiró de alivio internamente.

- General Maxwell. Pensamos lo peor.

- Nosotros también. Nos estaban esperando y nos emboscaron. Por poco no la contamos.

- ¿Tan grave fue?

- Casi nos debimos retirar. Por suerte, nuestras tropas lograron reagruparse y contraatacar a los Youkai, pero tendremos que permanecer a la defensiva por un periodo breve de tiempo. Cuando menos las bajas del enemigo son cuantiosas, no lograran oponer una resistencia fuerte en las otras zonas.

- Entiendo. Montaré expediciones de avance apenas estén listos los hombres.

- Me comunicaré cuando mi tropa este lista y tenga un conteo de bajas. – con esas palabras, Maxwell se desconectó. Kuroishi ordenó enlazar con la segunda zona de invasión en lo que le indicaba a su ayudante que preparara un grupo de soldados listos para internarse de inmediato en la zona enemiga. En cosa de una hora, en una tienda de campaña, los oficiales del tercer batallón del regimiento "Japón" y de una compañía de fuerzas especiales recibían instrucciones de lo que debían hacer.

- En resumen, – concluía el ayudante de Kuroishi – Deben extender nuestras líneas y abarcar la mayor cantidad de terreno posible. Tenemos entendido que gran parte de enemigos se hallan al otro lado de la ciudad y están muy dañados, por lo que debería ser fácil. Aun así tengan cuidado, pues podría haber guardias o vigilantes. – Señaló el mapa extendido sobre la mesa – Basándonos en la información que tenemos hemos diseñado dos rutas mayores, tres rutas menores y una red de puntas clave a mantener. Las rutas serán para el tercer batallón y los puntos clave para las fuerzas especiales. Tienen libertad para elegir como distribuirse. Eso es todo.

Issei poco entendió lo que pasaba a su alrededor, pero entendió que debían avanzar en el territorio enemigo y eso lo ayudaba. Confiaba en que Le Fay, quien se encontraba al lado suyo como su ayudante, hubiera entendido mejor que él las palabras de su superior del ejército japonés. Era debido a eso que agradeció internamente de sobremanera la llamada del oficial superior de Kiyome a sus subalternos para explicarles mejor todo y distribuir las rutas de avance.

- Tenemos que cubrir estas cinco rutas – indicó, se forma mucho más clara y precisa que el ayudante – Quiero una compañía en cada una de las principales. La compañía de Kiyome se dividirá para cubrir las tres rutas más pequeñas. ¿Todo claro?

- ¡Si! – fue la respuesta unánime. El oficial los despidió con un gesto y el grupo se desintegró, yendo cada uno con sus respectivos soldados.

La Batalla de Kyoto de ellos iba a comenzar.

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- Bola de Grasa, tu vas primero, en el frente. Que los otros dos escuadrones vayan por las calles vecinas. Yo iré justo detrás con el equipo de mando. Cuidado por donde van y mantengan los ojos abiertos.

Ante las instrucciones dadas por Issei, los sargentos de su pelotón se dispersaron y salieron con sus miembros en las direcciones indicadas. Issei suspiró y se masajeó los hombros, mostrando un semblante complejo en su rostro.

- Se nota que no acostumbras a dar órdenes – comentó Le Fay al lado suyo. Issei giró los ojos antes de responder.

- No pensé que terminaría en esta posición por contestarle a la instructora… bueno, es hora de movernos. Itou-san – llamó al observador de radio – toma al hombre de radio, al médico y a un escolta y ve delante de nosotros. Iremos justo detrás de ustedes.

- Entendido.

