Hola a todos
Pues un día me puse a ver algunos capítulos con relación a la infancia de Naruto y de ahí nació la idea de este fic...
Espero que les guste...
Aclaraciones: los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. Yo no los uso con fines lucrativos porque no me pagan. Solo los uso para unir lo que debió estar junto.
Advertencias: SasuNaru/yaoi/suicidio/violencia
Si no te gusta, pulsa atrás y no leas. Ahórrate un disgusto y ahórramelo a mí.
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CAPITULO 1: LA MISION
Era una mañana como cualquier otra en la aldea de la hoja. Uno de esos hermosos días de intenso sol y cielo despejado y el equipo 7 se encontraba reunido en el puente como ya era su costumbre, esperando al irresponsable de su sensei que aún no daba señales de vida.
Sasuke, en ese momento, se encontraba recostado en uno de los pilares viendo como Naruto intentaba entablar una conversación con Sakura, quien pasaba de él olímpicamente. Su ceño se frunció. ¿Esa chica era estúpida o qué? Si Naruto le prestase tanta atención como se la prestaba a esa chica, él sería el hombre más dichoso del mundo, pero aquello no sería algo que admitiría en voz alta. Sabía que estaba mal, que ambos eran hombres y aquello estaba prohibido, también sabía que Naruto jamás correspondería a aquellos sentimientos que guardaba con recelo y cuidado dentro de su lastimado corazón. Pero que más podía hacer, lo amaba, lo amaba como jamás había amado a nadie, su sonrisa hacia que su vida se llenara de luz, su intensa mirada azulina hacia latir apresurado a su corazón. Ese pequeño niño era lo que le daba luz y color a su vida, por eso ocultaba lo que sentía por él, disfrazándolo de amistad-rivalidad, pues prefería tenerle de amigo a que perderle para siempre. Sacudió su cabeza, lo mejor era alejar aquellos pensamientos de su mente y volver al mundo real, aquel en el que no tenía a su rubia adoración. Con celos, continúo viendo como Naruto le pedía tener una cita a Sakura
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-Anda Sakura-chan… ten una cita conmigo?- pedía Naruto con carita suplicante
-¡no! Naruto-baka…- contesto molesta la peli rosa -… con el único que tendré una cita es con mi amado Sasuke-kun-
-vamos Sakura-chaaaan- pedía nuevamente Naruto
-¡dije que no!- seguido de esto le pego un puño en la cabeza al rubio, el cual le dejo un enorme chichón.
Con un puchero y los ojos llorosos Naruto se alejó de ella, dándose cuenta que Sasuke lo miraba con esa sonrisilla prepotente.
Sasuke realmente fingía, por dentro estaba furioso de que esa molestia golpeara a su chico, pero por otra agradecía que lo hubiera rechazado, porque así sabía que aún tenía oportunidad con él. Naruto, fingiendo ignorarlo se alejó de allí y se sentó en un árbol, pensando en por que Sasuke siempre se burlaba de él. Se quedó sumido en sus pensamientos, hasta que finalmente se quedó dormido.
Sasuke, cansado de encontrarse de pie, se acercó al sitio donde dormitaba su rubia adoración, siendo seguido por la peli rosa que insistía en que era perfecta para ser su novia y que tuviese una cita. Sasuke solo se sentó al lado de su Kitsune, soportando el interminable cotorreo de la ojijade. Tan aburrido estaba que estuvo a punto de quedarse dormido, de no ser por su sensei, que apareció envuelto en una nube de humo frente a ellos.
