Espero les guste la universidad, el dia de muertos y una convension. No me dejaron mucho tiempo para escribir como quisiera pero bueno les dejo esto con las mejores intenciones


"¿No puedes dejarme en paz?"

Capítulo 2: ¿Solo una cita?

El pequeño y joven vikingo mantuvo sus manos sobre sus orejas, sus ojos llenos hasta el borde de lágrimas. Sollozando suavemente, su nariz congestionada. Se mordió el labio inferior fuertemente y presionó sus manos aún más fuerte contra sus oídos, sin embargo los sonidos de gritos se hicieron camino a sus tímpanos atormentándolo. Su cuerpo seguía temblando; no podía evitarlo a este punto. Apretó los ojos con fuerza, tratando de bloquear la visión y el sonido para que pudiera desaparecer de una vez por todas, y dejar de causar le problemas a todo mundo...

"Lo siento..." Él gimió suavemente "Lo siento... Voy a ser bueno..."

Un gran golpe lo hizo saltar del susto. Parecía como si un puño hubiera chocado contra una pared repleto de ira. "¿Cómo diablos pudo pasarle este a Hipo?"

El pequeño niño llamado Hipo abrió los ojos llenos de lágrimas; el piso que lo separaba de la voz iracunda era delgado y aquellos gritos no dejaban de atormentarlo. Hipo apretó con más fuerza sus manos, pero los gritos no se detenían. Si acaso solo le estaba causando un ligero dolor de cabeza. Trató de mover su cuerpo pero un fuerte dolor lo detuvo. Así que decidió acostarse y acurrucarse bajo sus cobijas.

En todo caso, al menos se sentía seguro. Sus cobijas estaban calientes y tenía demasiado miedo de salir de la seguridad de la misma para hacer cualquier otra cosa, tratando de ocultarse en la poca seguridad que podría ofrecer, que era más que suficiente para el joven vikingo de momento. Deseaba que alguien, quien fuera, le dijera porque sus padres estaban gritando.

"Cariño... ¿estás seguro de que no era una broma? Los niños hacen eso a menudo estos días, tal vez... Yo sé que no te gusta como es, pero..." La segunda voz se apagó. Esta sonaba mucho más amable, sin embargo el tono de su voz llenaba el corazón del pobre vikingo de culpa. Hipo se tapó la boca tratando de ocultar sus sollozos, que intentaban de encontrar una vía de escape a la fuerza.

"Maldición Hipo más o menos insistió en ello... No puedo creer que no estaba asqueado por tan siquiera pensarlo, lo que necesitamos hacer es azotar su trasero antes de que tenga cualquier clase de ideas raras en la cabeza." La voz áspera gruñó. Hipo se mordió el labio con más fuerza, haciendo que un hilo de sangre saliera de su bocal. ¿Qué había hecho mal?

Un largo silencio llenó el aire. Hipo apenas podía respirar, estaba tratando con todas sus fuerzas no empezar a llorar. Él dejó escapar un sollozo medio amortiguado en sus brazos mientras su pecho se sacudió y retumbó con sollozos profundos que comenzaron a emerger. El movimiento de su llanto causó que su espalda empezara a dolerle de nuevo. Se espalda se encontraba repleta de hematomas en todas las formas y tamaños, con un largo corte en la barbilla que el joven vikingo podía sentir como la sangre de aquella herida manchaba sus brazos y manos.

"Nuestro hijo está actuando como un maldito marica por el amor de Odín..."

Se sentía como un niño malo. Un niño muy muy malo.


Hipo sintió que sus propios ojos se abrían de golpe. Su cuerpo estaba cubierto de sudor, una vez más a medida que inhalaba dentro y fuera muy pesadamente, teniendo una tremenda migraña que le daba vueltas a su cabeza. Él gimió suavemente antes de cerrar los ojos y frotarse las cienes con sus manos tratando de aclarar sus pensamientos. Miró hacia arriba con un par de ojos esmeralda todavía borrosos por la ventana. Todavía era de noche... por lo que se veía el sol ni siquiera estaba cerca del horizonte, los rayos tenues de color naranja aún no iluminaban el cielo. Tardó varios minutos en calmarse y darse cuenta de que estaba de vuelta en el mundo real, no en un sueño. Después de que parpadeara un par de ojos borrosos, se mordió los labios para evitar que el miedo le hiciera sentirse débil.