XXXXXXXXXX

En un restorán del Kyoto Youkai se encontraban comiendo dos personas. Era un par raro, pero nada fuera de lo común para el mundo sobrenatural. El primer integrante del par era un adulto joven que parecía estar al inicio de sus veinte, vestido con un chaleco largo y pantalones y botas de combate, con el cabello negro. Su acompañante, por el contrario, era una chica algo más joven que él, que aparentaba estar en su adolescencia, bastante más baja, con el cabello rubio y ropas civiles comunes. Si fuera el mundo humano seguramente el pelinegro estaría recibiendo miradas acusatorias de abusar de una menor, pero en dicha situación ambos estaban en un local no muy lejos de una zona de guerra, por lo que ninguno de los clientes les prestó mucha atención. El ambiente era tranquilo, salvo por el traqueteo de la fusilería humana a lo lejos.

O eso pensaban.

La atmósfera apacible fue rota de súbito cuando un Yokai lobo irrumpió en el lugar, mostrando evidentes signos de cansancio, y avisando con voz ronca:

- ¡Los humanos ya vienen! ¡Son cientos de ellos!

- ¿Lograron vencer a los nuestros?

- ¡Entraron por otra parte! ¡Todo el ejército está combatiendo al otro lado de la ciudad! ¡No hay guardias disponibles para combatirlos!

El pánico se apoderó del lugar. En cuestión de pocos minutos el local estaba casi vacío, quedando solo los trabajadores quienes buscaron poner a resguardo todo lo posible antes de huir de igual forma. Encogiéndose de hombros, el extraño par que estaba comiendo terminó tranquilamente su comida para luego salir de allí, dejando algo de dinero en la mesa como pago.

- ¿Lograron llegar hasta aquí? Parece que invadieron por más de un punto después de todo… - Comentó el hombre del par, caminando como si nada en las ahora desiertas calles. Su acompañante se inclinó de hombros mientras revisaba sus alrededores en busca de alguna señal de civilización. Su búsqueda dio resultado cuando logró ver a un grupo de guardias ir corriendo por la calle vecina en dirección a donde supuestamente estaban los humanos.

- Vayamos a ver como va el [Emperador Rojo]…

XXXXXXXXXX

- ¡Teniente! ¡Logramos contenerlos pero necesitaremos apoyo!

- ¡Enviaré ayuda cuanto antes, resistan!

- ¡Entendido!

- Aquí segundo pelotón. Iremos a ayudar al primero. Cambio.

- Este es el tercer pelotón. Bloquearemos la calle lateral para evitar que los flanqueen, cambio.

- Entendido. Itou-san, dirígete hacia el primer pelotón y apóyalos. Pregunta a la base si ya tienen lista la artillería.

- Entendido señor.

- Cambio y fuera.

Cortando el contacto por radio, Issei se estiró un poco en lo que él y su grupo seguían avanzando en dirección a los disparos. Varios minutos habían pasado desde que se dividiera su pelotón y por fin habían encontrado la dichosa resistencia Youkai que, aunque en pequeños números, su agilidad y experiencia les daban una ventaja sobre los humanos. Para Issei no era algo agradable pensar que sus amigos estaban entre los miembros del primer pelotón, pero se consoló pensando en que todos ellos eran capaces a su manera y podrían arreglárselas de una forma u otra hasta que pudieran salir de allí.

Pasaron otra calle, acercándose cada vez más, cuando el lugar quedó en silencio. No solo los disparos cesaron, sino que todo ruido ambiental paró también. Era como si todo a su alrededor hubiera decidido guardar silencio en ese preciso momento. Presintiendo algo malo, los cuatro militares del regimiento especial decidieron acercarse entre sí, cubriéndose las espaldas mientras revisaban sus alrededores.

- ¿Ven algo? – preguntó Issei, siempre expectante de las casas en sus alrededores.

- Negativo – dijo uno de los escoltas, igualmente expectante.

- Nada – respondió el otro.

- ¿Fay…?

Le Fay seguía observando con ojos atentos, como esperando algo. Los cerró por unos segundos, pareciendo concentrarse, para luego…

- ¡! ¡Arriba!