-¡hola!...- saludo el peli plata
-¡LLEGA TARDE!- vocifero la peli rosa
-Hmp – bufo Sasuke
-…lo lamento… es que me perdí en el sendero de la vida- contesto apenado
-¡MIENTE!- grito de nuevo
-…Sasuke- llamo su sensei -…despierta a Naruto… debo explicarle en que consiste su misión…- termina su explicación -…Sakura sígueme…- ordena a la peli rosa y está enojada sigue a su sensei
Sasuke se quedó solo con Naruto y se fijó a conciencia en lo hermoso que se veía durmiendo, vio sus labios; carnosos, apetecibles, bastante deseables y atrayentes, sabía que era mala idea lo que estaba a punto de hacer, pero el deseo que tenia de probar nuevamente esa exquisita boca que lo llamaba como abeja a la miel pudo más que él y planto un suave beso en los labios. Su corazón latió acelerado, un sonrojo apareció en sus pálidas mejillas y una sonrisa boba ilumino su rostro. Siempre probar aquellos labios era así de celestial. Le da otro casto y rápido beso y luego adopta aquella expresión de seriedad que lo caracteriza y lo llama con ternu…
-¡LEVANTA YA USURATONKASHI!- grita en su oído
-¡aaaarrggg!- grita espantado nuestro Kitsune mientras se para de un salto -¡MALDITA SEA! ¡SASUKE-TEME ERES UN MALDITO BASTARDO!- lo mira completamente furioso mientras le apunta con un dedo
-vamos dobe…- le llama mientras camina tranquilamente -…Kakashi sensei nos necesita para decirnos cuál será nuestra nueva misión-
-¡YEI! Por fin tenemos una misión…- exclamo emocionado mientras se ponía a la par con Sasuke –espero que la vieja nos allá puesto una misión digna de un ninja como yo-
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Cuando llegan al sitio de encuentro, Kakashi procede a explicar en qué consiste la misión…
-bueno chicos…- comenzó el peli plateado -…como bien sabrán no solo las técnicas y las habilidades son importantes en la vida de un ninja de la aldea de Konoha… sus sentimientos también son importantes… su misión consiste en escribirle una carta donde describan a la persona más importante para ustedes fuera de su familia y porqué lo es…- explicó -…pero ojo… deben pensar muy bien en quién es ese alguien ya que si sus sentimientos no son claros corren el riesgo de lastimar a esa persona… entendido-
-¡si sensei!...- respondieron al unísono
-…de acuerdo… nos vemos aquí en una semana… tienen el tiempo suficiente para entregar un excelente trabajo…-
Dicho esto todos proceden a dispersarse, excepto Naruto, el cual se queda observando la lejanía con la mirada completamente perdida
-…que sucede Naruto…- cuestiona su sensei -…por que no te has ido con los demás…-
-…por nada en especial…- contesta -…solo quiero estar en un lugar tranquilo para poder pensar…-
Su sensei un poco incómodo solo atino a bajar un poco la cabeza, pues, Naruto al ser el contenedor del demonio que hace doce años destruyo la aldea, es odiado, rechazado y algunas veces agredido por los aldeanos, los cuales hacen caso omiso a la orden dada por el Tercer hokage.
-…está bien… nos vemos…- se despidió. Después de esto el peli plateado desapareció en una bola de humo
Cuando su sensei se fue, la mueca de alegría en su rostro pasó a ser una de tristeza infinita… "amor"… él no sabía que era eso. Toda su corta vida la había pasado solo y aunque ahora contaba con el cariño de algunas personas, lo único que había conocido durante toda su infancia había sido el odio y el desprecio de todos los aldeanos. Nunca había sabido lo que era tener un padre que le aconsejara, o una madre que lo educase y le enseñase que es bueno y que es malo, jamás había sentido el amor de una familia y aunque le tenía gran cariño a Iruka-sensei, a la vieja, a Kakashi, a Sakura, al sabio pervertido y probablemente a Sasuke, pero, tal vez eso no se igualase con los sentimientos que le pedía Kakashi que expresasen.
Al recordar eso, las lágrimas cayeron de sus ojos, sabía que no había nadie en este mundo que profesase esos sentimientos por él, pero si había la pequeña probabilidad de que alguien los tuviese, deseaba de todo corazón que ese alguien se mostrase.
-…desearía ser la persona especial para alguien…- susurro al viento con un tono cargado de infinita tristeza y profundo lamento -…aunque sé que aquello es imposible…-
Rápidamente, quito las lágrimas de su rostro y después, procedió a internarse un poco más en el bosque, tal vez tomaría una siesta antes de volver a su constante pesadilla, donde cargaba un lastre de odio desde sus primeros días de vida, el cual jamás pidió tener.