Hipo empezó a frotar su brazo sobre la frente para secarse el sudor de la misma. Era el mismo sueño que había estado teniendo durante los últimos tres meses. ¿Sería algo de su infancia? ¿Algo que quizá se había imaginado? Él tenía grandes dudas sobre cuál de las dos podría ser teniendo en cuenta lo vibrante y realista que parecía. Asimismo, no estaba seguro de querer recordar plenamente todos los detalles, puede que simplemente quisiera que siguiera siendo un recuerdo reprimido.

El vikingo sollozó suavemente. No podía evitarlo, a veces aquel sueño simplemente le afectaba directo a su corazón. Suspiró como ya era uno de sus hábitos mientras se frotaba un ojo cansado, con ganas de volver a caer en las garras del sueño, sus manos adoloridas aún afectadas por el trabajo del día anterior.

Él recostó su cabeza sobre la cama, a sabiendas de que no sería capaz de volver a dormir. Empezó a jugar con unos mechones de pelo que cubría su rostro, mientras su mente se dirigió al extraño hibrido sin ninguna otra razón que no ser capaz de poder tenee el descanso que su cuerpo necesitaba. De repente se sintió solo, en esa grande, fría y solitaria cama.

La idea del aliento de aquel individuo en su oreja y la sensación de ligero roce de su cuerpo le hizo sentir una ligera emoción que lo paralizó. Al instante se sintió culpable, y comenzó a golpear su cabeza contra su almohada, cubriendo sus ojeras mientras lo hacía tratando de enmudecer aquellos extraños pensamientos que deambulaban en su cabeza. Se odiaba más que cualquiera estos últimos días, tal vez más que cualquiera de los que le daban miradas desagradables y le llamaban por horribles nombres.

Hipo se reclamó palabras que ni el mismo podía entender mientras miraba el cielo, la luna estaba iluminando levemente el cielo nocturno empezando a desaparecer lentamente del mismo. Hipo parpadeo varias veces al percatarse que Toothless había vuelto a aparecer en sus pensamientos. Era tan extraño… tener a alguien que no lo tratara como un infestado simplemente por existir por una vez después de los últimos meses…

Estúpido Toothless...


Un pequeño martillo golpeaba una gran espada al rojo vivo. El constante martilleo aumentaba su ritmo mientras el vikingo no paraba de sudar, sus ojos rojos y llorosos por el humo y calor de la espada frente a él. Tras un largo suspiro Hipo sumergió el arma en agua, preparando todo lo necesario para la siguiente cosa en su lista de tareas, deberían ser las tres de la tarde y su cuerpo ya no podía con tanto esfuerzo.

El pobre vikingo había tenido razón, no pudo volver a dormir por más que lo intento. Lentamente se quitó el sudor en su frente mientras comenzaba a afilar la espada que acababa de templar. El invierno devastador estaba acercándose y con él la temporada de guerras entre vikingos. Si bien aquel antiguo acuerdo les prohibía la guerra entre distintas especies, no prohibía las guerras entre los de la misma especie y Berk aprovechaba esto más de lo que le gustara admitir a Hipo. Sus ojos comenzaron a sentir el cansancio. Hipo quería descansar, o tan siquiera tomar una siesta rápida, o cualquier cosa para que sus ojos le dejaran de doler.

Hipo salió un minuto de la herrería quiera enfriarse un poco antes de volver al trabajo, la nieve estaba empezando a acumularse y el frio comenzó a calmar un poco su cansancio. Se humedeció los labios secos. Todavía tenía unas cuantas horas más de trabajo antes de que Gobber estuviera satisfecho con el trabajo y lo dejara salir a descansar. A pesar de ser el aprendiz más querido de Gobber, tenía que mantener su reputación, o de lo contrario temía que lo fuera a despedir para evitar atraer problemas.

El vikingo suspiró mientras negaba con la cabeza, su propio cabello pegado a su frente una vez más. A veces odiaba el calor en ese lugar. Abrió sus ojos color esmeralda y usó su mano para volver a secarse el sudor de la frente una vez más.

"¡Oye tío!"

La repentina voz obligó a todos y cada uno de los cabellos en la nuca del vikingo a ponerse de punta, junto con sus ojos que se abrieron de golpe y quedó sin aliento por la sorpresa, resbalándose con la nieve, haciendo que cayera en su trasero y que la nieve en el techo de la herrería cayera sobre él, enterrando su parte inferior.