…dar un grito y lanzar un hechizo de viento que sacó a los cuatro del lugar, justo antes de que un ataque impactara contra el suelo y dejara un pequeño cráter. Levantándose entremedio del polvo había un Youkai con rasgos lobeznos, al cual pronto se le unieron otros dos. Todos miraban agresivamente al grupo de humanos.

- Fay, encárgate del de la derecha. Ustedes dos encárguense del de la izquierda. El del centro es mío – ordenó el castaño teniente. Indecisión rondaba sus pensamientos, al ser su primera vez en un campo de batalla en el que el oponente buscaba matarlo expresamente a él (a diferencia de Vali, que solo buscaba darle una paliza) y a sus compañeros, pero no dejó que dicha emoción se infiltrara en su voz, la cual logró, contra todo pronóstico, salir firme y decidida.

- Entendido – Le Fay se alejó tensamente hacia la derecha, siguiéndola uno de los Youkai. Los dos escoltas asintieron y se dirigieron a la izquierda, llevándose con ellos al que estaba frente a ellos. Issei clavó su mirada en el que quedaba, que parecía ser el más fuerte y el líder del grupo, para luego sacar su pistola e invocar su [Sacred Gear].

[Boost]

"Bueno, aquí voy" pensó, antes de lanzarse contra su oponente.

XXXXX

Falló otro disparo sobre su oponente, quien se lanzó al suelo para evitarlo. No perdiendo mucho tiempo, lanzó un puñetazo con la [Boosted Gear] hacia el ser mitológico, quien recibió el golpe y contraatacó con una patada que Issei logró bloquear de pura suerte. Intentó volver a la ofensiva, pero un certero golpe en su costado lo hizo rodar por el suelo algunos metros, desde donde logró ver que el Youkai había saltado en el aire, dispuesto a repetir su primer ataque. Bloqueando con la [Boosted Gear], el impacto lo hizo escupir sangre y dejar un pequeño cráter en el suelo, cosa que lo hizo lanzar un pequeño grito. Recomponiéndose, logró acertarle un disparo al Youkai con su pistola, haciendo que este saltara de vuelta y dejando al castaño volver a ponerse de pie a tiempo para esquivar y bloquear otra oleada de golpes rápidos. Buscando crear espacio entre ellos, Issei cargó un Dragon Shot que disparó cuando su enemigo acortaba la distancia entre ambos, provocando que este último se alejara a una distancia prudente del cráter que quedó entre ambos.

[Boost]

- ¿Esto es todo lo que tienes, perrito? -preguntó el castaño burlonamente, en lo que usaba su manga para limpiarse un poco de sangre de su labio y quitarse algo del sudor y polvo que bloqueaban su vista. Su oponente gruñó peligrosamente, pero se mantuvo esperando un desliz del japonés. Este se presentó en forma de una mirada del teniente hacia Le Fay, al haber una explosión en su área, lo que le dio suficiente tiempo al ser sobrenatural para lanzarse sobre Issei y derribarlo de un golpe, su arma de fuego saliendo despedida por el impulso.

- ¡Gah…!

Siguiendo su asalto, el youkai le cruzó el pecho a lo ancho con un golpe de su brazo, provocando que el castaño girara en el aire, para luego rematarlo con un codazo de la misma articulación. Cuando Issei apenas se recuperaba del golpe, el atacante saltó en el aire para acabar con al vida del invasor de su tierra natal.

- Ugh… - Issei logró ver justo a tiempo al youkai ir hacia él, colocando la [Boosted Gear] enfrente suyo.

[Boost]

Recibiendo el impacto de lleno, la [Sacred Gear] evitó que su cuerpo fuera aplastado por la masa de pelos y carne que cayó sobre su maltrecho cuerpo. No contento con el dolor que le ocasionaba al humano, el youkai abrió sus fauces y hundió sus dientes en la carne del hombro izquierdo del castaño.

- ¡Aaahhh…!

