Love Live Sunshine!

Las fans del manga yuri

Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.

NdelA: Bueno, está hecho. ¡Wow! Mi primer final en una historia de más de tres capítulos. Eso sí es increíble. Al menos espero haya salido medianamente bien.

Me debatí entre cual de todas las canciones tomar como inspiración pero solo diré que fue Oasis quien me dió el final. Little by little y Let there be Love, The masterplan, Falling down y The girl in the dirty shirt.

Fue un gusto y no vemos en la siguiente.

— o —

Papá ella es mi novia

—¿Como me veo? —preguntó Mari por enésima vez a Día que la miraba desde el otro lado de la habitación tratando de poner orden en el mar de ropa que estaba esparcida por todo el lugar.

—Te ves bien —dijo cansada de tener que repetir aquello la misma cantidad de veces en que había recibido la misma pregunta.

—¡No lo dices muy convencida! —se giró para mirarla alzando una ceja y Día sólo resopló.

—Estas hermosa —otra voz sonó detrás de ellas desde una figura que se recargo contra el marco de la puerta.

—¡You-chan! —exclamó Mari yendo a abrazar a la chica que la recibió con los brazos abiertos—. No sabía que vendrías.

—No podía perderme esta ocasión memorable —dijo riendo y Mari hizo un puchero—. No todos los días vas a casa de tus suegros a presentarte como se debe, sobretodo con un ojo morado.

—¡Oh! ¿Aún se nota? —entró en pánico regresando a su tocador para ver si el maquillaje que se había aplicado era suficiente, después de la pequeña pelea con Miyu había tenido que usar bastante para disimular en las últimas semanas.

—Solo un poco, nada grave —comentó para después mirar a Día que sólo la saludó con un gesto de su cabeza—. Bueno, eto… sólo venía a desearte suerte —se despidió casi de inmediato un poco incómoda por la mirada de la mayor de las Kurosawa—. También venía a darte esto —se acercó a ella colocando sobre el churro de su cabello una bonita flor rosa para terminar de adornar su imagen.

—¿Te vas tan pronto? —quiso saber Mari frunciendo las cejas por la rápida visita mirándose al espejo para ver el regalo de You—. ¡It's beauty! —brinco alegre con el gesto.

—Si, tengo otras cosas que hacer antes de la fiesta de esta noche —mencionó y recibió una desaprobación por parte de Día.

—¿Estás en esa locura de Yoshiko-chan? —la cuestionó la chica de cabellera oscura.

—No es una locura, a mi me parece lindo —Mari fue la que respondió—. Es bueno que tengan nuevos intereses en los cuales distraerse.

—Si bueno… yo mejor me voy —se excusó You marchándose antes de que la conversación siguiera.

—¿Has estado financiando esa idea suya? —Dia dejo ir a You sin prestarle más atención.

—¿Por quien te molesta más? ¿Por Ruby-chi o por Yoshiko-chan? —quiso saber Mari que se acercó a su amiga molestandola como siempre.

—Por supuesto que por mi hermana —se cruzó de brazos indignada—. Ahora tiene esta idea de querer estar en su grupo una vez nos hayamos graduado.

—No puedes culparlas ni detenerlas, tu misma les diste las alas, déjalas volar —una juguetona Mari la abrazó y Día dejó de lado su barrera.

—También por Yoshiko-chan… —admitió después de verse en los ojos amarillos de su amiga—. Me preocupa un poco.

—You es una buena chica, déjalas que su amor juvenil florezca~ —casi cantó al oído de Día que la empujó alejandola.

—No importa —le restó valor al asunto—, por otro lado, creo que es algo tarde ya —dijo mirando su reloj y Mari entró en pánico.

— o —

Día acompañó el tramo de la casa de la chica O'hara hasta la casa de Kanan en la isla. Mari vestía un bello yukata en colores morado y blanco en cuadrícula con detalles bordados de flores rosas, amarillas y moradas. El ligero maquillaje y su preciosa figura extranjera le daban un aire de glamour que dejó sin habla a Kanan cuando las recibió a ambas en la puerta de su casa.

Se notaba en los ojos púrpuras la devoción que profesaba la chica buceadora hacia su novia. Día tuvo que toser para sacarla de su ensimismamiento y hacerla que volviera a respirar pues se había quedado sin aliento.