"¿Estás bien?" La voz sólo podía pertenecer a alguien.

"¿Toothless...?" Hipo se quejó, sentándose, traba de descubrir sus piernas mientras le empezaba un molesto dolor de cabeza. Él gimió suavemente, mostrando un breve momento de debilidad en los ojos del hibrido frente a él. Miró a Toothless, que en ese momento estaba ocupado llenándose la boca con un pescado que traía consigo, una extraña mirada de puro placer apareció en sus ojos.

"¿Qué estás haciendo aquí…?"

"¡Oh tío, estos peses están realmente delicioso!" Toothless dijo, con una voz que solamente podría describirse como un niño que disfrutaba por primera vez de un dulce, mientras tomaba otro y comenzaba a comerlo, como si la vida se le fuera en ello. Hipos incrementaba ligeramente la distancia a medida que los restos de comida salpicaban contra su cara. Así que no solo era molesto... sino también un cerdo. ¿Cómo rayos pudo aparecer de la nada sin hacer ruido? Hipo sacudió sus dudas sobre aquel hibrido imperceptible y lo miró directamente a sus ojos verdes toxico que reflejaban su propios cual espejo.

"¿Qué estás haciendo aquí? No, espera, ¿cómo rayos pudiste encontrar me?" preguntó Hipo, atónito y desconcertado por el Hibrido.

Toothless terminó su pescado en un segundo, escupiendo el esqueleto sobre el suelo, tomándose su tiempo para disfrutar el sabor que aun inundaba su boca. "No sé, sólo quería algunos pescados, comencé a caminar y te encontré aquí, la verdad no esperaba poder encontrarte tío"

"En el nombre de los dioses en el Valhala, deja de llamarme tío..." Hipo se quejó, sus ojos se alejaban de los del hibrido mientras sus mejillas se teñían de un sutil color rosa.

"¿Ok entonces... eh chico?" Ahora Toothless sólo estaba tratando de molestar al vikingo.

"¡No me llames así tampoco!" Hipo se quejó, una gran molestia se podía ver en los ojos verdes que explotarían en llamas de ira si no se calmaba pronto. ¿Por qué rayos se estaba sonrojando por este idiota? Peor aún, ¿por qué se sonrojaba por un hombre en primer lugar?

"Nunca me dijiste tu nombre, ¿De qué otra forma se supone que te llamará?" preguntó Toothless, con un tono de burla en su voz mientras el sonrojo de Hipo aumentaba. Hipo se sentía como un idiota ahora...

"hipo..." Murmuró "solo Hipo, de acuerdo? Ahora, ¿qué está usted haciendo aquí?" No podía mirar al mayor a los ojos, temiendo quedar aún más en ridículo.

"Bueno… Hipo," dijo Toothless, sonriendo de una manera torpe hacia el joven vikingo "Entonces, señor 'No soy un gay', ¿Qué hay de esa cita que me prometiste?" Se preguntó, con los ojos relucientes, agitando sus alas y volando hacia el otro, volando a cerca de cinco centímetros de su cara y mirándolo directamente a los ojos.

"¡Yo no prometí nada!" Hipo protestó, dando un paso hacia atrás y chocando contra la pared de la herrería. Alejando su mirada del hibrido volador. "¡Además, tengo que trabajar en estas armas de aquí o de lo contrario nadie tendrá manera de defenderse cuando alguna otra isla trate de invadirnos!"

"¿Entonces no quieres que mueran, a pesar de cómo te tratan?" preguntó Toothless, ladeando un poco el ceño y pestañeando con sorpresa.

"¡Por supuesto que no!" Hipo dijo, pisando fuerte mientras se daba la vuelta tratando de alejarse del extranjero "¡No voy a dejar que mi propio pueblo muera a causa mía, independientemente de lo que piensen de mí!".

Toothless se quedó en silencio durante unos momentos antes de sonreír una vez más "Eres un buen chico, Hipo" Él dijo: "No estoy seguro de si yo haría lo mismo si todo mi pueblo me odiara, pero aun así aquí estas, ¡Ahora me gustas aun más!" Esto hiso que Hipo se sonrojara completamente, con la boca trató de decir algo pero simplemente nada logró salir y cada vez se hundía más y más en su vergüenza. "Awww, ¿pero no eso lindo?" preguntó Toothless, alzando su mano y acariciando las mejillas del menor antes de volar varios metros arriba mientras inspeccionaba sus alrededores, dejando al pobre vikingo sin habla. Él... extrañamente le había gustado eso último...