Moviendo la cabeza por el dolor, Issei logró visualizar su pistola a un costado suyo. Extendiendo dolorosamente su brazo derecho en lo que luchaba por mantener a raya el empuje de su oponente con el izquierdo, consiguió tomar su arma, apoyarla en el torso de su enemigo, y jalar numerosas veces el gatillo hasta que sintió que y no quedaban balas. El youkai, recibiendo los impactos directos, saltó lejos de allí y se quedó a cierta distancia, lamiendo sus heridas y observando al castaño que apenas lograba ponerse de pie.

[Boost]

"Esto no se ve bien…" dirigiendo su mirada brevemente a sus costados, Issei vio que los dos escoltas luchaban difícilmente contra su oponente. Este saltaba de uno a otro, provocando que cambiaran constantemente entre defenderse y disparar sus armas. Al otro lado, Le Fay luchaba mano a mano contra el youkai, quien no parecía ser muy poderoso pero si veloz. Volviendo a concentrarse en su oponente, Issei buscó una nueva manera de enfrentarlo sin terminar como hace unos segundos.

[Compañero. Tengo una idea para que acabes rápido con este perro. Si sigues alargando la lucha terminarás por matarte más rápido de lo recomendable]

"Escuchémosla entonces, Ddraig."

- ¡Grrr! – gruñó el lobo humanoide, preparándose para la nueva ofensiva del castaño. Este, por su parte, usó la nueva energía obtenida con su [Sacred Gear] para cargar contra él, puño listo para golpearlo.

Su primer ataque falló, pero logró darle una patada en el estómago que lo hizo perder su compostura el suficiente tiempo como para darle un certero golpe con su [Sacred Gear]. Aprovechando el momento, cargó otro Dragon Shot que amenazó con disparar, provocando que el Youkai buscara nuevamente crear espacio entre ambos, saltando lejos de Issei.

Esto era lo que buscaba el castaño. Viendo cual era el lugar donde caería, esperó a que estuviera cercano al suelo para lanzar su ataque de energía dragónica, el cual se acercó rápidamente a su oponente. Este abrió los ojos al ver que había caído en la treta, intentando esquivar el ataque pero apenas logrando salvarse. Para su mala suerte, sin embargo, pudo comprobar con horror y dolor como su brazo y pierna izquierdos eran eliminados de su cuerpo, provocando que cayera el suelo con un gemido lastimoso.

Issei respiró fuertemente, buscando recuperar el aliento, cuando escuchó un grito legar desde su izquierda. Girando la vista, observó al Youkai en aquel lugar realizar un corte a lo largo del estómago de uno de los escoltas, procediendo entonces a agarrarlo del brazo y lanzarlo contra Issei. Este apenas tuvo tiempo de prepararse antes de recibir al soldado y caer ambos al suelo un par de metros más allá, justo para que Issei viera como el Youkai atravesaba el pecho del otro escolta.

- ¡NO!

El soldado soltó su arma, cayendo de rodillas, para luego, débilmente, jalar la anilla de la granada que llevaba al pecho. El youkai, que apenas había notado la acción ante el alivio de haber eliminado la amenaza, falló en quitarse a tiempo del lugar, resultando con heridas y quemaduras leves en su costado derecho al ocurrir la explosión. Gruñendo, giró su vista hacia Issei, quien había dejado al escolta herido tendido en el suelo y se encontraba ante él protectoramente.

El tercer youkai del grupo cayó arrastrándose unos metros entre ambos, apareciendo Le Fay junto a Issei. Apenas mostraba un par de arañazos en su uniforme, pero se le notaba cansada. Por su parte, el youkai con el que peleaba evidenciaba varias heridas menores, pero se veía bastante capaz de continuar.

- Esto… se ve mal… - comentó el castaño, viendo su situación. El aparente líder del grupo, aquel al que le faltaban ahora un brazo y una pierna, se había levantado con ayuda de un palo que encontró en el lugar y se colocó entre sus dos acompañantes. Issei y Le Fay se prepararon para luchar por su supervivencia, pero…

¡SLASH!

