ADVERTENCIA

Este capítulo contiene (+18) así como temas relacionados a la violencia física como psicológica, abuso sexual/violación, y lenguaje poco apropiado. Siendo que se ha advertido de antemano, favor de continuar si no existe inconveniente.


Tsk. — Dazai chasqueo los dientes.

Este sentimiento de no tener el control sobre las cosas le estaba matando.

Siempre había sido un hombre que tenía una habilidad extraordinaria para manipular a otros, así como manipular como seguiría el flujo de las cosas en las que estaba involucrado.

Pero... ¿porque nada le salía como lo planeaba últimamente?

Definitivamente tenía que ver con el peligris, y su incapaz de pensar con calma cuando se trataba de el.

Apretó fuertemente sus puños, como signo de frustración mientras escondía su mirada bajo su flequillo.

Estaba nuevamente en la agencia.

Horas antes había intentado ir a rescatar al peligris, pues había conseguido información sobre su paradero gracias a Akutagawa.

Pero cuando llego al lugar en donde la misión se llevaría a cabo, no encontró ni rastro del joven tigre, solo a las dos mujeres que le acompañaban, Higuchi y Gin, quienes se encontraban inconscientes y con algunas heridas de alta gravedad.

Probablemente no despertarían en días, lo cual le ponía de malas pues tampoco podría sacar información de ellas…

Y esta vez ya no podría conseguir información de Akutagawa, pues no sabría dónde encontrar al peligris…


- Algunas horas antes -


¿A qué se debe este placer, Akutagawa? — pregunto el castaño, mientras no soltaba su sonrisa de medio lado.

Akutagawa al verla, no pudo evitar sentir cierto enfado. Su ex-mentor siempre había hecho esto, siempre le había mirado de esa manera, con una mirada de superioridad que le daba a entender que jamás llegaría ni a sus talones.

Pues no esta vez.

Vengo a ofrecer un trato. — comento el pelinegro, tratando de no perder su calma debido a los comentarios y semblantes del ex-mafioso. —Te daré la información de donde se encuentra el estúpido tigre, si peleas conmigo y reconoces mi fuerza. —comento mientras miraba con sumo detalle cada gesto o reacción del castaño.

Dazai solo le miro en silencio. Lo cual causo cierta ansiedad en Akutagawa.

No lograba entender como nunca era capaz de leer los pensamientos del castaño.

Si me estas pidiendo eso, has de haber mejorado demasiado ¿no?. —dijo Dazai en burla, lo que causo que el pelinegro se abalanzara contra el con su rashomon para atacarle de puro enojo.

Dazai siempre había creído que esta era la mayor debilidad del pelinegro: Su impulsividad.

Y efectivamente, con la agilidad que tenía el castaño, esquivo con destreza el ataque, y con una rapidez que dejo sorprendido al pelinegro, se posiciono detrás de el, y le tomo del cuello, anulando así todos sus poderes.

Vaya, eso fue algo rápido… ¿Te parece si vamos al grano?

Akutagawa no respondió, a lo que Dazai solo continuo con su interrogatorio.

Entonces dime… ¿donde esta Atsushi? ...

Ahora que no tenía información sobre el paradero de Atsushi, tuvo que regresar y pedir una vez más la ayuda del pequeño detective de la agencia.

Chasqueo de nuevo los dientes.

Odiaba tener que depender de la habilidad de otro para rescatar al peligris, pero decidió que eso era lo que menos importaba en esos momentos. Lo más importante sin duda, era encontrar al pequeño tigre.

Una vez mas…

Una vez más había dejado a ese hombre, Noga, salirse con la suya y llevarse a Atsushi.


Cuando Atsushi despierta, lo único que puede ver es una puerta frente a él, sin ventanas ni algún tipo de salida del lugar.

Por más que lo intento, no pudo frenar su pánico al recordar que es lo había ocurrido y como había terminado en ese lugar.

La misión, el Genov Group, la trampa y Noga…

Intento ponerse de pie, pero no solo sentía todo su cuerpo adormilado, si no que noto que estaba atado con las manos sobre su cabeza, en la cabecera de la cama en la que se encontraba recostado.

Una vez más quiso moverse, pero fue en vano al ver que aun si pudiera moverse con naturalidad, el estar atado impediría poder levantarse y salir de ahí.

Sin querer comenzó a temblar bruscamente, pues nada de esto indicaba algo bueno para el. Y por si fuera poco el estar en esas condiciones, ya no sentía sus poderes, justo como cuando le hicieron ingerir la droga anti-habilidad por primera vez.

Es cuando recordó que perdió el conocimiento en la misión justo cuando le inyectaron algo en el cuello.

Estaba completamente indefenso y en manos de Noga Ryokiji.

Sus temblores se intensificaron cuando el manojo de la puerta giro lentamente, y esta comenzó a abrirse dejando ver una sonrisa torcida en cuanto se abrió completamente.

–Me alegra ver que ya hayas despertado, mi querido Atsushi-kun…–dijo el hombre sin dejar su sonrisa. Un escalofrió corrió en la espalda del peligris al escuchar como el peliazul pronuncio su nombre.

Atsushi comenzó a removerse desesperadamente en cuanto noto que el hombre comenzó a acercarse a el.

–Shh, tranquilo, no debes temer; Si te portas bien, todo saldrá bien. – dijo el hombre una vez estuvo frente al peligris. Se sentó lentamente en la cama con el mas joven y comenzó a acariciar su pelo como intentando calmar al joven tigre.

Pero por mas palabras de tranquilidad que soltara, Atsushi no parecía calmarse para nada, y sus ojos comenzaron a lagrimear un poco.