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Sasuke, un poco extrañado por la ausencia de Naruto, emprendió su camino con rumbo al centro de la aldea, ignorando los molestos chillidos de la molestia que viajaba a su lado, haciendo una gran cantidad de preguntas, las cuales el ignoraba olímpicamente. La verdad era que tenía mejores cosas en que pensar, como por ejemplo en que escribiría de aquella personita que le robaba hasta el más ínfimo de sus pensamientos.
Cuando llegaron al centro de la aldea, Sasuke, como pudo se separó de la molesta peli rosada y fue en busca de todo lo que necesitaría. Debía comprar un par de pergaminos de color naranja y uno que otro pote de tinta… le esperaba una larga tarde de escritura…
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El rugir de su estómago, le hizo saber a Naruto que ya era bastante tarde, con mucha pereza se puso de pie en el lugar donde hace unos momentos había disfrutado de su maravillosa siesta y emprendió viaje con rumbo a la aldea, tal vez comería unos cuantos tazones de ramen y luego pasaría por la casa de Sakura o por la del bastardo, tal vez ellos sí sabrían qué era lo que significaba esa palabra.
Cuando llego a la aldea, pudo observar que algunos lo miraban con odio y desprecio y otros tantos le gritaban cosas como "porque no te mueres maldito demonio", "piérdete", "ya llego el puto Kyuuby", "te odio", "por tu culpa perdí a mi familia… deberías desaparecer" e incluso le arrojaban piedras o cualquier cosa que tuviesen. Lo mejor sería darse un baño antes de ir por ramen.
Muchas veces se preguntaba por cuánto tiempo más podría seguir soportando todo esto, ya estaba cansado de ser el contenedor de un demonio y encima de eso el contenedor del odio de todos los habitantes de la aldea. Tal vez, por eso era por lo que envidiaba a Sasuke, él era el sobreviviente de uno de los más importantes clanes de la aldea, era inteligente, un prodigio, siempre era alabado por todos. Y él que era… un simple "perdedor", como Sasuke siempre lo llamaba, en comparación a él.
Cansado de todo, opto por subir a los techos de las casas, tal vez eso le ahorraría tener que soportar los insultos y las agresiones que cometían los aldeanos contra él, también le sería útil para ocultar las gruesas lagrimas que corrían por su rostro.
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Después de unos buenos tazones de ramen y haber vaciado su gama-chan, Naruto salió con rumbo a casa de Sakura, debía preguntarle qué significaba esa palabra para poder completar su misión, porque por mas sosa y tediosa que esta fuese, era una misión más y él quería convertirse en hokage y no podía dejar ninguna misión sin completar.
Rápidamente se fue saltando por los techos de las casas, hasta que logro divisar la residencia de la familia Haruno, bajo de un salto hacia la acera y se dispuso a llamar a la puerta. Después del sonido de pasos en el interior del hogar, una mujer de cortos cabellos rubios, ojos verde esmeralda, baja estatura y delgada. Al ver de quien se trataba su visitante, su expresión se tornó en una de desprecio y asco total. Naruto fue el primero en tomar la palabra…
-…buenas tardes Mebuki-san…- saludo respetuosamente -…se encuentra Sakura-chan?...- pregunto
La mujer simplemente hizo un gesto de fastidio y con paso lento, ingreso a su casa
-…Sakura…- se escuchó el grito de la mujer desde el interior de la casa -…te buscan…- anuncio
Unos pasos de pisadas se oyeron bajando de las escaleras, hasta que después la voz de la mujer se volvió a oír, pero en un tono más bajo
-…Sakura…- hablo la mujer en voz baja -…cuantas veces te he dicho que no me gusta que ese… niño… venga a nuestra casa… desde pequeña te he dicho que no te juntes con el…-
Naruto que escucho todo, se sentía tremendamente decepcionado, pero tenía la esperanza de que Sakura le defendiese…
-…lo se mama…- aseguro la chica -…pero que puedo hacer si es tan molesto… siempre se la pasa acosándome y le he dicho ya varias veces que no me busque en casa… pero no me hace caso…- respondió -…la única razón por la que lo soporto es porque es amigo de Sasuke-kun… y solo lo utilizo para acercarme a él y llegar a ser su novia…-
-…lo entiendo hija… pero procura que no vuelva más a esta casa…- dicho esto, la mujer regreso a la cocina a continuar con los deberes que por culpa de la inoportuna visita de ese mocoso había olvidado
Sakura, haciendo la mejor sonrisa falsa que tenía, salió a ver qué demonios era lo que quería Naruto. La verdad es que le causaba mucho fastidio tener que hablarle, inclusive tener que verle, pero todo lo hacía para que Sasuke tuviese una buena impresión de ella y lo pudiese conquistar.