… un corte apareció en el ahora inválido youkai, atravesándolo de pies a cabeza y cortándolo efectivamente a la mitad. Ambos youkai restantes miraron con horror el acontecimiento, girándose para encontrar al usuario de la guadaña que había realizado la faena. Aquella persona era una joven rubia que aparentaba estar en su adolescencia, quien sostenía una guadaña bastante extraña para ambas partes: la base parecía ser de un material resistente, que ninguno supo identificar, mientras que lo que sería la hoja del arma estaba hecha de lo que parecía ser un polvo negro que vibraba constantemente. Si quedaba alguna duda de que tan poderoso era el instrumento, unas cuentas hojas de árboles caían por el lugar en el momento. Una de ellas cayó encima de la extraña hoja del arma…

…y se cortó sin resistencia alguna.

Ambos youkai tragaron saliva, Issei lo tomó como su oportunidad para lanzar otro Dragon Shot sobre sus enemigos, el cual ambos lograron esquivar pero significó que se distrajeron de la recién llegada. Esta giró su arma ágilmente para luego proceder a rebanar a uno de los youkai en el aire, cortándolo en dos, para luego golpear con la empuñadura al otro, quitándole el aire de los pulmones y dejándolo caer al suelo donde terminó por atravesarle el pecho con la punta de su arma. Acabado su trabajo, apoyó su arma sobre su hombro y observó al castaño curiosamente, sin decir palabra alguna.

- …

- Eh… ¿hola?

- Tan sociable como siempre, por lo que veo.

Quien habló era el pelinegro que andaba con la rubia anteriormente. Issei lo reconoció como aquel que había aparecido una vez en el barco de Mikel y desapareció lanzándose por la borda, aunque ahora tenía el cabello negro.

- Tu eras… Jack, ¿no es así?

- Bingo. Veo que me recuerdas, [Emperador Rojo]. Debo decir, no esperaba encontrarte en estas circunstancias – comentó casualmente el pelinegro. – Esta de aquí es Pía, por si te interesa. Este trabajo es típico de ella. Rápido, limpio y simple.

- Increíble – comentó Le Fay, observando la aun vibrante guadaña – Está usando magnetismo para tomar las partículas de arena metálica del suelo, juntarlas de esa forma específica y hacerlas vibrar, haciendo que sean eficaces para cortar lo que sea.

- Perdona, ¿las qué para que cosa? – preguntó Issei, entendiendo menos de la mitad de lo dicho por su compañera.

- Básicamente, toma el metal que hay en el suelo con electricidad y lo usa para formar la hoja de su guadaña. Por cierto, mi nombre real es Joaquín, pero puedes decirme como gustes – comentó el pelinegro. – Ahora, ¿en qué estábamos…? Ah sí. Pía, ¿serías tan amable de arreglarle el estómago a ese hombre? Dudo que quieran ver como se le salen las tripas.

La rubia asintió y se acercó al escolta herido, iniciando un hechizo de sanación. Mientras, Jack recogía los restos mortales de los youkai y los guardaba en lo que Issei tomó como una dimensión de bolsillo. Pía terminó pronto de curar al soldado herido, sanando de paso las heridas de Issei y Le Fay.

- Probablemente nos veamos pronto, [Sekiryuutei]. Deberías tener cuidado con que no te vuelen la cabeza, a mi jefa le interesa ver tú crecimiento y el del [Blanco]. Nos vemos. – Se despidió el pelinegro, retirándose por una de las calles laterales junto con Pía – Ah, puede que desees ir con tus soldados. Debería haber terminado la lucha allí también.

Con esas palabras, el par desapareció. Issei y Le Fay parpadearon un par de veces, procesando la desaparición de ambos, antes de cargar al inconsciente escolta y dirigirse hacia donde estaba el resto del pelotón. Con el fin del combate la dimensión que los mantenía aislados se deshizo, permitiendo que el contacto por radio volviera, y con él, la llegada de mensajes, esta vez alentadores.