Noga se sentía algo molesto por esto.

Aun si no lo parecía, el estaba siendo sincero, trataría a Atsushi lo mejor posible mientras el cooperara. Sin duda el quería que esta experiencia fuera la mejor para ambos, ya que Noga estaba dispuesto a tener al peligris para el, y para el solamente.

Completamente suyo.

Pero si Atsushi no cooperaba, no tendría más opción que ser duro con el, porque no permitiría que dejara su lado por ningún motivo.

Después de acariciar su pelo un rato, Atsushi pareció calmarse un poco, a lo que Noga soltó una sonrisa, pues quizá sus esfuerzos por hacerlo sentir tranquilo habían funcionado, pero esa felicidad se apagó enseguida, siendo reemplazada por enojo en cuanto escucho las palabras del mas pequeño…

–P-Por favor… d-déjame ir… –dijo el peligris entre sollozos.

–¿Dejarte ir?... ¿DEJARTE IR? –en cuanto el peliazul soltó la última frase en un grito de enojo, Atsushi sintió como le giraban, quedando asi boca abajo en la cama, abrió los ojos enormemente cuando sintió que le bajaban los pantalones con brusquedad y levantaban sus caderas, dejando asi su trasero totalmente expuesto a la mirada del peliazul.

–¿Cómo dejarte ir… si eres tan hermoso Atsushi-kun? – dijo Noga mientras veía con apreciación el cuerpo del mas pequeño, no podía creer lo atraído que se sentía por el peligris, cada fibra de su cuerpo le gritaba que le tocara.

Y el haría exactamente eso.

Atsushi comenzó a retorcerse nuevamente en un intento por deshacerse del agarre del peliazul sobre sus caderas, pero dio un saltito y soltó un gemido al sentir una lengua invadiendo su pequeña entrada...

–Nn-no, A-ah! –soltó el peligris al sentir esa lengua explorarle por completo, Atsushi comenzó a retorcerse, pero esta vez por que comenzaba a sentir los estímulos que el peliazul le proveía.

Sin querer su miembro comenzó a crecer lentamente con cada lamida.

–Hmm, si Atsushi-kun, suelta esos hermosos sonidos para mi…–decía Noga mientras trataba de no descuidar sus atenciones en el trasero del más pequeño. Al notar que el miembro de Atsushi estaba creciendo, también se encargó de darle especial atención.

–A-ah, ah… – Atsushi apretaba fuertemente sus puños sobre su cabeza al sentir como tomaban también su miembro y hacían movimientos de arriba-abajo, luego esa lengua que seguía invadiendo su entrada… no creía haber sentido jamás tantas sensaciones al mismo tiempo.

Y se odiaba a si mismo por estar reaccionando a todo esto.

Sin embargo, a pesar de que su cuerpo respondía a las atenciones que le estaban dando, para nada se sentía cómodo con esto, el que otro hombre le tocara se sentía tan incorrecto, tan mal, tan repugnante…

Y sin querer su mente le llevo a Dazai-san… y como esto se había sentido tan diferente cuando él le había llegado a tocar.

Pero le sacaron de sus pensamientos al sentir un dedo insertarse en su entrada.

–N-no! Detent- ah! – Noga comenzó a mover su dedo en movimientos circulares en la entrada de Atsushi, el pequeño tigre no podía evitar sentir su excitación subir cuando el peliazul rosaba ese punto exacto que lo hacía ver estrellas.

–Mira cómo se mueve tu pequeño amiguito Atsushi-kun, parece que también está disfrutando bastante – comento Noga mientras admiraba nuevamente las reacciones del peligris, le encantaba la vista del trasero de Atsushi completamente al aire, mientras el insertaba un segundo dedo en su entrada.

Atsushi gimió nuevamente al sentir otro dedo, pero mordió sus labios intentando reprimirlos, ya no le daría el gusto a ese maldito.

–B-Basta, s-suéltam-me. – decía Atsushi aun intentando poner resistencia ante el hombre y comenzó a retorcerse con mucha mas fuerza para zafarse de los agarres del peliazul.

Esto solo logro que Noga se molestara nuevamente, a lo que jalo con fuerza el cabello del peligris, haciendo que soltara quejidos de dolor. Dejo sus atenciones sobre el trasero del joven tigre, y le giro nuevamente para que esta vez quedara boca arriba.

Atsushi de pronto sintió su boca siendo invadida por algo grande y caliente.

–Mmhpf! –

–Y no se te ocurra usar tus bonitos dientes, Atsushi-kun, si lo haces, te aseguro que esto será más doloroso de lo que imaginas –dijo Noga mientras metía y sacaba su miembro de la boca del peligris.

Atsushi comenzó a soltar lágrimas al sentir su boca invadida de esa manera, estaba tan avergonzado, era tan humillante.

Noga dejo su boca en paz, para después pasar de nuevo a la entrada del peligris, rozo su miembro sobre ella con cuidado, logrando que el joven tigre entrara en pánico y corrieran varios escalofríos en su espalda.

Poco después comenzó a temblar y a soltar lagrimitas por sus ojos.

–N-No, por favor… n-no… – dijo Atsushi mientras desviaba su mirada del peliazul para evitar esos ojos llenos de lujuria…

–Si no te relajas Atsushi-kun, esto te dolerá aun mas… – dijo Noga mientras se relamía sus labios, sin importarle que el mas pequeño estuviera aterrado y temblando tanto por la situación, rozo nuevamente su miembro sobre la entrada de Atsushi y justo cuando estuvo a punto de insertar la punta, se escucha en fuerte golpe en la puerta…