-…Naruto…- llamo -…te he dicho muchas veces que por favor no me busques en mi casa… dime que necesitas…- pregunto
-…eto… Sakura-chan…- pronuncio recomponiendo el mejor gesto casual que tenia ya que enterarse de todo lo que su supuesta amiga pensaba de él había sido un golpe bastante fuerte, pero no quería que ella se enterase de lo que había oído, lo mejor era seguir fingiendo que todo está bien, como siempre -…te quería preguntar si de casualidad tenías algún pergamino en blanco para que me hicieras el favor y me lo prestaras…-
-…lo siento mucho Naruto…- se disculpó con total falsedad -…de hecho en la tarde iba a comprar unos que también me hacen falta…-
-descuida Sakura-chan… veré si consigo algunos en el mercado…- disculpo mientras se giraba para continuar con su camino -…nos vemos…-
Naruto, rápidamente emprendió su marcha por los tejados de la aldea a la residencia Uchiha, debía confesar que estaba tremendamente triste y desilusionado, siempre pensó que Sakura sería una chica honesta e ideal para ser una buena esposa, pero resulto no ser más que una chica mentirosa y arribista, que finge lo que siente y solo hace todo con tal de obtener lo que quiere.
-…que idiota…- susurro al aire la chica antes de entrar a su casa sin percatarse que fue escuchada por Naruto
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Después de un largo recorrido, y ya entrada la noche, se encontraba frente a la puerta de la residencia de Sasuke, con un poco de duda toco la puerta. La verdad es que le daba un poco de pena tener que tratar estos temas con Sasuke, pero debía confesar que le daba pena molestar a sus senseis o a la vieja ya que sabía que ellos se encontraban ocupados.
La puerta se abrió, dejando ver a un pelinegro con una camisa gris oscura sin mangas y un pantalón corto color gris claro, el cual estaba descalzo y portaba una cara de fastidio y enojo.
-…que demonios quieres usuratonkashi…- contesto de mala gana
-…eto Sasuke…- contesto con nerviosismo, debía admitir que se esperaba algo como eso, ya que sabía que jamás había sido del agrado de Sasuke, él siempre lo trataba como un perdedor, estúpido e idiota y aunque por alguna razón le doliese, a veces le daba la razón. -…yo quería hacerte una pregunta… tu sabes que es el amor….-
-…no entiendo porque vienes aquí y me preguntas esas estupideces… pierdes tu tiempo y me lo haces perder a mi…- contesto de mala gana, la verdad es que había tenido una tarde horrible, no había almorzado, arruino todos los pergaminos que compro y había tenido de nueva cuenta "esa" pesadilla. Definitivamente había tenido una tarde horrible y ahora no estaba para preguntas ni del dobe ni de nadie.