- Señor, logramos rechazar a los Youkai que nos atacaban. Lo esperamos aquí – fue lo que dijo Itou por la radio cuando Issei confirmó que estaba bien. El oficial y su ayudante se dirigieron al lugar indicado sin mayor demora, sin despreocuparse nunca de vigilar sus alrededores para evitar una sorpresa como la anterior.

XXXXXXXXXX

Región de los Balcanes, en alguna parte de Hungría…

Contrario a lo pensado por muchos sobrenaturales y gobiernos, no todos los no-humanos habían abandonado ese mundo en el que llevaban años, si es que no décadas viviendo. Un claro ejemplo de eso era una colonia de demonios de clase baja y media en los Balcanes, en el campo. La mayoría de ellos eran sirvientes que lograron ganarse su libertad, habiendo regresado al inframundo los pocos que aun pertenecían a noblezas o casas demoniacas. La existencia era tranquila, y la coexistencia con los humanos, pacífica. Nadie, excepto personas de mucha confianza, sabía la verdadera naturaleza del grupo, y todos habían guardado el secreto fielmente. Incluso algunos habían formado familias con humanos, cosa que siempre provocaba risas cuando se traía a la mesa en las tertulias nocturnas de la comunidad. Las guerras humanas tampoco habían alcanzado dicha zona del globo en bastantes décadas, provocando que la flora y fauna locales sobrevivieran en un buen estado de conservación.

La vida parecía apacible, y nada indicaba lo contrario como para pensar algo de ocasional visitante que aparecía preguntando por indicaciones o que pasaba a comprar suministros para seguir su viaje, usualmente al oeste, camino de las grandes ciudades, o del este, hacia el campo u otros países. Y por supuesto, poco había que dudar cuando uno de los demonios de clase media hizo notar una temprana tarde que venía otro conjunto de vehículos humanos, que parecía estar volviendo de una excursión a las montañas del este cerca de la frontera. Saliendo algunos de los habitantes para saludarlos o verlos pasar, unos pocos se pusieron cerca del camino para intentar venderles mercaderías locales, como lo eran los cultivos o la fiambrería.

Eso hizo todo aun más sorprendente cuando la caravana de transportes grandes se detuvo en el centro del pueblo y de estos descendieron soldados, quienes sin perder apuro apuntaron sus armas contra la población. Apenas les tomó unos segundos a los más agudos procesar que estaba pasando, pero ya era muy tarde.

- ¡Ejercito Imperial! ¡Todos quietos y con las manos donde pueda verlas! – Gritó un oficial dentro de los recién llegados.

Uno de los "ancianos" de la aldea (pues solo había envejecido su apariencia para evitar levantar sospechas y presentarse como un anciano del pueblo) intentó acercarse a los soldados para preguntar que estaba pasando, pero solo recorrió la mitad de su camino cuando fue encañonado por un par de militares.

- ¡Quietos dije! ¡Todos en grupos de 5, YA! ¡Quien no obedezca no tendrá una segunda oportunidad! – Gritó nuevamente el aparente comandante del grupo. Más vehículos con soldados aparecieron en las salidas del pueblo, descendiendo de ellos más uniformados que terminaron por completar el cerco. En ambas salidas principales y en la plaza central se desplegó una lámina metálica cuadrada, la cual tenía dibujado algo que muchos reconocieron: un círculo mágico. Un soldado de cada grupo, vistiendo un uniforme ligeramente diferente al resto, se fue acercando a dichos círculos y activándolos, iniciando la conexión con otro lugar y permitiendo la aparición de más magos en la escena. Si los demonios del lugar, casi ninguno de los cuales tenía experiencia bélica, pensaba que tenían una posibilidad, esta se estrelló contra un muro de concreto sólido mientras veían aparecer cada vez más magos por dichos círculos de transporte.