¿Lindo? ¿Se supone que los hombres son lindos a su edad? ¿Apuesto tal vez, pero lindo? Se sonrojó de un tono tan rojo que incluso sus ojos empezaron a humedecerse de la vergüenza, cada vez comenzaba a odiarse más y más a sí mismo. Estaba perdiendo con ese hibrido ¡Y odiaba perder ante ese idiota, cerdo, marica!

"¿Por qué no solo te vas a casa?" Hipo murmuró "¿Por qué estás tan interesado en mi de cualquier manera?" Parecía desesperado en este punto, su tono se hacía cada vez más alto mientras que su cuerpo parecía quebrarse a ese punto.

"No se puede, lo siento." Toothless murmuro entre dientes mientras cogía otro pescado y comenzaba a comerlo "¡Oh vaya, estas cosas son grandiosas! De cualquier manera," dijo a través de una boca llena "Yo y mi equipo no podemos irnos hasta dentro de dos semanas, tenemos un par de shows en islas cercanas, ¡así que supongo que estás atrapado conmigo hasta entonces!"

¿Equipo? ¿Espectáculo? ¿Acaso actuara o algo? Su mirada se desvió hacia abajo desde la cara del hibrido de nuevo a las gafas colgando alrededor de su cuello. Él enserio creía conocerlo de alguna parte. "E-Entonces ¿por qué yo, por qué no algún otro gay?, estoy seguro de que hay un verdadero gay en alguna parte, quiero decir, santo cielo, ¡no soy un gay por el amor a Odín!" Hipo lo dijo más como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo, no estableciendo un hecho.

"Porque parecía que estabas sufriendo..." Fue todo lo que Toothless dijo, su tono serio mientras cubría su cara del sol con una mano, proyectando una sombra sobre su rostro a manera que Hipo no pudiera saber en lo que estaba pensando. Era extraño oír un tono tan serio en el risueño hibrido, pero estaba allí, y le puso a Hipo la piel de gallina, más no de miedo esta vez. "No me gusta cuando la gente pasa toda su vida en negación y luego deciden que tomaron la elección equivocada cuando ya es demasiado tarde, y pareces un tipo bastante agradable y bueno, eres mi tipo... y bueno también podría ser que no me gusta ver que una lindura como tú, pasando por un dolor como ese…"se interrumpió, mirando hacia abajo, la cara roja de Hipo tan notoria como antes. Pero estaba vez no se burló de ello, se limitó a mirarlo cuidadosamente con una pequeña sonrisa en su rostro.

"Yo... yo... Pero no estoy en negación... Es decir, no, espera, es que..." la mente de Hipo empezaba a dar vueltas, pero no podía encontrar una respuesta adecuada para el hibrido de ojos tóxicos. Cerró los ojos y suavemente se rogó a sí mismo, que no dejara escapar algún gemido de debilidad.

"Entonces, tienes muchas cosas que hacer, ¿eh?" preguntó Toothless, su tono de nuevo volvió a ser alegre, como si sintiera la angustia del vikingo y decidiera cambiar de tema. Hipo alzo la vista, atreviéndose a mirar esos ojos tóxicos mientras asentía lentamente. Las palabras de Toothless le estaban doliendo, y lo peor de todo era que no podía llegar a cualquier otra razón que la que él se negaba a admitir. Eran ciertas.

"Esas es una de las razones por las que no puedo ir contigo… no que fuera a ir de cualquier manera", agregó la última parte apenas un poco más fuerte que un susurro, esperando en el fondo de su corazón que el mayor no lo hubiera escuchado o simplemente haya decidido ignorarlo. "No voy a poder terminar sino hasta dentro de tres horas si me apresuro..."

"¡Bueno, eso no es bueno para mí, tengo un show esta noche!" Toothless dijo, tocándose la barbilla con su mano como si estuviera pensando algo importante. "¡Ya sé!" Él dijo "¡Por qué no vienes conmigo esta noche, miras el show, y quedamos a mano!"

"¿A mano?" preguntó Hipo, ladeando una ceja.

"Ya sabes... por darte mi bebida..." dijo Toothless, como si la respuesta fuera obvia, voló hacia Hipo acostado en el aire, con la cara al revés a un par de centímetros de la del vikingo.

"¡La mitad de una cerveza no vale lo mismo que una cita!" Hipo se quejó, cubriendo su cara con su mano bastante exasperado.