-…disculpa Sasuke… es solo que yo…- hablo siendo interrumpido por Sasuke
-…eso es algo que te debieron haber enseñado en tu infancia… por favor ya deja de molestar…- Naruto, de la impresión retrocedió, contando con tan mala suerte que tropezó con una matera y la hizo caer, destruyéndose en cientos de pedazos
-….¡es que eres un idiota!…- exclamo con furia Sasuke. Había sentido tanta rabia en la tarde, que necesitaba pagar con alguien su frustración -…porque nunca haces nada bien…eres un torpe…-
-…lo siento Sasuke… te juro que jamás te volveré a molestar…- se disculpó con profunda tristeza y gran dolor -…ni a ti ni a nadie…hasta siempre…- pronuncio en un susurro, para posteriormente salir corriendo y perderse en la oscuridad de la noche.
Después de tanto tiempo no había mucho que pensar, le daría una alegría a konoha y a Sasuke. Por primera y única vez en su vida haría algo bien.
Debía llegar pronto a su casa, esa sería su última noche y tenía mucho que hacer.
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Al llegar a su apartamento, Naruto busco varios pergaminos y algunas hojas de papel que tenía guardados en alguna parte, las lágrimas corrían por su rostro y se encontraba totalmente destrozado. Estaba cansado, cansado de sufrir, cansado de ser rechazado, cansado del odio, cansado de soportar, cansado de la vida. Que objeto tenia vivir en un mundo donde a nadie le importas, donde no tienes un firme propósito que cumplir, cuando solo eres tratado como la basura o como algo mucho peor, donde eres un ser insignificante que a nadie le importa y nadie le interesa. Lo mejor era poner fin a ese sufrimiento. Rápidamente tomo la tinta y comenzó a escribir…
Kakashi-sensei:
Sé que cada misión es un asunto de total importancia para un ninja y que es su deber cumplirla. Esta como muchas otras es una misión y lamento de todo corazón no poder cumplirla, aunque sé que no le ha de sorprender ya que para toda la villa soy un perdedor y creo que no se equivocan.
Pero, la razón por la que no puedo cumplir la misión es la siguiente:
Como voy a saber que es el amor, si siempre he sido odiado y repudiado,
como voy a saber que es el amor, si jamás he tenido un padre o una madre que, me lo enseñara,
como voy a saber que es el amor, si jamás alguien me lo ha profesado,
como voy a saber que es el amor, si durante toda mi vida he sido el contenedor del odio de toda la aldea,
como voy a saber que es el amor, si soy tan idiota que confundo el interés con la amistad,
como voy a saber que es el amor, si solo soy una herramienta a la espera de una guerra para poder serle útil a alguien,
como voy a saber que es el amor, si nadie jamás se ha preocupado por preguntarme si me siento bien o se ha interesado por lo que pienso.
Por esta y por muchas otras cosas más, no puedo escribir acerca de algo que no conozco, porque es algo que jamás he sentido, por eso trato de ser claro sobre mis sentimientos. Aunque finja que soy feliz y nada me importa, muchas cosas si lo hacen. Durante muchos años estuve llorando, escondido en un rincón muy profundo en la total oscuridad. Cuando descubrí que llorando jamás solucionaría algo, decidí fingir que nada me importaba. Me convertí en el contenedor del odio de toda la aldea, en el "demonio" y el "perdedor" que todos conocen. Todas las personas tienen un límite y yo ya no soporto más. Le agradezco todas las enseñanzas que nos dio y los momentos de alegría que compartí con usted y con el equipo, porque lamentablemente jamás en mi vida fui feliz. Lamento haberle fallado si alguna vez creyó en mí. Nos volveremos a ver en algún día muy lejano. Le deseo que sea feliz
Le escribe su alumno, Uzumaki Naruto.
Rápidamente cerró el pergamino y lo marco con su nombre. Aun le faltaban muchas cartas por escribir.
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Ya era media noche, y Sasuke ya no podía conciliar el sueño, se sentía terriblemente mal, porque primero había tratado mal a Naruto injustamente y de paso se había metido con algo que no debía tocar y segundo, lo agobiaba un extraño presentimiento, como si algo malo fuese a pasar.
