— COMO ENTRENAR A TU VIKINGO —

Prólogo


Toothless —él susurró con dificultad, exhalando algo del humo que tapaba sus pulmones, antes de que sus ojos se cerrasen.

Y fue en ese momento que me di cuenta de que Hiccup era mucho más que una mascota para mi. Y por tal motivo no le iba a permitir morir. No ahora que estaba dispuesto a perdonarle. No ahora que ya no podía vivir sin él a mi lado.