El hibrido optó por no oírlo mientras dejaba de volar y se dirigía a la entrada de la herrería "Así que… ¿Qué necesitas hacer para nos podamos ir?"

"¡¿Hipo que esta pasado, por qué no te escucho trabajar?!" Un vikingo rubio si una mano y una pierna salía de la herrería su cara cubierta de hollín y en sus manos traía un barril repleto de espadas.

Al oír esto Hipo no desaprovechó la oportunidad de huir del hibrido frente a él, corriendo directamente a la herrería "Perdona ya vuelvo al trabajo"

"¿Disculpe usted es el jefe de Hipo?" Toothless pregunto, en su cara se podía ver un poco de frustración por perder al castaño de vista.

"¡¿Quién quiere saber!?" Gobber contesto cortante, ya se encontraba harto que las personas maltrataran a su pupilo solo por ser diferente y ahora que tenía a un hibrido en frente nadie lo juzgaría si le rompía la cara.

"Yo vera, quería llevar a Hipo a un espectáculo bastante impresionante pero me dijo que tenía mucho trabajo y me preguntaba si había algo que pudiera hacer para que lo dejara irse temprano" Toothless no dudo un segundo en contestar, quería llevarse a Hipo a su show y si no se daba prisa Stormfly lo volvería regañar por llegar tarde.

"¿Uhm? y ¿Por qué debería? él no me dijo nada respecto a eso" el tono de voz del rubio se calmó su mirada tenía una sincera duda, temía que aquel desconocido quisiera hacerle algo a Hipo.

"Hipo me prometió ayer en el bar que tendría una cita conmigo y se nos va hacer tarde, ¿cree que podría dejarlo irse temprano solo hoy?" Toothless sonrió, seguro de que llegarían a tiempo.

"Muy bien, te doy una oportunidad dentro hay como treinta más de estos barriles" Gobber dijo soltando el barril entre manos, hundiéndose en la nieve al instante "llévalos al puerto y le daré el día libre" una sonrisa apareció en los labios de Gobber, era imposible que alguien terminara esa tarea en menos de dos horas y seguro aquel sujeto se rendiría con el tercer barril.

Toothless sonrió tomo el barril de donde Gobber lo había soltado y comenzó a volar en dirección al muelle. No habían pasado menos de quince minutos y solo quedaban diez barriles, la cara de Toothless apenas si tenía unas gotas de sudor, Gobber estaba con la boca abierta e Hipo miraba todo desde su lugar impresionado.

"Así que... ¿Dónde están los otros barriles?, ¡tenemos un vuelo que tomar!" dijo Toothless sonriéndole a Hipo.

"¿Espera... un vuelo?" El vikingo de ojos esmeralda chillo "En el nombre de Thor, ¿a dónde me llevas?"

"¡Al espectáculo tontín!" Toothless dijo "¡Me prometiste una cita, y si no nos vamos pronto, voy a estar demasiado atrasado para muy gran actuación!" la última parte la dijo como si fuera lo más obvio.

"Nunca estuve de acuerdo en ir contigo a una cita, y nunca he dicho que iri-"

"Lo que sea, voy a encontrarlos yo mismo, está bien, y luego podemos irnos tu jefe ya me dio permiso." dijo Toothless.

"Es-está bien... no, espera sólo un minuto" No pudo terminar antes de que Toothless tomara otro barril y se fuera volando tan rápido que solo pudo ver una mancha en el cielo alejándose. Parpadeó y sacudió la cabeza, tratando de entender la extraña conversación que acaba de tener.

Hipo se sonrojó de nuevo, y esta vez, no pudo evitar que sus ojos brillaran con lágrimas de frustración. No sabía por qué este hibrido le molestaba tanto y aun así le hacía sonrojarse tanto, lo hacía sentir como si estuviera haciendo algo malo... algo inmoral. El sueño se hizo presente en su mente una vez más, y sus ojos se humedecieron.

Estaba bastante seguro de que acaba de acceder a tener una cita con otro hombre.

Mierda.


Muchisimas gracias a LaRojas09 y a Hime Akuma No Tenshi por sus comentarios lamento haberme tardado tanto pero realmente me gusto como quedo este capitulo. Espero poder sacar otro capitulo pronto, nos veremos hasta entonces :D

P.D: Si encuentran algun error estare mas que encantado de escuchar, bueno ahora si adios.