Mari también estaba extasiada viendo a Kanan. La chica había elegido de igual manera un yukata, sólo que este era de color azul oscuro con adornos de flores púrpuras y una faja roja alrededor de su cintura. Un pequeño racimo de flores coronaba su cabello dándole el aire de princesa que disfrutaba Mari al verla.

—Debes devolverla antes de la noche para que podamos asistir al festival —habló Día con voz grave y sería como si fuera un padre que entregaba a su hija—. Nada de retrasos ni perderse por allí —les advirtió severa.

—Claro que sí papá Día —bromeó Kanan tomando el brazo de su novia.

—Saludame a tu padre y a tu madre —dijo antes de despedirse y dejarlas a solas.

—Les daré tus saludos —volvió a posar sus ojos en Mari que sonreía con cierta timidez y nerviosismo—. Es tiempo de entrar.

La joven O'hara asintió y juntas entraron en la casa Matsuura.

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— o —

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Un beso bajo los fuegos artificiales

—¿Por qué siempre debes de estar mirando el reloj, Riko-chan? —una molesta Chika detuvo el viaje del brazo de su novia para ver la hora.

—Solo no quiero llegar tarde —se excusó la pianista.

—No estaríamos tarde sino fuera porque alguien se entretuvo con Shiitake —le devolvió Chika.

—Ese perro tuyo es un peligro —hizo un mohín al recordar que había tenido que rodear la casa huyendo del can y sus afilados dientes pues este la había perseguido al verla llegar.

—Shiitake sólo es amable porque le agradas —lo disculpo Chika que se rió por lo sucedido.

—Tal vez pero es mejor que tenga su distancia —le concedió Riko a quien seguía sin parecerle la idea de que el perro anduviera por todos lados sin correa.

—¿También mantendrías la distancia de mí o me dejarás estar cerca tuyo? —Chika se colgó de su brazo poniendo nerviosa a Riko que sintió la suavidad de su pecho contra ella.

—Yo… este… —comenzó a balbucear perdiendo el hilo de sus pensamientos.

—¡Hey chicas! —escucharon la voz de Hanamaru que venía a ellas seguida de Ruby-chan.

—Maru-chan, Ruby-chan, se ven bonitas con sus yukatas —las elogio Chika—. Estaremos increíbles estando todas a tono con el festival.

—Tal vez Yoshiko-chan no vaya a usar uno, ella y You-chan iban a hacer algo diferente por lo del festival —comentó la chica bibliotecaria—. Yoshiko-chan ha estado entusiasmada por eso.

—¿En serio? —dijo sorprendida Chika que aunque sabía que You había estado ocupada en los últimos días no sabía en qué estaba empleando el tiempo ahora que el Love Live había pasado.

—Ella y Yoshiko-chan han estado practicando mucho —esta vez fue Riko quien habló—, ustedes también, ¿no es así? —enseguida Ruby saltó pidiendo silencio.

—¡Es un secreto! —exclamó la chica—. Quiero sorprender a onee-chan.

—¿Así que estás involucrada en eso? —Chika se giró a mirar a su novia entre cerrando los ojos y esta solo se rió nerviosa.

—Pidieron mi ayuda y no me pude negar —trato de explicarse—, era una sorpresa.

—Lo siento —se disculpó Hanamaru pues no sabía que era un secreto para Chika también.

—No te preocupes Hanamaru-chan, alguien aquí va a recibir otra decoración en su rostro por no contarme sobre eso —miró a Riko que tragó saliva por el comentario de su novia.

—Chika-chan… —quiso pedir ayuda pero la chica no la dejo pues enseguida se despidió de sus otras amigas y se la llevó consigo.

—Nos vemos más tarde Maru-chan, Ruby-chan —alcanzó a decir antes de perderse entre la multitud que se daba cita en el lugar.

Caminaron por un rato hasta llegar a la orilla de la playa buscando un sitio donde poder acomodarse y mirar el espectáculo de las luces artificiales que pronto daría inicio. Habían llegado apenas con el tiempo justo.

Chika estaba impaciente y bastante nerviosa. Había planeado ese momento desde el día del acuario al darse cuenta de sus verdaderos sentimientos. Agradecía a You-chan el que la hubiera detenido de hacer una tontería que sólo las lastimaría a las tres. Comprendió que no podía aferrarse al cariño que tenía por su amiga de la infancia y aunque parecía que tenía las cosas claras en un inicio, la verdad es que había estado confundida desde el principio. Simplemente era que, como siempre, había tardado en entender las cosas.