Después de muchos intentos fallidos, por fin había logrado hacer un trabajo digno de todo lo que sentía por ese rubio. Decir que fue largo era decir muy poco, pero estaba completamente seguro de que Naruto se lo merecía. Después de eso se quedó dormido, pero decir que el sueño que tuvo fue agradable, era como decir una completa mentira. Vio sangre, mucha sangre y vio a su Naruto. De solo recordar aquello, hacía que un tremendo dolor se alojase en su corazón y unas molestas nauseas se adueñaran de su cuerpo.
Estaba decidido, iría a visitar a Naruto y de paso se quitaría ese molesto cargo de conciencia que tenía y tal eliminaría aquel terrible presentimiento.
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El silencio que envolvía el lugar era aterrador, igual al silencio que hubo cuando ese maldito asesino mato a toda su familia y aquello le daba un muy mal presentimiento. Al entrar a la casa de su rubio sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo y una fuerte punzada fue directo a su corazón. Con angustia corrió hacia la habitación de Naruto y la encontró vacía.
La luz que se colaba por la ventana revelo un par de sobres, los cuales estaban sobre la cama. Con cautela, se acercó para ver de qué se trataba y le tomo muy por sorpresa, encontrar uno marcado con su nombre y otros cuantos marcados con el nombre de algunas personas que él conocía. Una nota que estaba pegada a los sobres cayó al suelo y Sasuke rápidamente la tomo y procedió a leerla…
A quien le interese:
Si encuentran esta nota, significa que, seguramente fueron a mi departamento y yo ya no estaré. Tal vez sé que no les importe, pero, después de tantos años teniendo que soportarme he tomado la decisión de irme.
Me iré a un lugar donde nadie me pueda alcanzar, un lugar tan lejano que jamás escucharan noticias de mí, un lugar tan fácil como tan difícil de alcanzar, un lugar al que nadie desea ir, pero al que terminamos yendo algún día. Con esta noticia sé que hare feliz a muchas personas y algunas otras podrán sentirse tranquilas por que la muerte de sus familiares o parientes no quedara impune. Así que pueden estar tranquilos… jamás volverán a saber algo de mi después de mañana.
Uzumaki Naruto
El papel cayo con la suavidad de una pluma y la persona que antes leía aquel escrito se encontraba dejando la residencia y saltando a toda velocidad sobre los tejados de las casas de la aldea. Un sharingan de dos aspas resplandecia por las lágrimas en la oscuridad de la noche. Sasuke corría por la aldea a todo lo que le daban las piernas.
No, no podía ser cierto. Naruto no podía hacer lo que estaba diciendo, que no sabía que lo importante que era para él, que no sabía que si se iba se llevaría consigo lo poco que le quedaba. Las lágrimas caían a borbotones por sus ojos, no le podía estar sucediendo de nuevo, ya había perdido a su familia y no soportaría perder a Naruto. Debía encontrarlo antes de que cometiese alguna estupidez.
Un sonido de algo metálico cayendo, le hizo regresar su vista al frente y le que vio fue algo que jamás se le va a olvidar.
-¡Naruto!- fue el desgarrador grito que se escuchó en toda la aldea
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La altura a la que se encontraba era realmente aterradora, pero era un ninja y jamás debía dudar de sus decisiones. Sentado en el pico más alto de la cabeza del Cuarto hokage y con un kunai en la mano se encontraba Naruto. Las lágrimas caían por su rostro, pero jamás se arrepentiría de su decisión.
Con gran determinación, empuño en su mano el kunai y lo puso muy cerca de su cuello. Dio una mirada rápida a toda la aldea y antes de hacer el corte pronuncio…
-…adiós a todos… la verdad no sé qué hice mal pero espero que algún día puedan perdonarme…- la imagen de un pelinegro llego como flecha a su memoria -…Sasuke… te cumpliré aquella promesa… adiós…-
Después de eso, sin vacilar acorto la distancia del metal a su cuello y con saña trazo una línea de la cual empezó a salir sangre. A sabiendas de que ese demonio que guardaba en su interior lo curaría, decidió, con sus últimos alientos saltar al vacío. Estaba seguro que nadie lo salvaría.
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Hasta aquí...
Esperó que les haya gustado...
CONTINUACIÓN?