Los soldados ordenaron, sin miramientos ni contemplaciones, a todos los grupos en filas, para luego pasar por ellos con una especie de escáner con el que revisaban rápidamente a cada miembro de estos. Varios de los integrantes de dichos grupos fueron separados de estos y colocados en un gran grupo aparte. Aunque al inicio no fue claro, pronto se hicieron una idea de lo que estaba pasando: todos los apartados eran demonios.

En uno de los grupos, el escáner pasó por una pequeña niña de no más de diez años. Su padre había sido ya enviado al grupo mayor, pero el soldado tuvo una mirada confundida en su rostro.

- ¡Señor!

- ¿Qué sucede? No perdamos tiempo.

- Mire esto.

El superior del soldado se acercó y revisó el escáner, enviando miradas ocasionales a la niña en cuestión. Su mirada se desvió hacia el demonio que habían sacado del grupo, luego hacia la madre de la niña, y por último de nuevo a ella. Una mirada de comprensión apareció en su confundido rostro.

- Una híbrido…

- ¿Señor?

- Esta niña es una híbrido. Hija de un caído y una humana.

- ¿Qué hacemos con ella, señor?

- Déjame ver… tú – dijo, señalando a la madre de la niña - ¿Ella ha despertado o usado sus poderes?

- N-no… aun no le hemos dicho…

- Bien, los científicos van a amar esto… - se giró sobre sus talones y llamó a un grupo de soldados – Lleven a la niña al camión. Encierren también a todos los híbridos que encuentren los otros grupos.

- Señor, sí señor.

Tomándola de sus brazos, la niña fue arrastrada hacia uno de los camiones en lo que otros soldados restringían a la madre de esta, arrojándola sobre el grupo de demonios. Pronto otros niños sufrían el mismo destino, algunos de ellos siendo adolescentes y otros siendo adultos jóvenes y algunos siendo apenas bebés. Las escenas se repetían incansablemente: algunos se quedaban donde estaban, otros hacia los camiones, otros hacia el grupo grande. Cuando hubieran terminado de revisar a todos los miembros del pueblo, el comandante ordenó a todos los que no habían sido colocados en el grupo mayor que volvieran a sus casas y cerrarán sus puertas y ventanas. Aunque varios protestaron, la amenaza latente de las armas y las súplicas de los demonios en el grupo lograron que cedieran y desaparecieran de la escena. Expectantes, los demonios observaron temerosos como un número considerable de magos y soldados se colocó en frente de ellos.

- ¡Atención! – Los soldados y magos se alinearon, una primera fila hincada, una segunda parada. - ¡Apunten…! – Los fusiles fueron levantados y apuntados contra la masa sobrenatural, quien ya veía claramente el destino que les aguardaba.

- ¡FUEGO!

¡RATATATATATATATATATATATATATATATATATA!

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El silencio se hizo en el pueblo. A un gesto del comandante, parte de los vehículos salió del lugar escoltando los camiones que cargaban a los híbridos. El resto de los soldados y magos se acercó a su comandante, quien revisó el lugar con la mirada y luego hizo otro gesto. No se necesitaron más palabras. A los pocos minutos, los magos desaparecían con sus círculos mágicos y los militares se retiraban por el camino, dejando atrás un pueblo en llamas con sus gritos adoloridos asfixiándose a medida que sus últimos habitantes fallecían producto del fuego y la falta de oxígeno.

Lo peor de todo, es que no era ni la primera ni la última vez que ocurría algo así en la purga contra los seres sobrenaturales.

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¡Damn! Ese final no estaba planeado… en realidad, lo improvisé sobre la marcha, ya que me olvidé como cerraba el capítulo (muchos meses en Stand by, que puedo decir). Espero les haya gustado y nos leemos pronto (espero). También empezaré a editar capítulos anteriores, para arreglar errores y corregir algunas líneas.

RedSS.