A veces podía llegar a ser un poco torpe para entenderse y entender a los demás. Aunque, ahora, tenía las cosas claras y quería hacer lo que su corazón le pedía.

Miró de reojo a Riko que veía el horizonte sobre el mar donde el espectáculo estaba comenzando. Una a una las bengalas y las rosetas de luces empezaron a encender y crear figuras en el cielo iluminando el rostro de la chica que amaba. Los ojos ámbar de Riko brillaban con cada chispa y las sombras en su rostro la hacían lucir completamente hermosa. Sintió el latido de su corazón acelerar y con delicadeza trato de tomar la mano de su novia.

Riko brinco ligeramente al sentir el tacto de los dedos de Chika sobre la palma de su mano y la recibió con gusto entrelazando sus dedos con los de ella. Le dedicó una tierna mirada y una sonrisa cálida que fue correspondida con el rubor que se formó en las mejillas de la líder de Aquors. Ese bello color la hacía verse casi como un ser celestial. Una hermosa mujer que la llenaba de ese sentimiento de amor que no pensó experimentar con nadie más a esa edad.

El espectáculo de fuegos artificiales que se dibujaba como fondo era el escenario perfecto para el más bello recuerdo que deseaba grabar en su memoria imperfecta. Su primer beso de amor. Era el corolario ideal como la chica que tenía delante.

—Eres rara Chika-chan —escuchó apenas en un susurró debajo del ruido de las detonaciones que enmarcaban el momento—, pero aún así te amo.

Presiono con fuerza su agarre en sus manos y la distancia entre las dos desapareció.

Sus labios se encontraron por primera vez bajo las luces del cielo y como si fuera algo mágico una canción se escuchó en la lejanía con una conocida voz cantando.

Se dejó perder en el precioso instante eterno de felicidad.

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— o —

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Poco a poco deja que haya amor

Habían preparado todo, las bocinas, los instrumentos, conseguido a los chicos que las ayudarían a tocar esa canción que había seleccionado para ese momento. Riko las había ayudado a afinar las notas y poder sacar el sonido de su guitarra y del bajo de Yohane.

Según lo planeado, debía comenzar a tocar a la hora señalada cuando los fuegos artificiales hubieran empezado. Sabía dónde llevaría Chika a Riko en la playa y ellas se habían ubicado en un lugar cercano para amenizar el momento con la melodía dulce y melancólica de aquella canción.

Era la alineación de las estrellas y ellas serían el telón de fondo para cerrar esa obra de teatro. Miró los ojos rojos de Yohane mientras ambas cantaban el coro y las vio en la lejanía. Estaba feliz por ellas, inmensamente feliz. Ahora... ahora le tocaba a ella empezar a buscar su propia felicidad.

— o —

¿Quién hizo un hoyo en el cielo?
Que ahora el paraíso quiere llorar sobre mi,
Quien robo el alma del sol,
En un mundo que ya esta arruinado hasta las grietas
Deja que haya amor, deja que haya amor...

Espero que el clima esté tranquilo mientras navegas en tu río celestial,
En el cielo están suspendidas las palabras
que cantamos en nuestros sueños.
Deja que haya amor, deja que haya amor...

Vamos nena de azul,
Sacude tus ojos cansados
el mundo te está esperando
tal vez todos tus sueños llenen el cielo vacío...

Pero si eso te hace feliz
Sigue aplaudiendo,
Solo recuerda que voy a estar a tu lado
Y si solo te fueras, lo dejarías pasar…

— o

Todo había salido bien. Sus dos mejores amigas estaban felices cumpliendo sus deseos y su exnovia ahora tenía el amor que había buscado desde hacía tiempo. Todo era parte de su plan maestro.

Llevaba su nueva guitarra al hombro, aquella guitarra azul con blanco que viera en aquella tienda de música junto a Yohane, regalo de Mari como agradecimiento. Se sintió apenada cuando la recibió pero decidió darle un uso apropiado.

Su primer mini concierto con apenas público conformado mayoritariamente por algunos curiosos y sus queridas amigas. Kanan y Mari iban de la mano con la felicidad grabada en su rostro, al parecer todo había salido bien, más que bien. Dia había llegado junto con Hanamaru y Ruby quienes estaban bastante emocionadas levantando sus brazos y haciendo aspavientos para animarlas a ella y a Yohane. Chika y Riko se acercaron al poco rato y las saludaban a lo lejos. No estaba mal. Ver a sus amigas felices le daba felicidad a ella también, aunque sentía que algo faltaba.

Los días pasaron y el invierno dio paso a la primavera. Un nuevo ciclo y un nuevo año, un nuevo comienzo y una nueva oportunidad para seguir adelante. Sólo que esta vez empezaba esa etapa de un modo que no pensó que sucedería.

Tenía perdida la mirada en ningún punto viendo el horizonte pasar a toda velocidad desde su asiento en el autobús que se dirigía de Numazu a Uchiura. Se podía ver los árboles de cerezo con sus flores esparciendo los pétalos llevados por el viento llenando el aire de su fragante aroma y su hermoso color con el azul del cielo al amanecer. Una leve carga se posó sobre su hombro sacandola de sus pensamientos y se volteo a ver la causa de su perturbamiento.

Yohane le ofrecía uno de sus auriculares y ella lo tomó colocándolo en el oído sin decir palabra. Habían adquirido esa costumbre últimamente cuando compartían el camino de regreso a casa o de camino a la escuela como era el caso ese día.

La leve melodía de tristeza y melancolía inundó sus sentidos produciendole una pequeña descarga que recorrió su cuerpo y pareció llegar hasta el de su compañera que tembló levemente por un segundo. Era un día especial, había un extraño ambiente en el aire, quizás fuera la primavera o sólo la compañía. Ella sonrió y sin pensarlo llevo su mano a su mentón y alzó su rostro para que la mirara.

Depositó un casto beso sobre sus labios teniendo el sonido de una guitarra eléctrica deprimida y un bajo gris oscuro sobre ellas.

—Aún tienes más méritos que hacer si planeas realmente ir en serio conmigo, señorita harem —la detuvo Yohane tomándola del cuello de su uniforme cuando se separó tras el leve contacto.

—Tenemos todo un año para intentarlo —fue la respuesta que le dió You esbozando su sonrisa casual que sabía irritaba a la chica porque se negaba a aceptar que en verdad era irresistible—, ¿no quieres hacerlo? ¿Qué sabemos de lo que vendrá mañana? ¡Hagámoslo hoy!

—En ese caso tal vez lo considere —jaló el cuello del uniforme de You dejándola casi a nada de ella—, pero aún debes convencer a este ángel caído —dijo con su voz grave antes de volver a besarla.

You sonrió a través del beso.

Nadie sabe cómo será todo, pero vale la pena averiguarlo.

— o —

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Debo decir que ahora me siento en proceso de duelo, pasando de la tristeza al enojo y todas esas etapas. No sé si quedó bien o quedó mal, si es una basura o al menos se salva.

A veces cuando escribes te involucrada tanto en la historia que termina haciéndose tan tuya como una extensión de tu persona. Por lo que te vuelves más sensible a las cosas. Esto porque además de todo andaba de un berrinche insoportable por la cosa más insignificante de la vida, un me emperra de Facebook.

Quería, al menos era mi intención, mostrarles un par de imágenes que me dieron la pauta de la inspiración inicial para el rumbo que quería darle a la historia. Sin embargo perdí una y no la pude hallar. Aunque al final no iba a servir de nada puesto que Fanfiction no permite anexar imágenes al texto como lo haces en AO 3. En fin, que era tal mi berrinche por eso que hasta dije que no iba a subir ningún final. Como sea, eso ya pasó y ahora sólo estoy azul.

¿Qué me queda? Pues usar eso como motivación para seguir sacando más historias de mi cabeza. Platicando ayer con Angie le decía que escribo las historias que quiero leer y con ese pensamiento voy a iniciar y continuar mis historias. Si no ha sido de su gusto es una pena, trataré de mejorar los puntos donde debo hacerlo (que son muchos) y si les gusto, me alegra y me hace hinchar el pecho de satisfacción (al menos porque hago algo bien).

A los que me leen muchas gracias, a los que me dejan un comentario muchas gracias por mil, pues después de todo sería una mentira decir que no importa lo que opinan. Mil disculpas por los errores y los horrores ortográficos.

Nos vemos pues ya me extendí demasiado y como siempre hablo mucho y de más, pues aquí nadie se murió.